¿Comes las suficientes proteínas? Las señales que te alertan de su carencia

Su falta afecta al cerebro

Alimente El Confidencial, por Juan Montagu

La ingesta diaria recomendada es de 0,8 gramos por kilo de peso, aunque varía de hombre a mujer y en deportistas. Si no se ingiere la suficiente cantidad se pasa hambre, se siente debilidad, se pierde masa muscular, entre otras consecuencias.

La proteína es esencial para una buena salud. “Las necesitas para hacer los ladrillos y la argamasa del cuerpo, incluidos los músculos, los huesos y la sangre. Pero, ¿cuánta proteína necesita el hombre promedio para mantenerse saludable?”, documenta la Universidad de Harvard.

La respuesta es más complicada de lo que piensas. La mayoría de los estadounidenses consumen alrededor del 15% de sus calorías de las proteínas, lo que se encuentra dentro de los requisitos diarios recomendados. Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que las dietas ricas en proteínas pueden ayudar a mantener un peso saludable o preservar la salud muscular con el envejecimiento.

Según documenta el Instituto Médico Europeo de Obesidad (IMEO) “las proteínas son fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, y si hacemos dieta, y no tomamos las suficientes, las consecuencias pueden ser fatales”.

Recuerda, además que “poseen aminoácidos esenciales que el organismo no puede fabricar por sí solo, y que necesita para poder reparar los daños celulares que se producen durante la realización de nuestras funciones biológicas y para construir nuevos tejidos. Si no tomamos suficientes proteínas en nuestra alimentación, nuestro organismo destruirá masa muscular para poder conseguir los aminoácidos que necesita para reparar el organismo”.

Para perder peso

El tejido muscular, es uno de los “que más gasto energético consume y si se reduce, nuestro gasto calórico diario, se verá disminuido. Y para adelgazar, tendremos que comer aún menos… A veces así, se entra en un círculo vicioso que hace que la pérdida de peso sea muy difícil. Por lo tanto, hay que tomar las proteínas necesarias a diario, para que no se destruya masa muscular y nuestro metabolismo se encuentre ralentizado”, agrega la institución.

La dietista Kathy McManus, directora del Departamento de Nutrición de Harvard, del Brigham and Women’s Hospital afiliado a la Universidad, documenta: “Si decides aumentar las proteínas diarias, considera también su impacto en la dieta en general. Si no estás comiendo mucho pescado y deseas aumentar la ingesta de proteínas, ingerirlo puede mejorar el perfil nutricional general y, posteriormente, tu salud».

¿Cuántas necesitas?

Las pautas dietéticas de EE. UU. establecen que un hombre adulto debe ingerir un mínimo del 10% de sus calorías diarias de proteínas. Cada gramo de proteína que comes contiene 4 calorías. Recordar, por tanto que la ingesta diaria recomendada es de 0,8 gramos por kilo de peso, lo que significa entre 56 y 90 gramos diarios en un hombre de peso medio y poca actividad física y de 46 a 75 gramos para una mujer con esas mismas condiciones.

“Las pautas también dicen que el rango saludable de proteínas se extiende hasta el 35% de las calorías diarias. En la práctica, puede ser difícil consumir tanta todos los días sin recurrir a comer mucha carne y otros alimentos de origen animal o depender de productos de suplementos proteicos”, recuerda la Harvard..

Dietas ricas en proteínas y salud

Las dietas ricas en proteínas a menudo se promocionan como una forma de perder peso, como hemos mencionado anteriormente. Asimismo, se ha estado investigando los posibles beneficios para la salud muscular. Y, por ejemplo, un estudio recogido en ‘Nutrients’ lo corrobora. Y, además, protegen del daño de la inflamación crónica. “La ciencia ha demostrado que la inflamación crónica de bajo grado puede convertirse en un asesino silencioso que contribuye a las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes tipo 2 y otras afecciones«.

Las señales de que no consumes las suficientes

Documenta la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU que existen varios signos que delatan que no estás consumiendo la suficiente cantidad diaria.

Hinchazón. Uno de los signos más comunes de que no está consumiendo suficientes proteínas es la hinchazón (también llamada edema), especialmente en el abdomen, las piernas, los pies y las manos. Una posible explicación: las proteínas que circulan en la sangre, en particular la albúmina, ayudan a evitar que se acumule líquido en los tejidos. Pero muchas cosas pueden causar edema, así que asegúrate de consultar con el médico en caso de que sea más grave.

Cambios de humor. El cerebro usa sustancias químicas llamadas neurotransmisores para transmitir información entre las células. Muchos de ellos están hechos de aminoácidos, que son los componentes básicos de las proteínas. La falta de proteínas podría significar que el cuerpo no puede producir suficientes neurotransmisores, y eso cambiaría la forma en que funciona tu cerebro. Con niveles bajos de dopamina y serotonina, por ejemplo, pueden aparecer depresión o demasiada agresividad.

Problemas de cabello, uñas y piel. Estos se componen de proteínas como la elastina, el colágeno y la queratina. Cuando su cuerpo no puede producirlos, puede causar cabello quebradizo o debilitado, piel seca y escamosa y surcos profundos en las uñas.

Debilidad y fatiga. La investigación muestra que solo una semana sin comer suficientes proteínas puede afectar los músculos responsables la postura y el movimiento, especialmente si tienes 55 años o más. Y con el tiempo, su carencia puede hacer que pierdas masa muscular, lo que a su vez reduce tu fuerza, dificulta mantener el equilibrio y ralentiza tu metabolismo. También puede provocar anemia, cuando las células no reciben suficiente oxígeno, lo que provoca cansancio.

Hambre. Esto puede parecer obvio. Las proteínas alimentan. Es una de las tres fuentes de calorías, junto con los carbohidratos y las grasas. Los estudios han encontrado que comer alimentos con proteínas te ayuda a sentirte más lleno durante el día.

Lesiones de curación lenta. Las personas que tienen un bajo nivel de proteínas a menudo descubren que sus cortes y raspaduras tardan más en mejorar. Lo mismo parece suceder con los esguinces y otros percances relacionados con el ejercicio.

Enfermar o mantenerse enfermo. Los aminoácidos en la sangre ayudan a tu sistema inmunológico a producir anticuerpos que activan los glóbulos blancos para combatir virus, bacterias y toxinas. Necesitas proteínas para digerir y absorber otros nutrientes que mantienen la salud. También hay evidencia de que la proteína puede cambiar los niveles de bacterias «buenas» que combaten enfermedades en el intestino.

¿Te hace más fuerte? Los múltiples beneficios que aporta la espinaca y que tal vez no conocías

BioBio Chile, por Javier Arriagada

Debido a la serie de 1929 “Popeye el marino”, las espinacas fueron catalogadas como un vegetal que aportaba energía y vigor al cuerpo.

Aunque se trate de un dibujo animado, los guionistas del recordado personaje no estaban tan alejados de la realidad.

Debido a los nitratos que contiene su color verde intenso, la espinaca tendría un gran aporte de energía para el organismo, considerando las vitaminas y minerales que posee.

Popularmente es reconocida por sus habilidades para restablecer la energía, incrementar la vitalidad y mejorar la calidad de la sangre. Esto debido al alto nivel de proteínas y su bajo contenido en grasas y calorías.

“También aportan un alto contenido en betacarotenos, compuestos que además de transformarse en vitamina A en nuestro organismo, desempeñan acciones antioxidantes y estimuladoras del sistema inmune”, describe la Fundación Española de la Nutrición (FEN), según consigna el sitio La Vanguardia.

Asimismo, este vegetal contribuye a cuidar la salud de los huesos gracias a su alto contenido en vitamina K, que mejora la absorción del calcio.

“Solo una taza de espinacas cocidas contiene 987% de nuestra dosis diaria recomendada de vitamina K, lo cual es importante para construir huesos fuertes y evitar fracturas“, destaca la nutricionista Angelique Panagos, a la revista Womens Health.

Otras vitaminas que aporta la espinaca son la A, C, las del grupo b (B6, B2 y B1) y ácido fólico. Son importantes para la visión normal, el sistema inmunitario y la reproducción. Además, la presencia de luteína y zeaxantina previene la degeneración macular.

FreePiks
FreePiks

Con respecto a los minerales, este vegetal es buena fuente de potasio y magnesio, los cuales son necesarios para mantener la función muscular y nerviosa del cuerpo. En esta propiedad se habría basado el creador de Popeye.

Otra de sus cualidades, es que contiene sustancias antioxidantes como los flavonoides y carotenoides (protección de macromoléculas biológicas). Asimismo, es buena fuente de ácidos grasos Omega-3.

Por otra parte, los especialistas de Clínica Las Condes, destacan las propiedades antiinflamatorias del vegetal. “Tiene beneficios neurológicos, ayuda a regular la presión arterial y a mejorar el metabolismo”, precisan.

No obstante, recomiendan su consumo en bajas dosis, debido a que su ácido oxálico puede causar cálculos renales. “Se combina con minerales como el magnesio, el hierro o el calcio y propician su formación”, explica Andrea Marqués, nutricionista dietista especializada en gastronomía del IMEO (Instituto Médico Europeo de la Obesidad).

FreePiks
FreePiks

A la hora de comprarlas

La nutricionista Jo Lewin explicó a BBC que cuando vayas a elegir una espinaca, tienes que fijarte en su tonalidad verde medio a oscuro. Además debe verse fresca y no presentar signos de deterioro.

Cuando la lleves a casa, recomienda almacenarla en el refrigerador, y al interior de una bolsa plástica sellada. Procura no apretujarla ni aplastarla.

“No laves la espinaca antes de guardarla, porque la humedad la dañará”, advierte. Sin embargo, debes asegurarte de que esté bien desinfectada antes de consumirla, debido a que los tallos y hojas pueden contener químicos y rastros de tierra.

La espinaca se puede consumir cruda, pero si decides cocinarla, es mejor cocerla al vapor, en vez de hervirla. “Así se conservan mejor los nutrientes”, aconseja finalmente la especialista.

Este es el ranking de las legumbres más nutritivas

La Vanguardia, por Laura Conde

Garbanzos con patatas y espinaca

El 10 de febrero se celebra el Día Mundial de las Legumbres, una efeméride que deben tener especialmente en cuenta todos aquellos que quieren comer de forma sana, equilibrada y económica. Las legumbres han sido consideradas injustamente durante mucho tiempo “comida de pobres”, en palabras de Nacho Marín, training chef del proyecto Legumechef, destinado a promocionar el consumo de legumbres. Para el cocinero, estos alimentos, muy habituales hace unas décadas en gran parte de hogares, han sido progresivamente desterrados de la dieta al asociarse no solo con un tipo de cocina popular y poco sofisticada, sino “con indigestiones, flatulencias y otras molestias digestivas”.

El Plato para Comer Saludable elaborado por la Harvard T.H. Chan School of Public Health, que actualmente se considera la biblia de los buenos hábitos alimentarios –en sustitución de la clásica pirámide de la alimentación– recomienda comer legumbres con regularidad. Estas deben formar parte del 25% de proteína saludable que se debe ingerir diariamente, y que puede proceder también de pescados, aves y nueces, en menor medida de carnes rojas y queso y en ningún caso de fiambres y carnes procesadas.

Según un estudio de Harvard T.H. Chan School of Public Health

Las legumbres deben formar parte del 25%de proteína saludable que se debe ingerir diariamente

Pese a que todas las legumbres son recomendables, altamente nutritivas y buenas fuentes de proteínas, no todas tienen las mismas propiedades. Conviene conocer bien cuáles son los puntos fuertes de cada una de ellas y, en palabras de Marín, “sacarles todo el partido posible con nuevas recetas que nos permitan salir del clásico guiso contundente de cuchara con el que tendemos a asociarlas”.

Garbanzos

El garbanzo es, junto con la soja, la única legumbre que presenta lo que se conoce como proteínas completas. “Son las que incluyen todos los aminoácidos esenciales, de manera que son de gran valor para el organismo”, explica la coach experta en hábitos saludables Natàlia Calvet. Si bien Calvet señala que “no hay que obsesionarse con la ingesta de todos los aminoácidos en un solo alimento, ni siquiera en el mismo plato”, sí que hay que tener en cuenta que estos deben venir siempre de la alimentación, ya que el cuerpo no los genera. “El resto de legumbres, salvo la soja, no incluyen todos los aminoácidos, por lo que decimos que presentan proteínas incompletas”, señala la experta. La mayoría suele tener déficit de metionina, que debe obtenerse a través de otros alimentos.

Una buena manera de cocinar los garbanzos de forma innovadora y ligera es elaborar un ceviche. Marín lo prepara con “garbanzos cocidos, tomate, aguacate y leche de tigre, una receta que contradice la creencia de que los platos con legumbres son pesados”. El cocinero señala, además, que “cuantas más legumbres consumamos menos gases van a provocar, ya que el organismo se irá acostumbrando y generará más bacterias en el intestino grueso capaces de digerirlas”.

Judías

Existen diferentes variedades y son muy interesantes por su elevado aporte de fibra, de hasta un 20%, además de otros minerales como calcio, potasio, magnesio, zinc o hierro. Calvet indica que pese a que las legumbres son fuentes interesantes de hierro, este suele estar menos disponible que en la carne, “donde además de presentarse en más cantidad tiene una biodisponibilidad mayor”. Uno de los usos que recomienda Marín para las judías es añadirlas a gazpachos y ajoblancos en lugar de pan, ya que “aportan una melosidad extra, no rompen la salsa y es un plato apto para celiacos”.

Alternativa al pan

En vez de acompañar con pan los gazpachos y los ajoblancos, podemos hacerlo con judías ya que quedará más meloso y será apto para celíacos

Lentejas

Aportan fibra, aunque en menor cantidad que la judía, de manera que suelen ser más atractivas para aquellas personas que se quejan de que las judías les provocan flatulencias. La lenteja roja, que en los últimos años se ha puesto de moda, es más ligera, se digiere mejor y puede utilizarse en numerosos platos, tanto para elaborar salsas como cremas o ensaladas. Es importante ponerlas a remojo y, en el caso de comprarlas cocidas, lavarlas correctamente. “Las lentejas tienen lo que conocemos como antinutrientes, presentes en algunos alimentos, que secuestran la absorción de nutrientes, y al escurrirlas o ponerlas en remojo baja la concentración de estos”, explica Calvet.

Soja

Es otra de las legumbres interesantes por su aporte de proteínas completas, que incluyen todos los aminoácidos esenciales. Es, además, una de las que más calcio contiene y es sumamente versátil: puede tomarse texturizada, en picadas con carne y tomate o en los más diversos guisos, en edamame, tempeh y otras elaboraciones. Calvet alerta de que es conveniente fijarse muy bien en el etiquetado de productos a base de soja , desde hamburguesas a fiambre, “porque en ocasiones acaban siendo incluso peores que el alimento al que pretenden sustituir”, ya que pueden contener gran cantidad de aditivos e ingredientes de baja calidad.

Puede tomarse texturizada, en picadas con carne y tomate o en los más diversos guisos, en edamame, tempeh y otras elaboraciones
Puede tomarse texturizada, en picadas con carne y tomate o en los más diversos guisos, en edamame, tempeh y otras elaboraciones

Guisante

Muchas personas no saben que el guisante no es una verdura, sino una legumbre, y que es, además, una de las más ricas en vitamina C y betacarotenos, fundamentales en el desarrollo del sistema inmunitario. Destaca su bajo contenido en sodio y alto en hierro, fósforo y potasio. Dado que en los países occidentales las dietas suelen ser excesivamente carnívoras, Marín insta a la población a sustituir al menos el 50% de la proteína de origen animal que se consume por otra de origen vegetal, y los guisantes, “que la gente suele asimilar con las verduras”, son una forma versátil y sencilla de hacerlo.

Cacahuete

Es otra de las rara avis en el mundo de la legumbre, que mucha gente cree que es un fruto seco. Si bien es cierto que “nutricionalmente se parece más a un fruto seco, pues su aporte de grasa es más alto que el de las otras legumbres, también lo es que es una muy buena fuente de proteínas, vitamina E y vitaminas del grupo B”, explica Calvet. Es importante no abusar del consumo de cacahuetes y, por tanto, no darles el mismo uso que al resto de legumbres, ya que al ser más grasos son también más calóricos y su modo de consumo debe ser diferente. “Basta un puñado para beneficiarnos de sus propiedades nutricionales”, explica la experta.

El cacahuete

A pesar de ser una legumbre, nutricionalmente se parece más a un fruto seco, pues su aporte de grasa es más alto que el de las otras legumbres

Calvet insiste en que es importante consumir legumbres con regularidad, especialmente todas aquellas personas vegetarianas o veganas que necesiten asegurarse un aporte proteico adecuado. Marín coincide. “Deberíamos regresar a aquella época en que la legumbre era la base de nuestra alimentación. Después vinieron unas décadas de vacas gordas y se sustituyeron por la carne, de manera que hemos ido perdiendo los beneficios de este alimento que, además, es muy sencillo de cocinar porque podemos comprarlo ya cocido”.

Dieta cetogénica: ¿qué alimentos están permitidos y cuáles prohibidos?

Alimente El Confidencial, por Noelia Hontoria

Este tipo de régimen se apoya en la reducción drástica del consumo de carbohidratos, priorizando una alta ingesta de grasas en primer lugar y de proteínas en segundo

La dieta cetogénica fue la dieta más buscada en Google en 2018. A pesar de parecer un plan de alimentación moderno, cuenta con casi un siglo de antigüedad. Fue Russell M. Wilder, profesor, médico y científico muy relacionado con la investigación de la diabetes y la nutrición, quien acuñó este término en el año 1921.

A pesar de ser una dieta muy antigua, todavía existen numerosas dudas respecto a ella, como si se puede consumir un bajo porcentaje de hidratos o si tiene contraindicaciones para la salud.

Base de la dieta cetogénica

La dieta cetogénica (o dieta keto) busca generar una situación de cetosis en el cuerpo a través la restricción de cierto tipo de alimentos. Es baja en glúcidos e hidratos de carbono y la alimentación del sujeto que la lleva a cabo está basada en proteínas y grasas.

La reacción del cuerpo a la situación de cetosis es muy similar a la que se produce cuando existe el ayuno. La energía se obtiene de las grasas almacenadas y no de los hidratos de carbono, de modo que se produce una pérdida de peso rápida.

Si hacemos un repaso rápido a sus beneficios, anotan desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad, destaca la pérdida de peso apoyada en la pérdida de grasa y manteniendo la musculatura, la mejora de los niveles de colesterol y la disminución del apetito.

Sin embargo, entre sus desventajas se incluyen el bajo aporte de vitaminas, minerales y fibra y la posibilidad de tener estreñimiento, halitosis o arritmias.

Además, también debemos tener en cuenta la probabilidad de generar cuerpos cetónicos, unos compuestos generados a raíz de los desechos de las grasas, un proceso similar al que sufre el cuerpo cuando existe una diabetes. Esto puede provocar dolor de estómago, vómitos, fatiga, dificultad para respirar, mal aliento…

Mantener el estado de cetosis es difícil y arriesgado, por lo que siempre se debe realizar esta dieta bajo supervisión médica.

Alimentos permitidos y prohibidos en ella

Si en una dieta normal la presencia de hidratos de carbono representa aproximadamente el 50% o 60% de las calorías ingeridas, en la dieta keto los hidratos se sitúan entre el 5% y el 10%.

No hablamos solo de dejar de consumir pasta o patatas, los máximos exponentes y los más conocidos por todos nosotros. Los hidratos de carbono se encuentran también en frutas y verduras, de ahí que se considere una dieta baja en vitaminas. Según lo restrictivo que sea el plan nutricional que sigamos, puede permitirnos consumir algo de fruta como excepción, mientras que en otros casos se prohíbe por completo.

En la dieta cetogénica también se eliminan alimentos como pan, harinas, cereales o legumbres (esto justifica la baja proporción de fibra consumida). También se rechazan los alimentos procesados, los dulces o las bebidas gaseosas y/o azucaradas, que suelen contener una alta cantidad de hidratos de carbono, aunque en cualquier caso es saludable retirarlas de la dieta, por lo que este es el mal menor.

Por otro lado, entre los alimentos que sí se permiten encontramos como prioridad el consumo de ácidos grasos saludables y de proteínas. De hecho, es habitual que se complemente la alimentación con suplementos proteicos. El pescado azul, la carne, los embutidos, algunos frutos secos, los huevos, los lácteos ricos en grasas, el aceite de oliva o las especias son las bases de la dieta cetogénica. Aunque los vegetales en general también están prohibidos, hay algunas excepciones, como los de hoja verde, además del aguacate.

¿Están totalmente prohibidos los hidratos?

No. De hecho, incluso aunque busquemos el estado de cetosis, siempre se incluye un pequeño porcentaje de hidratos. Cuando hablamos de dieta cetogénica a secas nos solemos referir a la dieta cetogénica estándar, donde se busca consumir más de un 70% de grasas, un 20% de proteínas y menos de un 10% de hidratos de carbono.

También se puede optar por una dieta cetogénica alta en proteínas, donde se equilibra un poco más la balanza, con un 60% de grasas, un 35% de proteínas y un 5% de hidratos.

En algunos casos sí que podemos introducir los carbohidratos en la dieta. Por ejemplo, los deportistas, en días de entrenamiento de alta intensidad o de competición. También existe la denominada dieta cetogénica cíclica, donde se pueden combinar días cetogénicos con días de alimentación estándar, siempre que la balanza se mueva a favor de la cetosis.

¿Podemos comer saludable con esta dieta?

Dependerá de la proporción que le demos a cada alimento. No es lo mismo que hagamos un alto consumo de embutidos a que nos apoyemos principalmente en alimentos como el pescado azul o los frutos secos, muy saludables. También es muy importante mantener un alto consumo de proteínas.

Sin embargo, no resulta saludable eliminar nutrientes básicos. La falta de fibra y vitaminas puede llevar a problemas de salud, por lo que siempre debemos buscar suplirlos con alimentos que sí estén permitidos y que a la vez nos den un buen aporte de estos.

Asimismo, no debemos abusar de grasas saturadas por los problemas cardiovasculares que suelen llevar asociados.