La obesidad del hombre empeora el esperma y la salud de sus hijos

Bebés y más, por Eva Paris

La calidad de la esperma en los hombres empeora con la obesidad
La calidad de la esperma en los hombres empeora con la obesidad

Cerca del 40% de personas adultas en el mundo tienen sobrepeso y el 13% sufre obesidad. Esta epidemia del siglo XXI conlleva distintos riesgos de enfermedades y además la obesidad se ha vinculado a la producción deficiente de espermatozoides, con la consiguiente influencia en la fertilidad masculina.

Es decir, que intentar mantener un peso adecuado y unos hábitos de vida saludables va a contribuir a mejorar la fertilidad de los hombres, pero también se ve afectada la herencia genética y epigenética que dejan a sus hijos.

Últimamente, diferentes estudios llevados a cabo en distintos ámbitos apuntan a que la función de los espermatozoides no es únicamente aportar la información genética del padre: además del ADN, el espermatozoide aporta más cosas que pueden tener un potencial epigenético, es decir, que podrían cambiar la forma en que un gen se expresa en el cuerpo.

Un reciente estudio elaborado en Dinamarca sugiere que los espermatozoides de los hombres delgados y obesos poseen diferentes marcas epigenéticas, tal vez cambiando el comportamiento de los genes y transmitiendo a sus hijos, en el caso de los hombres obesos, una predisposición a padecer el mismo problema.

obesidadEn la investigación se comparó los espermatozoides de hombres delgados y hombres obesos antes y después de haber sido sometidos a una operación de cirugía gástrica para perder peso. Se vio que la composición genética de las células de esperma era probable que siguiera siendo la misma, pero hay cambios epigenéticos.

Dicho de otro modo: las células de semen de hombres delgados y obesos poseen diferentes marcas epigenéticas en las regiones de genes asociados con el control del apetito y esto puede cambiar en un mismo hombre que modidique su peso corporal.

Esto podría ser debido a razones evolutivas, pues cuando la obesidad no era un problema, en tiempos de abundancia, esa información genética en cierto modo animaría a los niños a comer más y crecer más grandes, almacenando energías para sobrevivir a las hambrunas, enfermedades…

La buena noticia es que si la dieta mala influye negativamente en la descendencia, también puede hacerlo de forma positiva una dieta saludable. Una mala alimentación, una dieta poco equilibrada, están relacionados con una menor producción de espermatozoides (por la falta de antioxidantes y folatos…) y una peor calidad de estos. Entonces, ¿por qué no evitar esa alimentación deficiente? El hombre ha de cuidar este punto, sobre todo en la etapa previa a la concepción.

Pero incluso, para los hombres obesos que han logrado la concepción y ya tienen descendencia, mantener los malos hábitos en el tiempo sea también motivo de «herencia» no deseable para sus hijos, ya que toda la familia se verá afectada.

Y aunque queda mucho por descubrir acerca del modo en que actúa la epigenética, identificar todas las moléculas responsables de la herencia al margen del ADN… está claro que está en la mano de los hombres intentar mantenerse lo más sanos posibles a la hora de tener descendencia.

La obesidad a juicio: 4 causas que provocan más de 3,4 millones de fallecimientos anuales

Con el motivo del Día Europeo de la Obesidad IMEO organiza una semana dedicada a la obesidad e invita a reflexionar sobre las causas sociales que originan el problema

• Se calcula que el 29 por ciento de la población mundial tiene exceso de peso. Más del 50% de los 671 millones de obesos viven en 10 países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Rusia y China. [1]
• Gran Bretaña tiene las tasas de obesidad más altas en Europa: el 67% de los hombres y el 58% de las mujeres muestra sobrepeso u obesidad. [2] Una cifra a la que se acerca España, donde de cada 100 adultos 17 padecen obesidad y 37 sobrepeso. [3]
• En los países desarrollados los hombres son más propensos que las mujeres a reportar niveles de obesidad, excepto en Austria, Bélgica, Chile, Eslovaquia y Francia. [4]

La obesidad tiene múltiples consecuencias negativas sobre la saludCon el motivo del Día Europeo de la Obesidad[5] que se celebra 16 de mayo, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) organiza una semana dedicada a la obesidad. Durante su transcurso, del 18 al 22 de mayo, el IMEO ofrecerá de forma gratuita 30 estudios de Perfil de Obesidad que consisten en un análisis metabólico personalizado, completado por un estudio emocional y hormonal completo. A estas pruebas, valoradas en 350 euros, pueden acceder sólo personas con obesidad que reserven su cita su cita en el teléfono 91 737 70 70.

La iniciativa de celebrar esta semana dedicada a la obesidad surge a raíz de la preocupante evolución de las estadísticas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen 3,4 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso y la obesidad. Además, el 44% de la carga de diabetes, el 23% de cardiopatías isquémicas y hasta el 41% de la incidencia de algunos cánceres son atribuibles a los kilos de más. La OMS prevé que en tan sólo 15 años 7 millones de personas perderán la vida a causa de enfermedades no transmisibles, debido a factores de riesgo comportamentales y físicos como el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad. Las previsiones para la próxima década son devastadoras: dos de cada tres personas serán obesas[6].

«Hoy en día sabemos que las personas severamente obesas viven 10 años menos que las de peso normal y que cada 15 kilos extras aumentan el riesgo de muerte temprana en un 30 por ciento», recalca Rubén Bravo, experto en el tema y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad. Hace falta una estrategia organizada para erradicar el problema para que no se cumplan los más negros pronósticos, tanto «desde arriba», a nivel institucional y a través de los organismos públicos y privados, como «desde abajo», utilizando la conciencia y los conocimientos de la propia sociedad por el bien de su salud.

Hace tiempo que la obesidad dejó de ser «problema ajeno» para convertirse en un asunto de índole social que arrasa tanto en países con escasos recursos económicos, como en grandes potencias. «Cuando hablamos de tales niveles de pandemia, habrá que mirar más allá del individuo y llegar a fondo de la causa, en gran parte resultado de las fallidas políticas económicas, sociales y alimentarias que afronta la sociedad actual», sostiene Bravo. Desde IMEO consideramos necesario revisar la situación a fondo desde un enfoque actual, identificando las causas actuales que provocan obesidad y apuntando posibles soluciones.

Los cuatro pilares de la obesidad, a juicio

  1. Una mala dieta rica en azúcar.

Gran parte de los alimentos que compramos envasado ya contienen azucar¿Soléis leer la etiqueta con la información nutricional de cada producto que entra en vuestra cesta de compra? Allí se ve bien claro que todo o casi todo contiene azúcar, es un suma y sigue. Por ejemplo, una loncha de pavo de 0% grasa tiene 0,5 gr de azúcar, igual que una tostada de pan; 100 gramos de salchichas de pavo 1,8gr; un yogur desnatado, 4gr; 45gr de cereales, 14gr; una barra de chocolate infantil de 100gr contiene 55gr de azúcar…

Según la OMS consumimos más azúcar de lo que debemos. Hablamos del azúcar refinado, la glucosa y la fructosa y no del azúcar contenido de forma natural en frutas y verduras. Para el año 2012 el consumo de azúcar anual per cápita en el mundo era de 24,6 kilos de media, es decir unos 66gr diarios, aunque hay quien estima que en los países desarrollados esta cantidad roza los 100gr diarios. Según la OMS, el azúcar ingerido no debe aportar más del 10% de las calorías diarias, es decir 50gr para los adultos y hasta 37gr para los niños, aunque por el bien de la salud, los expertos recomiendan no sobrepasar los 25gr. «Esta cantidad equivale a 6 cucharaditas de azúcar contenidas en una lata de refresco endulzado», apunta Bravo. En este sentido debemos tener cuidado no con el azúcar que añadimos a nuestra comida, sino el que ya contienen «escondido» los alimentos envasados que compramos en el supermercado.

  1. Sedentarismo = muchas horas de trabajo + falta de sueño reparador + inactividad física + estrés + cenas tardías.

El sedentarismo es el pr incipal culpable d ela obesidad«No se trata de un concepto abstracto, sino de la suma de una serie de hábitos o condiciones que, a la larga conducen a obesidad», apunta el experto. En España, además, tenemos el inconveniente de una jornada laboral muy poco saludable –con horarios partidos de 9 a 14 y de 15 a 20 horas– y cenas muy tardías que difícilmente encajan en un estilo de vida saludable.

Es un error pensar que la obesidad es cosa de amas de casa o personas en el paro. Un estudio epidemiológico apunta que más de la mitad de los trabajadores del estado español sufren sobrepeso u obesidad[7]. Está demostrado que jornadas laborales excesivamente largas fomentan la depresión, el estrés y el mal dormir, además de aumentar el 60% el riesgo de sufrir un padecimiento cardiaco[8].

Dormir menos de 7 horas o tener sueño de poca calidad es otro factor que tiene relación directa con la obesidad. Por un lado, afecta los niveles de energía a lo largo del día, incide en la falta de ganas para hacer ejercicio y nos induce a comer ciertos alimentos, como café, dulces o hidratos de carbono, porque nos proporcionan energía rápida, aunque temporal. Por otro lado, la falta de sueño relentece el metabolismo y aumenta los niveles de ghrelina, hormona que no sólo estimula el apetito, sino que también favorece la acumulación de lípidos en forma de grasa visceral, aquella que se sitúa en la zona abdominal y tiene más riesgo cardiovascular.

«Debemos apostar por realizar cambios que nos permitan llevar una vida saludable, con una alimentación adecuada y actividad física diaria –preferiblemente por la mañana, porque el ejercicio a primera hora activa el metabolismo y ayuda a quemar más calorías a lo largo de la jornada–; esto nos ayudará a lograr un bienestar emocional sin ansiedad, ni estrés», resume Bravo. La actividad física recomendada por la OMS para adultos de 18 a 64 años es entre 2,5 horas y 5 horas semanales (ejercicios aeróbicos, de intensidad moderada).

  1. No buscar ayuda profesional y decantarse por métodos milagrosos con alto riesgo de efecto rebote.

Los métodos milagrosos tienen alto riesgo de efecto reboteCuando hay un problema de salud, debe ser diagnosticado por los profesionales, y no con autocura o dietas milagrosas con posterior efecto rebote. No acudir a un especialista es un error capital y a la medida que pasa el tiempo, el problema se hace más grande y la solución está cada vez más lejos. Hoy en día existe un amplio abanico de soluciones, diagnósticos precisos, tratamiento multidisciplinar y grados de cirugía aplicadas a la obesidad con atención personalizada. «Con la ayuda de la tecnología médica podemos determinar con precisión las hormonas del paciente, su estado emocional, sus hábitos alimenticios, su metabolismo basal y hasta sus polimorfismos genéticos, es decir las mutaciones en los genes relacionados con obesidad, todo esto nos permite proponer recomendaciones dietéticas adecuadas a cada individuo», apostilla el portavoz del IMEO.

  1. Falta de costumbre para cocinar y cultura nutricional pobre.

Ya tenemos la primera generación que no sobrevivirá la edad de sus padres y los malos hábitos de vida son el gran culpableLos obesos de ahora están creando gran numero de obesos para el futuro. Lo confirman las estadísticas con el disparo de la obesidad infantil en las últimas décadas. «Tenemos suficientes razones para creer que los jóvenes de hoy serán la primera generación que no sobrepasará la edad de sus padres, debido a enfermedades cardiovasculares y la diabetes», afirma Bravo. Es el triste legado que dejaremos a nuestros hijos, al no inculcarles desde edades más tempranas los conceptos básicos de la nutrición. Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a los pequeños que en casa es donde mejor se come, y no en los establecimientos de comida rápida. Y la mejor forma de enseñar es dando ejemplo.

[1] Estos países son: EE UU (más de 13%), China y la India (suman 15%), Rusia, Brasil, México, Egipto, Alemania, Pakistán e Indonesia, según un estudio publicado en la revista The Lancet.
[2] Health and Social Care Information Centre, publicadas en febrero 2014.
[3] Encuesta Nacional de Salud del INE 2012.
[4] Según datos de la OCDE del mayo 2014.
[5] El Día Europeo de Obesidad se celebra el tercer sábado de mayo desde 2010 cuando fue instaurado oficialmente en la sede del Parlamento Europeo de Estrasburgo.
[6] Obesity: update 2012 de la OCDE.
[7] «Alta prevalencia de obesidad en una población laboral en España» publicado en la revista Endocrinología y Nutrición.
[8] Según un estudio publicado en European Heart Journal.

El régimen de la mochila y la sonda, desaconsejado

  • La asociación de nutricionistas desaconseja la popular dieta por ser muy agresiva
  • La dieta es la misma que recibe un enfermo en estado de coma
  • “Es extrema pero aparentemente no dañina”, afirman expertos en EE UU

El País
la dieta de la sondaAdelgazar 10 kilos en 10 días sin probar bocado y sin tener sensación de hambre. Esto es lo que promete un nuevo tipo de dieta que se está popularizando en Estados Unidos y causa especial furor entre las novias que quieren adelgazar rápido y sin esfuerzo días antes de la boda. El régimen consiste en suministrar al paciente 800 calorías (el mínimo diario necesario para subsistir) a través de una sonda nasal. El método ha originado una gran controversia porque algunos especialistas consideran esta dieta “muy agresiva”. En España, una clínica de Barcelona ofrece el mismo tratamiento.

La técnica es la que se utiliza para alimentar a pacientes en coma, en algunos casos de anorexia o para enfermos de cáncer que reciben quimioterapia y tienen dificultades para comer. La nueva dieta es conocida por las siglas KE (Ketogenic Enteral) y la popularizó  Oliver di Pietro desde su clínica de Miami. El médico defiende que sus pacientes no pasan hambre porque el suministro de alimento es constante.

Una enfermera introduce al paciente por la nariz una sonda, de dos milímetros de grosor (la misma que utilizan para los recién nacidos), que pasa por el esófago y acaba en el estómago. Después, deberá cargar con la mochila que contiene todos los elementos nutritivos (hidratops de carbono, grasas y proteínas mezclado con agua, vitaminas, electrolitos y oligoelementos) que con la ayuda de una bomba surte al paciente de alimento las 24 horas del día.

Mientras la dieta gana adeptos, algunos especialistas lo califican de “extrema, pero aparentemente no dañina”. En EE UU, el tratamiento cuesta 1.500 dólares (1.146 euros), mientras que en la Clínica Planas de Barcelona el paciente debe pagar entre 3.000 y 5.000 euros. El centro asegura que es un método sencillo y que el cuerpo reacciona bien. Sin embargo, la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas (AEDN) lo ha desaconsejado —puede causar fracturas óseas, gastroenteritis y otras alteraciones, asegura— y ha instado a las autoridades a proteger a la población de las consecuencias negativas de este tipo de régimen, que califican de fraudulento y de “dieta milagro”.

Las personas que han afrontado esta dieta tan radical afirman que no vieron peligrar su salud. Por la clínica catalana han pasado 91 pacientes desde hace seis meses (cuando comenzó el tratamiento). El 63% son mujeres con un 100% de éxito en la etapa inicial y sin incidencias por el momento, según la clínica.

El doctor Manuel Sánchez Sánchez, responsable de la unidad de nutrición y dietética de la clínica, atiende a un máximo de cinco pacientes por semana. Uno de ellos fue Juan Soler, alcalde de Getafe (Madrid) por el PP. Él viajó hasta Barcelona para someterse a este régimen de choque a principios del pasado enero. “Fue por indicación médica, ya que tenía unos niveles altísimos de colesterol”, admitió Soler. El alcalde adelgazó ocho kilos en 10 días.

A Soler le recomendó la clínica de Barcelona Gonzalo Lapique, empresario madrileño, amigo del regidor y uno de los primeros en someterse al régimen. “Había intentado perder peso por otras dietas pero esta es la que mejor ha funcionado”, dice el empresario, de 44 años. “No tienes sensación de hambre en ningún momento. Pero cuando llega la hora de la comida te acuerdas de comer por puro hábito”, afirma. La clínica barcelonesa, asegura Lapique, ofrece para paliarlo masajes o entrenamiento de un fisioterapeuta.

Ningún estudio ha probado la eficacia de la dieta ni su seguridad, según un informe de la asociación de nutricionistas AEDN. “Considero descabellado usar este método de adelgazamiento”, explica Nancy Babio, una de las cinco especialistas que elaboró el informe sobre la dieta Dukan y miembro de la Federación Española de Sociedades de Alimentación, Nutricionista y Dietética (FESNAD-SEEDO). Un real decreto de 2000 limita “el uso de alimentos destinados a usos médicos” para que solo se suministren a enfermos con problemas para “ingerir, digerir, absorber, metabolizar o excretar”. Este tratamiento, recuerda Babio, requiere monitorización y, en algunos casos, puede ocasionar complicaciones como obstrucción de la sonda, infecciones por la contaminación por bacterias, diarreas y deshidratación. El centro barcelonés responde que la dieta es fruto de sus cuatro décadas de experiencia y que tienen lista de espera.

El 62% de los españoles tienen problemas de obesidad

La mala dieta y hábitos son entre las causas del aumento del riesgo cardiovascular ente los españoles

Según los resultados del «Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España» (ENRICA), presentado ayer en Madrid, la obesidad es un problema de salud muy frecuente en nuestro país. El 62% de la población está gorda; en concreto, el 39% tiene sobrepeso, es decir, un índice de masa corporal (IMC) entre 25-29,9; y el 23% es obesa, con un IMC superior a 30. La tasa de obesidad es mayor en hombres que en mujeres (excepto en las de 65 años y más), y aumenta con la edad. Cuando se considera específicamente la cintura, la frecuencia de la gordura abdominal (más de 102 cm en hombres y más de 88 cm en mujeres) es del 32% en los varones y del 40% en las señoras. Pasan de un tercio los hombres con obesidad que declaran haber recibido consejo sanitario para perder peso, pero se han quedado ahí y no lo han seguido.

Lo anterior es consecuencia en parte de que los españoles son muy sedentarios: dedican 14 horas semanales a ver la televisión y otras 15 horas adicionales a la butaca o al sofá en actividades como leer o, más asiduamente, dormitar.

Y las malas noticias siguen. Uno de cada dos adultos es «hipercolesterolémico». El 50% lo sabe y el 42% está tratado con fármacos para reducir el colesterol. El ENRICA subraya: «Con independencia de que la indicación de tratamiento debe establecerse habitualmente según el riesgo cardiovascular total de la persona, y no por su cifra de colesterol, el porcentaje de sujetos tratados que controlan el colesterol es bajo».

El Reino Unido tiene la tasa de obesidad mayor de Europa, con el 24,5% de adultos considerados pasados de peso, según un estudio publicado en diciembre por la Comisión Europea y la OCDE. La media europea se sitúa en el 14%.

Fuente: ABC