Consejos prácticos a la hora de entrenar

La fuerte concentración en los gimnasios que se produce cada año durante el mes de septiembre, además de ser un fenómeno que describe el life stile de la urbe moderna, hace de termómetro social que registra un notable aumento en la actividad física de las personas. Esta tendencia no es constante, según observan en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), ya que un gran porcentaje de los individuos –todos adultos y en edad activa– que se inician en esta época en algún deporte, lo hacen con el fin de adelgazar y suelen fracasar en el intento. El error capital en estos casos es prescindir de la ayuda de los especialistas, nutricionistas y entrenadores personales, que puedan guiar al principiante en la alimentación y los ejercicios adecuados para su edad, sexo y condición física. Al no ser así, se corre el riesgo de cometer una serie de errores que acaban con el entusiasmo de cualquiera y al término de un tiempo llevan al abandono de la práctica deportiva.

Empezar con 15 minutos al día, 3 veces a la semana e ir aumentando poco a poco

“El principal error que se comete es intentar hacer en dos días lo que no se ha hecho en mucho tiempo, en años, e incluso nunca”, señala Ángel Nogueira, especialista en nutrición humana y dietética del IMEO, que ha pasado 17 años de su vida laboral trabajando como monitor y entrenador personal. Como en un mes no se consiguen los objetivos, se abandona la práctica deportiva. Se suele empezar con muchas ganas, practicando de forma intensa o a un nivel no apropiado. Un leve trauma, lesión muscular o simplemente agujetas, son otro motivo más para abandonar. No hay que olvidar que el ejercicio físico con todos sus beneficios y adaptaciones fisiológicas es algo que se adquiere con el tiempo. Es mucho más efectivo cuando se practica poco tiempo al día y muchas veces a la semana, que mucho rato una vez a la semana.

En la práctica deportiva hay que seguir un patrón bien definido: empezar con un calentamiento de 5 a 10 minutos, después proseguir con la sesión principal, dependiendo del tiempo del que se disponga, terminando con unos estiramientos de mínimo 10 minutos. Una persona que nunca ha hecho deporte de forma sistemática, subraya el especialista, debería empezar muy suave al principio y no exceder los 15 min la primera vez, sin llegar a intensidades elevadas. Lo principal es ser constante y acudir al gimnasio entre 3 o 4 veces por semana, aumentando cada día con 2 o 3 minutos el tiempo. A las dos semanas, se podría optar por una clase colectiva de mínima intensidad o un circuito en maquinas de tonificación. También es importante dar al cuerpo un descanso de dos días seguidos, por ejemplo, el fin de semana. En el gimnasio se queman más calorías en las clases colectivas como spinning, aerobox, aeróbic, step o en las clases de tonificación muscular. En la vida cotidiana, no hay nada mejor que subir escaleras o correr al aire libre.

Proteger el sistema cardiorespiratorio y el articular

A la hora de hacer deporte, lo más importante es proteger el sistema cardiorespiratorio y el articular. Cuando se utilizan máquinas en el gimnasio –cinta de correr, stepper, bicicleta elíptica o de spinning–, hay que tener en cuenta que la frecuencia cardiaca incrementa proporcionalmente a la intensidad del esfuerzo, hasta alcanzar un nivel máximo. Una persona con sobrepeso suele tener, ya de por sí, una frecuencia cardiaca en reposo bastante elevada, con lo cual si se comienza con ejercicios muy intensos, se podría elevar dicha frecuencia a valores peligrosos. Como ocurre con la frecuencia cardíaca, los pulmones –además de todos los músculos que ayudan en la respiración como, por ejemplo, el diafragma– deberán trabajar a mayor velocidad conforme aumenta la intensidad del ejercicio. Su “trabajo” se verá dificultado, si hay un porcentaje elevado de grasa, lo que llevará a que se produzca el cansancio más rápido, flatos, respiración ruidosa, falta de aliento y sensación de pesadez en el pecho.

Hay que proteger también las articulaciones y sus estructuras como tendones, ligamentos y músculos. El tren inferior (rodillas y tobillos), que es el que sostiene la gran parte del peso corporal, suele ser el más perjudicado cuando se trata de un peso importante. Con el fin de proteger las articulaciones, las personas con problemas de sobrepeso u obesidad deberían comenzar con intensidades cardiovasculares más suaves como caminatas o trotes, ejercicios en el agua que “reduce” de forma natural el peso corporal, o haciendo circuitos en maquinas cardiovasculares y de tonificación muscular.

Riesgo de perder masa muscular en la menopausia

Las mujeres en edad de menopausia o con menopausia adelantada deberían tener cuidado a la hora de adelgazar. Su sistema endocrino empieza a situarse en hipofunción en algunas de sus glándulas generando la disminución de varias hormonas, como la leptina por ejemplo, que controla nuestro gasto metabólico, o como puede ser la hormona del crecimiento, donde empieza a disminuir la masa muscular. En esta etapa, los estrógenos y la progesterona, dos principales hormonas femeninas, disminuyen en la mujer, por lo tanto la tendencia de acumular grasa se empieza a notar cada vez más. Por esta razón, hay que hacer una dieta orientada a mantener esta masa muscular que se sirva de más proteínas y reduzca determinados hidratos de carbono. Se desaconseja realizar dietas milagrosas y se recomienda acudir a un nutricionista especializado en menopausia.

Tomar líquidos antes, mientras y después del ejercicio, en pequeños sorbos y nunca muy fríos

Los líquidos hay que reponerlos antes de que aparezca la sensación de sed, en el caso contrario ya existe un cierto grado de deshidratación. Se recomienda tomar líquidos antes, durante y después de la práctica deportiva, en pequeñas tomas o sorbos y nunca a temperaturas extremas (en este caso muy fríos). Hay que tener cuidado con el exceso de agua con el fin de evitar pérdidas de electrolitos y minerales. Una opción interesante son las bebidas isotónicas que además de agua contienen minerales en cantidades significativas. Suelen incluir en su composición glucosa u otros hidratos de carbono (fructosa o dextrinas) que aseguran las reservas de glucosa en el músculo y el hígado. Este proceso es muy importante, ya que cuando caen dichas reservas, aparece la sensación de cansancio, dificultad para “arrancar”, etc.

Llevar una dieta equilibrada

Cuando no se busca una importante pérdida de peso, sino bajar algunos kilos que se tienen de más, lo ideal es consumir todos los grupos de alimentos. Frutas y verduras intentando que sean lo más variados posibles. Si se producen calambres musculares, puede ser indicativo de una deficiencia del potasio, tomando protagonismo el plátano, aunque habría que consumirlo con moderación. Obligatorios para la dieta son los cereales integrales y legumbres, ricos en carbohidratos complejos; las grasas y aceites vegetales, sobre todo el aceite de oliva virgen extra; los pescados y las carnes blancas (aves). Se aconseja limitar el consumo de carne roja por la carga en grasa saturada que contiene; azúcar, cereales y harinas refinados; alcohol, grasas saturadas y aceites hidrogenados. Las técnicas culinarias por excelencia son los cocidos, al vapor, horno. Se deben evitar los fritos, los rebozados y los empanados.

Algunos trucos para cargar las pilas y alejar el hambre

“Un truco para recuperar la energía y alejar la sensación de hambre, cuando se termine de hacer el ejercicio, es tomar algunos alimentos de bajo índica glucémico  y de lenta asimilación”, aconseja Rubén Bravo, experto en dietética y nutrición del IMEO. Este tipo de hidratos de carbono se encuentran en la leche, el yogur y algunas frutas, como la manzana, el pomelo y el melocotón. En cambio, “si en vez de estos comestibles tomamos otros que contienen hidratos de carbono de rápida e intermedia asimilación –unas barritas de cereales, un bocadillo o un plátano, por ejemplo–, pararemos en este momento la quema de grasa, pues creará un pico de insulina que priorice en la recuperación energética a través de la glucosa ingerida y no de la grasa acumulada”, añade el especialista.

Los errores más comunes a la hora de hacer deporte, cuando el objetivo es adelgazar

Después del verano, como ya es costumbre, estamos presenciando un fenómeno social: una exagerada migración hacia los gimnasios, donde mucha gente se machaca para adelgazar, en la mayoría de los casos sin resultado. Tras fracasar en el intento, muchos se preguntan qué hacen de mal y por qué, pese los esfuerzos, el sobrepeso y la obesidad permanece.

Ángel Nogueira, especialista en nutrición humana y dietética del Instituto Médico Europeo de la Obesidad ha pasado 17 años de su vida laboral literalmente en los gimnasios, trabajando como monitor y entrenador personal. Con su profesional ayuda, intentamos entender por qué a veces  machacarse en el gimnasio no da resultados.

– ¿Cuáles son los errores más comunes a la hora de realizar actividades deportivas cometidas por personas con sobrepeso u obesidad?

El ejercicio físico con todos sus beneficios y adaptaciones fisiológicas es algo que se adquiere con el tiempo, es decir, para que haya una adaptación con la consiguiente mejora, se debe realizar con frecuencia. El ejercicio es más efectivo cuando se practica poco tiempo al día, muchas veces a la semana, que mucho tiempo 1 vez a la semana.

El error más común por excelencia es intentar hacer en dos días lo que no se hecho en mucho tiempo, en años, e incluso nunca. Antes y después del verano o navidades, las  personas que han cogido algunos kilos de más, ponen su organismo a prueba con el fin de retroceder hasta su peso ideal o adelgazar. Como en un mes no se consiguen los objetivos, se abandona la práctica deportiva. Se suele empezar con muchas ganas, practicando de forma intensa o a un nivel no apropiado. Un leve trauma, lesión muscular o simplemente agujetas, son otros de los motivos para abandonar.

– ¿Cómo aumenta el riesgo de traumas en proporción de la obesidad? ¿Cuáles son los puntos más débiles del cuerpo, si se padece obesidad?

A la hora de hacer deporte, lo más importante es proteger el sistema cardiorespiratorio y el articular. Cuando se utilizan máquinas del gimnasio –cinta de correr, stepper, bicicleta elíptica o de spinning–, hay que tener en cuenta que la frecuencia cardiaca incrementa proporcionalmente a la intensidad del esfuerzo, hasta alcanzar su nivel máximo. Una persona con sobrepeso suele tener ya de por si una frecuencia cardiaca en reposo bastante elevada, con lo cual si se comienza con ejercicios muy intensos, se podría elevar dicha frecuencia a valores peligrosos. Como ocurre con la frecuencia cardíaca, los pulmones –además de todos los músculos que ayudan en la respiración como, por ejemplo, el diafragma– deberán trabajar a mayor velocidad conforme aumenta la intensidad del ejercicio. Su “trabajo” se verá dificultado, si hay un porcentaje elevado de grasa, lo que llevará a que se produzca el cansancio más rápido, flatos, respiración ruidosa, falta de aliento y sensación de pesadez en el pecho.

Igual de importante es proteger las articulaciones y sus estructuras como tendones y ligamentos, así como los músculos. El tren inferior, que es el que sostiene la gran parte del peso corporal, suele ser el más perjudicado cuando se trata de un peso importante.

– ¿Qué tipo de ejercicios son los más adecuados para personas con un alto índice de sobrepeso? ¿Y para personas con obesidad?

Para ambos casos es recomendable un ejercicio cardiovascular que se mueva dentro de intensidades suaves y moderadas, por ejemplo comenzar con caminatas e ir aumentando la intensidad trotando.

Con el fin de proteger las articulaciones, sobre todo las del tren inferior (rodillas y tobillos), las personas con problemas de sobrepeso u obesidad deberían comenzar con intensidades cardiovasculares más suaves como caminatas o trotes, ejercicios en el agua que “reduce” de forma natural el peso corporal, o ir tornando circuitos en maquinas cardiovasculares y de tonificación muscular.

– ¿En qué tipo de ejercicios o deportes se queman más calorías?

Como no estamos hablando de deportistas, sino de personas no deportistas, si hablamos de ejercicios en gimnasios: clases colectivas como el spinning, aerobox, aeróbic, step o clases de tonificación muscular tipo body tonic. En la vida cotidiana se queman más calorías subiendo escaleras o corriendo al aire libre.

La práctica deportiva tiene que tener una estructura muy bien definida: un calentamiento (mínimo 5 minutos, máximo 10), una sesión (dependerá del tiempo del que se disponga) y unos estiramientos (mínimo 10 minutos). Una persona que empieza y nunca ha hecho deporte de forma sistemática debería empezar muy suave al principio y no exceder los 15 min la primera vez, sin llegar a intensidades elevadas. Aquí lo principal es ser constante y acudir al gimnasio entre 3 y 4 veces por semana, aumentando cada día con 2 o 3 minutos el tiempo. A las dos semanas, el principiante podría probar con una clase colectiva (siempre realizándola con la mínima intensidad) o un circuito en maquinas de tonificación. También es importante dar al cuerpo un descanso como mínimo de dos días seguidos, por ejemplo, el fin de semana.

– ¿Cuándo es mejor tomar el agua: antes, mientras o después del ejercicio? ¿Podemos sustituir el agua con otro tipo de bebidas, como son la coca-cola, el red-bull o el té frío?

Los líquidos hay que reponerlos antes de que nos entre la sensación de sed, en el caso contrario ya hay un cierto grado de deshidratación. Podemos tomar líquidos antes, durante y después de la práctica deportiva, en pequeñas tomas o sorbos y nunca a temperaturas extremas (en este caso muy fríos). Hay que tener cuidado con el exceso de agua con el fin de evitar pérdidas de electrolitos y minerales, siendo una opción interesante las bebidas isotónicas que además de agua contienen minerales en cantidades significativas. También suelen incluir en su composición glucosa u otros hidratos de carbono (fructosa o dextrinas) que ayudan a la reposición del glucógeno (reservas de glucosa en músculo e hígado). Este proceso es muy importante, ya que cuando caen dichas reservas, aparece la sensación de cansancio, dificultad para “arrancar”, etc., además ayuda a mantener la normoglucemia (valores normales de glucosa en sangre).

El único problema que pueden tener las bebidas gaseosas son la molestias que puede ocasionar su contenido en gas, de hecho, el contenido en hidratos de carbono suele ser bastante similar al de las bebidas isotónicas.

– ¿Qué comidas deberíamos evitar de consumir una vez terminado el ejercicio?

Lo ideal es llevar una dieta equilibrada, para hacernos una idea, las necesidades de un deportista no difieren mucho de las de una persona no deportista. Lo ideal es consumir todos los grupos de alimentos. Frutas y verduras intentando que sean lo más variados posibles, si se producen calambres musculares, puede ser indicativo de una deficiencia del potasio, tomando protagonismo el plátano, aunque habría que consumirlo con moderación. Cereales integrales y legumbres, ricos en carbohidratos complejos. Grasas y aceites vegetales, sobre todo el aceite de oliva virgen extra. Pescados y carnes blancas (aves). Limitar el consumo de carne roja por la carga en grasa saturada que contiene.

Habría que evitar el consumo de azúcar, cereales y harinas refinados. Alcohol, grasas saturadas, aceites hidrogenados. Las técnicas culinarias que sean cocidos, al vapor, horno, evitando fritos, rebozados y empanados.

Perder grasa y no masa muscular en la menopausia

Al igual que el hombre empieza a coger kilos a partir de los 35 años, a la mujer le viene todo este deterioro de golpe a partir de los 40-45 años de edad. El sistema endocrino empieza a disminuir en algunas de sus glándulas generando hipofunción en alguna de las hormonas, como la betina por ejemplo, que controla nuestro gasto metabólico, o como puede ser la hormona de crecimiento, donde empieza a disminuir la masa muscular. En esta etapa, los estrógenos y la proligesterona disminuyen en la mujer, por lo tanto la tendencia de acumular grasa se empieza a notar cada vez más. El Instituto Médico Europeo de la Obesidad de Madrid tiene la ciencia y la tecnología más moderna que existe en el mundo para tratar la obesidad, independientemente de su origen y escala. En este programa de +Vivir, Manuel Torreiglesias y Rubén Bravo del IMEO discuten sobre este problema que afecta a las mujeres en la edad de la menopausia. Para seguir el testimonio, ver el video.

Muchas mujeres experimentan un rápido aumento de peso durante la menopausia o la menopausia adelantada. “A partir de los 40, la mujer empieza a perder de su masa muscular, que es nuestra beta de oro que hay que mantener en cualquier edad porque impide que el metabolismo disminuya”, señala el especialista del IMEO. Por esta razón, hay que hacer una dieta orientada a mantener esta masa muscular que se sirva de más proteínas y reduzca determinados hidratos de carbono. Se desaconseja realizar dietas milagrosas y se recomienda acudir a un nutricionista especializado en menopausia. Para más información, ver el video.

Una de las tecnologías más precisas a la hora de analisar el estado corporal de la mujer durante la menopausia es el sistema conocido popularmente como Tanita. De hecho, se trata de un sistema de bioelectroimpedancia que permite desglosar el peso total de la persona en masa grasa, líquidos corporales y masa muscular. “Mediante este aparato, podemos asegurarnos que una mujer en estado de menopausia pierda peso de los depósitos de grasa y no de su masa muscular”, recalca Alicia Gordillo, Doctora en Biología Molecular de IMEO. Además de Tanita, en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad recurrimos a otras pruebas complementarias, que nos permiten conocer más datos de la paciente en menopausia: el estado metabólico, el estado hormonal, si tiene sofocos o cansancio, los niveles de neurotrasmisores, etc. Para conocer las pruebas, ver el video.

Durante la menopausia, el cuerpo femenino experimenta una serie de cambios hormonales, reducción de la masa muscular, tendencia de coger peso, deterioro óseo, sofoco, dificultad a la hora de dormir, ansiedad, depresión, etc. “Por esta razón, en IMEO intentamos a dar un tratamiento global a la mujer que está en la edad de la menopausia”, indica el especialista del centro. Para más información, ver el video.

Implantación de Banda Gástrica

Todo lo que necesitas saber sobre la Banda Gástrica Ajustable: video, indicaciones, implantación y postoperatorio, resultados y efectos secundarios. El Instituto Médico Europeo de la Obesidad contesta tus preguntas paso a paso.

¿Qué es la Banda Gástrica?

Es un anillo fabricado en titanio y envuelto en un colchón de silicona, no tóxico. Posee un sistema hinchable en la superficie interna de la envoltura de silicona con un cierre hidráulico, sin necesidad de sutura. Esta envoltura atraumática reduce el riesgo de ulceración en el estómago. También ofrece un sistema de desbloqueo o regulación del diámetro del propio anillo, para regular sin necesidad de intervención, el hueco de entrada de alimentos en el estómago.

¿Cómo se coloca?

Mediante laparoscopia con mínimas incisiones, se accede al estómago para colocar el anillo en la entrada del mismo y fijarlo con puntos gastrogástricos no reabsorbibles (para evitar el fenómeno de deslizamiento). Una vez colocado se sitúa el catéter o válvula de desbloqueo en una zona subcutánea para poder manejarla en el futuro, y regular el diámetro de cierre o apertura sin necesidad de una nueva intervención. Posteriormente se procede a la inyección de 2 CC en la envoltura de silicona situada en la superficie interna del anillo, para prevenir posibles ulceraciones. Esta envoltura se cierra automáticamente a través de un sistema de cierre hidráulico. Para finalizar se cierra con sutura, y se protege con un vendaje abdominal.

¿Cómo funciona?

Con la implantación de la Banda Gástrica reducimos severamente el orificio de entrada al estómago, consiguiendo una reducción importante del apetito, además de la provocación de vómitos si se produce una ingesta excesiva de alimentos. De esta manera se produce una regulación positiva de la ansiedad, ya que las ingestas deben ser mínimas para no producir los desagradables vómitos. Para asegurar y controlar la pérdida de peso progresiva y saludable, en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad combinamos esta técnica con un tratamiento multidisciplinar donde infieren controles periódicos, sencillas y personalizadas dietas médicas variables en cada fase del tratamiento, planes Sport de reafirmación, sesiones de Mesoterapia para facilitar la eliminación de grasa en aquellas zonas de mayor concentración, masajes linfáticos, reafirmantes, Tecnología PRUS. para adaptar poco a poco la piel a la pérdida de grasa.

Duración del tratamiento

El tratamiento diseñado por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad tiene una duración relativa de 24 meses, variable con dependencia de la necesidad de pérdida de peso del paciente. Una vez se pierda el peso necesario el resto de la duración del tratamiento, está pensado para el mantenimiento del peso ideal alcanzado. La Banda Gástrica puede estar instalada en el estómago toda la vida, sin riesgo de deterioro de la misma.

¿Para qué pacientes está indiado?

Pacientes con obesidad severa o mórbida. Superior a los 35 kg de sobrepeso.

Preoperatorio

Sencillas pruebas preoperatorias como son una analítica sencilla, una placa de tórax y una endoscopia digestiva.

7 días antes

Evitar el frío intenso (nieve) y el calor sofocante (sauna, playa).

Duración de la intervenión

40 minutos aproximadamente.

Anestesia

General.

Incisiones

De unos 5 cm aproximadamente, vertical a la altura del abdomen. Con el tiempo se vuelve prácticamente imperceptible. También se puede insertar por cirugía laparoscópica, realizando entre 4 y 5 incisiones mínimas, apenas inapreciables.

Hospitalización

24 horas.

Postoperatorio

  • Ciertas molestias durante los primeros días.
  • Un mes de dieta líquida.
  • Vendaje elástico abdominal, sustituido por faja al dar el alta hospitalaria.
  • Apósito plástico sobre la incisión.
  • Puntos: Miniclips de acero quirúrgico o sutura, que se retiran sin molestias a las 2 semanas.

Cuidados

6 días
: Puede ducharse o bañarse (apósito sintético inalterable al agua).

3 semanas: Evitar estar mucho tiempo en pie. Conviene caminar moderadamente.

1 mes: No tomar el sol directamente sobre la herida, para evitar que se coloree.

Resultados

· Pérdida severa del apetito.
· Provoca vómitos con la ingesta excesiva de alimentos.
· Regulación de la ansiedad.
· Consecuente pérdida de peso.

Efectos secundarios

Reducido riesgo de ulceración. Riesgo rebajado considerablemente por la nueva protección de silicona. La complicación más grave es la perforación gástrica posterior, provocada en la intervención. Si se provocara, a menudo pasa desapercibida hasta que cicatriza. Congestión gástrica producida por la excesiva ingesta de alimentos, eliminada en la mayoría de las ocasiones a través del vómito.

Intervenciones quirúrgicas y pruebas preoperatorias realizadas en la Clínica La Milagrosa en Madrid.

Precio

Consulta el precio del tratamiento aquí.

El Balón Intragástrico funciona cuando se trata de un sobrepeso puntual

En este programa de +Vivir, Carmen Arribas, Directora de Atención al Paciente del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) enseña una muestra de Balón Intragástrico. Es un globo, en este caso a medio inflado, para que se vea su capacidad a inflar más o menos de acuerdo con la capacidad del estómago de cada paciente. El balón se introduce en el estómago mediante una endoscopia, sin cirugía. Para visualizar las imágenes, ver el video.

El balon intragastrico (BIG) está indicado fundamentalmente para personas con un sobrepeso puntual, como podrían ser una postlesión deportiva que obliga a hacer un prolongado reposo, un postembarazo complicado, también con obligación de reposo, una depresión o cualquier causa que haga que durante un período determinado de tiempo se cogiera un sobrepeso importante. La persona que no está acostumbrada a estar a dieta, se ve muy dificultada a bajar 20-25 kilos sin ayuda médica. “Cuando se trata de una obesidad crónica, el BIG nunca será un tratamiento definitivo”, subraya Carmen Arribas, Directora de Atención al Paciente del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). Para más información, ver el video.

“El balon intragastrico no funciona cuando no se lleva un tratamiento nutricional de forma paralela que enseñe a la persona a comer, o cuando no esté acompañado por un apoyo psicológico que ayude al paciente a romper el vinculo entre la comida y los estados emocionales”, subraya la especialista del IMEO. El balon se retira como máximo a lo largo de 6 meses. Aunque esté hecho por una silicona muy resistente, no hay que olvidar que en el estómago existen jugos ácidos que van a dañar esta silicona. En los casos, cuando no se trata de un sobrepeso puntual, es preferible acudir a la Banda Gástrica que tiene la ventaja de no ser irreversible. Una vez colocada en el estómago del paciente, se lleva durante todo el día. Una vez logrado el objetivo –una pérdida importante de peso o alcanzado el peso ideal–, la Banda se retira. Para más información, ver el video.

Harta de su sobrepeso, Fabiana toma la decisión de acudir al Instituto Médico Europeo de la Obesidad. En los seis meses siguientes tras colocarse el balon intragastrico, afirma de haber perdido 18 kilos. Luego se ha quedado embarazada y a poco tiempo de nuevo ha cogido peso, como ella misma señala, a lo mejor porque no ha cumplido con las pautas nutricionales de seguimiento. Tras acudir una segunda vez al centro, se ha decidido a dar un paso más allá, que sería un tratamiento definitivo, y se ha colocado la Banda Gástrica, que le ha permitido mantener un peso saludable. Para escuchar el testimonio, ver el video.