Qué hacen los expertos en nutrición antes de la cena de Nochebuena y Navidad

Marie Claire

Zumos ricos en fibra, estimulantes y quemador de grasas, una comida ligera, digestiva y caliente o ayuno intermitente. Estos son algunos de los consejos de los profesionales para preparar tu cuerpo antes de una noche de excesos.

La cuenta atrás para la Navidad ya ha empezado. Son días muy señalados en nuestros calendarios y en los que también solemos realizamos cambios bruscos en nuestra alimentación y en el consumo de alcohol. Y aunque la comida es un hecho social puede hacerse desde el equilibrio. En menos de diez días reunimos más de tres comidas copiosas y esto supone una agresión a nuestro tubo digestivo y a nuestro metabolismo, lo que se traduce en un aumento de peso post-navideño y en una sensación de baja energía tras las vacaciones.

Tanto es así que los expertos del Instituto Medico Europeo de la Obesidad (IMEO) afirman que entre el 20 de diciembre y el 10 de enero engordamos entre 2,5 y 5 kilos, el mes de las fiestas por excelencia, según Damien Carbonnier, co-autor del libro MiAyuno y fundador de los retiros de Miayuno.es.

Cómo preparar el cuerpo para afrontar estos días. Recetas y consejos

Teniendo en cuenta que el periodo navideño empieza el 20 de diciembre y dura hasta el 6 de enero, son 15 días en los que podemos seguir algunos consejos para disfrutar de los encuentros ybanquetes, pero sobre todo para preparar nuestro cuerpo, para no poner en riesgo nuestra salud y condicionar nuestro bienestar. Damien Carbonnier los detalla.

24 de diciembre. Desayuno y comida

Los expertos recomiendan tomar en ayunas un vaso de agua con medio zumo de limón para liberar más jugos gástricos. Se puede añadir una cucharadita rasa pequeña de cúrcuma (antiinflamatoria, carminativa, colagoga, y antioxidante). Asimismo, si nos apetece, es posible realizar un ayuno intermitente y no consumir nada excepto una infusión de té verde, por ejemplo, a media mañana, para potenciar la producción de jugo pancreático hasta el mediodía. En su lugar, también podemos consumir un zumo rico en fibra, interesante para combatir infecciones en época de frío, estimulante y quemador de grasas. Ingredientes: 3 zanahorias, 1 puñado de col rizada, ½ limón, 50 gr de Jengibre.

Para comer ese día, si la cena de Nochebuena ha sido abundante, es importante que sea ligera, digestiva y caliente. Nos viene muy bien en este caso una crema por ejemplo de calabaza, anís estrellado y naranja.

Hidratarse bien durante todo el día. Normalmente en estos días consumimos más alcohol, una hidratación óptima en estos días es básica. Se recomienda una ingesta mínima de unos 8 vasos al día, puede ser agua e infusiones. Es necesario priorizar con infusiones hepato-digestivas como el cardo mariano, boldo o anís estrellado, entre otros.

Después de la cena especial de este día se puede tomar una pequeña cantidad de umeboshi, una ciruela japonesa fermentada con propiedades hepático-digestivas que trabaja como un antiácido natural. Se pone debajo de la lengua y hay que esperar a segregar la suficiente cantidad de saliva para tragarla.

25 de diciembre. Ayuno intermitente y caldos o sopas

Tras la cena de Nochebuena nos espera otra comida copiosa, la de Navidad. Por ello, Carbonnier sugiere realizar ayuno intermitente. Si no apetece y preferimos hacerlo por la noche (no cenar) es otra opción. Nos detalla cómo hacerlo de ambas formas.

En ayunas consumir un vaso de agua templada con medio limón exprimido y siempre se puede añadir una cucharadita pequeña rasa de cúrcuma en polvo. Si se opta por no realizar el ayuno intermitente por la mañana, para preparar en este día nuestro aparato digestivo y potenciar su fuerza, recomienda tomar un zumo enzimático que potenciará nuestra fuerza digestiva.

Ingredientes para 4 personas

  • 2 rodajas de piña
  • 4 manzanas medianas
  • 4 tallos de apio con hojas
  • 4 rodajas de jengibre de 3 cm de grosor

Un zumo antioxidante, refrescante, depurativo, antiinflamatorio, antibacteriano, diurético y digestivo. Rico en enzimas por su contenido en bromealína, original de la piña, fruta, verdura fresca. Antes de la comida se pueden tomar unos pepinillos o un té verde a media mañana.

Después de una comida copiosa podemos consumir la pequeña cantidad de umeboshi, si solemos tener reflujo. A media tarde una infusión hepático- digestiva y para cenar, si no se opta por realizar ayuno intermitente, un caldo o sopa, como por ejemplo una sopa de cebolla y cúrcuma es la opción.

Ingredientes para 4 personas:

  • 700gr de cebolla
  • 1 litro de caldo vegetal
  • 1 patata pequeña
  • 1 cuchara pequeña de Cúrcuma
  • 1 rama de tomillo fresco
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal marina

La actividad física también será importante para ayudar a contrarrestar los excesos. El consejo en este caso es hacer actividad física aeróbica (caminar) durante una hora y media en ayuno estratégico para favorecer la degradación de grasa tras 20-25 minutos de ejercicio. O bien hacer actividad física intensa anaeróbica en ayuno estratégico durante un periodo de no más de 20 minutos, puesto que se trata de actividad de alta intensidad y de este modo se obliga al cuerpo a quemar grasa de forma rápida.

Si de cualquier manera no se pueden seguir estos consejos y los excesos navideños nos superan desde Mi Ayuno aconsejan realizar un plan détox para reequilibrar los excesos. Todos losmeses del año proponen varios programas de desintoxicación en Cataluña en los que los pacientes, controlados y bajo supervisión médica, potencian su sistema inmunitario, depuran sus órganos para conseguir limpiar el cuerpo y reposar la mente.

¿Sabes los kilos que vas a engordar durante las próximas cinco semanas?

El Mundo, por Gema García Marcos
La ciencia, a veces, se equivoca. Hay -al menos- una manera demostrable de alargar el tiempo. Si no ¿cómo es posible que esos instantes de placer en el paladar que nos provocan las delicias culinarias navideñas se conviertan en una eternidad en la cintura, la tripa y los muslos? Este ancestral misterio marca las vidas de medio planeta -el rico- durante el mes de diciembre. En sólo cinco semanas, las que transcurren entre el inicio de las cenas de empresa y la traca final del día de Reyes, nos lo comemos todo. Tragamos como si no hubiera un mañana y, un buen día -normalmente, el 7 de enero- la báscula nos escupe en la cara nuestra penosa realidad: hemos alcanzado nuestro máximo histórico.

Los datos están ahí: los españoles solemos engordar entre dos y cinco kilos durante estas fechas tan entrañables. Para los que todavía se sorprenden ante su súbito aumento de volumen, Rubén Bravo, experto en Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), recuerda que cada comilona que nos metemos entre pecho y espalda ronda «las 2.500 kcal, el equivalente a dos días de dieta normal». Lo ideal, en opinión de este experto, sería que en estos banquetes «no sobrepasemos nunca el 30% de la ingesta calórica total del día, en torno a 450-540 kcal en el caso de las mujeres y de 600 a 750 kcal, en el de los hombres». Una misión que se antoja algo complicada al ver las calorías que nos aporta un menú típico navideño: sopa de marisco (entre 110 y 150 calorías por plato), cordero asado (270 calorías por cada 100 gramos) y turrón (unas 533 calorías por 100 gramos). Una suma que se nos va de las manos al añadir el alcohol: dos copas de cava aportan unas 124 calorías y una de vino tinto, unas 127.

TRUCOS EN LA MESA

El primer mandamiento para controlar el impulso de comérnoslo todo sería: «Uno de los grandes errores que se suelen cometer es no comer nada o muy poco durante el día para luego poder pegarnos un atracón durante la celebración. Lo ideal es hacer una pequeña toma -a media mañana o merienda- de una pieza de fruta, un yogur o un puñado de frutos secos para no llegar al banquete ni hambrientos ni ansiosos«, recomiendan Carmen Escalada y Andrea Marqués, nutricionistas del IMEO.

Un truco para no pasarse sería empezar con entrantes poco calóricos que nos sacien y llegar así satisfechos al plato principal: «Lo mejor es arrancar con un caldo de gallina y verduras desgrasado, ventresca de bonito del norte con pimientos rojos asados, jamón ibérico, marisco -navajas, percebes, mejillones, gambas a la plancha, langostinos, etc- o pimientos del piquillo rellenos de carne picada». Y de segundo: «Lubina o besugo al horno con ajetes y limón, solomillo de ternera con pimientos verdes serían unas buenísimas opciones».

Más allá de la elección de los alimentos, los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad dan la clave para desengrasar el asunto: «Optar por las técnicas culinarias más saludables, como horno, papillote, vapor, hervido, plancha y salteado». En cambio, desaconsejan «los guisos, fritos, sofritos, estofados, brasa y microondas que, en algunas ocasiones, pueden multiplicar por tres las calorías del plato».

También advierten sobre la amenaza para nuestra silueta que suponen «esas calorías añadidas, encubiertas bajo forma de salsas, rebozados, natas y mantecas. Esas tres inofensivas cucharas soperas de mayonesa que añadimos a los espárragos, por ejemplo, pueden aportar hasta 800Kcal, más de lo que sería el equivalente a una sola comida».