Expertos europeos recomiendan Método Evolution, Realfooding y Dieta Volumétrica como los mejores regímenes para perder peso sin efectos perjudiciales en la salud.
Cada año emergen una serie de tendencias dietéticas y regímenes para adelgazar que prometen perder mucho peso en poco tiempo, aunque no todos ellos cumplen sus promesas ni son sostenibles a largo plazo, e incluso pueden efectos perjudiciales en la salud.
Los métodos saludables para perder peso son llevaderos a largo plazo y sin efecto rebote.
Los métodos de adelgazar saludables se basan en evidencias científicas, proponen una pérdida de peso paulatina, no superior a los 1,5 kilogramos por semana y los 6 kilogramos al mes y, además, se sirven de todos los grupos de alimentos restringiendo sólo las cantidades, según los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (Imeo).
Este instituto recomienda, entre otras, tres dietas innovadoras.
Método Evolution
“Este método permite perder 5 kilos de grasa en un mes y es aconsejado a personas que buscan compaginar un estilo de vida activo con una mejora en la condición física”, según Rubén Bravo, experto en nutrición del instituto (www.imeoobesidad.com).
Según este experto, el plan de alimentación Evolution está orientado a favorecer el uso de grasa como fuente de energía.
“Esto implica tomar alimentos de bajo y medio índice glucémico (que aumentan lentamente la glucosa en el cuerpo) para estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y propiciar vitalidad y evitar la sensación de hambre”, apunta.
“También involucra tomar cantidades adecuadas de proteínas de alta biodisponibilidad (que son absorbidas y utilizadas por el organismo en un alto porcentaje) que alimentan al músculo, grasas saludables que favorecen el sistema hormonal y alimentos de alta densidad nutricional (con abundantes nutrientes) para descartar carencias de micronutrientes o desnutrición”, añade el experto.
“Evolution plantea tres fases: una primera de activación metabólica e iniciación en la actividad física; la segunda, diseñada para aposentar los nuevos hábitos saludables; y una tercera fase ‘fit’ (de aptitud física)”, según Bravo.
“La fase “fit” es la recta final para definir el tono muscular, reducir al máximo la grasa, combatir el envejecimiento prematuro, la ansiedad y los problemas de sueño. Además entrena la memoria y aumentan las defensas si reforzamos al sujeto con técnicas “mindfulness” (atención plena)”, indica el experto.
“También es la fase del afianzamiento en el estilo de vida saludable, activo y preventivo”, concluye.
Sistema Realfooding
“El método Realfooding apela a suprimir al máximo de nuestro menú los productos ultraprocesados y el efecto adictivo que puedan tener, pasándonos a una alimentación natural y saludable”, señala Bravo.
Precisa que es una propuesta de pautas saludables que nos puede ayudar a perder entre 0,5 y 1 kilo a la semana.
Quienes siguen este planteamiento dividen los alimentos en dos grupos, que son por los que rigen sus consumos y un tercero a evitar.
El primer grupo incluye frutas, verduras, hortalizas, legumbres, pescados, mariscos y huevos que serían la base de la alimentación diaria.
El segundo está constituido por los procesados saludables, como leche UHT, aceite de oliva virgen extra, pescados enlatados o pan 100 por ciento integral.
“El tercer grupo incluye los ultraprocesados, que hay que suprimir al máximo de nuestra alimentación, como por ejemplo refrescos, lácteos azucarados, aperitivos y pastelería industriales, con altas concentraciones de azúcares, sal o grasas saturadas que se les han incorporado a estos productos para aumentar su sabor, duración o atractivo”, apunta el especialista.
“Seguir este método puede ayudarnos a estar sanos, pero no hay que olvidar que, incluso comiendo sano, podemos engordar si nos excedemos con la cantidad de algunos alimentos saludables pero muy calóricos, como el aguacate, el aceite de oliva o los frutos secos”, agrega Carmen Escalada, nutricionista clínica del Imeo.
“Para bajar de peso sería necesario ajustar las ingestas en función de nuestra constitución y el ejercicio físico realizado, siempre bajo el seguimiento de un profesional”, destaca esta experta.
Dieta volumétrica
“Este tipo de dieta se basa en alimentos con mucho volumen, pero bajos en calorías. De este modo y con un menú diario que rondaría las 1.500 calorías se podrían perder entre 0,5 y 1 kilo a la semana, asegurando una bajada gradual”, explica Bravo.
Destaca que la gran ventaja de esta dieta es su capacidad de calmar el apetito y cubrir los requerimientos nutricionales diarios, recurriendo al sabor, textura, forma de preparación y combinación de determinados alimentos que aumentan la sensación de saciedad e incentivan el descenso de peso.
“Aquí suelen servirse como primer plato o antes de la comida principal una ensalada de hortalizas de hoja ancha o un caldo desgrasado”, explica la nutricionista del Imeo, Estefanía Ramo.
Señala que se priorizan los alimentos y cocinados más acuosos, como infusiones, cereales cocidos, frutas, hortalizas, sopas y guisos que permiten ingerir más volumen y aumentan la saciedad.
“La ingestión de hortalizas crudas garantiza un aporte constante de glucosa y energía, mientras que las frutas nos proporcionarían vitaminas y fructosa que se asimila más lentamente que la glucosa, sin provocar bajadas de azúcar”, según Ramo.
“Los alimentos muy calóricos como mayonesa, crema, mantequillas, embutidos, frituras, carnes grasas y lácteos enteros, se sustituyen por otros con un aporte calórico bajo o moderado. Entre ellos los lácteos desnatados, pollo sin piel, cortes de carne magra, carne desgrasada fría, jamón magro, aderezos light y rocío vegetal (el aceite más puro de girasol)”, señala.
“Las patatas, cereales refinados, pan blanco, pastas y arroz blanco, deben ingerirse con moderación, porque favorecen el aumento de los depósitos de grasa corporal, además de dar menor sensación de saciedad y elevar en forma brusca el azúcar en la sangre. Son preferibles las frutas frescas y secas, hortalizas, cereales integrales, semillas y legumbres”, según Ramo.
En esta dieta es esencial la hidratación, pues se recomienda beber dos vasos de agua al levantarse y alcanzar los 3 litros finalizado el día, pudiendo optar por zumos de frutas o batidos.
“Más que dietas de adelgazamiento, estos tres planteamientos buscan inculcar un estilo de vida saludable de por vida, cuyos efectos no solo serán visibles en los kilos perdidos, sino también en la mejoría del estado de salud y las sensaciones de bienestar”, explica Bravo a Efe.
“Son planes que se centran mucho más en comer de forma saludable, que en adelgazar a cualquier precio, con lo cual inciden en la pérdida de grasa corporal y en el mantenimiento o mejora de la masa muscular. Habrá semanas que la pérdida de peso no será elevada, pero si el volumen total”, puntualiza.
Bravo recomienda asumir desde el principio que las dos o tres primeras semanas son las más difíciles pero que, después, “se van sustituyendo los malos hábitos sin tanta sensación de esfuerzo”.
El IMEO lanza la séptima edición de la clasificación Top 5 de las mejores y peores dietas para perder peso en el 2020, teniendo en cuenta su popularidad, posible efecto rebote y cómo afectan la salud a largo plazo
Por séptimo año consecutivo el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) lanza su tradicional clasificación con algunas de las dietas que han cobrado protagonismo en España a lo largo del último año, dejando claro que no todo lo que está de moda vale para lograr una pérdida de peso saludable. En dos listas independientes, en orden descendente de uno a cinco, los expertos del Instituto enumeran las mejores y peores dietas que seguirán marcando tendencias en 2020.
El Ranking del IMEO está respaldado por una veintena de expertos en obesidad y cuidado de la salud, entre ellos médicos endocrinos y cirujanos bariátricos, nutricionistas clínicos y deportivos, dietistas, psicólogos, terapeutas y entrenadores físicos. Se nutre de casos reales, estudios científicos, novedades y tendencias recogidos de los Medios y las redes sociales, así como de las búsquedas registradas para España en Google Trends.
Los expertos del IMEO insisten en la necesidad de seguir una dieta equilibrada dentro de un estilo de vida saludable
«Este año nos hemos vistos desbordados por las tendencias en dietética que emergen y rompen con fuerza en las redes sociales y la enorme popularidad entre sus seguidores explica la elección de la gran mayoría de las dietas que componen esta séptima edición de nuestro ranking”, explica Rubén Bravo, portavoz y experto en nutrición del Instituto. Ante los nuevos retos de la nutrición actual, apelan a evitar las “dietas milagro” por sus efectos negativos sobre la salud. Los métodos de adelgazar saludables se basan en evidencias científicas, proponen una pérdida de peso paulatina, no superior a los 1,5Kg por semana y los 6Kg al mes. Se sirven de todos los grupos de alimentos restringiendo sólo las cantidades y son de gran ayuda a la hora de mantener un estilo de vida saludable.
Top 5 de las dietas menos indicadas para 2020
Agresivas y muy restrictivas, prometen perder mucho peso en poco tiempo, siendo insostenibles a largo plazo. Carecen de sustento científico y a menudo recurren a productos “milagro”. Con garantizado efecto rebote y efectos secundarios que comprometen la salud. Desaconsejadas para lograr una pérdida de peso saludable.
Las dietas milagro suelen ser muy agresivas y descompensadas; no funcionan a largo plazo y tienen numerosos efectos adversos en la salud, además de un asegurado efecto rebote.
La dieta del vinagre
Por otro año consecutivo el ranking de las peores dietas del año desaconsejados por IMEO es encabezada por una monodieta que se centra en la ingesta exclusiva de un solo producto durante varios días. Se trata de la dieta del vinagre que se hizo viral debido a la muerte de una joven británica. Puesto que la lista de famosas que respalda este método para adelgazar, se encabeza por nombres, como Miranda Kerr y Victoria Beckham, no debemos subestimar su influencia y riesgos.
Se trata de una dieta agresiva que explota como fundamento un estudio realizado en Japón hace una década que atribuye la pérdida de peso corporal al efecto del ácido acético del vinagre sobre el metabolismo de los lípidos. “Los resultados demostraron que, con la ingesta diaria de 30 ml de vinagre de manzana, se podían perder unos 150 gramos por semana que es insignificante, lejos de bajar 5 kilos en 3 días augurados por algunos seguidores de esta práctica”, apostilla la nutricionista clínica del IMEO Carmen Escalada. En realidad, combinar ayunos descontrolados con ingestas mínimas y vinagre a diario puede comprometer nuestra salud y agravar enfermedades ocultas o sin detectar, como diabetes, úlcera, gastritis u osteoporosis, entre otras.
Las monodietas se proponen una bajada de peso sustancial y rápida y normalmente lo consiguen a corto plazo con la reducción drástica de la ingesta calórica. A partir de aquí todo son inconvenientes: riesgo de déficit de nutrientes y energía, pérdida de agua y masa muscular y un temible efecto rebote que nos acecha a largo plazo. Son difícil de encajar en un estilo de vida saludable: empeoran nuestros hábitos y generan ansiedad, irritabilidad y decaimiento.
2. La dieta del polvito
Las dietas con suplementos tipo Pronokal están en auge, debida su accesibilidad y al hecho que prometen perder hasta 4 kilos en una semana. Suelen ofrecer, junto con el asesoramiento nutricional, una amplia gama de productos dietéticos en forma de polvos que se emplean para preparar sopas, tortillas, pasta, chips, salsas, barritas, batidos, galletas, chocolates y postres, a las que hemos de sumar múltiples complejos minerales y vitamínicos.
Son productos excesivamente caros y no por ello justifican que cumplirán su propósito o meta. A largo plazo “la dieta del polvito” es difícil de seguir y tiene un fuerte efecto rebote. En España lo pudimos ver casi en directo con el cambio en la imagen de la presentadora televisiva Carlota Corredera que, tras perder 60 kilos con este método, ha comenzado a recuperar peso.
“Los suplementos proteicos, habituales en este tipo de dietas, antes se podían adquirir sólo bajo prescripción de un endocrino o nutricionista; ahora se pueden comprar sin receta en tiendas a pie de calle y online”, apunta la nutricionista del IMEO Andrea Marqués. Las personas que desesperadamente desean perder peso muchas veces no son conscientes de los riesgos que ocultan. Tomados sin supervisión pueden empobrecer nuestra dieta y desplazar el consumo de frutas, verduras y proteínas de calidad. Además, los suplementos proteicos no son poco calóricos, por lo que debemos tener cuidado al incluirlos en nuestra alimentación, aunque sea de manera puntual. Nunca deben emplearse para realizar dietas cetogénicas sin supervisión médica o del nutricionista, ya que éstas pueden conllevar riesgos para la salud, como intoxicación hepática y renal, o déficit de vitaminas y minerales.
3. Keto dieta
Esta dieta seguida por famosas como Kim Kardashian promete bajar hasta 12 kg en 1 mes y fue una de las más buscadas en España según los datos de Google Triends para el año pasado. Se basa en la cetosis, la transformación de las grasas acumuladas en cuerpos cetogénicos para que puedan ser usados como combustible por nuestro organismo. “Cuando remitimos la cantidad de hidratos de carbono –pasa al tercer día de estar tomando menos de 15 gr de carbohidratos diarios–, nuestro glucógeno o reserva energética disminuye, obligando al cuerpo a tirar de las reservas de grasa y así bajar de peso”, explica Estefanía Ramo, nutricionista y dietista del IMEO.
Estamos ante una dieta poco saludable, recalcan los expertos del Instituto que promueve el consumo excesivo de grasas y proteínas que sacian mucho, pero cuestan más ser digeridos que los hidratos de carbono. Eso explica algunos de los síntomas del malestar general y efectos adversos que provoca la cetosis, tales como dolor de cabeza y mareos ante la falta de energía, mal aliento y sequedad en la boca, sudoración fuerte, falta de apetito, náuseas o incluso vómitos, dolor abdominal, dificultad al respirar y decaimiento, pérdida de calcio y riesgo de osteoporosis, aumento del cortisol en sangre cuyo exceso puede llegar a producir sensación de estrés y ansiedad.
Los que de todas formas están decididos en hacen esta dieta, deben seguir un proceso riguroso a la hora de incorporar progresivamente los carbohidratos en su menú, tras finalizar el régimen, para evitar el esperado efecto rebote. Este proceso suele durar desde dos semanas a varios meses, dependiendo del peso que se haya perdido.
4. La dieta del influencer sin titulación
Es un fenómeno que mueve millones y arrasa en plataformas como Instagram, Facebook o YouTube: los influencers de comida y estilo de vida saludable. Sin tener las credenciales correspondientes, se embarcan en el mundo de la nutrición y el deporte, trasladando consejos que ellos mismos no practican sin una cámara delante, incitando al seguidor mediante propuestas hábiles de marketing al consumo de productos naturales o adelgazantes que, en muchas ocasiones, no son tan saludables o cuyos beneficios no son demostrables, constituyendo un arma de doble filo para los profesionales que también trabajan en estas plataformas.
“A menudo tenemos que desmitificar bulos sobre métodos agresivos para perder 5 kilos en dos semanas”, señala la nutricionista clínica y deportiva del IMEO Sonia Peinado, porque no existe una “fórmula milagrosa” a la hora de bajar de peso. Si nos dejamos guiar a distancia por el éxito ajeno sin un seguimiento profesional, lo más probable es no alcanzar la meta, acabar con más sobrepeso que el inicial, desarrollar un déficit nutricional o algún trastorno alimenticio, comprometiendo nuestro estado de salud a causa del desconocimiento. Para evitar caer en las redes del influencer aficionado, la experta aconseja asegurarse que éste cuenta con un número de colegiado, que al menos las primeras consultas se realicen de forma presencial, que la dieta sea personalizada y que, después de todo, no se trate de la venta de productos adelgazantes que no hayan pasado los controles sanitarios correspondientes.
5. Dieta paleo
Es la favorita de los deportistas de élite, como los futbolistas Marcos Llorente y Rafa Usín, que permite perder 3 kilos de grasa en 10 días. Como su nombre indica, se trata de un plan de alimentación similar al del cavernícola del paleolítico donde se prioriza el consumo de carnes magras, pescado, huevos, lácteos orgánicos, frutas, vegetales, frutos secos y semillas, y se excluye el grano (trigo, arroz, maíz, avena). Los seguidores de la paleo dieta sostienen que el cuerpo humano es incompatible genéticamente con la alimentación actual que incluye comidas procesadas ricas en azúcares, grasas y sal que hace las personas más susceptibles a enfermedades como la diabetes mellitus, obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión o inflamación del colón.
“Con un seguimiento profesional, esta dieta podría funcionar a deportistas o a personas que buscan mejorar su rendimiento físico y muscular”, indica la nutricionista clínica y deportiva del IMEO Inmaculada Luengo. El alto contenido de frutas y verduras asegura unos adecuados niveles de potasio, buena presión arterial y correcta función de los riñones y del músculo. Es una dieta apta para celiacos y previene el estreñimiento, debido a su aporte de fibra. Se realizan un máximo de 3 ingestas al día, con períodos de ayunos intermitentes que permite descansar a nuestro sistema digestivo e inmunitario.
En cuanto a los inconvenientes, un estudio realizado por científicos australianos[1] hace poco reveló que la dieta paleo puede tener un efecto adverso sobre la salud del corazón, además de conducir a otras enfermedades crónicas a largo plazo, debido que excluye del menú los carbohidratos de los granos enteros, lo que influye a tener un inferior número de bacterias beneficiosas en el estómago.
Al ser una dieta con exceso de proteínas, puede doblar la cantidad recomendada de grasas saturadas, aumentar los niveles de colesterol “malo” y afectar el funcionamiento de hígado o riñón. Puede acarrear déficit de calcio, vitaminas D y B. Es más cara y difícil de variar en cuanto a los alimentos, lo que a menudo conlleva a su pronto abandono.
Top 5 de IMEO de las dietas más saludables
Sostenibles en el tiempo y sin efecto rebote. Contribuyen a llevar un estilo de vida saludable. Se proponen una pérdida de peso moderada, hasta 1,5Kg por semana y no más de 6Kg al mes. Se nutren de todos los grupos de alimentos teniendo en cuenta su distribución, biodisponibilidad y las cantidades para garantizar el buen funcionamiento de nuestro organismo. Normalmente monitorizados por endocrinos, nutricionistas o dietistas.
Quemar grasa y definir músculo, son entre los objetivos que buscan los hombres
Método Evolution
Según Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del IMEO, el Método Evolution “es una apuesta multidisciplinar a corto, medio y largo plazo que incorpora no sólo pautas nutricionales y de actividad física, sino también complementos alimenticios y técnicas de coaching, crecimiento personal y mindfulness como herramientas de ayuda para conseguir objetivos de salud y reforzar la motivación”. Permite perder 5 kilos de grasa en un mes de forma saludable y es aconsejado a personas que buscan compaginar un estilo de vida activo con mejora en la condición física.
El plan de alimentación está orientado a favorecer el uso de grasa como fuente de energía a través de la nutrición inteligente avalada por evidencia científica. Esto implica tomar alimentos de bajo y medio índice glucémico para estabilizar los niveles de azúcar en sangre y propiciar vitalidad y evitar la sensación de hambre; cantidades adecuadas de proteínas de alta biodisponibilidad que alimentan al músculo; grasas saludables que favorecen el sistema hormonal; alimentos de alta densidad nutricional para descartar carencias de micronutrientes o desnutrición.
Si seguimos una dieta descompensada y baja en proteínas, adelgazaremos, pero los kilos que perdamos serán en parte de masa muscular, haciendo que nuestro organismo se ralentice y gaste menos calorías en reposo. “Cuando terminemos la dieta y volvamos a comer normal, nuestro cuerpo, que ahora gasta muchas menos calorías porque tiene menos masa muscular, empezará a almacenar la energía sobrante en forma de grasa y experimentaremos el temido efecto rebote, volviendo a engordar”, explica Bravo.Es por ello que el método plantea tres fases diferentes para acostumbrar y adaptar a nuestro metabolismo a todos los grupos de alimentos: una primera de activación metabólica e iniciación en la actividad física; la segunda, diseñada para aposentar los nuevos hábitos saludables; y una tercera fase fit. “Es la recta final para definir el tono muscular, reducir al máximo la grasa corporal, trabajar para combatir el envejecimiento prematuro, la ansiedad y los problemas de sueño, entrenar la memoria y aumentar las defensas, reforzando la motivación y el pensamiento positivo con técnicas mindfulness, y el afianzamiento en el estilo de vida saludable, activo y preventivo”, concluye el experto.
2. Realfooding
La actriz Paz Vega, amante confesa de la comida sana, fresca y orgánica, encajaría en este movimiento social que cuenta con más de 2 millones de seguidores en las redes. El método, bautizado como “realfooding” por el nutricionista Carlos Ríos, apela a suprimir al máximo de nuestro menú los productos ultraprocesados y el efecto adictivo que puedan tener, pasándonos a una alimentación natural y saludable. Por tanto, no estamos ante una dieta, sino ante una propuesta de pautas saludables que nos puede ayudar a perder entre 0,5 y 1 kilo a la semana.
Los que siguen este planteamiento dividen los alimentos en tres grandes grupos en función de su naturaleza, calidad nutricional o la presencia de ingredientes procesados y aditivos. El primer grupo incluye frutas, verduras, hortalizas, legumbres, pescados, mariscos y huevos que serían la base de la alimentación diaria. El segundo está constituido por los procesados saludables, entre leche UHT, aceite de oliva virgen extra, pescados enlatados o pan 100% integral. El tercer grupo se refiere a los ultraprocesados, como refrescos, lácteos azucarados, snacks salados o bollería, que pueden ser nocivos para la salud, debido a las altas concentraciones de azúcares, sal o grasas saturadas que se les han incorporado para aumentar su palatabilidad, duración o atractivo.
“Seguir este método puede ayudarnos para estar sanos, pero no tiene por qué convertirse en una obsesión hasta el punto de recurrir a aplicaciones para escanear la comida y cada bocado que tomamos”, apunta Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO. No hay que olvidar que, aun comiendo sano, podemos engordar, si se exceden la cantidad de algunos alimentos saludables, pero muy calóricos, como el aguacate, el aceite de oliva o los frutos secos. Si queremos bajar de peso, sería necesario ajustar las ingestas en función de nuestra constitución y el ejercicio físico realizado.
3. Dieta volumétrica
La actriz Angelina Jolie es una de las famosas que se ha pasado a este tipo de dieta que se sirve de alimentos con mucho volumen, pero bajos en calorías y con un mayor poder saciante. De este modo y con un menú diario que rondaría las 1500 calorías se podrían perder entre 0,5 y 1 kilo a la semana, asegurando una bajada gradual.
La gran ventaja de esta dieta es su capacidad de calmar el apetito y cubrir los requerimientos nutricionales diarios. Para ello, recurre al sabor, textura, forma de preparación y combinación de determinados alimentos que aumentan la sensación de saciedad e incentivan el descenso de peso. A penas tiene efecto rebote, ya que se excluyen muy pocos grupos de alimentos durante la realización de la dieta y, en general, es fácil de seguir.
“Aquí suelen servirse de primero o antes de la comida principal platos que disminuyen el apetito, como la ensalada de hortalizas de hoja ancha o el caldo desgrasado”, explica la nutricionista del IMEO Estefanía Ramo. Se priorizan los alimentos y cocinados más acuosos, como infusiones, cereales cocidos, frutas, hortalizas, sopas y guisos quepermiten ingerir más volumen que otros y aumentan la saciedad. La ingesta de hortalizas crudas ricas en carbohidratos complejosgarantiza un aporte constante de glucosa y energía, mientras que las frutas nos proporcionarían vitaminas y fructosa que se asimila más lentamente que la glucosa y, por tanto, no provoca bajadas de azúcar.
Los alimentos de alta densidad calórica, comomayonesa, crema, mantequillas, embutidos, frituras, carnes grasas y lácteos enteros, se sustituyen por otros, de un aporte calórico bajo o moderado, como lácteos desnatados, pollo sin piel, cortes de carne magra (carne desgrasada fría, jamón magro), aderezos light y rocío vegetal.
Los hidratos de carbono de absorción rápida, como patatas, cereales refinados y sus derivados (pan blanco, pastas y arroz blanco) deben ingerirse con moderación, porque favorecen el aumento de los depósitos de grasa corporal, además de dar menor sensación de saciedad y elevar en forma brusca el azúcar en la sangre. Son preferibles los hidratos de carbono de absorción lenta obtenidos de frutas frescas y secas, hortalizas, cereales integrales, semillas y legumbres.
La hidratación en esta dieta es esencial, pues se recomienda beber dos vasos de agua nada más levantarse y alcanzar los 3 litros finalizado el día, pudiendo optar por zumos de frutas o batidos. El alcohol está desaconsejado, por aportar “calóricas vacías” y aumentar la sensación de hambre. Las bebidas azucaradas y con gas están prohibidas, ya que llenan y no sacian.
4. Dieta vegana
Natalie Portman y Brad Pitt son algunos de los famosos que reconocen seguir este tipo de dieta basada en la exclusión de todo tipo de carnes, pescados, mariscos, huevos, lácteos y todos sus derivados.
“La dieta vegana siempre ha levantado controversia por los posibles déficits asociados, pero si está bien planificada y equilibrada con alimentos de alta calidad puede resultar beneficiosa, reducir el riesgo cardiovascular, equilibrar los niveles de colesterol y mejorar la microbiota intestinal, debido al consumo de fibra de origen vegetal”, explica Sonia Peinado, nutricionista del IMEO. Permite perder entre 1 y 2 kilos a la semana, si se restringe el aceite vegetal.
Con el fin de evitar carencias nutricionales, debería estar supervisada por personal sanitario cualificado, cuando en realidad se estima que sólo un diez por ciento de los veganos acude a consulta.
Los nutrientes que resultan críticos en una dieta vegana, ya sea porque tienen una menor disponibilidad o debido a su difícil absorción, son la Vitamina B12, el hierro, el zinc, el yodo, las proteínas y el ácido graso omega 3. Su déficit puede dar lugar a males mayores, como anemia megaloblástica y enfermedad cardiovascular, e interferir para el correcto desarrollo del sistema nervioso o en las etapas de crecimiento. En este sentido, la clave del éxito reside en un seguimiento profesional realizado por personal sanitario cualificado, donde se asegura una suplementación adecuada basada en preparados de origen vegetal y se minimiza el consumo de croquetas, Nuggets o salchichas aptos para veganos, que no dejan ser productos ultraprocesados.
5. Dieta del ayuno intermitente
El ayuno intermitente es una de las dietas actuales de mayor auge que permite perder entre 1 y 2 kilos a la semana. Lo practican muchos famosos, entre ellos Ben Affleck y Elsa Pataky.
Consiste en introducir periodos de ayuno dentro de una alimentación equilibrada que pueden durar 12, 16 o más horas al día sin superar las 48 horas seguidas. “Por ser tan prolongados, éstos últimos períodos deben ser supervisados por profesionales”, aconseja la nutricionista del IMEO Andrea Marqués.
Este planteamiento consiste en hacer una dieta equilibrada con días de ayuno entre medio para que nuestro metabolismo optimice el consumo de energía almacenada en forma de grasa. Fisiológicamente, los niveles de glucosa en sangre durante el ayuno disminuyen y se ingieren menos calorías, lo que ayuda para perder peso. Cuando se practica por la noche, el ayuno ayuda a que nuestra microbiota intestinal se mantenga más saludable, favoreciendo la flora positiva y manteniendo a raya la negativa.
“No obstante, si practicamos ayunos intermitentes, es muy importante tener una ingesta de nutrientes adecuada a lo largo del día para no perder masa muscular o exponer a riesgo nuestra salud con un efecto rebote a corto y medio plazo”, advierte Marqués.
Este tipo de ayuno puede ser beneficioso en personas sanas, aquellas con diabetes tipo 2 controlada o los que practican un deporte moderado. Se desaconseja a pacientes con patologías asociadas o trastornos de la conducta alimentaria sin la recomendación y supervisión de un médico o nutricionista.
[1] Estudio, publicado en European Journal of Nutrition en 2019, ha sido llevado a cabo por investigadores de la Edith Cowan University (ECU) de Perth, Australia
El 12 de noviembre de todos los años está dedicado a informar y concienciar sobre una de las mayores lacras de la humanidad: los kilos de más. Sus efectos negativos no se limitan a lo visual, sino que ponen en riesgo la salud de todos
El almacenamiento de grasa corporal es un problema de salud mundial. Así como las terroríficas epidemias como el ébola, los esfuerzos que se llevan a cabo para ponerle freno no tienen el resultado deseado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2014 más de 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso y 600 millones eran, directamente, obesos. Lo peor es que esas cifras no han hecho más que aumentar, y el hecho de que hoy sea el Día Mundial de la Obesidad hace que nos encontremos en el momento perfecto para ver dónde estamos, de dónde venimos y, lo más importante, hacia dónde vamos.
Qué es la obesidad
A lo largo de los años se han dado multitud de definiciones de esta condición física. Actualmente, la más aceptada es que tanto obesidad como sobrepeso son el aumento anormal de grasa corporal que puede tener perjuicios para la salud.
Para clasificarlas, se utiliza el índice de masa corporal (IMC). Esta es una comparación estadística entre la altura de una persona y su peso. La fórmula que lo define es el peso de una persona dividido por el cuadrado de su altura en metros (kg/m²). Si bien otros factores tienen mucha relevancia individual y se ignoran con esta estadística (como la masa muscular, que es más pesada que la grasa), es una buena forma de establecer unos límites clasificatorios e informativos para la población. De hecho, como la propia Organización Mundial de la Salud aclara: «El IMC proporciona una útil referencia sobre el sobrepeso a un nivel de población total, dado que no diferencia entre sexos o edades. Dicho esto, se debe tener en cuenta que puede no corresponder al mismo nivel de ‘gordura’ para individuos diferentes«.
Según la OMS, los valores superiores a 25 se consideran sobrepeso, y aquellas personas que superen un índice mayor a 30 son considerados obesos. Por poner estos datos en perspectiva, podemos decir que un varón de 1’8 metros y 70 kilos tiene un IMC de 21,6. Si llega a los 81, alcanzará el sobrepeso; y si toca los 98, será considerado obeso.
Sus peligros
Junto con el tabaco, parece que hemos llegado todos nosotros a la conclusión de que estar obeso no es sano. La gente que la padece, según explican una grandísima cantidad de estudios científicos y confirma la OMS, tiene un riesgo mucho mayor de padecer enfermedades cardiovasculares, así como metabólicas (diabetes tipo II), problemas musculoesqueléticos como la osteoatritis y una mayor tasa de cáncer, en especial de colon, mama y endometrio.
El estado actual de la obesidad en el mundo
Tenemos que tener en cuenta que siempre ha habido cierta prevalencia de esta enfermedad entre la población general. Es más común en áreas urbanas y, según explican desde la OMS, no es raro que en un mismo edificio de un país en vías de desarrollo y del tercer mundo, convivan puerta con puerta una familia con problemas de obesidad y otra con desnutrición. En 1980 la tasa mundial de sobrepeso no superaba el 13,5%, y según datos de 2015 proporcionados por la OMS, hoy en día ha superado el 39%, más de una tercera parte de la población.
Según explican los investigadores Lindsay M. Jaacks, Stephanie Vandevijvere y el resto de su equipo de la Harvard T. H. Chan School of Public Health, de Estados Unidos y de la Universidad de Auckland en Australia, los niveles y la distribución de la prevalencia de la obesidad en un país son ejemplo de su desarrollo económico. Según los investigadores, existen 4 fases diferentes. En la primera, característica de los países del tercer mundo, la obesidad infantil es muy reducida y, en adultos, las mujeres tienen niveles mucho más altos que los hombres. La segunda fase se caracteriza por una equiparación del número de obesos de ambos sexos y un aumento sustancial de la obesidad infantil. Por último, los países desarrollados (como España) tienen más varones obesos que mujeres con esa misma condición. Ese punto de inflexión se dio en Italia en el año 2013, en Francia en 2011, en España en 2009 y en Alemania en 1993. De hecho, «se espera que Estados Unidos y Reino Unido cumplan con los pronósticos antes de 2022«, explican los investigadores.
Como se explicaba al inicio, a nivel mundial hay 1,9 millardos de personas con sobrepeso y 600 millones con obesidad. Eso es más que preocupante, en el año 2014 el 39% de los adultos del planeta tenían más kilos de los que sería normal. A su vez, también supone un gran riesgo para las nuevas generaciones, sobre todo para las de los países desarrollados, dado que en 2013, explican desde la OMS, «42 millones de niños menores de 5 años eran obesos».
Las perspectivas de futuro
Aunque los datos son más que limitados, pues al contrario que la mayor parte de enfermedades relevantes, no todos los obesos van al médico por su condición, se calcula, según datos del Centers for Disease Control (CDC) estadounidense, que en Estados Unidos un 39,3% de la población (un total de 93,3 millones de adultos) padece obesidad. El futuro no ofrece datos esperanzadores, ni para los habitantes del país norteamericano ni para el nuestro (dado que en una gran cantidad de datos macroeconómicos, los suyos son muy similares a los nuestros). Según el National Bureau of Economic Research de Estados Unidos, en el año 2025, el 83% de los varones y el 75% de las mujeres sufrirán sobrepeso u obesidad.
Qué podemos hacer
Muchas propuestas se han puesto sobre la mesa para luchar contra este tipo de problema de salud. La limitación del azúcar en los refrescos y la concienciación son las propuestas más comunes, pero otras vías son recomendables. Según la OMS, existen tres caminos claros:
Individual. A fin de cuentas nuestro cuerpo pertenece solo a una persona y la responsabilidad personal en la pérdida de peso es ineludible. Entre los aspectos clave está «la limitación de la ingesta de azúcares y grasas, el aumento de la actividad física regular (1 hora al día para los niños y 150 minutos semanales para los adultos) y un aumento del consumo de frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales y legumbres».
Social. Es imposible conseguir cambios de relevancia macroscópica sin un cambio en las políticas sanitarias de un país. Es por esto que la OMS recomienda «un apoyo por parte del sistema a los individuos que pretenden llevar a cabo los cambios en su estilo de vida antes mencionados a través de la colaboración de las entidades tanto privadas como públicas que tienen peso en este tipo de reformas». Por otro lado, la organización internacional también recomienda que «los cambios de actividad física y dietéticos de la población deberían ser asequibles y accesibles para todos, especialmente para los individuos con menor poder adquisitivo».
Sector privado. Es innegable que cada vez consumimos más alimentos preparados en masa por la industria. Esta puede llevar a cabo reformas que jueguen a favor de todos como «reducir los contenidos de azúcar, grasas y sal de los alimentos, asegurarse de que los alimentos sanos son una opción asequible, llevar a cabo campañas de marketing responsables, sobre todo aquellas en las que el público objetivo son niños y asegurarse de que un estilo de vida saludable es posible en el entorno laboral».
Lo que tenemos que entender, al igual de bien que comprendemos que la obesidad es mala, es que esta condición se puede prevenir y se puede remediar. Está en nuestras manos, ya sea con el esfuerzo personal como con nuestro voto y con la promoción de iniciativas sociales y políticas, hacer de la obesidad un problema del pasado.
Muere una chica de 20 años por hacer la dieta del vinagre para adelgazar rápido. Lindsey Bone, junto a su madre. / Facebook
Las dietas milagro suelen conllevar más riesgos que potenciales beneficios: la falta de nutrientes no solo adelgaza sino que daña el cuerpo de quienes practican este tipo de dietas… que pueden acabar en tragedia. Es el caso de Lindsey Bone, una chica de 20 años que ha muerto este fin de semana por hacer la ‘dieta del vinagre’ para adelgazar rápido, tal y como informa el diario argentino ‘Crónica’, que relata que la joven quería perder peso rápidamente justo antes de las vacaciones.
Bone, que era estudiante de Criminología en la Universidad de Sussex (en Inglaterra), fue encontrada muerta en su cama por algunos compañeros de piso, que señalan que la joven quería perder peso antes de irse de vacaciones y optó por hacer una dieta muy estricta y agresiva para perder peso rápidamente. Para ello, empezó a hacer la dieta del vinagre de manzana, que teóricamente ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo que producen retención de líquidos, la cual a su vez hace que se produzcan edemas que son causantes de hinchazón y aumento de peso.
Otra de las razones que esgrimen las webs que aseguran que el vinagre de manzana es efectivo es porque suprime el apetito debido a los ácidos orgánicos y enzimas que ayudan a acelerar el metabolismo para quemar las grasas sobrantes mucho más rápidamente. Sin embargo, los riesgos de esta dieta tan agresiva (como los de todas las dietas ‘milagro’ que supuestamente ayudan a adelgazar rápidamente) incluyen la deshidratación, la falta de energía en los músculos (también internos) y, finalmente, pueden llevar a la muerte.
En el caso de Bone, además de la dieta del vinagre, se tomaba las pastillas cada mañana y apenas comía dos veces a la semana… desde hace dos años. Un caso trágico que evidencia el problema de llevar a cabo una dieta tan extrema durante un tiempo tan prolongado. De hecho, la madre de Lindsey ha hecho un llamamiento a las chicas de su edad advirtiéndolas de los peligros de hacer dietas tan extremas con el objetivo de evitar que se repita una tragedia como la de su hija: «Por favor, tened mucho cuidado. Era una niña con muchos planes de futuro y quería ir a la Universidad para honrar a su padre».
Según cuenta ‘Crónica’, la joven estaba tan obsesionada con perder peso que, de hecho, en su habitación, encontraron un diario con un listado de los alimentos que podía comer «para no consumir más de 1.200 calorías al día, carbohidratos sólo una vez al día y fruta para merendar». En su diario también tenía escritas algunas frases que revelan el infierno psicológico que la joven padecía. Algunas de ellas eran: «Quédate en la biblioteca y no comas» y «tomar el maldito vinagre de manzana».
Son muy socorridos… los utilizamos en todo momento: una cena improvisada, el aperitivo de mediodía, como complemento de una comida que nos ha quedado un tanto escasa. Pero ¿es bueno comer tanto producto en conserva?
Pues sinceramente, según los nutricionistas, no es lo más sano del mundo, pero nos sirven para mantener un equilibrio nutricional siempre que no abusemos de ellos.
¿Te imaginas sacar de tu vida los mejillones en escabeche, las navajas, los berberechos, los espárragos, las aceitunas, las sardinas en aceite…? Nosotros tampoco, pero es importante que seas cauto.
Es normal que estos alimentos pierdan nutrientes durante el proceso de conservación. Si a esto se añade, en el caso de las conservas, que el material del recipiente –mercurio en algunos de los casos- es tóxico, ahí tienes el resultado de la ecuación.
Ya lo decía Aristóteles, «la virtud está en el término medio»
Al final, ingerir habitualmente este tipo de productos procesados puede tener importantes efectos sobre la salud y provocar diabetes, colesterol, e, incluso, infertilidad. Son datos aportados por Rubén Bravo, naturópata experto en nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) para la revista Cuidate Plus Este invento de la comida enlatada que nos permite preservar alimentos durante años sin que se estropee data del siglo XVIII.
Sus ventajas son innumerables: -Nos ahorran tiempo de cocinado -Se transportan con facilidad -Están siempre preparadas para su consumo -No necesitamos frío ni calor para almacenarlas, por lo que no hay gasto de consumo energético.
¿Cuáles son las conservas más consumidas? En el Top se encuentran las latas de atún ¡las echamos en todo! la pasta, la ensalada, en los sandwiches, en los pasteles fríos de pescado, las empanadillas, los revueltos, los huevos rellenos… en fin, no acabaríamos nunca de enumerar las recetas en las que un par de conservas de atún nos salvan la vida. Tienes que saber que el proceso de conservación al que se ven sometidos incluye más sal, azúcares y conservantes de los recomendables.
Las latas de mejillones, berberechos, navajas… tienen la misma afectación. Si hablamos de las sopas enlatadas, muy consumidas en Reino Unido y EEUU y, en menor medida, en nuestro país, el problema es el compuesto químico que utilizan algunas marcas para potenciar el olor que desprenden para hacerlas más apetecibles El tomate frito común, que suele venir también en conserva, tiene un riesgo añadido. El tomate altera el bisfenol A, una sustancia química utilizada para fabricar todo tipo de plásticos policarbonatos, latas de alimentos o bebidas. Ingerir en exceso BPA puede conllevar problemas de fertilidad, ya es que es un potencial disruptor endocrino, problemas neurológicos y fomentar la aparición de determinados cánceres.
¿Qué debes evitar sí o sí?
Cuando compres latas de conserva tienes que tener especial cuidado con aquellas que presenten abolladuras, zonas oxidadas, etiquetas rotas o estén hinchadas. Si, además, cuando las abres compruebas que el líquido interior tiene burbujas o mal olor, deséchalas inmeditamente.
Quieres adelgazar? ¿Has ido retrasando tu puesta a punto para el verano y se te hace cuesta arriba la Operación Bikini? Es hora de trazar un plan. Te recordamos, antes de nada, que debes consultar a un nutricionista, pues no todas las dietas valen para todo el mundo y lo mejor es que trabajes con un profesional para saber cuál es la que te resulta más adecuada, si bien es cierto que algunas dietas resultan más atractivas gracias a sus peculiaridades. Te contamos las que, en los últimos años, más interés han despertado entre las usuarias de Mujerhoy y te explicamos por qué:
La dieta de las horas
Tu riesgo de engordar o tu dificultad para adelgazar tienen mucho que ver con las agujas del reloj. ¿Por qué no es lo mismo cenar a las ocho de la tarde que a las 10 de la noche? Lo explica la doctora Marta Garaulet, experta mundial en cronobiología. Tal como recoge el artículo de Marisol Guisasola citando a la experta Marta Garaulet, el secreto de este éxito se encuentra en que nuestra biología responde de forma diferente a las calorías que consumimos en horas distintas del día. Más sobre la dieta de las horas.
La dieta del bocadillo
El nombre de esta apuesta nutricional puede resultar curioso (por aquello de la demonización de los carbohidratos) pero lo cierto es que lo que propone la nutricionista Terica Uriol, co-autora junto a Ana María Pascual de ‘La dieta anti Dukan’ (Ediciones B), es más saludable de lo que parece. Según la experta, cuya máxima premisa es que «se puede adelgazar comiendo de todo», la base de esta dieta reside en alimentarse tomando como referencia la pirámide nutricional, que indica qué tipo de alimentos hay que comer y también indica si hay que hacerlo en mayor o menor cantidad. Más sobre la dieta del bocadillo.
La dieta del dos
Se llama así porque el número 2 ayuda a recordar las raciones diarias de alimentos en esta propuesta de la doctora y nutricionista María Ángeles López Marín, de Centro Médico Rusiñol. Así, a diario deberíamos consumir 2 raciones de proteínas, 2 raciones de verduras de hoja verde, 2 raciones de frutas, 2 raciones de lácteos desnatados, 2 raciones de aceite de oliva virgen extra y como excepción que confirme la dieta, 1 ración de pan. Eso sí, se marcan salvedades en cuanto a cantidades y alimentos. Más sobre la dieta del dos.
La dieta lógica
La doctora en Nutrición Laura Isabel Arranz, impulsora de la Dieta Lógica, ofrece las pautas de la dieta lógica, que en España toma el modelo de la Dieta Mediterránea. Es una propuesta que tiene en cuenta la alimentación emocional y que destaca por la variedad de alimentos, especialmente frutas y verduras. Permite postres y meriendas a base de jugosas cerezas, rodajas de sandía o melón, y ensaladas con tomates de temporada, a las que podemos añadir ingredientes como semillas de sésamo, chía, e incluso, trocitos de fruta que llenan de cromatismo y de antioxidantes nuestras mesas. Más sobre la dieta lógica.
La dieta del 5-5-5
En esta dieta debes comer cinco veces al día haciendo especial énfasis en las frutas y verduras ricas en fibras y bajas en hidratos de carbono. Tantos cincos solo reflejan la consistencia con que debe llevarse este régimen para que funcione, pues debes comer cinco veces cada día de tu vida para perder el peso deseado. Deben ingerirse alimentos ricos en proteínas, grasas saludables y fibra, así como mantenerse lo más activo posible a lo largo del día. Más sobre la dieta del 5-5-5.
La dieta de los colores
Una de las máximas de la propuesta de la Doctora Montse Folch es hacer de la comida un acto placentero y no convertirlo en algo penoso.En líneas generales, las mujeres seguirán la pauta 3 + 3+ 3 (tres alimentos del grupo rojo, tres del amarillo y tres del marrón) y los hombres la de 4 + 4 + 4. Es importante combinar adecuadamente las raciones y grupos de alimentos recomendadas a lo largo de todo el día (cuatro de cada grupo). Para saber cuáles son los alimentos de cada color ficha más información sobre la dieta de los colores.
Dieta alcalina o del pH
Cada comida debe estar constituida por alimentos alcalinizantes en mayor proporción que los alimentos acidificantes. Hay que adaptar las proporciones a las circunstancias y las capacidades metabólicas de cada persona, es decir, consumir los alimentos ácidos cuando el organismo está preparado para ello: por ejemplo, para las personas llamadas “metabolizadores débiles” es mejor consumir la fruta por la tarde, cuando su metabolismo funciona a pleno rendimiento y tiene la capacidad de eliminar sus componentes ácidos sin problemas, según explica la nutricionista Isabel Belaustegui. Más sobre la dieta alcalina o del pH.
La dieta del vino y del jamón
Es una propuesta que generó una gran controversia cuando fue publicada en mujerhoy, debido a su «nombre como titular», si bien la peculiaridad reside en el hecho de que, basándose en el control de los alimentos (verduras, frutas, legumbres, carnes y pescados, de forma equilibrada) se permite incluir el vino y el jamón a diario, eso sí, en cantidades muy limitadas. El creador de la propuesta es Ruben Bravo, experto en nutrición y gastronomía del Instituto Médico Europeo de la Obesidad. Más sobre la dieta del vino y del jamón.
La dieta ketogénica
Es una dieta alta en grasas, baja-moderada en proteínas, y con muy bajo contenido en carbohidratos. En una dieta ketogénica el 75% de las calorías diarias proviene de la grasa, el 6% de las proteínas y el 2% de los carbohidratos. Originalmente su objetivo no es perder peso sino controlar los ataques en las personas epilépticas. Más sobre la dieta ketogénica.
La dieta ALEA
Los nutricionistas Roberto Cabo y María Astudillo, asesores científicos del programa ‘Dame veneno’ de Movistar+, proponen su propio método para reorientar los hábitos alimentarios, reordenar tu cerebro y tus ideas sobre la comida y dejar de comer por ansiedad. Más sobre la dieta ALEA.
Además de estas dietas, de las que hemos explicado unos apuntes, en los últimos meses han cobrado protagonismo la dieta DASH, dieta Weight Watchers, Dieta MIND, Dieta TCL y la dieta volumétrica. Aquí te damos las claves de estas dietas para adelgazar.
Eso sí, recuerda que la clave de la pérdida de peso con salud reside en la personalización de la alimentación, en lograr que nuestros hábitos de alimentación sean saludables, en la práctica de ejercicio y en el descanso.
Perder peso en poco tiempo y sin mucho esfuerzo. Ese es el objetivo de uno de muchos mexicanos, y también la razón por la que las dietas milagro están proliferando. —según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)— y esa es la razón por la que las dietas milagro están proliferando.
En la actualidad existen alrededor de un centenar en el mercado. Algunas parecidas y otras muy diferentes pero todas con una cosa en común: resultan peligrosas para la salud. El doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), advierte que «los milagros no existen» y que todas estas dietas «carecen de evidencia científica que las avale»: «Ha de quedar claro que estas dietas milagro son un riesgo para la salud y se pueden volver en contra del paciente por el efecto rebote».
«Además el objetivo de un tratamiento dietético no puede ser solo la disminución del peso, también hay que llevar a cabo una reeducación alimentaria. La dieta es un proceso de aprendizaje», apunta Luis Alberto Zamora, nutricionista y vocal de comunicación de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (Addinma).
Desde la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética insisten en que debemos convencernos de que no hay ninguna fórmula mágica ni milagrosa que en poco tiempo nos haga conseguir una imagen muchas veces inalcanzable. Como señalan desde SEEDO, la única fórmula saludable y eficaz para perder peso es reducir la ingesta energética, sobre todo las grasas y grasas saturadas, y aumentar el volumen de actividad física. Así se evitarán las consecuencias negativas asociadas a las dietas milagro y que van desde diabetes hasta fallos renales o efecto yo-yo. Los especialistas en nutrición aseguran que no hay ninguna que se libre y nos detallan los peligros de las que más triunfan en el mercado.
A continuación analizamos algunas de las más populares centrándonos en qué prometen, en qué consisten y sus peligros.
Dieta 5:2 | Dieta 4:3 | Dieta de los puntos | Dieta Paleo | Dieta de los 17 días | Dieta Flash | Dieta sin gluten| Dieta de los potitos | Dieta Dukan | Dieta de las ocho horas| Nueva dieta AtkinsDIETA 5:2
Qué promete: Es una de las dietas más novedosas y una de las que triunfa actualmente entra las celebrities. Este sistema de adelgazamiento, recogido en el libro The fast diet del británico Michael Mosley, promete a sus seguidores que les ayudará a perder hasta seis kilos en un mes.
En qué consiste: De los siete días de la semana, cinco hay libertad para comer y las restricciones se reservan para los otros dos, que pueden ser no consecutivos. Los hombres reducirían las calorías a 600 mientras que las mujeres tendrían que dejarlas en 500. El principio básico para los días de ayuno es comer solo alimentos ricos en proteínas y fibra (carne, pescado y verduras) y evitar los carbohidratos refinados (pasta, arroz y patatas).
Los peligros: «El primer fallo es que a una persona que trata de perder peso no le puedes decir que durante cinco días puede comer lo que quiera. Ese todo lo que quieras puede ser ilimitado y alguien con sobrepeso u obesidad podría llegar a comerse un solomillo de 1,5 kg», explica el nutricionista Rubén Bravo, del Instituto Médico Europeo de Obesidad (IMEO), quien defiende que en todas las dietas hay que limitar las cantidades. «Por otra lado comer durante dos días solo 500 o 600 calorías es una barbaridad. Todo lo que está por debajo de 800 calorías puede desencadenar graves riesgos para la salud empezando por bajadas de tensión o de azúcar», señala. A esto se sumarían las consecuencias del exceso de consumo de proteínas que se produce durante los dos días de ayuno. «Pueden provocar problemas renales porque obligamos al riñón —encargado de que no se filtren las proteínas— a trabajar más, lo que le haría envejecer más rápido», explica Luis Alberto Zamora. El efecto rebote está garantizado. «Los ayunos intermitentes están asociadas a respuestas metabólicas no deseadas y al incremento de la grasa corporal. El organismo está preparado para autorregular un exceso de energía (una comida muy copiosa un día) pero lo que no es capaz de entender es que le estemos dando 1500 calorías todos los días y de repente le demos 3000 y luego 500 o 600. Ahí es cuando va a tener problemas», señala Giuseppe Russolillo, presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AED-N).
DIETA 4:3
Qué promete: Deshacerse de seis kilos en un mes perdiendo grasa y no músculo.
En qué consiste: Es una revisión de la 5:2. El sistema es parecido pero más restrictivo ya que en lugar cinco días de libertad total hay solo cuatro. Se trataría de comer un día todo lo que quieres y al día siguiente reducir las calorías a 500 (las mujeres) o a 600 (los hombres). Para ello, igual que en la 5:2, habría que centrarse en alimentos proteicos y evitar los hidratos de carbono.
Peligros: «Decir que se va a perder grasa y no músculo es erróneo. Además todas las pérdidas superiores a un kilo a la semana suponen una disminución de masa corporal», explica Luis Alberto Zamora, nutricionista de Addinma. «Igual que la 5:2 tiene muchos puntos negativos pero habría que señalar los trastornos renales derivados del exceso de proteína, los riesgo de hipoglucemias o cetosis desencadenada por la restricción de hidratos de carbono y la ‘des-educación’ alimentaria ya que el mensaje que transmiten son ‘come todo lo que quieras, que luego lo solucionas con un par de días de purga'», insiste Zamora quien enumera otros trastornos asociados como «estreñimiento, hinchazón abdominal o desequilibrio en el nivel de insulina». Y sí, también tiene efecto rebote.
DIETA DE LOS PUNTOS
Qué promete: El presentador Jorge Javier Vázquez perdió cinco kilos (dos tallas menos) con El método entulínea de Weight Watchers (Editorial Planeta). Este sistema promete ayudar a adelgazar sin recuperar el peso perdido, sin pasar hambre y comiendo de todo.
En qué consiste: Se basa en un sistema de puntos llamado ProPoints. Estos se le asignan a los alimentos, dependiendo de sus proteínas, hidratos de carbono, fibras y grasas, y también a las personas. Cada uno tiene un saldo, según sus características físicas —edad, sexo, altura y peso— y actividad (para calcular los tuyos debes entrar aquí), para consumir diariamente y que pueden distribuir de la forma que quieran. Además cada uno tiene un capital extra semanal de 49 puntos para ocasiones especiales o cuando el hambre te pide más cantidad de determinado capricho. Quienes la siguen pueden asistir a las reuniones informativas que se organizan semanalmente y en las que se trata de fomentar unas pautas de vida saludables.
Peligros: «El principal problema es que los seguidores de la dieta podrían canjear los puntos a su gusto y sin seguir recomendaciones. De este modo podrían gastarlos todos comiendo aquello que más les gusta sin importarles si siguen una dieta equilibrada, variada y suficiente en nutrientes», explica el mismo Luis Alberto Zamora. Eso mismo señala Rubén Bravo y pone como ejemplo de menú bueno para la dieta y no para el individuo uno compuesto por café con leche entera (3 puntos), un croissant (9 puntos), un bocadillo de jamón y queso (8 puntos) y dos yogures naturales (4 puntos). «Los efectos negativos a corto, medio y largo plazo pueden ser de lo más variados: desde estreñimientos o diarreas, hasta hígados grasos, hipoglucemias, déficit de vitaminas y minerales con sintomatología o sin ella, etc», añade Zamora. «Además puede conducir a una obsesión por la comida porque te pasas el día calculando», agrega Bravo para el que este tipo de alimentación solo sería válida si la supervisa un especialista y se acude a las reuniones formativas de entulinea.
DIETA PALEO
Qué promete: Basada en el libro Las mujeres paleolíticas no engordan, de la nutricionista Esther Blum, garantiza que quienes la siguen conseguirán un cuerpo esbelto y saludable, como el de las mujeres de las cavernas, en menos de tiempo de lo que se imaginan.
En qué consiste: Existen en internet multitud de entradas que explican al detalle este método seguido por famosas como Natalie Portman, Uma Thurman, Jessica Biel o Beyoncé y que reduce al máximo el consumo de carbohidratos. La paleochic defiende seguir la dieta de nuestros antepasados de la Edad de Piedra basada en el consumo de plantas y animales. Se pueden comer proteínas, grasas, frutas, verduras y frutos secos y se limitan los carbohidratos. Quedarían prohibidos los alimentos procesados (harina, trigo, cereales, pastas y pan), el azúcar, los zumos y los refrescos. En días ‘especiales’ se puede tomar café, algún lácteo, alcohol, arroz integral y legumbres. En el blog paleostyleparatodos hay recetas, consejos y hasta tablas de ejercicios.
Peligros: «A priori puede parecer una dieta saludable sin embargo el prohibir los cereales no es positivo par la salud. Especialmente en el caso de los cereales integrales que previenen del sobrepeso u obesidad e incluso puede ayudar a combatirlo», explica Russolillo. Para el presidente de la AEDN hay otro problema: «En la cáscara de los cereales es donde se encuentran unas sustancias llamadas fitoquímicos vegetales o compuestos bioactivos, también presentes en frutas, hortalizas y verduras, que previenen de numerosas patologías como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión arterial y también del cáncer». A esto se sumarían los riesgos propios de las dietas hiperproteicas como la 4:3 y 5:2. «Además se obvian cosas como que en el paleolítico la esperanza de vida era menor que actualmente, lo que puede ser causa y consecuencia de la alimentación; y el nivel de actividad física era muy superior al actual, motivo también que influye (y mucho) a la hora de perder o mantener el peso», añade Luis Alberto Zamora para el que no hay evidencias científicas que sostenga esta dieta milagro.
DIETA DE LOS 17 DÍAS
Qué promete: El régimen del televisivo doctor Travis Stork ayuda a perder hasta 7 kilos en dos semanas.
En qué consiste: La dieta consta de cuatro ciclos de 17 días. Durante el primero (Accelerate) es cuando se pierde más peso y para ellos se deben consumir 1200 calorías diarias (se elimina el azúcar y se permite la ingesta de yogur griego, té verde, huevos, pescado, pollo, frutas frescas y verduras). En el segundo (Activate) se estimula la quema de grasa mientras se incorpora a la lista de alimentos permitidos mariscos, carnes magras, almidones naturales, legumbres y verduras con almidón. En el tercer ciclo (Achieve) se empiezan a introducir alimentos tradicionales y más variados como son aves, tocino de pavo, cereales ricos en fibra y pasta. Y por último, en el cuarto ciclo (Arrive), al que llegamos cuando alcanzamos el peso deseado, se permite comer nuestras comidas favoritas en fin de semana mientras que de lunes a viernes hay que seguir la dieta de la fase anterior.
Los peligros: Para Luis Alberto Zamora el gran problema es que se presenta como «otro milagro de adelgazamiento» que conlleva una «depleción del músculo, además de someter a un estrés metabólico al organismo». Según este nutricionista, la dieta resulta demasiado restrictiva, especialmente en las primeras dos fases, «lo que ya nos indica la gran probabilidad de carencia de nutrientes y los efectos negativos que eso conlleva». Hay que añadir también que no estimula una educación alimentaria para que la persona pueda no caer en los errores que le hicieron aumentar de peso.
DIETA FLASH
Qué promete: no está indicada para bajar solos unos kilitos, el autor de esta dieta y autor del libro homónimo, el doctor Manuel Jiménez Ucero, asegura que siguiéndola se pueden llegar a perder 10 kilos en un mes y hasta 30 en tres o cuatro.
En qué consiste: La idea general es reducir los hidratos de carbono al máximo y centrarse en el consumo de proteínas (se conoce con el nombre de régimen hiperproteinado), permitiendo a su vez la ingesta de verduras, legumbres, frutas y cereales integrales. «Hay que huir del pan y de todos los dulces. El volumen de grasa que tomamos al comer jamón es mínimo si lo comparamos con el de azúcares y harinas», asegura el autor. Este sistema tiene tres fases: iniciación (dura mes y medio y durante ésta se produce la pérdida drástica de kilos. Se combinan batidos y zumos hiperproteícos con el consumo de proteínas vegetales, frutas, verduras y hortalizas. Los alimentos procesados quedan prohibidos, también la leche, la carne y los huevos), reeducación (se incluyen algunos de los alimentos prohibidos) y mantenimiento (para equilibrar el metabolismo y evitar el temido efecto rebote).
Los peligros: La AEDN asegura que es totalmente desaconsejable por ser una dieta «proteinada», «sin fundamento científicos» y en la que es necesaria la compra de productos de adelgazamiento. «Es una dieta peligrosísima para la salud porque se reduce muchísimo el consumo de hidratos de carbono. Hay que pensar que el organismo solo funciona con éstos y cuando bajamos por debajo del 15 o 20 por ciento empieza a suponer un riesgo importante y cuando bajamos del 10 el organismo empieza a sintetizar cuerpos cetónicos para poder funcionar y al final estamos comprometiendo la sangre y los órganos principales como el riñón, el bazo, el corazón… y provocando efectos metabólicos no deseados», explica su presente Giuseppe Russolillo. Entre los riesgos que se asocian a esta dieta se incluyen: debilidad, fracturas óseas, síndrome metabólico, daño renal y desórdenes gastrointestinales.
DIETA SIN GLUTEN
Qué promete: Este método que hace furor entre famosas como Lady Gaga, Victoria Beckham y Miley Cyrus ayuda a perder hasta tres kilos en nueve días.
En qué consiste: Se trata de seguir la alimentación de los celíacos (alimentos sin gluten o específicos para personas con esta intolerancia) pero sin serlo basándose en la creencia esta comida es light o baja en calorías, disminuye la hinchazón abdominal y es más saludables. Así quienes siguen esta dieta deben consumir carne, pescado, fruta, legumbres, verduras, tubérculos, lácteos, frutos secos, huevos, cereales sin gluten, aceites, mantequilla, azúcar…
Los peligros: Luis Alberto Zamora apunta que esta dieta se basa en una idea totalmente descabellada: los alimentos sin gluten no son menos calóricos, no son más saludables, ni tampoco disminuyen la hinchazón abdominal. Si se consigue adelgazar es porque al no haber tantas opciones para no celíacos, especialmente cuando salimos fuera de casa, se terminan restringiendo los alimentos. «Es una dieta buena para celíacos pero al resto de la gente el gluten no le hace ningún daño», sentencia Rubén Bravo.
DIETA DE LOS POTITOS O BABY FOOD DIET
Qué promete: La actriz Jennifer Aniston asegura que este método le ahizo a perder 3 kilos a la semana.
En qué consiste: La dieta de los potitos, también seguida por Madonna, Shakira y Courteney Cox, consiste en alimentarse cada día con 14 potitos de bebés de distinto tipo (frutas, crema de cereales, purés de verduras…) y realizar una cena sólida con carne magra y verduras.
Los peligros: El nutricionista Luis Alberto Zamora asegura que uno de sus principales problemas es la monotonía: «Cuando se come todos los días lo mismo por un tiempo prolongado, el cuerpo empieza a rechazar ese alimento (como mecanismo de defensa para evitar una dieta carente de los nutrientes) y se prefiere no comer al hecho de volver a tomar más potitos». A este déficit de nutrientes se deberían añadir efectos psicológicos como ansiedad o alteraciones de humor. «Además es muy poco sociable. Resulta muy difícil compaginarla con una vida social. Imagina que tus amigos están comiendo un solomillo y tú mientras tomando potitos», señala Rubén Bravo para el que comer purés no proporciona ningún beneficio extra: «Tu cuerpo consume menos calorías para metabolizar el alimento porque al masticar también hacemos gasto calórico». A todo ello hay que añadir que la recuperación del peso perdido está garantizada una vez que la abandonas, apunta Russolillo.
DIETA DUKAN
Qué promete: El supuesto doctor francés Pierre Dukan —el colegio médico francés lo expulsó el pasado mes de enero— asegura que quien sigue este método puede llegar a perder hasta 10 kilos en dos meses.
En qué consiste: El método Dukan se distribuye en cuatro fases: la primera es la hiperproteica durante la que se le atribuye el efecto inicial de mayor pérdida (fase de ataque sin carbohidratos y solo se consumen proteínas puras: de 3 a 5 kilos en 7 días), la segunda fase (de crucero, en la que se equilibran verduras y proteínas: se pierde menos peso), tercera fase (consolidación para prevenir el aumento de peso generado tras una pérdida brusca. Dura 10 días por kilo perdido) y cuarta fase (estabilización, se come lo que quiera todos los días menos uno que se sigue la regla de sólo proteíca)
Peligros: Giuseppe Russolillo lo tiene claro: la dieta Dukan es un fraude. «Las proteínas no ayudan a perder peso mientras que su consumo en exceso es peligroso porque puede producir fallos renales a la vez que incrementa el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular». Según este especialista, la dieta hace todo lo contrario a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) que insiste en que deberíamos «seguir una dieta rica en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, frutos secos, productos integrales y aceites de semilla y reducir el consumo de carnes, huevos, embutidos, quesos y pescados, siendo éstos los más recomendados del grupo».
DIETA OCHO HORAS
Qué promete: El lema es ‘mira los kilos desaparecer sin mirar lo que comes’ y asegura que ayuda a perder hasta cuatro kilos en una semana.
En qué consiste: Permite comer todo lo que quieran pero con una condición: las comidas se distribuyen durante 8 horas y después hay que hace 16 horas de ayuno, recomendando que la ingesta sea de 9 a 17 horas. Es recomendable empezar siguiéndola durante tres días para llegar a conseguir seguirla a diario. Aunque no se restringen alimentos sí se recomiendan algunos para que la dieta sea equilibrada.
Peligros: Es una dieta con efecto yo-yo garantizado. «Al pasar 16 horas sin comer le obligamos al organismo que se ponga en situación defensiva y así cuando llega el momento del desayuno se almacena grasa para aguantar el día», explica Rubén Bravo quien la define como la dieta perfecta para cambiar masa muscular por grasa. «Además si se sigue durante un periodo de tiempo prolongado puede producir trastornos endocrinos», añade Zamora.
NUEVA DIETA ATKINS
Qué promete: Asegura que ayuda a perder peso mientras garantiza a sus seguidores que no sufrirán bajones repentinos de energía y no tendrán sensación de estómago vacio.
En qué consiste: Es la nueva versión de la clásica dieta Atkins. Llegó al mercado para competir con la Dukan que le había robado cuota de mercado. Esta dieta tiene cuatro fases. En la primera se haría 3 comidas grandes al día (o 4-5 pequeñas) y reduciría el consumo de carbohidratos a 20 gramos diarios, de los cuales 12-15 tendrían que estar en verduras (aquí puedes mirar cuántos carbohidratos tiene cada producto). En esta fase se deben comer 115-175 gramos de proteínas por comida, sin necesidad de quitarle la grasa, y se permite el consumo de mantequilla, aceite de oliva, aceite de girasol, queso (menos requesón y ricota), aceitunas y aguacates. Hay además que tomar pastillas multivitaminadas y suplementos con omega 3. La segunda etapa se centra en aumentar los carbohidratos progresivamente (5 gramos a la semana) y así aumentar la variedad de comidas incorporando alimentos como nueves, semillas y moras. Durante la fase 3 (de mantenimiento previo) ya se pueden incorporar los carbohidratos integrales, el objetivo aquí es perder los últimos 4,5 kilos que nos sobran. Por último, en la fase 4 o de mantenimiento, se trata de estabilizarse en ese peso, 2,2 kilos arriba, 2,2 kilos abajo, utilizando para ello lo aprendido sobre nuestro metabolismo en la etapa anterior. Quien sigue esta dieta puede comprar barritas y batidos específicos (Daybreak, Advantage y Endulge) para hacer frente a los momentos de bajón.
Peligros: Luis Alberto Zamora señala que ésta es una dieta hiperproteica más que genera los mismos trastornos que otras como la antigua Atkins: «Se comenta que el doctor Atkins se murió a causa de seguir su propia dieta». EL nutricionista asegura que «es una dieta desequilibrada, que causa carencia de nutrientes, sobrecarga proteica del sistema renal y que, al igual que la dieta Dukan, está totalmente desaconsejada para personas con trastornos renales». Detrás hay un interés económico porque va a asociada con el consumo de productos específicos, «lo que también nos puede indicar el interés más económico que de salud». Rubén Bravo añade a estos peligros que puede provocar subidas de colesterol, ralentización del metabolismo, desnutrición, sustitución de la masa muscular por grasa y efecto rebote.
Es de esos males que se sufre en silencio. Incluso nos agria el carácter. Solemos bromear con que quien no visita mucho al retrete anda de un humor de perros. El estreñimiento, entendido como un mal funcionamiento del intestino por el que se ralentiza el tránsito de las heces hasta su feliz descenso al inodoro, no mata, pero nos da mala vida. Y afecta a entre el 10 y el 12% de la población adulta. La buena noticia es que podemos reducir su incidencia simplemente llevando una vida saludable. Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), nos da algunas claves para dar vidilla al intestino. Por cierto, “hablamos de estreñimiento cuando hay menos de tres deposiciones a la semana. Y siempre que sean heces duras y difíciles de evacuar»
Además de conocer alimentos para combatir el estreñimiento, también conviene saber qué actividades o rutinas son buenas para visitar el baño con más frecuencia y así mejorar nuestra salud intestinal.
Toma más fibra
A nuestras bacterias intestinales (las míticas lactobacilus o probióticos, entre otras) les gusta la fibra. Es su plato favorito: cuanto más comen, más fuertes se ponen y más trabajan. Dado que su oficio es ayudar al buen funcionamiento del sistema inmunológico y contribuir a la digestión, si están bien alimentadas, iremos como un reloj y seremos más resistentes a las infecciones (de ahí la matraca de la publicidad con que tomando probióticos aumentamos las defensas). “Todas aquellas dietas que eliminan o limitan en exceso los alimentos ricos en fibra suelen provocar problemas de estreñimiento”. Añade frutas, verduras, cereales enteros y legumbres al menú y notarás la diferencia.
Bebe agua
Si las heces están poco hidratadas se endurecen y su paseo por el intestino se convierte en una procesión larga, lenta y pesada. Recientes estudios científicos rebelan que no hace falta seguir a pie juntillas lo de los ocho vasos de agua diarios, pero sí hay que ser generosos bebiendo e ingiriendo alimentos ricos en agua y bebiendo cuando haya sed. “Por ejemplo, beber más en verano para reponer el líquido eliminado con la sudoración. Un organismo deshidratado ralentiza muchos de sus procesos vitales como el movimiento peristáltico”. Así que al problema de unas heces deshidratadas añadiremos un intestino con menos movimiento que el portero de un futbolín. El final de la historia ya podemos imaginarlo.
Evitar ciertos medicamentos
Fármacos como los antibióticos pueden diezmar nuestra microbiota. “Esa bajada en el número de bacterias puede llevar a peores digestiones y al estreñimiento”. Ciertos antitusivos con codeína, analgésicos, sedantes, hierro oral o antidepresivos pueden tener idénticos efectos.
Los zumos no valen
Si eres de las que escucha la palabra fruta y piensa en un zumo bien colado ya puedes ir olvidándote. “Los zumos no actúan igual en el tránsito intestinal ya que no contienen la misma cantidad de fibra que cuando tomamos la pieza entera”. Solo sirven si llevan toda la pulpa.
Dietas peligrosas
“Hace pocos años, cuando las dietas a base de proteínas estaban de moda, era uno de los efectos secundarios más frecuentes desde la primera semana de comenzar la dieta”.
Eliminar la grasa
Demonizar las grasas es uno de los grandes errores de nuestros días. “Las grasas saludables son necesarias para mantener un ritmo intestinal regular y adecuado”. No a las grasas trans, al aceite de palma y otros ácidos grasos de dudosa calidad. Sí, al aceite de oliva, a los frutos secos y a los aguacates. “Nunca reducir el consumo de aceite de oliva por debajo de las dos cucharadas soperas al día”.
Llevar una rutina
Hay niños que hacen una deposición matemáticamente después de comer. Otros, al levantarse. “Llevar una pauta horaria para evacuar enseña al organismo a tener esa necesidad casi de forma automática”. Haz como los niños. Ve sin prisas, llévate algo de lectura, relaja y deja a la naturaleza actuar. “Por lo general el biorritmo humano encuentra el momento óptimo para ir al baño justo después de desayunar. Si nos lo pide el cuerpo, no conviene retrasarlo o inhibirlo porque vamos con prisas. Es una función vital y debemos dejarla suceder”.
Eleva las piernas
¿Te has planteado por qué acuclillada en el campo resulta tan fácil evacuar y, en cambio, en el inodoro de casa a veces se atrincheran? Hay una musculatura que bloquea parcialmente el colon impidiendo el buen devenir de la materia fecal hacia el abismo del sanitario. Basta con coger una banqueta y apoyar las piernas para descubrir que el proceso se agiliza como cuando estás en la campiña.
Tómatelo con calma
“La ansiedad o el estrés suelen ir de la mano con el estreñimiento. Desde 1999 con la aparición del libro The Second Brain, del Dr. Michael Gershon, se empezó a profundizar y a descubrir que en el intestino hay un gran número de neurotransmisores que anteriormente sólo se atribuían a la región encefálica del cerebro. Muchos de estos neurotransmisores, como la acetilcolina o la serotonina, influyen directamente en la motilidad intestinal y su movimiento peristáltico. De ahí que los cambios hormonales y emocionales, más intensos en las mujeres que en los hombres, provoquen directamente desajustes intestinales, ya sea en forma de estreñimiento o diarreas”.
Haz deporte
Tú te mueves, tus tripas se mueven. “La actividad física aeróbica activa nuestro cuerpo y favorece directamente a la motilidad intestinal por dos razones. Primero, porque al ejercitar la musculatura abdominal estamos indirectamente movilizando nuestras vísceras. Algo así como recibiéramos un masaje intestinal. Además, la actividad física activa la mayoría de sistemas orgánicos corporales, acelerando nuestro movimiento peristáltico entre otros muchos procesos”.
Precaución con los laxantes
En caso de urgencia, mejor recurrir a supositorios de glicerina o a microenemas que a fármacos laxantes. “Solucionan puntualmente una situación de estreñimiento, pero no atajan la causa del problema y tienen efectos adversos. Si es recurrente, siempre hay que consultar con el médico”.
Seguir una dieta rica en frutas, verduras, fibra, aceite de oliva, cereales integrales y pescado rebaja las posibilidades de padecer un tumor en el pecho, principalmente en mujeres postmenopáusicas
La Razón, por Raquel Bonilla
Ya lo decía Hipócrates… «Que el alimento sea tu medicina». A pesar de que todos los expertos coinciden en afirmar que el cáncer es una enfermedad multicausal que no depende únicamente de un factor, hay evidencias científicas que avalan el papel que juega la alimentación en su desarrollo. «En el cáncer de mama los elementos más determinantes son hormonales y reproductivos. Sin embargo, hay otros factores claves como el consumo de alcohol, que está relacionado directamente con un 7% de los tumores de pecho, mientras que la obesidad en las mujeres postmenopáusicas eleva un 30% las posibilidades de padecer este tipo de neoplasia», confirma Carlos A. González, ex coordinador del Estudio Prospectivo Europeo sobre Cáncer y Nutrición, EPIC, en España.
Precisamente es el proyecto EPIC el que durante los últimos años ha arrojado más resultados sobre la relación que existe entre cáncer y alimentación. Y entre las conclusiones más relevantes destaca el hecho de que «un consumo alto de frutas, fibras, aceite de oliva y cereales integrales reduce hasta un 40% el riesgo de padecer cáncer de mama», asegura González, quien matiza que hay que distinguir entre las neoplasias mamarias que tienen receptores negativos de progesterona –en cuyo caso el efecto de la dieta es más protectora–, de aquellos que tienen receptores de progesterona positivos, en los que el efecto hormonal es tan fuerte que la dieta no logra tener tanto “poder”».
A pesar de la creencia popular, «no existen alimentos “mágicos” o dietas que sean capaces de curar o prevenir el cáncer de mama, tal y como se dice de la dieta alcalina o de las dietas anticáncer, que carecen por completo de respaldo científico», advierte Francisco Botella, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, SEEN. De hecho, tan sólo la Dieta Mediterránea cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud, pues «hay evidencias suficientes de que al evitar la obesidad, también ayuda a reducir el riesgo de padecer hasta 13 tipos de tumores», confirma González.
En una despensa anti cáncer de mama no deben faltar los alimentos frescos, como frutas, verduras y hortalizas, así como los cereales integrales y las fibras, evitando los productos refinados, los azúcares, el alcohol y las grasas saturadas. «Existen ciertas áreas de investigación con vegetales del género brassica (coles, repollo, brócoli), con ciertos pigmentos vegetales antioxidantes (carotenos), semillas de lino, centeno, alfalfa y legumbre que de forma individual pueden ser positivos, pero sobre todo por su interrelación con la flora intestinal. En los próximos años podrán presentarse resultados interesantes», adelanta Botella.
Una vez que aparece el cáncer de mama, la dieta es clave para mejorar el tratamiento, ya que «siempre se trabaja por evitar la desnutrición del paciente y minimizar las náuseas, el estreñimiento, la diarrea o la mala absorción de nutrientes que puede provocar la quimioterapia o la radioterapia», explica Pedro Robledo, jefe del Servicio de Dietética y Nutrición de MD Anderson Cancer Center Madrid. Y el futuro es prometedor, ya que, según Robledo, «la inmunoterapia ha estimulado el conocimiento y el aprendizaje de nuevas áreas de información nutricional a nivel molecular y genético como la nutrigenómica, que en breve nos orientarán sobre componentes fitoquímicos y nutrientes capaces de tener actividad terapéutica sobre el cáncer o sus síntomas».
El Mundo Comer es un acto instintivo, pero cada vez hay más evidencias de que no lo estamos haciendo bien. Ocurre, además, que los mensajes sobre lo que resulta bueno o malo para el organismo se multiplican y uno ya no sabe de qué alimentarse ni a qué fuentes acudir. Conforme más se lee, existe una mayor confusión. Un ejemplo: en 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) causó una gran alerta mundial al anunciar que la carne procesada puede causar cáncer. Visto el revuelo, el organismo internacional tuvo que explicar que no había que dejar de tomarla, aunque sí reducir su ingesta en la medida de lo posible.
Una de las eminencias en este asunto, el oncólogo y profesor Henri Joyeux, sostiene que debemos retirar o aminorar lo antes posible en nuestra dieta «los alimentos grasos, sobre todo las carnes y los productos de charcutería, acompañados de las salsas». Desaconseja la carne, especialmente la roja, más de dos veces a la semana. Así lo manifiesta en el bestseller internacional Come bien hoy, vive mejor mañana (Ed. Planeta), que se publica en España el próximo 5 de septiembre.
Bautizada como «la Biblia de la alimentación saludable», esta obra que enseña a comer de forma nutritiva para alejarnos de las enfermedades ha vendido medio millón de ejemplares en Francia, país de origen del reputado doctor. La tesis es que el consumo de ciertos alimentos está relacionado con el cáncer, la diabetes, la obesidad y otras dolencias, y que debemos desterrar del menú ciertos ingredientes para gozar de una buena salud: «Incluso personas sanas se plantean preguntas sobre sus hábitos alimentarios. Se están abriendo paso grandes cambios. La alimentación se va a convertir en la primera medicina«.
Productos ecológicos
¿Con qué bebida acompaño las comidas? ¿Son tan recomendables los productos ecológicos? ¿Cómo conservo los alimentos y los preparo para aprovechar sus propiedades? Son algunas de las respuestas que ofrece este libro. A saber: «Una breve cocción al vapor, que no supere los 95 grados, además de conservar vitaminas y fitohormonas, convierte en bio los alimentos, pues deja en el agua metales pesados, pesticidas y otras sustancias tóxicas». Si vas a comer carne, el oncólogo apuesta por la procedente de seres alados, en lugar de cuadrúpedos. Además, aconseja masticar bien para prevenir el alzhéimer -un mínimo de 25 veces-. «El primer signo de su aparición es la pérdida del sentido del gusto, por lo que es importante estimular siempre las papilas gustativas». Respecto a la polémica con los productos lácteos, el doctor sentencia: «Que sean de oveja o de cabra, y no de vaca, y preferiblemente sólo dos o tres veces al día». Sí ensalza en cambio la miel y todos los productos procedentes de la abeja.
Para Joyeux, los medicamentos son muy eficaces para alcanzar los objetivos que persiguen, sin embargo, también provocan efectos adversos que no tienen estos comportamientos de prevención: las pequeñas decisiones en el día a día de nuestros hábitos fáciles de comprender y muy eficaces para mantenernos saludables. Pero no están presentes en el discurso de cadenas de televisión, ni siquiera las públicas, «porque no aportan nada desde el punto de vista del lucro», sentencia el autor.
Empezar el día con una manzana
El médico digestivo describe las dietas que funcionan y las que deberíamos evitar porque ponen en riesgo la salud con el fin de de perder peso. Aconseja que la proporción de productos vegetales respecto a cárnicos debe ser de 80/20, una manzanilla antes de dormir y una manzana como costumbre para empezar el día. Tres tazas de tisanas al día (tomillo, romero o té verde) son fuente de buena salud. De la mala, en cambio, el pan blanco y el calcio en exceso: «Aumenta el riesgo de sufrir párkinson». Y no restringe del todo el alcohol, aunque nada de atiborrarse el sábado o el domingo. Se trata de ir consumiendo una botella de vino de 75 ml a lo largo de la semana, al estilo francés: «Facilita la digestión, ya que permite que la musculatura lisa de la parte superior del tubo digestivo se contraiga, que el píloro se abra y que el duodeno y el intestino delgado alto se contraigan. Y evita las infecciones del aparato urinario, la nefritis y la cistitis».
A la hora de cocinar, el médico apuesta por las barbacoas verticales: «Cuando el fuego se coloca horizontalmente bajo el alimento se producen alimentos cancerígenos como los benzopirenos». Para evitar la enfermedad, el oncólogo apuesta por ingerir 500 gramos de fruta y verdura al día: «Se reduce en un 50% la probabilidad de padecer cáncer de colon y del tubo digestivo». Su favorita es la granada, que actúa contra el colesterol. Y destaca los beneficios del ajo y del romero, inhibidores del proceso de formación de los tumores.
Respecto a una dieta sin gluten -cada vez hay más personas no celíacas que se suman al movimiento gluten free como estilo de vida-, el autor afirma que la alergia o intolerancia es causa de porosidad intestinal, es decir, intestino permeable. «Se produce una absorción intestinal deficiente, que desemboca en diarrea, fatiga, dolores de abdomen, pérdida de peso, anemia…». Chocolate, cerveza, alcohol a base de cereales como el vodka, productos de charcutería, sopas precocinadas, aderezos para ensaladas… Joyeux advierte de que un artículo incluya en su etiqueta la fórmula ‘sin trigo’ no supone necesariamente que no lleve gluten, «por lo que debemos tener cuidado y no caer en las trampas del sector alimentario».
Las mentiras de la industria
También declara la guerra a los alimentos funcionales con eslóganes nutricionales a menudo exagerados o, incluso, falsos: «Es el caso de los yogures que aseguran reducir el colesterol gracias a la adición de fitoesteroles, o de las margarinas o mantequillas modificadas. No son más que paparruchas«.
En cuanto a la obesidad, uno de los grandes males del siglo XXI, echarle toda la culpa a la genética o a un factor infeccioso es científicamente falso según el profesor, pero continúa siendo el argumento que esgrimen algunas escuelas de medicina que cierran los ojos a los hábitos alimentarios. «A menos que lo que ocurra en realidad sea que reciben financiación de grupos de presión muy poderosos».
Debe estar conectado para enviar un comentario.