Dieta mediterránea: la más sana y, según los expertos, la mejor también para adelgazar

Como nos confirman diferentes expertos en nutrición, la dieta mediterránea es la más saludable y la que de verdad te ayudará a estar en tu peso.

POR AMALIA PANEA Y CAROLINA CAÑOTO

Ayuno intermitentedieta keto o dieta cetogénicadieta proteicaDieta DashDieta Sirtfooddieta FODMAP, veganismo, raw food… Cada poco tiempo aparece una nueva dieta que parece ser la panacea para la salud o para perder peso. También parece que si no comes bio o no tomas suplementos vitamínicos o para la microbiota nunca vas a conseguir todos los nutrientes que necesitas ni con la calidad óptima. Y además, recibes tanta información sobre nutrición, y desde tantos frentes y fuentes (instagram, blogs, revistas digitales, televisión, libros, influencers…) que ya no sabes ni lo que tienes que comer¿Y si la dieta de toda la vida, es decir, la dieta mediterránea, fuera la mejor para tu salud y para mantener tu peso? Como nos aclaran varios expertos en nutrición, la respuesta es un sí rotundo.

dieta mediterránea, la mejor para la salud y para adelgazar

¿Tenemos demasiada información nutricional?

¿Estamos tan saturados de información acerca de nutrición que ya no sabemos ni lo que hay que comer? Para Carmen Escalada, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) y Rubén Bracos, dietista y portavoz de IMEO, “en los últimos años el interés y la preocupación de la población por la salud en general y por la nutrición en particular ha ido aumentando exponencialmente; además, el acceso a internet supone que cualquiera tiene a su alcance una inasumible cantidad de información sobre cualquier tema que le interese, en este caso, la nutrición”. Y, según estos expertos, en el entorno digital se mezclan multitud de mensajes en ocasiones contradictorios de fuentes tan variopintas como nutricionistas, influencers, blogeros, y “cada uno defiende su postura con mayor o menor rigor científico”.

Como dicen Escalada y Bravo, “el resultado de la unión de ambos factores da lugar a una saturación de información que no sabemos hasta qué punto es correcta, lo que puede hacer que realicemos cambios en nuestra alimentación que comprometan nuestro estado de salud y metabolismo”. Además, como destacan los expertos del IMEO, “la nutrición es una ciencia en continua evolución: lo que hoy parecía un alimento o un enfoque nutricional ‘insano’, mañana se demuestra que es justo lo contrario”.

Más que saturados estamos quemados, intentar ‘comer bien’ se ha convertido en una especie de laberinto bombardeado por una publicidad sin ningún tipo de escrúpulos y totalmente engañosa que lo único que consigue es confundirnos más”, dice el Dr. Leo Cerrud, experto en medicina estética y nutrición. Según el Dr. Cerrud, “los medios de comunicación y las modas tampoco ayudan, siempre hay una última e infalible dieta novedosa y supuestamente revolucionaria con algún nombre más o menos rimbombante, aunque al final es siempre más de lo mismo: hambre, sudor y lágrimas, añade. “Todo patrocinado por una industria alimenticia que mueve cifras billonarias y a la cual no le interesa que sepamos de una vez que lo más fácil y lo más recomendable lo tenemos a la vuelta de la esquina: la famosa dieta mediterránea”, concluye.

¿Cómo aprender entonces sobre nutrición? Si nos interesa la nutrición o queremos aprender a comer de manera saludable Escalada y Bravo nos recomiendan “reducir nuestra búsqueda a unas pocas fuentes fiables y/o acudir a un especialista que nos ayude con nuestro caso concreto.

dieta mediterránea, la más sana y la mejor para adelgazar

¿No era la dieta mediterránea la mejor del mundo?

Cada vez se aboga más por el veganismo, los sustitutos vegetales de la carne, como la heura, los mejores superalimentos… ¿qué ha sido de la dieta mediterránea? ¿No era a mejor del mundo? “Lo era, lo es y lo será”, subraya el Dr. Cerrud. No puede estar más estudiado y comprobado que la dieta mediterránea (la de verdad) es la más adecuada para mantener la salud y conseguir una alimentación equilibrada que nos ayude a mantener el peso en su sitio. Otra cosa diferente sería si lo que quieres es perder peso”.

Como destacan los expertos del IMEO, la dieta mediterránea es difícilmente superable en lo que a calidad nutricional se refiere, sin embargo, igual que evoluciona la sociedad, también lo pueden hacer las dietas o recomendaciones para adaptarse a las nuevas necesidades de las personas”. “Si tenemos en cuenta que los tres pilares básicos de la dieta mediterránea son el trigo, el el AOVE y los vegetales, estos tienen perfectamente cabida en una alimentación vegana en la que únicamente se excluyen los productos de origen animal como la carne (ya de por sí de consumo moderado en la dieta mediterránea) y el pescado”, subrayan.

Como aclaran estos expertos, tanto la dieta mediterránea completa como la dieta vegana son perfectamente saludables si se realizan de manera correcta, controlando lo que se consume de estos pilares: al hacer la progresión a la dieta vegana es importante sustituir los productos de origen animal por productos vegetales que aporten todos los nutrientes que necesitamos pero no sean ricos en sustancias calóricas y/o superfluas como azúcar, harinas refinadas, sal o almidones”. Los batidos verdes son una gran opción para comenzar a introducirte en las verduras y en sus múltiples beneficios.

El mismo riesgo tienen los superfoods -continúan Escalada y Bravo-, alimentos que por definición presentan unas cualidades extraordinarias, lo que puede llevarnos al error de pensar que da igual si llevamos una dieta desequilibrada o incompleta porque si tomamos un superfood (cualquiera que esté de moda según el momento) nos va a evitar cualquier problema de salud y no es así”. “Siempre va a ser mucho más saludable una buena alimentación global, por ejemplo, la dieta mediterránea, sin superfoods, que una mala dieta con un superfood puntual”, añaden. Los superalimentos y sus beneficios son increíbles, pero siempre con lógica.

dieta mediterránea, la más saludable y la mejor para adelgazar

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Cómo es la ‘verdadera’ dieta mediterránea

Como nos aclaran Escalada y Bravo, “la dieta mediterránea es un modelo de alimentación que se basa en el consumo de frutas, verduras y hortalizas como base de sus platos, que emplea el aceite de oliva virgen extra como grasa fundamental a la hora de cocinar o aderezar, en la que el principal aporte energético son los granos integrales, especialmente el trigo; en la que se emplean proteínas de alto valor biológico como las aves, los pescados, las legumbres, los huevos y los lácteos y en las que el agua como bebida básica y el ejercicio físico son parte esencial de la misma”.

¿Por qué muchos de nosotros nos hemos alejado tanto de la dieta mediterránea? Como apuntan los experto del IMEO, “el desarrollo de la industria alimentaria, el aumento de las horas que pasamos fuera de casa por trabajo o el menor gusto por la cocina entre otros factores, ha favorecido que fueran apareciendo en el mercado los ahora súper conocidos ultraprocesados, a los que en muchos casos se añaden sustancias poco saludables per sé o porque aparecen en mucha mayor proporción de lo que deberían”. “A esto se une el problema de que, en muchos casos, estos productos se publicitan con eslóganes muy atractivos como light, bio, eco, sin azúcar… lo que genera una sensación errónea al que lo está comprando, probablemente interesado en mejorar su salud”, añaden.

“Todo ello –concluyen- ha ido provocando que los alimentos que realmente constituyen la dieta mediterránea (más frescos y menos procesados) y que son los que, en su conjunto, provocan sus beneficios, hayan ido siendo desplazados hacia un consumo cada vez más anecdótico y que, en consecuencia, la sociedad haya ido viendo cómo su salud empeoraba”.

dieta mediterránea, más salud y menos peso

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Dieta mediterránea: más salud y menos peso

¿Siguiendo la dieta mediterránea podemos mantenernos sanos y en nuestro peso? “Una verdad como un puño”, enfatiza el Dr. Cerrud. “Totalmente”, afirman rotundamente Escalada y Bravo ya que, como apuntan, “no es sólo un modelo de alimentación sino un estilo de vida muy aconsejable si queremos estar sanos y mantenernos en un peso y niveles de grasa corporal óptimo”. “Esto se debe a que está basada en el consumo de alimentos nutritivos e incluye la ingesta de agua y ejercicio entre sus básicos”Ejercicios de cardio o ejercicios para tonificar, no importa, pero mantener una rutina de deporte es esencial asimismo en este tipo de dieta.

Eso sí, como destacan estos expertos, “no debemos olvidar que dentro de la dieta mediterránea debemos adaptar la alimentación a nuestras necesidades específicas (padecimiento de alguna enfermedad, embarazo y lactancia o ejercicio físico) para obtener todos sus beneficios”.

“Por supuesto, el nivel de actividad física actual con el de hace 40 años ha variado muchísimo, y hoy vivimos unas jornadas mucho más sedentarias, de ahí que sea crucial adaptar los enfoques de la alimentación mediterránea, opciones menos calóricas adaptadas al gasto calórico diario de la vida moderna”, subrayan Escalada y Bravo. Este sedentarismo está muy relacionado, además, con la retención de líquidos. Con lo que no vale con una buena alimentación, sino también con una buena rutina de deporte donde consigamos movernos y ser más activos.

dieta mediterránea, la más saludabel y la mejor para perder peso

Dieta mediterránea y Plato de Harvard

¿Sería una buena combinación seguir la dieta mediterránea y el plato de Harvard? Como confirman estos expertos, “sí, se pueden emplear unidos como base para la organización de nuestras comidas”. “En concreto, la dieta mediterránea nos ayudaría a saber qué comer (verduras, proteínas de calidad, legumbres, cereales integrales…) y el plato de Harvard nos indicaría en qué cantidad y proporción comer cada cosa”.

¿Qué es el plato de Harvard? Como nos explican los expertos de IMEO, “según el plato de Harvard la mitad de nuestro plato debe estar constituida por frutas, verduras y hortalizas, mientras que la otra mitad se fracciona a su vez en dos partes: la primera de ellas la ocupará una fuente de proteínas saludables y, la segunda, una fuente de granos integrales”.

Dentro de la ración de frutas, verduras y hortalizas, como apuntan estos expertos “hay que tener en cuenta que cuanta más variedad, mejor, y que es bueno alternar entre crudas y cocinadas, y cuanta más variedad de colores, también mejor; también es bueno priorizar versiones enteras a licuados o triturados”. Además, hay ciertas verduras para adelgazar y deshincharte increíbles en la dieta mediterránea, alimentos riquísimos y sanísimos.

En cuanto a las proteínas, según estos expertos debemos elegirlas tanto de origen animal (pollo, pavo, conejo, pescados, mariscos o huevos) como vegetal (legumbres) y evitar las más grasas y procesadas (embutidos, salchichas…). “La ración de cereales también deberá variar para hacer más amenos nuestros menús (podemos incluir arroz, pasta o pan integral, patata o boniato y evitar las harinas y opciones refinadas). “Y no podemos olvidar incluir una pequeña cantidad de grasa saludable, normalmente aceite de oliva virgen extra e incluir agua o infusiones en nuestras comidas y cenas para lograr una buena hidratación”, añaden.

Como añade el Dr. Cerrud, cuanto más fresco todo, mejor, y cuanto menos procesado y más de temporada todo, mejor todavía”.

dieta mediterránea, la más sana y la mejor para adelgazar

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El secreto para no tener que hacer dieta

Como subrayan Escalada y Bravo, el secreto para no tener que someterse a las dietas más peligrosas es llevar una alimentación sana, completa y equilibrada durante toda la vida”. “En ella deberemos incluir alimentos de todos los grupos (alimentos con hidratos de carbono complejos, grasas saludables, alimentos ricos en proteínas, vitaminas y minerales) y en cantidad adaptada a nuestra práctica de ejercicio y/o existencia de patologías”, apuntan.

“En la actualidad, y es algo que trabajamos a diario con nuestros pacientes en la consulta, debemos comenzar a cambiar el concepto de ‘dieta’ por aprender a cuidarnos, que el objetivo no sea adelgazar sino mejorar hábitos”, dicen Escalada y Bravo. Así, no busquemos ‘cómo adelgazar 5 kilos en tiempo récord’, sino cómo mejorar nuestro estilo de vida. “Inculcamos también la fórmula 80/20, donde enseñamos a hacer un 80% de alimentación baja en calorías y saludable, combinada con un 20% de otros alimentos más calóricos que habitualmente disfrutamos los fines de semana”, añaden.

Según estos expertos, “cada persona debería tener su enfoque personalizado y adaptado en el que la base esté compuesta por una cantidad de vegetales variados que aporten muchas vitaminas y minerales y muy pocas calorías; elegir la cantidad correcta de grasas, priorizando las saludables poliinsaturadas y monoinsaturadas; y por último, calcular los requerimientos proteicos según nuestro nivel de actividad (entre 1 g por kilo de peso para una persona inactiva, a 1,8 g por kilo de peso para los que practican deporte más intenso)».

Para el Dr. Cerrud, hay tres claves para no tener que hacer dieta: “Control sin obsesión, moderación con indulgencia y transgresiones con compensación”.

¿A que no puedes comer solo un bombón? Tranquilo, no es culpa tuya (del todo)

Y quien dice un dulce, dice una patata frita o un ‘snack’. El azúcar y las grasas saturadas no solo afectan a nuestra salud cardiovascular, también podrían secuestrar nuestra voluntad

Alimente El Confidencial, por Eva Carnero

El consumo de azúcares y grasas saturadas modifican el cerebro, según un estudio. (iStock)

ara muchas personas, un plato de patatas fritas de bolsa no es un simple aperitivo que ameniza una reunión de amigos. Ese inocente tentempié es una tentación en toda regla. De hecho, la mayoría, una vez que coge la primera patata, tiene la sensación de que no puede evitar coger una segunda y una tercera… ¿La razón? Tu cerebro. O, más exactamente, sus nuevas conexiones neuronales. Un equipo de científicos ha indagado en los motivos que impulsan la conducta descrita y ha concluido que los alimentos con un alto contenido de grasa y azúcar modifican nuestro cerebro, haciendo que cada vez tengamos más ganas de seguir comiéndolos. Además, esto ocurre tanto si los ingerimos regularmente como si es en pequeñas cantidades.

Un estudio demuestra que el azúcar y las grasas saturadas estimulan las ganas de comer más

El trabajo, publicado en Cell Metabolism, midió la actividad cerebral de los participantes antes y durante las ocho semanas que duró la investigación, y concluyó que el consumo diario de un tentempié con alto contenido en grasa y azúcar altera los circuitos de recompensa en humanos y disminuye la preferencia por los alimentos bajos en grasa y azúcar.

En busca de una compensación placentera

Parece que esas ganas de más patatas van más allá de un simple capricho. De hecho, esta conducta está respaldada por la ciencia. Así lo argumenta Rubén Bravo, nutricionista y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO): «El ser humano, desde su nacimiento, busca dos cosas, la felicidad y la tranquilidad, y las grasas saturadas segregan niveles de serotonina, que es un neurotransmisor que se vincula a la calma, la serenidad y la tranquilidad, y de dopamina, que es otro neurotransmisor, esta vez relacionado con la felicidad». Partiendo de esta premisa, el cerebro lo que acaba buscando es la ingesta de alimentos que incluyan azúcar y grasas saturadas con el fin de obtener esa tranquilidad y bienestar que generan.

La conclusión del estudio mencionado cuenta con numerosos precedentes cuyas conclusiones ya apuntaban en el mismo sentido. «Desde 2013 encontramos decenas de estudios que vinculan el azúcar como un alimento adictivo. Se sabe que puede crear tanta adicción como la cocaína», apunta el experto. En este marco de las adicciones, tenemos que hablar de la fuerza de voluntad, la cual queda fuertemente comprometida, ya que «el individuo siente la necesidad de tomar alimentos que incluyan en su composición grasas saturadas, azúcar o harinas refinadas. Tres componentes que encontramos en numerosos alimentos. De hecho, se han identificado hasta 25 alimentos con esta consideración y que incluyen esas tres sustancias».

Llamémosle por su nombre, adicción

Aunque existen grados, lo cierto es que el término adicción es el más adecuado para referirse a esta necesidad que vincula felicidad y alimentación. Así, según Bravo, podemos hablar de estados más severos que otros, los cuales, en muchas ocasiones, están determinados por la genética: «Se sabe que la tendencia a las adicciones, así como a la obesidad, encuentra su explicación en los genes».

«En IMEO calibramos esta predisposición midiendo la secreción de hormonas como la leptina, serotonina, dopamina, cortisol o adrenalina. Midiendo estos parámetros vemos cómo la mayoría de los pacientes con tendencia al sobrepeso y a la obesidad tienen también una marcada adicción a alimentos cuya composición incluye estos nutrientes», señala.

De la dependencia al sobrepeso y la obesidad

La cuestión es que a la adicción desencadenada por los azúcares y las grasas se suma el hecho de que estos alimentos, desafortunadamente, son muy calóricos, lo que nos lleva a que las personas con esta pulsión tienen muchas posibilidades de caer en un problema de sobrepeso u obesidad. Sin embargo, «también encontramos individuos con cierto grado de adicción a este tipo de alimentos, pero que están delgados debido a que tienen una eficacia metabólica muy alta».

El tratamiento de la adicción a los dulces y las grasas saturadas es largo y complicado

Además, este asunto es especialmente preocupante en el caso de los niños, ya que «la obesidad infantil puede acarrear el desarrollo de obesidad en edades adultas, incluso se vincula con patologías cardiovasculares en edades tempranas o con diabetes tipo 2″, alerta Bravo.

Evitar tener que hablar de sobrepeso o diabetes tipo 2

Debido a que la adicción que nos ocupa tiene su objeto de deseo en los alimentos cuya ingesta, en el caso de ser excesiva, es un potente desencadenante de enfermedades cardiovasculares, «el tratamiento es complejo, ya que hay que modificar el estilo de vida. Además, a veces es necesario prescribir medicamentos o suplementos alimenticios», apunta el experto. Y añade: «En IMEO buscamos la solución desde un enfoque multidisciplinar. Para ello, trabajamos siempre con tres profesionales, un licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, un nutricionista y un psicólogo. No hay que perder de vista que de lo que se trata es de superar una adicción. Es un tratamiento largo y no es fácil».

Estos son algunos consejos que sugiere el portavoz del IMEO para solventar el problema:

  • Potenciar la actividad física, ya que ayuda a regular los niveles de serotonina, y esto nos hace sentir mucho mejor.
  • Mantenernos dentro de nuestro peso. La hormona leptina se segrega en las células grasas, y las personas obesas tienen tendencia a desarrollar resistencia a la leptina.
  • Reducir o eliminar totalmente los productos ultraprocesados, los cuales suelen ser ricos en grasas saturadas y en harinas refinadas. Se puede hacer de forma brusca, de un día para otro, lo cual nos va a costar mucho más; o bien, de forma progresiva y buscando opciones sustitutas, como los alimentos proteicos chocolateados.
  • Ponerse en manos de profesionales, ya que es la mejor manera de evitar que persista una adicción que si se prolonga en el tiempo puede provocar la aparición de problemas más graves de salud relacionados con enfermedades cardiovasculares o como la diabetes tipo 2.

Especial SEMANA SANTA: ayunar para alimentar la espiritualidad

El Aviso / EFE
Reflexionar, hacer un alto en el camino y observar nuestro desarrollo personal, reencontrarse con uno mismo y los demás, practicar el perdón y el amor, la tolerancia, la paz y la generosidad son actitudes y conceptos que se recomienda tener presentes, compartir y cultivar, durante la Semana Santa, y que están más próximos al verdadero significado espiritual y religioso de esta festividad.

El ayuno de Semana Santa puede ser un aliado de esta corriente de pensamientos y sentimientos espirituales, ya que además de sus efectos nutricionales en la salud, produce un efecto mental, favorecedor de la introspección y la meditación, al propiciar en una serie de impactos bioquímicos en nuestro cerebro, según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).    

Consultada sobre ¿de qué manera el ayuno afecta a nuestro cerebro y nos ayuda a conseguir un estado de mejor introspección en estos días de fervor religioso y festivo?, Ángela Fernández, psicóloga del IMEO (https://imeoobesidad.com), hace referencia a “la visión holística del ser humano”.

UNA PERSONA, CUATRO CUERPOS.

Según la doctrina del holismo, las personas somos “un todo” distinto de la suma de los elementos que nos componen. “Somos un todo compuesto por un cuerpo físico, uno emocional, uno intelectual y uno espiritual”, que funcionan en conjunto, como un sistema integrado, de acuerdo a Fernández.

Según Fernández, la comida afecta enormemente nuestra manera de comportarnos, del mismo modo que ciertos comportamientos requerirán el consumo de determinadas comidas.

“Por lo tanto, si logramos efectuar cambios en nuestra manera de comer, provocaremos cambios en nuestra manera de ser y estar”, enfatiza.

AYUNO Y CAMBIOS CEREBRALES.

Señala que uno de los cambios más importantes que se observan durante el ayuno, es una mayor capacidad para concentrarnos, derivada del aumento de la producción de la hormona orexina en la región cerebral del hipotálamo, la cual suma su acción a la de otras sustancias neurotransmisoras como la noradrenalina. 

“También se ha visto que al ayunar, aumenta la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para recuperarse y adaptarse a nuevas situaciones”, añade Escalada.

Este fenómeno, que se debe a la necesidad del cerebro de buscar fuentes de energía diferentes de las habituales, es fundamental porque es lo que mejora el aprendizaje y la capacidad memorística, según esta nutricionista.

Además, “pasar bastantes horas sin comer y reducir la copiosidad de cada toma de comida, favorece la producción de una proteína conocida como Factor Neurotrófico derivado del Cerebro (BDNF) cuyos niveles bajos mantenidos en el tiempo han sido relacionados con el desarrollo de enfermedades como la depresión y el Alzheimer”, según puntualiza.

Escalada añade que asimismo el ayuno activa el sistema nervioso simpático, inactivándose al mismo tiempo el parasimpático. Esto hace que no se produzcan picos de insulina y, que con ello, se reduzca la ansiedad por comer alimentos dulces ultraprocesados.

Añade que el consumo abusivo y reiterado de alimentos ricos en azúcares sencillos, harinas refinadas, grasas saturadas o trans y sal, presentes en los productos ultraprocesados, la pastelería industrial, las galletas y los dulces,  afectan notablemente nuestro estado emocional.

EVITAR LOS ULTRAPROCESADOS.

Esos componentes alimenticios favorecen un proceso inflamatorio, que ha sido vinculado con el desarrollo de la depresión, y también actúan sobre estructuras cerebrales relacionadas con el placer, generando adicción, según Escalada. 

“Para alcanzar la sensación de calma, estabilidad y autocontrol necesarios para el crecimiento personal y espiritual es esencial reducir al máximo el consumo de estos alimentos”, advierte.

Para el periodo de reflexión, que se abre en Semana Santa, la psicóloga Ángela Fernández recomienda evitar compararnos con los demás, “un hábito mental que produce mucho dolor” y del que “la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes”.

Se refiere a “la comparativa constante entre, cómo me siento yo y cómo están los demás, cómo estoy yo y cómo se comportan los demás”.

Según Fernández, necesitamos “entender que cada personas tiene su propio proceso, que es único y no es comparable al de otras”.

En ese sentido, los ejercicios de introspección, que podemos realizar en Semana Santa,  nos ayudarán a reconocer nuestras emociones y desbloquear nuestro límites, señala.

“Así nos daremos cuenta que todo depende de nuestros propios logros, que son tan únicos como personales. De esa comprensión surge el verdadero crecimiento espiritual”, concluye.

Ricardo Segura / EFE Reportajes