Plan postvacacional para perder los kilos cogidos en verano

Durante el mes de Septiembre se podrá obtener de forma gratuita la versión postvacacional de la Dieta de los Días Alternos, avalada por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad como uno de los métodos de pérdida de peso más actuales y comprometidas con la salud a largo plazo 

En verano se pueden coger entre 3 y 5 kilosLlegado el fin del período estival y ante la necesidad de retomar las obligaciones rutinarias —trabajo, estudios o cuidado de los hijos— los españoles vuelven a recurrir a las dietas en busca de una reconciliación con su imagen resentida por los nuevos kilos de más. Para remediar la situación los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) recomiendan, una vez finalizadas las vacaciones, seguir un plan postvacacional de cuatro semanas (ofrecido de forma gratuita aquí) con el fin de perder entre 4 y 6 kilitos que se han podido ganar en verano.

«Los datos que manejamos en el Instituto son de entre tres y cinco kilos de media que tranquilamente se hayan podido coger en esta época, si no se haya realizado una dieta equilibrada combinada con ejercicio físico regular”, indica Rubén Bravo, Naturópata y experto universitario en nutrición y gastronomía del IMEO. En verano comemos menos cantidad, pero de peor calidad, y en un país como España donde a las vacaciones siempre se les ha dado un toque gastronómico surge el problema: a cabo de tres meses de excesos y sedentarismo ganaremos kilos de grasa y perderemos kilos de masa muscular, dificultando la pérdida de peso posterior.

Las tentaciones que disparan las calorías hasta límites insospechados son básicamente los helados (de 92 a 300Kcal en función de la cantidad y el tipo), los refrescos azucarados (de 137 a 189 por lata), las bebidas con alcohol (una lata de cerveza normal aporta alrededor de 150Kcal, los cócteles en bares rondan los 300Kcal) y el tapeo común (100grs de croquetas tienen 186Kcal, pescado frito 211Kcal y patatas con salsa rosa unas 482Kcal). Veamos, solamente entre el picoteo, las bebidas y el postre, tomadas de forma moderada y en cantidades unitarias, sin contar el plato principal, podemos aumentar fácilmente nuestra ingesta diaria entre 600 y 1500Kcal adicionales. “Al final, perjudicamos nuestro metabolismo, porque estamos bajando nutrientes necesarios en la dieta a cambio del consumo frecuente de alimentos no tan saludables”, reitera el experto.

Por todo ello no es de extrañar que en septiembre hay un verdadero boom de las dietas milagro que prometen una pérdida de peso rápida. “En este caso desde IMEO hemos decidido a anticiparnos a esta tendencia ofreciendo de forma gratuita lo que la gente busca: una dieta llevadera, actual y compatible con la vida laboral y social, con la calidad y la garantía de un centro médico comprometido con la salud y la pérdida de peso saludable”, recalca Bravo.

Tratar muchos años pacientes con obesidad ayuda a entender por qué se abandona un régimen. La razón principal suele ser la falta de voluntad, seguida por la sensación de monotonía. El estrés y la ansiedad son otro factor a considerar. Se manifiestan en el intervalo tarde-noche con una apetecencia por el dulce y aunque es lo menos sensato comer a estas horas, prohibirlo no ayuda para continuar con el régimen. También hay que entender los motivos de los quienes se saltan la dieta el fin de semana por ‘comodidad’, pues consideran que les impide a desarrollar sus relaciones sociales.

Cambiar los hábitos de una persona que ya, por ende, tiene una complicada relación con la comida no es fácil. «La clave está en cambiar la forma de gestionar nuestras emociones a través de la nutrición”, apunta Bravo, autor de la Dieta de los Días Alternos que durante el mes de septiembre se podría obtener de forma gratuita en su versión postvacacional, orientada a perder entre 4 y 6 kilos en un mes.

Un método moderno, llevadero y adaptado a la sociedad actual

IMEO propone un plan postvacacioinal para perder entre 4 y 6 kilos en un mesEl Plan Postvacacional de la Dieta de los Días Alternos está diseñado para satisfacer las necesidades que muchos pacientes en consulta manifiestan. Tiene uso puntual y duración determinada. Ofrece desde el inicio una rápida pérdida de peso, imprescindible para motivar a la persona a seguir con el régimen. A largo plazo inculca cambios saludables en los hábitos de vida.

– Se ajusta al ciclo biológico del cuerpo, potenciando la sensación de vitalidad en las horas diurnas, y el proceso de reparación y descanso en el periodo de tarde-noche.

Favorece la regularización de serotonina y dopamina, neurotransmisores involucrados en el equilibrio emocional.

– Potencia la pérdida de grasa manteniendo los niveles de masa muscular y fortaleza física.

– Ayuda a mejorar los peligrosos factores del síndrome metabólico, entre ellos colesterol alto, hipertensión o diabetes tipo 2.

Permite a la semana varias comidas sociales y de forma puntual el consumo moderado de bebidas espirituosas, tarta de bizcocho, chocolate o similar.

Comer en días alternos

Plan PostVacacional Dieta Dias AlternosLa dieta cuenta con tres fases y combina tres tipos de días de forma alterna —depurativos, de régimen y sociales—, creando un motor de tres tiempos que obligue a nuestro organismo a perder peso a un ritmo constante y controlado, utilizando la materia grasa acumulada en los depósitos y no la masa muscular.

Los días depurativos son calóricamente muy restrictivos y priorizan alimentos que propician los procesos de detoxificación y depuración, ayudando al sistema linfático, intestino, hígado y riñón a realizar mejor sus funciones. Nunca se deben hacer dos días de ayuno consecutivos.

Los días de régimen establecen un plan de alimentación equilibrado, saciante y apetitoso. Nos enseñan a comer de forma saludable, distribuyendo los alimentos adecuadamente a lo largo de la jornada.

Los días sociales están pensados para compaginar la alimentación con la vida social durante el fin de semana. Las distintas opciones ofrecidas permiten comer fuera de casa o degustar alimentos más calóricos que en la mayoría de las dietas suelen prohibir.

Cada fase de la dieta se apoya en determinados ‘alimentos estrella’, debido a sus extraordinarias propiedades y múltiples beneficios que presentan para la salud.

Como regla general, se sustituye el café natural por descafeinado. Además de equilibrar los niveles de azúcar en sangre, mejora el tránsito intestinal, ayuda a estabilizar la sensación de vitalidad y equilibrio emocional, disminuye la probabilidad de padecer diabetes y favorece la utilización de la grasa almacenada como fuente de energía.

Super alimentosDescripción de las fases, alimentos ‘estrella’ y objetivos

La primera fase que busca una pérdida de peso rápida dura una semana y cuenta con tres días depurativos (lunes, miércoles y viernes), dos días de régimen (martes y jueves) y un fin de semana pensado para lidiar con la vida social donde se puede comer de todo, siguiendo las recomendaciones y restringiendo las cantidades. El objetivo sería perder 2Kg dependiendo de la actividad física realizada.
Durante la fase inicial se experimenta una detoxfiicación multiorgánica que repercute en mejora de la función del hígado y previene la retención de líquidos. Los alimentos estrella en el menú son el caldo depurativo (a base de cebolla, apio, perejil y diente de león), los cítricos, el kéfir, el zumo de zanahoria y los garbanzos que ayudan a reducir el colesterol y también a retener los líquidos.
En la segunda fase que dura dos semanas hay un leve cambio de patrón. Se realizan tres días de régimen (lunes, miércoles y viernes), dos días depurativos (martes y jueves) y el fin de semana supone un descanso del régimen con una alimentación variada y equilibrada. El objetivo es perder 3Kg.
Esta fase de evolución refuerza las defensas y mejora los niveles de colesterol, reduciendo el riesgo cardiovascular. Se prioriza el consumo de alimentos ‘estrella’, como vino tinto, nueces y jamón ibérico (por su poder cardioprotector); aceite de oliva, lentejas o yogur bebible con efecto anticolesterol. La dieta también se sirve de cereales ricos en fibra, siempre en su versión integral, como semillas de lino, pan de centeno y copos de avena, ya que facilitan el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento. El consumo de pescado azul es de primer orden, por esto el menú incorpora sardinas, atún y pez espada debido a su alto contenido de omega 3, minerales y vitaminas del grupo A,D y E.
La tercera fase que dura una semana tiene un mero rol controlador. Se centra en mantener la pérdida de peso conseguida, omite los días depurativos y propone una serie de menús saludables y variados para los días de régimen entresemana concluyendo en un fin de semana social. El objetivo es perder 1Kg.
La alimentación en esta fase está pensada para favorecer el equilibrio emocional, aumentar la vitalidad y la fortaleza física, propiciar el sueño profundo, combatir el envejecimiento prematuro y equilibrar los niveles de azúcar.
Se sirve de antioxidantes como chocolate negro, manzana o frutos rojos, miel de Manuka neozelandesa con propiedades antibacterianas, te verde y rojo desteinados que favorecen la pérdida de grasa, salmón por su omega 3 y propiedades antiinflamatorias, yogur bebible enriquecido con calcio y vitamina D, mariscos como sepia y pulpo que son bajos en grasas y ricos en taurina y nos ayudarán a mantener en unos niveles de vitalidad óptimos.

 

Bárbara Bautista pierde 67 kilos en 15 meses gracias a una banda gástrica

Después de hacerse una cirugía restrictiva de estómago esta joven madrileña, que en su momento pesaba 150 kilos, técnicamente se encuentra fuera del grado de obesidad 

  • Entre el 70 y el 75% de los pacientes que recurren a dietas, vuelven a recuperar su peso, o incluso más, en un lapso de dos años.
  • La Banda Gástrica como tratamiento bariátrico tiene cada vez más expansión entre las soluciones contra la obesidad mórbida en el mundo occidental, debido a su eficacia a largo plazo.
  • En las personas operadas de Banda Gástrica, disminuye un 46% la grasa visceral y el metabolismo pasa a ser de inefectivo a equilibrado, según un estudio del Instituto Médico Europeo de la Obesidad realizado con más de 1.200 pacientes.

La conocimos hace más de un año, cuando su caso salió a la luz en las noticias por el Día Mundial de la Obesidad. Entonces, Bárbara Bautista, que llegó a pesar 150 kilos, había declarado su peculiar guerra contra la enfermedad, operándose de Banda Gástrica para deshacerse de los 82 kilos que le sobraban. Tenía 27 años y había más que doblado su peso normal. Desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) queremos dar continuidad a su historia, haciendo público su testimonio. Hoy en día esta joven madrileña tiene un Índice de Masa Corporal inferior a 30, que técnicamente la sitúa fuera del rango de «persona obesa» y está decidida a llevar el asunto hasta el final, alcanzando durante los próximos meses su peso ideal de 68Kg.

Es la historia de Bárbara, narrada por ella misma, 15 meses después de someterse a un tratamiento de Banda Gástrica que le ayudó no sólo perder 67 kilos de los 82 que le sobraban, sino también a retomar su vida y recuperar la salud. «La obesidad mórbida puede llegar a condicionarte más de lo que uno se imagina. Te impide hacer muchas cosas, entre ellas vivir la vida a pleno. Cosas tan sencillas como ir a según qué sitios -¡es una cuestión de movilidad y cabida!-, correr o hacer deporte, disfrutar de un parque de atracciones o viajar. Con mis casi 150 kilos sentía que estoy cargando otra persona encima. A veces me faltaban ganas para salir a la calle. Me incomodaba estar en el punto de mira de los demás, y con una talla 64 no era precisamente por sentirme atractiva. Resulta que no sólo pesaba por dos, sino también ocupaba el sitio del otro. Las veces que cogí un avión, tuve que pedir, rabiosa y avergonzada, un cinturón de seguridad añadido, porque en el estándar ya no cabía. Cuando iba al banco, no podía pasar el control de la puerta de seguridad. Siempre salía una voz por megafonía que decía «por favor, pasen de uno en uno». Los sensores del sistema detectaban que allí dentro había dos personas, y no sólo una que pesa por dos.»

Ésta es la parte más perceptible de la historia de esta joven paciente del Instituto Médico Europeo de la Obesidad. La otra parte, «menos visible» que muchas veces queda fuera de foco, trata de la salud. La obesidad mórbida acarrea muchísimos problemas que ya conocemos -cáncer, diabetes II, hipercolesterolemia, problemas articulares, demencia senil y un largo etcétera-, que sitúan a ésta enfermedad entre la primera y la segunda causa de muerte. «Todas las personas que se planteen bajar de peso deberían hacerlo bajo supervisión y guía profesional, ya sea para reducir 5Kg o 80Kg», insiste Rubén Bravo, supervisor del área de Nutrición y Endocrinología de IMEO. Las subidas de peso en el historial de un obeso mórbido suelen realizarse por tramos, partiendo muchas veces de un sobrepeso que ronda los 15Kg. Por diferentes problemas emocionales, en la mayoría de los casos vamos superando éstos tramos, añadiendo con cada problema 10 o 20kg más. Una vez alcanzados los 15Kg. de exceso, deberíamos ponernos muy en serio a solucionar el problema en manos de un equipo multidisciplinar de especialistas.

Las personas con problemas de obesidad a menudo sueñan con un cambio radical, obviando su imagen de «antes» para quedarse lo antes posible con la foto de «después» donde lucen su mejor aspecto: una figura delgada, talla de ropa acorde y una autoestima irrefutable. Pero entre estas dos instantáneas hay un largo camino a recorrer y pacientes como Bárbara saben que el punto de partida es la consulta del médico, cuando de verdad plantas cara al problema.

«Hice muchas dietas por mi cuenta, lógicas e ilógicas, pero en ninguna encontré la solución. Era capaz de perder 30 kilos y al cabo de unos meses había subido 50. Acudí a clínicas que supuestamente eran «buenas» y ofrecían resultados rápidos. Me ponían a régimen y apenas comía. Recuerdo que durante varios días desayunaba un vaso de leche, a media mañana tomaba un caramelo, el almuerzo consistía en cuatro anchoas y un tomate, merendaba un yogur y cenaba un par de tomates. El gran «premio» era la post cena: una onza de chocolate. A parte de pasar hambre, me sometía a unas corrientes para controlar la ansiedad y acupuntura. Conozco muchos «inventos» para adelgazar, algunos salían en programas de cámara oculta. Uno de estos remedios de efecto dudoso eran unas pastillas de carbono activo, las llamaban «amalgama». Se les atribuía poderes milagrosos, ya que después de tomarlas te decían que podías comer lo que quisieras durante 50 minutos, sin engordar. Nada de esto sirvió.»

«En el caso de Bárbara, que se operó de Banda Gástrica con 27 años, nos permitió evitar problemas a largo plazo relacionados con la obesidad que posiblemente se hubieran desarrollado, si ella hubiera aplazado la cirugía hasta cumplir 30, 40 ó 50 años de edad», puntualiza Bravo. Los resultados de esta paciente mejoraron de forma irrebatible en un plazo relativamente corto. El alto riesgo cardiovascular inicial que tenía la paciente -equivalente a un Índice de Grasa Visceral 17- se ha corregido varios puntos por debajo del que se considera de riesgo, alcanzando a un saludable Índice de Grasa Visceral 6. Así mismo ha pasado de tener un IMC 53,6 inicial a un IMC 29,9 actual. Además, se ha pasado de tener un metabolismo inefectivo a un metabolismo equilibrado. Antes de implantarse la Banda Gástrica hace quince meses Bárbara pesaba unos 149,4 Kg y llevaba una talla de ropa 64. En el primer año del tratamiento la joven perdió sus primeros 50Kg. Actualmente se encuentra por debajo de los 84Kg, habiendo perdido unos 67 kilos y utiliza una talla 50 de ropa. El planteamiento para éste año es conseguir los 68Kg para así ubicarse en su normopeso.

«Cuando voy al supermercado, me fijo más en las calorías que lleva cada producto y siempre estoy calculando, de modo que al final del día sé exactamente lo que he ingerido. Ya no hago compras compulsivas y evito las calorías vacías que «esconden» las patatas fritas o el helado, por ejemplo. Antes de dejarme seducir por un trozo de tarta, pienso sobre todo el trabajo que he hecho durante estos quince meses. Ha cambiado mi forma de pensar y sobretodo la relación con la comida. Ahora soy consciente de que comer es un placer, pero también un vicio en el que no hay que caer.»

La Banda Gástrica es la más «light» de las cirugías bariátricas

En la actualidad, existen varios métodos para bajar de peso. Pero las estadísticas médicas a nivel mundial indican que entre el 70 y el 75% de los pacientes que recurren a dietas vuelven a recuperar su peso, o incluso más, en un lapso de dos años. Ante los fracasos de las dietas, la cirugía de la obesidad se presenta como una alternativa segura, eficaz y definitiva. Según datos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), alrededor del 80% de los pacientes que se sometió a una cirugía bariátrica ha alcanzado la meta del tratamiento, que es bajar el 60% del exceso de peso. Pero más importante aún es que a los cinco años casi el 70% aún mantiene ese descenso.

La cirugía de tipo restrictivo es la vía más común a la que acude la medicina para solucionar problemas de obesidad mórbida. Técnicas, como la Banda Gástrica Ajustable y el Tubo o Manga Gástrica, están pensadas con el fin de disminuir la ingesta excesiva de alimentos y así contribuir a bajar de peso. El Balón Intragástrico no es un procedimiento quirúrgico, pero también se encuentra dentro de las técnicas restrictivas contra la obesidad, generalmente cuando el sobrepeso de un paciente no supere los 30Kg. La cirugía malabsortiva produce una desviación de los alimentos de tal forma, que su absorción es limitada, aunque se mantiene la cantidad de alimento ingerido. La cirugía mixta combina las técnicas restrictivas y malabsortivas. El Bypass gástrico es un ejemplo ilustrativo de este tipo de técnica combinada.

La Banda Gástrica es la más «light» de todas las cirugías bariátricas. Se trata de un anillo fabricado en titanio y envuelto en un colchón de silicona que se coloca alrededor de la entrada del estómago mediante una laparoscopia, de modo que el estómago no se corta, ni se deforma. Se tarda entre media y una hora en colocarla y se pasa sólo una noche ingresado en el hospital. La sensación de saciedad es desde el primer momento. «Somos consientes que hay casos en los que no se puede aplicar esta técnica y lo primero que hacemos es descartar que haya un trastorno profundo de la alimentación», especifica Carmen Arribas, Directora Técnica y Asistencial de IMEO. Se realizan una serie de pruebas de salud para descartar las posibles contraindicaciones que puedan arriesgar la intervención.

«La gran ventaja de la Banda Gástrica es su amplio rango, se puede poner desde el momento que tu intuyes que vas a seguir subiendo de peso y que esto no tiene freno, a partir de un IMC moderado que puede ser 31 hasta un IMC de más de 50», añade Arribas. En este último caso, lo habitual antes era hacer la reducción de estomago con un By pass, pero ahora se pueden perder perfectamente los 70, 80 kilos que sobran con la Banda. Después de que el cirujano bariátrico coloque la Banda, interviene un equipo multidisciplinar de especialistas encargado de hacer un seguimiento, mínimo de dos años, para supervisar todos los cambios que se irán produciendo en el organismo hasta que el metabolismo se haga eficaz.

El éxito de un tratamiento también depende del grado de aceptación y actitud positiva del paciente. «La cirugía es una herramienta para hacer cambios en el estilo de vida más fácilmente y los que se someten a la operación restrictiva del estómago deben entender esto y enfrentarlo con madurez», concluye la especialista.