Con efecto cardioprotector; comidas y bebidas que protegen nuestros latidos

El calor puede afectar la salud cardiovascular; por fortuna, existen comidas y bebidas que protegen nuestros latidos en la temporada calurosa

El Horizonte

¿Sabías que las altas temperaturas del verano también pueden afectar nuestra salud cardiovascular?. 

Aunque las patologías del corazón están principalmente asociadas al frío, también pueden producirse problemas asociados a una exposición al calor excesivo, debido a que las personas pueden deshidratarse, acentuándose el riesgo cardiovascular, según comparte la Fundación Española del Corazón.

Los pescados como la sardina, el salmón o el atún, contienen grasa rica en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, y poseen gran capacidad para disminuir los triglicéridos plasmáticos, aumentar la vasodilatación arterial, reducir el riesgo de trombosis y la tensión arterial, de acuerdo a Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). 

«Pensar en la alimentación como una fuente de salud para nuestro corazón es la mejor inversión a largo plazo que podemos hacer y que nos proporcionará, no sólo mayor esperanza de vida, sino también calidad», reitera Bravo.

A las personas mayores, con patologías cardiacas, renales, obesidad o diabetes, Bravo les recomienda que en las temporadas cálidas elijan carnes libres de grasa como las de ave sin piel o las carnes magras, y reduzcan los alimentos como las golosinas y las bebidas azucaradas.

Además de evitar los excesos, mantenerse físicamente activo y realizar controles periódicos de los niveles de glucosa, presión arterial y colesterol, los especialistas proponen incluir en la dieta alimentos que ayudan a reducir la hipertensión y el colesterol LDL (malo).

¿Ya los consumes?

Inclúyelos en tu dieta

*Vino tinto: «La potencia terapéutica del resveratrol y los taninos se encuentra principalmente en la piel de la uva. Los beneficios de la ingesta moderada radica en sus polifenoles, que tienen poder antioxidante, efecto antiinflamatorio y reducen la presión arterial», según Bravo.

*Pescado azul:

Los pescados como la sardina, el salmón o el atún, tienen en promedio unos 10 gramos de grasa rica en ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega-3, y poseen gran capacidad para disminuir los triglicéridos plasmáticos, aumentar la vasodilatación arterial, reducir el riesgo de trombosis y la tensión arterial, de acuerdo a este experto. 

*Aceite de oliva: «Posee antioxidantes, ácidos grasos monoinsaturados, vitamina E y fitosteroles, compuestos cardioprotectores», destacó el portavoz del IMEO.

La Dieta del Vino y el Jamón

El vino tinto y el jamón ibérico protagonizan esta ‘dieta delicatessen’ desarrollada por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) que permite perder una media de 5Kg en un mes, de forma saludable complaciendo tanto al paladar como al corazón

  • Cada español consume al año cerca de 3,2kg de jamón, siendo la mayor demanda dentro del hogar (un 76% del total), según un informe del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino[1].
  • Este año los españoles tomarán una media de 21 litros de vino por persona, según estima la Federación Española del Vino (FEV) para el 2013. 

Para los amantes del vino el mes de Septiembre es relacionado con la fiesta de la vendimia donde cobran protagonismo los productos estrella más degustados: el vino y el jamón. Su maridaje es tan remoto como su existencia y tiene fundamento en la creencia que acompañar un tinto de barril con carne de cerdo realza el sabor del plato. También hay quienes creen que tomar la copa con un taco de queso impide sentir el sabor del elixir, o incluso puede ‘tapar’ una deficiente calidad. Sea cual sea la preferencia y el aperitivo, hay un acierto: pese a la crisis, los españoles no hemos dejado de consumir estas dos delicatesen, aunque lo hacemos cada vez más en casa. Estudios recientes atribuyen por persona y año una media de 3,2 kilos de jamón y 21 litros de vino.

dieta vino y jamon imeoLas bebidas alcohólicas y los productos de porcino generalmente son desaconsejados en las dietas indicadas para perder peso, pero ¿incluye esta regla el vino tinto y el jamón ibérico? Tras estudiar el tema a fondo desde un punto de vista médico nutricional, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha concluido que tomadas con moderación y dentro de una tabla de alimentos compatibles, estos dos productos delicatessen pueden complacer no sólo nuestras papilas gustativas, sino también al corazón por su efecto cardioprotector. «Nuestro equipo de especialistas no se limita con pregonar las bondades del vino y el jamón, sino va más allá, desarrollando una dieta hipocalórica basada en su consumo diario, rica en frutas, verduras y proteínas saludables», comunica Rubén Bravo, portavoz del Instituto. En consulta tenemos comprobado que la prohibición de comer ciertos alimentos presentes en los actos sociales –aquí suele entrar lo que más nos gusta, como carnes rojas, pan, bebidas que contienen alcohol, dulces o aperitivos- casi siempre conlleva al rechazo de la dieta, a su pronto abandono o a un posterior efecto rebote. En cambio, si se sigue un régimen que gusta y no aburre donde la comida es variada y destaca por su sabor, textura, aspecto, olor, permitiendo disfrutar de nuestra vida social, es mucho más probable que ésta se lleve a cabo con éxito.
Los amantes del vino y el jamón podrán descargar de forma gratuita los primeros 7 días de esta original y saludable dieta desde la página web del IMEO (http://www.imeoobesidad.com/dietadelvinoyeljamon.php). Próximamente su descarga integra estará disponible en aplicación para móviles y tablets.

Bondades del vino y el jamón

Está demostrado que tomar vino tinto con moderación puede reducir considerablemente el riesgo de enfermedad coronaria, arterioesclerosis, Alzhéimer o demencia senil. Su consumo durante miles de años le ha atribuido los efectos de elixir de larga vida, gracias a su capacidad de retrasar el envejecimiento celular del organismo. 

Según estudios, 9 de cada 10 españoles acostumbran a comer jamón ibérico en el hogar. Los momentos de consumo más habituales para este producto son el aperitivo y la cena, ya que suele asociarse a un entorno distendido, como “ir de tapas” o atribuir a las comidas y cenas «más nivel». Unas cuantas lonchas al día de este producto sería la fuente perfecta de hierro y vitaminas del grupo B, tan necesarias para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, el cerebro y para mantener la masa muscular sin carencias en aminoácidos esenciales. Además, el perfil lipídico del jamón ibérico destaca por su bajo contenido en grasas saturadas y un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, también beneficioso para nuestra salud cardiovascular.

El jamón de bellota es la mejor opción entre los ibéricos, ya que es un alimento bajo en grasas insaludables, con un complejo vitamínico muy elevado y con un 50 por ciento más de proteínas de alta biodisponibilidad que el resto de carnes frescas.

Dieta del Vino y el jamón: particularidades

Es una dieta diseñada para perder entre 4Kg y 6Kg en 4 semanas, dando instrucciones nutricionales individuales para mujeres, hombres o deportistas.

Todos los días durante las 4 semanas de la dieta se incluye el vino tinto y el jamón ibérico, al mismo tiempo que una gran variedad de alimentos nacionales preparados, en su mayoría, de manera tradicional.

El desayuno en un régimen es tan importante, como necesario y no conviene omitirlo, ya que nos proporciona energía suficiente para empezar el día con buen pie. Hay que tener en cuenta que los ingredientes y la cantidad varían en función del sexo y la condición física de la persona y no es lo mismo si se toma por una mujer o un deportista. Eso sí, en la mesa no puede faltar el pan y el jamón, ni la fruta. El café siempre se toma sólo o con leche desnatada. Por regla general en esta dieta se evitan el plátano, el mango y el melón, porque aportan más calorías por 100 gramos que la mayoría de las frutas. A cambio, son especialmente recomendadas la manzana, la naranja, la pera, las fresas o el melocotón.

A la hora de la comida no puede faltar la verdura, ya sea en forma de ensalada o puré, rehogada o al horno. El plato principal consiste en pescado o carne, de lo más variado: salmón, anchoas, rape, merluza, panga, sepia, almejas, bacalao, atún, pollo, pavo, conejo, ternera y solomillo de buey o carne magra de cerdo.

Se aconseja evitar el pan en la comida y cena. Este alimento queda reservado para el desayuno.

Para beber, agua sin límite en la cantidad y vino. El patrón de consumo diario recomendado de tinto es de una copa de 150ml en el caso de las mujeres y hasta 2 copas de la misma cantidad en los hombres, repartida en la comida y la cena.

En la cena no puede faltar el caldo (de puchero, de verdura o pollo), dos lonchas de jamón ibérico (unas 15 gr cada) y una cantidad determinada (80-150gr según indica la tabla) de carne (pollo, pavo, cerdo o ternera) o pescado/marisco (emperador, boquerones, sardinas, melva, ventresca de bonito, atún, palitos de cangrejo, mejillones, pulpo, sepia). Para finalizar el día los expertos del IMEO sugieren tomarse una onza de chocolate negro puro (sin leche, ni azúcar), ya que sólo así podemos beneficiarnos de su efecto antioxidante y anti arteriosclerosis.

Descafeinado con leche, yogur y dos nueces son el compuesto perfecto de la merienda.

Los lácteos en esta dieta siempre son desnatados (0% grasa).

Se adjunta el régimen integro de la primera semana de la Dieta del Vino y el Jamón con las cantidades recomendadas del vino y el jamón, así como los distintos platos compatibles, repartidos en 5 comidas diarias (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena).


[1] Monográfico sobre carne y embutidos, Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Dic. 2010. Las diferencias regionales en la demanda suponen una divergencia de 2kg per cápita entre los individuos con un mayor consumo (Asturias) y los que tienen el menor (Islas Baleares). Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, La Rioja y Navarra están por encima de la media nacional en el consumo de jamón, mientras que Comunidad de Madrid, Extremadura, Castilla y León, Galicia, Cantabria, País Vasco y Canarias están por debajo.