Cómo detectar la contaminación por histamina en el atún

Finanzas, por Álex Jiménez / video 13 Tv

Al menos una cuarentena de personas de Madrid, Andalucía y Murcia se han visto afectadas por un brote de escombroidosis, o contaminación por histamina, tras consumir atún fresco en mal estado comercializado por la empresa Garciden, con sede en la localidad almeriense de Vera.

Al parecer, el pescado procedían de un lote que tenía un alto contenido de histamina, una alteración que se produce cuando un aminoácido presente en el pescado, la histidina, se transforma, lo que sucede cuando el alimento no ha sido manipulado correctamente o cuando no se encuentra en condiciones adecuadas de conservación o refrigeración. «Seguramente ese pescado pasó un tiempo en mal estado», dedujo en declaraciones a ABC el doctor Carlos Miliani, médico especialista en Cirugía digestiva.

La escombroidosis es una intoxicación por ingesta de algunos pescados, como el atún, el salmón, la sardina o la caballa, en mal estado. El aspecto, la textura y el color de estos alimentos no suele alterarse. Su sabor puede ser picante. La intoxicación se presenta como una reacción alérgica muy fuerte y puede causar enrojecimiento de la piel, náuseas, vómitos, diarreas o dolor de cabeza. Por lo general, se trata de una patología leve que no tiene por qué sufrir complicaciones.

Los productos, retirados

Ayer, la asociación Facua-Consumidores en Acción denunció los hechos y exigió a la Junta de Andalucía que impusiese una «sanción ejemplarizante» a Garciden. Desde Facua, además, señalaron que, pese a que son 42 los casos concretos conocidos, las cifras de afectados «son muy superiores».

El Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), procedió a la retirada de los lotes de productos comercializados por Garciden. Las autoridades sanitarias andaluzas decretaron el cierre temporal del negocio como medida de precaución.

Sanidad también alertó a los ciudadanos del peligro de haber adquirido atún fresco distribuido por Garciden entre el 25 de abril y el 5 de mayo. Los lotes en mal estado están siendo retirados tanto por la propia empresa como por las autoridades sanitarias, además de por Mercamadrid.

Desde Garciden, por su parte, aseguraron estar «investigando, junto con el departamento de Salud de la Junta de Andalucía» lo que ha podido suceder. «Creemos que es posible que un lote de mercancía proveniente del Océano Pacífico haya perdido la cadena de frío en su origen y ese puede ser el motivo del problema», explicó a ABC Sergio Baena, portavoz de la empresa.

Se calcula que hay al menos 25 intoxicados en Andalucía, 16 de ellos en Granada. En Madrid, la cifra asciende a once, mientras que en Murcia hay otras cuatro personas afectadas.

Uno de los principales problemas del consumo de estos pescados intoxicados es que la histamina es resistente al calor, por lo que soporta los procesos térmicos propios del cocinado.

Sanidad aseguró que todos los afectados han presentado episodios leves, caracterizados por dolor de cabeza, picor de garganta, sudores, vómitos, náuseas y erupciones cutáneas, si bien en ningún caso ha sido necesario el ingreso de estos pacientes. En caso de haber consumido atún fresco y de notar alguno de estos síntomas desde los primeros instantes hasta tres horas después de haberlo ingerido, desde el Ministerio se aconseja visitar a un médico.

Comer por la nariz: una dieta cara, peligrosa e ilegal

Astrid Garcia / Blogs Antena3
Sus resultados son inmediatos pero no permanentes. Comer exclusivamente a través de una sonda durante diez días para perder peso puede acarrear serias complicaciones y va en contra del Real Decreto 1901/2000, que limita esta práctica a enfermos con problemas para alimentarse de otra forma.

Después de cuatro meses de cañas, tapitas y helados, llegan los remordimientos. Hemos recuperado todo lo perdido durante la ‘operación bikini’ y, si no nos damos prisa, el turrón conseguirá conquistarnos antes de lograr quitarnos de encima los kilitos del verano.

Tras el fracaso comprobado de los regímenes proteicos, tipo Dukan, que terminan aburriendo por la falta de variedad de sus menús, los más impacientes se apuntan este otoño a la ya conocida como ‘dieta de la mochila’.

Promete una elevada pérdida de peso (unos diez kilos) en tan sólo diez días, con el único sacrificio de llevar contigo una mochila a todas partes. Como si estuvieras hospitalizado, la ingestión de calorías se realiza exclusivamente a través de una sonda nasal, que te aporta todos los nutrientes para un día (glúcidos, grasas, proteínas y vitaminas).

Quienes se han sometido a esta dieta aseguran que la sensación de apetito es inexistente, debido a que el cuerpo recibe alimento de manera constante. Sin embargo, no todo son maravillas.

Además de que no es apta para todos los bolsillos, pues supone un desembolso inicial de entre 3.000 y 5.000 euros, las asociaciones de nutricionistas advierten de que esta práctica puede ocasionar complicaciones, como la obstrucción de la sonda, deshidratación y diarreas, e incluso infecciones por contaminación bacteriana.

Debemos tener también en cuenta que la legislación española limita este modo de nutrición a pacientes que tengan problemas para «ingerir, digerir, absorber, metabolizar o excretar alimentos normales», algo que las clínicas que ofertan esta dieta se saltan por completo. La ingestión de calorías a través de una sonda se utiliza para enfermos en estado de coma, algunos casos de anorexia o para pacientes con cáncer, que reciben quimioterapia y tienen dificultades para comer. Nada que ver con un capricho estético.

No olvidemos además que, siempre que se pierde peso a gran velocidad, se recupera igual de rápido. ¿Cuántas veces estarías dispuesto a pasar por este proceso, con el correspondiente gasto de 5.000 euros? Probablemente, lo único que te lleves de esta experiencia serán unas cuantas estrías más.