Las recetas más saludables para el año que comienza; 3 recomendaciones

Los Angeles Times, por EFE

Una joven preparando recetas bajas en calorías.
(IMEO)

Antes de la pandemia, la idea de “adelgazar y cuidarse a distancia” sonaba a quimera, pero hoy es una tendencia en alza y muy real, que nos ha acercado al futuro”, señala Rubén Bravo, del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Tanto la demanda de consultas y videoconsultas `online´ relacionadas con la pérdida de peso, como la búsqueda de recetas saludables en Internet, se han disparado a lo largo de 2020 y 2021, según este instituto (www.imeoobesidad.com).

Explican que el covid-19 ha puesto a prueba nuestra salud física y emocional, pero también ha acelerado la digitalización de los servicios sanitarios y “revolucionado las formas de atención asistencial, abriendo la puerta a la modalidad ‘online’”, recalca Rubén Bravo, director del Departamento de Nutrición del IMEO.

Bravo es fundador del Método Evolution (ME) un plan personalizado de guía nutricional y psicológica para una alimentación y pérdida de peso saludable y un estilo de vida activo, que ha sido adaptado para su uso digital.

Esta plataforma (www.metodoevolution.es), conecta a una comunidad de más de 130.000 seguidores con un centro de formación `online´ y con publicaciones especializadas, donde ofrecen consejos prácticos, talleres de motivación, cursos a distancia y recetas, entre otras opciones.

MENÚS BASADOS EN LA EVIDENCIA CIENTÍFICA.

El plan de alimentación, que es el punto fuerte del ME, “está orientado a favorecer el uso de la grasa como fuente de energía a través de la nutrición inteligente avalada por la evidencia científica”, explica Bravo a Efe.

Este sistema “implica tomar alimentos que ayuden a estabilizar los niveles de azúcar en sangre; a propiciar la vitalidad y evitar la sensación de hambre; a marcar las cantidades adecuadas de proteínas que alimentan al músculo; al consumo de grasas saludables que favorecen el sistema hormonal; y a recomendar alimentos altamente nutritivos para descartar carencias de micronutrientes o que conducen a la desnutrición”, señala.

Uno de los pilares del Método Evolution es un libro digital de cuarenta recetas de menos de 350 kilocalorías (Kcal) con platos como: lasaña con berenjena y atún; pisto manchego con huevo; pollo al curry; hamburguesa vegetal; o tarta integral de brócoli y puerro, entre otros.

El libro puede obtenerse de forma gratuita en formato PDF, enviando un correo electrónico a info@metodoevolution.es, solicitándo un ejemplar e indicando en qué país se la leído la información sobre el Método Evolution, informa el IMEO.

Según Bravo este libro de recetas se centra en enseñar al usuario el concepto de “platos con un alto valor nutricional, sabrosos, rápidos de preparar, de bajo coste en ingredientes y bajos en calorías”.

“Realizamos un cálculo de distribución en 5 comidas de 200Kcal para el desayuno, 150Kcal para la media mañana y lo mismo para la merienda, y 350Kcal en comida y lo mismo para la cena. Un total de 1.200Kcal para un plan de adelgazamiento en una persona estándar”, explica el nutricionista.

SIN HARINAS REFINADAS NI COMIDAS PROCESADAS

“Con estas recetas es sencillo realizar variaciones para personalizar los planes, incorporando opciones más calóricas o aumentando las cantidades, por ejemplo”, recalca.

“Con nuestras propuestas se elimina el consumo de harinas refinadas, cereales enteros y alimentos procesados; en su lugar se opta por arroz y trigo integral, avena, quinoa, sésamo o piñones en cantidades pequeñas”, explica Bravo.

Señala que en estas recetas se ajusta el aporte proteico, proveniente de carnes blancas o magras (pollo, pavo, ternera o cerdo), marisco y pescado (bacalao, langostinos, gambas, almejas, mejillones, salmón, merluza, rape, atún fresco y de lata) y huevos.

“Paralelamente se aumenta la ingesta de vegetales y frutas de bajo y medio índice glucémico, así como las legumbres”, comenta.

“En la guarnición se elimina la patata y se priorizan vegetales, como brócoli, coliflor, col rizada, calabacín, berenjena, guisantes, puerro, champiñón, tomates, espinacas o lechuga romana”, añade.

Destaca que los menús de estas recetas de cocina incluyen “solo grasas saludables, procedentes de pescado azul, frutos secos y aguacate, limitando la cantidad de aceite de oliva necesario para preparar el plato a dos cucharadas soperas”.

Para dar sabor a los platos sugiere “utilizar hierbas aromáticas y especias, condimentos caseros elaborados con ajo o cebolla, guindilla, pimentón, mostaza de Dijon o incluso frutas, como lima, mango, fresas y granada que dan un toque original a la carne y las salsas”.

“Así, lo ideal sería que el desayuno y el tentempié de media mañana incluya hidratos de carbono integrales y fruta; la comida, más verduras y menos proteínas; la merienda, sólo proteínas; y, por último, la cena debe priorizar las proteínas y moderar las frutas”, detalla.

TRES RECOMENDACIONES PARA EL AÑO NUEVO

1.- Elige alimentos de alto valor nutricional y bajos en calorías.

“Reduce el consumo de alimentos procesados, harinas refinadas y azúcar, y prioriza los alimentos naturales dando especial importancia a las verduras, frutas, legumbres y pescados”, indica.

2.- Cada persona es diferente.

“Todos los planes nutricionales deben estar personalizados de acuerdo a los objetivos, gustos y preferencias de cada paciente”, señala Bravo.

3.- Alimentarse bien sin necesidad de sufrir.

“Cuidarse a través de la alimentación está perfectamente unido a comer sabroso y variado, disfrutar de la vida social y apostar por una decisión para toda la vida”, concluye.

Aguacate, un sano placer que puedes disfrutar a cualquier hora del día

Lo llaman el oro verde y cada vez más personas desean incluir en su dieta y disfrutar en la mesa esta joya gastronómica, rica en nutrientes clave y propiedades saludables

Diario Libre / EFE Reportajes

También llamado avocado o palta, lo apodan ‘el oro verde’. (IMEO)

“El aguacate ya está en boca de todos” según el dietista y experto en nutrición Rubén Bravo, una afirmación aplicable, no solo en términos gastronómicos, sino porque también está cada vez más presente en los comentarios favorables de muchos expertos y consumidores sobre las virtudes de este alimento.

Esto se debe por una parte a sus cualidades organolépticas (percepción por medio de los sentidos) consistentes en el excelente sabor y textura cremosa de esta fruta, originaria de México, y por otro lado se fundamenta en sus innumerables propiedades nutricionales y beneficiosas para la salud del organismo, de acuerdo a Bravo.

Este dietista y experto en gastronomía, que dirige el departamento de nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) es coautor del libro ‘AvoLovers’ ( ‘amantes del avocado’, otro de los nombres del aguacate, también conocido como palta), cuyo subtítulo, ‘El placer por lo sano’, resume la doble vertiente del aguacate: delicioso y saludable.

“Esta comida reconfortante y placentera, rica en vitaminas, minerales y grasas saludables, es ideal para desayunos, comidas y tentempiés. ¡Cualquier hora del día es adecuada para comer un aguacate!”, señala Pelle Lundborg (pellelundborg.com) coautor del libro y cultivador ecológico del aguacate en Málaga (sur de España).

Muy completo y nutritivo

Una fruta ideal para el desayuno o un tentempié. ( IMEO)

“El aguacate es una fruta y, por consiguiente, su nutriente prioritario es el agua, pero tiene una importante diferencia con el resto de las frutas y es que también es rico en grasas, especialmente monoinsaturadas como el ácido oleico”, explica a Efe Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO.

“Debido a esto, su consumo nos aportará una importante cantidad de vitaminas liposolubles (se pueden disolver en grasas) como la E y la provitamina A, aunque también posee vitaminas hidrosolubles (se puede disolver en agua) como la B6 o la C”, puntualiza Escalada.

“En cuanto a los minerales, el aguacate destaca por su aporte en potasio, que es mayor que el del plátano y, en segundo lugar, por su contenido en magnesio, seguidos de fósforo y calcio. Asimismo, aporta una nada despreciable cantidad de fibra vegetal”, destaca esta nutricionista.

Confirma que, debido precisamente a esa composición nutricional, “el aguacate es un alimento óptimo para incluir en nuestra alimentación de manera habitual”.

“En primer lugar, es un alimento altamente saciante por lo que es útil cuando queremos reducir la cantidad de comida que ingerimos o bajar de peso”, explica.

“Además, tiene un potente efecto protector de nuestro sistema cardiovascular ya que contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL (el llamado colesterol ‘malo’ por sus efectos perjudiciales) y aumentar los de colesterol HDL o ‘bueno’(beneficioso para la salud)”, especifica.

“El consumo regular de aguacate también resulta provechoso para los deportistas que tengan un importante desgaste o sobrecarga muscular y para el buen desarrollo de los embarazos, ayudando a prevenir enfermedades en el feto como la espina bífida”, puntualiza esta nutricionista.

“Por otro lado, esta fruta tiene unas potentes propiedades antioxidantes que ayudan al control del envejecimiento y a mantener la piel saludable y también contribuyen a mantener una buena salud visual y a evitar las cataratas”, enfatiza.

Por último, Escalada destaca que, incluir este alimento en nuestra dieta, “ayuda a evitar el estreñimiento y puede jugar un papel esencial en la reducción del estrés y la ansiedad”.Versátil y muy recomendable

Bravo considera al aguacate como “un superalimento que toda dieta debería incluir” , desmiente categóricamente una de las creencias más extendidas: que la grasa del aguacate puede ser perjudicial.

“Es todo lo contrario: su grasa incluye un 15 % de grasas saturadas (necesarias en su justa medida) y un 85 % de grasas monoinsaturaddas y poliinsaturadas (beneficiosas para la salud), con elevados niveles de Omega 3, un ácido graso muy saludable en todas las etapas de la vida: niñez, juventud, embarazo y a partir de los 45 años de edad”, destaca.

También resalta sus niveles de vitamina K (liposoluble), “vital para la coagulación de la sangre y el fortalecimiento de los huesos”, y lo considera “un alimento estrella para los deportistas, al favorecer una buena recuperación después de un duro entrenamiento y la protección de las partes blandas de las articulaciones”.

“Su consumo, no solo alimenta nuestra salud por dentro, al ayudar a mantener en buena forma el sistema inmunológico y la salud cerebral, sino que además nos embellece por fuera, al aportar luminosidad a la piel y reducir su deterioro”, según Bravo.

Respecto a su consumo, el nutricionista indica: “Solo gozaremos de su buen sabor si está madura, por lo que, si aún está verde, tendremos que almacenarla en un lugar seco y fresco, a unos 18 grados centígrados, hasta que haya madurado, y solo entonces podremos refrigerarla. Si la guardamos antes de tiempo en la nevera, perderá parte de sus propiedades”, advierte.

Para saber si el aguacate está maduro, Bravo sugiere retirar el rabillo de su parte superior. Si el color que observamos en su interior es amarillo, la fruta estará en su punto, si es verde todavía no habrá llegado a su punto óptimo, y si es de color oscuro, estará un poco pasado.

“Además de las cualidades y virtudes nutricionales de un alimento tan sano, me encantan las posibilidades que ofrece en la cocina: se puede machacar, untar en una tostada, hornear, marcar un poco en la parrilla, hacer batidos, cremas, tartas, mousses , y utilizarlo para preparar ensaladas, bocadillos, salsas, bebidas o postres. ¡Las posibilidades son infinitas!”, concluye.

Por Pablo Gutman.

TB12: revisión de la dieta de Tom Brady

CuidatePlus, por Ana Callejo Mora

“La dieta TB12, que sigue el famoso jugador de fútbol americano Tom Brady, es de corte flexitariano. Las dietas flexitarianas contienen, principalmente, alimentos con un 80% de derivados vegetales y un 20% de derivados animales”, explica a CuídatePlus Rubén Bravo, experto en Nutrición y Dietética del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO)

“Brady, además, lleva una dieta muy rica en vegetales, y alta en legumbres y en grasas saludables. Y, como ocurre en la mayoría de los flexitarianos, cuando eligen ese 20% de alimentos de origen animal escoge siempre opciones más magras y bajas en grasas saturadas (como pescado o pollo orgánico)”, puntualiza Bravo.

Otra peculiaridad de la TB12, en la línea de la dieta flexitariana, es que tiene muy en cuenta el origen de los alimentos, si son bio o son eco y qué ingredientes tienen. 

El jugador de fútbol americano introduce en la dieta TB12 dos conceptos de su cosecha, tal y como repasa Bravo: “El consumo de bebidas con electrolitos y de dos, tres o cuatro batidos diarios ricos en proteínas vegetales (en su caso derivadas de los guisantes). La ingesta de batidos sustitutivos de alguna comida o de apoyo a la nutrición es muy habitual en gente que practica mucho deporte”.

Para el experto en Nutrición y Dietética del IMEO en la dieta de Brady se hace un reparto adecuado de las proteínas “no solo por cómo realiza las ingestas, sino también porque reparte a lo largo del día esos batidos de proteínas de guisante que toma”.

Otra idea que introduce Brady en su dieta es dejar de comer antes de llegar a estar lleno, es decir, quedándose con un poco de hambre, para que el organismo haga un mayor uso de los alimentos que ha comido y una mejor absorción y metabolización de nutrientes. “No hay evidencia científica que avale esta decisión”, comenta Bravo.

Ventajas e inconvenientes de la dieta TB12

“Las ventajas para la salud de la dieta TB12 son elevadas, ya que, como todos sabemos, los vegetales son muy ricos en vitaminas y minerales y no aportan demasiadas calorías. Estas vitaminas y minerales nos ayudan a que todos los sistemas corporales tengan un rendimiento óptimo. Igualmente, las dietas con una cantidad importante de vegetales se asocian a mayor longevidad y menores problemas cardiovasculares”, dice el experto del IMEO.  

Asimismo, la de Brady es una dieta baja en proteínas animales, lo que también reduce el riesgo cardiovascular y otra serie de problemas de salud, como podría ser el cáncer.

El principal inconveniente de la dieta TB12 es que hay que ser muy estricto siguiendo el plan y que trae consigo limitaciones a nivel social.

¿Qué es el agua con electrolitos?

“El agua de electrolitos es un agua al que se le añade un extra de minerales, sobre todo sodio y potasio. A algunas de estas bebidas también se le añaden vitaminas, que ayudan a reducir la oxidación que se produce durante el deporte o a aumentar la sensación de vitalidad”, comenta Bravo. 

El experto explica que “otras bebidas incluyen aminoácidos, como la arginina, que tiene un efecto vasodilatador y hace que todos estos micronutrientes lleguen de una manera más eficaz y haya menos oxidación en los sistemas cardiovasculares periféricos. Fundamentalmente, hay menos cansancio y una mayor recuperación durante el entrenamiento”.

El polvo de ‘açaí’: otro ‘superalimento’

En la dieta que sigue Brady, además de las frutas y verduras, se incluyen algunos alimentos como el polvo de açaí, un fruto de aspecto parecido al del arándano. “El açaí procede del Amazonas y es muy rico en vitamina C y en polifenoles. Sin embargo, se trata de un superalimento al que, de alguna manera, le intentan dar propiedades milagrosas, como en su momento fue la chía o las bayas de Goji”, concluye Bravo.

Qué alimentos sientan peor por la noche

CuidatePlus, por María Sánchez-Monge

El refrán dice: “el melón, por la mañana oro, por la tarde plata y por la noche mata”. Esta fruta se encuentra en muchas de las listas que, con mayor o menor rigor, enumeran los alimentos que pueden sentar peor por la noche y, por ello, conviene no comer en la cena. Dos dietistas-nutricionistas nos ayudan a desentrañar qué hay de cierto y qué de mito en las recomendaciones populares sobre alimentos prohibidos cuando se pone el sol.

Melón

El melón y otras frutas

La mala fama del melón por la noche no se sostiene de ningún modo. Es una de esas frases que se repiten hasta la saciedad, pero no por ello adquieren veracidad. “De comer fruta por la noche se dice de todo, ya no solo que siente mal, sino que puedes engordar, algo que que es absolutamente mentira”, señala Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos, dietista-nutricionista y autora del libro Come seguro comiendo de todo (Planeta, 2020).

Andrea Marqués, dietista-nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), comenta que, aunque “es cierto que hay alimentos que se digieren peor por la noche, lo que no es verdad es que, porque comas plátano o huevo, te vaya a sentar mal la cena”.

Alimentos grasos

Un aspecto que conviene matizar es que no es lo mismo prohibir un alimento que aconsejar que se limite su consumo o se espere un tiempo prudencial antes de acostarse. La mayoría de las recomendaciones de las nutricionistas van en ese sentido. “Con algunos alimentos conviene esperar antes de irse a la cama, pero por una cuestión muy lógica y puramente funcional: si comemos alimentos muy grasos, la grasa retrasa el vaciado gástrico, es decir, los alimentos van a estar más tiempo en nuestro estómago”, expone Robles. “Si nos vamos a la cama inmediatamente o al poco rato, probablemente vamos a tener una digestión más pesada y es posible que nos despertemos o nos desvelemos”. Esta recomendación va dirigida, especialmente, a quienes tienen ardor de estómagohernia de hiato u otros problemas digestivos.

Cítricos

Los cítricos y la acidez

Los cítricos, como las naranjas o las mandarinas, pueden formar parte del menú nocturno y cuentan con el beneplácito de las expertas. No obstante, reconocen que pueden crear alguna molestia, fácilmente solventable y que no afecta a todo el mundo por igual. “Lo que pasa con los cítricos, como ocurre con otros alimentos -como el café- es que a veces hacen que el esfínter que une el esófago con el estómago no cierre bien”, relata Robles. Por eso, parte del contenido del estómago puede ascender y surge el ardor, “que lo percibimos en la boca del estómago pero en realidad es la mucosa del esófago lo que se resiente”, puntualiza. “Pero no se produce porque los cítricos sean ácidos, que lo son, pero el jugo gástrico lo es mucho más”, sino por la relajación que inducen en el citado esfínter. La solución para no tener que prescindir de unos alimentos tan sanos en la cena: evitar tumbarse justo después de cenar, aunque sea para ver la tele.

Chocolate, café y té

Es sabido que conviene evitar los estimulantes antes de irse a dormir y que afectan más a unas personas que a otras. “Cuando se habla de estimulantes se suele citar el té y el café, pero también lo es el chocolate por la teobromina que contiene”, recuerda Marqués. Asimismo, son poco aconsejables para personas con reflujo gastroesofágico o gastritis. “Es mejor que estos pacientes tomen por la noche infusiones digestivas en vez de té o café”, aconseja. El alcohol tampoco es un buen aliado del descanso nocturno y la digestión.

Legumbres y gases

Las legumbres son otro grupo de alimentos muy sanos que ocasionan ciertas molestias: especialmente, gases. “El problema de las legumbres es que pueden dar flatulencia”, expone Marqués, quien considera que, para muchas personas “quizá no son la cena ideal para dormir bien”.

No obstante, tal y como resalta Robles, muchas veces “el problema puede ser más el chorizo de la fabada que las alubias con las que está hecha”. También hay que considerar que algunas personas no están acostumbradas a tomar legumbres.

Verduras y hortalizas

Si una persona no está habituada a comer vegetales crudos, al principio tiene más gases porque está introduciendo fibra en grandes cantidades y tanto su aparato digestivo como las bacterias de su microbiota intestinal tienen que adaptarse. Con las legumbres pasa exactamente lo mismo.

Marqués apunta que, en personas con tendencia a tener muchos gases “limitar las crucíferas, como la coliflor, el brócoli o las coles puede ser una buena idea; mejor tomarlas a mediodía”.

Alimentos picantes

Los alimentos picantes pueden generar los mismos problemas que los cítricos. Nuevamente, las nutricionistas aconsejan restringir su uso en la cena, pero solamente a las personas con problemas digestivos. No hay motivo para desaconsejarlos a quienes los toleran bien. 

Embutidos

Embutidos

Las enumeraciones de productos ‘prohibidos’ por la noche también suelen incluir los embutidos. El problema de este tipo de alimentos no es que sienten mal, sino que no son especialmente saludables.  “El embutido es una carne procesada. Hay que evitar su consumo a cualquier hora”, indica Robles. “En nuestro país es muy típico que alguien diga: hoy no preparo nada de cena; pico un poco de embutido, un poco de pan y ya está”. Se trata de alimentos grasos, con la consiguiente repercusión en la digestión. Por lo tanto, “se plantea el mismo problema si los comemos a las tres y nos tumbamos a dormir la siesta: pueden retrasar el vaciamiento gástrico, además de constituir productos que no es conveniente incorporar en una dieta saludable de forma habitual”.

La experta propone recurrir a otras opciones de cenas rápidas: “Es muy fácil hacer algo sano en pocos minutos: por ejemplo, con verduras congeladas o cocidas, o bien con legumbres en conserva que están simplemente cocidas, con las que podemos hacer una ensalada o una crema tipo hummus”.

Más mitos que realidades

Parece claro que hay más leyenda que verdad en las historias sobre alimentos que sientan mal por la noche. “A veces queremos contar cosas muy originales o hacer dietas restrictivas cuando, al final, la base es siempre la misma: opta por alimentos saludables y preocúpate menos de si los estás comiendo a las a las 7 de la mañana, a las 8 de la tarde o las 10 de la noche”.
Cuestión diferente es la existencia de intolerancias, alergias alimentarias, enfermedades digestivas o, simplemente, alimentos que sientan peor a unas personas que a otras. “Es importante valorar cada caso de forma individual”, apunta Marqués. “No se puede considerar de la misma forma la alimentación de una persona con gastritis que la de otra con digestiones pesadas”.
De hecho, las digestiones pesadas suelen deberse a comidas copiosas. “Es recomendable que la cena sea ligera: una verdura cocida y una proteína ligera”. Otro consejo general es no acostarse inmediatamente después de cenar. “Siempre indicamos que lo ideal es esperar dos horas, pero es muy difícil cumplirlo. Con una puede bastar”, señala la nutricionista del IMEO.

Cómo prevenir la obesidad infantil

Revista Dominical

El sedentarismo, los videojuegos y dispositivos electrónicos, amén de la comida chatarra y las chucherías extienden la pandemia de obesidad, que estraga la salud mundial, a la infancia.  Algunas medidas sencillas, como propiciar juegos que impliquen actividad física y predicar con el ejemplo, podrían ayudarnos a alejar a nuestros niños del pernicioso sobrepeso.  

Andrea Marqués, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), nos explica cómo.

• Participación en la mesa. Un buen comienzo es crear responsabilidad en el niño frente a lo que come. Al pequeño le encantará ser partícipe de la lista que hace para elaborar el menú de la semana.

• Desayuno balanceado. Prioriza los alimentos de absorción lenta, como manzana, higo, melocotón o ciruela, lácteos, legumbre y hortalizas, huevos, carnes grasas y  frutos secos. Esto es clave para mantenerlo activo en la escuela.

• Siempre activo. Pasear al perro, ayudar con la compra, jugar en el parque o andar en bicicleta son actividades que les ganan terreno al sedentarismo, pero estas deben ser complementadas con una disciplina deportiva; aprovecha las respectivas temporadas de fútbol y béisbol para animarlo a jugar con frecuencia, y bajo tu supervisión o la de un adulto.

• Hidratación permanente. Para completar el círculo virtuoso, es clave mantener al niño hidratado, así como lograr que duerma entre 9 y 10 horas al día para la reparación celular.

• El alimento no es un juez. Nunca emplees los alimentos como premio o castigo, porque el niño o niña podría asociar los dulces como alimentos buenos y las frutas o verduras como alimentos malos.

MENÚ PARA UN NIÑO

La nutricionista Andrea sugiere el siguiente menú para infantes:

Cinco comidas al día. Distribuidas en las tres principales (desayuno, comida y cena) y 2 secundarias (media mañana y merienda).

Cinco raciones diarias de frutas y verduras, incluyendo hortalizas

Cuatro raciones diarias de carbohidratos. Cereales, pan, pasta, arroz, legumbres o patatas, tomadas en todas las comidas excepto en la cena.

Tres raciones diarias de proteínas y lácteos. Pescado, huevos, carnes y lácteos, ricos en calcio y vitamina D que participan en la formación de estructuras óseas durante el crecimiento.

Dos raciones diarias de grasas saludables. Frutos secos y aceite de oliva.

Una ración semanal. El consumo de bollería, dulces, refrescos y chips (aperitivos), debe limitarse a una a dos raciones semanales, por su poder adictivo y elevadas dosis de azúcar.

LA MEMORIA DEL PALADAR 

“Desde los 2 a los 12 años los niños aprenden los hábitos alimentarios que les influenciarán, de forma consciente e inconsciente, el resto de su vida, estableciendo unos complejos puentes neurales que les hará profundizar en sus gustos hacia unos u otros alimentos que, a partir de la adolescencia, será más complicado cambiar”.

Obesidad incide en rendimiento de niños en la escuela

Preste atención al menú que deben comer
Prensa libre/EFE Reportajes, por Omar Goncebat

La obesidad lastima la autoestima del niñoTener un desayuno equilibrado, controlar las cantidades de azúcar, realizar una hora de actividad física diariamente, beber abundante agua, reducir el tiempo delante de la pantalla y preparar un menú saludable adecuado a los requerimientos de la edad.

Estos son algunos consejos prácticos para combatir ‘desde casa’ la obesidad  de los niños durante su etapa de crecimiento que proporcionan expertos en nutrición y psicólogos del  Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

«La obesidad infantil, que antes era considerada algo propio de los países desarrollados, cobra cada vez más fuerza en los países de ingresos bajos y medianos, debido al sedentarismo y la mala alimentación que acompañan los procesos de globalización», apunta Rubén Bravo, experto en nutrición  y portavoz de este instituto (www.imeoobesidad.com) .

Una de las claves para reducir este problema es «predicar con el buen ejemplo y hacer las cosas bien en casa, para asentar las bases de una saludable relación con la comida a lo largo de nuestra vida», apunta Bravo.

La etapa más crucial de la infancia

“Desde los 2 a los 12 años, los niños aprenden los hábitos alimentarios que les influenciarán, de forma consciente e inconsciente, el resto de su vida, estableciendo unos complejos puentes neurales que les harán profundizar en sus gustos hacia unos u otros alimentos que, a partir de la adolescencia, será más complicado cambiar», señala Bravo a Efe.

«Una educación activa alimentaria en la época de la infancia es fundamental, al igual que lo es el inculcar hábitos hacia la actividad física y la práctica del deporte», añade.

Según Bravo, los estudios indican que el 60 por ciento de los niños obesos mantendrá su obesidad en su edad adulta, por lo que «es importante que en esta etapa de la niñez los padres se centren en el aprendizaje a través de la práctica repetida y a través del ejemplo por parte de los adultos, para formar a la larga unos hábitos saludables instaurados en el niño».

Para combatir la obesidad infantil desde casa, la nutricionista del IMEO, Andrea Marqués, recomienda tomar un desayuno equilibrado, que priorice alimentos de absorción lenta y asegure un flujo de energía suficiente para el rendimiento escolar durante toda la mañana, en vez de uno rico en azúcares y grasas y escaso de nutrientes, que proporciona energía rápida, pero poco duradera, seguida por un bajón en el estado de ánimo.

“Respecto al azúcar, un niño con una dieta de 1.750 calorías no debería sobrepasar los 37 gramos de esta sustancia al día (unas 9 cucharitas de café), aunque lo ideal es que esta cantidad se redujera a la mitad, según esta nutricionista.

Los niños pasan una media de dos horas y media delante de la tele y el ordenadorSin embargo “el problema no es el azúcar añadido, sino el oculto que figura en el etiquetado con los «sobrenombres» de jarabe de maíz de alta fructosa, concentrado de zumo de fruta, sacarosa, glucosa, dextrosa, jugo de caña, malta, melazas, lactosa, miel, etil maltol y maltodextrina”, añade Marqués.

“Pasear al perro, ayudar con la compra, jugar en el parque o montar en ‘bici’, son hábitos que ayudan a combatir al sedentarismo, pero no es suficiente para estar en buena forma física”, agrega la experta.

“Hace falta que el niño realice actividad física deportiva al menos una hora a diario, unas cuatro veces a la semana, enseñándole  que puede entrenar por diversión jugando al fútbol, baloncesto o voleibol, deportes de equipo que contribuyen a la socialización y son beneficiosos para la autoestima”, explica.

Además, según Marqués, el ejercicio físico requiere de buenos niveles de hidratación y abundantes cantidades de agua, así como dormir entre 9 y 10 horas al día para la reparación celular.

“Correr, nadar, hacer caminatas, montar en ‘bici’ y estar físicamente activos, ayuda a mantener a los niños alejados de las pantallas del televisor, el ordenador o los dispositivos electrónicos inteligentes como tabletas o ‘smartphones’,  ante las que apenas ‘queman’ aproximadamente una caloría por minuto, casi lo mismo que durmiendo”, de acuerdo a Marqués.

“Asimismo, enseñar a un niño por qué le conviene más un alimento que otro y en qué momento del día,  le dará claves para gestionar su estado físico y emocional en el futuro», según Bravo.

Añade que se debe enseñar a degustar las cantidades justas en casa y fuera, así como “nunca emplear alimentos como premio o castigo, porque podrían asociar los dulces como alimentos buenos y las frutas o verduras como alimentos malos”.

“La mayoría de los niños en edad escolar necesitan entre 1.600 y 2.200 calorías al día para crecer, aunque esta cantidad puede variar en función de su edad y la actividad física realizada”, según Bravo.

¿Cómo inculcar buenos hábitos?

“La mejor manera de persuadir a los niños es predicar con el ejemplo de tener unos hábitos saludables, ya que los padres son los principales modelos de referencia de los hijos, que imitan sus acciones en la infancia”, explica a Efe Alejandra Alonso, psicóloga del IMEO.

Si esto no fuera así o para reforzar aún más el aprendizaje, Alonso aconseja “utilizar algún ídolo de su hijo/a como ejemplo y modelo saludable a seguir: un superhéroe, un deportista conocido o alguien cercano como un tío, una prima o el abuelo”.

Alonso considera de vital importancia dar al niño la información nutricional, ya que así se le aportan conocimientos necesarios para que participe y sea responsable de su comportamiento alimentario.

Enseñar a los niños tener una realción saludable con la comida es clave para mantener el sobrepeso a ralla como mayores«Proponer un listado de alimentos para que el menor elija los que desea durante esa semana, le hará participar de la elaboración del menú y la compra semanal, y fomentará su responsabilidad frente a su alimentación, aumentando su autonomía y autocontrol y crecerá habiendo elegido qué comer», señala.

La psicóloga Alonso recomienda «aplicar esto mismo con la actividad física, dejándoles elegirla y/o realizándola en familia» y también sugiere: «durante el fin de semana sería conveniente realizar, al menos, una actividad lúdica en familia que implique estar físicamente activo, para facilitar que los niños den un sentido positivo al ejercicio».

Lo que debe incluir en el menú de los niños

La nutricionista Andrea Marqués enumera algunas claves, basadas en la Pirámide Nutricional del IMEO, para configurar un menú infantil equilibrado y saludable:

*Cinco comidas al día.
Distribuidas en las tres principales (desayuno, comida y cena) y 2 secundarias (media mañana y merienda).

*Cinco raciones diarias de frutas y verduras.
Incluyendo hortalizas, preferiblemente de agricultura ecológica cultivada en las proximidades y de temporada.

*Cuatro raciones diarias de carbohidratos.
Cereales, pan, pasta, arroz, legumbres o patatas, tomadas en todas las comidas excepto en la cena.

*Tres raciones diarias de proteínas y lácteos.
Pescado, huevos, carnes y lácteos, ricos en calcio y vitamina D que participan en la formación de estructuras óseas durante el crecimiento.

*Dos raciones diarias de grasas saludables.
Frutos secos y aceite de oliva.

*Una ración semanal.
El consumo de bollería, dulces, refrescos y chips (aperitivos), debe limitarse a una a dos raciones semanales, por su poder adictivo y elevadas dosis de azúcar.

Un desayuno infantil ha de ser equilibrado y saludable

 

Siete comidas con bastante grasa que te ayudan a perder peso

¿Estás harto de eliminar de tu dieta todos los alimentos que te gustan para poder adelgazar? Basta ya: aquí tienes algunos ‘snacks’ deliciosamente grasos con los que no te meterás ni un gramo más

El Confidencial
siete-comidas-con-bastante-grasa-que-te-ayudan-a-perder-pesoPicar entre horas es el gran enemigo de nuestra dieta. Cada vez que acudimos a la nevera o la máquina de ‘vending’ –en un momento dado, todos acabamos cayendo–, nos metemos en el cuerpo unas cuantas calorías de más absolutamente innecesarias. Lo entendemos, estás haciendo dieta y tienes hambre, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de los ‘snacks’ suelen estar entre los alimentos menos saludables de la pirámide alimenticia (aunque obvies mirar directamente la información nutricional que hay en sus bolsas y envoltorios, lo pone).

‘¿Entonces qué hago para saciar el apetito?’, dirás. Lo primero, no ponerte dramático ni obsesionarte con que estás hambriento; lo segundo, probar con alguno de estos aperitivos que te quitarán de un plumazo el hambre y evitarán que te metas una caloría de más.

Eso sí, por muy sanos y sabrosos que sean tampoco te puedes comer toneladas. Sus efectos nunca serán similares a los de zamparte varios dulces de bollería industrial, pero funcionarán mucho mejor si los consumes con cabeza: procura que tus aperitivos nunca superen las 200 calorías por ración, acompáñalos con agua en lugar de con un refresco e intenta llevártelos a la boca después de haber hecho algo de ejercicio. ¡Buen apetito!

Queso: prueba con el mozzarella
Si eres un aficionado al queso, no te vengas arriba que tampoco puedes picar trozos y trozos sin que tu cintura se resienta. Sin embargo, si comemos pequeñas porciones y las ponemos como acompañamiento en una ensalada o en una brocheta con un par de tomates ‘cherry’, estaremos picando algo entre horas sin llevar al colapso nuestro plan de adelgazamiento. Especialmente si optamos por una ración de queso mozzarela fresco que, además de ser bajo en calorías, estudios recientes han demostrado que su capacidad para saciar nuestro apetito es mucho mayor que la de otras variedades.

Nueces
Además de reducir el riesgo de infarto y otras enfermedades cardiovasculares, las nueces son un aperitivo excepcional cuando el objetivo es perder peso. Llenas de fibra y de grasas saludables, un reciente estudio publicado en ‘The American Journal of Clinical Nutrition’ demostró que las nueces, gracias a la gran cantidad de ácidos omega-3 que contienen, pueden acelerar el metabolismo ayudando al cuerpo a descomponer la grasa almacenada para usarla como energía. Ante su ausencia, otros frutos secos como las almendras, los anacardos o los cacahuetes, pueden ser una alternativa ideal.

Aceitunas
Los ácidos grasos monoinsaturados, además de ser un gran aliado para satisfacer los antojos salados, son famosos por ayudar a reducir el peso corporal. Si tiene que venirte a la cabeza algún alimento rico en los susodichos, piensa en las aceitunas. Piscolabis ideal en casa o en el bar de la esquina, contienen también un poco de grasa, lo que erradica el hambre y nos ayuda a aguantar saciados hasta la hora de comer o cenar.

Los sabores más intensos hacen trabajar más duro a nuestro paladar por lo que nos sentimos satisfechos al consumir menores cantidades de los mismos

‘¿Pero no tienen muchísimas calorías?’, preguntarás contrariado. No. Olvídate del mito porque no es para tanto. Según datos del estudio del Instituto de la Grasa del CSIC realizado en 2006, las aceitunas verdes tienen unas 154 calorías por cada 100 gramos y las negras unas pocas menos, alrededor de 140 por cada 100 gramos.

Yogur
Hace ya algún tiempo que los científicos han desmitificado que el yogur desnatado es mejor que el normal para perder peso. La grasa natural de los yogures tiene un poder saciante mucho más alta, lo que, a diferencia de lo que ocurre con los bajos en grasas y descremados, evitará que nos entre un hambre atroz a las pocas horas de habernos merendado uno. Procura no añadirles azucar y buscar la combinación de sabores añadiéndole, por ejemplo, los mencionados frutos secos o un poco de fruta fresca.

Chocolate negro
Cuando estamos bajos de ánimo un buen chute de azúcar nos anima, y qué mejor forma de disfrutarlo si encima sabemos que apenas nos estamos metiendo calorías. Entra en juego la opción del chocolate puro o negro que, como han remarcado diferentes estudios, no sólo no engorda sino que además, consumido con moderación y acompañado de un estilo de vida saludable, ayuda a reducir el índice de masa corporal.

Procura que tus aperitivos nunca superen las 200 calorías por ración, acompáñalos con agua e intenta comerlos después de haber hecho algo de ejercicio

Además, una investigación publicada en la revista ‘Flavour’ determinó que es uno de los mejores ‘snacks’ para saciar el hambre porque los alimentos con sabores más intensos hacen trabajar más duro a nuestro paladar por lo que nos sentimos satisfechos al consumir menores cantidades de los mismos.

Guacamole
No nos cansamos de elogiar este superalimento. Y no es para menos. Repleto de grasas saludables, el aguacate es capaz de mantenernos saciados hasta cinco horas. Lo mejor de todo, es alto en grasa pero apenas tiene calorías, poco más de 130 por cada 100 gramos. Sólo con un poco de limón y sal ya está delicioso, pero si queremos disfrutarlo a lo grande en su plato estrella por excelencia, el guacamole, evita comértelo a cucharadas con nachos, patatas fritas o regañás. Unas ramitas de apio o zanahoria serán la cuchara ideal para acompañar nuestro grasoso pero saludable ‘snack’.

Batidos
Si te da pereza ponerte a pelar fruta o te parece realmente aburrido comerte una manzana fresca para merendar, prueba a preparar un buen batido en el que combines varios ingredientes ricos en nutrientes y con algo de grasas saludables –como por ejemplo coco fresco o un poco de aceite de coco– para mantenerte saciado más tiempo. Te puede servir incluso como reemplazo de una comida o cena.

La clave de las dietas según la Universidad de Harvard

Los investigadores descubrieron que los participantes en los estudios de dietas bajas en grasas perdieron peso, pero solo 2Kg en un año

Vida y estilo Terra

Photo by Roberto Machado Noa/LightRocket via Getty Images

Los investigadores científicos de la prestigiosa Universidad de Harvard trabajan para dar explicaciones lógicas sobre la utilidad y lo que realmente resulta ideal de los planes alimenticios de moda. El primer interrogante que se plantea gira alrededor de las grasas, entendiendo que la mayor parte de las dietas se posiciona inevitablemente en uno de los dos bandos; los que las admiten y los detractores de las mismas. O hay que eliminarlas por completo o no se deben erradir de ninguna manera.

La investigación elaborada por los científicos, y publicada posteriormente en la revista The Lancet: Diabetes & Endocrinology, analizó 53 ensayos clínicos realizados hasta la fecha observando que las dietas bajas en grasas ayudan a adelgazar, pero que la pérdida de peso no se sostiene durante mucho tiempo. Para ser más específico, el estudio arrojó que aquellos que incluyeron pocas grasas a sus planes alimenticios, dejaron de ver resultados positivos tras los 12 meses.

LAS GRASAS, ahí está la clave

«Los hallazgos no resultaron espectaculares para el equipo de investigadores», explicó Deidre Tobias, epidemióloga de la Escuela de Medicina de Harvard y autora principal del estudio. «Durante décadas la mayoría de la gente ha seguido las dietas bajas en grasas y todavía nos encontramos ante esto una epidemia global de obesidad. Sabíamos que algo no estaba bien en el mensaje que se promovía entre los consumidores», explicó Tobias.

Lo que más llamó la atención de los científicos fue el hecho de que la pérdida de peso se mantuviese en el tiempo bastante más al seguir una dieta alta en grasas y carbohidratos que con el resto. «Soprendentemente, los regímenes bajos en grasas eran ineficaces en el largo plazo», dijo la autora de la investigación.

Los investigadores descubrieron que los participantes en los estudios de dietas bajas en grasas perdieron peso, pero sólo consiguieron disminuir alrededor de dos kilos menos después de un año. Y mientras algunos científicos en nutrición sostienen que no debería haber ningún límite en la ingesta de grasas en la dieta, un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association aseguró que no todas son iguales ni afectan de la misma forma al metabolismo.

La investigación puntualiza que no vale cualquier tipo de alimento graso. «Los que contienen las conocidas ‘grasas saludables’ ayudan a proteger a la persona ante algunas enfermedades, como las cardiovasculares; mientras que otros -muchos bajos en grasas o exentos de las mismas- pueden terminar siendo una opción dañina para nuestra salud», se explica en la investigación.

Tobias, quien se mostró de acuerdo en que no todas las grasas son iguales, recomendó limitar la cantidad de grasas saturadas y grasas trans que se consumen: «Las grasas ‘malas’ siguen siendo perjudiciales».

Más allá de la inclusión o no de alimentos grasos en la alimentación, un hecho contemplado -incluso por los científicos de Harvard- es la falta de fuerza de voluntad: «Cumplir con una dieta, ya sea alta o baja en grasas, a largo plazo parece ser la cuestión más difícil de realizar para la mayoría de las personas», explicó Tobias.

La epidemióloga también asegura que existe un problema potencial con lo que la gente suele comer para sustituir a los alimentos ricos en grasas. «Las personas intercambiaron fuentes de grasas saludables como el aceite de oliva o los frutos secos por azúcares y carbohidratos refinados. Incluso aunque sean capaces de seguir este tipo de dietas a largo plazo, cambiar determinados alimentos por otros no conduce a ningún resultado positivo, ni para el peso ni para la salud», aseguró la experta.

Los alimentos ricos en grasas tardan más en digerirse, por lo que ayudan a mantener el cuerpo saciado durante más tiempo. Y no sólo que sacian, sino que son más ricos.

Consejos para evitar la obesidad

Los nutricionistas y diferentes organizaciones insisten en la necesidad de controlar el sobrepeso y la obesidad para evitar las enfermedades cuyo porcentaje aumenta considerablemente por cada kilogramo de más. Las principales consecuencias, según la Organización Mundial de la Salud, son la diabetes, trastornos del aparato locomotor como la osteoartritis, una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares e, incluso, algunos cánceres como el de mama, colon, esófago, riñón o endometrio, principalmente.

Salamanca 24horas, por Javier Vicente

04_obesidadLa llaman la epidemia del siglo XXI. Es una enfermedad no dolorosa que puede traer otras mucho más peligrosas. Es un multiplicador de problemas. Por ello, todos los nutricionistas y diferentes organizaciones como la Organización Mundial de la Salud o el Instituto Médico Europeo de la Obesidad realizan una serie de consideraciones a tener en cuenta para evitar este problema cada vez más común.

A las ya conocidas medidas como la de comer equilibradamente y hacer ejercicio habitualmente, la OMS también pide a las diferentes administraciones que se involucren para promover los hábitos de vida más saludables haciéndolos más accesibles y baratos, y a la industria alimentaria que colabore reduciendo la grasa, azúcar y sal de los alimentos elaborados. Pero lejos de esto, ¿qué puedo hacer yo para evitar la obesidad?

Evita el exceso de cantidad y las comilonas. Cuanto más comas, más elástico se hará el estómago por lo que la sensación de saciedad llegará más tarde y cada vez se necesitarán mayores cantidades de comida.

Muchas veces, poca cantidad. Es preferible comer muchas veces a lo largo del día, de cinco a siete, que hacer solo tres comidas. Se evitará llegar con mucha hambre a las comidas.

No es lo mismo hambre que ansiedad. Hay que aprender a diferenciar el hambre fisiológico del psicológico. Puede aparecer hambre por estrés, depresión o aburrimiento, entre otros.

Combinar los nutrientes. Las dietas faltas de alguno de los llamados macronutrientes no son buenas. Hay que conseguir una dieta equilibrada que incluya hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables.

Grasas saludables no son grasas saturadas. Hay que evitar, en la medida de lo posible, todo tipo de dulces e hidratos de carbono que no sean integrales.

Haz una planificación. Si sigues una dieta escrita, será más fácil evitar comer a deshoras algo que no debes.

Llévate comida de casa. Una pieza de fruta, un yogurt, una barra de cereales… Así evitarás las tentaciones de comprar a media mañana ese dulce.

La cafeína no es buena. Las sustancias psicoactivas no ayudan para adelgazar como se tiene pensado en algunas dietas. Estas sustancias, como también el té o las bebidas energéticas, provocan estrés, lo que aumenta la ansiedad y el hambre psicológico.

Chocolate, en su justa medida. No todas las sustancias malas son realmente malas. El chocolate puro puede ser consumido en muy poca cantidad, dos o tres onzas por día, por la misma razón que hay que evitar la cafeína. Produce bienestar y evita el estrés.

La relación entre dormir y comer existe. Cuanto menos se duerme, más horas de hambre hay al día y más hambre tienes. Numerosos estudios indican que hay que dormir de siete a ocho horas al día. Esto evitará ansiedad y quitará hambre.

Agua para el deporte. Para la sed, agua. La moda actual de tomar bebidas isotónicas después de practicar deporte no es buena desde el punto de vista de la obesidad. Las bebidas azucaradas suponen un importante aporte de calorías.

Nada de sedentarismo. Correr, nadar, bicicleta o incluso andar, pero algo. Los expertos cifran en mínimo 20 minutos diarios de deporte como forma imprescindible de rebajar las altas cifras de obesidad que existen. Unos 150 minutos a la semana es suficiente.

Dieta de los días alternos: Descubre la dieta que utiliza grasas saludables que te ayudan a adelgazar

Muchas veces escuchamos la palabra dieta y se nos pone la piel de gallina, nos imaginamos comiendo únicamente lechuga y pescado hervido, pero no tiene porqué ser siempre así.

Paula Butragueño | Correr y fitness

Rubén Bravo ha creado una dieta en la que los alimentos estrella tienen un alto contenido en grasas saludables. ¿Cómo es esto posible?

a dietaEn ocasiones, es “fácil” pensar que por su elevado contenido calórico, una dieta sin grasa o con el mínimo de ella sería la solución para conseguir la pérdida de peso y una disminución de nuestra grasa acumulada. Pero no es cierto.

El tejido adiposo se encarga de almacenar la energía sobrante que nuestro cuerpo no utiliza para obtener energía, ya sea proveniente de los hidratos de carbono, de las proteínas o de la grasa, se almacena en forma de grasa, ya que es la forma más rentable de hacerlo (más kilocalorías-menos espacio).

Si no consumiéramos grasas, en pocas semanas moriríamos, ya que son imprescindibles para multitud de funciones en nuestro organismo, y, como veremos, grandes aliadas, no sólo para perder peso, sino también para mejorar nuestra salud y protegernos de multitud de enfermedades degenerativas.

Aunque redujéramos mucho la ingesta de grasas a través de la dieta, si comemos más de lo que nuestro cuerpo consume, nuestra reserva grasa continuará aumentado, independientemente de su procedencia; por lo que muchas veces la clave la encontraremos en buscar un equilibrio en el consumo de hidratos de carbono y de proteínas, maximizando su utilización a lo largo del día.

Tomar las grasas adecuadas en la cantidad recomendada en la Dieta de los Días Alternos te ayudará a:

1.- Mejorar los niveles de colesterol, protegiendo el sistema cardiovascular.

2.- Perder peso, pues las grasas adecuadas mejoran el sistema hormonal y el metabolismo.

3.- Protegerte de los estados de depresión.

4.- Protegerte del envejecimiento prematuro y las enfermedades inflamatorias degenerativas.

5.- Más años de vida y más vida a tus años. Los ácidos grasos Omega 3 tienen un efecto antiinflamatorio y protector frente a diversas patologías como el cáncer, la depresión, el infarto, el sobrepeso o la obesidad, demencia senil… mejorando parámetros tan importantes como el sistema inmunitario, la capacidad cognitiva, la memoria o el sistema endocrino.

La pregunta entonces sería  ¿qué grasas debo tomar habitualmente y cuáles debo restringir a cantidades moderadas?

1.- Grasas de ingesta habitual (todos los días): Pescado azul y blanco, frutos secos y frutas como el aguacate, jamón ibérico de bellota o cebo y el aceite de oliva virgen (primera presión en frío).

2.- Grasas de ingesta controlada o restringida (dos veces por semana): Aceites vegetales como aceite de girasol, de maíz o de soja, carnes grasas y yema de huevo.

3.- Grasas de ingesta ocasional o restringida (una vez a la semana): Margarinas, snacks salados como patatas fritas, pizzas, palomitas, la mayoría de salchichas industriales, embutidos y charcuterías grasas, tocino, panceta, beicon, mantequilla, nata, piel del pollo y productos elaborados con aceites vegetales saturados como la bollería industrial.

Se observa hasta un 60% más de riesgo de sufrir depresión tras el consumo regular de comida basura o “fast food”, con alto contenido de grasa que quienes consumen una dieta equilibrada con un aporte adecuado de frutas, verduras y pescado.

En concreto, la Dieta de los Días Alternos propone combinar tres días temáticos diferentes a lo largo de la semana, para conseguir los objetivos planteados. Estos días son:

– Días depurativos: Son días muy hipocalóricos, con comidas de planteamiento detoxificante y depurativos, que nos ayudarán a mejorar los niveles de retención de líquidos.

– Días de régimen: Diseñados sobre platos muy sabrosos, de fácil elaboración, pero equilibrados en niveles de hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables.

– Días sociales: Orientados para relajar la sensación de estar a dieta, y poder disfrutar de platos considerados “menos dietéticos” durante el fin de semana.