De mujer a mujer: Sandra Pino en portada

Entrevista con Sandra Pino, Preparadora física de IMEO, Licenciada en Psicología y Campeona de España de Bodyfitness en el 2009

– ¿Cómo la obesidad moderada y severa afecta el aparato locomotor de una persona (músculos, huesos y ligamentos)? ¿Y de una mujer? 

S.P.- Son muchos los problemas asociados a la obesidad, problemas circulatorios, respiratorios, estomacales, cardíacos e incluso locomotores. Si bien nuestro cuerpo está diseñado para soportar nuestro peso ideal, según vamos añadiéndole kilos de más, éste comienza a dar sus primeras respuestas. La columna va a ir adaptándose para compensar el peso, aparecen dolores y problemas de espalda. Las articulaciones de las extremidades inferiores van a comenzar a sufrir el impacto de esos kilos que sobran. Rodillas, tobillos y caderas son los puntos que más sufren esta sobrecarga llegando a producirse lesiones o deficiencias locomotoras. Cuanto mayor es el peso, más daño le provocamos a nuestro cuerpo.

Paralelamente a estos problemas y al dolor que ellos desencadenan, la persona va perdiendo la funcionalidad de su cuerpo y, como consecuencia, se aferra a un estilo de vida cada vez más sedentario. Es un círculo vicioso del que resulta difícil salir.

Las mujeres son más afectadas, en este sentido, ya que su organismo es más propenso que a sufrir problemas óseos como artritis u osteoporosis. Si a eso le añadimos un problema de sobrepeso, las posibilidades de que estas patologías se agraven son aún mayores.

Una persona que se mantiene en su peso ideal, se alimenta de manera correcta y hace ejercicio de forma habitual, tiene más energía para afrontar el día a día. Su fuerza, potencia, resistencia y flexibilidad son mayores y le proporcionan una mayor funcionalidad. Además, cuidando de nuestro estado físico, ayuda a tener una mejor autoestima y como resultado de ello, también mejores relaciones personales y laborales.

– ¿A nivel psicológico, cómo afecta a la mujer la obesidad? El papel de la mujer en la sociedad actual es tan variado e importante que abarca un amplio abanico de roles, desde el ámbito familiar –ama de casa, esposa, madre, compañera sentimental–, hasta el ámbito profesional en igualdad de condiciones con el sexo masculino –dirigente, empresaria y trabajadora–.

S.P.- Hoy en día el canon de belleza que existe es el de una mujer muy delgada. Las revistas, la televisión y los carteles publicitarios nos lo recuerdan constantemente. Con lo cual, el impacto que esto tiene sobre una mujer que no cumple con esos parámetros es considerable. Conceptos como adelgazar y dieta se han convertido en motivo de una constante preocupación entre las mujeres. No saber alcanzar un físico con el que nos encontremos a gusto, puede hacer que la ansiedad y la desesperación se manifiesten de manera considerable en la persona. En los casos graves, se podrían desencadenar periodos depresivos, de apatía y mal humor.

– Algunas estadísticas de la OMS señalan que la prevalencia mundial de la obesidad casi se duplicó en el período 1980-2008, afectando en el año 2008  a quinientos millones de hombres y mujeres mayores de 20 años, siendo en todas las regiones de la OMS más frecuente en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, en España, en cuanto a obesidad en mayores de 20 años, la palma se la lleva el hombre con unos índices de 24,9% registrados frente a un menor porcentaje registrado en la mujer, equivalente al 23%. En tu opinión, ¿se cuidan más las españolas que los españoles?

S.P.- En cuanto a mi experiencia laboral se refiere, son ellas las que más se cuidan. La mayor parte de mis clientes son mujeres, supongo que también tendrá que ver con que yo lo sea y que puedan identificarse más conmigo, que con un hombre.

Lo motivos por los que la mujer se cuida suelen ser básicamente estéticos, mientras que el hombre le da más importancia a sentirse bien y tener más energía. La mujer está tomando cada vez más protagonismo en las salas de fitness, cosa que me enorgullece muchísimo. Las clases dirigidas están compuestas mayoritariamente por mujeres. Además, ellas son mucho más constantes a la hora de llevar una alimentación equilibrada y hacer ejercicio.

Lo que les suele jugar en contra es que ellas se dejan para lo último, primero atienden todo lo demás –trabajo, casa, pareja, hijos–, y si queda un hueco, se lo dedican a ellas. En muchas ocasiones el abandono y la dejadez son considerables. La solución no es cambiar de prioridades, sino de llegar a un equilibrio, compaginando las responsabilidades familiares y laborales con lo que supondría el tiempo de cuidado personal. Dedicar un tiempo para una misma día tras día, es primordial.

– Todos sabemos que las personas obesas no pueden soportar ejercicios físicos con una intensidad alta, como correr, saltar, subir escaleras o cuestas. El exceso de grasa también limita el movimiento del cuerpo en el agua (lo mantiene a flote), e impide hacer otros movimientos que suponen soportar el propio peso (flexiones) o trabajar con las partes del cuerpo (abdominales, yoga, pilates), etc. Sin embargo, para bajar de peso el deporte, junto con una dieta personalizada, es sustancial. ¿Qué pautas de ejercicios nos recomiendas para las mujeres con problemas de sobrepeso y obesidad?

S.P.- Como entrenadora personal del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, suelo aconsejar a las mujeres que se ponen en mis manos  comenzar poco a poco. Obviamente, todo depende del punto en que cada una se encuentre y del sobrepeso que tenga.

Lo ideal para una persona desentrenada es comenzar a caminar de manera regular a un ritmo ligero, más o menos constante.

Mis chicas suelen comenzar con paseos de lunes a viernes de entre 30-60 min. Dependiendo de su estado físico, serán menos días y/o menos tiempo.

Lo importante es dejar que nuestro propio cuerpo nos guíe. Una de las cosas que procuro transmitir a mis chicas es que aprendan a tener relación con su cuerpo. Que confíen en él y que escuchen lo que nos tenga que decir en su propio lenguaje. Esto nos servirá para saber si lo que estamos haciendo está bien o no.

Una vez de que comienzan a ser constantes con el ejercicio cardiovascular (los paseos), que por lo general suelen ser unas 3-4 semanas, comenzamos a introducir rutinas para fortalecer la musculatura y que eso se refleje en su tono muscular y aspecto físico. Dos o tres días con un circuito de fortalecimiento será suficiente.

Lo que sucede según van notando los resultados es que ellas mismas cada vez comienza a ponerse objetivos más altos y desafíos más importantes, que les llevan a sentirse bien consigo mismas y a que eso se refleje en su aspecto físico. Ver esta transformación en cada una de ellas, es maravilloso. La constancia y el esfuerzo hacen que incluso las que no creían en sus posibilidades, lo consiguieran con el tiempo.

El abordaje de la obesidad en mujeres precisa tratamiento psicológico

Europa Press
El tratamiento psicológico en el abordaje de la obesidad en mujeres es «fundamental» puesto que, en su aparición, influyen elementos emocionales que, en hombres, no tienen tanto peso, sostiene Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, entidad que ha presentado un estudio que mide el grado de tolerancia de ambos sexos ante la obesidad con motivo del Día Europeo de esta problemática, que tiene lugar este sábado.

   Este experto, en declaraciones a Europa Press, ha reconocido que en hombres el detonante del sobrepeso y la obesidad es «más sencillo», puesto que suele ser solamente la comida, pero en mujeres radica en ocasiones en «un problema de ansiedad, de no saber gestionar (la situación), y de buscar la felicidad».

   No obstante, la encuesta, en la que han participado 380 personas (216 mujeres y 164 hombres) de las que el 52 por ciento estaban en su peso normal, el 37 por ciento tenía sobrepeso, y el 11 por ciento obesidad, revela que las mujeres suelen ser más intolerantes con sus homólogas obesas, al no entender que su aparición atiende a una enfermedad.

   «Las mujeres que están acostumbradas a cuidarse en su día a día se muestran poco comprensibles hacia las mujeres obesas, porque ya dan por hecho que se trata de una falta de voluntad y dejadez», ha precisado Bravo. Además, el 41 por ciento de las mujeres creen que la obesidad supone un problema estético frente al 21 por ciento de los hombres.

TRABAS EN EL MUNDO LABORAL

   Por otro lado, respeto a la cuestión laboral, las mujeres son más reticentes a que una persona obesa ocupe un puesto de trabajo cara al público (el 76%) que los hombres (un 14%). En este sentido, el portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad describe las situaciones a las que tienen que enfrentarse muchas personas obesas que, aun teniendo un currículum brillante, encuentran trabas por su aspecto físico a la hora de realizar una entrevista con el directivo o gente de la empresa.

   En este sentido, todas las mujeres encuestadas que padecían problemas de obesidad denunciaron haber experimentado algún tipo de rechazo en el ámbito laboral frente al 36 por ciento de los hombres.

   En relación al plano sentimental, el sondeo revela que, a pesar de que todos entablarían amistad con una persona obesa, el 67 por ciento de las mujeres con peso normal o sobrepeso remediable no se casaría con una persona obesa. Esta opinión contrasta claramente con la de los hombres, quienes no tienen tantas reticencias a la hora de llegar al altar con una mujer con sobrepeso u obesidad (el 17%).

   «Este hecho no nos debe extrañar tanto, sabiendo que las españolas se colocan entre las mujeres que más se cuidan y menos obesidad tienen en la Unión Europea», ha declarado Bravo. Los hombres españoles, sin embargo, «tienden más a mimar la barriga de la felicidad» y son los que más problemas de obesidad presentan en toda la Unión Europea, ha señalado.

INTOLERANCIA A LOS KILOS

   Por otra parte, a medida que las mujeres aumentan de peso son más intolerantes con los kilos que sobran: el 76 por ciento de las mujeres con normopeso, el 94 por ciento con un sobrepeso remediable y un 96 con problemas de obesidad muestran su rechazo.  

   «Profundizando en los resultados, nos damos cuenta que cuanto más aumenta el exceso de peso, la intolerancia hacia los propios kilos y los kilos de los demás también aumenta, sobre todo en las mujeres, existiendo autocracias profunda y disconformidad», ha señalado este experto.

   En general, sus afectados, bien sean hombres y mujeres, «no se conforman con ser obesos, no lo asumen, se sienten mal y luchan por dejar de serlo», ha aclarado, en relación al número creciente de personas con esta problemática que decide someterse a un tratamiento. A pesar de que la media de edad de estos pacientes ronda los 35-45 años, ha advertido de que cada vez hay más adolescentes que acuden al especialista para seguir un tratamiento, a consecuencia del estilo de vida actual.