Los obesos comunican peor con sus parejas

Las personas que padecen obesidad manifiestan «una mayor dificultad para comunicar sus sentimientos y necesidades a su pareja», generalmente porque «sienten vergüenza de mostrar su cuerpo, sufren complejos o son inseguras», según afirmaron expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Además, «la grasa entorpece la circulación sanguínea y produce problemas hormonales como la baja producción de testosterona, responsable de encender el deseo sexual en hombres, o la dopamina en las mujeres», explicaron.

Está comprobado que «si una persona tiene un sobrepeso considerable, la grasa hará que tenga menos hormonas de esta clase y más desgana de entrar en contacto corporal con otros individuos», informó el IMEO en un comunicado con motivo de la celebración el próximo 14 de febrero del ‘Día Mundial de la Salud Sexual’.

Por otra parte, los expertos del instituto recordaron que la obesidad también es responsable de «un gran número de casos de infertilidad masculina» y está relacionada directamente con en el desarrollo de adenocarcinoma de próstata.

Mientras, diversos estudios confirman la relación directa entre el sobrepeso femenino y determinadas alteraciones en la ovulación. De hecho, «cuanto más obesa es la mujer, menores son sus probabilidades de quedarse embarazada, quedando reducida esta cifra entre un 26 y un 43 por ciento en comparación a las mujeres con un peso normal», explicaron desde el IMEO.

Publicado en el ADN:
http://www.adn.es/lavida/20100211/NWS-1059-comunican-parejas-obesos-peor.html

Trucos para no engordar en Navidad

Las comidas familiares en Navidad se alargan con horas

La Navidad es mala época para cuidar la figura. Los turrones, los polvores, las comidas de empresa, las copas y las reuniones familiares pasarán factura a nuestra línea.

Los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) calculan que, de media, cada español engordará tres kilos por culpa de los excesos navideños. Y la prueba de fuego llegará el 7 de enero, cuando al ponernos los vaqueros descubramos que la cremallera no cierra o que hemos pasado a un agujero más del cinturón.

Para que nos hagamos una idea, en cada comilona que nos peguemos estas fiestas podemos ingerir de 2.000 a 3.000 kilocalorías, lo que equivale a dos días de dieta normal. Por eso, lo más recomendable es compensar los excesos de estas fechas con un aumento en la actividad física y con un seguimiento nutricional correcto.

En este sentido, es importante evitar las grasas procedentes de la carne, sustituyéndolas por pescado, preferentemente asado al horno o a la plancha. También es recomendable comer frutas y verduras (sin prescindir de la piel), alimentos integrales y legumbres, porque tienen un alto contenido en fibra, que ayuda a no absorber parte de la grasa y el colesterol que se consume en la comida.

No se debe llegar a la mesa con demasiado apetito para evitar atracones. Es mejor hacer comidas intermedias (pero no picotear) a media mañana y en la merienda. Durante la comida navideña, donde el menú es amplio, sírvete una pequeña cantidad de cada plato. Probarás todo pero sin llenarte en exceso.
La Navidad también es una época en la que aumenta el consumo de alcohol porque quien más y quien menos se toma una copita de cava para brindar, pero tampoco te pases porque sus «calorías vacías» acaban transformándose en grasa y acumulándose en alguna parte de tu cuerpo sin avisar…