La demanda de Plátano de Canarias se disparó con el confinamiento: comimos hasta un 40% más

Con la pandemia hemos aprendido a hacer una vida más sana: cocinamos más en casa, comemos menos procesados y más fruta. Una de las que más se consumió en el confinamiento fue el Plátano de Canarias.

El Tambor

La pandemia de coronavirus ha cambiado nuestros hábitos alimenticios y, para muchos, a mejor. «He aprovechado para hacer dieta», apunta en este sentido un ciudadano, mientras otra joven comenta que, por su parte, ha empezado a «hacer deporte y comer más sano».

Y es que ahora consumimos más alimentos saludables: más frutas, verduras, legumbres y pescados y menos procesados. Además, cocinamos más en casa. Al respecto, el dietista Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, señala que «una alimentación saludable promueve nuestro sistema inmunitario frente a problemas como el que estamos viviendo ahora del COVID».

En lo que respecta a alimentarnos de forma saludable, comer frutas y verduras es básico: la recomendación es de cinco raciones al día. Una de las que más se consumió durante el confinamiento fue el Plátano de Canarias. José Redruejo, madurador de Plátano de Canarias, señala que han notado un incremento de la venta de entre el 30 y el 40%.

El Plátano de Canarias, recuerda por su parte Rubén Bravo, «es rico en potasio, es rico en manganeso y es muy alto en fibra, que nos va a ayudar a regular nuestro sistema digestivo». Además, constituye una fuente de energía antes, durante y después del ejercicio físico. «Me pide el cuerpo comerme medio plátano o un plátano después de hacer deporte, porque es bueno», asegura en este sentido un ciudadano.

Un alimento con alto valor nutritivo, disponible todo el año y que gusta a los más pequeños. «El día que toma plátano, aparte de estar muy contento al día siguiente está mucho más activo al día siguiente», indica una madre, mientras una abuela asegura que a sus nietos «les fascina», todos los días -dice- comen «al menos dos plátanos».

Además, el Plátano de Canarias es uno de los alimentos españoles que cuenta con el sello de indicación geográfica protegida, que garantiza su calidad. «Por eso, Europa los quiere reconocer y proteger», apunta al respecto Rebeca Vázquez, coordinadora general de Origen España.

Este miércoles, coincidiendo con el Día Mundial de la Salud, el objetivo es mantener esos nuevos hábitos saludables que hemos adquirido en pandemia. La fórmula para lograrlo pasa por más alimento natural, menos procesados y un tercer componente en el que aún suspendemos: el ejercicio físico.

Caminar en vez de coger el coche, por ejemplo, y llevar un estilo de vida activo reduce la posiblilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes.

Fuente: La Sexta

¿Podemos seguir comiendo kebab? Qué son los fosfatos y cuál es su peligro para la salud

  • Jesús Román, presidente de la Fundación Alimentación Saludable, elimina mitos sobre este elemento químico, que no es tóxico ni genera grandes problemas.
  • «Son necesarios porque equilibran con el calcio», explica.
  • La intención de la UE no es prohibir su elaboración.
20 minutos, por Emilio Ordiz

La UE ha abierto un nuevo debate alimenticio y sanitario. Volverá a estudiar el uso de los fosfatos por ejemplo a la hora de preparar los kebab. La comida tradicional turca está en el centro de la polémica y la Comisión Europea ha propuesto permitir que se amplíe su uso, algo sobre lo que el Parlamento Europeo votará el próximo 14 de diciembre. Pero, ¿es realmente peligroso su consumo?

Desde el Parlamento Europeo confirman a 20minutos que los fosfatos ya están prohibidos salvo excepciones: dentro de esas excepciones no está el kebab -sí por ejemplo la carne de salchicha- y el debate radica en incluir dicha carne como excepción y así permitir el empleo de fosfatos. Esto, de hecho, parte de las quejas de algunos países como Alemania, donde algunos de sus productores se extralimitan en sus dosis. Por lo tanto, no se prohibirán los kebabs, simplemente, se cuestionará sobre su preparación. En cambio, el presidente de la Fundación Alimentación Saludable, Jesús Román, y la nutricionista Andrea Marqués del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), desmontan en 20minutos una serie de mitos y alivia las posibles preocupaciones de los consumidores respecto a los fosfatos.
¿Qué son los fosfatos?
Para empezar, no deja de ser fósforo. Es necesario que en nuestra dieta ingiramos fósforo. En el caso concreto del que hablamos son aditivos legalmente autorizados, pero para productos concretos y en dosis concretas.
¿Qué pretende hacer la UE con su consumo?
La Unión Europea respecto a los fosfatos trabaja con lo que se llama listas positivas: como decimos, establece un porcentaje muy concreto de este elemento para alimentos muy concretos. Ahora lo que hará será debatir si amplía dicha lista para incluir la carne de kebab o se mantiene como hasta ahora. Hay voces que dicen que muchos productores, sobre todo de carne, se pasan con las dosis y salta la pregunta de si eso puede ser perjudicial.
¿Por qué la carne de kebab?
La clave está en que es una carne que no se etiqueta. No se puede consumir en casa y su conservación es más compleja, de ahí que por lo general necesite aditivos. Cabe recordar que un kebab completo en un establecimiento tarda en torno a dos días en consumirse por completo.
¿Qué efectos tienen los fosfatos en nuestro organismo? Hay que tener en cuenta que el fósforo hace equilibrio con el calcio. Lógicamente es necesario por tanto que nuestra dieta incluya fosfatos, para mantener esa proporción. El pescado, por ejemplo, tiene fosfatos, aunque los que recogen un nivel más alto son los refrescos y las carnes.
¿Dónde puede estar el peligro?
Precisamente en ingerir dosis demasiado elevadas de fosfatos. Si consumimos mucho fósforo rompemos el equilibrio mencionado y podemos acabar padeciendo descalcificación e incluso enfermedades cardiovasculares si su consumo es excesivamente alto.
¿Es tóxico?
Para nada. Dará problemas a aquellos consumidores que tengan una dieta desastrosa y consuman, por ejemplo kebab, prácticamente a diario. Ten en cuenta que los fosfatos se emplean para dar brillo y jugosidad a la carne, pero lógicamente tienen un límite. Cuando no controlamos su consumo, tendremos exceso de un compuesto como el fósforo y por otro lado falta de calcio, por esa compensación necesaria.
¿Dónde ven el problema los profesionales de la nutrición?
Es un cúmulo. Tiene que darse por una parte la situación en la que los productores aumenten la dosis aplicada, con el objetivo de mejorar el aspecto de su carne, y por otro el hecho de que el consumidor sea muy asiduo. En esos casos, en los que por lógica, el perfil de los consumidores se aleja de una dieta equilibrada, podrían darse problemas serios.

¿Pueden causar cáncer las bebidas muy calientes?

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha calificado como «probable» carcinógeno las bebidas calientes.
Las bebidas calificadas así deben superar los 65º C.
Café, té o mate son algunas de las bebidas que se pueden consumir a temperaturas mayores.

20 minutos, por Desireé Pozo
CAFÉLas bebidas que se toman superados los 65º C pueden causar «probablemente» cáncer de esófago, según apuntan desde la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), organismo que pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esta agencia ha realizado un revisión de más de mil estudios científicos ya existentes que buscaban una relación entre el café y el cáncer. Ahora, estos 23 expertos de la IARC han dado con la clave: no es tanto la sustancia como la temperatura a la que se toma.

«Los resultados del estudio sugieren que el consumo de bebidas muy calientes son una causa probable de cáncer de esófago y que es la temperatura, más que las propias bebidas, la que parece ser la responsable», señala Christopher Wild, director de IARC. Por tanto, cualquier otro tipo de bebida, además del café, que se consume a más de 65º C, como son el té o el mate, pueden ser causa de este tipo de cáncer. Por tanto, lo importante es esperar a que se enfríen las bebidas antes de consumirlas para evitar este factor de riesgo.

La Agencia Internacional de la Investigación del Cáncer ha clasificado las bebidas por encima de 65º C como un «probable» carcinógeno. Aunque avisan de que las evidencias son «limitadas» y que se han extraído de estudios en los que se investigan las consecuencias epidemiológicas que vinculaban el consumo de bebidas a altas temperaturas con el cáncer de esófago.

«Estudios en China, Irán, Turquía y Sudamérica, donde tradicionalmente se bebe té y mate muy caliente (a unos 70ºC) han mostrado que el riesgo de sufrir este tipo de cáncer aumenta en función de la temperatura de la bebida», señaló IARC. Pero han afirmado, también, que «se desconoce la proporción en que en los casos de cáncer de esófago puedan estar relacionadas con el consumo de bebidas muy calientes».

Sobre el mate, infusión que se consume en varios países de Latinoamérica, como Argentina, Chile, Paraguay, Brasil o Uruguay, IARC ha explicado que su consumo frío no se asocia con el cáncer de esófago: «El mate frío no tiene efectos cancerígenos en experimentos con animales o estudios epidemiológicos», destacó esa institución, que agregó que «beber mate a temperaturas que no sean muy calientes no es clasificable como cancerígeno para los seres humanos».

Sin embargo, otros expertos señalan que, en general, no se consumen bebidas superiores a estas temperaturas, aunque sí es común beber el té muy caliente en Oriente medio y otros paíse, según explica Casey Dunlop, jefa de la oficina de prensa del Cancer Research UK.

Aunque el cáncer de esófago es una de las ocho formas más habituales en las que se presenta la enfermedad, la OMS ha precisado que tanto el alcohol como el tabaco siguen siendo las principales causas del cáncer de esófago. Este tipo de enfermedad es responsable de 400.000 defunciones cada año, lo que es el 5% de las muertes totales por cáncer.

Otros alimentos en la lista

La lista que clasifica los agentes carcinógenos se publica desde hace más de 29 años y se realiza en función de si está probado que son causantes de cáncer o si es probable. Entre los alimentos que se encuentran en la lista de causantes de esta enfermedad están el alcohol, el pescado a la sal (estilo cantonés) y las carnes procesadas. Es probable que sea un factor de riesgo el consumo de carne roja. Este tipo de carne junto con las procesadas ya fueron objeto de polémica hace unos meses, cuando la esta agencia de la OMS las incluyó en la lista.

En la lista de cosas que «probablemente causan cáncer» de la OMS, también se encuentran los alimentos fritos a altas temperaturas, como pueden ser las frituras de pescado y carne y las patatas fritas de bolsa.

Desde 1991 el café había estaba dentro de los agentes «probables» de cáncer. Sin embargo, ahora la OMS ha anunciado que, mientras no se consuma a altas temperaturas, no está demostrado que esta bebida cause cáncer, por lo que han procedido a sacar al café de la lista de cancerígenos probables: «El amplio número de pruebas actualmente disponibles ha llevado a una reevaluación de la carcinogenicidad del café bebido». IARC ha hecho esta explicación después de revisar «más de 1.000 estudios en humanos y animales».

Se ha decidido a retirar el café de esta lista dado que estos estudios demuestran que el café no está asociaco al cáncer de páncreas, mama y próstata, mientras que en los casos de cáncer de hígado y útero, el riesgo «reducido». Además, añadieron que «para más de otros 20 tipos de cáncer, no se encontraron evidencias concluyentes».

Tampoco se puede precisar que la cafeína, uno de los componentes de esta bebida, sea un factor de riesgo. No obstante, tampoco se puede asegurar que quienes no consuman café, tengan menos posibilidades de sufrir este tipo de cáncer que quienes sí lo hacen.

El exceso de pescado durante el embarazo aumenta el riesgo de obesidad del futuro niño

Comer pescado más de tres veces a la semana en la gestación supone un mayor riesgo de crecimiento acelerado y obesidad, sobre todo para las niñas
ABC, M. Lopez
embarazopescado--620x349Los estudios han demostrado numerosos beneficios asociados al consumo de pescado. Es el caso, entre otros muchos, de la protección que confiere frente a la enfermedad de Alzheimer. Tal es así que el pescado está considerado como uno de los elementos claves de cualquier dieta saludable. Sin embargo, y dado que contiene mercurio, su consumo excesivo puede resultar perjudicial durante la gestación, razón por la que la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ya recomendó en 2014 que las mujeres embarazadas no lo coman más de tres veces por semana. De hecho, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Creta (Grecia) muestra que comer mucho pescado durante el embarazo aumenta el riesgo de obesidad del futuro hijo.

Como explica Leda Chatzi, directora de esta investigación publicada en la revista «JAMA Pediatrics», «la presencia de contaminantes ambientales en el pescado podría explicar la relación observada entre el alto consumo de pescado durante el embarazo y un incremento de la adiposidad infantil. Sin embargo, y si bien hemos recopilado información sobre el consumo de diferentes tipos de pescado, no tenemos datos suficientes para establecer diferencias entre las especies, las maneras de cocinarlas o la procedencia, marina o fluvial, del pescado».

Pescado no tan ‘sano’

El objetivo del estudio era evaluar la posible asociación entre el consumo prenatal de pescado y el ritmo de crecimiento y tasa de sobrepeso durante la infancia. Y para ello, los autores analizaron los datos registrados en estudios tanto europeos como estadounidenses de un total de 26.184 mujeres embarazadas y de sus hijos hasta que cumplieron la edad de 6 años.

El promedio del consumo de pescado osciló entre las 0,5 veces semanales de las mujeres belgas hasta las 4,5 veces por semana observadas en las mujeres españolas. Así, los investigadores calificaron como ‘elevado’ todo consumo de pescado que excediera de tres tomas semanales, como ‘moderado’ a aquel entre 2 y 3 veces por semana, y como ‘bajo’ al que no superara una única toma semanal.

Del total de niños incluidos en el estudio, 8.215 –el 31%– tuvieron un crecimiento acelerado entre el nacimiento y su segundo año de edad. Además, 4.987 (19,4%) y 3.476 (15,2%) mostraron sobrepeso u obesidad a la edad de, respectivamente, 4 y 6 años.

Los resultados mostraron que los hijos de aquellas mujeres con un consumo ‘elevado’ de pescado durante el embarazo tenían mayores índices de masa corporal (IMC) a los 2, 4 y 6 años de edad. Asimismo, el consumo ‘elevado’ durante la gestación también se asoció con un crecimiento más rápido entre el nacimiento y los 2 años de edad y de sobrepeso u obesidad a la edad de 4 y 6 años.

Es más; como destacan los autores, «la magnitud del efecto del consumo de pescado fue mayor en las niñas que en los niños».

Causa desconocida

Sin embargo, y como se ha referido, el estudio no desgranó la posible relación en función del tipo de pescado o de la manera de cocinarlo. Y como reconocen los propios investigadores, «dada la ausencia de información sobre los niveles de contaminantes en el pescado entre las distintas cohortes de participantes, nuestra hipótesis de que la contaminación asociada al pescado puede jugar una relación sobre el ritmo de crecimiento y la obesidad de los hijos es meramente especulativa».

Sea como fuere, concluye Leda Chatzi, «nuestros hallazgos están en consonancia con la limitación de consumo de pescado durante el embarazo propuesta por la FDA».

 

Gran Bretaña planea un impuesto al azúcar contra la obesidad

La población británica obtiene entre el 12% y el 15% de su energía de los alimentos ricos en sacarosa. El tributo disminuiría los gastos en salud.

Para los médicos la reducción del consumo se lograría con restricción de la publicidad.

El Telegrafo, por Leonardo Boix, corresponsal en Londres

26-10-15-soc-obesidad_f43a531d48fe9113b9fbe892ca29c8b8Los altos índices de obesidad, diabetes y problemas coronarios en el Reino Unido hacen que sea de extrema urgencia imponer ahora un impuesto del 20% a los productos comestibles y bebidas azucaradas para evitar una catastrófica crisis de salud en el país.

El organismo Salud Púbica de Inglaterra publicó este jueves un reporte en el que concluyó que Gran Bretaña “consume demasiada azúcar” y que ello está llevando a serios problemas sanitarios, principalmente como consecuencia de la obesidad.

El reporte también destacó que las autoridades del país deberían prohibir anuncios publicitarios en comercios destinados para niños que busquen vender dichos productos, como también publicidades por televisión y online.

Un portavoz del primer ministro británico, David Cameron, dijo que el gobierno por ahora no cree que un gravamen a los productos azucarados sea la solución para evitar una crisis sanitaria.

La población británica obtiene entre el 12 y 15% de su energía del azúcar, en tanto que las autoridades sanitarias consideran que esa proporción debería ser menor del 5%.

El reporte de Salud Pública consideró que si se logran reducir esos niveles, el Servicio Nacional de Salud (NHS) podría ahorrar al año hasta 500 millones de libras esterlinas (770 millones de dólares).

El documento, elaborado por expertos médicos, recomendó una tasa a productos azucarados de entre el 10 y 20%, reducir las publicidades de alimentos altos en azúcar, prohibir ofertas de supermercados para dichos productos comestibles y bebidas, reducir el consumo diario de sal y azúcar en las familias y garantizar la venta de alimentos sanos en hospitales y otros entes públicos.

El reporte criticó duramente las promociones y ofertas de supermercados que “distorsionan” las canastas de la gente, al indicar que el 40% del dinero que gasta la gente en alimentos y bebidas son productos en oferta. “Es hora de lograr un balance en estas promociones, alejándonos de las tortas y galletas, hacia alimentos más sanos”, indicó el documento.

Para los expertos, el 6% del consumo total de azúcar podría evitarse si las promociones en productos con alta cantidad de azúcar fueran prohibidas en el país.

Dio el caso de México, que al imponer un impuesto del 10% a los productos con mucha azúcar logró reducir en un 6% las ventas de bebidas azucaradas. “Algo similar podría conseguirse en Inglaterra, al menos en el corto plazo”, señaló Salud Pública.

Al presentar las conclusiones del informe en el Parlamento británico, la doctora Alison Tedstone, vocera de Salud Pública de Inglaterra, consideró que la solución fiscal “tiene que emplearse para reducirse el consumo de bebidas azucaradas en el país”.

“Cuanto mayor sea el incremento del impuesto, mayor será el efecto conseguido”, agregó.

A la campaña se sumó también el popular cocinero inglés Jamie Oliver, autor de exitosos libros y series de televisión sobre cocina, quien pidió a los ministros británicos imponer una tasa a las bebidas gaseosas con alto contenido de azúcar. “Ese sería el cambio más importante que podría lograrse con una sola medida”, consideró el chef.

Por su parte, la Asociación de Médicos británicos, que reúne a todos los profesionales de la salud del Reino Unido, instó al gobierno de Cameron a adoptar las recomendaciones del reporte dado a conocer en Londres.

Sin embargo, el director general de la Federación de Alimentos y Bebidas, Ian Wright, consideró que “no existe evidencia internacional” que indique que dicho impuesto a los productos azucarados “tenga efecto”. “Por esta razón nos oponemos a semejante medida”, destacó.

Wright explicó de todos modos que su sector “está determinado” a combatir la obesidad infantil en el Reino Unido, y señaló que muchas empresas de comestibles “ya han retirado millones de calorías de la cadena alimenticia” al modificar ingredientes y tamaños de paquetes.

Para el doctor Julian Hamilton-Shield, nutricionista de la Universidad de Bristol (sur de Inglaterra), “no hay duda alguna” del daño que produce en los niños el consumo de bebidas azucaradas.

“Destruye sus dientes, es un factor de riesgo para volverlos obesos y padecer de diabetes tipo 2”, afirmó el especialista.

“Si necesitamos de un impuesto para reducir el consumo de azúcar, lo apoyo por completo. Nadie se queja del tributo a los cigarrillos, y los products azucarados deberían ser tratados del mismo modo”, concluyó. (I)

México retrocede en sus leyes contra refrescos

Hasta el lunes pasado México era referente en impuestos colocados a las bebidas azucaradas, para frenar los índices de obesidad y sobrepeso, en especial en niños y jóvenes.

Esto cambió luego de que la Cámara de Diputados aprobó la reducción de un peso mexicano a 50 centavos el impuesto a bebidas con 5 gramos de azúcar (el equivalente a una cucharada) o menos por cada 100 mililitros.

Con esta disminución los principales favorecidos son las compañías de refrescos, pues pagarán menos por cada bebida vendida en México.

Las organizaciones ContraPeso, EPC y la FICMéxico, que forman parte de la Alianza por la Salud Alimentaria, reiteraron que es de vital importancia que los senadores sean conscientes sobre los impactos a la salud y frenen la reducción del tributo, según informaron medios mexicanos.

Tal como reporta el portal Sinembargo.mx, el impuesto aprobado como parte de la Reforma Fiscal representó un gran paso para desincentivar el consumo de bebidas azucaradas.

Además, el impuesto favoreció a la recaudación, pues generó recursos por 12.455 millones de pesos para 2014 y de 18.290 millones de pesos en 2015. Hoy la medida se votará en el Senado de México, que deberá ratificarlo o archivarlo.

Los senadores de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN) han rechazado el proyecto. (I)

 

La OMS dice que hamburguesas, salchichas y bacon son cancerígenos como el tabaco

  • La OMS reconoce la evidencia científica que demuestra que el consumo de carnes procesadas tienen relación directa con el cáncer colorrectal.
  • Este tipo de carnes ya aparecen en el grupo del el tabaco, el alcohol, el arsénico y el amianto; la carne roja entra en el grupo de «probables cancerígenos».
  • Según el estudio, cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.

20 minutos
salchichasLa Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido este lunes un informe en el que sentencia que la carne procesada entra dentro del grupo 1 de sustancias cancerígenas, en el que ya aparecen el tabaco, el alcohol, el arsénico y el amianto. Por su parte, la carne roja también entra en la categoría 2A, com probable cancerígeno. Un resumen del informe está disponible online en la publicación especializada The Lancet Oncology.

Los estudios que relacionaban la carne procesada con efectos cancerígenos llevan años en circulación, pero esta sería la primera vez que la OMS se alinea con los investigadores especialistas en cáncer del WCRG, el grupo internacional de estudios del cáncer. En su página web, el citado instituto internacional asegura que la relación entre el consumo excesivo de carne roja y el de carne procesada está directamente relacionado con el cáncer colorrectal.

«Evidencia suficiente» de que el consumo de carne procesada causa cáncer

Un grupo de trabajo de 22 expertos de 10 países convocados por el Programa de Monografías de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) —agencia que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS)— considera que hay «evidencia suficiente» de que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal.

La carne procesada hace alusión a «la que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación«. La mayoría de este tipo de alimentos contiene carne de cerdo o de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves o subproductos cárnicos como la sangre, y algunos ejemplos son las salchichas, el jamón, la carne en conserva, la cecina, la carne en lata, o las preparaciones y salsas a base de carne.

Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%. «Para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida», dijo, según la nota, el doctor Kurt Straif, jefe del Programa de Monografías de la IARC. Y añadió que «en vista del gran número de personas que consumen carne procesada, el impacto global sobre la incidencia del cáncer es de importancia para la salud pública».

Consumo de carne roja es «probablemente carcinógeno»

Se clasifica además el consumo de carne roja como «probablemente carcinógeno» para los humanos, basado en «evidencia limitada» de que este tipo de alimento puede causar cáncer colorrectal, pero también de páncreas y de próstata. Según la agencia, existe una «fuerte evidencia mecanicista» que sostiene un efecto carcinógeno de la carne roja. El IARC especifica en el comunicado que con carne roja se refiere a «todos los tipos de carne muscular de mamíferos, tales como la carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo o cabra«.

Por este motivo, los expertos recomiendan un consumo máximo semanal «de 500 gramos (peso cocido) de carne roja (ternera, cerdo y cordero). Así como comer poco o nada de carnes procesadas como el jamón, el bacon o el tocino«. El IARC recuerda el «valor nutricional» de la carne roja, por lo que estimó que las conclusiones del estudio servirán a gobiernos y agencias reguladoras para emitir sus propias recomendaciones dietéticas.

«La evidencia científica sugiere que comer menos de medio kilo de carne roja en una semana no aumenta significativamente el riesgo de cáncer intestinal», señalan. La carne roja es también una buena fuente de nutrientes valiosos, tales como proteínas, hierro, zinc y vitamina B12, por lo que puede contribuir a una dieta sana y equilibrada. «La carne procesada, por el contrario, tiene nutrientes de menor valor y puede ser alta en grasa y sal«, insisten.

El grupo de trabajo de la IARC consideró más de 800 estudios que investigaron asociaciones para más de una docena de tipos de cáncer con el consumo de carne roja y de carne procesada en muchos países y poblaciones con dietas diversas. Para el director de la IARC, Christopher Wild, «estos hallazgos apoyan aún más las actuales recomendaciones de salud pública acerca de limitar el consumo de carne».

BBC Mundo: por qué los hombres argentinos son los más gordos de Sudamérica

asado argentinoRecientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer un mapa que muestra los niveles de sobrepeso y obesidad en el mundo. El estudio analizó 193 países sobre la base de información recogida en 2014.

El mapa confirmó lo que ya se sabía: América del Norte y Europa son las regiones con mayores problemas por comer de más.

Sin embargo, también mostró cómo esta epidemia de gordura ha crecido en Sudamérica, en particular en el Cono Sur.

En los tres países más australes del subcontinente, Argentina, Chile y Uruguay, más del 60% de la población hoy tiene sobrepeso, y lo mismo ocurre en Venezuela.

En 2010, cuando se hizo la última medición, Argentina y Uruguay estaban por debajo de ese guarismo, lo cual indica cómo ha empeorado el panorama.

La situación de la región es más grave entre los hombres, ya que los representantes de los tres países del Cono Sur lideran la tabla regional de sobrepeso y de obesidad.

Al tope de la lista está Argentina, que tanto en 2010 como ahora es el país con mayor porcentaje de hombres gordos y obesos.

Según la OMS el 63,9% de los hombres argentinos tienen sobrepeso, comparado con el 63,2 % de los chilenos, el 62,4 % de los uruguayos y el 61% de los venezolanos.

En tanto, el 23,6 % de los argentinos son obesos, cifra un poco mayor que los chilenos (23,3%), uruguayos (22,5 %) y venezolanos (20,3%).

Pasión por el asado

El dato contrasta un poco con la imagen tradicional que se tiene del argentino como alguien bastante preocupado por su apariencia.

Sin embargo cuando uno analiza lo que los argentinos comen, no sorprende tanto que tengan problemas de gordura.

Cada ciudadano consume, en promedio, casi 59 kilos de carne por año, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).

Se trata de una de las cifras más altas del mundo.

En cambio, los argentinos no llegan a comer ni la mitad de la cantidad de fruta y verdura recomendada por los expertos en alimentación.

Según la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), ingieren 193 gramos de fruta y verdura diaria, cuando lo aconsejable es 400.

A eso hay que sumarle un par de adicciones peligrosas: las galletas y las gaseosas.

Los argentinos comen 15 kilos de galletas dulces al año, una cifra muy superior al resto del mundo, según la SAN.

Y en 2013 la consultora Euromonitor International informó que este país sudamericano lidera el consumo mundial de gaseosas en el comercio minorista, con un consumo de 131 litros per cápita.

Sin variedad

Pero la debilidad por los “asados”, las “galletitas” –como les dicen localmente- y las gaseosas no son la única dificultad para los argentinos a la hora de estar en forma.

También la poca variedad de sus alimentos representa un problema.

Mónica Katz, coordinadora del grupo de obesidad de la SAN, dijo a BBC Mundo que mientras que las normas aconsejan un consumo mínimo de 20 alimentos distintos por semana, los argentinos no comen más de 15.

“No hay cultura de comer variedades de fruta y verdura”, explicó.

“Se comen 58 kilos de tomates al año, pero sólo 0,3 kilos de espárragos”, ejemplificó.

¿A qué se debe esto?

La experta lo atribuye a costumbres alimenticias y a una falta de incentivos para comer alimentos más sanos.

“La fruta y verdura es más cara que otros alimentos y además comerlos requiere más trabajo: hay que pelarlos, cocinarlos, condimentarlos para que tengan más sabor”.

“En cambio un pedazo de carne uno lo pone al fuego y ya tiene una comida”, ilustró.

Abundancia

Otro problema que tienen los argentinos, según Katz, es la sobreoferta de comida.

Mientras que el ser humano solo necesita entre 2.000 y 2.500 calorías diarias, Argentina produce más de 4.000 calorías diarias por habitante.

“El país tiene cerca de 40 millones de personas y puede alimentar a 440 millones”, graficó.

Sin embargo, la experta consideró que las autoridades sanitarias argentinas han logrado algunos avances importantes en su lucha por una alimentación más sana.

Uno de ellos fue prohibir las grasas trans, consideradas muy dañinas para la salud cardiovascular, una medida pionera en el mundo en desarrollo.

Y las autoridades también emprendieron una efectiva campaña para reducir el consumo de sodio, otro peligro cardiovascular.

Sedentarismo

No obstante, Katz resaltó que uno de los principales desafíos que tienen quienes tratan de combatir la epidemia de obesidad no es mejorar lo que se come sino luchar contra la falta de movilidad.

Una encuesta realizada en 2014 por el Ministerio de Salud argentino enumeró el sedentarismo como uno de los principales factores de riesgo a la salud.

Las horas sentados frente a una pantalla se suman a los problemas de inseguridad, que han hecho que muchos argentinos dejen de caminar en las calles.

Sin embargo, Katz remarcó que la falta de actividad física es un problema mundial.

Y que los niveles de sobrepeso y obesidad en Argentina no son tanto más altos que los de los vecinos Chile y Uruguay.

En ese sentido, señaló que no es casual que se trate de los tres países más australes del continente americano, donde hace más frío, otro factor que incentiva el consumo de alimentos pocos saludables.

Por: Veronica Smink / BBC Mundo, Argentina

La dieta para perder hasta 10 kilos en 22 días

Es la dieta de moda. La que nos promete tener el cuerpo el cuerpo de Beyoncé. La que han hecho también famosas como Jennifer López, Gloria Stefan y Shakira. Y funciona. Pero también entraña sus riesgos.
Qué, por Diana García Bujarrabal

beyonce_nor-672xXx80La dieta de los 22 días, que promete perder hasta 10 kilos de peso en ese lapso de tiempo, triunfa entre las ‘celebs’. Ideada por el fisiólogo de origen cubano, Marco Borges, promete esa espectacular cifra y una talla menos.

Pero no se queda ahí: aseguran tanto Borges como quienes le publicitan que notan mejorías en su bienestar físico e incluso en el aspecto de su piel. Aunque el asesoramiento directo del fisiólogo les cuesta a las famosas unos 600 euros, ya hay editado un libro en castellano, ‘La revolución de los 22 días’, donde se detallan el método y algunos menús.

Hacemos un repaso por las propuestas de esta dieta que, ojo, según Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), son «desequilibradas».

¿Por qué 22 días?

La propuesta de la dieta es de 22 días porque se basa en que, según los psicólogos, 21 días es el tiempo promedio que una persona necesita para romper un hábito. Rubén Bravo señala también otro aspecto importante: «El hecho de poner un límite de tiempo ayuda al paciente. Es más fácil que cumpla de una forma estricta».

¿10 kilos en 22 días?

La cantidad de kilos es muy llamativa. Un buen reclamo para quienes buscan soluciones rápidas. Bravo no duda de que esta promesa sea posible; no obstante señala un hecho llamativo: se promete perder diez kilos, pero solo una talla. «Eso significa que la gran mayoría del peso que se pierde es agua y masa muscular». Según su opinión resulta imposible perder 10 kilos de grasa en el lapso de tiempo indicado. «Con una dieta equilibrada en 22 días se pierden cuatro o cinco kilos y también una talla de pantalón.

La regla 80-10-10:

Según esta dieta para estar saciado solo nos hace falta comer tres veces al día y según la siguiente proporción: 80% de hidratos de carbono, procedentes sobre todo de frutas y verdura, 10% de proteínas y 10% de grasas.

«Es una dieta desequilibra», apunta Bravo. Según este experto hemos de aportar un gramo de proteína por cada kilo de peso para mantener nuestra masa muscular, y eso sin hacer ejercicio. En este sentido, el resultado es que perdemos masa muscular en lugar de grasa.

 

El problema de la grasa buena:

Bravo ve aún más ajustada la recomendación del 10% de grasa: en una dieta estándar de 1.200 kilocalorías, serían 120 calorías, es decir, ni siquiera una cucharada sopera de aceite.

Bravo recuerda que hay muchas grasas, como las dela aceite de oliva, beneficiosas para nuestro organismo e incluso necesarias para su correcto funcionamiento.

 

Efecto rebote:

Aunque los ideólogos de la dieta aseguran que sí se logran establecer nuevos hábitos, Bravo cree que es «pan para hoy y hambre para mañana». Aunque no duda de su eficacia asegura que debe tener un gran efecto rebote. Y es que al perder masa muscular, en lugar de grasa, reducimos también la cantidad de calorías necesarias para mantener nuestro metabolismo basal, es decir, para mantenernos tal cual. «Con menos calorías ya se empieza a engordar».

Efectos secundarios:

Señala Bravo que las carencias, sobre todo al falta de grasa y durante un tiempo tan prolongado como son 22 días puede ocasionar dolores musculares, sensación de debilidad e incluso falta de memoria y dificultades de concentración. «Hacer dieta excesivamente bajas en grasas es un error».

30 minutos de ejercicio:

Otra de las recomendaciones que se hacen en esta dieta es incorporar 30 minutos de ejercicio diario. Bravo matiza que no es lo mismo hacer carrera que pilates, y que las dietas deberían acomodarse a los consumos calóricos en uno u otro caso. En el mismo sentido señala que los menús deberían personalizarse, por ejemplo, en función del género: una mujer necesita entre 1500 y 1800 kilocalorías para mantenerse, un consumo que en los hombres se eleva a las 2.200 -2.800.

100% orgánica:

Los productos ingeridos tienen que ser además cien por cien orgánicos, nunca congelados. Se trata además de una dieta vegana: es decir, no se come carne. Las proteínas se obtienen de las frutas, verduras o semillas. De hecho, Beyoncé y sus socios venden a través de su web todo tipo de platos de estas características que además son sin gluten, sin lácteos y sin soja.

¿Alimentos prohibidos?

Bravo dice no ser partidario de los ‘alimentos prohibidos’ en las dietas, aunque sí lo sea de su restricción. «Se puede tomar una lata de Coca Cola Zero al día y no pasa nada, o un Gin Tonic el fin de semana».

¿Qué se come?

En Estados Unidos ofrecen el servicio de enviar los platos directamente a casa, pero quien quiera seguir una dieta de estas características aquí deberá localizar un buen súper ecológico cerca de su casa, y hacerse con un libro de recetas. Para que os hagáis una idea, éste sería un ejemplo del primer día que proponen:

Desayuno: Pudding de vainilla con arándanos frescos.

Comida: Col roja con manzana verde, sésamo y boniato.

Merienda: Media cucharada de hummus con verdura.

Cena:  Frijoles negros con ensalda de quinoa y comino. De postre, por fin, cierto alivio: chocolate negro.

¿Serías capaz de hacer esta dieta sin desfallecer?

 

 

Las bebidas azucaradas son la principal causa de la obesidad entre los hispanos

· Constituyen la principal fuente de calorías que no aportan valor nutricional.
· La OMS anunció nuevas directrices sobre el consumo de aúcares libres.
· Los menores hispanos son uno de los principales objetivos en la publicidad.

EFE, 20minutos
El alto consumo de bebidas azucaradas es una de las principales causas que propician altos índices de obesidad en Estados Unidos, y uno de los grupos que más la consumen, y al que se dirige la publicidad de estas corporaciones, son los hispanos.
azucar EP«Las bebidas azucaradas son la mayor fuente de ingesta de azúcar en los niños estadounidenses, y como sabemos esto está asociado a la obesidad», indicó Sohyun Park, epidemióloga de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) especializada en el tema. Las bebidas azucaradas constituyen la principal fuente de calorías que no aportan valor nutricional o «vacías» en la dieta de los niños y jóvenes en Estados Unidos y en muchos casos son un factor determinante en el desarrollo de obesidad, diabetes, entre otras. El problema ha hecho que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciase esta semana nuevas directrices sobre el consumo de azúcares libres o agregadas, para que no superen el 10 por ciento. Las nuevas recomendaciones representarían unos 50 gramos de azúcares para los adultos, y 37 gramos para los niños y las bebidas gaseosas regulares y jugos tienen en promedio entre 24 a 29 gramos de azúcar por cada 8 onzas. De acuerdo con la experta, los hispanos son una de las minorías más propensas a consumir este tipo de bebidas en mayor proporción y a padecer de los efectos negativos que estas conllevan. «El consumo de bebidas azucaradas es alto en los jóvenes, pero es aún más alto en la población hispana», indicó Park. Más publicidad dirigida al público latino La epidemióloga citó entre las causas que inciden en esta disparidad, el hecho de que los menores hispanos son uno de los principales «blancos» en la publicidad de las compañías fabricantes de refrescos. «La industria dirige fuertemente su publicidad hacia los jóvenes latinos y cuando ellos miran estos anuncios en la televisión o en su computadora, quieren tomar estos refrescos. Sería bueno que estas compañías limitaran esta publicidad», dijo Park.
De acuerdo con el estudio «Sugary Drink Facts 2014» de Yale Rudd Center for Food Policy & Obesity, los niños hispanos son uno de los principales blancos de la publicidad de las compañías de refrescos, que en el 2013 gastaron 866 millones de dólares para promocionar bebidas poco saludables. El reporte, financiado por la Fundación Robert Wood Johnson, encontró que la industria de las bebidas azucaradas y energéticas aumentó un 44 por ciento sus gastos de publicidad televisiva en español en 2013 en comparación con 2010. También en 2013, los jóvenes hispanos tuvieron un 93 por ciento más de probabilidades que los jóvenes blancos de visitar los sitios de internet de estas compañías de bebidas, lo que responde a una amplia presencia de estas empresas en las redes sociales. La experta citó además razones culturales, como el hecho de que las personas que provienen de países en los que el agua del grifo no siempre es potable tienden a tomar más bebidas embotelladas.

«Hay estudios que demuestran que las personas que no creen que el agua del grifo donde viven es potable, son más propensas a consumir bebidas azucaradas y los latinos son quienes expresan más desconfianza en este sentido», aseveró la epidemióloga. De acuerdo con datos de los CDC, en 2010 se consumieron 31.5 galones de gaseosas por persona en México, cifra que superó a la cantidad ingerida en Estados Unidos. Park señaló que pese a que en Estados Unidos el agua es potable en la mayoría de los lugares, muchos no logran «romper» con estas prácticas culturales. «Es necesario que las escuelas y los lugares públicos sigan trabajando por ofrecer opciones saludables y limitar las bebidas con alto contenido de azúcar», aseveró la epidemióloga de los CDC.

¿Deben los refrescos llevar una etiqueta de advertencia como la del tabaco?

Ya sea por el exceso de azúcar o por los edulcorantes artificiales que se emplean como sustituto del mismo, las bebidas refrescantes suponen en muchas ocasiones un riesgo para nuestra salud mucho mayor de lo que nos pensamos.

refrescosQué, por Irene Cirvida
Coca-Cola, PepsiCo y Dr Pepper
, las mayores empresas fabricantes de refrescos del mundo, se comprometieron hace unas semanas a reducir las calorías de sus bebidas hasta en un 20 %. El plazo para cumplir dicha promesa es de más de 10 años (hasta 2025) y, por el momento tan solo se aplicará en Estados Unidos, el país con el índice de obesidad más alto del mundo según los informes de la OCDE.

Las empresas de refrescos más importantes del mundo llegaron a este acuerdo junto con la Asociación Estadounidense de Bebidas y la Alianza por una Generación más Sana, tras una conferencia organizada por la Fundación Clinton. Precisamente, el ex presidente estadounidense ha calificado esta medida como «algo fundamental en la lucha contra la obesidad».

Sin embargo, es necesario plantearse si se podría hacer algo más por concienciar a la sociedad de los riesgos para la salud que entraña el abuso de este tipo de bebidas o si, por el contrario, reducir las calorías bastaría.

Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), considera que la disminución de las calorías en los refrescos «no es suficiente ni mucho menos». Es importante tener en cuenta que ya existen en el mercado muchas variantes de bebidas refrescantes con menos calorías que las normales (light, zero…) y aun así el sobrepeso y otros problemas de salud siguen estrechamente vinculados a un consumo abusivo de los mismos.

EL PELIGRO DE LOS ENDULZANTES 

«El problema que hay que plantear es si los endulzantes empleados en los refrescos son perjudiciales para la salud», afirma Bravo. En este sentido, recientemente se ha publicado un estudio que vincula directamente los edulcorantes artificiales con la diabetes,entre otras cosas.

El trabajo realizado por investigadores del Weizmann Institute of Science (Israel) sostiene que el consumo de los edulcorantes artificiales que se suelen emplear como sustitutos del azúcar (no solo en refrescos, sino también en alimentos preparados y la sacarina) provocaría alteraciones metabólicas relacionadas con la obesidad, así como intolerancia a la glucosa y posteriormente incluso diabetes. 

La investigación realizada con ratones y humanos, publicada por la revista Nature, concluye que los edulcorantes artificiales acarrearía dichos problemas de salud. Su consumo, a la larga, cambiaría la composición y la función de la microbiota intestinal (población de bacterias que residen en nuestro intestino y que son fundamentales para una buena salud).

Uno de los aditivos analizados en el estudio es el aspartamo. Este endulzante lo podemos encontrar en la composición de la Coca Cola Zero en muchos países, aunque en otros, como Estados Unidos, su uso está prohibido.

«Hay muchos estudios, aunque algunos todavía no son muy fehacientes, que demuestran que el exceso de este endulzante podría producir cáncer», dice Rubén Bravo. ¿Cuándo podríamos en contrarnos con este riesgo? «Con una lata al día no, pero en cantidades un poco más elevadas, a lo mejor tres, el aspartamo es tóxico para el cuerpo«, asegura el portavoz del IMEO. Además, «si lo prohíben en unos sitios y en otros no, me imagino que por algo será, ¿no?», sentencia.

EL ETIQUETADO ‘ENGAÑOSO’ 

Gran parte de los problemas nutricionales de la sociedad parten de que, por lo general, para la mayoría de la población resulta caótico llegar a descifrar lo que nos quieren decir las etiquetas nutricioinales de los productos que consumimos.

Por ejemplo, ¿cuándo bebes un refresco eres consciente de la cantidad exacta de azúcar que estás ingiriendo? Según un estudio publicado por la OCU, una de las bebidas más azucaradas del mercado son los refrescos de cola sin cafeína, que contendrían alrededor de un 11% y uno normal en torno a 10,5%. En cuanto a las bebidas de otros sabores, las de naranja o las de limón podrían llegar a estar compuestas de hasta un 13% de azúcar. 

El problema es que la mayoría de la gente no es especialista en nutrición y no saben exactamente lo que les quieren decir las etiquetas, explica Rubén Bravo. Normalmente, se tiene el concepto general de los refrescos normales tienen bastantes calorías, pero los ‘cero azúcares’ y los light menos.

Pero no hay que olvidar que si un refresco no lleva azúcar, llevará edulcorantes artificiales que lo sustituyan. «Muchas veces nos encontramos a adictos a la Coca Cola Zero, que llegan a tomar uno o dos litros al día aun estando a dieta, porque tienen la idea de que al no llevar azúcar no pasa nada», asegura Bravo.

«Lo que se suele desconocer es que al estar metiendo un estímulo dulce al cuerpo (los edulcorantes) durante todo el día, se tiene la insulina a tope y se termina creando una deficiencia en el páncreas y por consecuencia diabetes«, continúa explicando.

Otro aspecto que es importante recordar es que «cuando tenemos la insulina alta por algún endulzante o algún azúcar simple, nuestro cuerpo emplea ese azúcar como fuente de energía en lugar de recurrir a la grasa que tenemos almacenada». Por este motivo, el abuso de bebidas refrescantes supone un serio problema a la hora de controlar nuestro peso.

ETIQUETAS DE ADVERTENCIA 

Ante la cantidad de riesgos para la salud que supondría el abuso de las bebidas refrescantes, en más de una ocasión expertos en nutrición han propuesto incluir en su etiquetado una advertencia que alerte a los consumidores. 

Uno de los que lo ha propuesto más recientemente ha sido Simon Capewell, profesor de Política y Salud Pública de la Universidad de Liverpool. A través de un artículo en la revista ‘British Medical Journal’ ha sugerido que las bebidas no alcohólicas azucaradas incluyeran una etiqueta de advertencia.

«Muchos otros productos potencialmente perjudiciales ya llevan efectivas advertencias sanitarias», asegura Capewell. El experto británico recuerda además en su artículo que el consumo de tabaco pasó de ser socialmente aceptable a estar peor visto desde que se comenzaron a incluir advertencias sanitarias en las cajetillas.

Este mismo año se puso en marcha un proyecto de ley en California para incluir avisos en los refrescos que superasen las 75 calorías. La medida estaba respaldada por la Asociación de Médicos de California, que los consideran el principal motivo de la «epidemia de la obesidad infantil». Además, según varias encuestas, el 75% de la población estaría a favor de la ley.

Sin embargo, la reforma ha sido frenada ya que según las autoridades habría otros muchos alimentos que también deberían llevarlo. «Aquí por un lado está la industria, por otro la salud, y por otro lado está la política. Por desgracia, en determinados países o estados hay luchas que en muchos casos interfieren de forma negativa sobre la salud poblacional», comenta Rubén Bravo. «El incluir un pequeño mensaje de advertencia haría que se redujeran las ventas de determinadas bebidas», añade.

El nutricionista también se muestra a favor de incluir este tipo de mensajes, «pero no solo en bebidas, también en bollería industrial y en otros alimentos».

OTROS RIESGOS PARA LA SALUD 

El consumo excesivo de refrescos no solo está relacionado con enfermedades cardiacas, de sobrepeso, o de diabetes.

Según Rubén Bravo, «el abuso de refrescos y bebidas que contienen un exceso de azúcar a la larga te cambian el gusto. Hay estudios que incluso hablan de que generan adicción».

Cuando se tiene el hábito de consumir refrescos desde pequeños, «al final se crean paladares distorsionados, que siempre van a buscar que los alimentos tengan mucho más sabor. Por ejemplo, siempre van a desechar una fruta para buscar un bollo», explica el portavoz del IMEO.

«Esto parece una tontería, pero de forma indirecta también supone un riesgo para la salud, porque se cambian por completo los hábitos alimenticios de las personas«, sentencia.