10 claves para perder peso

Al empezar una dieta tome en cuenta lo que va a lograr y preste menos atención a lo que no podrá comer
Establezca horarios estables de comidas, cada 3 horas, e intente cumplirlos de lunes a domingo
No se rinda ante el menor fracaso en la dieta. No necesita alcanzar la perfección. Permítase algún fallo y aprenda a resolverlo retomando la dieta cuanto antes.

Foto EFE, cortesía Instituto Médico Europeo de la ObesidadSegún el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), “Uno de los problemas más comunes asociado al estilo de vida actual es el exceso de peso”. Esta entidad subraya que el sobrepeso y la obesidad están entre los principales factores de riesgo de muchas enfermedades, como patologías respiratorias y cardíacas, diabetes tipo 2, hipertensión, algunos tipos de cáncer e, incluso, de muerte prematura.

No obstante, “el sobrepeso y la obesidad, así como sus enfermedades no transmisibles asociadas, son en gran parte prevenibles”, precisa la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para ello, entre otras medidas, esta entidad recomienda: limitar la ingesta de grasa y azúcares; aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos y realizar actividad física de forma periódica. Pero si ya se ha llegado a una situación de exceso de peso, es fundamental ponerse en manos de un profesional acreditado para buscar solución.

En este sentido, los especialistas del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido indican que el propio médico de cabecera o personal de enfermería pueden evaluar si el peso de un paciente es o no saludable. “Esto significa pesarlo y medirlo para calcular su índice de masa corporal”, detallan.

También valorarán la dieta actual y los niveles de actividad física de ese paciente para establecer objetivos personalizados. Con esta información, pueden proponerle cambios sencillos en el estilo de vida. Junto al personal sanitario, el paciente “trabajará en un plan para perder peso de manera saludable y a largo plazo. Será un plan hecho a la medida, teniendo en cuenta su estilo de vida y sus preferencias”, exponen.

LAS 10 CLAVES

Cambie su actitud ante la dieta

“Antes de empezar una dieta es importante fijarse en los aspectos positivos que se van a conseguir y prestar menos atención a los alimentos que no se podrán comer en un tiempo. Hay que resaltar las cosas buenas que este cambio de alimentación aportará a nuestra vida: conseguiremos adelgazar, mejorará nuestra autoestima, nos sentiremos más ágiles, nos sentará mejor la ropa, etc. Piense en ello a diario. Lo motivará”, recomiendan.

Establezca pequeños objetivos alcanzables y realistas

“Es mucho más gratificante marcarse un pequeño objetivo y comprobar que lo ha conseguido que fijar una meta a largo plazo y no obtener ninguna repercusión hasta el final. Esta forma de enfrentarse a la dieta lo ayudará a confiar más en sí mismo y a conseguir mejores resultados”, afirman.

Lleve un cuaderno donde anote logros y dificultades

“Le ayudará a conocer sus puntos fuertes y débiles y así se comprometerá más con su tratamiento. Escriba a diario”, aconsejan.

Haga cinco comidas diarias

“Márquese horarios estables de comidas, cada 3 horas, e intente cumplirlos de lunes a domingo. Sentirá que lleva una vida más ordenada, podrá anticiparse al hambre y, por lo tanto, tendrá menos ansiedad”, precisan.

Coma despacio

“Intente comer de forma consciente, teniendo presente lo que está haciendo. Mastique y saboree cada alimento. Olvídese de las prisas. Si come despacio, necesitará menos cantidad de alimento. Además, estará aprendiendo a concederse un tiempo que lo ayudará a reducir el estrés”, indican.

Cambie de recetas

“No coma siempre lo mismo. Busque recetas nuevas que lo motiven y lo ayuden a disfrutar más de la comida. Comparta esas recetas con amigos y familiares, le gustará ver que a los demás también les agrada la comida saludable. Disfrute cocinando”, expresan.

No se obsesione con el peso

Los especialistas recomiendan pesarse una vez a la semana, siempre el mismo día y a la misma hora.

En este sentido, subrayan que el peso hay que vigilarlo toda la vida, no solo cuando se está haciendo una dieta. Asimismo, recuerdan que los extremos no suelen ser buenos, es decir, no hay que pesarse todos los días pero tampoco olvidarse del peso.

Haga ejercicio

“Busque un deporte que le guste, que resulte fácil de incluir en su vida cotidiana y, si es en compañía, mejor. Márquese de nuevo pequeñas metas, alcanzables. Empiece con poco y vaya aumentando, a medida que vaya dominando la rutina. No se sobrecargue, pues lo abandonará pronto si supone un sobreesfuerzo”, manifiestan.

Diviértase

“Disfrute su tiempo libre, haga actividades que le resulten placenteras y que lo ayuden a evadirse de los problemas. Cuando uno está feliz segrega endorfinas, que son las ‘hormonas del bienestar’. El deporte o las aficiones lo ayudarán a segregar endorfinas. Si su vida está llena de cosas agradables, no necesitará estar llenando el estómago a todas horas”, puntualizan.

Tolere la frustración

“No se rinda ante el menor fracaso en la dieta. No necesita hacerlo de manera perfecta, lo que necesita es mantenerlo en el tiempo. Permítase algún fallo y aprenda a resolverlo retomando la dieta cuanto antes”, destacan.

Fuentes: El Nuevo Herald / EFE Reportajes

La obesidad cuesta más que el cambio climático

El coste de la obesidad en el mundo es similar al del tabaco o a un conflicto armado, es mayor que el alcoholismo y el cambio climático juntos.

Cadena Ser, por Victoria García

la obesidad y el cambio climaticoEso es lo que dice un informe del McKinsey Global Instituto. Se estima que más de dos mil cien millones de personas en el mundo, el 30% de la población tienen sobrepeso o son obesos. Las medidas para responsabilizar a la población de modo individual son la mejor solución para concienciar de un problema que cada vez afecta a más gente.

El informe establece que existe un aumento significativo de ‘gordos’ y que podría llegar a la mitad de la población mundial para el año 2030. El coste financiero de la obesidad también sigue aumentando debido a los cuidados de salud y sociales que requieren desviar las economías para esta partida. Pero no solo ahí inciden los costes. Pueden provocar enfermedades, ausencias de trabajo, baja productividad, menos efectividad.

La investigación dice que son necesarias políticas gubernamentales más ambiciosas y productivas para atajar el problema en vez de parches puntuales cada vez que se publica una nueva encuesta social.

Las cifras que da el estudio realizado establecen que a las arcas públicas les cuesta más los problemas de salud, laborales, sanitarios y psicológicos que provoca la obesidad, que los que da el alcoholismo, los conflictos bélicos o incluso el cambio climático.

¿Qué es la obesidad?

Una persona está considerada como obesa si tiene sobrepeso en un alto grado por encima de lo que es su grasa corporal. El método más común para asegurar si una persona es obesa, es comprobar su índice de masa corporal que divide el peso en kilogramos por la altura en centímetros. Si el BMI (Body mass Index en inglés) está por encima de 25, tiene sobrepeso. Si esta entre 30 y 40 se te considera obeso. Por encima de 40 es muy obeso. Un BMI por debajo de 18.5 estás por debajo del peso.

Según el estudio las iniciativas que se llevan a cabo para controlar los componentes de la comida procesada, son un paso, pero son necesarias medidas más efectivas como aplicar mayores impuestos en productos con alto contenido en grasa y azúcares.

El aumento de la obesidad en la población está provocando un incremento en los ataques del corazón, enfermedades del hígado, diabetes y cánceres relacionados con el estilo de vida sedentario.

Medidas a nivel local, regional y autonómico, que conciencien a la población de que no hay una solución mágica.