¿Lesión lumbar? Estos son algunos de los deportes que puedes practicar

Mejor con salud As, por Daniel Osuna Sisco

¿Sufres una lesión lumbar? La inacción no es la mejor forma de superar el padecimiento. Por ello, dejamos para ti deportes que puedes practicar para recuperarte.

Lesión lumbar, lumbalgia o lumbago son los nombres que definen a esta afectación dolorosa que se origina en la parte baja de la espalda. Si bien la molestia descrita tiende a desaparecer con el paso de las semanas, dificulta las actividades diarias en gran medida, llegando incluso a la inhabilitación temporal.

Así pues, la lesión lumbar afecta a cerca del 80 % de la población mundial en algún momento de sus vidas. En la mayoría de los casos se ha extendido una visión errónea de recuperación que se basa en guardar reposo. Lo cierto es que la inacción no solo retarda la reactivación, sino que también compromete la fortaleza de la espalda.

Llegados a este punto, el cuestionamiento se reduce a la mejor forma de proceder frente a una lesión lumbar. La respuesta es por medio de deportes que promuevan la readaptación y el fortalecimiento equilibrado de los músculos. Estos son algunos de los que puedes practicar.

Deportes que puedes practicar para superar la lesión lumbar

Al sufrir la lesión lumbar, lo recomendable es guardar un reposo que no supere las 72 horas. Pasada esta etapa, los siguientes ejercicios pueden actuar como un catalizador de la recuperación si son realizados con moderación y de acuerdo a las necesidades del afectado.

1. Natación

La natación es una de las mejores opciones de deportes para hacerle frente a la lesión lumbar. Su predilección es producto de la reducción de las complicaciones del sobrepeso por el aligeramiento generado a partir del principio de Arquímedes, lo que facilita la movilidad.

Por tal motivo, se reduce la carga que (en condiciones normales) incide sobre la zona lumbar, maximizando así el trabajo de flexibilidad, fortalecimiento y equilibrio muscular. Los estilos que mejor se adaptan al tratamiento son crol y espalda.

Natación para el dolor lumbar.

En la natación se reduce el esfuerzo articular porque la resistencia acuática es distinta a la que hay en el aire. Se protegen las articulaciones del impacto.

2. Marcha nórdica o nordic walking

Este deporte al aire libre, que consiste en una caminata con bastones de esquí, es una buena posibilidad de recuperación para la lesión lumbar. La presencia de los bastones hace que se regule la incidencia sobre la espalda. Además, fortalece los músculos del core.

Por otro lado, los principios de la marcha nórdica son favorables para la adecuación efectiva de los esfuerzos. Algunas de las características de esta disciplina son las siguientes:

  • Postura recta.
  • Caminata natural.
  • Estabilidad central.
  • Uso frecuente de los músculos de la espalda y el abdomen.
  • Baja intensidad.

3. Caminata de calle

Se trata de un deporte y competencia atlética en la que se debe caminar con naturalidad a la máxima velocidad. En este caso, al ser nuestro objetivo la recuperación de la lesión lumbar, la velocidad desmedida no será necesaria.

La intención de la caminata de calle es soltar poco a poco el cuerpo para mejorar la flexibilidad y la estabilización. El aumento de la intensidad ideal es lento y progresivo hasta que se note una mejoría marcada de la dolencia.

4. Ciclismo (con precaución)

El ciclismo es apto para mejorar la lesión lumbar. Sin embargo, resulta indispensable que se sigan ciertas pautas en cuanto a la técnica para evitar que se convierta en un agravante.

Lo principal es establecer los ajustes óptimos para la estatura, de lo contrario, las tensiones pueden localizarse en la espalda. Junto a esto, evitar arquear la región posterior del tronco y el cuello. Por último, priorizar la realización de ciclismo en un terreno regular para minimizar el impacto.

5. Gimnasia general

La gimnasia general acepta actividades dinámicas, aeróbicas, rítmicas y artísticas que, con su movilidad, ayudan a promover la flexibilidad para la mejoría de la zona lumbar.

Para esta ocasión, la coreografía se puede establecer según el estado del paciente, de manera que exhiba bajo impacto y pueda realizarse sin mayores complicaciones en distintas sesiones de rehabilitación deportiva.

6. Running

El running es un deporte recomendado para la fase final de recuperación de la lesión lumbar. Permite retomar la confianza durante la ejercitación y tonificar músculos que ayudan al balance de la espalda. A su vez, reduce el riesgo de futuras anomalías.

Para practicarlo no puede faltar un calzado con amortiguadores eficientes, con el objeto de reducir el impacto hacia la columna. Aunado a eso, debe desempeñarse en una superficie acolchada de grama o arena.

Running para la lesión lumbar.
Correr es posible con lesiones lumbares, pero hay que esperar hasta el final del proceso de recuperación, de manera que no resulte contraproducente.

Los deportes que debes descartar durante la lesión lumbar

Ni la inacción es el camino correcto para superar en el menor tiempo posible una lesión lumbar, ni la práctica de deportes desaconsejados. En ese sentido, recuerda no priorizar las siguientes actividades:

  • Halterofilia o levantamiento de pesas: la técnica, la carga y el desgaste continuado de los discos vertebrales lo vuelven un deporte fatal para la lesión lumbar.
  • Golf: con el swing se crean tensiones en la espalda que, al repetirse en las distintas sesiones, dejan a los problemas lumbares como la principal dolencia de cualquier practicante, tanto profesional como aficionado.
  • Tenis: crea asimetría en la columna y empeora las dolencias de la espalda.

Consulta al especialista

Sin dudas, la lesión lumbar puede ser contrarrestada en un tiempo inferior si se optan por los deportes en lugar del descanso permanente posterior a las 72 horas. No obstante, acudir a un especialista es impostergable para valorar la viabilidad de una u otra disciplina, según el caso.

Tipos de dolor de espalda

Cinco ejercicios para hacer en casa que te ayudarán a estirar la columna

 |  Por Karolina Gomes

1-colunafaixa¿No tienes tiempo —o te da pereza— ir al gimnasio? Estos ejercicios del preparador físico Allan Menache, del Pretorian Hard Sports de São Paulo, están diseñados para practicarse con una cinta de alargamiento, pero puedes adaptarlos para hacerlos con cualquier cosa similar que tengas en casa. «Puedes improvisar con una faja elástica o incluso con una toalla», aconseja el profesional. Sólo tienes que garantizar que sea fuerte y pueda resistir el peso de tu cuerpo.

1. Sujeta la cinta de alargamiento en un sitio que te permita coger cada extremo con una mano. Para eso, escoge un mueble de la casa, como el pie de una mesa pesada o el pomo de un armario. Después siéntate en el suelo y separa las piernas tanto como puedas. Usando la cinta como apoyo, inclina el tronco hacia delante y permanece en esa posición entre 20 y 30 segundos.

Este ejercicio sirve para alargar de la musculatura aductora de los miembros inferiores, o sea, que trabaja la parte interna de los muslos. El uso de la cinta o de la faja sirve como apoyo a la hora de inclinarse e intensifica el ejercicio.

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Acuérdate: es importante que inclines el cuerpo tanto como puedas. ¡Respeta tus límites!

2. Otra vez más hay que fijar la cinta, enrollarla en los brazos para dar apoyo y después cruzar una de las piernas sobre la otra, quedando sobre un solo pie (a la pata coja). A continuación haz el gesto de sentarte, como si lo fueses a hacerlo en una silla con las piernas cruzadas. Repite el movimiento de subir y bajar la cadera, la parte del cuerpo que se trabaja en este ejercicio. También es buena para la musculatura posterior de los brazos.

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¡Elige siempre un mueble pesado o un punto fijo de casa para practicarlo!

3. Coloca un extremo de la cinta por encima de la cabeza y la otra por detrás de la espalda. Después empuja la cinta para abajo, arrastrando con ella la mano que está arriba. Haz la repetición durante 20 segundos y después cambia la posición de las manos. El ejercicio ayuda a definir los tríceps.

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Cuidado: siempre que cambies de lado durante el ejercicio, suelta la cinta y lleva los brazos lentamente hacia el cuerpo antes de subirlos de nuevo.

4. Tumbado en el suelo, estira la pierna izquierda, coloca la cinta detrás del pie izquierdo y sujeta cada extremo con las manos. Sube la pierna lo más alto que puedas, sin doblar las rodillas. Mantén la posición durante 20 segundos y a continuación cambia de pierna y repite la operación. Con este ejercicio notarás cómo se estira la parte de atrás de los muslos.

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Consejo: usa una alfombra limpia para evitar el contacto directo con el suelo y escoge un espacio bien amplio de la casa, para no tropezar con nada.

5. Sentada en una silla, mantén la columna recta. Sujeta la cinta de alargamiento con las dos manos y colócala por encima de la cabeza, los brazos deben estar estirados formando la letra V. Llévalos por detrás del cuerpo a la vez que abres la zona del pecho, la que se trabaja en este ejercicio. Continúa moviendo hasta dejar la cinta a la altura de los hombros o hasta donde llegues, dentro de unos límites (que irán ampliándose a medida que practicamos). Repite el ejercicio tres veces entre 20 a 30 segundos.

Elige una silla firme para no moverte mientras haces el ejercicio.