La obesidad eleva el riesgo de sufrir depresión un 55%

Y la depresión aumenta el riesgo de padecer exceso de peso un 58%.Ambas enfermedades se retroalimentan

Heraldo
_obesidad_a0a91d7eLa depresión lleva a la obesidad y la obesidad lleva a la depresión
, ambas situaciones pueden darse de forma simultánea. La obesidad aumenta el riesgo de sufrir depresión un 55 por ciento, y la depresión incrementa el riesgo de ser obeso un 58 por ciento, según los estudios recogidos en diferentes metanálisis, según ha manifestado el presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, el doctor Miquel Roca, durante la conferencia ‘Obesidad y Depresión, ¿dos caras de la misma moneda?’, pronunciada en el XXIV Curso de Actualización en Psiquiatría de Vitoria-Gasteiz.
«Estas dos enfermedades guardan una estrecha relación, dos enfermedades que suponen un gran problema sanitario en sociedades avanzadas dadas sus altas tasas de prevalencia y los elevados costes sanitarios asociados», ha añadido.
Respecto a los factores comunes que predisponen a un individuo a sufrir estas enfermedades, el doctor Roca ha enumerado los siguientes: «genéticos, sociales, psicológicos y otras enfermedades como diabetes o patologías cardiovasculares, por ejemplo«. De esta forma, «un factor presente a destacar entre la relación obesidad-depresión es el denominadosíndrome metabólico, que es la combinación de factores de riesgo cardiovascular como obesidad abdominal, diabetes, niveles elevados de triglicéridos y presión arterial alta«. Todo ello llevaría, según el doctor, «a que algunos subtipos depresivos puedan en realidad ser considerados enfermedades sistémicas, medidas por procesos metabólicos».

Otro punto a tener en cuenta es que «los pacientes deprimidos suelen descuidar su estilo de vida, y por tanto no siguen ningún tipo de dieta ni realizan actividad física. Esto provoca un aumento de peso y entran en un círculo difícil en el que ambas enfermedades se retroalimentan. Para tratar esta comorbilidad de patologías los tratamientos han de dispensarse a la vez y de forma coordinada«, ha asegurado Roca.
«Se debe animar al paciente a llevar un estilo de vida saludable para prevenir la asociación entre depresión y obesidad. 
Seguir el estilo de la dieta mediterránea, que disminuye el consumo de carnes e hidratos de carbono en beneficio de más alimentos vegetales y grasas monoinsaturadas; aumentar la actividad física a diario; cuidar el sueño; tener una óptima red de apoyo social; y realizar intervenciones psicoeducativas para mejorar la adherencia a un estilo de vida saludable, son acciones que podrían reducir y prevenir la aparición de nuevos casos de depresión y obesidad», confirma el doctor Roca.
Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión es la principal causante de situaciones discapacitantes en todo el mundo, y en el caso de Europa representa más del 7 por ciento de la mortalidad prematura. Además genera un menor rendimiento en el trabajo (con su correspondiente absentismo laboral) e incrementa las hospitalizaciones.
Respecto a la obesidad, la OMS ha instado a actuar a Europa porque «se enfrenta a una crisis de obesidad de enormes proporciones para 2030«, y ha predecido unas cifras alarmantes, seis de cada diez mujeres y siete de cada diez hombres con sobrepeso. Esta enfermedad está estrechamente relacionada con problemas cardiovasculares que provocan una importante demanda de servicios sanitarios.

La obesidad a juicio: 4 causas que provocan más de 3,4 millones de fallecimientos anuales

Con el motivo del Día Europeo de la Obesidad IMEO organiza una semana dedicada a la obesidad e invita a reflexionar sobre las causas sociales que originan el problema

• Se calcula que el 29 por ciento de la población mundial tiene exceso de peso. Más del 50% de los 671 millones de obesos viven en 10 países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Rusia y China. [1]
• Gran Bretaña tiene las tasas de obesidad más altas en Europa: el 67% de los hombres y el 58% de las mujeres muestra sobrepeso u obesidad. [2] Una cifra a la que se acerca España, donde de cada 100 adultos 17 padecen obesidad y 37 sobrepeso. [3]
• En los países desarrollados los hombres son más propensos que las mujeres a reportar niveles de obesidad, excepto en Austria, Bélgica, Chile, Eslovaquia y Francia. [4]

La obesidad tiene múltiples consecuencias negativas sobre la saludCon el motivo del Día Europeo de la Obesidad[5] que se celebra 16 de mayo, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) organiza una semana dedicada a la obesidad. Durante su transcurso, del 18 al 22 de mayo, el IMEO ofrecerá de forma gratuita 30 estudios de Perfil de Obesidad que consisten en un análisis metabólico personalizado, completado por un estudio emocional y hormonal completo. A estas pruebas, valoradas en 350 euros, pueden acceder sólo personas con obesidad que reserven su cita su cita en el teléfono 91 737 70 70.

La iniciativa de celebrar esta semana dedicada a la obesidad surge a raíz de la preocupante evolución de las estadísticas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año fallecen 3,4 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso y la obesidad. Además, el 44% de la carga de diabetes, el 23% de cardiopatías isquémicas y hasta el 41% de la incidencia de algunos cánceres son atribuibles a los kilos de más. La OMS prevé que en tan sólo 15 años 7 millones de personas perderán la vida a causa de enfermedades no transmisibles, debido a factores de riesgo comportamentales y físicos como el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad. Las previsiones para la próxima década son devastadoras: dos de cada tres personas serán obesas[6].

«Hoy en día sabemos que las personas severamente obesas viven 10 años menos que las de peso normal y que cada 15 kilos extras aumentan el riesgo de muerte temprana en un 30 por ciento», recalca Rubén Bravo, experto en el tema y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad. Hace falta una estrategia organizada para erradicar el problema para que no se cumplan los más negros pronósticos, tanto «desde arriba», a nivel institucional y a través de los organismos públicos y privados, como «desde abajo», utilizando la conciencia y los conocimientos de la propia sociedad por el bien de su salud.

Hace tiempo que la obesidad dejó de ser «problema ajeno» para convertirse en un asunto de índole social que arrasa tanto en países con escasos recursos económicos, como en grandes potencias. «Cuando hablamos de tales niveles de pandemia, habrá que mirar más allá del individuo y llegar a fondo de la causa, en gran parte resultado de las fallidas políticas económicas, sociales y alimentarias que afronta la sociedad actual», sostiene Bravo. Desde IMEO consideramos necesario revisar la situación a fondo desde un enfoque actual, identificando las causas actuales que provocan obesidad y apuntando posibles soluciones.

Los cuatro pilares de la obesidad, a juicio

  1. Una mala dieta rica en azúcar.

Gran parte de los alimentos que compramos envasado ya contienen azucar¿Soléis leer la etiqueta con la información nutricional de cada producto que entra en vuestra cesta de compra? Allí se ve bien claro que todo o casi todo contiene azúcar, es un suma y sigue. Por ejemplo, una loncha de pavo de 0% grasa tiene 0,5 gr de azúcar, igual que una tostada de pan; 100 gramos de salchichas de pavo 1,8gr; un yogur desnatado, 4gr; 45gr de cereales, 14gr; una barra de chocolate infantil de 100gr contiene 55gr de azúcar…

Según la OMS consumimos más azúcar de lo que debemos. Hablamos del azúcar refinado, la glucosa y la fructosa y no del azúcar contenido de forma natural en frutas y verduras. Para el año 2012 el consumo de azúcar anual per cápita en el mundo era de 24,6 kilos de media, es decir unos 66gr diarios, aunque hay quien estima que en los países desarrollados esta cantidad roza los 100gr diarios. Según la OMS, el azúcar ingerido no debe aportar más del 10% de las calorías diarias, es decir 50gr para los adultos y hasta 37gr para los niños, aunque por el bien de la salud, los expertos recomiendan no sobrepasar los 25gr. «Esta cantidad equivale a 6 cucharaditas de azúcar contenidas en una lata de refresco endulzado», apunta Bravo. En este sentido debemos tener cuidado no con el azúcar que añadimos a nuestra comida, sino el que ya contienen «escondido» los alimentos envasados que compramos en el supermercado.

  1. Sedentarismo = muchas horas de trabajo + falta de sueño reparador + inactividad física + estrés + cenas tardías.

El sedentarismo es el pr incipal culpable d ela obesidad«No se trata de un concepto abstracto, sino de la suma de una serie de hábitos o condiciones que, a la larga conducen a obesidad», apunta el experto. En España, además, tenemos el inconveniente de una jornada laboral muy poco saludable –con horarios partidos de 9 a 14 y de 15 a 20 horas– y cenas muy tardías que difícilmente encajan en un estilo de vida saludable.

Es un error pensar que la obesidad es cosa de amas de casa o personas en el paro. Un estudio epidemiológico apunta que más de la mitad de los trabajadores del estado español sufren sobrepeso u obesidad[7]. Está demostrado que jornadas laborales excesivamente largas fomentan la depresión, el estrés y el mal dormir, además de aumentar el 60% el riesgo de sufrir un padecimiento cardiaco[8].

Dormir menos de 7 horas o tener sueño de poca calidad es otro factor que tiene relación directa con la obesidad. Por un lado, afecta los niveles de energía a lo largo del día, incide en la falta de ganas para hacer ejercicio y nos induce a comer ciertos alimentos, como café, dulces o hidratos de carbono, porque nos proporcionan energía rápida, aunque temporal. Por otro lado, la falta de sueño relentece el metabolismo y aumenta los niveles de ghrelina, hormona que no sólo estimula el apetito, sino que también favorece la acumulación de lípidos en forma de grasa visceral, aquella que se sitúa en la zona abdominal y tiene más riesgo cardiovascular.

«Debemos apostar por realizar cambios que nos permitan llevar una vida saludable, con una alimentación adecuada y actividad física diaria –preferiblemente por la mañana, porque el ejercicio a primera hora activa el metabolismo y ayuda a quemar más calorías a lo largo de la jornada–; esto nos ayudará a lograr un bienestar emocional sin ansiedad, ni estrés», resume Bravo. La actividad física recomendada por la OMS para adultos de 18 a 64 años es entre 2,5 horas y 5 horas semanales (ejercicios aeróbicos, de intensidad moderada).

  1. No buscar ayuda profesional y decantarse por métodos milagrosos con alto riesgo de efecto rebote.

Los métodos milagrosos tienen alto riesgo de efecto reboteCuando hay un problema de salud, debe ser diagnosticado por los profesionales, y no con autocura o dietas milagrosas con posterior efecto rebote. No acudir a un especialista es un error capital y a la medida que pasa el tiempo, el problema se hace más grande y la solución está cada vez más lejos. Hoy en día existe un amplio abanico de soluciones, diagnósticos precisos, tratamiento multidisciplinar y grados de cirugía aplicadas a la obesidad con atención personalizada. «Con la ayuda de la tecnología médica podemos determinar con precisión las hormonas del paciente, su estado emocional, sus hábitos alimenticios, su metabolismo basal y hasta sus polimorfismos genéticos, es decir las mutaciones en los genes relacionados con obesidad, todo esto nos permite proponer recomendaciones dietéticas adecuadas a cada individuo», apostilla el portavoz del IMEO.

  1. Falta de costumbre para cocinar y cultura nutricional pobre.

Ya tenemos la primera generación que no sobrevivirá la edad de sus padres y los malos hábitos de vida son el gran culpableLos obesos de ahora están creando gran numero de obesos para el futuro. Lo confirman las estadísticas con el disparo de la obesidad infantil en las últimas décadas. «Tenemos suficientes razones para creer que los jóvenes de hoy serán la primera generación que no sobrepasará la edad de sus padres, debido a enfermedades cardiovasculares y la diabetes», afirma Bravo. Es el triste legado que dejaremos a nuestros hijos, al no inculcarles desde edades más tempranas los conceptos básicos de la nutrición. Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a los pequeños que en casa es donde mejor se come, y no en los establecimientos de comida rápida. Y la mejor forma de enseñar es dando ejemplo.

[1] Estos países son: EE UU (más de 13%), China y la India (suman 15%), Rusia, Brasil, México, Egipto, Alemania, Pakistán e Indonesia, según un estudio publicado en la revista The Lancet.
[2] Health and Social Care Information Centre, publicadas en febrero 2014.
[3] Encuesta Nacional de Salud del INE 2012.
[4] Según datos de la OCDE del mayo 2014.
[5] El Día Europeo de Obesidad se celebra el tercer sábado de mayo desde 2010 cuando fue instaurado oficialmente en la sede del Parlamento Europeo de Estrasburgo.
[6] Obesity: update 2012 de la OCDE.
[7] «Alta prevalencia de obesidad en una población laboral en España» publicado en la revista Endocrinología y Nutrición.
[8] Según un estudio publicado en European Heart Journal.

Un nuevo estudio arroja esperanza a los afectados de obesidad severa

La cirugía laparoscópica sumada al seguimiento multidisciplincar en un alto porcentaje de los casos ayuda a lograr un peso saludable disminuyendo la incidencia de riesgo cardiovascular, hipertensión y diabetes tipo dos

La epidemia de obesidad sigue en aumento, según las últimas estadísticasCon el motivo del Día Mundial contra la Obesidad que se celebra este miércoles, 12 de Noviembre, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad hace públicos los resultados de un esperanzador estudio para los afectados en mayor grado por la enfermedad. En señal de su apoyo, el Instituto organiza la tradicional semana dedicada a la obesidad. Durante su transcurso, del 10 al 14 de noviembre, el IMEO ofrecerá en su centro en Madrid 50 estudios gratuitos que consisten en un análisis metabólico personalizado y un estudio emocional y hormonal completo. Para evitar saturación o largas colas en las consultas, el centro pide a los interesados reservar cita en el teléfono 91 737 70 70.

La iniciativa de celebrar semana dedicada a la obesidad surge hace cinco años a raíz del preocupante aumento del número de personas que padecen esta patología y que cada año engrosan las estadísticas creando alarma social. Se estima que hoy en día en el mundo hay 1429 millones de personas con sobrepeso y 671 millones obesos que suman el 29 por ciento de la población actual; más de la mitad de ellos viven en tan sólo 10 países, entre ellos Estados Unidos, China, Brasil y México. En nuestro país los índices están muy por encima de la media europea y de cada 100 adultos 17 padecen obesidad y 37 presentan sobrepeso. El gasto destinado por la sanidad española a esta tendencia en aumento ronda los 7 por ciento, unos 5.000 millones de euros anuales del presupuesto total, difícil de sostener a largo plazo y también insuficiente para solventar el problema.

La Organización Mundial de la Salud prevé que 7 millones de personas perderán la vida a causa de enfermedades no transmisibles en 2030, debido a factores de riesgo comportamentales y físicos como el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad. Las previsiones para la próxima década no son nada favorables: se estima que dos de cada tres personas serán obesas[1].

Resultados del estudio médico con pacientes operados de Manga Gástrica

la cirugía de la obesidad reduce la incidencia de la diabetes tipo 2De cara al Día Mundial de la Obesidad, el IMEO presenta los resultados de un estudio esperanzador llevado a cabo durante los dos últimos años con 150 personas con obesidad importante que se han sometido a una operación de reducción de estómago con manga gástrica. Los datos fueron concluyentes: en el 92% de los casos fue lograda la pérdida total del sobrepeso. En el seguimiento de 24 meses que se realizó de forma quincenal se ha podido demostrar que esta técnica laparoscópica de mínima invasión tiene 0% de mortalidad, debido a los avances tecnológicos en la medicina y a las sofisticadas tecnologías que permiten profundizar en el diagnóstico de la obesidad. Además de ofrecer una solución en el tratamiento de obesidad, este tipo de cirugía también contribuye a la disminución del riesgo cardiovascular y en la incidencia de comorbilidades como la hipertensión y la diabetes tipo dos.

El estudio se basa en el seguimiento continuado de 36 hombres y 112 mujeres, entre 25 y 55 años de edad. Todos empezaron el tratamiento con un elevado peso inicial: 128 kilos de media para los varones y 103 kilos de media para las mujeres. «Los índices más altos de obesidad entre los representantes del sexo masculino se dieron alrededor de los 30 años de edad, mientras que los casos de obesidad más impactantes entre las representantes del sexo femenino se manifestaban a partir de los 37 años», explica Rubén Bravo, portavoz del IMEO y coordinador del estudio. Esto nos hizo reflexionar sobre el origen de la obesidad en ambos sexos. En la mujer se da una relación más directa con los cambios hormonales, coincidiendo con el período de la transición a la menopausia o con un período posterior al embarazo. Hecho que explica, pero no justifica su grado de obesidad. En los hombres, sin embargo, la causa suele ser la misma de siempre: vida sedentaria y un patrón alimentario no saludable.

La reducción del estómago es la solución definitiva de la obesidad mórbida«Muchos pacientes que acaban en nuestras consultas confiesan que están hartos de la dieta del déficit calórico, se quejan que han probado varias y ninguna les ha funcionado», explica Bravo. Esto pasaría, porque no se les enseñó a comer y cuando acudían a especialistas que no podían dedicarles más de 10 minutos por consulta, se les entregaba una hoja con una dieta estándar de 1000, 1200 o 1500 Kcal. No se tiene en cuenta si el paciente come en casa sólo o con otras personas en restaurante, si cena con amigos los fines de semana o viaja a menudo. Tales condicionantes sociales pueden sabotear la buena intención y voluntad de cualquier persona en régimen. Un buen plan nutricional debe adaptarse a las características sociales y personales del individuo. Por supuesto, se restringirán algunos alimentos, pero sin instaurar la sensación de estar a dieta todo el tiempo.

Cuando se trata de una obesidad severa y no de simple sobrepeso, no es suficiente como correctivo hacer dieta y deporte. Hay que profundizar en el diagnóstico, realizar numerosos estudios, estudiar el estado hormonal y emocional del paciente, ver si tiene ansiedad, algún trastorno de la alimentación, herencia genética o problemas con la glándula toroide.

La cirugía se utiliza como último recurso para solucionar un problema de obesidad complejo que acaba perjudicando otras funciones del organismo y amenaza con recortar la expectativa de vida hasta en 15 años. «Cuando se necesita perder entre 50 y 80 por ciento del peso corporal, no queda otra que reducir la capacidad del estómago para así evitar la ingesta de grandes cantidades de alimentos», sostiene Bravo. Está demostrado que al intervenir en una disfunción del fundus gástrico mediante la manga gástrica, se elimina la mayor fuente de producción de grelina, la hormona responsable de la sensación de hambre, y esto permite que el paciente se sacie comiendo el 25% de lo que comía antes.

reducción de estómagoCon este tratamiento se suele perder la mayor parte del sobrepeso durante los primeros seis meses, a un ritmo estable donde la media pérdida de peso es de 7 kilos al mes, disminuyendo la cifra con 1,5Kg en cada siguiente semestre. Una vez logrado el objetivo, se continúa con dieta equilibrada y plan de entrenamiento para mantener el peso y establecer un nuevo modo de vida saludable.

En casi todos los casos estudiados se observó una mejora de la tasa metabólica[2], es decir, la efectividad del organismo para utilizar la grasa como fuente de energía. Los índices iníciales eran realmente bajos, de 1,8 de media en el caso de las mujeres y 2,1 de media en el caso de los hombres, correspondiendo a metabolismo lento e inefectivo. Finalizado el tratamiento, los parámetros mejoraron considerablemente, pasando a 7,1 de media en el caso de las mujeres, y a 7,7 de media en el caso de los hombres, alcanzando unos niveles equilibrados.

El estudio también evaluó el riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión y diabetes tipo dos, medidos a través del factor de grasa visceral que nos marca un índice de intervalos desde 0 a 40, siendo a partir del factor 11 cuando comienza a dispararse el riesgo para el corazón y los peligros del síndrome metabólico. El factor medio de grasa visceral inicial en los hombres antes de someterse al tratamiento de manga gástrica era de 24,9; en las mujeres, de 12,1. Pasados los dos años de tratamiento este factor de riesgo se estabilizó en cuotas saludables, obteniendo unas medias de 7,6 en hombres y de 3,2 en mujeres.

La obesidad tiene múltiples consecuencias negativas sobre la saludSegún el equipo médico, el éxito de ésta intervención se debe a tres factores fundamentales: seguimiento multidisciplinar, reducción en la ingestas de comida y disminución en la sensación de hambre. «Para conseguir un cambio profundo en los hábitos del paciente con obesidad severa, en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad aunamos, además de la gran ayuda de la manga gástrica, los esfuerzos de un amplio equipo de especialistas, entre ellos nutricionistas, endocrinos, psicólogos, fisioterapeutas, preparadores físicos y entrenadores profesionales, esteticistas, médicos internistas, cirujanos bariátricos y plásticos», señala Carmen Arribas, Directora Técnica y Asistencial del IMEO.

Además de favorecer la pérdida de peso, disminuir la diabetes y mejorar la hipertensión, la manga gástrica produce una serie de efectos endocrinos beneficios para la salud. Regula el metabolismo de la glucosa, la secreción de insulina y la función del páncreas. Aumenta la secreción de la hormona de crecimiento y ralentiza el vaciado gástrico. Reduce tanto el apetito, como la sensación de hambre y es un gran avance en la lucha contra la obesidad severa.

Los estudios de seguimiento se han realizado a través de ElectroImpedancia TANITA Medical Multifrecuencial, evaluando en cada paciente metabolismo basal, composición corporal total y segmental, índice de grasa visceral, tasa metabólica, equilibrio del agua y distribución corporal.

[1] Obesity: update 2012 de la OCDE.

[2] Se mide en una escala de 0 a 15, determinando si un metabolismo es lento e inefectivo (de 0 a 5), equilibrado (de 5 a 9), activo o hiperactivo (de 9 a 15).

«La obesidad comienza en el cerebro»: Jeffrey Friedman

El peso corporal es regulado por circuitos cerebrales y en el futuro podrá tratarse mediante drogas que actuarán sobre las células que controlan el apetito

Por Ricardo Segura/EFE-Reportajes/ Vanguardia.com.mx

obesidad, foto EFE Justin LaneLa leptina es una hormona producida por la grasa que actúa sobre el hipotálamo del cerebro, para regular la ingesta de alimento, el gasto energético y la cantidad de grasa que se acumula en el organismo, y la carencia de esta sustancia o de su receptor (área bioquímica que la recibe en el cerebro) conduce a la obesidad.

El descubrimiento de este mecanismo, identificado en ratones y  humanos, ha abierto nuevas vías de investigación sobre las bases biológicas de la obesidad y provocado un importante cambio de paradigma, al demostrar que el peso excesivo no se debe a un comportamiento inadecuado, sino que es la consecuencia de un desequilibrio en un proceso regulado hormonalmente.

Este hito científico lo realizaron el químico canadiense-estadounidense Douglas Coleman y el médico norteamericano Jeffrey Friedman, quienes pese a no haber trabajado juntos, han tenido una de las relaciones más estrechas que pueden darse en la ciencia, ya que Friedman demostró que las hipótesis científicas de Coleman eran correctas.

A finales de la década de 1970, Coleman había demostrado que debía haber una hormona, entonces desconocida, que regulara la ingesta (ingestión de comida) y el peso corporal, mediante ensayos con ratones de laboratorio, portadores de una mutación que los convertía en extremadamente obesos.

Las investigaciones anteriores indicaban que este defecto estaba en un único gen, y Friedman entró en escena a mediados de la década de 1980, cuando decidió buscar ese gen culpable, labor que culminó en 1994, al descubrir el gen de la hormona leptina, que funciona como había predicho Coleman.

Ambos expertos han recibido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina por “revelar la existencia de los genes involucrados en la regulación del apetito y del peso corporal, un descubrimiento fundamental para entender patologías como la obesidad” y que según Friedman, «permitirá que se desarrollen nuevos tratamientos”.

“La leptina está diseñada para controlar el peso corporal, circula por la sangre y actúa sobre los centros cerebrales que regulan el apetito”, ha señalado Friedman, catedrático de la Universidad de Rockefeller de Nueva York (Estados Unidos) y director del laboratorio de Genética Molecular de dicha entidad.

NUESTROS KILOS Y LA EVOLUCIÓN HUMANA

Según este médico “el sistema funciona de forma que cuanta más grasa corporal hay, más leptina se produce y menos apetito se siente. Su objetivo es que un individuo con mucha grasa acabe comiendo menos, para que no siga engordando. A la inversa, cuando falta grasa corporal, falta leptina, y el apetito aumenta”.

La causa de este mecanismo del cuerpo es evolutiva y crucial para la supervivencia de nuestra especie, según Friedman, ya que “sería muy peligroso no tener grasa, porque te arriesgas a morir de inanición, pero también es peligroso estar demasiado gordo, porque estás a merced de los depredadores. Así, el sistema busca mantener un nivel equilibrado de grasa”.

“La gente creía que comer mucho o poco era una cuestión de falta de voluntad, pero ahora sabemos que el peso corporal, en los humanos y otros animales, lo regulan células en el cerebro que reciben señales como la de la leptina, que regulan el apetito de forma inconsciente“, dice Friedman, para quien esto significa en últimas instancia que la obesidad “está en el cerebro”.

“Además de las alteraciones en la leptina y su receptor, más del 10 por ciento de los individuos con obesidad mórbida tienen defectos en genes ya identificados que regulan la ingesta, el peso corporal y el metabolismo y todos ellos funcionan en el cerebro. Por lo que sabemos, la causa principal de que la gente engorde es una química cerebral alterada”, señala el investigador, como introducción a su entrevista con Efe.

EFE: Si engordamos por una alteración de la química del cerebro, ¿qué puede hacerse para hacer frente a esta alteración?

Jeffrey Friedman: El peso corporal y el apetito son regulados por un circuito compuesto de células nerviosas en muchas regiones del cerebro y ya se conoce la identidad de varias poblaciones celulares clave en la regulación del apetito.

En principio, una comprensión más completa de la naturaleza de los circuitos cerebrales que controlan el apetito podría conducir a nuevos tratamientos.

EFE: ¿Cuáles son esos circuitos cerebrales del apetito?

Jeffrey Friedman: En el cerebro, algunas vías neurales aumentan el apetito (se las denomina orexígenas) y otras disminuyen el apetito (se las llama anorexígenas). Dentro de un tiempo, podría ser posible tratar la obesidad mediante la inhibición de las vías orexígenas y la activación de las vías de anorexígenas, utilizando drogas.

ÚLTIMAS NOVEDADES SOBRE LA LEPTINA

EFE: ¿Cuáles han sido los principales avances en la investigación y  comprensión de leptina desde que fue descubierta?

Jeffrey Friedman: Un avance clave es la delineación del circuito neural que responde a la leptina para regular el apetito y la demostración de que los defectos en los componentes de este circuito neural, incluyendo la leptina y su receptor, causan la obesidad humana.

Otro avance importante es la constatación de que la leptina tiene efectos antidiabéticos potentes, lo que ha llevado a usarla para el tratamiento de una forma menos común de la diabetes conocida como lipodistrofia, con la esperanza de que su uso puede llegar a ampliarse al tratamiento de otras formas de diabetes.

Un progreso más es el hallazgo de que hay varias enfermedades que se asocian con la deficiencia de leptina, las cuales pueden tratarse con eficacia con esta hormona. Esto incluye la lipodistrofia, así como la amenorrea hipotalámica, una forma de infertilidad en las mujeres, entre otros trastornos.

EFE: Aparte del gen de la leptina, ¿cuántos otros genes pueden estar involucrados en la obesidad?

Jeffrey Friedman: Hasta la fecha, se conocen las mutaciones en aproximadamente 8 genes que causan la obesidad humana por sí mismos, pero espero que este número crezca con el uso de nuevas tecnologías, como la secuenciación del ADN genómico. Además, las diferencias genéticas en un gran número de otros genes también pueden tener un efecto menor sobre el peso corporal. Espero que una mejor comprensión del mecanismo de acción de estos genes ayude a explicar la patogénesis de la obesidad y a conducir a nuevos tratamientos.

EFE: ¿En qué proporciones la obesidad es el resultado de factores genéticos y de factores de estilo de vida como la dieta y la actividad física?

Jeffrey Friedman: Los datos disponibles de los estudios con gemelos idénticos, con familias y con niños adoptados, indican que los factores genéticos son el principal contribuyente a la obesidad. Ingerir una dieta saludable para el corazón y hacer ejercicio son hábitos muy importantes para la buena salud y deben fomentarse en los pacientes obesos (y en todos los demás), pero estas medidas no son generalmente eficaces para lograr una pérdida de peso significativa en el largo plazo.

La genética tiene un gran impacto en las diferencias en la ingesta de alimentos, el metabolismo y el peso corporal.

EFE: La obesidad se trata con dieta, ejercicio físico, medicamentos y psicoterapia. ¿Por qué estas estrategias no siempre funcionan?

Jeffrey Friedman: El peso corporal lo regula un sistema biológico inconsciente, que actúa para mantener el peso dentro de un rango relativamente estrecho en cada persona. Así, cuando alguien pierde peso, se activan estos potentes mecanismos biológicos que buscan revertir la pérdida de peso (o el aumento de peso, en otros casos).

LAS MÚLTIPLES FACETAS DEL PESO CORPORAL

EFE: ¿Cómo se podrá diagnosticar y tratar la obesidad una vez que conozcamos todos los genes implicados en el exceso de peso y el papel desempeñado por cada uno de ellos?

Jeffrey Friedman: Es probable que la obesidad sea heterogénea y que con el tiempo se pueda subdividir en diferentes grupos en función de qué mecanismos genéticos y/o biológicos sean sus responsables. También es probable que los tratamientos sean diferentes dependiendo de cuál sea la causa de la obesidad en cada paciente.

EFE: ¿Qué aplicaciones clínicas cree que tendrá la leptina?

Jeffrey Friedman: Ya está aprobada para el tratamiento de la lipodistrofia, una forma de diabetes, en Japón, y su aprobación está pendiente en los EU. También espero que la leptina pueda utilizarse para tratar esta enfermedad en Europa en el futuro.

Con el tiempo puede ser utilizarse para otros trastornos, y también como parte de una combinación de diversos agentes en el tratamiento de la obesidad. Se ha demostrado en humanos que combinar  leptina y pramlintida, otro péptido, provocauna mayor pérdida de peso que cualquiera de esos dos agentes por separado.

EFE: Usted dice que el objetivo no debería ser «que todas las personas obesas pierdan peso», sino a «mejorar la salud de la gente». ¿Podría explicar este razonamiento?

Jeffrey Friedman: La obesidad aumenta el riesgo de varios problemas de salud como la diabetes, las enfermedades del corazón, la hipertensión y algunas formas de cáncer. Una modesta pérdida de peso, del 5 por ciento del peso corporal, es a menudo suficiente para reducir la severidad de estas condiciones y en general no es necesario que las personas obesas pierdan más peso que esto, con el fin de mejorar su salud.

EFE: ¿Qué ocurre si se intenta adelgazar en mayor proporción?

Jeffrey Friedman: Cuanto mayor sea la cantidad de la pérdida de peso, mayor es la dificultad de mantener la pérdida de peso. Creo que es mucho mejor que la gente se centre en objetivos realistas que mejoren su salud, en lugar de establecer objetivos poco realistas, que a menudo conducen a que con el tiempo regrese a su peso original. Otra cuestión abierta es si los pacientes obesos que no tienen diabetes, enfermedad cardiaca o hipertensión, y que por lo demás están sanos, deben ser alentados sistemáticamente a perder peso. Mi opinión es que hay que animarlos a hacer ejercicio y llevar una dieta cardiosaludable, pero que no hay ninguna evidencia de que en tales casos se debe recomendar una pérdida de peso.

DESTACADOS:

— «Cuanta más grasa corporal hay en el cuerpo, más leptina se produce y menos apetito se siente. El objetivo es que un individuo con mucha grasa acabe comiendo menos, para que no siga engordando. A la inversa, cuando falta grasa corporal, falta leptina, y el apetito aumenta”, explica a Efe, el doctor Friedman, Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento.

— “La gente creía que comer mucho o poco era una cuestión de falta de voluntad, pero ahora sabemos que el peso corporal, en los humanos y otros animales, lo regulan células en el cerebro que reciben señales como la de la leptina, que regulan el apetito de forma inconsciente“, señala este catedrático de la Universidad de Rockefeller de Nueva York (Estados Unidos).

— «Una modesta pérdida de peso, del 5 por ciento del peso corporal, es a menudo suficiente para reducir el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades del corazón, hipertensión y algunas formas de cáncer y en general no es necesario que las personas obesas pierdan más peso que esto, con el fin de mejorar su salud», según el descubridor del gen de la leptina.

Ya es una realidad, la cirugía cura la diabetes tipo 2 en pacientes con obesidad o sin ella

El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) inaugura un Punto de Información para Diabéticos en su clínica de Madrid donde ofrecerá orientación sobre nutrición y cirugía aplicada a la diabetes de forma gratuita a lo largo del año

  • En España hay cerca de 5 millones de personas con diabetes y unos 2,3 millones  desconocen que la padecen, según datos de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE).
  • En 2030 la diabetes será la séptima causa de muerte con casi 400 millones de enfermos en todo el mundo; en los próximos 10 años las muertes por diabetes aumentarán más de un 50%, alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Cirugía bariátrica ayuda en casos de diabetes tipo 2De cada diez españoles dos son diabéticos, aunque no siempre son conscientes de ello. Según la Organización Mundial de la Salud en los próximos diez años las muertes por diabetes aumentarán más de un 50 por ciento. Esta enfermedad, que se abre paso de forma lenta y silenciosa, actualmente afecta entorno al 15,5 por ciento de la población en España, de cuales 2,3 millones desconocen que la padecen. No obstante, los expertos coinciden que la diabetes tipo 2, que presenta la gran mayoría, se llega a curar en un alto porcentaje de los casos, ya sea a través de cirugía o un cambio de alimentación y hábitos, dependiendo del caso.

El 5 de Febrero el Instituto Médico Europeo de la Obesidad inaugurará un Punto de Información para Diabéticos en su clínica del Paseo de la Habana 63 en Madrid, donde a lo largo del 2013, de forma totalmente gratuita, se ofrecerá orientación sobre la cirugía de la diabetes, el Sistema de Nutrición IMEO de índices glucémicos para diabéticos, e instrucciones para mejorar los hábitos diarios que regulan los niveles de insulina. Los pacientes que deseen acudir a éste Punto de Información, podrán reservar su cita con el especialista en el teléfono 91 737 70 70.

La diabetes, un enemigo común

La diabetes es un mal que nunca viene sólo. Muchas veces esta patología va de la mano con otras, como son la obesidad, la hipertensión y es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares. La diabetes también es una causa importante de ceguera, amputación e insuficiencia renal.
Existen dos grandes formas de diabetes. La diabetes de tipo 1, en la que el organismo no produce insulina y por tanto no se puede prevenir, y la de tipo 2 en la que el organismo no utiliza eficazmente la insulina. El tipo 2 representa aproximadamente un 90% de los casos mundiales de diabetes y es totalmente previsible.

La cirugía de diabetes, de cerca

“Hoy en día los avances de la medicina y la tecnología son tan importantes, que lo que era impensable plantearse hace unos años, ahora es realidad –señala Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad–. La posibilidad de curar la diabetes mediante una cirugía da esperanza a millones de personas que conviven día a día con la enfermedad con una dependencia general de fármacos o insulina”. ¿En qué consiste la intervención? A través de una cirugía laparoscópica, que suele durar alrededor de una hora, se deriva el tránsito digestivo entre el duodeno y el tramo superior del intestino delgado. Esto impide que el alimento pase por éste segmento del sistema digestivo y las inmediaciones del páncreas. De este modo conseguimos reducir la absorción calórica de los alimentos ingeridos regulando los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos.

Después de muchos años tratando pacientes con obesidad, en el IMEO hemos comprobado que el sobrepeso y la obesidad van muy ligados con la diabetes. De hecho, hay estudios que corroboran el vínculo entre ambas patologías, indicando que el 60 por ciento de los diabéticos tiene problemas de obesidad, principalmente de tipo abdominal. Aunque no todos los obesos padecen diabetes, el riesgo para ellos es mucho más alto. Se estima que una persona que está muy por encima de su peso ideal, tiene 7 veces más probabilidad de desarrollar diabetes que un individuo de peso saludable.

La mujer en mediana edad es más vulnerable a adquirir ciertas afecciones, entre ellas la diabetes tipo 2. El aumento importante de peso tras el embarazo y la llegada de la menopausia elevan su riesgo de desarrollar la enfermedad. De hecho, se estima que la probabilidad de que las mujeres obesas desarrollen una diabetes de tipo dos es 12 veces mayor que en sus homólogas de peso saludable. “Por esto insistimos que el riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2 aumenta conforme el Índice de Masa Corporal sea más alto, especialmente en aquellas personas que tienen antecedentes familiares de diabetes, y disminuye si se pierde este sobrepeso”, recalca Bravo.

“Nuestra experiencia con la cirugía aplicada en estos casos nos ha demostrado que la curación de diabetes tipo 2 es total en pacientes con medicación oral en el primer estadio de la enfermedad (con menos de 10 años de enfermedad y menos de 5 años de insulina), donde el deterioro del páncreas es aún reducido”, subraya el portavoz del IMEO. Al paciente se le suelen retirar los fármacos entre las dos o tres primeras semanas posteriores a la cirugía. En pacientes con una medicación inyectable donde la enfermedad se encuentra en un estadio más avanzado, también logramos en un alto porcentaje curación total o en casos más complicados, una importante reducción de la dosis de insulina inyectable o cambio a tratamiento oral.

En pacientes “veteranos”, con más de 20 años de enfermedad y más de 15 años de insulina, logramos equilibrar con la ayuda de la cirugía los valores de colesterol, triglicéridos y tensión arterial. En cuanto a la diabetes tipo 2 el tratamiento inyectable desaparece y es reemplazado por las cápsulas, y en una cantidad diaria mínima.

Hay algunos cirujanos que rechazan a aquellos pacientes que no tengan un nivel de obesidad superior a 25 kilos, porque utilizan técnicas demasiado malabsortivas. En IMEO aplicamos la cirugía también a pacientes diabéticos con normopeso. Es una técnica conocida como Bypass Gástrico de Una Anastomosis (BAGUA) que permite conseguir una restricción mínima en la absorción calórica, con resultados muy buenos para la curación de diabetes tipo 2.

Los pacientes diabéticos tipo 1 teóricamente no son candidatos a ésta intervención, pero en algunos casos donde se ha optado por la cirugía para paliar los efectos de envejecimiento prematuro y mejorar la calidad de vida se ha conseguido pasar de necesitar 3 inyecciones al día, a sólo una pequeña cantidad de insulina de absorción lenta en algunos casos, y otros han abandonado las inyecciones para sustituirlas por pastillas.

Sistema de Nutrición IMEO de Índices Glucémicos para Diabéticos

Los diabéticos suelen tener una dieta muy restrictiva y la lista de productos prohibidos es larga: arroz, patatas, azúcar y derivados, aceites para cocinar, carnes rojas y productos lácteos. “No podemos limitarnos con decir qué no puede comer una persona que tiene la diabetes, hay que ir más allá y desarrollar un sistema de nutrición funcional para estos casos”, apunta Bravo. Las recomendaciones habituales para este tipo de pacientes están orientadas por bloques teniendo en cuenta la carga glucémica del alimento, es decir la cantidad de glucosa que aporta el mismo. Apoyándonos en los últimos estudios clínicos sobre nutrición y diabetes realizados en Europa y EEUU, hemos diseñado un avanzado Sistema de Nutrición IMEO de índices glucémicos para diabéticos que muestran resultados excelentes en la estabilización de los niveles de glucosa.

“Nuestro sistema trabaja, entre otros conceptos, sobre el índice glucémico de los alimentos, es decir, su capacidad de estimular en mayor o menor medida los niveles de insulina en el organismo, que junto con una selección adecuada de grasas y proteínas, conseguimos reducir hasta en un 50 por ciento en unos 30 días, la medicación dependiente de la enfermedad”, explica Rubén Bravo.

A continuación ofrecemos un menú de ejemplo elaborado según el Sistema de Nutrición IMEO de índices glucémicos para diabéticos:

DESAYUNO

o   Vaso de leche desnatada con descafeinado.

o   Tostada de pan integral con aceite de oliva extra virgen, tomate triturado y dos lonchas de jamón ibérico.


MEDIA MAÑANA

o   Una naranja.

o   Un yogur desnatado edulcorado.

o   2 nueces.

COMIDA

o   Primer plato: Parrillada de verduras con 3 espárragos verdes, un pimiento verde, medio calabacín y 50grs de setas. Aliñar con un chorrito de aceite de oliva extra virgen.

o   Segundo plato: Solomillo de ternera 200grs.  Pequeña guarnición de arroz integral 20grs.

o   Postre: Un yogur desnatado edulcorado.


MERIENDA

o   2 mandarinas.

o   Una tarrina de queso de Burgos desnatado.

o   2 nueces.
CENA

o   3 Brochetas de bacalao, cebolla y pimiento al horno.

o   Un biscote de pan integral.

LA DIABETES EN CIFRAS

Se estima que:

– Una persona obesa tiene 7 veces más probabilidad de desarrollar diabetes que aquella con peso saludable.

El riesgo para las mujeres obesas aumenta, ya que la probabilidad de que desarrollen una diabetes tipo 2 es hasta 12 veces mayor que en mujeres con normopeso.

– Entorno al 15,5% de los españoles son diabéticos; 1/3 parte de ellos no lo sabe (4,89%), según datos de la FEDE.

– Un 60% de los diabéticos tiene problemas de obesidad, principalmente tipo abdominal.

– El 50% de los españoles con diabetes tipo 2 padece hipertensión arterial.

– El 50% de las personas con diabetes padece retinopatía diabética, siendo ésta la primera causa de ceguera en adultos.

– La frecuencia de infarto de miocardio y trombosis cerebral es de 2 a 3 veces superior en pacientes con diabetes.

– La diabetes es responsable del 20% de las amputaciones de las extremidades inferiores.

Datos recopilados por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO)

Obesidad: Factor de riesgo que menos controlamos

Ella Hoy

Es, junto al tabaquismo o las tasas de lípidos, dos de los factores de riesgo que pueden alterar nuestra salud cardiovascular, y al que, sin embargo, no prestamos la debida atención. Médicos y especialistas en salud cardiovascular han repasado estos días las asignaturas pendientes en materia de prevención, coincidiendo con la celebración del congreso de la Sociedad Española de Cardiología, y la conclusión no deja lugar a dudas, la obesidad o los problemas de sobrepeso son los riesgos peor controlados.

Los problemas de sobrepeso no solo son la antesala de la obesidad, sino que constituyen uno de los factores que pueden poner en riesgo la salud de nuestro corazón junto al tabaquismo y los niveles de lípidos. No es el único, pero sí el que peor controlamos o al que, al menos y según corroboran los especialistas, prestamos menos atención. Conocemos la teoría, y pese a que la población se ha concienciado sobre la importancia de controlar, por ejemplo, el colesterol (habiendo logrado reducir la tasas en los últimos años) o el consumo de tabaco, no ha sucedido lo mismo con la obesidad, un problema que cada vez preocupa más porque las tasas de prevalencia entre la población siguen en tendencia ascendente. Y la obesidad, como recuerdan los especialistas, puede ser un factor de riesgo no solo de la salud de nuestro corazón, sino también de otras patologías. A esto hay que sumarle que la preocupación por la obesidad también radica es que un problema que no tiene nada que ver con la edad, de hecho los últimos datos hablan de un aumento severo entre la población infantil y juvenil.

Cuando los problemas de obesidad comienzan a aparecer desde edades tempranas, esto implica que seamos más vulnerables a padecer problemas a los que, en principio, no deberíamos estar expuestos desde la infancia o la adolescencia. De hecho, los médicos ya han venido alertando del aumento de los problemas cardiovasculares entre una población cada vez más joven.

Y junto a los problemas de obesidad, la falta de actividad física o sedentarismo, el cual los médicos ya han alertado que puede ser tan perjudicial para nuestra salud como el tabaco.

Los especialistas reunidos en el congreso de la Sociedad Española de Cardiología también han debatido sobre otros aspectos, como los tratamientos y los importantes avances obtenidos en los últimos años en la cirugía cardiovascular, como el abordaje de patologías como la estenosis aórtica con técnicas no invasivas y, por tanto, mucho menos agresivas.

Otro de los aspectos abordados en este congreso de enfermedades cardiovasculares, ha sido la importancia del denominado Registro Clarify, una iniciativa que permite conocer las características y el perfil del paciente de angina de pecho así como los tratamientos médicos. En su primer año de andadura, España ha aportado el 10% de todos los casos clínicos que se están siguiendo en este estudio de carácter internacional. Un estudio que cuenta con la participación de 33.000 pacientes diagnosticados de angina de pecho, de 45 países diferentes. Nuestro país ha sido el que más pacientes ha monitorizado y estudiado, 1.700, de los más de 500 padecieron muerte cardiovascular, ictus o infarto. Un dato a tener en cuenta, tal y como han desvelado los especialistas, es que este estudio ha arrojado que el 40% de los pacientes tratados con metabloqueantes o aspirina presentaban una frecuencia cardiaca superior a los 70 latidos/minuto, un indicador que no se considera bueno para la salud, todo lo contrario.

Este dato abre una nueva vía de investigación y estudio para los médicos y especialistas para seguir avanzando en la mejora de los tratamientos actuales, en concreto, de los pacientes de angina de pecho.

¿Cuánta grasa tienes?

De cara a una dieta no basta con saber los kilos que nos sobran, hay que saber cuánta grasa tenemos en el cuerpo y dónde está distribuida.  Por esto hay pruebas, cada vez más avanzadas que diagnostican el grado de obesidad. Para mostrarnos cómo son estas pruebas, el equipo de reporteros del programa Saber Vivir de TVE han acudido al Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

«El estudio EIS es una prueba indolora, que no es molesta y que se realiza a través de unos electrodos», explica Rubén Bravo, especialista en obesidad de este centro médico dedicado a la obesidad. Mediante una corriente eléctrica podemos analizar una serie de datos para literalmente medir la grasa corporal del paciente. Podemos obtener datos del estado emocional del paciente. La serotonina, por ejemplo nos indica los niveles de ansiedad que tiene la persona; la dopamina, si hay una tendencia depresiva y la leptina nos va a dar los niveles de hambre.

Otra prueba muy útil en el diagnóstico de la obesidad es la que nos permite obtener una serie de datos metabólicos. Se realiza a través de un escáner llamado IDEXA, que nos va a dar los niveles de «grasa buena» y «grasa mala» -ésta suele ser la grasa visceral que se encuentra acumulada en la zona del abdomen-. Con la ayuda de esta tecnología podemos evaluar el riesgo cardiovascular de un paciente y, también, si existe una retención de líquidos importante.

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