Revista Belleza Médica, número de abril -mayo 2016
Carmen Escalada es nutricionista clínica del Instituto Medico Europeo de la Obesidad (IMEO). En su consulta emplea la dieta hipocalórica como herramienta de pérdida de peso, con una serie de claves que aumentan su eficacia: la personalización y el apoyo a través de ejercicio físico y tratamientos medico-estéticos.
La experta explica que “la base de la dieta hipocalórica es establecer un plan de alimentación que aporte menos calorías que las que el paciente va a quemar, de modo que pierda peso por un balance energético negativo. Por mucho que modernicemos el sistema, este planteamiento debe mantenerse”.
La nutricionista destaca que “estas dietas siempre deben ser supervisadas por un especialista en Nutrición que las adapte al gasto energético, ritmo de vida, ejercicio físico que practica el paciente y patologías que tenga asociadas a su sobrepeso. Esta supervisión, que en las dietas hipocalóricas tradicionales no se hacía, sirve para evitar deficiencias de distinta índole que pueden llegar a ser graves si no se controlan”.
Una buena comunicación con el paciente, fundamental para el éxito
Carmen Escalada destaca que “cuando se pauta una dieta es fundamental explicar al paciente que no se trata solo de bajar de peso, sino de disminuir la grasa corporal, que es la que realmente produce enfermedades.
El paciente debe contarnos sus hábitos, su forma de vida, que alimentos le gustan… y en función de todo eso planear la dieta”.
La experta aclara que “hay que tener muy en cuenta el ritmo de trabajo que lleva el paciente (si come o no en casa, si va a diario a un restaurante o se lleva comida al trabajo…). Otros elementos que hay que considerar son la cantidad de fibra que la dieta aporta y la consistencia de los alimentos, ya que los más consistentes aumentan la sensación de saciedad, así como la temperatura (lo alimentos calientes retrasan el vaciado gástrico), el agua, la sal…”.
Herramientas de apoyo
Para el seguimiento de la dieta, la nutricionista explica que “realizamos análisis de composición corporal para comprobar que el paciente pierde grasa además de peso, y saber si está debidamente hidratado o si
retiene líquidos. También hacemos diversas pruebas para comprobar su situación hormonal, ya que influye en el hambre y la saciedad y el estrés que le puede generar la dieta”.
Otras herramientas de apoyo que emplean son la psicoterapia, el entrenamiento físico personalizado y los tratamientos medico-estéticos. También ofrecen la opción de la cirugía bariátrica “para pacientes que
necesitan perder mucho peso, quienes son resistentes a las dietas o aquellos que tienen mucha sensación de hambre, ya que la intervención actúa sobre la grelina y logra disminuirla mucho”, añade.
En cuanto al ejercicio físico, Carmen Escalada apunta que “hemos comprobado que ayuda mucho a la pérdida de peso, pero sobre todo al mantenimiento del musculo. Esto es muy positivo a largo plazo, para el bienestar general del paciente (físico y anímico) y para el mantenimiento del peso perdido”.
Los tratamientos medico-estéticos de apoyo que emplean son “el LipoContour, un sistema laser para tratar la grasa localizada; el Vela Smooth para ablandar y movilizar la grasa; la radiofrecuencia INDIBA
para reafirmar y regenerar el tejido, y la termoestimulación, un tratamiento de gimnasia pasiva para la reafirmación del musculo que combina calor con corrientes”, concluye la experta.
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