Alimentos a tomar en cuenta para consumir con más frecuencia durante la cuarentena

El Imparcial
Es importante saber qué podemos consumir con mayor frecuencia para esta cuarentena y que sea parte de nuestra lista cada vez que vayamos al supermercado porque se consideran alimentos esenciales.

En estos momentos es donde la ansiedad incrementa mucho más, por eso lo primero que debemos hacer es organizar una lista para llenar la despensa con productos que se conserven mucho más, los no perecederos. 

Lo otro según Cuídate Plus es fijarnos de las fechas de vencimiento para evitar que se nos dañe antes de tiempo. También hay que abastecernos de otros alimentos que aunque no se conserven por largos períodos son importante consumirlos. 

Estefanía Ramo, diplomada en Nutrición y Dietética y Licenciada en Tecnología de los Alimentos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), compartió algunos consejos: 

Cereales: harina, arroz, pasta, pan precocinado congelado o elaborado casero, cereales de desayuno enriquecidos en hierro y copos de avena, ambos sin azúcar añadido.

 Legumbres: garbanzos, lentejas, judías pintas y judías blanca y todos los granos. 

 Verduras y hortalizas: Espinacas, acelgas, judías verdes, zanahorias, calabaza, menestra de verduras, patatas y tomate entero o triturado al natural; cebolla y cabezas de ajo crudos; purés de verduras envasados bajos en sal.

Frutas y frutos secos: Papillas de fruta y zumos sin azúcar añadido esterilizados; por supuesto las frutas naturales, frutos secos naturales o ligeramente tostados, como nueces, almendras, avellanas o pistachos.

 Proteínas animales, pescados y mariscos, salmón para congelar en casa y aumentar su vida útil.

 Lácteos: leche en polvo, leche UHT, yogures esterilizados y quesos curados.

Grasas, aceites y vinagres: aceite de oliva virgen extra, vinagres.

Cafés, tés y especias: café, tés, infusiones, sal, azúcar moreno, especias, hierbas, condimentos, levadura.

Otro tipo de productos totalmente prescindibles serían la bollería industrial (por su alto aporte en grasa saturada, trans, azúcares y sal)

Los huevos son considerados alimentos perecederos, pero “bien refrigerados en la nevera tienen una fecha de consumo de aproximadamente 3 semanas”. 

De acuerdo al potal Baptisthealth al abastecerse, hay que concentrarse en las cosas que la familia disfruta comiendo. La planificación es útil para que sepa lo que tiene y lo que hará. 

Aconsejan utilizar cualquier alimento fresco que se tenga antes de recurrir a sus reservas de alimentos congelados y estables. La clave es no dejar que nada se desperdicie. 

Trump sugiere una dieta a base de pizza para estudiantes

Un experto, sobre la dieta a base de pizza que quiere Trump en estudiantes: «Es tan adictiva como la cocaína»

Rubén Bravo, director del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, ha alertado de que «en España la tasa de obesidad infantil es similar a la de EE.UU.»

COPE

Donald Trump, el presidente de EE.UU., quiere flexibilizar los estándares nutricionales para que los desayunos y almuerzos de los estudiantes se compongan a base de pizza y patatas fritas, de modo que frutas y vegetales tengan menos presencia. Durante la recepción en la Casa Blanca de los Tigers de Clemson, equipo que se proclamó campeón universitario de fútbol americano, ya sorprendió con un festín de ‘fast food’ al que invitó a los ganadores.

Para conocer los riesgos que entraña la dieta propuesta por Trump, este lunes ha sido entrevistado en ‘Herrera en COPE’ Rubén Bravo, dietista y director del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, que ha dicho que la dieta fomentada por el mandatario le parece «muy grave» porque «estamos hablando de la salud de los niños y de problemas tan graves que van a perjudicar a una temprana edad, sobre los 20 años, causando diabetes, colesterol, reducción de la vida en 15 o 20 años. Es un desastre porque, además, estos alimentos son adictivos, tan adictivos como drogas fuertes como la cocaína».

El experto ha señalado que «esto en España no caerá porque vamos justo al revés. Vamos limpiando y trabajando mucho», ha señalado. Bravo ha recordado que antes se podía llamar a «cualquier cosa» zumo, lo mismo pasaba con los cereales integrales, pero ahora «tienen que serlo de verdad».

Pese a ello, ha puesto el acento en que España es «el segundo país del mundo con más longevidad», aunque la tasa de obesidad infantil es similar a la de EEUU, en torno al 16-19%».

En opinión del experto, la dieta a base de ‘fast food’ promocionada por el dirigente hace que «salten las alarmas, incluso dentro de los EE.UU. porque allí hay 30 millones de alumnos vulnerables y de esos casi el 20% están con un problema de obesidad importante».

Bravo ha explicado que «aquí hay un tripartido» formado por «la industria farmacéutica, una de las más importantes a nivel mundial; la industria alimentaria, comida barata y fácil de producir; y el control poblacional, donde no conviene que se viva más de 80 años para no pagar pensiones» que motiva la dieta a base de pizza y patatas fritas que quiere Trump. «Tenemos personas que a partir de los 55 años están polimedicadas y con una calidad de vida muy lamentable», ha explicado el director del Instituto Médico Europeo de la Obesidad sobre los efectos de este tipo de dieta.

¿Qué puedes hacer para perder barriga y por qué deberías hacerlo ya?

El Mundo, por Gema García Marcos

Lo primero es obvio: comer bien. Para nadie es un secreto que donde verdaderamente se cincelan los abdominales es en la cocina, no en el gimnasio (pero una sin el otro, no funcionarían). Porque el objetivo, ya se sabe, no debería ser marcar secándonos cual uvas pasas para lucir ‘six pack’ en las redes, sino conseguir un ‘core’ fuerte (y sin grasa visceral) para que, entre otras cosas, cumpla con las funciones anatómicas que tiene encomendadas.

CUESTIÓN DE SALUD

Porque este fabuloso corsé que nos brinda de serie la naturaleza y que nosotros debilitamos, condenándole a una cadena perpetua de ‘setismo’, es el mejor garante de la salud de nuestra espalda. Sólo si lo mantenemos fuerte lograremos «salvaguardar nuestra postura de ‘homo erectus’ y evitar que terminemos convirtiéndonos en ‘homo informaticus’,explicó a ZEN Juan Manuel Gutiérrez Viñuales, doctor de la Unidad de Medicina del Deporte en el Hospital Sanitas La Moraleja (Madrid).

David Taylor Serrano, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y entrenador personal (número de colegiado: 56.489), va más allá en su lista de piropos a un abdomen bien trabajado. «Cuando estamos en reposo, todo nuestro peso corporal recae sobre la columna vertebral y un abdomen fuerte minimiza esa carga, previniendo sobrecargas, contracturas y dolores; protege nuestros órganos internos, previniendo patologías tan extendidas como las hernias o el estreñimiento; minimiza el porcentaje de grasa en el contorno abdominal, manteniendo a raya enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad, hipertensión, etc; mejora nuestra movilidad, destreza y agilidad, ayudándonos a ser más eficaces al realizar actividades cotidianas (trabajar, cuidar a nuestros hijos, tener relaciones sexuales, etc) o deportiva y optimiza nuestra respiración».

¿Algo más? Sí y bastante preocupante, además, porque lo alarmante no es que esa ‘tripa cervezera’ te estropee los posados sin camiseta, sino los problemas de salud que puede acarrearte. «Un alto porcentaje de grasa visceral -denominada así porque se acumula en el interior del abdomen alrededor de los órganos vitales- conlleva un alto riesgo para la salud que puede traducirse en enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y algunos tipos de cáncer», explica Rubén Bravo, especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Más claro, agua.

DEPORTE

Matarse a hacer abdominales sin control no sirve para nada. Martín Giacchetta, cofundador de Boutique Gym y escultor de ‘six packs’, nos da su fórmula, que pasa por combinar cardio y de tonificación: «El aeróbico es esencial para hacer trabajar al corazón. Con el fortalecimiento conseguiremos aumentar la masa muscular, potenciando su función endocrina lo que nos ayudará a quemar más calorías hasta en reposo».

¿Qué podemos hacer entonces para cubrir las sesiones de aeróbico? Un mínimo de 30 minutos de carrera, elíptica (o subir escaleras), bici estática, natación o remo tres veces a la semana. O, lo cuál resulta mucho más llevadero (y fácil), caminar todos los días todo lo que podamos y más.

¿Y las de fuerza? Fácil, también. Dedicar tres o cuatro días a la semana entre 10 y 15 minutos a fortalecer el abdomen con rutinas específicas que, por cierto, puedes hacer en cualquier sitio (¡no más excusas!). Ya sabes, los expertos de Harvard apuestan por las planchas por su efectividad y su manera de trabajar los músculos en su conjunto tal y como los utilizamos en nuestra vida cotidiana.

Pero hay vida más allá de las planchas, tal y como nos ha demostrado la entrenadora Noe Todea con sus tablas con bandas elásticas.

ALIMENTACIÓN

Aquí, una vez más, no queda otra que aplicar en sentido común. Todos sabemos lo que le viene bien a nuestro cuerpo y lo que le sobra. El problema es cuando flaquea la voluntad. Por si acaso, aquí va un recordatorio de lo que dicen nuestros expertos:

«Debemos de eliminar radicalmente los azúcares refinados; los fritos; las bebidas azucaradas y las excitantes; los zumos no naturales; la bollería y cualquier alimento rico en grasa», explica María Amaro, experta en nutrición de Clínica Feel Good (Madrid).

Obviamente, también es básico renunciar a todo lo que provoque gases, como «los refrescos con gas -da igual que sean light- o los chicles, que nos llenan la tripa de aire».

¿Qué hacemos entonces? «Hacer cinco comidas al día, despacio y masticando bien cada bocado; aumentar la ingesta de frutas y verduras y disminuir la de hidratos; tomar más pescado (sobre todo, azul) y menos carne (la que tomemos tendría que ser magra, de pavo o pollo) y tener una buena hidratación».

¿Lo intentas?

Se disparan los tratamientos estéticos con «resultados visibles a corto plazo»

Se solicita perder peso con dieta o cirugía poco invasiva

Los tratamientos médico-estéticos que buscan «resultados visibles a corto plazo» son más demandados a partir del mes de abril. Esto es lo que revela Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), quien destaca que sobre todo se solicita perder peso, ya sea con dieta o cirugía mínimamente invasiva; reducir volumen o grasa localizada en zonas comprometidas; y aumentar la masa muscular para dar un «toque fit» al cuerpo.
Le siguen «eliminar la celulitis, flacidez o la indeseada piel de naranja; hacerse un aumento o corrección de pecho; y tratamientos de rejuvenecimiento facial«, señala el experto destacando que, para conseguirlo, es muy importante dejar los caprichos de lado y centrarnos en establecer objetivos más realistas, ya que evitará que caigamos en frustraciones o problemas relacionados con deficiencias nutricionales, estreñimiento, pérdida de cabello, efectos rebote, anemias y/o bajadas de azúcar o tensión.
Los expertos del instituto recuerdan que la cirugía para perder puede ser solución, pero no hace milagros y requiere la implicación del paciente. Aunque algunas cirugías, como el balón intragástrico o la sutura gástrica endoscópica con el método Apollo, pueden encajar, si se tiene diez o más kilos de sobrepeso, no suceden por milagro y requieren un cambio urgente en del estilo de vida y hábitos.
Son técnicas poco invasivas que se realizan por medio de endoscopia por lo que no queda ninguna marca exterior y la recuperación suele conllevar no más de 2-3 días. «Eso sí, requieren una evaluación metabólica y algunas analíticas para evaluar los niveles de las hormonas relacionadas con la saciedad, el hambre y la ansiedad», especifica Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO.
Además, «habrá que tener en cuenta que tras ambas habrá que reintroducir los alimentos de manera progresiva por lo que el balón será necesario ponérselo con al menos un mes de margen y la sutura, con dos», añade.
Por el contrario, y teniendo en cuenta los plazos contemplados, no se recomiendan el bypass, la gastroplastia vertical y la banda ya que en estos casos el tiempo de recuperación total puede ser más lenta, quedan pequeñas incisiones externas y la posibilidad de tolerar completamente todos los alimentos puede conllevar aproximadamente 4 semanas.

La dieta puede ayudarnos perder unos 4 o 6 kilos en un mes

«Ponerse en manos de un personal cualificado nos ayudará a adoptar un estilo de vida saludable donde las cantidades de comida y sus calorías se encuentren adaptadas al individuo y al ejercicio que realice y nos protegerá de errores, como caer en la trampa de las ‘dietas milagro’, fórmulas pseudo-científicas o informaciones poco fiables que circulan en la red», recalca Estefanía Ramo, nutricionista del IMEO.
Teniendo en cuenta el tiempo restante de una cuenta atrás, sería prudente plantearnos una pérdida de peso moderada, de aproximadamente 1,5 kilos a la semana y no más de 6 kilos al mes procurando mantener esta pérdida lograda en el tiempo.
La dieta debe estar acompañada de ejercicio físico. «Las últimas tendencias en actividad física están tirando por tierra el hecho de que haya un exceso de deporte aeróbico intenso prolongado, porque se está viendo que el efecto principal sobretodo en personas que no tienen mucha masa muscular contribuye a la pérdida de ésta y no tanto a la de grasa«, apunta Jorge Martín Brañas, preparador físico y entrenador personal del IMEO.
La recomendación general, en este sentido, es combinar musculación(pesas, máquinas o mancuernas) con un ejercicio aeróbico ligero y moderado y una dieta adaptada al entrenamiento, que en su conjunto contribuirá a mejorar y aumentar el tono muscular, perdiendo grasa.

Ojo con estas cinco dietas: son peligrosas para la salud

El Mundo

  • Sensacionalistas y muy restrictivas, algunas prometen perder mucho peso en poco tiempo
  • Las más recomendadas son: rica en nutrientes, estilo ‘Royalty’, ayuno intermitente, nórdica y vegana (controlada por un especialista)

Si no consigues quitarte de encima los kilos de más que dejaron de recuerdo los excesos navideño o si ya estás pensando en prepararte para la ‘operación bikini’ te conviene leer la clasificación con las mejores y peores dietas que, por sexto año consecutivo, elabora el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). En este ránking se analizan los regímenes que, por un motivo u otro, han cobrado protagonismo en España a lo largo del último año para enfatizar un mensaje muy claro: no todo lo que está de moda vale para lograr una pérdida de peso. «Que la demanda de un tipo de dieta se dispare no significa que funcione o que sea saludable», remarca Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del IMEO, haciendo hincapié en los múltiples efectos secundarios y posterior efecto rebote que conllevan las denominadas «ditas milagro». Por el contrario, Bravo destaca el valor de los métodos que «se basan en evidencias científicas y proponen un adelgazamiento paulatino, de unos 1,5Kg por semana y 6Kg al mes».

El ranking del IMEO cuenta con el respaldo de una veintena de expertos en obesidad y cuidado de la salud (médicos, nutricionistas, dietistas, psicólogos, preparadores físicos, naturópatas y cirujanos). Sus fuentes son casos reales observados en consulta, estudios científicos y estudios de solidez contrastada, como la lista anual de la Asociación Británica de Dietistas (BDA, por sus siglas en inglés) o la publicación estadounidense ‘U.S. News & World Report’, artículos en revistas femeninas o búsquedas virales en la red detectadas por Google Trends.

LAS PEORES

Sensacionalistas y muy restrictivas, prometen perder mucho peso en poco tiempo y a largo plazo son insostenibles. Carecen de sustento científico y a menudo recurren a productos «milagro». Tienen múltiples efectos secundarios que pueden poner en riesgo la salud y asegurado efecto rebote. Totalmente desaconsejadas para lograr una pérdida de peso saludable.

1. Dieta de las 800 Kcal

Entre sus seguidoras encontraremos los nombres de Kylie Minogue, Renée Zellweger o Jennifer Aniston.

Son dietas que limitan la ingesta calórica diaria a las 800Kcal, recortando en un 60 o 70% la cantidad recomendada. Es excesivamente restrictiva, monótona y deficiente de nutrientes, insuficiente para mantener activo el organismo de una persona adulta físicamente activa. «Ocupa el primer puesto en el Ranking de IMEO de las dietas menos indicadas para perder peso durante 2019 debido a su popularidad entre mujeres y adolescentes y su carácter versátil y camaleónico», explica Estefanía Ramo, nutricionista del Instituto. Su fuerte presencia en Internet, donde cualquiera puede sugerir menús diarios por menos de 800kcal, la ha convertido en un almanaque de «autoayuda» casi nunca supervisado por profesionales de la salud.

«Con esta dieta se pueden perder de 5 a 7 Kg. en una semana, pero a costa de numerosos riesgos para la salud, como carencias nutricionales (déficits de vitaminas y minerales), alteración de la conducta alimentaria (más hambre y ansiedad y menos saciedad) o metabólicas, bajada de la tensión o del azúcar», apunta Ramo. Es importante saber que una dieta tan restrictiva conlleva a una rápida pérdida de peso inicial, pero también provoca, al mismo tiempo, que se quemen menos calorías de lo habitual, al verse reducido el metabolismo basal, favoreciendo un posterior efecto rebote.

No sería recomendable a la hora de perder peso y menos aún para aquellas personas que presenten patologías o son proclives al desarrollo de trastornos del comportamiento alimentario, como la anorexia o la bulimia, y que a veces son de mayor gravedad que el exceso de peso que se pretendía corregir.

2. Dieta de los tés détox y el café adelgazante

Entre sus seguidoras destacan los nombres de Kim Kardashian, Demi Lobato y Gwyneth Paltrow. Consiste básicamente en ingerir cantidades de tés y café adelgazante con el fin de perder alrededor de 5 Kg a la semana. Se sirve de una gama amplia de preparados ricos en cafeína y teína, en cápsulas o infusiones o a base de hierbas a las que se les atribuyen otros efectos relacionados con la pérdida de peso, como activadores del metabolismo, inhibidores del apetito, eliminadores de toxinas, energizantes, laxantes o diuréticos, drenantes, antocelulíticos, quemagrasas, etc.

En esta dieta, predominantemente líquida, se ingieren mucho menos calorías de las que el organismo necesita, lo que conduce a una pérdida inicial de peso. «Sin embargo, esta bajada se basa en pérdida de agua corporal y nunca de grasa, por la deshidratación que se puede llegar a tener al orinar más durante todo el día», señala la nutricionista del IMEO. Además de producir grandes carencias y alteración de la conducta alimentaria (más hambre y ansiedad y menos saciedad), conlleva a un desequilibrio hidroelectrolítico por pérdidas excesivas de potasio, magnesio u otros iones a través de la orina, argumenta la experta.

Como se ingiere prácticamente agua, el organismo minimiza sus funciones vitales para así tener una reserva energética, adaptándose a la situación de restricción.Se pueden llegar a liberar cuerpos cetónicos, una sustancia de desecho procedente del metabolismo de las grasas, que el hígado ha de eliminar. Se forman porque el organismo está usando como fuente de energía la grasa, debido a la falta de glucosa en el mismo. Puede surgir una alteración de insulina en el páncreas por el exceso de estimulante, generándose una intolerancia oral a la glucosa o prediabetes.

El paciente puede creer que funciona a corto plazo, por la rápida pérdida de peso lograda, pero una vez recuperadas esas pérdidas de líquido, conlleva a un gran efecto rebote que, además de las carencias nutricionales soportadas, puede poner en riesgo la salud y a largo plazo terminar con un mayor peso corporal que el inicial.

3. Dieta de los grupos sanguíneos

Entre sus fieles seguidoras figuran Demi Moore, Kate Winslet y Miranda Kerr. Los defensores creen que sirve no sólo para adelgazar, sino también para prevenir enfermedades, pero ¿realmente es así? La dieta del grupo sanguíneo se originó en los años 80 del siglo pasado y, pese a su falta de fundamento científico, sigue dando dolores de cabeza. La afirmación de su precursor, el naturópata J. D’Adamo, que «aquel alimento bueno para algunos, puede ser veneno para otros» fue desarrollada por su hijo P. D’Adamo quien afirma que la adecuada alimentación depende del grupo sanguíneo.

«La hipótesis subyacente en este tipo de dietas se encuentra en la clasificación de los principales grupos sanguíneos según su herencia evolutiva», explica la nutricionista del IMEO, Sonia Peinado. Así, el grupo O se considera el grupo más antiguo, por lo que defienden que su dieta debería parecerse a las dietas ricas en proteínas animales típicas de la era del cazador-recolector. A las personas con el grupo A recomiendan seguir una dieta vegetariana, por el cambio que supuso el establecimiento de las tribus en sociedades agrarias. Siguiendo el mismo razonamiento, se considera que los individuos con el grupo sanguíneo B se benefician del consumo de productos lácteos porque se cree que este grupo sanguíneo es típico de individuos nómadas, mientras que los individuos con un grupo sanguíneo AB se beneficiarán de una dieta intermedia a las propuestas para el grupo A y el grupo B.

«Sin duda, estamos ante una dieta milagro que trata de engañar al público con bases infundadas y no demostrables«, recalca Peinado. A fecha de hoy, no hay ningún estudio científico que respalde las afirmaciones o las suposiciones hechas sobre la dieta del grupo sanguíneo, ni de que representa una supuesta mejora para la salud. A cambio, varias investigaciones certifican que no encuentran relación alguna entre dieta, metabolismo y grupo sanguíneo. Además, hoy en día se sabe que el gen A fue el primero en evolucionar, y no el gen O, como afirman los defensores de esta dieta, por tanto, no cuadraría con la caracterización de los cazadores-recolectores que se le atribuía.

4. Dieta cetogénica o keto dieta

Ha sido la más buscada a nivel global en Google durante el año pasado y su fama se nutre de la de sus célebres seguidoras, entre ellas Halle Barry, Jennifer López, Megan Fox o Adriana Lima. Las keto dietas buscan una considerable pérdida de peso, de forma exprés, que ronda los 12 kilos al mes, principalmente mediante la reducción de los hidratos de carbono. «Pueden resultar positivas como método alternativo no farmacológico en la epilepsia refractaria, pero su seguimiento no es recomendable a largo plazo en casos de sobrepeso u obesidad», apunta Peinado.

Surgieron en los años 50 a raíz de un artículo publicado en la revista médica ‘New England Journal of Medicine’ que indagaba sobre los efectos que tenía en la dieta la reducción de los carbohidratos. Base de la que partió el Dr. Atkins para crear su famosa dieta, resaltando la sensación de cetosis que experimentaba el cuerpo humano ante la necesidad de quemar la grasa y utilizarla como fuente alternativa para obtener energía.

Por un lado, se trata de dietas milagro excluyentes que minimizan el consumo de uno de los macronutrientes principales (los hidratos de carbono), a la vez que limitan la toma de vitaminas, minerales y fibra, pudiendo afectar al correcto funcionamiento del organismo y dar lugar a estreñimiento, diarrea, astenia o calambres musculares, entre otros. Por otro, la continua movilización de proteínas, utilizado como nutriente «estrella», conlleva cierto riesgo, ya que puede producir aumento del ácido úrico y con ello, las probabilidades de padecer gota.

Las keto dietas son peligrosas para personas con enfermedades cardíacas, ya que una alimentación alta en grasas puede comprometer el funcionamiento del corazón, y desaconsejadas en casos del hígado comprometido, por la imposibilidad de metabolizar las grasas.

Como punto final se debe destacar que son dietas que requieren unos conocimientos mínimos en la materia, por lo que deberían estar bajo la supervisión de un nutricionista, ya que no es fácil contabilizar el porcentaje total de hidratos de carbono que deberemos consumir para no sobrepasar las cantidades y dejar la cetosis. Tienen alta probabilidad de padecer el temido efecto rebote y se ha demostrado que a largo plazo no ofrecen una pérdida de peso significativamente mayor que las dietas hipocalóricas convencionales, por lo que no habría beneficio de su seguimiento para reducir el sobrepeso o la obesidad.

5. Dieta de los suplementos nutritivos con efectos adelgazantes

Eugenia de York y el Príncipe Harry han recurrido a ellos en sus dietas pre-boda para vislumbrar. Se pueden encontrar en el mercado, de diferentes marcas y fórmulas, y de precio elevado. Ejercen una serie de efectos relacionados con la pérdida de peso: supresión del apetito, mejora de la digestión, regulación de los niveles de azúcar en la sangre y optimización del metabolismo.

«Es importante subrayar que se trata de suplementos nutricionales que no sustituyen, sino complementan ciertas carencias en una dieta supervisada por un profesional», recalca Mireia Elías, experta en dietética y nutrición deportiva del IMEO. Por tanto, podrían ser utilizados como coadyuvantes en tratamientos de pérdida de peso, pero nunca como solución única y se han de acompañar con una alimentación saludable y ejercicio físico regular. Además, si se toman fármacos o se tienen patologías o alergias, se debe consultar al médico.

Algunos de los componentes de los suplementos nutritivos son:

Glucomanano: fibra dietética muy soluble. Aumenta la sensación de saciedad y disminuye tanto la concentración de colesterol en sangre, como los niveles de glucosa e insulina.

Oligoelementos como manganeso (ayuda a procesar el colesterol, los carbohidratos y las proteínas), yodo y cromo (el primero es necesario para el buen funcionamiento del tiroides, el segundo regula los niveles de triglicéridos). No se requiere suplementación, si se lleva una alimentación variada y saludable.

Extracto de café verde: estos granos de café sin tostar contienen cafeína, la cual acelera el metabolismo, y ácido clorogénico (se pierde al tostar el café). Reduce la absorción de carbohidratos, niveles de glucosa en sangre y picos de insulina.

Extracto de té verde: las catequinas que contiene contribuyen a la pérdida de grasa abdominal.

5-HTP: aminoácido precursor de la serotonina que ayuda a disminuir el apetito y la ansiedad por carbohidratos.

Capsaicina: componente activo de los pimientos picantes. Disminuye la ghrelina, hormona implicada en la sensación de hambre, reduce la absorción de calorías en el intestino y acelera el metabolismo aumentando la termogénesis de los alimentos.

Bioperina: con un 95% de piperina, un componente de la pimienta negra. Acelera el metabolismo aumentando la termogénesis de los alimentos y mejora la biodisponibilidad de algunos nutrientes.

Hay que añadir que algunos de los beneficios mencionados requieren cada vez mayores dosis para provocar el mismo efecto, como es el caso de la cafeína. Otros tienen poca evidencia, como es el caso del café verde, o funcionan a la par con el ejercicio físico, como es el caso del té verde.

LAS MEJORES

Sostenibles en el tiempo y sin efecto rebote. Contribuyen a llevar un estilo de vida saludable. Se proponen una pérdida de peso moderada, hasta 1,5Kg por semana y no más de 6Kg al mes. Se nutren de todos los grupos de alimentos teniendo en cuenta su distribución, biodisponibilidad y las cantidades para garantizar el buen funcionamiento de nuestro organismo. Normalmente monitorizados por endocrinos, nutricionistas o dietistas.

1. Dieta con alta densidad de nutrientes

Rica en alimentos de alta densidad nutritiva es aquella que proporciona proteínas de alto valor biológico, grasas cardiosaludables, vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra de calidad a partir de alimentos saciantes y libres de calorías vacías. Si, al mismo tiempo, se realiza un control adecuado de la ingesta de hidratos de carbono y se evitan azúcares sencillos de elevado índice glucémico, se puede perder entre medio y un kilo de grasa a la semana de forma saludable y se previenen carencias.

«Es un tipo de dieta muy eficaz a la que a menudo recurrimos en consulta, porque permite un desarrollo más personalizado y se puede adaptar a los ritmos circadianos para distribuir las ingestas de la manera más adecuada al ritmo biológico de cada persona», señala Andrea Marqués, experta en nutrición, dietética y gastronomía del IMEO. Su principal ventaja es que no hay restricciones estrictas de alimentos, salvo aquellos con alto contenido en azúcares sencillos o en grasas poco saludables. A corto plazo permite lograr una pérdida de peso progresiva y ayuda a nuestro cuerpo a utilizar los depósitos de grasa como fuente de energía.Es una dieta que siempre va a funcionar a largo plazo, ya que nos ayudará a adoptar unos hábitos alimenticios saludables que podemos mantener en el tiempo. Sería especialmente indicada en mujeres en período de menopausia o postmenopausia, dada la dificultad que suelen presentar para utilizar sus depósitos de grasa como fuente de energía y la facilidad con la que almacenan el exceso de azúcares y grasas de la dieta.

Un inconveniente puede ser la adaptación inicial a la restricción de azúcares y grasas saturadas que puede traducirse en ciertos parámetros de ansiedad al principio, pero trabajando la motivación y el autocontrol con el paciente, se puede remediar.

2. Dieta al estilo ‘Royalty’

Esta dieta que ha revolucionado el mundo mediático se hizo popular a raíz de que Meghan Markle la iniciara antes de su boda con el Príncipe Harry y que, según palabras de la ex actriz, la haya mantenido posteriormente dentro de sus hábitos de vida como base de una alimentación saludable y equilibrada.

«Si profundizamos en materia nutricional con los datos que tenemos, veremos que la alimentación de la Duquesa de Sussex se basa sobre todo en el consumo de frutas y verduras, proteínas de alta calidad (como pollo de corral y pescados como el salmón o el atún) y frutos secos y semillas, mientras trata de evitar el consumo elevado de gluten», analiza la nutricionista experta en dietética y gastronomía Andrea Marqués. Markle es aficionada a la cocina, no abusa de las carnes rojas y sigue la filosofía de que, de vez en cuando, uno se tiene dar algún capricho como una copa de vino, un plato de pasta o algo dulce de postre. Un planteamiento nada mal que, junto con un ejercicio regular adecuado, puede ser incluido dentro de las dietas más indicadas para perder peso en 2019 y que simplemente consiste en comer sano, priorizando ciertos alimentos beneficiosos para la salud.

La ventaja de este tipo de hábitos alimentarios es que se pueden mantener en el tiempo con relativa facilidad y que, a la larga, ayudan a perder peso de forma progresiva, si se tiene exceso de grasa corporal. Además, son pautas adecuadas para cualquier paciente siempre que las adaptemos a sus hábitos de vida y/o patologías si las tuvieran.

3. Dieta del ayuno intermitente

Beyonce, Hugh Jackman, Ben Affleck y Nicole Kidman son algunos de los celebrities que practican el ayuno intermitente. A pesar de que esta práctica ha sido habitual a lo largo de la historia en diversas épocas y culturas, en los últimos años ha vuelto a estar en auge. Quienes la practican incluyen en su rutina periodos que abarcan desde varias horas hasta incluso días en los que se abstienen de ingerir alimentos sólidos.

Este tipo de dieta permite perder entre 1 y 1,5 kg a la semana, incluyendo días de alimentación más festiva o social que serán compensados con los días u horas de ayuno. Su principal ventaja es que puede ser mantenida en el tiempo, convirtiéndose en un estilo de vida, por lo que se reduciría el riesgo de efecto rebote.

Una de las más conocidas dentro de este grupo en España es la «dieta de los días alternos», de corte mediterráneo y menús diarios adaptados a la persona que los va a realizar, sus necesidades y, si las hubiera, patologías. Eso sí, «hay que mostrar cierta disciplina a la hora de seguir la dieta y en los días de ayuno realizar ejercicio físico de intensidad baja, como caminar, estiramientos o yoga, y en los días más permisivos no pasarse con la recompensa gastronómica», añade Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO.

4. Dieta nórdica o comer como un vikingo

Avalada por la OMS y recientemente señalada como una de las 10 mejores dietas del mundo. Ha surgido con fuerza como una variante de la dieta mediterránea tradicional que busca adaptar la dieta sana por excelencia a los productos, la cultura y las tradiciones del norte de Europa. Como base, prioriza el consumo de verduras, hortalizas y frutas (en menor variedad por tema geográfico, predominando bayas o frutas rojas, en compotas o como snack), cereales enteros, mucho pescado azul, carnes blancas y rojas en menor proporción y aceite de colza en lugar del de oliva. «Por todo ello, se trata más de una alimentación saludable y modelo de vida que de una dieta en sí que logre resultados rápidos, pero volátiles», anota Escalada. Podemos perder con este plan entre medio y un kilo de grasa a la semana.

A nivel de salud es una dieta óptima que podría ser llevada a cabo por cualquier persona y puede ayudar a mejorar parámetros como el colesterol, el azúcar en sangre o la hipertensión. Como desventaja, nos puede suponer un mayor gasto económico al hacer la compra y mayor tiempo de preparación de los alimentos.

5. Dieta vegana controlada por especialista

Algunos de los declarados veganos son Alicia Silverstone, Natalie Portman y Brad Pitt. Elimina todos aquellos alimentos de origen animal: carnes, pescados, mariscos, huevos, lácteos y miel. Aunque con ella también se puede perder peso de manera saludable (entre medio y un kilo a la semana), quienes la practican no suelen hacerlo con este fin, sino más por una convicción de ayuda al medio ambiente o mejora global de la salud. En concreto, se ha visto que quienes siguen una adecuada dieta vegana pueden mejorar parámetros como el colesterol, la tensión arterial o la obesidad.

«Debido a que esta dieta supone numerosas restricciones, es importante seguirla con el apoyo y consejo de un dietista-nutricionista especializado que nos explique de qué manera hay que combinar los alimentos permitidos para que no haya déficits de ningún nutriente, ni deficiencia o exceso de kilocalorías», apunta la nutricionista clínica.

Siendo estas restricciones el principal inconveniente junto con el aumento del precio del carro de la compra y la necesidad de tomar un suplemento de vitamina B12, podría ser apta para cualquier persona siempre y cuando haya un correcto seguimiento especializado.

Alerta por el azúcar escondido de los yogures para niños

Alerta por el azúcar escondido de los yogures para niños

La Vanguardia, por Cristina Saez

Los yogures dirigidos a los niños contienen el doble de azúcar que los yogures naturales y son una fuente oculta de azúcares libres en la dieta infantil, alerta un estudio que publica la revista BMJ Open. Investigadores británicos de las universidades de Leeds y de Surrey han analizado 921 yogures y otros productos lácticos, como natillas o flanes, de los principales supermercados del Reino Unido y han visto que los yogures dirigidos a los más pequeños, así como los fermentados etiquetados como orgánicos o ecológicos son los que más destacan por su elevado contenido de azúcar.

“Aunque el yogur puede ser menos motivo de preocupación que los refrescos o los zumos de frutas, las principales fuentes de azúcares libre en la dieta de niños y adultos, lo que es preocupante es que este lácteo fermentado, que se percibe como un alimento saludable, puede ser una fuente oculta de azúcares añadidos a la dieta”, dicen los autores.

Se sabe que una ingesta elevada de este endulzante en la infancia está asociada a un riesgo elevado de padecer caries. También sobrepeso y obesidad, que son uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud. Solo en 2016, más de 41 millones de menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos. Sufrir de obesidad en la infancia predispone a tener esta enfermedad en la edad adulta que, a su vez, se asocia a otras dolencias como la diabetes y las patologías cardiovasculares.

En el estudio, los investigadores clasificaron en distintas categorías los yogures que se pueden encontrar en el supermercado, como natural, griego, de sabores, bebible, con bífidus, con frutas, orgánico o postres lácteos. También miraron preparados a base de soja o de queso fresco del tipo petit-suisse. Vieron que las cantidades de azúcar que contenían variaban enormemente tanto dentro de una misma categoría como entre categorías.

A excepción del yogur natural y el griego, la cantidad media de azúcar contenido en los productos de todas las categorías estaba por encima del límite que establece que un alimento es bajo en azúcar. De hecho, menos del 1% de los productos analizados se consideraron bajos en azúcar y ninguno de ellos pertenecía a la categoría infantil.

Los 10 alimentos que puedes comer sin fin y sin remordimientos

Preguntamos a los expertos en medicina y nos ayudan a diseñar la lista de la compra.

TELVA, por Nuria González Rebollo

Cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene llevar una dieta sana y lo mejor que podemos hacer para cuidar nuestra alimentación es elegir para nuestro menú aquellos alimentos saludables que nos aseguren el aporte nutricional necesario para llevar a cabo nuestro día a día llenos de energía. Pero sabiendo lo difícil que puede llegar a ser esta tarea, ¿a quién no le gustaría echar un vistazo en la nevera de los mayores expertos en salud?
A la hora de hacer la compra, todos hemos deseado alguna vez que ojalá existieran alimentos que pudiéramos comer hasta hartarnos sin remordimientos, esos que podrían (de hecho, deberían) estar incluidos todos los días en nuestra dieta. ¡Deja de soñar! Porque hemos preguntado a varios expertos en medicina, y sin duda, los hay. Tóma nota, porque puede que incluyas nuevos alimentos en tu menú de los que no volverás a arrepentirte.
Según Rubén Bravo, experto en nutrición y gastronomía y portavoz del IMEO (Instituto Médico Europeo de la Obesidad), hay 2 alimentos indispensables en una dieta saludable: la lechuga romanesco y las nueces. Con ellos, empieza nuestra lista.

1. LECHUGA ROMANESCO

Muchos expertos consideran a éste vegetal de la familia de la col, la mejor de las hortalizas teniendo en cuenta su cantidad de micronutrientes y las calorías que aporta, entrando en el top 10 de lo que popularmente se comienzan a denominar superalimentos.
Es la menos flatulenta de la familia, por lo que se digiere mejor que la coliflor o el brécol. Tiene grandes cantidades de vitamina C, ácido fólico y minerales como el potasio, el hierro y el fósforo.
Por otro lado sus fitonutrientes tienen un ligero efecto sedante sobre el sistema nervioso, indicada para reducir los niveles de ansiedad o mejorar el insomnio. Igualmente, y al contrario que otros vegetales, a éste vegetal se le asocian propiedades diuréticas, estimulando la eliminación de líquidos y como apoyo en el tratamiento de enfermedades renales como la cistitis o las infecciones urinarias.

2. Nueces

Éste fruto seco posee múltiples componentes beneficiosos para la salud como altas cantidades de arginina (una aminoácido que favorece la salud vascular), folato, fibra, taninos, polifenoles y ácidos grasos esenciales omega 3 y alfa-linolénico.
Actualmente hay múltiples estudios que señalan las nueces para reducir el riesgo cardiovascular, las enfermedades neurodegenerativas, y mejorar tanto el sueño reparador como la memoria.
La única pega que tienen es su alto contenido calórico (657,2Kcal a los 100grs), pues al igual que la mayoría de los frutos secos, las nueces son ricas en grasas, 63,8grs cada 100grs, aunque también ricas en proteínas vegetales, 14,5grs cada 100grs de producto; así que puede que sí que tengamos que cortarnos un poco, pero siempre mejor unas nueces que una barrita energética, además, son muy recomendables para coger fuerzas cuando vuelves de entrenar. Un consumo moderado de entre 4 y 6 nueces diarias para beneficiarnos de sus propiedades pero sin aumentar nuestra talla de pantalón.

3. Frutos rojos
Para Andrea Marqués, nutricionista del IMEO, tampoco pueden faltar los frutos rojos. Son frutas silvestres o frutas del bosque que destacan por su bajo contenido calorías. Podemos destacar las fresas, los arándanos, las frambuesas o las moras.
Son ricas en fibra, potasio, magnesio y en numerosos antioxidantes y sustancias antiinflamatorias. Tienen entre 30-50 Kcal/100 gr., dependiendo de la variedad. Podemos consumirlas directamente como frutas o añadirlas en distintos platos como ensaladas, salsas o guarniciones caseras y también en smoothies.

4. Legumbres
Estamos poco acostumbrados a incluir las legumbres en nuestro menú, pero a nadie se le escapa las grandes propiedades que posee. Son ricas en proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono complejos, vitaminas, minerales (calcio, magnesio, hierro) y fibra, y pobres en grasas, y también son un alimento imprescindible en una dieta mediterránea, especialmente si las cocinamos en ensaladas o con verduras (y no con alimentos grasos). Son útiles para la prevención de enfermedades gastrointestinales, así como para la prevención frente al cáncer de colon.

5. Pescado azul

Según Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO, en una dieta saludable no deberían faltar el agua y … las sardinas. A continuación nos explica porqué.El atún, las sardinas, el bonito y otros pescados azules contienen proteínas de alto valor biológico y contiene un tipo de grasas llamadas omega 3, que pueden prevenir enfermedades cardiovasculares y proteger frente al deterioro cognitivo.
Bien es cierto que, a no ser que vivamos bajo un puerto, tomar pescado todos los días es complicado, caro y puede llegar a cansarnos demasiado, pero nuestros expertos médicos recomiendan consumir pescado mínimo 1 o 2 veces a la semana. Y además, siempre es una muy buena opción cuando nuestro cuerpo nos pide una cena ligera pero nutritiva.

6. Aceite de oliva

La Dr. María Ballesteros, coordinadora del área de Nutrición de la SEEN, nos recomienda acostumbrarnos a cocinar con aceite de oliva, sin miedo a utilizarlo todos los días. «En un país mediterráneo, nuestra lista tiene que comenzar, seguro, con el aceite de oliva». Tiene alto contenido de ácido oleico, una grasa monoinsaturada, y también antioxidantes, flavonoides, polifenoles y escualeno, En el contexto de la dieta mediterránea ha demostrado tener un efecto protector frente a enfermedades cardiovasculares y propiedades anticancerígenas.

Además, en un estudio publicado por la revista científica Diabetes Care se reveló que cualquier dieta mediterránea que tiene aceite de oliva es capaz de reducir los casos de diabetes tipo II hasta en un 50%. Esto se debe a que el aceite de oliva contiene grasas saludables que podrían ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y la producción de insulina.

7. Kale

El kale es una verdura de la familia de las coles de bajo valor calórico (45 Kcal/100 gr.) y elevada proporción de agua. Es rico en minerales como calcio, potasio, hierro, magnesio y zinc. Además tiene unos niveles adecuados de proteína vegetal y también contiene fibra. En cuanto a las vitaminas, destaca su contenido en vitamina C, E, A y K. Además tiene menos cantidad de oxalatos y fitatos que otras verduras de hoja verde.
Es una opción muy adecuada para cubrir requerimientos de calcio, hierro y proteína en vegetarianos estrictos o veganos y también para enriquecer cualquier plato de nuestra dieta. Concretamente en el caso del calcio, al contener muy baja cantidad de oxalatos, su absorción no está comprometida ya que se encuentra biodisponible. El hierro no animal también se absorberá mejor que en otros vegetales gracias a su contenido en vitamina C. Gracias a la fibra aporta sensación de saciedad.
Además, es rico en antioxidantes como betacarotenos y quercetina y también puede ayudar a reducir el colesterol gracias a su contenido en omega 3.
Puede tomarse tanto crudo o en ensalada, como con una cocción ligera, y se puede consumir tanto el tallo como las hojas, que son la parte con mayor concentración de micronutrientes. También está muy de moda añadirlo a smoothies verdes mezclado con otras verduras de hoja verde.

8. Huevo

¿Es malo comer un huevo diario? Hace poco descubrimos que la respuesta a esta eterna pregunta era que no, para nada es malo consumir un huevo al día, sino que además dicen que es hasta benficioso para la salud, y de ahí que nuestros expertos no se corten en incluirlos en su dieta. Además, las infinitas posibilidades que nos ofrece hace que sea difícil aburrirnos de él.
Lo que realmente aumenta el colesterol en la sangre es el consumo de las grasas saturadas (procedentes de los lácteos enteros y las carnes más grasas) y las llamadas grasas trans (que se encuentran en toda la «comida basura», las golosinas, galletas, etc). Aunque la mayor parte de los alimentos ricos en colesterol suelen ser también ricos en grasas saturadas, el huevo no lo es. Un huevo de tamaño medio contiene unos 200 mg de colesterol, pero tiene más grasas insaturadas («grasas buenas») que saturadas y solo 70 calorías. Además, las proteínas que contiene el huevo son de una excelente calidad, ya que ayudan a metabolizar y a disminuir la homocisteína, asociada a enfermedades cardiovasculares.
En definitiva, no solo queda demostrado que el amplio consumo de huevos no perjudica nuestra salud cardiovascular, sino que, de hecho, la beneficia.

9. Vegetales verdes

Brócoli, pimientos, espinacas, acelgas, bimi, rúcula, canónigos… Su color distintivo es debido a un componente esencial, la clorofila. Los estudios afirman que este compuesto sirve para prevenir el cáncer, mejorar el funcionamiento cardíaco y evitar la anemia, entre otras cualidades. Los nutricionistas indican que el consumo de vegetales verdes debe ser de por lo menos tres tazas a la semana, es decir, media taza al día.

Otros componentes interesantes son el magnesio y el potasio, fibra, y por supuesto calcio, que permite regular el ritmo cardíaco, lograr buenos impulsos nerviosos, evitar el insomnio, los calambres y mejorar los procesos hormonales y enzimáticos.

10. Manzanas

«Una manzana al día aleja al médico de tu vida». Y ellos mismos los reafirman. Las manzanas son ricas en un tipo de fibra que puede reducir los niveles de colesterol, y por su contenido en agua y fibra, tienen propiedades beneficiosas para el sistema digestivo.
Entre ellas, que hidrata nuestro cuerpo, ya que es un 80 por ciento agua, pero además es diurética, por lo que reduce la acumulación de líquidos, los calambres en y la presión arterial, debido a su gran cantidad de potasio. Es fuente de vitaminas, no demasiado del grupo C, pero sí del E conocidas por ser fuertes antioxidantes. Y casi lo mejor que puede tener la manzana es… ¡su cáscara! Tiene una fibra llamada pectina que protege la mucosa intestinal. Además, varios estudios revelan que la pectina tiene un papel decisivo para evitar ciertos tipos de cáncer como, por ejemplo, el de colon.
Así que vayas donde vayas, lleva una manzana. Tomala con cáscara o en casa, inclúyela en tus ensaladas, dale un sabor especial a tus platos más clásicos y aburridos, o dale un plus a tus postres, como el ejemplo de este vídeo…

Para acceder a los videos con recetas hay que hacerlo desde el enlace original: http://www.telva.com/fitness/2017/03/29/58d27760468aeb2c7f8b45bf.html

Bebidas frutales ideales para acompañar la dieta

DMedicina, por Mar Sevilla Martínez

zumos-frutas-verdurasLas frutas y las verduras son alimentos indispensables dentro de una alimentación sana y equilibrada, como la dieta mediterránea. Aportan nutrientes y la mayoría de las vitaminas que son necesarias para el día a día. Además, estos dos tipos de alimentos no pueden faltar en una dieta para adelgazar.

Las rutinas diarias y el estés hacen que muchas veces no le dediquemos el tiempo necesario a preparar y decidir la alimentación que debemos seguir y optemos por otros formatos más rápidos para consumirlos, como los zumos de frutas y verduras.

Estos alimentos, tal y como señala Susana Monereo, miembro de la junta directiva, de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), son extractos líquidos de frutas y hortalizas extraídos por presión que aportan básicamente agua y azúcares con algo de vitaminas siempre que no hayan sido manipulados.

Sin embargo, si el objetivo de una persona es adelgazar, los zumos no son la mejor opción. “Lo ideal sería tomar las frutas enteras. De esta manera, al tener que masticarlas y digerirlas, conseguiremos sentirnos saciados con mucha menos cantidad de alimento y, por tanto, ingeriremos menos calorías”, explica Andrea Marqués, nutricionista dietista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) y experta en gastronomía.

Por otro lado, la portavoz de Seedo advierte que hay que tener especial cuidado con los zumos envasados, ya que la mayoría proceden de extractos de fruta que han perdido las vitaminas por calentamiento y tiene azúcares y grasas añadidos para tener mejor sabor. No tiene efecto saciante y no limpian las células. “No adelgazan salvo que se hagan dietas líquidas de muy bajo contenido calórico, en cuyo caso siempre deben llevar la supervisión de un experto”, reitera.

Otro motivo que indica Marqués sobre por qué no son la mejor alternativa para perder peso es que, al exprimirlas, vamos a eliminar parte de la fibra presente en ellas, mientras que mantenemos la cantidad de fructosa (presente naturalmente en la fruta, pero que muchas veces también se añade a los zumos en un importante cantidad extra). “Por tanto, sin fibra, la absorción de la fructosa y la liberación posterior de glucosa en sangre serán mucho más rápidas que con la fruta entera, el pico de insulina en sangre mayor y esto nos limitará la pérdida de peso, ya que cuando la insulina está elevada el cuerpo no utiliza la grasa como fuente de energía”, añade.

Beneficios de los zumos

Aunque las expertas coinciden en que es mejor tomar las frutas enteras, indican que siempre es preferible tomar zumos, que no consumir frutas y verduras. Además, los zumos también aportan beneficios para la salud. Monereo indica que favorecen la hidratación, ayudan frente el estreñimiento y, si son recién preparados, aportan vitaminas.

Por otro lado, para sacarles el máximo partido, Marqués recomienda elegir bien los alimentos que vamos a utilizar para elaborarlos y buscar verduras más ricas en fibra y minerales como el ácido fólico (espinacas, acelgas) o frutas con baja carga glucémica (naranja o fresas). “Además, deberemos intentar escoger siempre las que estén de temporada, hacérnoslos nosotros mismos sin añadir más azúcar, no quitar la pulpa y no tomar más de uno al día”, matiza.

Pero, ¿cuándo los tomamos? ¿A media mañana o para merendar? “No hay un momento especial del día para tomarlos. Existe mucha literatura y mucho mito al respecto, científicamente no hay horas del día mejores para tomar un zumo”, afirma Monereo.

Sin embargo, Marqués, indica que sería más recomendable incluirlos siempre a primera hora de la mañana, debido a su carga energética y glucémica. “Nuestro organismo está ajustado a un biorritmo, de tal forma que los alimentos energéticos se utilizan por la mañana como fuente de energía y los alimentos reparadores por la tarde–noche. Este tipo de zumos estaría aconsejado incluirlos en la dieta hipocalórica a primera hora de la mañana, porque si los incluimos al final del día pueden generar almacenamiento de energía, por ese exceso de azúcar, que el organismo en ese tramo del día no consume y por tanto, se puede convertir en grasa”, concluye.

Ejemplos de zumos de fruta y verdura

zumos-variadosEstefanía Ramo, nutricionista experta en fitoterapia del IMEO sugiere tres recetas sencillas de zumos elaborados de frutas y verduras:

Zumo depurativo

Para 200 ml dos puñados de col rizada, unas ramitas de perejil, un kiwi pelado, una lima pelada, dos ramilletes de brócoli, un racimo pequeño de uvas blancas, una rodaja de piña natural.

“Este licuado es rico en vitamina C y ayuda al hígado a desempeñar eficazmente su función depurativa, gracias al perejil y a las coles. Además, la uva y la piña nos ayudarán a la eliminación de líquidos”, explica ramo.

Zumo para sistema inmune

Para 200 ml ¼ de pepino, una zanahoria pequeña, una rama de apio, un puñado de espinacas, un limón pelado, una naranja.

Antibacteriano por su alto contenido en vitamina C y antioxidantes que protegerán nuestro sistema inmune. Además, el apio mejora la digestibilidad y también posee propiedades diuréticas, junto con el pepino.

Zumo alcalino

Para 200 ml, una remolacha, un pimiento rojo pequeño, una manzana roja, dos puñados de col rizada y una zanahoria.

La experta destaca tres propiedades. Por un lado es alcalino, por lo que nos ayudará a reducir la acidez de estómago y el pH ácido. Además, es antiinflamatorio por su elevado contenido en antioxidantes y vitamínico, ya que es rico en vitamina C y carotenos.

Zumos sólo de frutas

Si sólo quiere tomar zumos de frutas, Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO sugiere tres recetas elaboradas con frutas:

Zumo de manzana verde, kiwi y limón

Para 200 ml, dos manzanas verdes, dos kiwis pelados y un limón.

“Este es un zumo de carga glucémica media. El kiwi es rico en vitamina C, potasio, magnesio y fibra, por lo que es ideal para el estreñimiento. La manzana verde es diurética y depurativa”, señala Escalada.

Zumo de granada, naranja y pomelo

Para 200 ml, dos naranjas, un pomelo y una granada.

En este caso, este zumo tiene un alto nivel de antioxidantes y vitamina C para reforzar el sistema inmune y protegerlo de infecciones, resfriados etc. Además, son frutas de baja carga glucémica, y la naranja es rica en fibra gracias a su pulpa (nunca hay que desecharla) por lo que nos ayudarán a eliminar líquidos y a regular nuestro tránsito intestinal.

Zumo de frutos rojos

Para 200 ml, 8-10 fresas medianas, un puñado de arándanos, un puñado de moras y un puñado de frambuesas.

Los frutos rojos aportan gran cantidad de vitaminas y minerales, ayudan a combatir el estreñimiento y son antioxidantes y antiinflamatorios.

“Lo ideal siempre será tomar estos zumos por la mañana, para asegurarnos de potenciar la absorción de las vitaminas y minerales, preferiblemente los tomaremos en ayunas”, recomienda Escalada. “Además, aunque hemos seleccionado frutas y verduras de baja carga glucémica, en un proceso de pérdida de peso nunca debemos tomarlos más tarde de la comida ya que corremos el riesgo de que el azúcar se almacene en forma de glucógeno y posteriormente de grasa”.

 

 

El exceso de pescado durante el embarazo aumenta el riesgo de obesidad del futuro niño

Comer pescado más de tres veces a la semana en la gestación supone un mayor riesgo de crecimiento acelerado y obesidad, sobre todo para las niñas
ABC, M. Lopez
embarazopescado--620x349Los estudios han demostrado numerosos beneficios asociados al consumo de pescado. Es el caso, entre otros muchos, de la protección que confiere frente a la enfermedad de Alzheimer. Tal es así que el pescado está considerado como uno de los elementos claves de cualquier dieta saludable. Sin embargo, y dado que contiene mercurio, su consumo excesivo puede resultar perjudicial durante la gestación, razón por la que la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ya recomendó en 2014 que las mujeres embarazadas no lo coman más de tres veces por semana. De hecho, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Creta (Grecia) muestra que comer mucho pescado durante el embarazo aumenta el riesgo de obesidad del futuro hijo.

Como explica Leda Chatzi, directora de esta investigación publicada en la revista «JAMA Pediatrics», «la presencia de contaminantes ambientales en el pescado podría explicar la relación observada entre el alto consumo de pescado durante el embarazo y un incremento de la adiposidad infantil. Sin embargo, y si bien hemos recopilado información sobre el consumo de diferentes tipos de pescado, no tenemos datos suficientes para establecer diferencias entre las especies, las maneras de cocinarlas o la procedencia, marina o fluvial, del pescado».

Pescado no tan ‘sano’

El objetivo del estudio era evaluar la posible asociación entre el consumo prenatal de pescado y el ritmo de crecimiento y tasa de sobrepeso durante la infancia. Y para ello, los autores analizaron los datos registrados en estudios tanto europeos como estadounidenses de un total de 26.184 mujeres embarazadas y de sus hijos hasta que cumplieron la edad de 6 años.

El promedio del consumo de pescado osciló entre las 0,5 veces semanales de las mujeres belgas hasta las 4,5 veces por semana observadas en las mujeres españolas. Así, los investigadores calificaron como ‘elevado’ todo consumo de pescado que excediera de tres tomas semanales, como ‘moderado’ a aquel entre 2 y 3 veces por semana, y como ‘bajo’ al que no superara una única toma semanal.

Del total de niños incluidos en el estudio, 8.215 –el 31%– tuvieron un crecimiento acelerado entre el nacimiento y su segundo año de edad. Además, 4.987 (19,4%) y 3.476 (15,2%) mostraron sobrepeso u obesidad a la edad de, respectivamente, 4 y 6 años.

Los resultados mostraron que los hijos de aquellas mujeres con un consumo ‘elevado’ de pescado durante el embarazo tenían mayores índices de masa corporal (IMC) a los 2, 4 y 6 años de edad. Asimismo, el consumo ‘elevado’ durante la gestación también se asoció con un crecimiento más rápido entre el nacimiento y los 2 años de edad y de sobrepeso u obesidad a la edad de 4 y 6 años.

Es más; como destacan los autores, «la magnitud del efecto del consumo de pescado fue mayor en las niñas que en los niños».

Causa desconocida

Sin embargo, y como se ha referido, el estudio no desgranó la posible relación en función del tipo de pescado o de la manera de cocinarlo. Y como reconocen los propios investigadores, «dada la ausencia de información sobre los niveles de contaminantes en el pescado entre las distintas cohortes de participantes, nuestra hipótesis de que la contaminación asociada al pescado puede jugar una relación sobre el ritmo de crecimiento y la obesidad de los hijos es meramente especulativa».

Sea como fuere, concluye Leda Chatzi, «nuestros hallazgos están en consonancia con la limitación de consumo de pescado durante el embarazo propuesta por la FDA».

 

¿Sabes distinguir las grasas buenas de las malas?

grasas no saturadas, foto ThinkstockBBC Mundo
Aunque la palabra grasa puede parecernos incompatible con una dieta saludable, eso no es así. No todas las grasas son iguales y es muy importante saber qué tipo de grasas debemos comer más y cuáles deberíamos reducir.

Grasas saturadas

Según NHS Choices, un servicio de asesoramiento online del Sistema Nacional de Salud británico, reducir algunas comidas ricas en grasas saturadas es una parte importante de una dieta saludable.

Entre esos alimentos está la mantequilla, la manteca, los chocolates, pasteles y masitas y los productos cárnicos como las salchichas o los pasteles de carne.

La mayoría de la gente come demasiada grasa saturada: en torno al 20% más del máximo recomendado, según recogen los estudios de la Asociación Británica de Dietética.

Las recomendaciones del Departmento de Salud británico dicen que el hombre promedio no debería comer más de 30 gramos de grasas saturadas al día, mientras que en el caso de la mujer esa cifra no debería ser superior a 20 gramos diarios.

Una dieta rica en grasas saturadas puede incrementar los niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad o colesterol malo en la sangre a lo largo del tiempo, lo que también aumenta la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular.

Pero ese riesgo ha sido puesto en duda recientemente.

El cardiólogo Aseem Malhotra escribió recientemente en el British Medical Journal que las grasas saturadas han sido «demonizadas durante décadas» al vincularlas con las enfermedades del corazón, algo que, dice, no ha podido ser plenamente comprobado con evidencias científicas.

Según Malhotra, la industria alimentaria ha compensado la bajada de grasas saturadas con el aumento de azúcar.

Grasas no saturadas

Tener una dieta rica en grasas no saturadas puede ayudar a bajar los niveles de colesterol malos en la sangre y a incrementar los de lipoproteína de alta densidad, el conocido como colesterol bueno.

Las grasas saturadas pueden ser sustituidas en una dieta balanceada con las más saludables grasas monosaturadas y polisaturadas, que se encuentran en muchos alimentos como:

– Los pescados «azules» como el salmón, las sardinas o la caballa.

– Frutos secos y semillas.

– Frutas y vegetales, incluyendo el aguacate.

Los ácidos Omega-3 pueden ayudar a bajar los niveles de triglicéridos en la sangre, a prevenir los coágulos de sangre y a mantener los ritmos cardiacos a un nivel regular.

La Fundación Británica del Corazón asegura que deberíamos comer dos porciones de pescado a la semana y que al menos una de ellas debe ser pescado azul.

Además, recomienda tomar una pequeña cantidad de grasas monosaturadas para ayudar a mantener los niveles de colesterol.

Grasas trans (o ácidos grasos trans)

El tercer tipo de grasas se encuentra en los ácidos grasos trans o grasas trans.
Las grasas trans naturales se encuentran en bajos niveles en algunas comidas, como los productos lácteos.

Las trans artificiales se producen cuando la grasa pasa por un proceso de hidrogenación, conocido como grasa hidrogenada.

Se puede usar para freír.

Las grasas trans artificiales también se encuentran en algunas comidas procesadas, como las galletas y los pasteles y en algunas ocasiones se usan para alargar la duración de los productos.

Una dieta rica en grasas trans puede conducir a niveles altos de colesterol malo en la sangre.

Pero, en Reino Unido, por ejemplo, la mayoría de la gente no come mucha grasa trans. De media, cada británico ingiere cerca de la mitad del máximo recomendado.

Y la mayoría de los supermercados del país han retirado el aceite hidrogenado de sus productos.

NHS Choices asegura que consumimos muchas más grasas saturadas que trans, pero dice que reducir la cantidad de grasas saturadas es más importante que disminuir la ingesta de ácidos grasos trans.