Las dietas de Sánchez, Putin, Trump y Merkel (y cómo influyen en política alimentaria)

Expertos en nutrición analizan cómo algunos hábitos de los gobernantes pueden afectar a las decisiones ejecutivas de los países

El Confidencial

El estilo de vida de los dirigentes políticos, su dieta, preferencias culinarias o práctica deportiva demuestran un impacto económico y social. Esta parte más cercana y humana de su imagen que trasciende a la opinión pública a través de fotografías, entrevistas, reportajes televisivos o biografías es capaz de marcar tendencias en cuanto a las políticas económicas relacionadas con el consumo y la alimentación, los niveles de sobrepeso y obesidad, los cambios en el patrón de la dieta o, incluso, en la percepción de la esperanza de vida de la población.

Foto: EFE / Ballesteros

Por esta razón los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) han decidido contrastar el ejemplo que dan con su estilo de vida y alimentación algunos de los mandatarios más relevantes en la actualidad: Trump, Putin, Merkel y Sánchez.

La dieta de Pedro Sánchez

El presidente de España, país con 27,1% de obesidad y un 33,4% de inactividad física en la población, se encuentra en muy buena forma a sus 48 años, dado su vínculo con el baloncesto en el pasado y el esfuerzo de mantener dentro de su agenda una rutina deportiva tres veces a la semana, alternando ‘running’, bicicleta o pesas en el gimnasio.

Por suerte, el estrés no afecta la conducta alimentaria de este mandatario, ni altera su sensación de hambre y ansiedad, según explicaba en una entrevista con El Confidencial. “El hecho de limitar los cafés a dos al día, insistir en la alimentación poco procesada y no perdonar su deporte al menos 3 veces por semana, supone una ventaja a la hora de conciliar el sueño y favorecer un descanso nocturno de calidad”, añade Rubén Bravo, dietista experto en nutrición y portavoz del IMEO.

En cuanto a la alimentación, Pedro Sánchez sigue una dieta mediterránea equilibrada, abundante en verduras, ensaladas, carne y pescado a la plancha. Realiza las tres comidas clásicas controlando las cantidades, sin saltarse la cena. Desayuna bien para cargar las pilas de energía y entre horas toma frutas. Limita las legumbres y los guisos más contundentes para evitar digestiones pesadas; reservala paella y el cocido para los fines de semana. Le gustan las cocinas japonesa y coreana, y platos como sushi, sashimi, yakisoba o nigiri, preferiblemente de toque picante. Toma mucha agua y, para brindar, cava o vino tinto.

Es defensor de la comida sana de calidad y cercanía. Uno de los retos para su legislatura es reducir el impacto de la comida basura

Por todo ello, no es de extrañar que el mandatario español sea defensor declarado de la comida sana de calidad y cercanía. De hecho, uno de los retos para su legislatura es reducir el impacto de la comida basura sobre la población con exigencias de etiquetado claro y advertencia de que subirá los impuestos de los alimentos insanos, refiriéndose a los ultraprocesados y aquellos con exceso de grasas y azúcares.

La dieta de Vladimir Putin

El presidente de la Federación Rusa, país con 25,7% de obesidad y 11,1% de inactividad física poblacional, según datos de la OMS, se mantiene en una forma envidiable a sus 67 años, gracias a la práctica de ejercicio físico intenso y su bien cuidada alimentación.

Siempre que se lo permite su agenda, Vladimir Putin empieza el día con natación, un momento que utiliza para reflexionar. Después, realiza un entrenamiento de fuerza y resistencia en su gimnasio. Desayuna después de entrenar, normalmente huevos, en tortilla o crudos de codorniz, frutas y frutos secos, porridge de trigo sarraceno con mijo y miel originaria de Altai.

De sus preferencias culinarias destacan la sopa tradicional rusa uja de salmón o bacalao, la carne de res con arroz, el cordero asado, las brochetas en marinada, el pescado y el caviar rojo. Evita los productos ultraprocesados y el alcohol; si tiene que brindar, opta por vino o cerveza. Toma café turco, té verde e infusiones herbales; su cóctel favorito es a base de remolacha y rábano picante. De postre le gustan los pasteles, los panqueques con fresas y el helado de pistacho. Consume lácteos de proximidad y kéfir a modo de cena ligera.

Evita los productos ultraprocesados y el alcohol; si tiene que brindar, opta por vino o cerveza. Toma café turco, té verde e infusiones herbales

Dado su pasado de agente operativo de los servicios secretos, Putin domina varios artes marciales: es cinturón negro octavo dan en judo y kárate, y noveno en taekwondo. De los deportes de invierno practica el esquí y el hockey.

La alimentación y el estilo de vida del presidente ruso son óptimos para su edad y condición física, según la experta en nutrición y dietética del IMEO, Andrea Marqués. Su dieta es variada, saludable y equilibrada. Realiza un desayuno completo en el que encontramos proteína de alto valor biológico en forma de huevos, frutas frescas y de temporada como fuente de vitaminas y minerales y frutos secos para completar con grasas insaturadas de calidad. El cereal lo aporta en forma de trigo sarraceno, que se caracteriza por ser un cereal libre de gluten y con bajo índice glucémico, ya que contiene hidratos de carbono de absorción lenta. La miel a la que recurre para endulzar sus platos tiene una composición nutricional privilegia, rica en vitaminas y minerales y con propiedades antibacterianas y antifúngicas; aun así, debe consumirse con moderación, ya que contiene azúcares sencillos.

Los platos principales de la dieta de Putin son correctos, ya que prioriza carnes magras y pescados blancos y azules, ricos en omega 3. Las formas de cocinado también son saludables, destacando los asados y los marinados.

“Quizás, tiene cierta debilidad por los dulces, pero teniendo en cuenta su modo de vida saludable y activo, podemos dar por hecho que los consume con la suficiente moderación”, explica la nutricionista.

Otros puntos a su favor son que no consume alcoholes destilados, evitando así la ingesta de calorías vacías; toma infusiones variadas que ayudan para una correcta hidratación; antes de acostarse bebe kéfir, este lácteo fermentado rico en triptófano y probióticos favorece el cuidado de la flora intestinal y el descanso nocturno.

En cuanto a la política alimentaria, Putin impuso un embargo a las importaciones de EE.UU. y EU en 2014 como una medida económica proteccionista que favorece el consumo de productos de cercanía y proximidad, sometidos a un control sanitario propio, con la creación de una lista negra de productos agroalimentarios que a fecha de hoy mantiene el veto comercial a frutas y verduras, carnes, pescados y lácteos.

La dieta de Donald Trump

Es el más transparente de los mandatarios y el único que, sin estar obligado, publica los resultados de su examen médico anual. Según el informe del año pasado, el presidente de EE.UU se encuentra en “muy buena salud” a sus 73 años, a pesar de su problema de colesterol y su IMC de 30,4 correspondiente a obesidad leve.

La alimentación promovida por Donald Trump causa bastante polémica, puesto que es el máximo defensor de la comida rápida e hipercalórica que, junto con otros factores, tantos problemas de salud están ocasionando a los estadounidenses: altos niveles de obesidad e inactividad física (37,3% y 35%, respectivamente), enfermedades coronarias y respiratorias, cáncer, diabetes y problemas renales, entre otros. Últimamente, el mandatario ha sido duramente criticado por incentivar el consumo de comida basura, incluida la pizza, en los colegios y por reducir las raciones de frutas y verduras en los comedores estudiantiles, catalogando la pasta de harina vegetal como verdura.

¿Qué sabemos de las preferencias culinarias del presidente Trump? Según información aireada por ‘The Washington Post‘ y reflejada en un libro escrito por dos de sus ex asesores, su alimentación se basa en hamburguesas y sándwiches de huevo con extra de queso y tocino, salsas industriales, alitas de pollo con patatas fritas, pizza, refrescos y productos de bollería. A todo esto, debemos sumar la ausencia de actividad física del presidente que ha renunciado al béisbol y fútbol que practicaba de joven, llegando a la conclusión que el deporte, excepto el golf, es una pérdida de tiempo que no hace nada más que agotar, según ‘CNN’.

Su alimentación se basa en hamburguesas y sándwiches de huevo con extra de queso y beicon

“Un gran porcentaje de las calorías que consume el presidente estadounidense son calorías vacías, es decir, no aportan ningún nutriente de utilidad para el que las consume”, señala Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO. El consumo diario de este tipo de alimentos (bacón, fritos variados, quesos grasos y galletas) aportaría un exceso de grasas saturadas y colesterol y elevaría el riesgo de hipercolesterolemia o problemas cardiovasculares. Además de favorecer el sobrepeso y la obesidad, ayuda al desarrollo de otras patologías “silenciosas” como la diabetes, una de las principales causas de muerte en América del Norte que tarda en mostrar síntomas visibles.

El hecho de que Trump no bebe alcohol es un punto a favor para su salud global. Sin embargo, consume hasta 12 latas de cola light con cafeína al día y algún batido de chocolate. “La ingesta tan elevada de este tipo de bebidas nos aparta de beber agua, que es lo que realmente necesita nuestro organismo para funcionar adecuadamente, y puede llevar a generar problemas para conciliar el sueño, digestivos o de descalcificación ósea”, añade Escalada. Por tanto, desaconseja tomar la dieta de Trump como referencia y, mucho menos, establecerla como base alimenticia de los escolares.

La dieta de Ángela Merkel

La canciller alemana Ángela Merkel, de 65 años de edad, declarada por la revista ‘Forbes‘ por noveno año consecutivo la mujer más poderosa del mundo, es muy recelosa de su vida privada, incluyendo cuestiones como la salud o la alimentación.

No obstante, si nos fijamos en su aspecto físico, podemos notar cierto aumento de peso que ha experimentado desde el 2014, cuando tras una factura ósea se sometió a una dieta rica en frutas y verduras, vitaminas y minerales antioxidantes, logró deshacerse de las muletas y también de diez kilos de peso en tan sólo cuatro meses. “Todo un mérito, puesto que Merkel está en una edad en la que en la mujer disminuye la capacidad de reacción a los alimentos para crear masa muscular, que es imprescindible para quemar grasa, mientras que los hombres de la misma edad pueden almacenar con facilidad las proteínas en el músculo”, explica Andrea Marqués, nutricionista y dietista del IMEO. Esto tiene que ver con las alteraciones hormonales asociadas a la menopausia y, especialmente, con la bajada de estrógenos que provocan muchos cambios en el cuerpo de la mujer tanto en su masa grasa como en la masa ósea y muscular. “Por lo tanto, sería conveniente cuidar la alimentación, en especial a la ingesta de calcio y vitamina D”, especifica la nutricionista.

Alemania introducirá a partir de este mes de abril la etiqueta de calidad del llamado semáforo de la alimentación sana

Respecto al estilo de vida de Ángela Merkel, por muy ajetreado políticamente que sea, parece más tendente al sedentarismo en lo cotidiano. Le gusta practicar el esquí de fondo y el senderismo de forma ocasional, pero no se le conoce una rutina de ejercicio físico semanal.

Durante sus reuniones suelen servir dulces y tentempiés salados, como bocadillos o sándwiches. Es fiel a la cocina tradicional alemana y le gusta cocinar, porque le ayuda relajarse. Le desagradan las guarniciones pitiminí, prefiere las salchichas con salsa y la patata en forma de puré, la fondue de queso y la cerveza, por lo que “el exceso de calorías de su dieta está garantizado y, aunque hablemos de productos de proximidad y de calidad, no quita que supongan un exceso de grasas saturadas y calorías y puedan resultar perjudiciales para su salud”, explica Andrea Marqués, nutricionista y dietista del IMEO.

Prefiere la cena ligera, a base de verduras, y procura dormir las horas necesarias, algo que no sólo favorece su metabolismo, sino también propicia el sueño reparador nocturno. Los fines de semana los aprovecha para pasear al aire libre para desconectar.

Cabe recordar que Alemania, con 25,7% de obesidad y 23,4% de inactividad física, introducirá a partir de este mes de abril la etiqueta de calidad del llamado semáforo de la alimentación sana, pero solamente de forma voluntaria por parte de aquellos proveedores que deseen sumarse a la iniciativa.

Lo que comen las ‘celebrities’ para tener una piel más bonita

Avena, cerezas, chocolate negro… Los expertos nos dan la lista de qué alimentos incluir en nuestra dieta y cuáles no debemos tomar

Hola, por María Víllora

¿Qué hacen Chrissy Teigen o Gisele Bündchen para tener una piel tan envidiable? ¿Qué secretos guardan en su nevera? Sabemos que Teigen sigue las recetas saludables de Cravings, su propio libro, y que actrices como Elsa Pataky encuentran en el yoga y los batidos a base de espinacas, apio y pepino un buen punto de partida con el que mantenerse guapas y en forma. Pero además, la calidad del sueño es importante en la belleza de la piel.

Dormir bien y tener una piel bonita son dos aspectos que van de la mano y que, a su vez, dependen en gran medida de cómo nos alimentemos. «Si estamos estresados, dormimos menos horas de las necesarias o nos despertamos continuamente, va a quedar reflejado en nuestro aspecto físico y nuestra piel probablemente esté más apagada y cansada», afirma Andrea Calderón, nutricionista de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA).

La cadena del orden: alimentación, sueño y piel

Todo está unido. Lo que comemos tiene consecuencias en la calidad de sueño y elegir bien los alimentos es imprescindible a la hora de ayudarnos a regularlo y sentir un mayor bienestar. Para conseguirlo, Calderón opina que «es importante haber realizado las 5 comidas al día y no llegar a la hora de la cena con el hambre acumulada. De esta manera, tomaremos una cena más ligera que nos ayudará a sentirnos menos pesados y concebir mejor el sueño. Además, si conseguimos regular unos horarios tempranos y cenar 2 horas antes de irnos a dormir, preferiblemente no después de las 9, haremos una mejor digestión antes de la hora de acostarnos».

¿Qué alimentos hay que tomar por la noche?

Dentro de los alimentos recomendados para las cenas, estudios realizados sugieren que los aminoácidos (unidades básicas de las proteínas, nutrientes abundantes en carnes, pescados y huevos) se asimilan en mayor medida durante la noche. Tomar alimentos proteicos para la noche y prescindir (o no abusar) de los ricos en carbohidratos (que aumentan la glucemia) puede redundar en un beneficio fisiológico.

«Los alimentos proteicos, en su justa medida, favorecen la síntesis de melatonina, que nos beneficia por su inducción de un sueño más profundo y reparador. La melatonina se sintetiza a partir de la serotonina, y ésta a partir de triptófano, un aminoácido abundante de manera natural en alimentos proteicos como yogures, huevos, carne de pollo y los pescados. También está presente en la avena, dátiles, plátanos, cerezas, chocolate negro y en algunos frutos secos como almendras y nueces», explican los expertos de KilosOut.

La yema de huevo, carnes magras, el chocolate negro, el yogur o la leche son algunos de los alimentos más ricos en triptófano, ideales para conciliar el sueño. Y también, a pesar de que hay dietas que no recomiendan la fruta por la noche, son buenas las fresas, cerezas, frutos del bosque, frutos secos.

Otros nutrientes recomendables para conciliar el sueño serían: el magnesio, la vitamina C y vitaminas del grupo B destacando la B6. Se encuentran sobre todo en: frutas (cítricos, kiwi), verduras y hortalizas como la zanahoria y las espinacas y las legumbres. Además, «Añadir una cucharada de levadura de cerveza a nuestros zumos naturales o el yogur, aportará una buena fuente de vitaminas del grupo B, también beneficiosa para el pelo y las uñas», destaca Andrea Calderón.

Los mejores alimentos para la piel y el cabello

Dormir bien es solo el principio para conseguir una piel más saludable, pero si además añadimos una buena dosis de antioxidantes, el efecto se triplica. Para ello, la nutricionista de SEDCA recomienda «tomar diariamente 3 piezas de fruta y dos raciones de verdura, una en cada comida y en cada cena». Tampoco debemos olvidar que el aceite de oliva virgen es fuente de antioxidantes al igual que los frutos secos, las legumbres y el pescado azul.

Incorporar semillas como las de chía, lino, girasol o sésamo o germen de trigo a nuestra dieta, será una forma fácil de añadir omega 3, fibra y antioxidantes a nuestras comidas. «Es tan sencillo como tomar una o dos cucharadas diarias de algunas de estas semillas adicionadas a un yogur, un vaso de leche o un zumo, ya sea molidas o en remojo», añade Calderón.

Para mejorar el estado de nuestra piel y cabello es imprescindible tomar todas las vitaminas, minerales y antioxidantes que nuestro cuerpo necesita. Natàlia Calvet, coach y experta en hábitos saludables, afirma que, «para esto es vital que la base de nuestra alimentación sean las verduras, hortalizas y frutas (mínimo un 50% de todo lo que comes). Cuanta más variedad, mejor, cuántos más colores distintos mejor. Tomates, pimientos, brócoli, kiwis, granadas, espinacas, fresas, calabaza… son especialmente recomendables para mejorar la salud de la piel y el cabello»

También es esencial que en todas nuestras comidas haya grasas saludables. Estas son básicas para que la piel tenga una buena estructura y además contienen vitamina A, D y E y minerales necesarios para que la piel tenga buen aspecto. Por eso es tan importante incluir en tu alimentación frutos secos, semillas, pescado azul, aceite de oliva virgen, aceitunas, huevos, etc.

Por último, añade Calvet, «la hidratación es imprescindible para el buen aspecto de piel y cabello. Bebe un vaso de agua nada más despertarte y no olvides ir bebiendo durante el día. El té verde, contiene muchos antioxidantes y también es recomendable».

El queso y los procesados, entre los alimentos prohibidos 

Se ha demostrado que una dieta alta en azúcares interfiere con un sueño reparador. Consumir habitualmente bebidas azucaradas y alimentos procesados altos en azúcar puede hacer que nos despertemos más durante el sueño. La nutricionista de SEDCA, señala que «es importante comprobar en el etiquetado de los alimentos, que no tengan más de 18 gramos de azúcar por cada 100 gramos de alimento».

La cafeína, contenida en las bebidas refrescantes o en el café, puede impedir el sueño a algunas personas. Igualmente, alcohol es una sustancia perturbadora del sueño. Tom Brady y Gisele Bündchen en una entrevista para el New York Magazine reconocieron que nunca toman café. Ni si quiera para desayunar.

Los alimentos ultraprocesados (bollería, pizza….): son ricos en azúcares, grasas de mala calidad y harinas refinadas que interfieren en un buen descanso.

Evitar el queso y los embutidos, así como las comidas altas en grasas, tales como fritos o carnes grasas. «Los alimentos con alto contenido en tiramina (aminoácido) que pueden favorecer la producción de adrenalina, provocan mantenernos despiertos de noche», advierte el equipo de KilosOut. Asímismo aconsejan tener cuidado con las comidas picantes o muy condimentadas, ya que estas pueden aumentar la temperatura del cuerpo, y esta debe bajar antes de dormir.

Para lucir una piel y cabello bonitos debemos alejarnos de todos los alimentos preparados. Son una combinación nefasta de azúcar, harinas refinadas, grasas de mala calidad y sal. Asegúrate de no tener en tu despensa ni comer habitualmente galletas, bollería, snacks, embutidos, lácteos azucarados, productos light, refrescos, salsas, comida precocinada, etc.