Cinco alimentos que te ayudan a dormir mejor

La Vanguardia

El insomnio se debe a múltiples factores, de manera que mantener una correcta higiene de sueño no depende únicamente de la alimentación. Sin embargo, hay algunos alimentos –y ciertos hábitos– que mejoran nuestro descanso, ayudan a relajar el sistema nervioso y a dormir correctamente. Dormir bien es, de hecho, más importante de lo que creemos, pues la falta de sueño puede tener consecuencias que van “desde irritabilidad y falta de concentración a corto plazo, por no hablar de la insatisfacción y desesperación del que no duerme correctamente, hasta diversas complicaciones a largo y medio plazo”, explica el neurólogo Alejandro Iranzo, coordinador de la Unidad Multidisciplinaria de Trastornos del Sueño del Hospital Clínic de Barcelona.

“Se ha demostrado que el insomnio puede ser un factor de riesgo para la obesidad, la diabetes, la hipertensión e incluso el Alzheimer”, explica Iranzo, quien, más que prescribir determinados alimentos, opta por restringir por completo algunos otros para dormir mejor. De hecho, a los pacientes con insomnio se les prohíbe la ingesta de “café, té, chocolate, bebidas excitantes y cualquier otro compuesto con cafeína”.

De hecho, la cafeína es, según el doctor, “una prima lejana de las anfetaminas”, capaz de activar nuestro sistema nervioso y afectar a nuestra calidad de vida de forma determinante. Existen, sin embargo, algunos alimentos que pueden contribuir a que durmamos mejor y, lo que es más importante, tengamos una correcta calidad de sueño, que hay que combinar siempre con unos hábitos saludables que propicien el descanso de cuerpo y mente. “No olvidemos que nuestro cuerpo puede estar muy cansado, pero para dormir bien es nuestro cerebro el que debe ser capaz de relajarse”, explica Iranzo. Estos son algunos de ellos:

Cereales integrales

La nutricionista de La Gastronòmica, Clara Antúnez, recomienda consumir siempre por las noches una pequeña porción de cereales integrales, “ya que es precisamente en la corteza del cereal donde encontramos una gran cantidad de triptófano”. El triptófano es un aminoácido esencial cuya particularidad es que no lo sintetiza el organismo, sino que debemos comerlo, y “es decisivo en la creación de serotonina, un neurotransmisor que hace que el cerebro funcione correctamente”. Y no solo eso, ya que el triptófano también ayuda a generar melatonina, “un neurotransmisor que se produce sobre todo de noche e influye decisivamente en los procesos de sueño y vigilia”, explica Antúnez.

La nutricionista aboga por “suprimir de una vez el discurso, tan arraigado, de que no debemos comer carbohidratos de noche, pues en cantidades moderadas no solo van a activar la serotonina, sino que nos harán sentir saciados y propiciarán un sueño plácido”, evitando los despertares nocturnos y, con ellos, en muchos casos, los atracones.

“Hay quien se despierta en mitad de la noche y consume alimentos hipercalóricos y poco saludables”, explica Iranzo. “Es el que come por ansiedad, un trastorno que no hay que confundir con el llamado síndrome de la cena durante el sueño, un tipo de sonambulismo que lleva al que lo sufre a levantarse a comer compulsivamente mientras duerme, incluso a cocinar, sin acordarse de nada al día siguiente”.

Pescado azul

Este tipo de pescado es siempre un caballo ganador, según Antúnez, pues no solo contiene proteínas “sino también ácidos grasos omega 3, que también están vinculados a la producción de triptófano”. Para Iranzo, una muy buena cena es un plato de verdura o ensalada verde acompañadas de pescado azul, ya que “es fundamental que las cenas sean siempre ligeras, pues las digestiones pesadas pueden provocar reflujo gastroesofágico y otras molestias que pueden impedir conciliar bien el sueño y, lo que también es muy importante, que este sea reparador”.

Lácteos

¡Según Antúnez, hay que tomarse muy en serio la vieja creencia de que un vaso de leche caliente antes de ir a dormir favorece el sueño. “Los lácteos no solo tienen triptófano, sino también minerales como magnesio o zinc, que ayudan a absorberlo mejor”. Por tanto, una porción de queso fresco (mejor huir de quesos más grasos, que son siempre los más curados), un yogur natural (evitando los postres lácteos azucarados) o un vaso de leche sin cacao u otros estimulantes son ideales para relajarnos antes de ir a dormir.

Una buena idea es dejar el vaso de leche o el yogur para antes de ir a dormir y adelantar el horario de la cena. “Para dormir bien, tenemos que acostarnos siempre con la digestión hecha”, explica Iranzo, que recomienda cenar siempre al menos dos horas antes de ir a la cama.

Frutos secos

Son ricos en vitaminas del grupo B, implicadas en el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Antúnez recomienda comerlos “siempre crudos, mejor que tostados, y en ningún caso fritos”.

Plátano

Es una buena fuente de triptófano, que Antúnez recomienda consumir para merendar, ya que al contener azúcares simples es mejor evitarlo a la hora de cenar.

Por último, Iranzo recomienda, en la medida de lo posible, a todos aquellos que encuentren dificultades a la hora de dormir que traten de establecer unos horarios regulares de sueño, siempre a la misma hora aproximadamente, y que eviten las actividades estresantes o estimulantes a última hora de la tarde. “Hacer deporte por las noches no es una buena idea, ya que aunque el cuerpo esté cansado el cerebro está sobreestimulado”, explica. Por lo demás, no parece haber pautas claras para conciliar el sueño. “Hay quien no puede leer porque se desvela, quien no soporta la tele o el que si escucha la radio no puede dormir: lo cierto es que no existen patrones”, explica Iranzo, en referencia a la población general.

Otra cosa es cuando se presenta un trastorno como el insomnio, al que, entonces sí, hay que atacar desde todos los frentes. “A un paciente con insomnio se le recuerda desde el primer día que la cama es para dormir: ni para leer, ni para comer ni para ver películas”. Además, se retiran todos los estimulantes del sistema nervioso, entre los que se encuentra, recuerda Antúnez, también el tabaco. La nutricionista recomienda a los fumadores insomnes que prueben a eliminar los últimos cigarros del día (aunque, obviamente, lo ideal sería eliminarlos todos), y aprovecha para repetir un mantra que sirve tanto a aquellos que tienen problemas para dormir como a la población general. Para alimentarse bien, asegura, “hay que comer un poco de todos los alimentos, en lugar de mucho de uno”, eliminando siempre los procesados y azucarados. “Es la única manera de asegurarnos que nuestro cuerpo reciba todos los nutrientes que necesita sin necesidad de obsesionarnos con ellos”, concluye.

Temporada alta de pastillas para adelgazar

  • La «operación bikini» comenzó en abril: desde entonces y hasta julio se vende el 42% de estos fármacos
  • Junio, el punto álgido: se dispensan 544.000 unidades y gastamos 10,3 millones de euros
La Razón, por J. V. Echagüe y F. Otero 

pastillas para adelgazar¿Cuándo podemos decir que comienza la «operación bikini»? Si usted tiene pensado anotar cada caloría ingerida a partir de hoy, debe saber que llega tarde. O al menos, así lo indican los hábitos de los españoles: ya desde el mes de abril y hasta julio incluido comienzan a incrementarse las ventas de productos para el control de peso, hasta el punto de que en ese periodo se producen el 42% de las ventas anuales. En todo caso, todavía está a tiempo. Los españoles preocupados por los kilos de más no pierden la esperanza incluso cuando ya tienen un pie y medio en la playa: el punto álgido de su consumo se produce durante el mes de junio. Así, el pasado año, se dispensaron en ese mes 544.000 unidades de las pastillas para adelgazar, facturándose 10,3 millones de euros en apenas 30 días. No en vano, estamos ante un producto estacional, con picos a lo largo del año. Y la antesala del verano supone el más acentuado de todos.

Descenso progresivo

Estos son algunos de los datos facilitados por la consultora IMS Health y que recogen la evolución en la venta de estos fármacos de venta libre en farmacias. En todo 2014, los usuarios adquirieron alrededor de 5,2 millones de unidades de estos productos, que lograron una facturación de 91,5 millones de euros. Una cifra elevada, cierto, pero que aún así supone un descenso de casi el 8% de unidades vendidas respecto al año anterior –entonces se vendieron 5,7 millones de unidades– y en torno a un 5% menos en el dinero recaudado –96,5 millones de euros–. De hecho, esta parece ser la tendencia también en el presente ejercicio. En lo que va de 2015 –de enero a abril–, los datos de IMS Health señalan un descenso en las ventas del 6% respecto al año anterior, así como un 7,4% menos de facturación. En cualquier caso, y a tenor de estas cifras, ¿podemos decir que hacemos un uso correcto?

«No hay un dato exagerado de consumo de pastillas milagrosas para adelgazar. De hecho, lo que consume la gente suelen ser píldoras con agentes depurativos o las que tienen un efecto saciante, por tener un componente hiperproteico», explica a LA RAZÓN Antonio Villarino, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación. Así las marcas más vendidas en farmacia son Arkocap (497.000 unidades), Lipograsil (400.000), Super Premium (367.000), XLS (358.000) y Alli (118.000). Con todo, la marca que más factura, y con gran diferencia respecto al resto, es XLS (17,6 millones de euros en 2014), seguida de Alli (6,9), Arkocap (6,5), Super Premium (6,4) y Lipograsil (5,1 millones).

«No son peligrosos, salvo algunos que si se toman en grandes cantidades pueden causar deshidratación», asegura Villarino. Y es que lo que «realmente preocupa» a los dietistas «son las dietas milagro, que están muy extendidas. La gente tiene ciertos reparos a tomar pastillas, pero no tanto a hacer algún tipo de regímenes alimenticios».

«Realmente, en la actualidad no hay un problema con las pastillas milagrosas para adelgazar, como las conocidas como Rainbow Pills, que fueron en los años 90 una auténtica epidemia», afirma por su parte Alberto Goday, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). «Los problemas de obesidad son muy serios y a día de hoy todavía no hay algo que lo pueda solucionar: no hay soluciones milagrosas», añade. Pero en lo que respecta a los productos que se dispensan en botica, «todos tienen todas las garantías, pues pasan muchísimos controles y evaluaciones. En los productos de nutrición y complementos alimenticios también se vigila que no tengan sustancias prohibidas porque si no, se retiran».

En todo caso, no dejamos de buscar productos que aminoren –o que, directamente, hagan de-saparecer casi por arte de magia– un tejido adiposo excesivo. Y lo que es más preocupante: con tal de que cumplan su labor, no miramos lo que compramos.

Los riesgos

«Al margen de las pastillas peligrosas, hoy proliferan sobre todo productos a base de plantas. Y la gente cree que, por ser natural, es bueno. Pero hay plantas que pueden matar. Luego están los quemagrasas, que aparecen como productos de parafarmacia», dice el vicepresidente de la SEEDO. Lo que no hay que olvidar es que la gente «busca hacer en un mes todo lo que no ha hecho durante el año para la ‘‘operación bikini’’. Y aquí es donde aparecen esas nuevas dietas, que son un fraude».

Además, Alberto Goday recuerda que, si bien la ley se cumple a rajatabla en cuanto a los medicamentos que se dispensan en farmacia, sí que existe una mayor laxitud en lo que respecta a los «productos naturales». «La legislación es menos estricta, como también ocurre con las sustancias que toman los deportistas en los gimnasios», aclara.

¿Conclusión? Como afirma Antonio Villarino, «para bajar de peso no hay milagros». Y es que, en lo que respecta a la dieta, quimeras, las justas. «La fórmula es llevar a cabo dietas hipocalóricas y realizar ejercicio físico. Y siempre a largo plazo».

Un mercado negro de anfetaminas en la red

Como sucede con los estupefacientes o la viagra, el mercado negro de internet es prolífico en cuanto a la venta de productos supuestamente adelgazantes. «Las pastillas más peligrosas son las que sólo se pueden conseguir por prescripción médica, aunque hay gente que las busca a través de internet y en mercados no regulados. Tenemos las anfetaminas, que tienen un gran poder adictivo, y producen en los pacientes un síndrome de abstinencia escandaloso que requiere terapia», asegura Pepe Alcocer, médico de Narconon. Tampoco hay que pasar por alto las hormonas, «que no se puede decir que sean adictivas, pero sí vuelven ‘‘loco’’ al organismo. Al darle de forma artificial hormonas a nuestro cuerpo, éste deja de producirlas». «Las hormonas tiroideas pueden descontrolar todo nuestro sistema y causar hiperteroidismo», afirma, por su parte, Antonio Villarino.