Consejos nutricionales para el ayuno de Semana Santa

En estas fechas se practica el ayuno tanto por motivos religiosos como para afrontar el cambio estacional “depurando el cuerpo”, pero no se debe hacer sin conocimiento, advierten los especialistas del Instituto Médico Europeo de la Obesidad

  • Según las directrices de la Iglesia Católica, el Viernes Santo, próximo 6 de abril, es día de abstinencia y ayuno. Entre las recomendaciones que recoge la «ley del ayuno» de la Constitución Apostólica[1] figuran: abstenerse de carne, consumir únicamente líquidos o hacer una comida al día, siendo permitidos lacticinios, huevos y productos de grasa animal.
  • En la actualidad un 75% de los españoles se definen como católicos, pero sólo un 38,7% acata los oficios religiosos con relativa frecuencia, según una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas[2].

En la sociedad actual muchas personas ayunan por motivos que no siempre son religiosos: para mejorar su salud, eliminar las toxinas, perder peso, etc. «En muchas ocasiones se quebranta la salud por desconocimiento y falta de cultura nutricional», apunta Rubén Bravo, naturópata y especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). El ayuno se interpreta como «dejar de comer y beber un tiempo» o como una ingesta sólo de líquidos, pero sin criterio alguno. No hay que olvidar que se trata de una práctica de tradición milenaria que en su connotación sagrada «purifica el alma y eleva el espíritu»[3] mediante la supresión del aporte de comida. Si se hace de forma saludable, el ayuno sirve para limpiar y descongestionar nuestro aparato digestivo, pero si se lleva al extremo y sin conocimiento, puede ocasionar cuadros de males gástricos, hipoglucemia y hasta desmayos.

Para los que van a guardar ayuno durante este Viernes Santo, el equipo de nutricionistas del IMEO ha ideado un plan de alimentación basado exclusivamente a líquidos que asegura los niveles mínimos de glucosa necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. En este caso, es importante comer abundantes verduras y frutas el día antes para que el cuerpo tenga una «reserva» de glucosa. Los días después conviene comer de forma moderada, sin excesos. En cuanto a los típicos dulces de la Semana Santa, se puede optar por recetas de elaboración propia, bajas en calorías, como por ejemplo las torrijas light. Se preparan de pan integral al vapor y se terminan de hacer en el horno, evitando así las frituras y grasa saturada. Si se sustituye la miel por almíbar y se cambia el azúcar por fructosa -tiene igual de calorías, pero endulza casi el doble, por lo que se utiliza una menor cantidad-, nos podemos ahorrar algunas calorías.

«En día de ayuno el aporte calórico nunca debería bajar de unos 1000 – 1100 Kcal diarias», indica Bravo. Por tanto, la actividad física realizada durante el día debe ser más bien baja o limitada a sólo caminar para evitar el riesgo de bajadas de tensión o azúcar.

Tomen nota del menú:

Cuando Qué tomar Por qué
Desayuno Un vaso y medio de zumo de piña recién hecho Fruta digestiva, con efecto diurético. Ejerce una función purificadora del tramo intestinal.
Media mañana Un vaso y medio de yogur bebido 0% grasas Aporta proteínas e hidratos de carbono para paliar el sustento necesario.
Almuerzo Dos tazones de caldo de verduras y pescado Rico en vitaminas, minerales y oligoelementos.
Merienda  Zumo de 3 naranjas Fruta rica en vitamina C. Además de ser un buen antioxidante, ayuda a depurar las toxinas del torrente sanguíneo.
Cena Dos tazones de caldo de verduras y pescado  

Lo que deben tener en cuenta:

– El período de ayuno recomendado no debería superar las 48 horas, ya que estamos sometiendo al  cuerpo a niveles altos de abstinencia y debilidad, poniéndolo al límite de sus capacidades de subsistencia.

– La práctica del ayuno está desaconsejada en diabéticos, hipotensos, hipoglucémicos, personas con obesidad grave, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, menores de edad o en periodo de crecimiento y gente mayor de 65 años. Son grupos con una salud más frágil y tienen mayor riesgo de deshidratación y desórdenes metabólicos.

– Tampoco estaría indicado para personas con síntomas de desnutrición, los enfermos de tuberculosis, cáncer o SIDA, los pacientes con insuficiencias cardiaca, de riñón o hepática y los que padecen trastornos psiquiátricos, entre otros.

– En los demás casos, el ayuno se debería interrumpir, si aparece alguno de los siguientes síntomas: sensación de debilidad, desmayos, sudoración profusa, temblor, taquicardia o fatiga.

Dietas depurativas, ideales para afrontar el cambio estacional

Desde el punto de vista de la Naturopatía, los procesos de detoxificación son efectivos y se recomiendan hacer durante una o dos semanas con cada cambio estacional y siempre bajo la supervisión de un especialista. Mejoran los problemas cutáneos, reducen la sensación de ansiedad, infecciones respiratorias, problemas digestivos, insomnio, dolor de cabeza, dolores musculares, etc.

 «Para realizar una dieta de detoxificación o depurativa no hay que realizar aquellas estrictas centradas en líquidos, sino que debemos evitar los fritos, las harinas refinadas, los lácteos, la sal, los hidratos fuera del desayuno (y dentro siempre integrales), los azúcares, los enlatados, congelados o envasados y los embutidos, mientras que tenemos que dejar de lado el tabaco, dormir entre 8 y 9 horas y beber únicamente agua (entre 2 y 3 litros al día)», indica el naturópata y especialista de nutrición de IMEO.

Durante la terapia de detoxificación se recomienda tomar un par de frutas al día. Las ciruelas aumentan las defensas, las cerezas favorecen el tránsito intestinal, el limón tiene propiedades diuréticas, depurativas y antisépticas, y la manzana es rica en fibra que ayuda en la absorción de las toxinas. A la hora de comer o cenar podemos tomar unos 150 gramos de proteínas bajas en grasa, como pescado, marisco, huevo, pollo, conejo o pavo. La guarnición, en ambos casos, debe ser de tres puñados de verdura en comida y dos puñados en cena.

En el tiempo que dure el régimen, es bueno movernos un poquito más (caminar una hora diaria) y que nos dé el sol al menos durante 4 o 5 horas al día. Si dentro de nuestros objetivos está el reducir grasas sin perder a penas masa muscular, el ejercicio indicado sería la musculación muy moderada con descansos entre series de 2 minutos para potenciar el consumo de grasas como fuente de energía, sustituyendo los niveles limitados de glucosa. Podemos acompañar ésta terapia de detoxificación con productos homeopáticos como la Nux Vómica (detoxificación hepática, digestión y estreñimiento) y Berberis (eliminación de líquidos, limpieza del sistema linfático y riñones).

Una persona que está en proceso de detoxificación se siente más liviana y con menos sensación de pesadez o inflamación. Mental y emocionalmente se encuentra estable. La hipertensión y la respuesta de la insulina también mejoran por utilizar alimentos de bajo índice glucémico.


[1] Según la Constitución Apostólica Paenitemini de 1966.

[2] Estudio nº 2.932 del CIS. Barómetro de febrero  2012.

[3] «El ayuno purifica el alma, eleva el espíritu, sujeta la carne al espíritu, da al corazón contrición y humildad, disipa las tinieblas de la concupiscencia, aplaca los ardores del placer y enciende la luz de la castidad». San Agustín, Sermón 73.

Dietas depurativas: ¿son realmente sanas?

Facilísimo.com / Natalia Plaza

Las dietas depurativas son conocidas por sus efectos en el organismo para eliminar toxinas y la pérdida de peso y volumen en cuestión de días, que esto conlleva. Sin embargo, ¿son verdaderamente sanos este tipo de métodos? ¿Es bueno para nuestro organismo alimentarse predominantemente de líquidos? Para dar respuesta a éstas preguntas, hemos hablado con algunos expertos en la materia y aquí tenéis los resultados.

¿En qué consisten estas dietas?

Las dietas depurativas o desintoxicantes pueden durar un sólo día o, incluso, realizarlas durante una semana completa. Su base reside en comer pocos alimentos sólidos e ingerir principalmente líquidos,la mayoría diuréticos, para ayudan a expulsar las toxinas. De esta manera, nuestro cuerpo se limpia por dentro.

El consumo de proteínas durante el periodo de duración de la misma es prácticamente inexistente, por lo que se recomienda realizarlas en días que no vayamos a realizar esfuerzos físicos. Este tipo de dietas son aconsejables después de periodos de grandes excesos, como la navidad o las vacaciones de verano. Aunque su finalidad no es adelgazar, es cierto que se pierde bastante volumen en pocos días, por lo hay personas que la usan con ese propósito.

Los expertos opinan

La nutricionista personal del Centro de adelgazamiento y nutrición Medicadiet, María López, afirma que “este tipo de tratamientos no tienen ninguna base nutricional y tampoco generan ningún beneficio probable”, sino que “es más bien todo lo contrario, ya que estaremos dejando de aportar durante días lo que nuestro organismo necesita para funcionar correctamente”. Por eso, desaconseja cualquier método que se base únicamente en el aporte de líquidos, ya que, según nos explica, “se puede generar una descompensación en el equilibrio de minerales, dando lugar a patologías relacionadas como, por ejemplo, con déficits en sodio o potasio”.

Asimismo, nos informa de que si generamos una situación de ayuno en nuestro cuerpo, ésta repercutirá en el comportamiento de su ritmo metabólico cuando volvamos a alimentarnos con normalidad, lo que puede generar situaciones de ansiedad no controlada hacia algún alimento. Por lo tanto, si nuestro objetivo es depurar el organismo, la nutricionista nos aconseja “una alimentación equilibrada basada, por ejemplo, en el aporte mayoritario de alimentos ricos en fibra y en antioxidantes y reduciendo el aporte de grasas”.

La dietista, nutricionista y especialista en nutrición, Nuria Pardillo, considera que estas dietas “son útiles para eliminar tóxinas y restablecer un equilibrio mínimo tras temporadas de un intenso desarreglo nutricional”. No obstante, afirma que “el máximo tiempo que se pueden hacer es de unas 36-48 horas y no más” ya que, “hay personas que lo hacen un día por semana para adelgazar o acelerar la pérdida de peso y, en ese caso, no sólo no es útil, sino que tampoco aconsejable”. Asimismo, añade que siempre deben realizarse bajo supervisión y nunca durante más de tres días.

El naturópata y jefe del área de nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), Rubén Bravo, señala que podemos llevar a cabo los régimenes depurativos siguiendo “procesos sanos y equilibrados, sin necesidad de acudir a terapias tan restrictivas y perjudiciales como las basadas en la exclusividad del Jarabe de Ágave, zumos, infusiones, etc.” El experto coincide con la dietista anterior en que deben estar en todo momento supervisados por un especialista y las aconseja porque “mejorarán nuestros problemas cutáneos, reducirán nuestra sensación de ansiedad, infecciones respiratorias, problemas digestivos, insomnio, dolor de cabeza, dolores musculares,etc.”

Eso sí, señala que para ello no hay que realizar aquellas estrictas centradas en líquidos, sino que debemos “evitar los fritos, las harinas refinadas, los lácteos, la sal, los hidratos fuera del desayuno (y dentro siempre integrales), los azúcares, los enlatados, congelados o envasados y los embutidos, mientras que tenemos que dejar de lado el tabaco, dormir entre 8 y 9 horas y beber únicamente agua”.

Igualmente, apunta que incluyamos “un par de frutas al día, preferiblemente ciruelas, cerezas, limón o manzana” y que “ comamos y cenamos verduras y unos 150 gramos de proteínas, como pescado, marisco, huevo, pollo…” y que intentemos “caminar una hora diaria y disfrutar del sol unas 4 o 5 horas al día. También menciona que la terapia de detoxificación puede acompañarse con productos homeopáticos, como la Nux Vómica o el Berberis. Por último, determina que, de esta manera, el régimen podría durar entre “una y dos semanas, coincidiendo con los cambios estacionales”.