Ranking de las mejores y peores dietas para el 2021

El IMEO lanza su octava edición de la clasificación Top 5 de las dietas más y menos indicadas para cuidar la línea, repasando las últimas tendencias en nutrición y evaluando sus efectos sobre la salud

Por octavo año consecutivo el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) lanza su tradicional clasificación con algunas de las dietas que han cobrado protagonismo en España a lo largo del último año, dejando claro que no todo lo que está de moda vale para lograr una pérdida de peso saludable. En dos listas independientes, en orden descendente de uno a cinco, los expertos del Instituto enumeran las mejores y peores dietas que seguirán marcando tendencias en 2021.

El Ranking del IMEO está respaldado por una veintena de expertos en obesidad y cuidado de la salud, entre ellos médicos endocrinos y cirujanos bariátricos, nutricionistas clínicos y deportivos, dietistas, psicólogos, terapeutas y entrenadores físicos. Se nutre de casos reales, estudios científicos, novedades y tendencias recogidas en Medios y redes sociales, así como de las búsquedas registradas para España en Google Trends.

Top 5 de las dietas menos indicadas para el 2021

Sensacionalistas y muy restrictivas, prometen perder mucho peso en poco tiempo, siendo insostenibles a largo plazo. Carecen de sustento científico y a menudo recurren a productos “milagro”. Con asegurado efecto rebote y múltiples efectos secundarios que pueden poner en riesgo la salud. Desaconsejadas para una pérdida de peso saludable.

1. Dietas para perder 10 kilos en 1 mes

Son las favoritas de Beyoncé quien perdió 9 kilos en 15 días tomando sirope de arce y de Victoria Beckham con su afán por el chupito de vinagre de manzana. Dentro de este grupo se encuentran la mayoría de las monodietas basadas en la ingesta de solo un alimento, normalmente frutas y verduras (piña, manzana, apio, tomate), pero también huevos, arroz rojo, vinagre o jarabe de arce, a los que hemos de añadir algunos planteamientos más elaboradas, como la de la NASA, en las que hay que seguir un menú concreto que no suele superar las 600 Kcal diarias de manera estricta.

“En todos los casos son pautas cuya característica fundamental es una limitación drástica en el total de calorías ingeridas, ya que es la única manera de perder tantos kilos en tan poco tiempo”, explica Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO. Así, los alimentos que están permitidos quedan muy limitados, mientras que el resto queda prácticamente prohibido.

Los riesgos que estas pautas provocan en nuestra salud son numerosos, ya que suelen hacerse sin ningún tipo de supervisión profesional. Por un lado, “el déficit energético provoca decaimiento, fatiga y debilidad, pero también la imposibilidad de cubrir los requerimientos de nutrientes, lo cual da lugar a muchas patologías de diferente gravedad entre las que destacan el estreñimiento, la deshidratación, vómitos, diarrea, flatulencias, la formación de cálculos biliares, osteoporosis, amenorrea, pérdida de masa muscular o fibrilación auricular”, avisa la experta. Por otro, este tipo de dieta también tiene un alto impacto a nivel psicológico, ya que provoca ansiedad, irritabilidad, frustración e incluso episodios de depresión debido a la monotonía e imposibilidad de compaginarla con la vida social.

Además, en ningún caso ayuda a mejorar los hábitos de alimentación de quien las sigue y, junto con la alteración del metabolismo que provocan, la recuperación del peso perdido está asegurada al acabarlas. Por todo lo anterior están contraindicadas para toda la población general y en especial para aquellos grupos que tengan requerimientos especiales de nutrientes como niños y adolescentes, embarazadas y lactantes, ancianos o deportistas.

2. Dieta de los 21 días de 800Kcal

Es la dieta preferida de Jennifer Aniston. Consiste en tomar una ingesta de calorías muy por debajo de las necesidades diarias de una persona: 800 Kcal frente a las 1600-2200 Kcal de media. De esta manera se consigue una importante bajada de peso en muy poco tiempo, de entre 4 y 5 kilos en una semana.

El principal problema de este método de adelgazamiento es que, para seguirlo, hay que reducir considerablemente la ingesta de alimentos y, por tanto, se producen déficits tanto de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), como de micronutrientes (vitaminas y minerales). Esto se traduce en graves problemas para la salud física, como la pérdida de masa muscular por baja ingesta de proteínas, estreñimiento por bajo consumo de fibra, hipoglucemias por deficiencia de hidratos de carbono, amenorrea por bajo aporte calórico y de grasa y osteoporosis por deficiencia de calcio, entre otras.

Por si esto no fuera suficiente, también la salud mental se ve perjudicada ya que esta pauta al ser tan restrictiva y monótona provoca ansiedad, decaimiento, irritabilidad e incluso, con el tiempo, trastornos del comportamiento alimentario como la anorexia o el trastorno por atracón.

“El temido efecto rebote es inevitable tras seguir esta pauta por lo que todo nuestro esfuerzo quedaría sin recompensa y quien la hace suele experimentar un fuerte sentimiento de frustración”, señala Escalada.

Por todo lo anterior, la dieta de las 800 Kcal debería ser evitada por toda la población, pero más aún por personas en edad de crecimiento, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, deportistas, diabéticos, personas con enfermedades o necesidades nutricionales específicas o ancianos.

3. Embotellados détox

Katie Holmes y Jeniffer Garner son algunas de las actrices que se han apuntado a la moda de los licuados embotellados. Este modelo de perder peso consiste en basar la alimentación durante unos días e incluso hasta dos semanas en la ingesta exclusiva de embotellados détox de fruta y verdura que se pueden adquirir en grandes superficies y proceden de determinadas marcas comerciales.

Prometen perder peso de forma rápida, 3-4 kilos en una semana y hasta 8 al mes. Sin embargo, no hay que olvidar que cuando perdemos peso de forma rápida y sin una correcta ingesta de proteínas de alto valor biológico, lo que estamos perdiendo es mayormente agua y masa muscular. “Esto conlleva un enlentecimiento del metabolismo basal y de nuestra tasa metabólica que nos llevará a recuperar la pérdida rápidamente cuando abandonemos este tipo de planes”, recalca Andrea Marqués, experta en nutrición y dietética del IMEO.

Por tanto, esta dieta no es recomendable en pacientes con obesidad, ya que la pérdida de peso real debe ser en base a pérdida de grasa y no de masa muscular y agua corporal. “Además, en pacientes con ansiedad, la ingesta exclusiva de líquido suele conllevar un incremento del apetito y de la propia ansiedad que puede acabar en ingestas compulsivas de alimentos no recomendables”, añade. Tampoco sería recomendable para compensar excesos navideños, puesto que la ingesta exclusiva de licuados de fruta y verdura puede implicar déficits de proteínas, vitaminas y minerales a medio y largo plazo.

4. Método intuitivo que permite comer de todo

Eva Longoria y Jennifer Lawrence son ejemplo de celebrities que no siguen dietas, comen de todo, eso sí, controlando las cantidades. Cada vez son más las mujeres que se han hartado de estar a dieta, lo que quizás ha conllevado a forjar el concepto del denominado método intuitivo. Consiste en eliminar las restricciones propias de un régimen de pérdida de peso, centrándose en otros aspectos, como comer sólo cuando se tiene apetito o comer lo que apetece en un momento dado. No promete pérdidas de peso determinadas por semanas o meses.

“Por un lado, puede parecer atractivo, ya que los nutricionistas muchas veces incidimos en que hay que dejar de lado la dieta para adquirir unos buenos hábitos alimenticios. Sin embargo, no hay que olvidar que en el paciente obeso o con trastorno del comportamiento alimentario esto no siempre es fácil”, afirma la experta del IMEO Andrea Marqués.

Los pilares de este método son tan sencillos, como comer de todo sin contar las calorías, identificar la sensación de saciedad y el estado de ansiedad emocional, sin dejar de hacer ejercicio de forma regular. El método no resulta perjudicial para la salud, ya que sus estándares son, en general saludables, pero no podemos pensar que a un paciente con problemas de peso debemos indicarle que coma lo que le apetezca. Porque una persona con sobrepeso importante, obesidad o problemas de ansiedad por la comida necesita un seguimiento, adherencia al tratamiento o un plan nutricional marcado, en muchas ocasiones por un apoyo psicológico para obtener resultados que se puedan mantener a largo plazo. “Por ello, este método sería correcto únicamente para que personas sanas y sin malos hábitos alimenticios tengan una correcta relación con la comida”, concluye la nutricionista.

5. Dieta keto o cetogénica

El actor Alec Baldwin y la actriz Halle Berry son entre los seguidores de este tipo de dietas –algunas, como la de Atkins y Ducan, con nombre propio–, que eliminan casi por completo los hidratos de carbono de la alimentación. En concreto, se limita a los 50 gr diarios este macronutriente y se aumenta el consumo de proteínas y grasas. El principal atractivo de esta pauta es la gran pérdida de peso que se puede bajar de golpe: entre 2-3 Kg en una semana y hasta 12 kilos en un mes.

“Al no ingerir carbohidratos, nuestro cuerpo se ve obligado a obtener la energía de la grasa en un proceso metabólico alternativo en el que se producen los denominados cuerpos cetónicos cuyo acumulo en el organismo es tóxico y tiene diferentes efectos nocivos como cefaleas, mareos, fatiga, vómitos, mal aliento, cálculos renales, pérdida de masa ósea y muscular o arritmias”, explica la nutricionista Carmen Escalada.

Otro riesgo del seguimiento de esta pauta es que se aumente el consumo de grasas de mala calidad, las saturadas y, especialmente las trans con el problema que esto supone para la salud: aumento de los niveles de colesterol “malo” o LDL, del colesterol total y de los triglicéridos y, en consecuencia, del riesgo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, la ateroesclerosis o los infartos.

“Además, no es una pauta que se pueda mantener en el tiempo, porque no ayuda a mejorar los hábitos de alimentación de la población y no es compatible con la vida social, por lo que el riesgo de efecto rebote es extremadamente elevado”, argumenta la experta del IMEO.

Esta pauta está contraindicada para la población general, aunque puede ser beneficiosa, siempre bajo un estricto control sanitario de la mano de profesionales, para el tratamiento de ciertas enfermedades como la epilepsia que no responden a otros tratamientos farmacológicos.  

Top 5 de las dietas más indicadas para el 2021

Contribuyen a llevar un estilo de vida saludable. Sostenibles en el tiempo y sin efecto rebote. Buscan una pérdida de peso moderada, hasta 1,5Kg por semana y no más de 6Kg al mes. Se nutren de todos los grupos de alimentos teniendo en cuenta su distribución, biodisponibilidad y las cantidades para garantizar el buen funcionamiento de nuestro organismo. Normalmente son monitorizados por endocrinos, nutricionistas o dietistas.  

1. Dieta inmunitaria frente al “covid-19” para reforzar la salud

El actor Tom Hanks y su esposa Rita Wilson que fueron entre los primeros que dieron positivo por coronavirus hicieron hincapié en sus redes sociales en la importancia de una alimentación que estimula la inmunidad[1].   

A diferencia de otras ediciones, la actual se hace eco de una tendencia relacionada con el coronavirus que ha estado durante todo el año en alza: el esfuerzo de reforzar la salud y las defensas a través de la alimentación, donde perder el peso ganado durante los confinamientos se ha quedado como objetivo secundario.

“Ahora que ha habido una adaptación obligada y radical requerida por la situación sanitaria, se come más en casa que en restaurantes o de fiambrera, y se prefiere practicar la actividad física más al aire libre que en el gimnasio o en el hogar. Esto ha resaltado la necesidad de cambio de hábitos hacia un estilo de vida saludable y también la necesidad de reforzar el sistema inmune con una dieta saludable, complejos vitamínicos y complementos alimenticios, siendo todo ello muy positivo”, señala la experta en dietética y nutrición Andrea Marqués.  No obstante, aclara, “ninguna dieta puede evitar que nos contagiemos del coronavirus o puede curarnos, pero, sí puede ayudarnos a encontrarnos mejor, tanto de cara a un posible contagio, como si ya tenemos la enfermedad”. En este sentido, una dieta “inmunitaria”, siendo su nombre más bien descriptivo que propio, puede resultar el propósito más acertado del año nuevo y nos ayudará no solo a mantener el peso a raya, sino también a cuidar la salud en época de frío, cuando existe un mayor riesgo en la transmisión de enfermedades respiratorias.  

La pauta que marca la nutricionista, es potenciar la ingesta de proteínas de alto valor biológico y grasas saludables, así como el consumo de alimentos ricos en ácido fólico, minerales (hierro, zinc y selenio) y vitaminas de todos los grupos, siendo la vitamina D especialmente beneficiosa por ser relacionada con la reducción de infecciones, hospitalizaciones y muertes por coronavirus. Esto implica asegurar el consumo de frutas cítricas (naranja, kiwi, mandarina) y verduras variadas (pimiento rojo, calabaza, acelgas, brócoli, espinacas, calabacín, zanahoria, champiñones), carnes magras, huevos y lácteos de calidad, pescados azules y mariscos. También sería recomendable un consumo adecuado de omega 3 (frutos secos, aceite de oliva) por su acción antiinflamatoria y de probióticos (yogur, kéfir, chucrut) que mejoren nuestra flora intestinal que es una barrera fundamental de nuestras defensas. Por último, aconseja reducir el consumo de azúcares, ya que su nivel elevado en sangre ha sido señalado como un factor de riesgo relacionado con el aumento de la mortalidad en pacientes con covid-19.

2. Dieta baja en carbohidratos

Jennifer López es una de las defensoras de esta pauta que reduce sustancialmente la ingesta de hidratos de carbono a la vez que aumenta el consumo de grasas saludables. Esta tendencia surge como respuesta a la afirmación que el aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad en la población se debe al elevado consumo de hidratos de carbono de rápida asimilación, como azúcares y harinas refinadas. Sostiene que el consumo de alimentos ricos en grasas saludables, como los frutos secos o el pescado azul, tiene un importante efecto saciante y, por tanto, se come menos cantidad, mientras que los hidratos de carbono sencillos son adictivos y favorecen un mayor consumo y, con ello, la ganancia de peso y grasa corporal.

“La dieta baja en carbohidratos es más flexible que las cetogénicas, porque no elimina por completo su consumo y no genera ansiedad, de modo que se puede seguir durante más tiempo y es compatible con cierta vida social”, argumenta la nutricionista clínica Carmen Escalada.

Siguiendo este plan se puede perder en torno a 1 kilo a la semana, pero para evitar que produzca daños en nuestra salud es fundamental hacerlo de manera correcta, es decir, basando nuestro menú en alimentos ricos en grasas y proteínas de calidad, como pescados, carnes, huevos e incluir frutas y verduras, asegurando de esta manera el aporte necesario de fibra.

Se evita el consumo de alimentos ricos en grasas trans y saturadas, como la bollería y la pastelería industrial, mantequillas y mantecas, y azúcares presentes en chucherías, helados, zumos, refrescos, pastas o panes elaborados con harinas refinadas. Si las pautas no se siguen correctamente, pueden surgir problemas como estreñimiento, déficit de vitaminas y minerales, imposibilidad para bajar peso o cetoacidosis, una alteración metabólica con consecuencias graves en la salud.

A pesar de que esta dieta no supone grandes riesgos para la población general, no es adecuada para personas que padezcan enfermedades renales o hepáticas por el mayor consumo de proteínas.

3. Método Evolution

“Nuestra experiencia en consulta nos indica que solo una de cada diez personas que siguen un método de adelgazamiento persisten en el tiempo, pero si la dieta se basa en un enfoque multidisciplinar, ocho de cada diez personas la terminan y las probabilidades de alcanzar la meta con éxito son mayores”, argumenta Rubén Bravo, experto en nutrición y experto del IMEO.

Un año después de su creación, este método ha experimentado un aumento de 500 por ciento entre sus adeptos[2]. Lejos de ser una dieta adelgazante, incide en evolucionar los hábitos de estilo de vida, apoyándose en cuatro columnas: la nutrición, los complementos alimenticios, la actividad física y el coaching nutricional. Busca un objetivo a largo plazo y un cambio permanente del estilo de vida, basándose en un enfoque multidisciplinar que combina un entrenamiento progresivo de 30 minutos al día, cuenta con grupo de motivación de crecimiento personal.

Permite perder 4-5 kilos en un mes, la gran mayoría de masa grasa. Tiene un impacto en la mejora de la condición física, la prevención de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta y el pensamiento positivo a la hora de enfrentarnos a los problemas cotidianos.

En cuanto a la alimentación, se evitan los alimentos procesados y aquellos con un índice glucémico alto, las grasas poco saludables, las harinas refinadas y los cereales enteros. Se ajusta la cantidad de las proteínas para mantener o mejorar la masa muscular y se aumenta la ingesta de legumbres, vegetales y frutas.

4. Flexitariana

El nombre de Meghan Markle es entre los últimos que se han sumado a la larga lista de famosos que siguen una dieta predominante vegana, pero de vez en cuando se permiten platos de pescado o carne. En la actualidad se estima que en torno al 10 por ciento de la población sigue este tipo de alimentación, ya que gran parte del menú se centra en alimentos de origen vegetal y apenas una quinta parte, derivados de animales.   

Es una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas y colesterol, cardiprotectora, alta en nutrientes y fibra que puntualmente recurre pescados y carnes para obtener los tan necesarias aportes de ácidos grasos Omega 3 y proteínas de alta calidad y vitamina B12. Permite perder 3-4 kilos en un mes.

“Es una opción moderada y menos exigente para ir conociendo poco a poco el mundo vegetariano”, anota Rubén Bravo dietista experto en nutrición y portavoz del IMEO, destacando que los seguidores de esta tendencia dan muchísima importancia a la calidad, origen y manufactura de los alimentos que escogen, buscando productos de agricultura biológica, ganadería extensiva y pesca sostenible, etiquetas con sello “bio” o “eco”, eliminando las opciones excesivamente procesadas y decantándose por opciones más naturales.

5. Ayuno Intermitente 16/8

Esta dieta de moda seguida por Elsa Pataky y su marido, el actor Chris Hemsworth, fue la elegida por Lionel Messi con el fin de potenciar su rendimiento deportivo.

Según el Google Trends, durante el 2020 la búsqueda relacionada con el término “adelgazamiento” en España señala un importante aumento en el caso del ayuno intermitente (+200%).

“Varios estudios e investigaciones realizadas en los últimos años nos indican que realizar menos ingestas diarias podría ser beneficioso para nuestra salud, plasmando estas evidencias en diferentes pautas nutricionales donde dividiríamos el día en “periodo e ayuno” y en “periodo de ingestas”, explica Rubén Bravo. Esta versión del ayuno consiste en ayunar durante 16 horas que suelen incluir las 8 horas de sueño, permitiendo la ingesta durante las 8 horas siguientes.

La “ventana” de alimentación más común es desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, realizando almuerzo, merienda y cena temprana. Con este plan de alimentación se pueden perder de 3 a 4 kilos al mes, dependiendo del índice metabólico basal de cada persona y su actividad física. “Para que el ayuno intermitente tenga el efecto óptimo debe estar integrado dentro de una dieta equilibrada y variada, rica en fruta y verdura, cereales integrales, legumbres, frutos secos y proteína de origen vegetal y animal, evitando en su totalidad los carbohidratos y los azucares refinados”, especifica el experto en nutrición del IMEO.  

Este tipo de ayuno puede ser beneficioso en personas sanas, aquellas con diabetes tipo 2 controlada o los que practican un deporte moderado. Se desaconseja a pacientes con patologías asociadas o trastornos de la conducta alimentaria sin la recomendación y supervisión de un médico o nutricionista.


[1] Según The Economic Times Hanks publicó durante su cuarentena una foto de dos rebanadas de pan tostado untados de extracto de Vegemite del que se dice que estimula la inmunidad, reduce la fatiga, la ansiedad, el estrés y el riesgo de enfermedades cardíacas.

[2] Según datos y métricas internas de la web https://www.metodoevolution.com/. 

Dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo: en qué consisten y qué dicen los médicos

Sapos y princesas El Mundo

Dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo: en qué consisten y qué dicen los médicos

Siempre es un buen momento para cuidar nuestro cuerpo y comenzar a bajar esos kilos demás que tanto nos incomodan. Existen miles de planes alimentarios que nos prometen adelgazar en 7 días, pero no todos funcionan. Esta vez nos queremos referir a tres métodos que son tendencia, y que muchas celebridades practican: las dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo.

Además de explicar en qué consiste cada uno de estos regímenes, queremos hacer énfasis en los consejos de los expertos en nutrición. Más allá de las deslumbrantes promesas de que lograrás el cuerpo de Kylie Jenner o Zac Efron, intentamos descubrir si realmente son dietas saludables y respaldadas por la ciencia.

Debemos tener en cuenta que cuando se trata de rutinas alimentarias, siempre encontraremos opiniones opuestas. Si un nutricionista recomienda la dieta que otro especialista rechaza rotundamente, ¿a quién creerle? Solo podemos presentar las distintas versiones, analizarlas y tomar nuestra propia decisión.

Las dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo tienen un punto en común, que precisamente es el más controversial: debido a la restricción de carbohidratos y alimentos grasos, aunado a una rutina de ejercicios físicos, se produce una alteración en el metabolismo corporal que lleva al organismo a un proceso llamado cetosis. Eso ocurre cuando el cuerpo comienza a consumir sus propias reservas de grasa para obtener la energía que necesita, al no recibirla mediante la alimentación.

Dieta Keto

La dieta Keto o cetónica consiste en la ingesta de alimentos proteicos y bajos en grasa, evitando casi por completo el consumo de carbohidratos con el objetivo de generar la cetosis en el cuerpo.

El menú contiene carnes, pescados y mariscos, queso, huevos, verduras y aceite de oliva. Para las bebidas, se puede tomar agua, té, café e incluso alguna copa de vino tinto.

Quienes practican este plan se abstienen de alimentos altos en carbohidratos, como el arroz, la pasta, el pan, las papas, las donas, la cerveza y el chocolate.

Las dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo están siendo recomendadas por varias celebridades y deportistas. La Keto ganó fama mundial cuando Kim Kardashian aseguró haber perdido 25 kilos con ella. Vanessa Hudgens, Halle Berry, Gwyneth Paltrow e incluso el basquetbolista LeBron James han confiado en el método cetónico.

Se recomienda realizar esta rutina bajo supervisión médica, para tomar en cuenta las particularidades de cada persona antes de establecer el menú de la semana.

Al tratarse de una dieta bastante restrictiva, los expertos del sitio HealthLine no la recomiendan en niños ni adolescentes. Es más apropiada para personas desde los 18 hasta los 55 años.

Dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo médicos
El salmón a la plancha es permitido | Fuente: Pexels

Opinión de los médicos

Jason Ewoldt, dietista del programa Vida Sana de Mayo Clinic (Estados Unidos), es categórico al rechazar el método Keto, debido a que el organismo se somete a una dieta muy estricta que no todos pueden soportar.

“Es un plan muy restrictivo que pocos pueden seguir. La persona promedio no la va a cumplir a largo plazo. Además, debido a que presenta un alto contenido de grasas saturadas, aunado a las limitadas cantidades de frutas, verduras y cereales integrales, no es óptima para la salud”, comenta Ewoldt.

La nutricionista Andrea Marqués, en declaraciones a la revista Telva, se refirió a los efectos negativos que puede ocasionar este régimen alimentario al cuerpo humano.

“Seguir este plan puede generar mareos y dolor de cabeza, ya que nuestro cerebro requiere de energía en forma de glucosa para realizar sus diversas funciones. El plan Keto puede generar sudor excesivo, orina de color intenso y mal aliento. Incluso la persona podría sufrir de estreñimiento severo debido a la ausencia de fibra”, advierte la especialista en nutrición.

Una opinión diferente tiene Julia Jiménez, dietista de Neolife. Apoya la llamada “la dieta de los famosos”, e incluso considera que podría ser beneficiosa para tratar enfermedades como el Alzhéimer, la epilepsia y hasta el cáncer.

“Ante la ausencia de alimentos y de glucosa, las células pueden usar la cetosis para obtener energía. Sin embargo, las células malignas no pueden recurrir a este método para alimentarse, ya que no son aptas para usar los cuerpos cetónicos, y terminan muriendo”, asegura Jiménez.

Dieta Pronokal (PnK)

Consiste en un plan de alimentación de hidratos de carbono con niveles muy bajos de grasa. Se inspira en la alimentación de los japoneses antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando prácticamente no existían enfermedades cardíacas en el archipiélago. Las dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo no son nuevas, pero son tendencia en la actualidad.

El plan incluye una rutina de ejercicios para acelerar el metabolismo energético basal, incrementando la quema de calorías por día. El menú se basa en ciertos alimentos proteicos como la carne y el pescado a la plancha, siempre acompañado de verduras.

Se suelen incluir productos de la empresa Pronokal, que comercializa mermeladas, galletas, chocolates, bebidas frías, salsas, postres, etc.

El médico Francisco Perales, especialista en alimentación y experto en PnK, no recomienda este plan a menores de 16 años ni mayores de 65 años.

Dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo nutricionista
La carne de res con verduras es una opción | Fuente: Pexels

Qué dicen los médicos

En el foro de expertos del portal Doctoralia, el médico general Marco Corbelletti, radicado en Madrid, opina que “con estas dietas proteinadas hay mucha experiencia debido a la gran cantidad de pacientes tratados y los muchos años que tiene usándose. Es una opción válida para conseguir bajar de peso, siempre que no exista ninguna contraindicación. Por supuesto, no es la manera adecuada de alimentarse a largo plazo”.

Por su parte, el médico estético Agustí Molins (Barcelona), explica que “la dieta proteinada es un tratamiento médico para la obesidad y el sobrepeso con patologías asociadas. Si no presenta contraindicaciones para realizarla, es la opción terapéutica más adecuada para la pérdida de peso”.

Una opinión diferente expone la dietista Raquel Ramírez (Madrid): “Esa dieta y todas las que son proteicas, a base de batidos y productos químicos, no son aconsejables a ninguna edad. Por el contrario, le puede perjudicar a todos los niveles, ya que se fuerza al cuerpo para perder peso al alterar nuestro sistema metabólico, lo que puede ocasionar daños en el hígado y los riñones”.

Las personas con la salud delicada deben abstenerce de las dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo. Cualquier cambio en sus rutinas de alimentación debe ser previamente consultado con su médico de confianza.

Dieta de sopa de repollo

Se conoce como una “dieta relámpago” que busca perder peso de manera rápida al consumir casi exclusivamente sopa de repollo durante siete días, aunque también se puede acompañar con bajas cantidades de arroz integral, vegetales y frutas.

Al reducir las calorías de forma drástica, el cuerpo puede perder muchos kilogramos en poco tiempo. Sin embargo, de esa manera no solo estarás perdiendo grasa, sino que también suele desaparecer masa muscular debido a la cetosis. Por ese motivo, las dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo tienen muchos detractores.

Así como ocurre con el método Keto, el régimen de sopa de repollo no se aconseja para niños, adolescentes ni personas mayores de 60 años, de acuerdo a las instrucciones del portal especializado HealthLine.

Dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo saludable
La dieta de sopa de repollo ayuda a perder muchos kilos en siete días | Fuente: Pexels

Opinión de los expertos

Katherine Zeratsky, especialista en nutrición y alimentación saludable de Mayo Clinic, dice:

“La sopa de repollo es baja en minerales, vitaminas, proteínas y carbohidratos. Por esa razón, este plan no debe extenderse por más de una semana. Debido a que no te estás alimentando de forma adecuada, te puedes sentir muy débil o cansado durante el proceso. Además, las personas que hacen dietas relámpago suelen recuperar el peso tan rápido como se fue”.

Tampoco la recomienda la nutricionista Izaskun Astoreca, de la Clínica Biolaser La Moraleja, en Madrid. “Estos métodos son catalogados como peligrosos debido a que el cuerpo pierde mucho líquido, electrolitos y masa muscular. Durante esa semana, la persona se abstiene radicalmente de comidas que su organismo está acostumbrado a ingerir, lo que puede provocar un trastorno de conducta alimentario”, dice Astoreca a la revista Vogue.

Si finalmente tomas la decisión de practicar las dietas Keto, Pronokal y sopa de repollo, hazlo bajo la supervisión de un dietista o nutricionista. Incluso, podrías consultar la opinión de un médico general que te pueda aconsejar de forma personalizada.

La de los potitos es otra dieta milagro

CuidatePlus, por Ana Callejo Mora

“Actualmente, vivimos en una sociedad de carácter dicotómico. Por un lado, otorgamos excesiva importancia a una imagen corporal idealizada, que muchas veces asociamos erróneamente al éxito, y por la que llegamos a intentar métodos de lo más variopintos y extravagantes que nos permitan alcanzar este objetivo a corto plazo y sin esfuerzo”, afirma a CuídatePlus Sonia Peinado, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). Por otro, añade, “cada vez aumenta más la tasa de sobrepeso y obesidad en la población que, lejos de encontrar un equilibrio, abandona una rutina saludable en pos de los azúcares refinados, bebidas carbonatadas, bollería industrial y fast food en general”.

Como consecuencia de esta ambigüedad, surgieron las dietas milagro, entre las que, sin duda, se encuentra la dieta de los potitos o baby food diet.

Este régimen comienza a hacerse popular el año 2010 de la mano de Tracy Anderson,  anteriormente bailarina, actual nutricionista y entrenadora de algunas estrellas de Hollywood (Estados Unidos). “Y es que no hay nada mejor para el marketing de cualquier producto que su promoción (muchas veces falsa) a través de personajes famosos como Jennifer Aniston, Gwyneth Paltrow y Madonna, entre otros, aunque algunos de ellos niegan su consumo”, comenta Peinado.

En concreto, el concepto básico de esta dieta es suplir la alimentación diaria sólida por un número elevado de potitos o papillas con avena y frutas, pudiendo realizar cenas con algo de proteína y verdura en sólido, para bajar de peso de forma rápida y sin esfuerzo.

“Siguiendo el perfil de otras dietas milagro, carece de base científica y no se ha podido demostrar que tenga ningún beneficio para la salud a corto o largo plazo”, afirma la experta.

El éxito de esta dieta y la rapidez con la que se ha expandido se debe a dos motivos fundamentales. “Al igual que todas las dietas milagro, promete una importante bajada de peso en muy poco tiempo. La segunda razón es la publicidad que da el hecho de que numerosas famosas hayan apostado por ella para lucir ‘fabulosas’ en sus eventos”, dice Carmen Escalada, nutricionista del IMEO. A pesar de esto, “no podemos nunca olvidar que, por muy popular que sea una dieta, eso no asegura ni su eficacia ni su seguridad”.

¿Qué cantidad de potitos toman al día sus seguidores?

En un principio, cuenta Peinado, las bases recomendadas de la dieta de los potitos eran hacer 14 minipapillas a lo largo del día basadas en avena y fruta para evitar sentir fatiga y consumir algo de carne baja en grasa con verdura en las cenas. Estas pautas más adelante acabaron mutando en un consumo ininterrumpido de potitos a lo largo de todo el día.

“Teniendo en cuenta que el aporte calórico medio de un potito es de entre 65 y 70 kilocalorías, el total de estas catorce tomas son 910-980 kilocalorías al día. A estas habría que sumar las procedentes de la cena donde, poniendo un ejemplo, un filete de pollo de tamaño medio acompañado de una guarnición de verduras, como espinacas o judías verdes, no sobrepasarían las 300 kilocalorías, haciendo un total diario de 1.200-1.280 kilocalorías”, especifica la nutricionista.

La repercusión de no masticar

“La masticación adecuada y suficiente de los alimentos nos permite aumentar el tiempo que tardamos en consumirlos”, señala Escalada. Esto es muy importante, ya que la respuesta de saciedad del cuerpo se produce gracias a la síntesis de diferentes hormonas, como la leptina, y este proceso requiere de unos 20 o 30 minutos. Por tanto, el hecho de no masticar se ha relacionado con comer más cantidad de alimento y, con ello, tener más facilidad para engordar.

Además, al masticar generamos saliva, que protege a nuestro aparato digestivo de irritaciones que pudiera provocar el alimento a su paso, y jugos gástricos, que posibilitan una correcta digestión del alimento en el estómago.

Por último, masticar nos permite saborear mejor los alimentos y, por tanto, disfrutar más de las comidas.

Riesgos para la salud de la dieta de los potitos

“Hemos escogido de forma aleatoria tres potitos de las principales marcas productoras del mercado y hemos analizado su etiquetado nutricional para opinar en cuanto a su concentración de macro y micronutrientes”, expone Peinado.

En primer lugar, y de forma general, el porcentaje total proteico sería bastante inferior si optamos por potitos de frutas, y ligeramente inferior a los valores recomendados en potitos con pescado o pollo.

“Nos faltan valores respecto a la fibra alimentaria y micronutrientes. Si bien es cierto que algunos potitos tienen aporte de vitamina C, no parece ser el caso de ninguno de los expuestos. Por tanto, y, de acuerdo con las tablas de ingestas recomendadas a la población de nuestro país de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), habría déficits de folatos, niacina y vitaminas C, A y D, entre otras”, destaca la nutricionista.

Por tanto, “este tipo de alimentación, adecuada para el uso ocasional de niños, no se asemeja a las necesidades nutricionales de un adulto. Seguir esta dieta a largo plazo daría lugar a fatiga, cansancio, dolores musculares, mareos, dolores de cabeza, etc.”, concluye Peinado.

Además, las dietas líquidas son fáciles de absorber y producen un rápido vaciamiento gástrico. Sin embargo, estimulan poco el tracto gastrointestinal y un uso prolongado de ellas podría dar lugar a cambios en la motilidad del paciente.

“Los efectos secundarios más comunes de la dieta de los potitos serán el cansancio y la fatiga por el cambio de la alimentación. Con el tiempo, se pueden experimentar efectos como pérdida del cabello, fragilidad en las uñas, problemas digestivos, cálculos biliares y desnutrición grave que pueda conllevar convulsiones, coma o muerte”, advierte Peinado.

Adelgazar en poco tiempo: los peligros de las dietas milagro

Aquí aplica totalmente el ‘lento, pero seguro’

Huffington Post, por Margarita Lázaro

Perder peso en poco tiempo y sin mucho esfuerzo. Ese es el objetivo de uno de muchos mexicanos, y también la razón por la que las dietas milagro están proliferando. —según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)— y esa es la razón por la que las dietas milagro están proliferando.
En la actualidad existen alrededor de un centenar en el mercado. Algunas parecidas y otras muy diferentes pero todas con una cosa en común: resultan peligrosas para la salud. El doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), advierte que «los milagros no existen» y que todas estas dietas «carecen de evidencia científica que las avale»: «Ha de quedar claro que estas dietas milagro son un riesgo para la salud y se pueden volver en contra del paciente por el efecto rebote».

«Además el objetivo de un tratamiento dietético no puede ser solo la disminución del peso, también hay que llevar a cabo una reeducación alimentaria. La dieta es un proceso de aprendizaje», apunta Luis Alberto Zamora, nutricionista y vocal de comunicación de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (Addinma).

Desde la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética insisten en que debemos convencernos de que no hay ninguna fórmula mágica ni milagrosa que en poco tiempo nos haga conseguir una imagen muchas veces inalcanzable. Como señalan desde SEEDO, la única fórmula saludable y eficaz para perder peso es reducir la ingesta energética, sobre todo las grasas y grasas saturadas, y aumentar el volumen de actividad física. Así se evitarán las consecuencias negativas asociadas a las dietas milagro y que van desde diabetes hasta fallos renales o efecto yo-yo. Los especialistas en nutrición aseguran que no hay ninguna que se libre y nos detallan los peligros de las que más triunfan en el mercado.

A continuación analizamos algunas de las más populares centrándonos en qué prometen, en qué consisten y sus peligros.

Dieta 5:2 | Dieta 4:3 | Dieta de los puntos | Dieta Paleo | Dieta de los 17 días | Dieta Flash | Dieta sin gluten| Dieta de los potitos | Dieta Dukan | Dieta de las ocho horas| Nueva dieta AtkinsDIETA 5:2

Qué promete: Es una de las dietas más novedosas y una de las que triunfa actualmente entra las celebrities. Este sistema de adelgazamiento, recogido en el libro The fast diet del británico Michael Mosley, promete a sus seguidores que les ayudará a perder hasta seis kilos en un mes.

En qué consiste: De los siete días de la semana, cinco hay libertad para comer y las restricciones se reservan para los otros dos, que pueden ser no consecutivos. Los hombres reducirían las calorías a 600 mientras que las mujeres tendrían que dejarlas en 500. El principio básico para los días de ayuno es comer solo alimentos ricos en proteínas y fibra (carne, pescado y verduras) y evitar los carbohidratos refinados (pasta, arroz y patatas).

Los peligros: «El primer fallo es que a una persona que trata de perder peso no le puedes decir que durante cinco días puede comer lo que quiera. Ese todo lo que quieras puede ser ilimitado y alguien con sobrepeso u obesidad podría llegar a comerse un solomillo de 1,5 kg», explica el nutricionista Rubén Bravo, del Instituto Médico Europeo de Obesidad (IMEO), quien defiende que en todas las dietas hay que limitar las cantidades. «Por otra lado comer durante dos días solo 500 o 600 calorías es una barbaridad. Todo lo que está por debajo de 800 calorías puede desencadenar graves riesgos para la salud empezando por bajadas de tensión o de azúcar», señala. A esto se sumarían las consecuencias del exceso de consumo de proteínas que se produce durante los dos días de ayuno. «Pueden provocar problemas renales porque obligamos al riñón —encargado de que no se filtren las proteínas— a trabajar más, lo que le haría envejecer más rápido», explica Luis Alberto Zamora. El efecto rebote está garantizado. «Los ayunos intermitentes están asociadas a respuestas metabólicas no deseadas y al incremento de la grasa corporal. El organismo está preparado para autorregular un exceso de energía (una comida muy copiosa un día) pero lo que no es capaz de entender es que le estemos dando 1500 calorías todos los días y de repente le demos 3000 y luego 500 o 600. Ahí es cuando va a tener problemas», señala Giuseppe Russolillo, presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AED-N).

DIETA 4:3

Qué promete: Deshacerse de seis kilos en un mes perdiendo grasa y no músculo.

En qué consiste: Es una revisión de la 5:2. El sistema es parecido pero más restrictivo ya que en lugar cinco días de libertad total hay solo cuatro. Se trataría de comer un día todo lo que quieres y al día siguiente reducir las calorías a 500 (las mujeres) o a 600 (los hombres). Para ello, igual que en la 5:2, habría que centrarse en alimentos proteicos y evitar los hidratos de carbono.

Peligros: «Decir que se va a perder grasa y no músculo es erróneo. Además todas las pérdidas superiores a un kilo a la semana suponen una disminución de masa corporal», explica Luis Alberto Zamora, nutricionista de Addinma. «Igual que la 5:2 tiene muchos puntos negativos pero habría que señalar los trastornos renales derivados del exceso de proteína, los riesgo de hipoglucemias o cetosis desencadenada por la restricción de hidratos de carbono y la ‘des-educación’ alimentaria ya que el mensaje que transmiten son ‘come todo lo que quieras, que luego lo solucionas con un par de días de purga'», insiste Zamora quien enumera otros trastornos asociados como «estreñimiento, hinchazón abdominal o desequilibrio en el nivel de insulina». Y sí, también tiene efecto rebote.

DIETA DE LOS PUNTOS

Qué promete: El presentador Jorge Javier Vázquez perdió cinco kilos (dos tallas menos) con El método entulínea de Weight Watchers (Editorial Planeta). Este sistema promete ayudar a adelgazar sin recuperar el peso perdido, sin pasar hambre y comiendo de todo.

En qué consiste: Se basa en un sistema de puntos llamado ProPoints. Estos se le asignan a los alimentos, dependiendo de sus proteínas, hidratos de carbono, fibras y grasas, y también a las personas. Cada uno tiene un saldo, según sus características físicas —edad, sexo, altura y peso— y actividad (para calcular los tuyos debes entrar aquí), para consumir diariamente y que pueden distribuir de la forma que quieran. Además cada uno tiene un capital extra semanal de 49 puntos para ocasiones especiales o cuando el hambre te pide más cantidad de determinado capricho. Quienes la siguen pueden asistir a las reuniones informativas que se organizan semanalmente y en las que se trata de fomentar unas pautas de vida saludables.

Peligros: «El principal problema es que los seguidores de la dieta podrían canjear los puntos a su gusto y sin seguir recomendaciones. De este modo podrían gastarlos todos comiendo aquello que más les gusta sin importarles si siguen una dieta equilibrada, variada y suficiente en nutrientes», explica el mismo Luis Alberto Zamora. Eso mismo señala Rubén Bravo y pone como ejemplo de menú bueno para la dieta y no para el individuo uno compuesto por café con leche entera (3 puntos), un croissant (9 puntos), un bocadillo de jamón y queso (8 puntos) y dos yogures naturales (4 puntos). «Los efectos negativos a corto, medio y largo plazo pueden ser de lo más variados: desde estreñimientos o diarreas, hasta hígados grasos, hipoglucemias, déficit de vitaminas y minerales con sintomatología o sin ella, etc», añade Zamora. «Además puede conducir a una obsesión por la comida porque te pasas el día calculando», agrega Bravo para el que este tipo de alimentación solo sería válida si la supervisa un especialista y se acude a las reuniones formativas de entulinea.

DIETA PALEO

Qué promete: Basada en el libro Las mujeres paleolíticas no engordan, de la nutricionista Esther Blum, garantiza que quienes la siguen conseguirán un cuerpo esbelto y saludable, como el de las mujeres de las cavernas, en menos de tiempo de lo que se imaginan.

En qué consiste: Existen en internet multitud de entradas que explican al detalle este método seguido por famosas como Natalie Portman, Uma Thurman, Jessica Biel o Beyoncé y que reduce al máximo el consumo de carbohidratos. La paleochic defiende seguir la dieta de nuestros antepasados de la Edad de Piedra basada en el consumo de plantas y animales. Se pueden comer proteínas, grasas, frutas, verduras y frutos secos y se limitan los carbohidratos. Quedarían prohibidos los alimentos procesados (harina, trigo, cereales, pastas y pan), el azúcar, los zumos y los refrescos. En días ‘especiales’ se puede tomar café, algún lácteo, alcohol, arroz integral y legumbres. En el blog paleostyleparatodos hay recetas, consejos y hasta tablas de ejercicios.

Peligros: «A priori puede parecer una dieta saludable sin embargo el prohibir los cereales no es positivo par la salud. Especialmente en el caso de los cereales integrales que previenen del sobrepeso u obesidad e incluso puede ayudar a combatirlo», explica Russolillo. Para el presidente de la AEDN hay otro problema: «En la cáscara de los cereales es donde se encuentran unas sustancias llamadas fitoquímicos vegetales o compuestos bioactivos, también presentes en frutas, hortalizas y verduras, que previenen de numerosas patologías como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión arterial y también del cáncer». A esto se sumarían los riesgos propios de las dietas hiperproteicas como la 4:3 y 5:2. «Además se obvian cosas como que en el paleolítico la esperanza de vida era menor que actualmente, lo que puede ser causa y consecuencia de la alimentación; y el nivel de actividad física era muy superior al actual, motivo también que influye (y mucho) a la hora de perder o mantener el peso», añade Luis Alberto Zamora para el que no hay evidencias científicas que sostenga esta dieta milagro.

DIETA DE LOS 17 DÍAS

Qué promete: El régimen del televisivo doctor Travis Stork ayuda a perder hasta 7 kilos en dos semanas.

En qué consiste: La dieta consta de cuatro ciclos de 17 días. Durante el primero (Accelerate) es cuando se pierde más peso y para ellos se deben consumir 1200 calorías diarias (se elimina el azúcar y se permite la ingesta de yogur griego, té verde, huevos, pescado, pollo, frutas frescas y verduras). En el segundo (Activate) se estimula la quema de grasa mientras se incorpora a la lista de alimentos permitidos mariscos, carnes magras, almidones naturales, legumbres y verduras con almidón. En el tercer ciclo (Achieve) se empiezan a introducir alimentos tradicionales y más variados como son aves, tocino de pavo, cereales ricos en fibra y pasta. Y por último, en el cuarto ciclo (Arrive), al que llegamos cuando alcanzamos el peso deseado, se permite comer nuestras comidas favoritas en fin de semana mientras que de lunes a viernes hay que seguir la dieta de la fase anterior.

Los peligros: Para Luis Alberto Zamora el gran problema es que se presenta como «otro milagro de adelgazamiento» que conlleva una «depleción del músculo, además de someter a un estrés metabólico al organismo». Según este nutricionista, la dieta resulta demasiado restrictiva, especialmente en las primeras dos fases, «lo que ya nos indica la gran probabilidad de carencia de nutrientes y los efectos negativos que eso conlleva». Hay que añadir también que no estimula una educación alimentaria para que la persona pueda no caer en los errores que le hicieron aumentar de peso.

DIETA FLASH

Qué promete: no está indicada para bajar solos unos kilitos, el autor de esta dieta y autor del libro homónimo, el doctor Manuel Jiménez Ucero, asegura que siguiéndola se pueden llegar a perder 10 kilos en un mes y hasta 30 en tres o cuatro.

En qué consiste: La idea general es reducir los hidratos de carbono al máximo y centrarse en el consumo de proteínas (se conoce con el nombre de régimen hiperproteinado), permitiendo a su vez la ingesta de verduras, legumbres, frutas y cereales integrales. «Hay que huir del pan y de todos los dulces. El volumen de grasa que tomamos al comer jamón es mínimo si lo comparamos con el de azúcares y harinas», asegura el autor. Este sistema tiene tres fases: iniciación (dura mes y medio y durante ésta se produce la pérdida drástica de kilos. Se combinan batidos y zumos hiperproteícos con el consumo de proteínas vegetales, frutas, verduras y hortalizas. Los alimentos procesados quedan prohibidos, también la leche, la carne y los huevos), reeducación (se incluyen algunos de los alimentos prohibidos) y mantenimiento (para equilibrar el metabolismo y evitar el temido efecto rebote).

Los peligros: La AEDN asegura que es totalmente desaconsejable por ser una dieta «proteinada», «sin fundamento científicos» y en la que es necesaria la compra de productos de adelgazamiento. «Es una dieta peligrosísima para la salud porque se reduce muchísimo el consumo de hidratos de carbono. Hay que pensar que el organismo solo funciona con éstos y cuando bajamos por debajo del 15 o 20 por ciento empieza a suponer un riesgo importante y cuando bajamos del 10 el organismo empieza a sintetizar cuerpos cetónicos para poder funcionar y al final estamos comprometiendo la sangre y los órganos principales como el riñón, el bazo, el corazón… y provocando efectos metabólicos no deseados», explica su presente Giuseppe Russolillo. Entre los riesgos que se asocian a esta dieta se incluyen: debilidad, fracturas óseas, síndrome metabólico, daño renal y desórdenes gastrointestinales.

DIETA SIN GLUTEN

Qué promete: Este método que hace furor entre famosas como Lady Gaga, Victoria Beckham y Miley Cyrus ayuda a perder hasta tres kilos en nueve días.

En qué consiste: Se trata de seguir la alimentación de los celíacos (alimentos sin gluten o específicos para personas con esta intolerancia) pero sin serlo basándose en la creencia esta comida es light o baja en calorías, disminuye la hinchazón abdominal y es más saludables. Así quienes siguen esta dieta deben consumir carne, pescado, fruta, legumbres, verduras, tubérculos, lácteos, frutos secos, huevos, cereales sin gluten, aceites, mantequilla, azúcar…

Los peligros: Luis Alberto Zamora apunta que esta dieta se basa en una idea totalmente descabellada: los alimentos sin gluten no son menos calóricos, no son más saludables, ni tampoco disminuyen la hinchazón abdominal. Si se consigue adelgazar es porque al no haber tantas opciones para no celíacos, especialmente cuando salimos fuera de casa, se terminan restringiendo los alimentos. «Es una dieta buena para celíacos pero al resto de la gente el gluten no le hace ningún daño», sentencia Rubén Bravo.

DIETA DE LOS POTITOS O BABY FOOD DIET

Qué promete: La actriz Jennifer Aniston asegura que este método le ahizo a perder 3 kilos a la semana.

En qué consiste: La dieta de los potitos, también seguida por Madonna, Shakira y Courteney Cox, consiste en alimentarse cada día con 14 potitos de bebés de distinto tipo (frutas, crema de cereales, purés de verduras…) y realizar una cena sólida con carne magra y verduras.

Los peligros: El nutricionista Luis Alberto Zamora asegura que uno de sus principales problemas es la monotonía: «Cuando se come todos los días lo mismo por un tiempo prolongado, el cuerpo empieza a rechazar ese alimento (como mecanismo de defensa para evitar una dieta carente de los nutrientes) y se prefiere no comer al hecho de volver a tomar más potitos». A este déficit de nutrientes se deberían añadir efectos psicológicos como ansiedad o alteraciones de humor. «Además es muy poco sociable. Resulta muy difícil compaginarla con una vida social. Imagina que tus amigos están comiendo un solomillo y tú mientras tomando potitos», señala Rubén Bravo para el que comer purés no proporciona ningún beneficio extra: «Tu cuerpo consume menos calorías para metabolizar el alimento porque al masticar también hacemos gasto calórico». A todo ello hay que añadir que la recuperación del peso perdido está garantizada una vez que la abandonas, apunta Russolillo.

DIETA DUKAN

Qué promete: El supuesto doctor francés Pierre Dukan —el colegio médico francés lo expulsó el pasado mes de enero— asegura que quien sigue este método puede llegar a perder hasta 10 kilos en dos meses.

En qué consiste: El método Dukan se distribuye en cuatro fases: la primera es la hiperproteica durante la que se le atribuye el efecto inicial de mayor pérdida (fase de ataque sin carbohidratos y solo se consumen proteínas puras: de 3 a 5 kilos en 7 días), la segunda fase (de crucero, en la que se equilibran verduras y proteínas: se pierde menos peso), tercera fase (consolidación para prevenir el aumento de peso generado tras una pérdida brusca. Dura 10 días por kilo perdido) y cuarta fase (estabilización, se come lo que quiera todos los días menos uno que se sigue la regla de sólo proteíca)

Peligros: Giuseppe Russolillo lo tiene claro: la dieta Dukan es un fraude. «Las proteínas no ayudan a perder peso mientras que su consumo en exceso es peligroso porque puede producir fallos renales a la vez que incrementa el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular». Según este especialista, la dieta hace todo lo contrario a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) que insiste en que deberíamos «seguir una dieta rica en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, frutos secos, productos integrales y aceites de semilla y reducir el consumo de carnes, huevos, embutidos, quesos y pescados, siendo éstos los más recomendados del grupo».

DIETA OCHO HORAS

Qué promete: El lema es ‘mira los kilos desaparecer sin mirar lo que comes’ y asegura que ayuda a perder hasta cuatro kilos en una semana.

En qué consiste: Permite comer todo lo que quieran pero con una condición: las comidas se distribuyen durante 8 horas y después hay que hace 16 horas de ayuno, recomendando que la ingesta sea de 9 a 17 horas. Es recomendable empezar siguiéndola durante tres días para llegar a conseguir seguirla a diario. Aunque no se restringen alimentos sí se recomiendan algunos para que la dieta sea equilibrada.

Peligros: Es una dieta con efecto yo-yo garantizado. «Al pasar 16 horas sin comer le obligamos al organismo que se ponga en situación defensiva y así cuando llega el momento del desayuno se almacena grasa para aguantar el día», explica Rubén Bravo quien la define como la dieta perfecta para cambiar masa muscular por grasa. «Además si se sigue durante un periodo de tiempo prolongado puede producir trastornos endocrinos», añade Zamora.

NUEVA DIETA ATKINS

Qué promete: Asegura que ayuda a perder peso mientras garantiza a sus seguidores que no sufrirán bajones repentinos de energía y no tendrán sensación de estómago vacio.

En qué consiste: Es la nueva versión de la clásica dieta Atkins. Llegó al mercado para competir con la Dukan que le había robado cuota de mercado. Esta dieta tiene cuatro fases. En la primera se haría 3 comidas grandes al día (o 4-5 pequeñas) y reduciría el consumo de carbohidratos a 20 gramos diarios, de los cuales 12-15 tendrían que estar en verduras (aquí puedes mirar cuántos carbohidratos tiene cada producto). En esta fase se deben comer 115-175 gramos de proteínas por comida, sin necesidad de quitarle la grasa, y se permite el consumo de mantequilla, aceite de oliva, aceite de girasol, queso (menos requesón y ricota), aceitunas y aguacates. Hay además que tomar pastillas multivitaminadas y suplementos con omega 3. La segunda etapa se centra en aumentar los carbohidratos progresivamente (5 gramos a la semana) y así aumentar la variedad de comidas incorporando alimentos como nueves, semillas y moras. Durante la fase 3 (de mantenimiento previo) ya se pueden incorporar los carbohidratos integrales, el objetivo aquí es perder los últimos 4,5 kilos que nos sobran. Por último, en la fase 4 o de mantenimiento, se trata de estabilizarse en ese peso, 2,2 kilos arriba, 2,2 kilos abajo, utilizando para ello lo aprendido sobre nuestro metabolismo en la etapa anterior. Quien sigue esta dieta puede comprar barritas y batidos específicos (Daybreak, Advantage y Endulge) para hacer frente a los momentos de bajón.

Peligros: Luis Alberto Zamora señala que ésta es una dieta hiperproteica más que genera los mismos trastornos que otras como la antigua Atkins: «Se comenta que el doctor Atkins se murió a causa de seguir su propia dieta». EL nutricionista asegura que «es una dieta desequilibrada, que causa carencia de nutrientes, sobrecarga proteica del sistema renal y que, al igual que la dieta Dukan, está totalmente desaconsejada para personas con trastornos renales». Detrás hay un interés económico porque va a asociada con el consumo de productos específicos, «lo que también nos puede indicar el interés más económico que de salud». Rubén Bravo añade a estos peligros que puede provocar subidas de colesterol, ralentización del metabolismo, desnutrición, sustitución de la masa muscular por grasa y efecto rebote.

No son dietas, son un peligro de salud pública: las tres prácticas para adelgazar que denuncia ‘Punto de Mira’

Directo al paladar / Cuatro

El doctor Nick Riviera no es solo un personaje de los Simpsons. Tampoco es un perfil de falso médico que solo exista en Estados Unidos y Latinoamérica. También en España hay médicos que faltan al código deontológico. Y ni siquiera hace falta un título al que faltar al respeto. Como ha mostrado el programa de Cuatro Punto de Mira, son muchas las personas sin escrúpulos que se aprovechan de la obsesión de sus víctimas por adelgazar, ofreciendo productos y operaciones prohibidas y peligrosas.

Todos los años asistimos al surgimiento de nuevas dietas milagro, con la misma (y antigua) promesa: que adelgazaremos mucho, en poco tiempo y sin apenas esfuerzo. Como no se cansan de repetir los nutricionistas, se trata de regímenes que no sirven para adelgazar de forma efectiva -por el consabido efecto rebote-, normalmente basados en teorías pseudocientíficas, pero en algunos casos graves ni siquiera podrían clasificarse como dietas: se trata de productos (e, incluso, operaciones quirúrgicas) que son un auténtico peligro para la salud.

El programa de cuatro ha denunciado tres de estas prácticas, quizás las más peligrosas que circulan en la actualidad (aunque, por desgracia, no son ni de lejos las únicas).

1. Malla lingual

 

Este invento consiste en la colocación de un pequeño parche en la lengua que se cose en la parte superior de la lengua y molesta al masticar. El dolor impide comer ningún alimento sólido. Se tratas de un procedimiento que no está avalado por ningún estudio científico y está prohibido en casi todo el mundo, también en España.

Pero aun así, como ha demostrado el programa de Cuatro, hay clínicas que siguen ofreciéndolo por la friolera de casi 2000 euros. “Me parece una vergüenza que haya médicos que hagan esto, porque es perder peso teniendo dolor”, ha apuntado Rubén Bravo, nutricionista de Instituto Médico Europeo de la Obesidad. “Es peligroso para la salud. Hay un caso de muerte en República Dominicana. Puedes tener inflamaciones y ahogarte durmiendo”.

En el programa se ve cómo se ofrece este tratamiento en una clínica, sin comprobar si quiera el perfil del paciente. También se destapa cómo una médica ofrece instalar la malla en su propio domicilio, pagando en negro (300 euros) y reconociendo que la práctica es ilegal.

2. Pastillas quemagrasas

En el segundo bloque del programa, se analiza el fenómeno de las pastillas “quemagrasas”, un concepto igual de atractivo como falso. Como explica la nutricionista Clotilde Vázquez, “no hay nada que te tomes y disuelva la grasa, es un reclamo basado en pseudociencia. Solo hay tres fármacos para tratar la obesidad aprobados, con receta y bajo control médico y no tienen nada que ver con quemar grasas”.

El programa pone el foco en un caso de 2015, cuando los Mossos de’Esquadra detuvieron a una mujer que comercializaba un producto quemagrasas en Castelló d’Empúries (Alt Empordà) que traía desde México y vendía como un complemento alimenticio natural pero en realidad contenía un pesticida, y provocó varias hospitalizaciones entre sus consumidores.

También se localizan en internet otras píldoras prohibidas, que se venden de forma fraudulenta en páginas de segundamano conocidas por todos y cualquiera puede comprar, Como explica la nutricionista algunas de estas pastillas contienen anfetaminas, drogas que quitan el apetito, pero producen dependencia y pueden producir paros cardiacos. Es el caso de la sibutramina, un supresor del apetito cuya comercialización se prohibió hace un lustro en casi todo el mundo, pero que se sigue encontrado en internet. Por supuesto, a precios elevados.

3. Dietas detox

Por último, el programa ha analizado las dietas detox comerciales, que prometen regímenes completos a base de zumos y sopas con supuestas propiedades depurativas. Se trata de productos que llevan varios años en circulación, se venden de forma legal(en este caso son productos alimenticios que, sobre el papel, no incumplen ninguna normativa) y cada vez tienen más éxito.

Como explicaba el programa, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido una advertencia sobre esta dieta en que apunta que los zumos verdes –uno de los mayores reclamos de esta– no tienen ninguna eficacia probada y contienen una cantidad excesiva de ácido oxálico, un compuesto presente naturalmente en las plantas verdes que se reduce en su cocción pero cuyo consumo excesivo (algo normal si se toman estas verduras en crudo) puede derivar en deficiencias renales, piedras, hipertensión, dolores articulares…

Estos zumos se pueden comprar hoy en cualquier supermercado o cafetería, y hay empresas que se han especializado en su fabricación y comercialización a precios desorbitados. En el programa una voluntaria se somete a una dieta completa, en la que se ofrecen seis zumos al día para tomar durante tres días. El régimen de tres días tiene un precio de 180 euros: 10 euros por botella.

Los zumos además, como se explica tras analizar estos en un laboratorio, tienen un alto contenido en azúcar. Tres nutricionistas consultados aseguran que no son dietas sanas y tampoco son tan eficaces para adelgazar como se asegura, pues todo el peso que se pierde se recupera en seguida tras abandonar el régimen.

La clave de las dietas según la Universidad de Harvard

Los investigadores descubrieron que los participantes en los estudios de dietas bajas en grasas perdieron peso, pero solo 2Kg en un año

Vida y estilo Terra

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Los investigadores científicos de la prestigiosa Universidad de Harvard trabajan para dar explicaciones lógicas sobre la utilidad y lo que realmente resulta ideal de los planes alimenticios de moda. El primer interrogante que se plantea gira alrededor de las grasas, entendiendo que la mayor parte de las dietas se posiciona inevitablemente en uno de los dos bandos; los que las admiten y los detractores de las mismas. O hay que eliminarlas por completo o no se deben erradir de ninguna manera.

La investigación elaborada por los científicos, y publicada posteriormente en la revista The Lancet: Diabetes & Endocrinology, analizó 53 ensayos clínicos realizados hasta la fecha observando que las dietas bajas en grasas ayudan a adelgazar, pero que la pérdida de peso no se sostiene durante mucho tiempo. Para ser más específico, el estudio arrojó que aquellos que incluyeron pocas grasas a sus planes alimenticios, dejaron de ver resultados positivos tras los 12 meses.

LAS GRASAS, ahí está la clave

«Los hallazgos no resultaron espectaculares para el equipo de investigadores», explicó Deidre Tobias, epidemióloga de la Escuela de Medicina de Harvard y autora principal del estudio. «Durante décadas la mayoría de la gente ha seguido las dietas bajas en grasas y todavía nos encontramos ante esto una epidemia global de obesidad. Sabíamos que algo no estaba bien en el mensaje que se promovía entre los consumidores», explicó Tobias.

Lo que más llamó la atención de los científicos fue el hecho de que la pérdida de peso se mantuviese en el tiempo bastante más al seguir una dieta alta en grasas y carbohidratos que con el resto. «Soprendentemente, los regímenes bajos en grasas eran ineficaces en el largo plazo», dijo la autora de la investigación.

Los investigadores descubrieron que los participantes en los estudios de dietas bajas en grasas perdieron peso, pero sólo consiguieron disminuir alrededor de dos kilos menos después de un año. Y mientras algunos científicos en nutrición sostienen que no debería haber ningún límite en la ingesta de grasas en la dieta, un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association aseguró que no todas son iguales ni afectan de la misma forma al metabolismo.

La investigación puntualiza que no vale cualquier tipo de alimento graso. «Los que contienen las conocidas ‘grasas saludables’ ayudan a proteger a la persona ante algunas enfermedades, como las cardiovasculares; mientras que otros -muchos bajos en grasas o exentos de las mismas- pueden terminar siendo una opción dañina para nuestra salud», se explica en la investigación.

Tobias, quien se mostró de acuerdo en que no todas las grasas son iguales, recomendó limitar la cantidad de grasas saturadas y grasas trans que se consumen: «Las grasas ‘malas’ siguen siendo perjudiciales».

Más allá de la inclusión o no de alimentos grasos en la alimentación, un hecho contemplado -incluso por los científicos de Harvard- es la falta de fuerza de voluntad: «Cumplir con una dieta, ya sea alta o baja en grasas, a largo plazo parece ser la cuestión más difícil de realizar para la mayoría de las personas», explicó Tobias.

La epidemióloga también asegura que existe un problema potencial con lo que la gente suele comer para sustituir a los alimentos ricos en grasas. «Las personas intercambiaron fuentes de grasas saludables como el aceite de oliva o los frutos secos por azúcares y carbohidratos refinados. Incluso aunque sean capaces de seguir este tipo de dietas a largo plazo, cambiar determinados alimentos por otros no conduce a ningún resultado positivo, ni para el peso ni para la salud», aseguró la experta.

Los alimentos ricos en grasas tardan más en digerirse, por lo que ayudan a mantener el cuerpo saciado durante más tiempo. Y no sólo que sacian, sino que son más ricos.

Por qué no funcionan las tres dietas más buscadas

· La dieta alcalina, la Perricone y la 5:2 son nuevas variaciones de ‘dietas milagro’
· En la antigua Grecia, la «Díaita” hacía referencia al estilo de vida. Ahora solo buscamos bajar de peso a cualquier precio
· Dieta mediterránea y aceite de oliva reducen el riesgo de cáncer de mama

El País, por Julio Basulto Marset
vida saludable«¿Qué dieta funciona?», es una de las búsquedas más comunes en Google. Pero «funcionar» y «dieta» son conceptos que no congenian, salvo para algunos charlatanes dietéticos que se inventan propuestas alimentarias, o se abrazarán a una “dieta milagro” ya existente, para prometernos un éxito garantizado y sin esfuerzo. Sus promesas convencen a miles de personas por dos motivos: nuestros conocimientos relacionados con la nutrición son escasos, y además estamos poco dispuestos, en general, a cambiar nuestros hábitos.

Las “dietas milagro”, como las denomina el Ministerio de Sanidad, suponen un riesgo para la salud. Lo peor es que algunos de estos legionarios de la dieta definitiva, por llamarlos de alguna manera, son nutricionistas titulados o incluso médicos en bata blanca. Son los más peligrosos. Uno de ellos se llama Pierre Dukan. Por fortuna, el Colegio de Médicos de su país lo expulsó en enero de 2014, lo que coincidió con el declive de su proteínico imperio.

¿Qué hemos aprendido de esta lección? Muy poco, a juzgar por lo que revela “Google Trends” con relación a las dietas más buscadas en Internet. Hablaremos de ellas en unas líneas, pero antes, miremos a los ojos a los conceptos «funcionar» y «dieta».

Si entendemos por “funcionar” conseguir que la báscula marque una cifra que alguien ha decidido arbitrariamente, para que la aguja se mantenga allí in sæcula sæculorum, vamos mal encaminados. Si nos mencionan un peligroso constructo intelectual denominado “peso ideal”, no solo nos están timando, además están poniendo en riesgo nuestra delicada autoestima. El objetivo de la pérdida de peso no debería ser embellecer nuestra estética, sino mejorar la salud.

¿Y qué decir del cada vez más desvalorizado concepto “dieta”? En la Grecia clásica, tal y como reveló Montserrat Jufresa al periodista Antonio Ortí en marzo de 2015, la “Díaita” (de la que deriva el vocablo “dieta”), hacía referencia al estilo de vida, a la manera de vivir. La doctora Jufresa, catedrática emérita de filología griega en la Universidad de Barcelona, añadió que los pitagóricos aplicaban a esta palabra el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Comer saludablemente todos los días, y no solo durante una temporada, realizar ejercicio físico a diario, mantener una buena relación con nuestros congéneres y respetar el medio ambiente, todo eso significaba seguir una buena dieta. Es más, la belleza para ellos no era ni mucho menos el “peso perfecto” sino que tenía un sentido ético. Era impensable ser bello siendo una mala persona. ¿Queda algo de este noble legado? Casi nada, porque la mayor parte de los habitantes de este mundo (incluyendo los griegos) entienden hoy como dieta un descabellado régimen de alimentación a seguir durante un tiempo, para volver más tarde a nuestros (malos) hábitos anteriores.

Vayamos pues a las búsquedas más habituales, según Google Trends, de dietas «que funcionan». El oro se lo lleva la dieta alcalina, muy de moda en pacientes con cáncer, por más que los oncólogos abjuren de ella con inmisericordes denuncias. La base científica de esta “dieta” es tan sólida como el papel de fumar light: en teoría debemos seguir una alimentación que concuerde con el nivel de pH de la sangre. No voy a extenderme en las características de esta propuesta que se supone que es sana porque es “natural”. Basta con declarar que lo que comamos o bebamos (y eso incluye al vinagre o al zumo de limón) no alterará el pH de la sangre ni una pizca, como refirió en 2008 el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer.

La plata recae sobre la dieta Perricone, que toma su nombre de un adinerado dermatólogo americano. Como hemos apuntado antes, cuando el apellido de una dieta es el de un médico titulado, el peligro aumenta: el médico es una figura de incuestionable reputación cuya casi mística autoridad ejerce una atracción irresistible. Es un fenómeno psicosocial que merece un análisis aparte. En todo caso, este dermatólogo de Connecticut alude desde su estrado al peso ideal, justo después de garantizarnos el éxito en poco tiempo (es una dieta de tan solo tres días). Incluye, además, una lista de alimentos sanadores (básicamente, el salmón) y otra de alimentos prohibidos. Además, el señor Perricone nos vende carísimos complementos alimenticios con los que alcanzar el nirvana nutricional. Sus insostenibles promesas son falsas, pero los riesgos de confiar en ellas son veraces.

Y el dudoso honor del bronce lo ostenta la dieta 5:2. Si la busca en Internet verá que hay varios tipos de dieta 5:2. ¿Cuál es la buena? Buena, lo que se dice buena, ninguna. Seguramente nació inspirada en La dieta del ayuno intermitente, una propuesta que parte de una premisa tan simple como desatinada: la mitad del tiempo podremos comer lo que nos venga en gana, para purgar nuestros pecados en la otra mitad a base de ayunos y crudités. Tanto esta dieta como su sucesora, la dieta 5:2, utilizan una jerga pseudocientífica que persigue convencernos de que no tenemos ni idea de nutrición para que así caigamos en las manos de sus promotores, que nos guiarán por el recto camino. Tal y como indicó en mayo de 2013 NHS Choices, el mayor portal de salud del Reino Unido, esta dieta ni es eficaz ni es segura. Lo más sensato es ayunar de ella.

Si miramos de cerca las tres propuestas, podemos esbozar algunas características comunes.

– Contienen afirmaciones que contradicen conocimientos científicos bien establecidos.
– No aportan pruebas fiables de eficacia y seguridad en base a investigaciones rigurosas en humanos.
– Aluden a que sus propuestas son válidas por el hecho de ser “naturales”.
– Prometen resultados rápidos y sin esfuerzo.
– Detallan listados de alimentos permitidos y prohibidos.
– Es preciso consumir preparados que casualmente vende la persona que promueve el método.
– Se pueden administrar sin la revisión de profesionales sanitarios (“hágalo usted mismo”).

Como ven, para detectarlas no hace falta poseer una aguda sutileza de percepción: son un insulto al intelecto. Recuerde: cuando algo suena demasiado bonito como para ser verdad, es que no lo es.
Es posible que piensen que no he respondido a la pregunta con la que arrancaba este escrito. No lo he hecho porque no tiene respuesta, y porque en muchas ocasiones reconocer lo que no conviene hacer (es lo que he intentado en estas líneas) es más importante que saber qué debemos hacer. Es algo perfectamente aplicable a la nutrición humana, como bien demuestra el llamado “efecto yoyó”.

¿Quiere usted perder peso? Pues no haga dieta. Acuda al médico (un médico de verdad, no un terapeuta alternativo), para que decida si es preciso que usted pierda peso y además revise su estado de salud. A continuación, acuda a un dietista-nutricionista colegiado. Si es un buen profesional, no le “pondrá a dieta”, sino que pactará con usted para qué y cómo mejorar sus hábitos dietéticos, sin olvidar la importancia crucial del ejercicio físico. Cambiar nuestro estilo de vida y no hacer dieta, sino “Díaita”, ahí reside el milagro.

Pierde peso sin riesgos

Revista Clara, número 276

revista clara agosto 2015Perder peso en poco tiempo y sin mucho esfuerzo. Este es el objetivo de uno de cada cuatro españoles, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y esa es la causa por la que las dietas milagro están de moda. ¡Que levante la mano la que no se ha dejado seducir por las promesas de una de ellas!

LÁS MÁS POPULARES

De la alcachofa, el pomelo, a las Atkins o la Zona… Estas triunfaron hace unos  años y todavía tienen un nombre, pero cada verano parece tener sus dietas “infalibles”. Hoy son los zumos detox, la paleo, la sin gluten o la 5.2. Y es que la lista es interminable y cada año se les añaden nuevas revolucionarias fórmulas a cuenta del consumo de un determinado alimento, de la prohibición de otros, o de la manera de cocinar los platos, o del orden o el momento del día en el que se consumen, etc. , prometen una drástica pérdida de peso en tiempo récord.

LO QUE NO TE CUENTAN

Todas estas dietas milagrosas prometen resultados que al principio parecen cumplirse de forma muy llamativa, pues en corto plazo consiguen que el cuerpo pierda líquidos y masa muscular, lo que se traduce en algunos kilos menos.

Pero no se pierde grasa, así que uno de los principales problemas es el “efecto rebote”. Según advierte la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), “las situaciones de ayuno ponen en marcha potentes mecanismos nerviosos y hormonales que se oponen a la pérdida de peso. Estos mecanismos conducen a una rápida recuperación del peso perdido en cuanto se vuelve a comer de forma habitual”.

La mayoría de estos regímenes alterar nuestro organismo por la restricción de alimentos y por seguirlos durante un tiempo prolongado, lo que también puede “provocar deficiencias de proteínas, vitaminas o minerales” e, incluso, pueden llegar a dañar el hígado o el riñón.

¿CÓMO IDENTIFICARLAS?

La Dra. Irene Bretón, miembro del área de Nutrición y Obesidad de la SEEN, lo describe: “La promesa de una pérdida de peso rápida (más de cinco kilos al mes), sin esfuerzos y sin “riesgos” para la salud son los tres signos que permiten reconocer una dieta milagro. Otra característica que las define es que suelen ir avaladas por personajes populares o suelen también estar respaldadas por argumentos seudocientíficos”.

¿POR QUÉ CAEMOS EN LAS DIETAS EXPRÉS?

Alejandra Alonso, psicóloga de la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), describe muy bien este fenómeno: ”Un gran número de personas están enganchadas a las dietas milagro, porque las eligen como una forma de castigarse o premiarse”.

Según explica, “este perfil de pacientes no tiene problema en aguantar varios días con ayunos o alimentándose a base de un solo producto, como pueden ser las uvas o las manzanas. Se autoconvencen con el argumento de que tras pasar unas semanas de restricción y necesidad, podrán posteriormente dar rienda suelta a su “adicción” por la comida”.

Además de una relación poco saludable con la comida, el ciclo nunca se cierra, pues dice la psicóloga que “en cuanto recuperan el peso perdido, caen de nuevo en el proceso de castigo con otro plan insano de alimentación, pero de rápida pérdida de kilos. Al final, con el paso del tiempo, se dan cuenta de que tanto las dietas milagro como los atracones posteriores son dos formas diferentes de castigarse y suele ser el momento en que acuden a un especialista en nutrición”.

DIETA DEL TÉ VERDE: anemia y debilidad

En este régimen es fundamental tomarse tres tazas de té diarias.

Cuándo tomarlas. La primera, en ayunas, lo más caliente que se pueda, exprimiendo el zumo de un limón. La segunda, 20 minutos después de la comida principal, sin endulzar y se debe evitar comer nada después. Y la tercera, después de la cena y una hora y media antes de acostarse.

Para comer, ni proteína, ni grasa. Los menús diarios se dividen en tres comidas que se basan exclusivamente en el consumo de verduras y frutas. Las proteínas (carne, pescado, huevo), los hidratos de carbono (pan, pasta, arroz) y las legumbres están prohibidos, así como los azúcares y las grasas. ¿Tiempo de realización? Hasta que la báscula indique la pérdida de peso deseada.

RIESGOS

Rubén Bravo, naturopata y experto en nutrición del IMEO señala: “En esta dieta existe una gran carencia de proteínas e hidratos de carbono, por lo que la mayoría del peso que perdemos es a costa de reducir masa muscular y agua”. Además, subraya que “la teína que contiene el té verde es un excitante. Al disparar esta sustancia los niveles de insulina dificultará a nuestro cuerpo que utilice la grasa como fuente de energía, mermando a su vez el glucógeno muscular, y provocando que orinemos en exceso, por lo que los niveles diuréticos nos pueden reducir en exceso los minerales, creando mareos y sensación de debilidad.” Además,  ”tomar un excitante de teína en la cena provocará que no durmamos correctamente, pues alterará nuestro sistema nervioso”.

Por su parte, la Dra.  Irene Bretón indica que en este régimen de adelgazamiento “faltan los macronutrientes que nos proporcionarán las proteínas de la carne, los huevos y el pescado y los hidratos de carbono. Si se mantiene en el tiempo esta pauta alimentaria puede provocar importantes estados de gran debilidad”.

Dieta de zumos detox: efecto rebote inmediato

EN QUÉ CONSISTE

Las dietas a base de jugo de frutas y verduras están en auge. El objetivo principal es ayudar al organismo a expulsar toxinas consumiendo estas bebidas. Se trata de alimentarse únicamente a base de zumos de frutas y verduras (unos 5 batidos diarios). Puede seguirse durante un par de días, aunque hay dietas que propugnan llevar esta clase de alimentación durante una semana o más, combinada o no con cremas y ensaladas.

RIESGOS

La Dra. Gómez Candela, jefa del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario La Paz, afirma que estas dietas «se pueden considerar peligrosas para la salud, ya que ocasionarían déficits importantes. El resultado es que solo ayudan a perder líquidos, no grasa, y el efecto rebote una vez las abandonamos es inmediato».
Rubén Bravo, naturopata-experto en nutrición y portavoz del IMEO, insiste además en que «alteran el metabolismo, dificultando aún más la pérdida de peso tras tanta subida y bajada de kilos» y que provocan «debilidad e irritabilidad porque faltan nutrientes».

DIETA 5.2: muy desequilibrada
De los siete días  de la semana, en cinco se puede comer lo que se quiera y las restricciones se reservan para las otras dos jornadas, que no tienen por qué ser consecutivas. Durante los días de ayuno, se aconseja tomar mucho líquido en forma de caldos, infusiones y frutas, donde el aporte calórico diario recomendado es de apenas 500 calorías.

RIESGOS

Para la Dra. Irene Bretón, «la reducción drástica de calorías durante dos días de ayuno priva al cuerpo de la energía suficiente que necesita para emprender la vida cotidiana, provocando que la persona se fatigue, esté irascible y sienta mucha debilidad». Y el efecto rebote está asegurado, porque lo que pierde es líquido, no grasa».  Además, una dieta por debajo de 800 calorías diarias puede provocar «hipoglucemia o una bajada de tensión», explica Bravo.

Para leer el reportaje completo, así como la dieta más saludable sugerida por la Revista CLARA, ver la edición impresa, número 276 de agosto 2015.

Dietas hiperproteicas o proteinadas para adelgazar: innecesarias y arriesgadas. Dieta Dukan y método PronoKal® como ejemplo

Autores: Julio Basulto Marset, Maria Manera Bassols y Eduard Baladia Rodríguez

Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas. Barcelona. España. FMC. 2012;19(7)411-8. Trabajo íntegro publicado.

  • El libro No consigo adelgazar, basado en un método inventado por Pierre Dukan, ha ocupado los primeros puestos de ventas de «no ficción» en 2011. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad considera que dicho método es ineficaz, fraudulento, ilegal y arriesgado.
  • ¿Por qué las dietas proteinadas, que se autopresentan como un método eficaz para adelgazar, están desaconsejadas por el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, por la Organización de Consumidores y Usuarios y por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición?
  • Las dietas o métodos para adelgazar que cuentan con el reclamo de la palabra “proteína” pueden inducir a error al paciente con exceso de peso. No hay evidencias que señalen que la proteína tiene efectos positivos a medio-largo plazo en el control de peso.
  • La creencia popular (también arraigada entre no pocos profesionales sanitarios) de que la proteína es saciante y conserva la masa magra en la pérdida de peso no se sostiene en evidencias sólidas.
  • Es habitual perder peso de manera rápida mediante cambios drásticos y a menudo poco convencionales en la manera de alimentarse, lejos de una dieta saludable. Esto suele ser la norma, pero debería evitarse por ser arriesgado e ineficaz a medio-largo plazo.

 Ansia de proteína

 “A mi amada y cariñosa esposa Verónica, que en todo mo­mento me ha proporcionado un infalible alimento emocio­nal, intelectual, espiritual y bajo en hidratos de carbono”. Es la dedicatoria de La nueva revolución dietética del Dr. At­kins, uno de los libros más vendidos en relación con el con­trol de peso1. En 2004, aproximadamente 2 de cada 10 ame­ricanos había seguido la dieta Atkins2. El libro de este autor promueve una altísima ingesta de proteína (“done sus ali­mentos altos en hidratos de carbono a un comedor benéfico, y llene su nevera y su despensa con sus alimentos ricos en proteínas preferidos”) y asegura ser “el programa más pro­bado, efectivo y seguro para adelgazar y no volver a engor­dar” (sic). Atkins preconizó, desde 1970 hasta su muerte (en 2003, con un exceso de peso que desacreditaba sus categóri­cas afirmaciones), la ingesta de proteína como clave de la pérdida de peso. Algo que sigue de moda. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó en su libro El reto de la obesidad en la Región Europea de la OMS y estrategias de respuesta, publicado en 2007, que: “Las dietas ricas en pro­teína y pobres en carbohidratos son, actualmente, elecciones muy populares en lo que respecta a la pérdida de peso”. Aunque también afirmó que: “Su popularidad no se sostiene en las evidencias de su eficacia y de su seguridad a largo plazo”, que “no existen datos disponibles para evaluar la pérdida y el mantenimiento de peso a largo plazo”, y que “su perfil de seguridad tanto a corto como a largo plazo es con­fuso”3. ¿Por qué las dietas con la palabra proteína están de mo­da? ¿Acaso nos falta proteína? ¿Tomamos demasiados car­bohidratos? La ingesta de proteína en España cubre el 173% de las recomendaciones en varones de 20 a 39 años, y el 228% en mujeres de la misma edad4. Como las recomen­daciones de proteínas, a diferencia de las necesidades, se estiman al alza para evitar los posibles riesgos de su défi­cit5, nuestra ingesta proteica será sin lugar a dudas muy su­perior a las necesidades. Es cierto que no se ha establecido un límite superior de ingesta para las proteínas, pero tam­bién es cierto, tal y como señaló el Instituto de Medicina de Estados Unidos cuando estableció las ingestas dietéticas de referencia para proteínas (2005), que “eso no significa que no exista un potencial de efectos adversos resultante de in­gerir una alta cantidad de proteínas a partir de alimentos o suplementos”6. En España, los alimentos que más contribu­yen a nuestra ingesta proteica son los cárnicos y derivados7. En este sentido, mientras que la Sociedad Española de Nu­trición Comunitaria sugiere una ingesta media de carne de entre 43 y 71 g/día, nuestra ingesta real asciende a 179 g/día: del 252 al 416% de dichas recomendaciones7,8. Sin duda es recomendable, tal y como señalan Varela-Moreiras G et al, “disminuir la proporción de proteína animal en la ingesta proteica total”7. El antropólogo Marvin Harris hizo una de­liciosa reflexión en su libro Bueno para comer sobre nues­tra avidez de proteína al describir cómo una notificación del Gobierno polaco que restringía un 20% el suministro de carne generó en 1981 un alud de protestas que obligó al Go­bierno a declarar la ley marcial: “¿Por qué viven los polacos y otros pueblos de la Europa Oriental obsesionados por el espectro de unos mostradores sin rastro de jamón o de sal­chichas? […] ¿Es su dieta deficiente en calorías o proteínas? Según las últimas recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura/OMS, un varón adulto que pese 80 kilos necesita unos 60 gramos de proteínas por día. En 1980, los polacos obte­nían no ya 60, sino más de 100 gramos diarios […] las gen­tes se desesperan cuando escasea algo que muchos exper­tos en nutrición consideran un lujo y otros condenan cada vez más por estimarlo perjudicial para la salud”9. En cuan­to a los carbohidratos, nuestra ingesta cubre aproximada­mente el 41% de la energía de la dieta7, es decir, está por debajo de las recomendaciones establecidas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (45-60%)10 o la OMS (55-75%)11.

Dieta Dukan: fraudulenta, ilegal, ineficaz y peligrosa

Tal y como hemos visto, no parece existir un motivo para que nos ofusquemos en ingerir más proteínas y menos car­bohidratos (complejos, se entiende). Pero sí lo hacemos, so­bre todo si queremos perder peso. Es probable que por ello uno de los libros más vendidos en 2001 (no ficción) sea No consigo adelgazar, libro escrito por un autodenominado “ex­perto en nutrición” llamado Pierre Dukan, que promueve pa­ra adelgazar, entre otros sinsentidos (como chupar hielo o ducharse con agua fría), una altísima ingesta de cárnicos12. El más reciente Consenso para la prevención y el tratamien­to de la obesidad de la Federación Española de Sociedades de Alimentación, Nutrición y Dietética (FESNAD), que ha contado con la colaboración de la Agencia Española de Se­guridad Alimentaria y Nutrición, no sólo no avala la capaci­dad adelgazante de las proteínas, sino que señala claramente que “el elevado consumo de carne y productos cárnicos po­dría incrementar la ganancia de peso y el perímetro abdomi­nal (evidencia nivel 2+)”13. Un estudio no revisado en dicho Consenso, por su reciente aparición, también asocia la ma­yor ingesta de proteína animal con un incremento en el ries­go de ganancia de peso a largo plazo14. Sea como fuere, la dieta Dukan ha sido recientemente calificada como fraudu­lenta, ilegal e ineficaz para adelgazar y arriesgada para la sa­lud por parte de la Asociación Española de Dietistas-Nutri­cionistas en un documento refrendado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad15. Fraudulenta por­que cumple las características que definen a las llamadas dietas milagro. Ilegal porque incumple el Real Decreto 1907/1996, de 2 de agosto, que prohíbe cualquier clase de publicidad o promociones de productos, materiales, sustan­cias o métodos que sugieran propiedades específicas adelga­zantes o contra la obesidad que proporcionen seguridades de alivio o curación cierta, que utilicen el término “natural” co­mo característica vinculada a pretendidos efectos preventi­vos o terapéuticos, que atribuyan a determinadas formas, presentaciones o marcas de productos alimenticios de consu­mo ordinario concretas y específicas propiedades preventi­vas, terapéuticas o curativas, o que pretendan aportar testi­monios de profesionales sanitarios, de personas famosas o conocidas por el público o de pacientes reales o supuestos, como medio de inducción al consumo. Todo ello es publici­tado por el método Dukan. No sirve para adelgazar porque el único estudio publicado sobre este método revela que el 75% de sus seguidores recupera el peso perdido al cabo de dos años (lo que provoca, entre otros riesgos, una dificultad para perder peso con éxito). El fallo de la dieta causa, ade­más, un sentimiento de culpa en el 60% de las personas16. Y puede perjudicar a la salud porque el incremento en la inges­ta de proteínas de origen animal (por ejemplo, carne roja), algo que muy probablemente ocurre en los seguidores de es­te tipo de dietas, no sólo a corto plazo, sino también a medio o largo plazo, se asocia a un claro aumento en el riesgo de diabetes tipo 217,18 y de mortalidad total19-21, entre otros riesgos potenciales, tal y como se detalla más adelante.

Dietas proteinadas: innecesarias y arriesgadas. PronoKal® como ejemplo

Varias de estas características podrían aplicarse también a las dietas autodenominadas proteinadas. La acepción “dieta proteinada” no aparece definida en ningún tesauro, manual, guía o consenso de obesidad, razón por la que resulta espe­cialmente difícil analizar este tipo de dietas. No es de extra­ñar que la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición señale, al referirse a la dieta proteinada, que “no existe fun­damento científico para esta dieta”22. Un ejemplo de ellas es PronoKal®. Nos centraremos en ella porque es sobre la que más consultas recibimos por parte de los/las asociados/as de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas. El auto­denominado método PronoKal®, desaconsejado por la Orga­nización de Consumidores y Usuarios23 y por los firmantes de este artículo (Grupo de Revisión, Estudio y Posiciona­miento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionis­tas)24, asegura que, gracias a él y a sus productos “se pierde localmente donde más grasa se tiene” (tabla 1). Jamás he­mos tenido constancia de un método de pérdida de peso que ejerza semejante proeza, y no hemos hallado en la literatura especializada indicios de que ese efecto pueda ocurrir. En cualquier caso, la etapa de adelgazamiento del método Pro­noKal® (“cuya duración varía según el peso que se precisa perder” y en la que “se elimina hasta el 80% del sobrepeso gracias a la combinación de los productos PronoKal® con los alimentos permitidos”) se basa, tal y como recoge su pá­gina web25, en la ingesta del 100% de las necesidades (que no recomendaciones) de proteína, pero el 30,5, el 25 y el 8,5% de las necesidades (de nuevo conviene diferenciar este término de la palabra recomendaciones) de energía, carbohi­dratos y grasas, respectivamente. La cobertura del 25 y del 8,5% de las necesidades de carbohidratos y grasas, respecti­vamente, puede tener consecuencias nefastas sobre la sa­lud3,5,6,8,10,11,23,26,27. Aunque PronoKal® argumente que esta fase de restricción severa de los carbohidratos es corta (la duración, como se ha indicado anteriormente “varía según el peso que se precisa perder”), la realidad es que los pacientes acaban interpretando, según nuestra experiencia, que la pér­dida de peso pasa necesariamente por dicha restricción. Ello puede confundir a la población, tal y como reflejó un ensayo aleatorizado y controlado con 4.320 voluntarios que evaluó el efecto de las declaraciones tipo “bajo en carbohidratos” en las percepciones de los consumidores sobre la el índice de salud de productos alimentarios, y sobre su ayuda en el control de peso28. También se acaba interpretando, muy probablemente, que la pérdida de peso requiere un aumen­to en la ingesta proteica. Si bien PronoKal® no se autocla­sifica en su página web como dieta hiperproteica (es más, PronoKal® critica tales dietas porque “pueden llegar a so­brecargar el metabolismo”25), dicha empresa incluye en su sección “Noticias”, notas de prensa de diferentes medios de comunicación que hacen alusión a la alta ingesta protei­ca como clave del método PronoKal®, tal y como detalla la tabla 229.

PronoKal® propone perder peso rápidamente, algo no sólo desaconsejable30, sino que predispone al llamado efec­to yoyó o weight cycling, que a su vez incrementa el riesgo de mortalidad26,27. Se podría considerar fraudulenta, ya que promete eficacia en el control de peso corporal, “los pro­ductos PronoKal® te ayudarán a conseguir el peso que de­seas” (tabla 1), cuando ninguna de las bases de datos cientí­ficas españolas o internacionales (Elsevier, Excelenciaclinica.net, Guías de práctica clínica en el Sistema Nacional de Salud, Scielo, Scirus, ScienceDirect, clinicaltrials.gov, PubMed, etc.) contiene ensayos clínicos en humanos que hagan referencia al método PronoKal®. Numerosas afirma­ciones publicitadas por PronoKal® inflingen potencialmen­te la legislación, tal y como se detalla en la tabla 1. Y po­dría suponer un riesgo para la salud, además de por los riesgos comentados anteriormente sobre el hipotético exce­so de ingesta de proteínas (producido por la interpretación que hace la población, o los medios de comunicación [tabla 2] de este tipo de métodos: “A más proteína, más pérdida de peso”28), y además de por los riesgos asociados a la rápida pérdida de peso30, debido a que no existen datos que permi­tan concluir que dicho método cumple los preceptos esta­blecidos por los consensos nacionales o internacionales de tratamiento de la obesidad, como el reciente consenso FESNAD-Sociedad Española para el Estudio de la Obesi­dad (tabla 3)13. Las dietas muy bajas en calorías (es el caso de toda dieta que, como ocurre en la etapa de adelgazamiento del método PronoKal®, cubra solamente el 30,5% de las necesidades energéticas) se han asociado a muerte súbita por arritmia cardíaca, inflamación hepática, fibrosis portal y cálculos biliares26,27. El reciente consenso FESNAD-Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, mencio­nado anteriormente, coincide con este particular al señalar que “las dietas de muy bajo contenido calórico presentan un mayor riesgo de efectos adversos que las dietas de bajo contenido calórico (nivel de evidencia 1-)”. Acerca de su eficacia, dicho consenso indica que “a largo plazo (superior a un año), estas dietas no originan una mayor pérdida pon­deral que las dietas de bajo contenido calórico (nivel de evidencia 1+)”13. PronoKal® asegura que existe un control médico en el proceso, pero creemos que dicho control no tiene sentido si no se demuestra previamente una eficacia en la pérdida de peso, a largo plazo, que justifique los ries­gos detallados. En todo caso, una dieta muy baja en calo­rías se reserva (siempre bajo control médico) para pacientes con obesidad severa (índice de masa corporal superior a 35) y comorbilidades asociadas en que esté justificada la pérdi­da rápida de peso3, como en el preoperatorio de la cirugía bariátrica en los pacientes con esteatosis hepática y aumen­to del riesgo quirúrgico13. Así, consideramos injustificado el reclamo que aparece en la página web de Pronokal®, asegurando que dicho método es “el adecuado para co-rregir casos de un ligero sobrepeso hasta una obesidad severa”25. 

Las dietas autodenominadas proteinadas se suelen basar en la ingesta de preparados comerciales que sustituirán a la ingesta habitual durante un cierto período de tiempo. Noso­tros entendemos, en línea con la opinión del Comité de Nu­trición de la Asociación Americana del Corazón31 o del Sis­tema Nacional de Salud de Estados Unidos30, que los cambios drásticos en los patrones de alimentación no educan para mantener el peso perdido y pueden impedir, además, la adquisición gradual de los cambios en el comportamiento alimentario necesarios para el éxito a largo plazo en la pérdi­da de peso. Asimismo, suele existir una alta tasa de abando­no en los consumidores de este tipo de dietas, que podría re­flejar el aburrimiento y el cansancio de ingerir preparados comerciales32. Debemos focalizarnos en cambios a largo plazo en el estilo de vida de nuestros pacientes con obesi­dad, en vez de en enfoques rápidos y a corto plazo27. 

Proteína, saciedad y conservación de la masa magra

Uno de los reclamos más habituales de las dietas hiperpro­teicas es que la proteína es saciante. El libro No consigo adelgazar, mencionado anteriormente, indica: “Después de dos o tres días de una alimentación limitada a proteínas pu­ras, el hambre desaparece por completo”. Pese a que se ha sugerido que el mayor consumo de proteínas podría incre­mentar la saciedad a corto plazo y, por lo tanto disminuir, teóricamente, la ingesta energética33,34, numerosos estudios no sustentan esta hipótesis35-38. De hecho, la Autoridad Eu­ropea de Seguridad Alimentaria indica: “No se ha estableci­do una relación causa-efecto entre la ingesta dietética de proteína y un incremento sostenido en la saciedad que con­duzca a una reducción en la ingesta energética”39. Otro re­clamo es que conservan la masa magra. Si bien durante una dieta hipocalórica es recomendable que la ingesta proteica esté por encima de 1,05 g/kg para conservar la masa ma­gra13, esto es algo que se cumple sobradamente en práctica­mente todas las dietas hipocalóricas estándar40.

Riesgos de las dietas hiperproteicas o proteinadas

Las dietas hiperproteicas o proteinadas comparten una serie de riesgos potenciales: debilidad, riesgo de fractura ósea, ganancia de peso a largo plazo, síndrome metabólico, daño renal, desórdenes gastrointestinales, pérdida de la autoesti­ma, depresión y alteraciones en el comportamiento alimen­tario26,41-43. La Sociedad Española de Endocrinología y Nu­trición señala al respecto de la dieta proteinada que “es absolutamente desaconsejable”, ya que obliga al organismo “a consumir sus propias reservas, primero de glúcidos y más tarde de lípidos”, y porque “pueden aumentar peligro­samente los niveles de ácido úrico y creatinina (fallo re­nal)”22. La Organización de Consumidores y Usuarios opi­na de manera similar23. Sean hiperproteicas o proteinadas, estas dietas deben contraindicarse en niños o adolescentes, mujeres en edad fértil, embarazadas, lactantes, ancianos o personas que padezcan o con riesgo de padecer: alteracio­nes hormonales, psicológicas, renales, cardíacas, óseas o hepáticas8. Si son muy bajas en calorías (por ejemplo, la etapa de adelgazamiento del método PronoKal®), también deben contraindicarse en las situaciones descritas en la tabla 413.

Dieta Dukan y método PronoKal®: ¿válidos para el tratamiento de la obesidad?

Las solemnes afirmaciones de rigor y ciencia (método Pro­noKal®) o de eficacia garantizada en el control de peso cor­poral (dieta Dukan) deben ser contrastadas con las nueve condiciones que debe cumplir, según el más reciente consen­so FESNAD-Sociedad Española para el Estudio de la Obesi­dad, todo tratamiento dietético destinado a tratar la obe-sidad. Al hacerlo (tabla 3)13, apreciamos la ausencia de datos que permitan concluir que la dieta Dukan o el método PronoKal® se acomoden a dichas condiciones.

Reflexiones finales

La Alianza de Ciencias de los Alimentos y de la Nutrición (Food and Nutrition Science Alliance), que engloba 7 socie­dades profesionales científicas de Estados Unidos (Ameri­can College of Nutrition, American Dietetic Association, American Society for Clinical Nutrition, American Society for Parenteral and Enteral Nutrition, American Society of Nutritional Sciences, Institute of Food Technologists y So­ciety for Nutrition Education) enumera diez banderas rojas que permiten identificar a la junk science (ciencia basura) en relación con la nutrición humana y dietética. Deberíamos te­nerlas en mente siempre que se nos plantee cualquier méto­do, sistema o dieta que prometa pérdidas de peso rápidas, exitosas, garantizadas y sin riesgo alguno44,45:

1) Recomendaciones que prometen un éxito rápido.

2) Advertencias alarmistas de peligro sobre un determina­do producto (por ejemplo, “el pan engorda”) o régimen (por ejemplo, “la dieta occidental produce cáncer”).

3) Declaraciones que suenan demasiado buenas como para ser ciertas.

 4) Conclusiones simplistas extraídas de un estudio cientí­fico complejo.

 5) Recomendaciones basadas en un único estudio.

 6) Afirmaciones refutadas por organizaciones científicas de gran reputación.

 7) Listas de alimentos buenos y malos.

 8) Recomendaciones encaminadas a la venta de un pro­ducto.

 9) Recomendaciones basadas en estudios sin revisión por pares (peer reviewed).

 10) Recomendaciones a partir de estudios que ignoran di­ferencias entre individuos o grupos. 

También debemos tener presentes cuatro citas clarificadoras en relación con la prevención o el tratamiento de la obe­sidad. La primera es de la OMS. En el libro mencionado anteriormente, señala: “Las dietas ricas en carbohidratos desempeñan un papel central en el control del sobrepeso y de la obesidad”3. La segunda procede de las últimas guías dietéticas de Estados Unidos, que contaron con la asistencia de la Colaboración Cochrane46: “Existen evidencias sólidas y consistentes que señalan que cuando se controla la ingesta calórica, la proporción de macronutrientes de la dieta no está relacionada con la pérdida de peso”. Y las dos últimas provienen del reciente consenso de la FESNAD-SEEDO mencionado anteriormente: “En el tratamiento de la obesidad no se recomienda inducir cambios en la proporción de proteínas de la dieta (grado de recomendación A)”, y “las dietas con mayor contenido de hidratos de carbono complejos (≥ 50% del aporte energético total, aproximadamente) se asocian con índices de masa corporal más bajos en adultos sanos (nivel de evidencia 2+)”13.

Finalizamos con una última reflexión: el alimento emocional, intelectual y espiritual que proporcionó en todo momento Verónica a su marido (el Sr. Atkins) debería haber si­do, en nuestra opinión, “rico en hidratos de carbono complejos”.

 Conflicto de intereses

 Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de inte­reses.

 Agradecimientos

 Los autores agradecen los comentarios al manuscrito recibi­dos por parte de los dietistas-nutricionistas Pilar Amigó, Ol­ga Ayllón, Violeta Moizé, Juan Revenga y Giuseppe Russoli­llo, del investigador social Juanjo Cáceres, del médico especialista en farmacología clínica Alexis Rodríguez.

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Dukan dice que los obesos son enfermos mentales

La Gaceta
// – El presidente galo, la Duquesa de Cambridge y Carole Middleton han seguido su dieta.
– El doctor Pierre Dukan, archiconocido creador del plan de pérdida de peso que lleva su nombre, considera que la obesidad «es un problema mental», y afirma que siente lástima por las personas que la sufren.

En este sentido, Dukan señala en declaraciones al periódico británico «Mail on Sunday» recogidas por «The Telegraph» que «nunca he visto a un obeso que diga: «estoy mentalmente sano». Además, el doctor señala que «sufre por ellos», y que le gustan los obesos «porque no están realmente enfermos, como si tuvieran cáncer, pero sienten que están marginados de la sociedad. Quiero ayudarles».

El doctor Pierre Dukan, cuyo plan para perder peso ha sido seguido, entre otros, por François Hollande y Carole Middleton, afirma que siente «lástima» por las personas con exceso de peso.

Dietista de la Duquesa de Cambridge

Dukan también reveló que envió a Catalina de Cambridge un ejemplar de sus libros de dietas cuando supo que la duquesa estaba siguiendo su plan de adelgazamiento.

La Dieta Dukan se basa en consumir elevadas cantidades de proteínas y pocos carbohidratos. Dicha dieta es muy controvertida y ha sido criticada por expertos de todo el mundo. La Asociación Británica de Dietética considera que tras ella «no hay ninguna evidencia científica sólida», al tiempo que el Instituto «Pasteur» francés señala que puede provocar serios desórdenes nutricionales.

Los expertos no comparten su opinión

Para Ruben Bravo, especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, le parece «una falta de respeto y una nueva demostración de las carencias formativas de éste galo, pues confunde el concepto de trastorno con el concepto de enfermedades», aunque reconoce que es cierto que muchos pacientes que padecen obesidad «traen asociado algún trastorno alimenticio como la ansiedad o la bulimia».

Bravo añade que «si el Sr. Dukan intentaba atraer nuevos adeptos hacia su doctrina, con éstas declaraciones tan desafortunadas ha conseguido todo lo contrario» pues varias organizaciones internacionales como el Instituto Pasteur, la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas, la Organización de Consumidores y Usuarios e incluso el Ministerio de Sanidad y Consumo, han tachado su método de «peligroso para la salud y fraudulento».