La calabaza de Halloween: Vitaminas y recetas de esta reina del otoño

Mientras que destaca por su contenido nutricional y versatilidad en la cocina, la calabaza sirve para asustarnos divertidamente y alimentarnos consistentemente.

Forbes de México

Esta verdura de colores anaranjados y asociada con la celebración de la Noche de las Brujas, de la cuál es el símbolo más reconocible, está llena de leyendas enraizadas en las tradiciones celtas, sobre todo de Irlanda, como representación de seres sobrenaturales o un recurso para ahuyentar a los malos espíritus.

La calabaza, una baya de cáscara dura, gran tamaño y variadas formas, texturas y sabores, es el fruto de una planta cucurbitácea distribuida por todo el mundo y está repleta de cualidades nutritivas y de posibilidades culinarias, según el Instituto Médico Europeo Obesidad-IMEO (imeoobesidad.com).

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DISPONIBLE TODO EL AÑO

“La calabaza, aunque es conocida por su estacionalidad y ha sido apodada ‘la reina del otoño’ porque se la consume más habitualmente en esa temporada y en los meses fríos, puede adquirirse durante todo el año, ya que existen variedades de invierno y de verano”, explica Andrea Marqués, nutricionista dietista experta en gastronomía del IMEO.

Señala que la variedad de invierno es la más conocida, y se caracteriza por tener un color más anaranjado y una piel más dura, que la hace mucho más resistente.

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Nutricionalmente destaca por su alto contenido en agua y su valor calórico muy bajo, mientras que su carga glucémica, es decir el índice utilizado para medir el impacto de un alimento en el nivel azúcar en la sangre, tampoco es elevada, según Marqués.

“En cuanto a las vitaminas y minerales, la calabaza destaca por su elevado contenido en vitaminas A y C, aunque también encontramos en ella vitaminas E y del grupo B”, apunta.

“El mineral más abundante en esta hortaliza es el potasio, con un destacado efecto diurético natural. También contiene una apreciable cantidad de magnesio, aunque en menor cantidad que el potasio”, según esta nutricionista.

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“A la hora de elegir la variedad de invierno no tendremos mucho problema, porque su piel es muy gruesa y eso hace que la maduración óptima sea prolongada en el tiempo. Si su piel es fina querrá decir que no está suficientemente madura”, explica.

La variedad de verano es más compleja de elegir según Marqués, puntualizando que “las calabazas de piel fina y brillante estarán en el mejor punto de maduración, mientras que si su piel es gruesa seguramente estará seca y más amarga”.

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“Hoy en día también encontramos calabaza troceada, precocida y envasada al vacío en los supermercados. Puede ser una buena opción si no queremos comprar la hortaliza entera y conocemos más o menos la cantidad que necesitamos para elaborar una receta en concreto”, señala.

RECETAS SALUDABLES

“Por su textura y su contenido en agua, la calabaza es muy versátil en la cocina y se puede utilizar en gran variedad de platos y consumirse en distintos momentos del día”, señala la nutricionista quien ofrece algunas recetas apetitosas y saludables:

PARMIGIANA DE CALABAZA

Marqués señala que hay que “cortar la calabaza en láminas a modo de “lasaña” o en taquitos y, después, colocarla en la bandeja de horno, alternando 2-3 capas de calabaza y ‘mozzarella’ fresca entre medias”.

“Cuando tengamos listas nuestras capas añadimos por encima queso parmesano rallado y ponemos la preparación al horno 20-25 minutos”, explica.

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CREMA DE CALABAZA Y ZANAHORIA CON PIÑONES

Para esta receta hay que “cocer la calabaza y la zanahoria unos 10 minutos con una pizca de sal. Triturar todo en una batidora de vaso con un chorrito de aceite de oliva y agua de cocción al gusto”, según Marqués.

“Cuando vayamos a degustarla le añadimos los piñones al natural o tostados en la sartén. Para una textura más cremosa podemos añadir leche en polvo antes de triturar la mezcla”, señala.

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BROTES VERDES CON CALABAZA ASADA, QUINOA, PIPAS Y QUESO ‘FETA’

“Para preparar esta ensalada, por un lado asamos la calabaza en el horno, cortada en tacos, unos 20 minutos. A su vez, cocemos la quinoa 10 minutos o bien calentamos un vasito de quinoa ya cocida un minuto en el microondas”, propone esta experta.

“Cuando tengamos ambas preparaciones listas las mezclamos con los brotes y el queso griego ‘feta’ y las pipas (semillas) de calabaza ya peladas. Después aliñamos al gusto”, finaliza.

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CALABAZA RELLENA DE VERDURAS Y POLLO

Para Marqués rellenar la calabaza siempre es una buena opción, comenzando por “cortarla a la mitad y meterla en el horno unos 10-15 minutos para ablandar la carne (pulpa) y poder vaciarla más fácilmente”.

“Cuando esté tierna, extraemos la carne y la salteamos en la sartén con el pollo troceado, cebolla y pimiento rojo picadito. Rellenamos de nuevo la calabaza con el salteado de verduras y pollo y la metemos al horno 10 minutos más y ¡listo!”, explica.

Calabaza
Foto: Unsplash/Megumi Nachev

CHIPS DE CALABAZA

Marqués recomienda cortar la calabaza en láminas muy finitas y colocarla en la bandeja de horno con un chorrito de aceite de oliva y especias al gusto.

“Las dejamos 10-15 minutos al máximo, según la potencia del horno, para que adquieran textura crujiente”, apunta.

Foto: Unsplash/Henry Perks

BIZCOCHO DE CALABAZA

Para preparar este receta, que es ideal para Halloween según Marqués, “hay que pelar la calabaza en crudo y extraer su carne, batir unos huevos hasta que suban de volumen, añadir un plátano maduro o cinco dátiles para endulzar, e incorporar a la mezcla un chorrito de aceite de oliva, harina integral o de espelta y levadura”.

“Para terminar, mezclamos todo con la calabaza y batimos bien. Añadimos la masa en el molde y horneamos unos 35 minutos a 180 grados centígrados, teniendo cuidado de no abrir el horno”, finaliza.

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*Con información de EFE.

Amaranto: el superalimento de los aztecas

Listín Diario

Los aztecas decoraban sus ofrendas con figuras hechas con amaranto y pastas comestibles

Utilizado por los aztecas en sus rituales, depositado como dulce ofrenda en el Día de Muertos y seleccionado por la NASA para alimentar a sus astronautas, este pseudocereal con sabor a tierra y a leyenda, rebosa poder nutritivo y simbolismo ancestral.

El amaranto es uno de los ingredientes con los que se fabrican las ‘calaveritas’, unas dulces ofrendas con apariencia de cráneo, que se colocan en los altares dedicados a ‘fieles difuntos’ los días 1 y 2 de noviembre de cada año, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), de México.

También cuenta la historia que los aztecas decoraban sus ofrendas con figuras hechas con amaranto y pastas comestibles, informa el SIAP sobre este grano considerado en la actualidad como un ‘superalimento’, debido a su alto valor nutritivo y contenido en proteínas y a su máximo aprovechamiento. 

El amaranto se considera un pseudocereal, ya que no es un grano, sino más bien una semilla que se convierte en fruto y se muele originando una harina sin gluten. Su contenido de proteína es comparable al de la leche de vaca y contiene casi todos los aminoácidos esenciales, según la nutricionista Andrea Marqués.

El amaranto, una planta ancestral y muy nutritiva, está presente en la cultura, las tradiciones y la gastronomía mexicanas desde tiempos inmemoriales, protagonizando en el pasado rituales aztecas que escandalizaron a los misioneros españoles y siendo parte actualmente de las ofrendas a los ‘fieles difuntos’ que se realizan en todo el país los días 1 y 2 de noviembre. 

Las ofrendas del Día de Muertos son una de las tradiciones más importantes en México, y las  calaveritas de azúcar, amaranto o chocolate, son una dulce tradición que adorna esa práctica originaria de la época prehispánica, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), de México.

Actualmente, el altar de muertos se decora con diferentes platillos y bebidas que gustaban a los “fieles difuntos” y con una gran variedad de dulces, como las calaveritas, que se elaboran con una técnica llamada alfeñique, consistente en una especie de caramelo formado de azúcar, con la que se elabora una pasta moldeable de la cual se obtienen varias figuras, según el SIAP.

El amaranto es uno de los ingredientes con los que se pueden fabricar estos dulces con apariencia de cráneo, hechos con azúcar de caña, clara de huevo, zumo de limón y colorantes vegetales comestibles, como ingredientes básicos, y que también pueden incluir en su elaboración -según la receta y región- miel, piloncillo (preparado a partir de la caña de azúcar), chocolate, cacao, pasas, arándanos, cacahuates o almendras, apunta.

Cuenta la historia que los aztecas decoraban sus ofrendas con figuras hechas con amaranto y pastas comestibles, informa el SIAP.

“Según el relato del dominico Fray Diego Durán, dos días antes de la fiesta de Huitzilopochtli, las muchachas jóvenes del calmecac anexo a la Gran Pirámide, se dedicaban a moler una gran cantidad de granos de amaranto, a los que luego mezclaban con maíz tostado”, explica Elena Mazzeto, doctora en Historia, en un artículo publicado en la revista Estudios de Cultura Náhuatl.

“A esta mezcla se agregaba la miel negra de maguey. Los ojos estaban formados por cuentas verdes, azules o blancas, mientras que los dientes eran granos de maíz. Según el dominico, los que vestían y ataviaban a la efigie eran los grandes señores”, explica Mazzetto. 

“El amaranto es, desde los comienzos de la agricultura, una planta que formó parte importante de la dieta del hombre mesoamericano”, señala por su parte Ana María L. Velasco Lozano, maestra en Ciencias Antropológicas e investigadora del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia).

“La trascendencia de esta planta deriva de que se integraba, como el maíz, a su mundo profano y sagrado, ya que su consumo era cotidiano y, al menos entre los mexicas, se utilizaba en las fiestas del calendario ritual y sirvió para dar forma a numerosas deidades y objetos rituales”, añade.

La reacción de los misioneros católicos antes ese tipo de rituales durante la época de la conquista española estuvo muy lejos de ser favorable, según explica esta autora en su artículo ‘Los cuerpos divinos. El amaranto: comida ritual y cotidiana’.

“Con la semilla de ‘huauhtli’ (uno de los nombres con los que se conoce al amaranto) reventado se elaboraba una masa, el tzoalli, que mezclada con miel “negra” de maguey servía para elaborar imágenes de las divinidades indígenas, las cuales eran despedazadas y e ingeridas por los fieles en una especie de teofagia”, según Velasco Lozano.

Para los misioneros este ritual resultó una gran abominación y “obra del diablo, burda copia de la comunión cristiana”, por la que comprensiblemente se escandalizaron, explica en Arqueología Mexicana.

Los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) describen a Efe las propiedades saludables de este grano  muy utilizado en la cocina vegana y elegido por la NASA para alimentar a los astronautas por su alto valor nutritivo y aprovechamiento integral, según explican.

“Se trata de un superalimento que “sabe a tierra y a leyenda”, debido a su sabor terroso y al aroma a hierba que despide al ser cocinado, y a su protagonismo en las tradiciones mexicanas, tanto en los antiguos rituales aztecas como en las contemporáneas celebraciones del Día de Muertos”, indican desde IMEO.

“El amaranto es considerado un pseudocereal (semilla que se utiliza como si fuera un cereal) ya que no es un grano, sino más bien una semilla que se convierte en fruto y se muele dando lugar a una harina sin gluten”, afirma Andrea Marqués, nutricionista y experta en gastronomía del IMEO (https://imeoobesidad.com).   

“Destaca por su alto contenido en proteína vegetal en comparación con distintos cereales y tiene un contenido proteico similar al de la leche de vaca, conteniendo casi todos los aminoácidos esenciales, como la lisina (que estimula el sistema inmunológico) y el triptófano (que mejora el estado de ánimo)”, según Marqués. 

“Por otra parte, el amaranto es rico en las vitaminas B1, B2 y B3, A, C, D y K, así como en los minerales calcio, hierro y fósforo. Además contiene abundante ácido fólico, lo que lo hace idóneo para consumirlo durante el embarazo”, según esta nutricionista. 

“Su contenido en calcio es importante, por lo que su consumo puede ser adecuado en etapas de crecimiento infanto-juveniles o de pérdida de depósitos de calcio, a causa de la menopausia en mujeres o de la osteoporosis en general. La vitamina D que contiene favorece la fijación del calcio en los huesos”, destaca. 

Marqués indica que el amaranto, “con cuyas semillas, harina y aceite se pueden preparar una gran variedad de platos, no contiene muchas grasas, pero las que presenta son saludables, como el ácido graso linoleico, esencial para nuestro cuerpo”. 

Asimismo “es rico en fibra, lo que favorece nuestro tránsito intestinal y ayuda a cuidar nuestra flora bacteriana”, puntualiza.  

Según Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del IMEO el amaranto es recomendable “para personas que lleven una alimentación con tendencia vegetariana, vegana o flexitariana y busquen proteínas vegetales de alta calidad”.

También lo recomienda a aquellas personas “con un alto nivel de actividad diaria, ya sea física o mental, ya que su alto contenido en antioxidantes como las vitaminas A, C y E, ayuda a hacer frente al estrés oxidativo que sufren las células y también a combatir la fatiga”, indica.

Añade que “su contenido en triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina, ayuda a combatir el estrés y a favorecer el descanso”.

“La fibra y las grasas saludables como el ácido linoleico que una persona obtiene del amaranto, son buenos aliados para combatir el estreñimiento y conseguir saciarse en los planes de adelgazamiento”, finaliza Bravo. 

Beneficios de las alcaparras: pocas calorías y mucha hidratación

Pequeñas y verdes, conocidas pero no muy utilizadas en nuestras fronteras. Se trata de las alcaparras, que suelen consumirse encurtidas y que, además de tener muy pocas calorías -26 por cada 100 gramos-, puede utilizarse como aperitivo, como ingrediente o como condimento. 

Las alcaparras son el capullo floral de la alcaparra (capparis spinosa), una planta muy extendida por el Mediterráneo pero cuyo origen proviene de Asia. De la misma planta se pueden obtener los “alcaparrones, que son los frutos inmaduros, de mayor tamaño que las alcaparras en cuyo interior se encuentran las pequeñas semillas”, añade Katherine García Malpartida, del área de trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Se cultiva principalmente en los países mediterráneos, en particular el sur de Francia, Italia, España y Argelia. Además, existen plantaciones en California y otros climas similares de tipo mediterráneo, comenta Inmaculada Luengo, nutricionista clínica, experta en alimentación comunitaria y deportiva del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

La alcaparra tiene también un amplio recorrido como planta medicinal, a la que se le han atribuido propiedades diuréticas, vasoconstrictoras o para curar las aftas de la boca. “Estas propiedades están sustentadas en una creencia popular más que científica”, explica García. 

Sin embargo, sí hay varios estudios científicos centrados en analizar algunos de sus componentes y “sus efectos anticancerígenos, antidiabéticos y antiinflamatorios, circulatorios y gastrointestinales ”, comenta Cristina Porca Fernández, dietista nutricionista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Bellvitge, y cocoordinadora del Grupo de Trabajo de Dietoterapia de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). En cualquier caso no hay que olvidar que estas investigaciones aún no tienen resultados concluyentes y que “la alimentación hay que verla y analizarla de manera global y no centrarse en alimentos de manera aislada”. 

¿En qué gastronomías se utiliza?

Como no podía ser de otra manera debido a su presencia mediterránea, las alcaparras forman parte de cocinas como la italiana -como condimento en pizzas, pasta, ensaladas, pescados o carnes o junto a otras hortalizas-, la griega, la francesa -sobre todo en la zona de la Provenza para elaborar tapenade junto a aceitunas negras y anchoas- e incluso la española. 

Pero también, como explica Malpartida, es un ingrediente muy utilizado en la gastronomía escandinava, al “ser fundamental en la elaboración de la salsa tártara y utilizada en la conservación de pescados, como el salmón, el bacalao, la trucha, los arenques, el atún o el bonito”.  Porca añade que su uso también está muy extendido en VenezuelaColombia o Argentina

Beneficios para la salud 

Aunque su forma pueda recordar a las aceitunas u olivas su sabor es diferente y más fuerte y, según las tres expertas consultadas por CuídatePlus, también difieren mucho en su valor nutricional. De esta forma las alcaparras contienen:

Cuidado con la sal

Las alcaparras suelen consumirse “encurtidas con una solución de vinagre y sal o curadas en salEl método de encurtido es el más común, pero la curación con sal exclusivamente es más apreciada porque evita el sabor a vinagre”, detalla García. Por ello, Porca advierte de que es necesario tener en cuenta que, aunque su consumo tenga ciertos beneficios, hay que prestar atención a la cantidad de sal que contiene y no abusar de ellas. 

A este consejo, Luengo añade que su contenido en sal puede llegar a los 2.964 mg por cada 100 gramos. De ahí que afirme que “las personas con hipertensióninsuficiencia cardíaca o enfermedad renal deben tener cuidado y no abusar del consumo de este alimento. Consumir de 1 a 3 cucharadas de alcaparras es más que suficiente”.

¿Cómo añadirlo en nuestros platos? 

Las alcaparras, por tanto, pueden ser un ingrediente muy interesante para añadir en nuestras cocinas y dotar de un sabor amargo, ácido y fresco a los platos. En este sentido Luengo afirma que “la alcaparra tiene la peculiaridad de que su sabor es muy intenso y puede casar bien con platos como la paella o con salsas para condimentar algunas variedades de pescado”, como el bacalao, y hasta podría utilizarse para darle un toque especial al pepito de ternera o a muchos pinchos. 

Las posibilidades culinarias de las alcaparras son amplias y García propone algunos platos: ensalada de ahumados con vinagreta de alcaparras, mostaza y miel, guiso de salmón o coliflor al vapor en salsa de alcaparras y conejo con aceitunas negras y alcaparras.

Eso sí, su fuerte sabor hace que sea saciante y que una pequeña cantidad sea suficiente para aliñar los platos. 

García añade que los alcaparrones podrían utilizarse como aperitivo en dietas hipocalóricas en detrimento de otros con más calorías, como las aceitunas.

Recetas con alcaparras

Pollo con alcaparras

El pollo con salsa de alcaparras es un plato sencillo y muy saludable. Prepara esta receta que nos propone  Inmaculada Luengo, nutricionista clínica, experta en alimentación comunitaria y deportiva del IMEO.

Aguacate, un sano placer que puedes disfrutar a cualquier hora del día

Lo llaman el oro verde y cada vez más personas desean incluir en su dieta y disfrutar en la mesa esta joya gastronómica, rica en nutrientes clave y propiedades saludables

Diario Libre / EFE Reportajes

También llamado avocado o palta, lo apodan ‘el oro verde’. (IMEO)

“El aguacate ya está en boca de todos” según el dietista y experto en nutrición Rubén Bravo, una afirmación aplicable, no solo en términos gastronómicos, sino porque también está cada vez más presente en los comentarios favorables de muchos expertos y consumidores sobre las virtudes de este alimento.

Esto se debe por una parte a sus cualidades organolépticas (percepción por medio de los sentidos) consistentes en el excelente sabor y textura cremosa de esta fruta, originaria de México, y por otro lado se fundamenta en sus innumerables propiedades nutricionales y beneficiosas para la salud del organismo, de acuerdo a Bravo.

Este dietista y experto en gastronomía, que dirige el departamento de nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) es coautor del libro ‘AvoLovers’ ( ‘amantes del avocado’, otro de los nombres del aguacate, también conocido como palta), cuyo subtítulo, ‘El placer por lo sano’, resume la doble vertiente del aguacate: delicioso y saludable.

“Esta comida reconfortante y placentera, rica en vitaminas, minerales y grasas saludables, es ideal para desayunos, comidas y tentempiés. ¡Cualquier hora del día es adecuada para comer un aguacate!”, señala Pelle Lundborg (pellelundborg.com) coautor del libro y cultivador ecológico del aguacate en Málaga (sur de España).

Muy completo y nutritivo

Una fruta ideal para el desayuno o un tentempié. ( IMEO)

“El aguacate es una fruta y, por consiguiente, su nutriente prioritario es el agua, pero tiene una importante diferencia con el resto de las frutas y es que también es rico en grasas, especialmente monoinsaturadas como el ácido oleico”, explica a Efe Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO.

“Debido a esto, su consumo nos aportará una importante cantidad de vitaminas liposolubles (se pueden disolver en grasas) como la E y la provitamina A, aunque también posee vitaminas hidrosolubles (se puede disolver en agua) como la B6 o la C”, puntualiza Escalada.

“En cuanto a los minerales, el aguacate destaca por su aporte en potasio, que es mayor que el del plátano y, en segundo lugar, por su contenido en magnesio, seguidos de fósforo y calcio. Asimismo, aporta una nada despreciable cantidad de fibra vegetal”, destaca esta nutricionista.

Confirma que, debido precisamente a esa composición nutricional, “el aguacate es un alimento óptimo para incluir en nuestra alimentación de manera habitual”.

“En primer lugar, es un alimento altamente saciante por lo que es útil cuando queremos reducir la cantidad de comida que ingerimos o bajar de peso”, explica.

“Además, tiene un potente efecto protector de nuestro sistema cardiovascular ya que contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL (el llamado colesterol ‘malo’ por sus efectos perjudiciales) y aumentar los de colesterol HDL o ‘bueno’(beneficioso para la salud)”, especifica.

“El consumo regular de aguacate también resulta provechoso para los deportistas que tengan un importante desgaste o sobrecarga muscular y para el buen desarrollo de los embarazos, ayudando a prevenir enfermedades en el feto como la espina bífida”, puntualiza esta nutricionista.

“Por otro lado, esta fruta tiene unas potentes propiedades antioxidantes que ayudan al control del envejecimiento y a mantener la piel saludable y también contribuyen a mantener una buena salud visual y a evitar las cataratas”, enfatiza.

Por último, Escalada destaca que, incluir este alimento en nuestra dieta, “ayuda a evitar el estreñimiento y puede jugar un papel esencial en la reducción del estrés y la ansiedad”.Versátil y muy recomendable

Bravo considera al aguacate como “un superalimento que toda dieta debería incluir” , desmiente categóricamente una de las creencias más extendidas: que la grasa del aguacate puede ser perjudicial.

“Es todo lo contrario: su grasa incluye un 15 % de grasas saturadas (necesarias en su justa medida) y un 85 % de grasas monoinsaturaddas y poliinsaturadas (beneficiosas para la salud), con elevados niveles de Omega 3, un ácido graso muy saludable en todas las etapas de la vida: niñez, juventud, embarazo y a partir de los 45 años de edad”, destaca.

También resalta sus niveles de vitamina K (liposoluble), “vital para la coagulación de la sangre y el fortalecimiento de los huesos”, y lo considera “un alimento estrella para los deportistas, al favorecer una buena recuperación después de un duro entrenamiento y la protección de las partes blandas de las articulaciones”.

“Su consumo, no solo alimenta nuestra salud por dentro, al ayudar a mantener en buena forma el sistema inmunológico y la salud cerebral, sino que además nos embellece por fuera, al aportar luminosidad a la piel y reducir su deterioro”, según Bravo.

Respecto a su consumo, el nutricionista indica: “Solo gozaremos de su buen sabor si está madura, por lo que, si aún está verde, tendremos que almacenarla en un lugar seco y fresco, a unos 18 grados centígrados, hasta que haya madurado, y solo entonces podremos refrigerarla. Si la guardamos antes de tiempo en la nevera, perderá parte de sus propiedades”, advierte.

Para saber si el aguacate está maduro, Bravo sugiere retirar el rabillo de su parte superior. Si el color que observamos en su interior es amarillo, la fruta estará en su punto, si es verde todavía no habrá llegado a su punto óptimo, y si es de color oscuro, estará un poco pasado.

“Además de las cualidades y virtudes nutricionales de un alimento tan sano, me encantan las posibilidades que ofrece en la cocina: se puede machacar, untar en una tostada, hornear, marcar un poco en la parrilla, hacer batidos, cremas, tartas, mousses , y utilizarlo para preparar ensaladas, bocadillos, salsas, bebidas o postres. ¡Las posibilidades son infinitas!”, concluye.

Por Pablo Gutman.

Comer de lujo

Caros, exclusivos, tentadores, muy nutritivos y exquisitos. El caviar negro, la trufa blanca y las ostras simbolizan la suntuosidad en su máxima expresión, un disfrute único para el paladar y un delicioso compendio de curiosidades gastronómicas

Diario de León / EFE

Qué tienen en común el caviar negro, la trufa blanca y las ostras? ¿Por qué simbolizan estos tres manjares el máximo lujo en la gastronomía? ¿A qué se debe su elevado precio?

«Se trata de alimentos que se venden casi siempre en tiendas especializadas, y muchos expertos los consideran como delicatessen o delicias gastronómicas, cuyo precio se encarece debido a su origen o preparación», dicen las especialistas en nutrición Estefanía Ramo y Carmen Escalada.

«Son considerados alimentos de lujo al ser productos exquisitos o selectos en el ámbito gastronómico», explican las expertas del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, que describen las características más llamativas de estos productos de alta categoría y las razones de que sean tan exclusivos y caros.

«El caviar negro es un alimento de gran calidad procedente de esturiones del Mar Caspio, Azerbaiyán, Irán y Rusia, siendo la variedad rusa la más conocida y la más consumida en el mundo», cuenta Estefanía Ramo. «Durante la Edad Media en Rusia las clases más bajas lo consumían como sustituto de la carne», añade. Hace un siglo los hermanos Petrossian consiguieron los derechos de exportación del caviar ruso, siendo desde entonces un alimento que ha multiplicado su valor y se puede encontrar en los restaurantes más exclusivos del mundo.

La trufa blanca es uno de los manjares más caros del mundo, es un tipo de hongo que crece bajo tierra en torno a ciertos árboles como los castaños o los nogales del Piamonte italiano. Crece bajo unas condiciones climatológicas concretas en la que destacan abundantes lluvias y pocas oscilaciones de temperatura, en terrenos rocosos, porosos y sombríos, y salen entre los meses de septiembre y enero. «Estos factores han hecho imposible su cultivo programado y que su precio sea elevadísimo, rondando los 6.800 dólares/kilo», dice Carmen Escalada.

«Las ostras han alcanzado el trono de los mariscos más codiciados por su gran sabor y propiedades nutricionales y porque su producción dura entre dos y cuatro años de media y necesita de unas condiciones muy concretas», explica Escalada.

Caviar negro, trufa blanca, ostras vivas. Lujo comestible. Un disfrute sin igual para el paladar.

El polivalente jengibre: 6 recomendaciones de uso

Es utilizado como planta medicinal, saborizante culinario, en infusiones, en la piel, en la cocina y en productos alimenticios

El Caribe / Agencias

Empleado durante siglos por numerosas culturas debidos a sus propiedades medicinales y con un renovado auge en el mundo occidental, ya sea en la cocina o en el botiquín de farmacia, en extracto, en polvo o como condimento de un plato, el jengibre puede ser un buen aliado natural de nuestra salud, según los expertos en farmacia, gastronomía y nutrición.

El jengibre (Zingiber officinale) también llamado kion en Perú, es la raíz de una planta herbácea con flor que pertenece a la familia de las zingiberáceas, igual que la cúrcuma o el cardamomo, informa a Efe Amanda Dutruc, farmacéutica de la farmacia Online DosFarma (www.dosfarma.com).

“Tiene un sabor y un aroma picantes, con un intenso toque cítrico y fresco. Aunque se puede adquirir casi en cualquier sitio, aún es un alimento un tanto desconocido, pero con muchas posibilidades y beneficios”, señala.

“Es una planta originaria del sureste asiático muy utilizada en la medicina tradicional, que puede conseguirse en muchos lugares del mundo y tomarse de muchas maneras (fresco, seco o en polvo), utilizándose principalmente en la gastronomía, aunque también se emplea en cosmética”, según Dutruc.

Explica que su gran número de beneficios para la salud provienen, sobre todo, de uno de sus componentes más importantes, el gingerol, un aceite esencial que confiere al jengibre su sabor picante y que es el compuesto activo responsable de la mayoría de sus propiedades medicinales.

Además, el jengibre contiene muchos nutrientes, dado que en estado crudo es rico en minerales como el calcio, el sodio, el potasio o el fósforo y, en ciertas vitaminas, como la C, la B2, la B3 y la B6, de acuerdo a esta farmacéutica.

Planta medicinal y saborizante culinario

Destaca Dutruc que la raíz del jengibre tiene propiedades antiinflamatorias ,“siendo útil para aliviar los dolores menstruales o la inflamación intestinal; antioxidantes, por lo que contribuye a frenar el envejecimiento y reducir el daño celular y antibacterianas que favorecen la eliminación de microorganismos infecciosos de cuerpo y de algunas bacterias bucales nocivas”. “También ayuda a combatir la halitosis, haciendo que el aliento huela mejor; tiene un efecto analgésico, siendo útil para combatir los dolores de cabeza y de tipo artrítico; y tiene propiedades anticoagulantes que retardan la formación de coágulos que pueden ser peligrosos si se crean dentro de un vaso sanguíneo”, señala Dutruc.

El consumo de esta planta medicinal y especia “ayuda a aliviar las náuseas y mareos debidos al balanceo durante los viajes; favorece la expectoración, ayudando a aliviar la congestión y otros síntomas del resfriado; y podría contribuir a reducir los niveles de azúcar en la sangre, según algunos estudios recientes, aunque aún preliminares”, indica Dutruc.

“El jengibre lleva años utilizándose como planta medicinal gracias a sus múltiples beneficios para la salud y puede disfrutarse de sus propiedades, sabiendo cómo usarlo e incorporarlo a nuestra dieta”, explica la farmacéutica.

Antes de consumirlo con frecuencia, “recomendamos consultarlo con el médico, por ejemplo en los casos de las mujeres embarazadas, quienes toman medicamentos o las personas que sufren diabetes, puesto que puede dar lugar a interacciones farmacológicas”, advierte esta farmacéutica.

“A pesar de que el jengibre tiene muchos beneficios para nuestro organismo, a veces consumirlo puede ser contraproducente, por lo que la persona debe consultar con un especialista si sufre hipertensión, toma medicamentos anticoagulantes, tiene gastritis, úlceras gástricas, colon irritable, colitis o diabetes, y también a partir del tercer mes del embarazo”, recomienda Dutruc.

Para aprovechar todos los beneficios de esta planta, la experta de DosFarma recomienda consumir el jengibre mejor fresco que en polvo, ya que contiene más gingerol, y propone las siguientes maneras saludables de incorporarlo a nuestra vida:

En infusiones

“Para hacer un té de jengibre, solo hace falta hervir unos trozos de raíz en un recipiente con agua durante unos quince minutos, dejar que repose y añadirle un chorrito de limón”, explica Dutruc.

Señala que también hay muchos tipos de infusión de jengibre que ya se venden listas para consumir, en las que se combina su sabor con cítricos, como el limón o con dulces, como la miel.

En cápsulas

Esta forma de consumir el jengibre es ideal para quienes quieran reforzar su sistema inmunitario, reducir la sensación de mareo y náuseas, ayudar al buen funcionamiento intestinal, combatir la fatiga o favorecer el bienestar digestivo, de acuerdo a esta farmacéutica.

De todos modos, “siempre que uno decida tomar cápsulas con jengibre se recomienda leer detenidamente las instrucciones de uso que se adjuntan en los envases y seguir las indicaciones del fabricante para tomar la dosis diaria adecuada”, puntualiza la experta.

Sobre la piel

“Las propiedades antioxidantes del gingerol pueden prevenir la degradación acelerada de colágeno y proteger nuestra piel de unos agentes nocivos llamados radicales libres, retrasando su envejecimiento y la aparición de arrugas”, según Dutruc.

Por eso esta experta sugiere aplicarse el jengibre sobre la piel en forma de mascarilla o utilizar geles, cremas y champús que contengan extractos de esta raíz.

En productos alimenticios

“El jengibre es muy utilizado en la cocina oriental y puede usarse como especia y como planta medicinal. En occidente, el jengibre es empleado seco o en polvo para aliñar platos dulces”, explica a Efe Estefanía Ramo, dietista-nutricionista del Instituto Médico Europeo De La Obesidad – IMEO (https://imeoobesidad.com).

Señala que debido a su sabor dulce–picante, “la raíz de esta planta puede encontrarse en caramelos, en algunos tipos de galletas, en infusiones o en el “ginger ale”, una bebida gaseosa de origen inglés fabricada con agua mineral, jengibre, azúcar y limón”. l efe

En la cocina

“Existen numerosas maneras de consumir el jengibre a nivel culinario, de modo que conserve al máximo sus propiedades medicinales, por ejemplo como condimento en galletas, sopas, pescados, ensaladas, vegetales y como encurtido, principalmente acompañando al sushi”, señala Ramo. “También se puede consumir en forma de “agua de jengibre”, la infusión de jengibre bebida en frío; el jugo de raíz de jengibre, para mezclarlo con frutas y verduras y preparar jugos naturales; o como aceite de jengibre, obtenido mediante maceración y calentamiento”, señala la nutricionista del IMEO.

Contraindicaciones

“Antes de consumir jengibre es recomendable que la persona consulte al especialista dietista-nutricionista para que le informe sobre sus contraindicaciones”, indica Ramo. “El jengibre puede producir de forma leve, diarrea, acidez, molestias estomacales y hemorragia durante la menstruación, además puede disminuir los niveles de glucosa en sangre en pacientes con diabetes y puede interactuar con fármacos anticoagulantes produciendo hemorragias y hematomas, siendo su uso desaconsejable durante la lactancia y sujeto a consulta médica durante el embarazo”, concluye la experta.

Leches vegetales, ¿son tan buenas como parecen?

RFI, por Ivonne Sánchez

Actualmente están de boga, las llamadas leches vegetales, a base de almendras, soya, arroz, coco o avena, entre otras. ¿Pero son mejores o más saludables que las de vaca? ¿Está correcto llamarles “leches”? Una nutricionista en entrevista con RFI da algunas precisiones.

Les llaman leches vegetales y pueden ser a base de legumbres o frutos secos como almendras, arroz, coco, trigo sarraceno, avena o la más popular, la de soya.

Se obtienen poniendo en remojo la legumbre, el fruto seco o el grano y después, prensando y colando, se obtiene un líquido blanquecino, de ahí que se les diga “leches”, aunque lo correcto sería llamarles bebidas, para no creer que tienen las mismas propiedades que las leches de animales mamíferos.

Un boom en los últimos años

Lo cierto es que estas leches alternativas no lácteas en los últimos cinco años se han vuelto muy populares. Muchas personas las prefieren porque quieren o necesitan evitar los lácteos. Algunas las eligen también creyendo que son más saludables que la leche de vaca.

Pero algunas de estas bebidas vegetales, quizás no son tan buenas como parecen, por su alto contenido de azúcar añadido o no aportan tantos nutrientes presentes en la leche animal como proteína, calcio o vitamina D.

En esta etiqueta se puede ver que después de las almendras, se le ha agregado azúcar de caña.

Checar bien las etiquetas es esencial, para cerciorarse que no tienen azúcar añadido, o aprender a hacerlas uno mismo, algo relativamente fácil, ya que es cuestión de poner a remojar los granos en agua unas horas, tirar esa agua, luego licuar los granos con agua filtrada, y pasarlos por un tamiz, repitiendo algunas veces la operación.

Es muy sencillo hacer su propia leche vegetal, basta licuar con agua el alimento en cuestion (avena, almendra, avellana, coco, previamente remojado) y exprimir su contenido ayudado de una gasa.

Se obtiene así una leche que se puede conservar dos o tres días en el refrigerador o si se prefiere, congelar en pequeñas botellas; el bagazo restante se puede utilizar para otras recetas culinarias.

Para hablarnos de este tema, conversamos con la nutricionista Carmen Escalada, del Instituto Médico Europeo de la Obesidad.

Harinas: la más sana, la que menos engorda y la más dulce

CuidatePlus, por Joanna Guillén Valera

Existen muchos tipos de harina y cada una tiene unas propiedades culinarias diferentes.

Hace unos años, cuando ibas al supermercado a comprar una harina para cocinar, sólo encontrabas la clásica, es decir, la de trigo blanca refinada. Sin embargo, ahora hay tantas opciones que es difícil decidirse.¿Cuál es la más sana? ¿y la que menos engorda? ¿puedo usarlas todas para todo? 

Según explica Andrea Marqués, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO),  “la harina clásica, que hasta hace unos años se utilizaba de forma habitual en la cocina tradicional, es la de trigo blanca refinada”. Es la más usada pero también es la que “tiene peores propiedades nutricionales”, en comparación con su versión integral. Esto es así porque “en las refinadas, sean de trigo o de cualquier otro cereal, se elimina parte del grano completo (salvado y germen) por lo que se pierden parte de las vitaminas, minerales, proteínas vegetales y, sobre todo, de fibra”. 

Además, en ellas “se incrementa el índice glucémico del cereal, ya que pasa de ser un hidrato de carbono complejo a ser un azúcar sencillo, lo que produce niveles más elevados de glucosa y posteriormente de insulina en sangre lo que incrementa el riesgo de diabetes, problemas cardiovasculares y ganancia de peso”, señala la experta. 

Otra desventaja con respecto a otro tipo de harinas es que “la blanca se convierte en un alimento menos saciante, por lo que nos puede llevar a comer más cantidad o a necesitar más ingestas que se traduzcan en un mayor consumo de calorías totales”, advierte Marqués.

El único beneficio que se puede destacar de este tipo de harina es que, “al eliminar la cáscarason más fácilmente digeribles, lo que podría ser positivo para pacientes con dificultades en la digestión, siempre que no padezcan enfermedades del tracto gastrointestinal tales como Chron o colitis ulcerosa, en cuyo caso el gluten del cereal no sería recomendable”, puntualiza la nutricionista.

Otra ventaja está en el aspecto culinario. “Es más sencillo trabajar con la harina refinada ya que necesita menos tiempo de cocción o procesado y, al estar refinada, es más fina para la elaboración de productos de repostería y pastelería, ya que el salvado es la parte más ruda del cereal”. Estas harinas son también más “uniformes y manejables, retienen mejor el líquido y son elásticas, cualidades que otorgan la esponjosidad y frescura a este tipo de productos”, señala Marqués. 

Tipos de harinas y características

En la actualidad existen muchos tipos de harinas y cada una tiene unas características diferentes. La nutricionista de IMEO Carmen Escalada destaca las principales:

  • Harina de trigo: Es la más utilizada en la actualidad tanto por factores económicos (es fácil y barata de cultivar) como organolépticos (tiene un sabor agradable y suave). Aunque está constituida fundamentalmente por hidratos de carbono y proteínas, de las cuales el 80% aproximadamente es gluten, en su elaboración suelen mezclarse diferentes variedades de trigo en función del uso que se le vaya a dar. Aunque hay muchas, las más frecuentes en los supermercados son la integral y la refinada.
     
  • Harina de trigo integral. Se obtiene del cereal entero, lo que le da un color más oscuro y es mucho más interesante, desde el punto de vista nutricional, al tener un mayor contenido en proteínas, fibra, vitaminas y minerales que la refinada. Poco a poco va ganando terreno en las tiendas, pero al comprarla, hay que tener cuidado de que realmente proceda de granos enteros y no sea harina refinada a la que se le ha añadido el salvado posteriormente ya que en este caso las ventajas nutricionales se reducen considerablemente.
     
  • Harina de trigo refinada o blanca. Se obtiene eliminando el salvado y el germen del cereal y triturándolo lo que, por un lado, la hace mucho más fácil de digerir, pero, por otro, reduce notablemente su valor nutricional. En concreto, por cada 100 gr. tiene entre 2-3 gr. menos de proteína y 3 veces menos de fibra. Además, contiene menos vitaminas del tipo E y del grupo B y minerales como el magnesio, el hierro y el zinc que la harina de trigo integral.
     
  • Harina de avena: Su consumo se está popularizando en nuestro país debido a la gran versatilidad que tiene tanto para elaborar platos dulces como salados y por su elevado aporte nutricional. Siempre y cuando se opte por una versión integral, tiene un aporte de proteínas (en torno a 14 gr. por cada 100) y de grasas saludables (en torno a 7 gr. por cada 100) superior al resto de harinas procedentes de cereales por lo que es un alimento muy nutritivo.
     
  • Harina de maíz: Es una de las principales harinas empleadas por aquellos que no pueden tomar gluten ya que carece de él. Su consumo aporta prácticamente las mismas calorías que la harina de trigo (cerca de 350 Kcal por cada 100gr) pero tiene una mayor concentración de grasas y menor de proteínas y vitaminas. En cuanto a la fibra, su consumo aporta prácticamente la misma cantidad que la harina de trigo refinada (3 gr. por cada 100 gr.).
     
  • Harina de trigo sarraceno o alforfón: Al igual que la harina de maíz, no tiene gluten, por lo que es apta para aquellos que padecen celiaquía. Sin embargo, es una harina mucho más ventajosa que la de maíz, a nivel nutricional, ya que contiene un mayor porcentaje de proteínas (semejante a la harina de avena) y de fibra. Todo esto hace que su índice glucémico sea muy bajo y que ayude a la prevención y cuidado de enfermedades como el estreñimiento, la obesidad o la diabetes. Además, aporta lisina, un aminoácido que no aparece en las harinas de otros cereales, y una buena cantidad de magnesio y de potasio.
     
  • Harina de garbanzo: Es la harina de legumbre más utilizada en la actualidad y se obtiene al triturar garbanzos secos, tostados o no. Este tipo de harina destaca fundamentalmente por su alto aporte proteico (21 gr. por cada 100 o, lo que es lo mismo, seis veces más que la harina de trigo). También tiene un alto contenido en fibra y vitaminas, entre las que destaca el ácido fólico. 

Las más saludables y las que menos engordan

Para determinar qué harina es la más saludable lo primero que hay que hacer es fijarse en el aporte nutricional de cada una de ellas. En base a eso, Escalada, “destacaría por encima de todas la harina de avena y la de garbanzos”. En ambos casos “aportan un alto nivel de proteínas y fibra, así como de vitaminas y minerales”.

A la hora de determinar qué harina es la que menos engorda no sólo hay que fijarse en las calorías que contiene cada una sino que hay que ir más allá. Si solo nos fijamos en las calorías, se podría decir que la que menos engorda sería la harina de trigo refinada ya que es la “menos calórica, ya que aporta aproximadamente 370 Kcal por cada 100 gr”. Sin embargo, como señala Escalada: “Esta no es la mejor opción si queremos adelgazar”

Y es que, la harina de trigo refinada “al ser rica en hidratos de carbono y pobre en fibra, tiene un índice glucémico muy elevado, justo lo contrario a lo que necesitamos para bajar de peso”. Además, “esta harina es poco saciante y más adictiva por lo que comeremos más cantidad de los productos elaborados con ella que con otras harinas, lo que elevará nuestra ingesta calórica”. 

Por todo lo anterior, las mejores harinas para adelgazar serían las de “trigo integral, avena, trigo sarraceno y garbanzos”, eso sí, “siempre que las consumamos con moderación”.

Cuándo usar cada harina

Otra de las dudas más habituales en relación con la harina está relacionada con los usos que puede hacerse de cada una de ellas ya que cada una tiene unas características determinadas. Según Escalada “la harina de trigo es probablemente una de las más versátiles debido a la gran cantidad de variedades que se pueden obtener mezclando diferentes cultivos”. 

Con esta combinación “se consiguen las denominadas harinas de fuerza, que se usan fundamentalmente para productos de bollería con largos fermentados como los roscones, panettones o croissants o las harinas débiles que se emplean fundamentalmente en la elaboración de panes y productos con menos fermentado como las galletas o las magdalenas”.

Además, este tipo de harina “es un excelente espesante que se puede utilizar en la elaboración de salsas, como la bechamel, y es el ingrediente fundamental de la pasta y masas de pizzas y hojaldres. También se usa en la preparación de rebozados y empanados”.

Es importante recordar que, dentro de las harinas blancas, “las más duras o con más contenido en proteína (gluten) son las más indicadas para elaborar pan, pastas o bollerías; y las más blandas o con menos contenido en gluten serán las indicadas para repostería y pastelería”.

La harina de avena “se ha utilizado tradicionalmente para la elaboración de gachas como el porridge o tortitas”, pero en los últimos años, su uso se ha extendido hacia la repostería general y a la panadería. Hoy por hoy se usa para la elaboración de “pan, galletas o bizcochos”. 

La harina de maíz tiene usos de lo más diversos, “desde la elaboración de pasta, como la polenta, hasta tortitas saladas para rellenar, gofio o pan”. Además, “debido a su sabor dulce se está incluyendo cada vez más en rebozados de carnes o pescados”, señala Escalada. También es frecuente “utilizarla para espesar salsas”.

La harina de trigo sarraceno -menos conocida en España- “se emplea habitualmente para elaborar fideos, gachas o galletas”. En España,señala Escalada, “es cada vez más frecuente encontrarla en pastas o, mezclada con otras harinas en panes o masas de pizza”.

La harina de garbanzo se emplea cada vez más “en la elaboración de todo tipo de recetas gracias al sabor característico que aporta”. Algunos ejemplos de su uso son: “La tortilla de patatas vegana, los rebozados de carnes y verduras, la elaboración de falafel, espesante de cremas o la preparación de masas”.

Bimi: mitad brócoli, mitad col china

En japonés, Bimi significa “delicioso”, “con buen sabor”. Y Bimi es precisamente el nombre con el que se conoce a una rica y gustosa verdura nacida en 1993 de la mano de la creatividad, la innovación y la hibridación natural. No es una crucífera más

El País El Comidista, por I.Hernández

Hijo de una extraña pareja –sus padres son el brócoli y una col china llamada kale o kai-lang– el Bimi heredó lo mejor de cada uno de sus progenitores. Es rico en antioxidantes y en glucosinolatos, fibra y vitaminas C y A, y cuenta con más de 10 nutrientes esenciales. Su contenido en zinc, ácido fólico, antioxidantes, proteínas y vitamina C supera, por ejemplo, al de los espárragos verdes. Hay el doble de vitamina C en el Bimi que en la misma cantidad de naranjas.

Su aspecto tiene mucho del de su anciano padre, el señor brócoli, cuyo origen se remonta a hace más de 2.000 años. Como él, el Bimi consta de un tallo, pero mucho más largo, delgado y tierno que el de su antecesor. Es más parecido al de un espárrago que al tronco gordo y corto del brócoli. Su color también es diferente: mientras este tira a un verde grisáceo, el Bimi es verde brillante.

Brocheta de langostinos, Bimi® y hortalizas
Brocheta de langostinos, Bimi® y hortalizas

“Comparte muchos de los nutrientes del brócoli, pero también tiene propiedades particulares. Comparado con el brócoli, el Bimi tiene por ejemplo mucho más contenido en ácido fólico (vitamina B9), vitamina C, fibra y ácido linoleico, un ácido graso de la familia omega-3”, destaca Estefanía Ramo López, dietista-nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad.

Bajo en grasas, bajo en calorías… es bajo también, por tanto, en sentimiento de culpabilidad. Una ración de 100 gramos de Bimi aporta únicamente 35 Kcal. Y también es bajo en carbohidratos lo que, sumado a su alto contenido en fibra, le hace recomendable para las personas con diabetes.

El Bimi se consume entero, del tallo al florete, sin desperdiciar absolutamente nada. Se puede cocinar de numerosas formas: a la plancha, al vapor, hervido, salteado, a la parrilla… Incluso es posible comerlo crudo. Varios cocineros de alta gastronomía, desde Martín Berasategui a Arzak, ya lo han incorporado a algunos de sus platos. Y lo más importante: el sabor del Bimi es más delicado, más suave, más dulce y menos amargo que el del brócoli convencional, lo que lo hace perfecto para todos esos niños (y adultos) que han declarado al brócoli su verdura más odiada, a pesar de sus numerosas (y proclamadas, por sus padres) propiedades nutricionales.

Una familia con muchos ‘primos’

El Bimi pertenece a las crucíferas, una amplia familia de vegetales formada por más de 4.000 especies, así que entre su abultada parentela se encuentran las coles de Bruselas, el repollo, la lombarda, la col china, el romanesco, la coliflor, el colinabo, el nabo, el pak choi

Bimi®
Bimi®

Lo que hace especiales a las crucíferas es que en ellas son muy abundantes los glucosinolatos, un mecanismo natural de defensa de la planta contra patógenos y plagas. Con la particularidad de que las plantas de esa familia poseen una enzima llamada mirosinasa que, al actuar sobre los glucosinolatos, da origen a un compuesto llamado sulforofano. Este componente azufrado es el responsable del particular olor que desprenden las verduras de esa familia al cocer, pero sobre todo es un activador genético muy potente que estimula la síntesis de enzimas antioxidantes y detoxificantes. “El sulforofano, muy presente tanto en el brócoli como en el Bimi, tiene efectos antioxidantes, antiinfecciosos, antiinflamatorios, antienvejecimiento y neuroprotectores”, destaca la nutricionista Estefanía Ramo López.

La provincia de Murcia es una de las mayores regiones productoras de Bimi en Europa. Eso hace de él que sea un producto de proximidad, cultivado cerca de donde finalmente es vendido en numerosas verdulerías y supermercados de toda España. Y a eso se añade que se cosecha a mano, tallo a tallo, lo que hace que siempre esté en óptimas condiciones.

Así nació la última crucífera

Bimi®
Bimi®

La semilla de la que nació el Bimi se plantó a finales de los años 80, durante la reunión anual en la ciudad japonesa de Yokohama del equipo de investigación de Sakata Seed, una compañía con más de 100 años de actividad en el mercado de las semillas, firmemente establecida en los cinco continentes y una de las mayores proveedoras mundiales de semillas de brócoli. En una de las sesiones se debatió cómo podía la firma expandir su mercado. Y dado que el brócoli se cultiva mejor en lugares con temperaturas frescas, lo que limita su producción a determinados sitios y a determinadas épocas del año, surgió la idea de adaptarlo a climas más cálidos. ¿Cómo? Creando un nuevo brócoli, una nueva verdura.

Visto que el kale –una col china de la misma familia que el brócoli– es resistente a las altas temperaturas, los científicos de Sakata Seed decidieron cruzar ambas verduras. Pero no recurrieron para ello a la ingeniería genética, sino que hicieron un híbrido natural a través de polinización manual. Y ¡eureka!: después de siete años de trabajo nació el Bimi.

En el Reino Unido, donde ya está entre las verduras más consumidas, es conocida como tenderstem, debido a su tierno (tender) tallo (stem). Y en Estados Unidos, broccolini, en homenaje a su ‘padre’.

La demanda de Plátano de Canarias se disparó con el confinamiento: comimos hasta un 40% más

Con la pandemia hemos aprendido a hacer una vida más sana: cocinamos más en casa, comemos menos procesados y más fruta. Una de las que más se consumió en el confinamiento fue el Plátano de Canarias.

El Tambor

La pandemia de coronavirus ha cambiado nuestros hábitos alimenticios y, para muchos, a mejor. «He aprovechado para hacer dieta», apunta en este sentido un ciudadano, mientras otra joven comenta que, por su parte, ha empezado a «hacer deporte y comer más sano».

Y es que ahora consumimos más alimentos saludables: más frutas, verduras, legumbres y pescados y menos procesados. Además, cocinamos más en casa. Al respecto, el dietista Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, señala que «una alimentación saludable promueve nuestro sistema inmunitario frente a problemas como el que estamos viviendo ahora del COVID».

En lo que respecta a alimentarnos de forma saludable, comer frutas y verduras es básico: la recomendación es de cinco raciones al día. Una de las que más se consumió durante el confinamiento fue el Plátano de Canarias. José Redruejo, madurador de Plátano de Canarias, señala que han notado un incremento de la venta de entre el 30 y el 40%.

El Plátano de Canarias, recuerda por su parte Rubén Bravo, «es rico en potasio, es rico en manganeso y es muy alto en fibra, que nos va a ayudar a regular nuestro sistema digestivo». Además, constituye una fuente de energía antes, durante y después del ejercicio físico. «Me pide el cuerpo comerme medio plátano o un plátano después de hacer deporte, porque es bueno», asegura en este sentido un ciudadano.

Un alimento con alto valor nutritivo, disponible todo el año y que gusta a los más pequeños. «El día que toma plátano, aparte de estar muy contento al día siguiente está mucho más activo al día siguiente», indica una madre, mientras una abuela asegura que a sus nietos «les fascina», todos los días -dice- comen «al menos dos plátanos».

Además, el Plátano de Canarias es uno de los alimentos españoles que cuenta con el sello de indicación geográfica protegida, que garantiza su calidad. «Por eso, Europa los quiere reconocer y proteger», apunta al respecto Rebeca Vázquez, coordinadora general de Origen España.

Este miércoles, coincidiendo con el Día Mundial de la Salud, el objetivo es mantener esos nuevos hábitos saludables que hemos adquirido en pandemia. La fórmula para lograrlo pasa por más alimento natural, menos procesados y un tercer componente en el que aún suspendemos: el ejercicio físico.

Caminar en vez de coger el coche, por ejemplo, y llevar un estilo de vida activo reduce la posiblilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes.

Fuente: La Sexta