Los padres no ven el sobrepeso de sus hijos

Tan sólo uno de cada cuatro reconoce que tienen ese problema de sobrepeso
República/ EP
nina_recortadaUn estudio publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) muestra que el problema del sobrepeso infantil cuesta verlo por parte de los padres cuando se tiene delante. De hecho, tan solo un 23 por ciento de los padres reconoce que su hijo o hija tiene sobrepeso o lo ha tenido, y únicamente un 0,2% considera que tiene algún problema de salud.

No obstante, dos tercios de los encuestados reconocen su preocupación por la posibilidad de que sus hijos puedan desarrollar enfermedades causadas por una mala alimentación, lo que muestra que existe conciencia de las posibles consecuencias derivadas del sobrepeso.

La encuesta, realizada entre junio y julio a través de un total de 1.029 entrevistas a padres con hijos menores de 10 años, revela que aún subsiste una tendencia a restar importancia a los casos de sobrepeso.

Con todo, el estudio realizado por la organización de consumidores permite afirmar que el número de hogares en los que se consume comida rápida a menudo es muy bajo, y que en más del 72 por ciento de los casos no hay problema para que los hijos acepten una dieta variada.

En cuanto a las actitudes de los padres, “el estudio revela ejemplos claramente negativos”, advierten. Así, un 38 por ciento de los padres utiliza la comida como una forma de recompensa, un 53 por ciento presiona a sus hijos al menos ocasionalmente para que coman más y un 35 por ciento insiste a sus hijos para que coman más rápido.

Frente a estas actitudes negativas están las de un 36 por ciento de padres que impiden que sus hijos coman frente al televisor, las del 82 por ciento que muestran de forma activa a sus hijos hábitos de alimentación saludables o las del 31 por ciento de padres que involucra a sus hijos en la planificación y preparación de las comidas.

Un 68% habla de causas genéticas

En cuanto a las causas por las qué los entrevistados piensan que sus hijos tienen sobrepeso, un 68% de los padres estima que el problema deriva de causas genéticas. Como señala el estudio, publicad en la revista ‘OCU Salud’ de febrero, aunque la herencia pueda facilitar en alguna medida la subida de peso, las causas reales son la sobrealimentación, la ingesta de alimentos procesados y con exceso de azucares y grasas y el sedentarismo.

En relación a los hábitos de actividad física, los resultados de la encuesta muestran que muchos niños pasan más tiempo sentados delante de la pantalla que haciendo ejercicio. El 25 por ciento no practica ninguna actividad deportiva regular y 1 de cada 2 niños pasa más de 3 horas diarias viendo la televisión o jugando a videojuegos durante el fin de semana o las vacaciones.

El desarrollo de nuevas tecnologías en alimentación ayuda a prevenir la obesidad

Según los expertos, en el futuro el estudio de la interacción entre los nutrientes y los genes permitirán determinar el grado de predisposición de los individuos a padecer sobrepeso y obesidad

El Confidencial
obesidad y genesComo no podía ser de otra manera, las nuevas tecnologías cada vez ocupan más aspectos de nuestra vida cotidiana, abarcando también áreas como son la actividad física o la alimentación. Desde usos más cotidianos como medir la intensidad de la actividad deportiva, las nuevas tecnologías también están siendo fundamentales para el desarrollo de test nutrigenéticos, para el tratamiento de trastornos alimentarios, o para la detección de biomarcadores nutrigenómicos capaces de identificar y prevenir la obesidad.

Éstas son algunos de los temas que se están poniendo sobre la mesa en el simposio «Nuevos desarrollos en alimentación, actividad física y salud», dirigido por el profesor Andreu Palou, Catedrático y Director del LBNB (Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología) de la Universidad de Las Islas Baleares (UIB) y el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Obesidad y Nutrición (CIBERobn), que se está celebrando en Vitoria-Gasteiz desde el 1 al 3 de julio.

«El estudio de la interacción entre los nutrientes y los genes es una faceta en la que estamos avanzando a buen ritmo para identificar biomarcadores que nos permitan determinar el grado de predisposición de los individuos a padecer obesidad antes de que ésta se manifieste», apunta el profesor. «Tanto es así que ya se han encontrado varios biomarcadores y expresiones de genes alteradas en modelos con ratas jóvenes que hacen que tengan más probabilidad de sufrir obesidad y sus complicaciones en la edad adulta».

Según esta investigación, dirigida por Palou, «la alimentación durante las etapas tempranas del desarrollo tiene un papel protagonista. Los efectos de la alimentación de la madre durante la gestación quedan registrados en nuestros genes y cromosomas, y esto puede determinar que la descendencia tenga una predisposición mayor o menor a la obesidad».

A lo largo de este importante simposio, que se celebra cada dos años y que en esta ocasión suma ya su séptima edición, se discutirán temas tan importantes como la actividad física y la alimentación personalizada, los problemas metabólicos del sedentarismo y su control, biomarcadores personalizados para la salud, y las guías de nutrición cada vez más personalizadas como tendencia para tratar y prevenir la obesidad.

«Hace ya tiempo que hemos asumido que la alimentación es de lo más importante en nuestras vidas y que, junto con un estilo de vida saludable, puede llegar a ser nuestra principal fuente de bienestar y salud, y un paraguas para la felicidad», comenta Palou.