Por qué la obesidad es factor de riesgo en el 80% de los pacientes graves de Covid-19

El Economista

  • Es el principal factor de mal pronóstico en la infección por Covid-19
  • Además, solo el 50,9% de las personas afirma saber esta realidad
  • Es una enfermedad inductora de un estado favorecedor de trombosis

Un estudio realizado por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) revela que esta afección es un factor de riesgo para sufrir una hospitalización por Covid-19. «El 80% de lo pacientes que tuvieron formas graves de la infección por Covid-19, que precisaron intubación, ventilación mecánica en la UVI y/o fallecieron eran obesos», explica la doctora Monereo, Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

La también secretaria de la organización subraya que la «obesidad es el principal factor de mal pronóstico en la infección por Covid-19». Además, el estudio llevado a cabo por la SEEDO ha evaluado el conocimiento de la población sobre el peor pronóstico que tienen las personas obesas con Covid-19. Como informa el doctor Albert Lecube, «solo el 50,9% de las personas encuestadas afirma saber o haber escuchado que el exceso de peso puede ser un factor de mal pronóstico si desarrolla la Covid-19».

Este desconocimiento, además, asciende hasta el 67,3% de los encuestados más jóvenes (entre 18 y 24 años), se sitúa en el 70,7% de las personas que han ganado más de 3 kg durante el confinamiento y alcanza su máximo en el 80,5% de las personas sin ingresos. Por todo ello, afirma el presidente de SEEDO, «el riesgo que supone el exceso de peso en la Covid-19 debe ser difundido como medida preventiva que ayude a combatir la ganancia ponderal en nuestra sociedad».

Por qué la obesidad es un factor de riesgo de sufrir Covid-19 grave

La conclusión del trabajo de SEEDO va en sintonía con otros trabajos. Así, las conclusiones de un artículo de revisión publicado por especialistas de la Clínica Universidad de Navarra en la revista científica European Journal of Internal Medicine revela tambiénque los pacientes con obesidad presentan un mayor riesgo de contraer una covid-19 más grave y con ella crece también el riesgo de mortalidad.

En este estudio de casos reales los autores concluyeron que, a los pocos meses de iniciarse la pandemia, «ya existía evidencia sobrada del mayor riesgo que tienen los pacientes con obesidad de desarrollar una Covid-19 grave, así como de morir como consecuencia de la infección».

En cuanto a los cinco aspectos fundamentales implicados en la obesidad, se ha revisado la obesidad como enfermedad inductora de un estado favorecedor de trombosis, teniendo en cuenta que «los fenómenos pro trombóticos son una fuente importante de complicaciones en la covid», advierte el especialista. Además, la obesidad provoca un estado pro inflamatorio y una alteración hormonal, cuyo efecto final también induce inflamación.

Y al respecto apunta que los pacientes con covid-19 mueren, «no por el virus en sí mismo, sino por la alteración de la respuesta inmune que causa una respuesta hiperinflamatoria» que es, a su vez, responsable de la insuficiencia respiratoria que padecen los pacientes con covid grave, y «en un paciente con obesidad, con un estado inflamatorio ya existente, esa alteración inflamatoria de la covid es más fácil que se produzca».

La obesidad no fue una afección que priorizase en el plan de vacunación

Estas evidencias llevaron a la SEEDO y otras organizaciones a pedir que los pacientes obsesos fueran incluidos en el grupo de personas con enfermedades de riesgo, con el objetivo de que se priorizasen en la estrategia de vacunación. Sin embargo, nunca formaron parte de la lista, que se conforma de las siguientes afecciones. 

1. Trasplante de progenitores hematopoyéticos (alo y autotrasplante) en los últimos 2 años, o más de 50 años y/o menos del 80% de índice Karnofsky, independientemente del tiempo desde el trasplante. Unos 20.000 pacientes

2. Trasplante de órgano sólido (pulmonar, renal, pancreáticos, cardíaco, hepático, intestina) y en lista de espera para trasplante de órgano sólido. Unos 60.000 pacientes.

3. Tratamiento sustitutivo renal (hemodiálisis y diálisis peritoneal). 28.736 pacientes

4. Enfermedad oncohematológica en los últimos 5 años o no controlada y/o neutropenia severa (menos de 500 neutrófilos/mm3) independientemente del tiempo desde el diagnóstico. Unos 64.000 pacientes

5. Cáncer de órgano sólido: incluye los cánceres sólidos en tratamiento con quimioterapia citotóxica, de órgano sólido metastásico, pacientes que reciben radioterapia por tumores de localización torácica con riesgo de neumonitis (tumor esófago, radioterapia sobre metástasis pulmonares, etc). Unos 170.000 pacientes

6. Inmunodeficiencias primarias: todas excluyendo el déficit de IgA y el defecto de formación de anticuerpos. Unos 3.000 pacientes

7. Infección con VIH y con menos200 cel/ml (analítica de los últimos 6 meses). Unos 10.600 personas

8. Síndrome de Down con 40 o más años de edad (nacidos en 1981 o antes). Unos 10.000 personas

Piden que se priorice a las personas obesas en en la vacunación

ABC / Agencia Atlas

El confinamiento y todo un año de restricciones a la movilidad nos han hecho engordar alrededor de 5 kilos de media, según los nutricionistas.

Una razón de peso para muchas personas como María, que ha decidido bajar de peso por salud y sobre todo, por miedo al covid. «Los pacientes con obesidad tienen una mayor posibilidad de no superar el covid.

A muchos de ellos le han saltado las alarmas y se han empezado a tomar esto en serio», asegura Rubén Bravo, dietista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad. Por eso, las asociaciones piden que se las priorice en la vacunación.

«Que se nos incluya a los obesos en su totalidad como pacientes de riesgo, y a partir de ahí que se nos incluya en los grupos vacunales», reclama Jesús Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Personas Obesas. Porque el 80 por ciento de los pacientes que llenan las UCI padecen obesidad.-Redacción-

Día Mundial de la Diabetes: En España 6 millones de personas conviven con la patología

La prevención de la diabetes desde la familia y la promoción de hábitos saludables centra la celebración del Día Mundial de la Diabetes, 14 de noviembre.

Diario Médico

Según datos del Estudio di@bet.es, la incidencia de diabetes en España es de 11,5 casos/1.000 personas al año, lo que implica que cada año alrededor de 386.000 personas desarrollan la patología. En global, alrededor de unos 6 millones de personas la padecen, sumando sus diferentes tipos (1, 2 y gestacional). Este jueves se celebra el Día Mundial de la Diabetes.

Según la Federación Española de Diabetes (FEDE), además del elevado número de nuevos diagnósticos, hay que tener en cuenta el gasto sanitario que supone: un total de 23.000 millones de euros, sumando tanto los costes directos (5.400 millones) como los indirectos (17.600 millones). Para FEDE, estas cifras son inaceptables, pues la evidencia médica corrobora que podrían reducirse las defunciones y el gasto económico.

La celebración del Día Mundial de la Diabetes se centra en la importancia de fomentar un estilo de vida saludable desde la familia con el lema Diabetes: protege a tu familia. En esta línea, desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición se ha presentado la campaña Familia DiabeteSEEN, para representar los diferentes tipos que se pueden dar en una misma familia

Manuel Gargallo, coordinador del área de Diabetes de la SEEN, ha señalado que el lema internacional hace doble referencia a la protección de la familia. “Resulta evidente que el adecuado control exige, además de la toma de medicación, la implantación de unos adecuados hábitos de vida en el entorno familiar. Los familiares sanos, además de compartir y reforzar estos hábitos, deben ser un apoyo psicológico y emocional para los pacientes que pueden vivir esta situación como una limitación. Además, la familia también es de vital importancia para detectar situaciones de urgencia grave e incluso estar preparados para su resolución, como ocurre con las hipoglucemias con pérdida de conciencia”.

Apoyo familiar

La idea de ‘Familia DiabeteSEEN’ es aclarar que la diabetes no es exclusiva de un grupo de edad o clase de individuo, sino que, dependiendo del tipo o circunstancia (como un embarazo), puede surgir en cualquier persona y nadie está libre de riesgo de padecerla. “Es decir, la diabetes nos puede afectar a todos”, ha puntualizado Gargallo.

La campaña también quiere resaltar que los familiares sanos no son elementos pasivos ni al margen de la enfermedad, sino que forma parte muy activa del equipo de apoyo y han de contribuir al adecuado control de la enfermedad.

La idea es mantener esta campaña en el tiempo, como fuente primaria de información y concienciación en diabetes. Las asociaciones de personas con diabetes han ayudado de forma muy significativa por su cercanía al entorno familiar tanto al control de las personas con diabetes como a la detección de nuevos casos”.

Hábitos de vida frente a la diabetes

“Una de cada dos personas con diabetes no está diagnosticada, por eso es tan importante conocer los síntomas y signos que puedan contribuir a un diagnóstico y tratamiento temprano. En muchos casos, los síntomas deben ser vistos por nuestro entorno más cercano”, ha advertido Gargallo.

La diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional se asocian con la obesidad, por lo que es prioritario evitar el exceso de peso llevando un control alimentario que siga un patrón de dieta mediterránea, limitando el tamaño de las raciones y evitando grasas saturadas y bebidas azucaradas. Y, por supuesto, mantener un cierto grado de actividad física. “Evitando el exceso de peso se puede prevenir más del 50% de los casos de diabetes tipo 2, según la Federación Internacional de Diabetes, y también, aunque en menor medida, la de tipo gestacional. Por lo tanto, en los familiares sanos de personas con diabetes, que tienen una predisposición genética a este tipo de diabetes, las medidas de prevención son clave”.

En el caso de la diabetes tipo 1 la aparición de los llamados síntomas cardinales de la enfermedad: aumento de la cantidad de orina y de la ingesta de líquidos con importante pérdida de peso a pesar de comer incluso más de lo habitual, es un claro signo de alarma. En la diabetes tipo 2 los síntomas son mucho más desapercibidos o inexistentes, por lo que es conveniente que aquellas personas con exceso de peso y antecedentes familiares de diabetes se realicen análisis de sangre cada cierto tiempo para detectar precozmente la enfermedad.

En este sentido , según Gargallo son los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria los profesionales que habitualmente detectan los nuevos casos e inician las primeras medidas terapéuticas y quienes están vigilantes por si la evolución de la enfermedad precisa la participación del endocrinólogo.

Formación individualizada

A propósito del Día Mundial de la Diabetes, desde FEDE se ha puesto también en marcha la campaña Educación diabetológica ya; nuestro derecho, nuestra salud,  una iniciativa que busca conseguir que las personas con diabetes reciban la formación y la educación que requieren: individualizada, personalizada y continuada en el tiempo, para poder gestionar adecuadamente su patología y evitar complicaciones a corto, medio y largo plazo. Según Andoni Lorenzo, presidente de FEDE, “no estamos pidiendo ningún favor, es un derecho reconocido en la propia Estrategia en Diabetes del SNS y que, a día de hoy, no se está cumpliendo de una manera adecuada”.

La OMS lanza el primer programa de precualificación de insulina

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado el inicio de un programa piloto de precualificación de la insulina humana para extender el tratamiento de la diabetes en países de ingresos bajos y medianos.

La decisión forma parte de una serie de medidas que tomará la OMS para hacer frente a la creciente carga de diabetes en todas las regiones. Unos 65 millones de personas padecen la patología tipo 2 en el mundo y necesitan insulina, pero solo la mitad pueden acceder a ella, debido en gran medida a los altos precios.

“La diabetes está aumentando en todo el mundo, sobre todo en los países de ingresos bajos. Demasiadas personas que necesitan insulina se enfrentan a dificultades económicas para acceder a ella, o se quedan sin ella y arriesgan sus vidas. La iniciativa de la OMS de precalificación de la insulina es un paso fundamental para asegurar que todos los que necesitan este producto vital puedan acceder a él”, ha explicado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

Se espera que la precualificación de la insulina por parte de la OMS impulse el acceso al fármaco aumentando el flujo de productos de calidad garantizada en el mercado internacional y ofreciendo a los países más opciones, y a los pacientes precios más bajos. A pesar de una amplia oferta, los precios actuales de la insulina son un obstáculo al tratamiento en la mayoría de los países de ingresos bajos y medianos. Tres fabricantes controlan la mayor parte del mercado mundial de insulina, fijando precios que son prohibitivos para muchas personas y países. 

Los datos recogidos por la OMS en 2016-2019 en 24 países de cuatro continentes mostraron que la insulina humana solo estaba disponible en el 61% de los centros de salud, y sus análogos en el 13, y que el suministro mensual de insulina le costaría a un trabajador de Accra (Ghana) el equivalente a 5,5 días de salario por mes, o el 22% de sus ingresos.

“Es de esperar que la precualificación de productos de otras empresas ayude a nivelar el terreno de juego y a garantizar un suministro más constante de insulina de calidad en todos los países”, ha afirmado Mariângela Simão, Subdirectora General de la OMS para Medicamentos y Productos Sanitarios.

La precualificación de la insulina es uno de los pasos que la OMS dará el próximo año para hacer frente a la enfermedad. Hay planes en marcha para actualizar las directrices sobre el tratamiento de la diabetes, diseñar estrategias de reducción de precios para los análogos y mejorar los sistemas de administración y el acceso a las pruebas diagnósticas. La OMS también colabora con los países para promover dietas más sanas y la actividad física para reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2.

Para leer todo el reportaje: https://www.diariomedico.com/salud/dia-mundial-de-la-diabetes-en-espana-6-millones-de-personas-conviven-con-la-patologia.html

Estas son las chocolatinas que Sanidad pide a los alérgicos no consumir

Te contamos qué recomiendan hacer si has adquirido este producto

La Nueva España

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición ha emitido una alerta a través de su portal digital para informar a los consumidores de no tomar unas chocolatinas de una conocida marca de alimentación (en este enlace te hablábamos del snack que Sanidad recomienda no tomar a los alérgicos o intolerantes a la lactosa).

«La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición advierte de la presencia de proteína no declarada en perlas de chocolate de plata, procedentes de Alemania, marca Dr. Oetker. Presentación en bote de 52g. Código de referencia del producto 57010730610602, informa la propia agencia en su mensaje. «La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha tenido conocimiento el 16.08.19, a través del RASFF (Red de Alerta Alimentaria Europea), de una notificación de alerta trasladada por las Autoridades Sanitarias de Suecia, relativa a la presencia de proteína láctea (caseína) no declarada en el etiquetado de unas perlas de chocolate de plata».

En concreto, «los datos del producto implicado son: perlas de chocolate de plata marca Dr. Oetker. Presentación en bote de 52g. Código de referencia del producto 5701073061060″, explican desde Aecosan. «El producto afectado ha sido fabricado en Alemania y se ha distribuido a varios Estados Miembros, incluyendo España (Andalucía y Comunidad Valenciana). Se ha procedido a informar de estos hechos a las Autoridades competentes de las Comunidades Autónomas a través de la Red de Alerta Alimentaria nacional (SCIRI)». (en este enlace te hablamos de la petición de Sanidad para «retirar del mercado de todas las unidades» de este medicamento para la hipertensión).

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición explica que «como medida de precaución se recomienda a aquellos consumidores alérgicos a las proteínas de la leche que pudieran tener el producto anteriormente mencionado en sus hogares, que se abstengan de consumirlo. Asimismo, se indica que el consumo de este producto no comporta ningún riesgo para el resto de consumidores», concluyes de la agencia.

Aecosan «integra y desempeña en el marco competencial de la administración general del estado las funciones relacionadas con la promoción y el fomento de los derechos de los consumidores y usuarios en bienes y servicios, así como la seguridad alimentaria y la nutrición saludable». Se trata de un organismo autónomo, adscrito al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a través de la Secretaría General de Sanidad y Consumo y es el resultado de la fusión entre el Instituto Nacional del Consumo y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Entre sus principales funciones destaca el«promover la seguridad alimentaria, ofreciendo garantías e información objetiva a los consumidores y agentes económicos del sector agroalimentario español».

Rebote adiposo, una fase del desarrollo crítica para evitar la obesidad infantil

Sucede de forma natural entre los 5 y los 7 años, pero algunas veces se adelanta y puede provocar la enfermedad si no se vigila. ¿Es posible controlarlo desde casa, con una sencilla báscula?

El País, por Sarah Palanques Tost

La Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), acaba de sacar los colores a España; el país está entre los que más obesidad infantil tienen de la Unión Europea, y a la cabeza en casos graves. Y, mientras las causas del problema son bien conocidas -una mala alimentación y un estilo de vida sedentario son los principales culpables-, las soluciones se nos escapan. ¿Cómo sacar tiempo para cocinar platos sanos y variados, en lugar de optar por alimentos precocinados? ¿Cómo alejar a los niños de las pantallas y asegurarse de que tengan un mínimo de 60 minutos de actividad física al día? ¿Cómo controlar la publicidad de los alimentos procesados dirigidos a la infancia? Y entre tantas preguntas complejas, quizá se nos ha olvidado una herramienta que ha quedado relegada a las consultas de los pediatras pero que muchos tenemos aún en casa: la báscula.

Un estudio publicado recientemente en la revista Preventive Medicine Reports apunta a una idea muy preocupante si los datos de la OMS no cambian pronto. Un grupo de investigadores de Reino Unido hizo una revisión de 54 estudios internacionales que habían tomado mediciones de estatura y peso de niños, de entre 4 y 11 años, desde el año 2000. Su análisis revela que no se está pesando suficientemente a los niños, y eso dificulta que se lleve a cabo una actuación temprana contra la obesidad infantil. Esa es la mejor medida contra el problema, y dejar el control del peso exclusivamente en manos de los médicos puede ser insuficiente porque el problema puede gestarse entre las revisiones del médico.

Según el pediatra y endocrinólogo del hospital madrileño La Luz-Quirón Salud Gilberto Pérez López, «diagnosticar la obesidad infantil cuando ya está establecida, en grados moderados-graves, significa que no hemos puesto medidas preventivas y tendremos enormes dificultades para la instauración de medidas terapéuticas». Y si, tal y como alerta el estudio británico, a los 4 y 11 años se pesa menos a los niños de lo que se debiera, podríamos estar perdiendo una sencilla y poderosa arma de diagnóstico.

El pediatra del centro de salud oscense de Barbastro,Santy Conde subraya que uno de los trabajos más importantes que se realiza en la atención de la infancia y la adolescencia es identificar los períodos críticos que se asocian con el riesgo de desarrollo de obesidad infantil que tanto castiga a España, que son tres: los mil primeros días de vida (incluidos los 9 meses de embarazo), el rebote adiposo (entre los 5 y los 7 años) y la adolescencia. El rebote adiposo «es fisiológico (normal) y permite almacenar reservas para el crecimiento y desarrollo de la pubertad. Actualmente, sabemos que muchos de los niños que desarrollarán obesidad en nuestro país empiezan antes de los 6 años, con un rebote adiposo precoz, por lo que es en ese momento en el que deberíamos centrar nuestros esfuerzos», especifica Conde. Si no se detecta en casa, cabe la posibilidad de que pase desapercibido en la consulta.

«Con las revisiones intentamos seguir al niño y alertar a los padres cuando empiezan a ganar peso, y detectamos hábitos o factores de riesgo aunque aún no haya ganancia de peso. Pero, en efecto, a menudo no es suficiente. Por ejemplo, para un niño que a los 4 años iba bien de peso y a los 6 años ha entrado en sobrepeso, llegamos tarde», añade Conde.

Un problema invisible para algunos padres

No todo es una cuestión de plazos. Los pediatras consultados para este artículo coinciden en un factor nada desdeñable que promueve la obesidad infantil es que muchos padres no quieren reconocer que su hijo puede tener sobrepeso. «A veces no hay motivación en la familia para cambiar las cosas», dice Conde. Por su parte, Pérez López cuenta que «en la consulta, cuando comentamos a los padres que el niño tiene sobrepeso u obesidad, la mayoría de las veces se sorprenden. Esto sólo sería una anécdota si en España, y en el resto del mundo, la obesidad infantil no fuese un problema de salud pública».

El médico reflexiona sobre ésta problemática aprovechando la reciente publicación de un estudio español. Los investigadores analizaron la subestimación del exceso de peso infantil en la población española de 2 a 12 años, con hallazgos sorprendentes. «Algunos de los resultados señalan que el 90% de los padres de niños de entre 2 y 4 años con sobrepeso u obesidad pensaban que el peso de sus hijos que era normal. En el caso de los adolescentes (de 10 a 14 años), el 63% de los que mostraban sobrepeso y el 40% de los que tenían obesidad fueron identificados como normopeso por sus padres», dice el experto.

Pérez López añade que el estudio detectó que las madres tenían más posibilidades de no identificar el exceso de peso en comparación con los padres, que los progenitores con sobrepeso u obesidad también eran más propensos a pasarlo por alto y que las familias con mayor nivel de estudios, y mejores niveles de renta, identificaban mejor el problema. A tenor de las cifras, resolver este fenómeno, quizá con una herramienta tan sencilla como una báscula doméstica, podría ayudar a resolver los graves problemas de salud que provoca la obesidad infantil.

El caso de la diabetes es especialmente llamativo, ya que su epidemiología acostumbra a agrupar a gente de edad avanzada pero, «hoy en día, cada vez vemos más casos en edades más jóvenes, ya no es raro verlos a partir de los 40 años, incluso al final de la adolescencia», confirma Conde. Lo importante es que «el 70% de los casos de diabetes tipo 2 serían evitables a través de un estilo de vida saludable… pero casi 6 millones de españoles tiene esta enfermedad, según el estudio Di@betes, es una barbaridad», exclama. La tendencia es preocupante, ¿pero podemos siquiera soñar en cambiarla solo con el uso de una báscula?

Tecnología al servicio de la salud infantil

«Yo recomendaría consultar con el pediatra en cualquier momento en que los padres puedan percibir que la constitución de su hijo está cambiando (ganando más peso que talla) o que vean que tienen problemas para mantener una alimentación saludable, independientemente de las revisiones», apunta Conde. Una buena manera de percibir los cambios es usar aplicaciones para el móvil como Growin App, desarrollada por el endocrinólogo pediátrico del Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza Antonio Arriba, junto a ingenieros de la Universidad de Zaragoza, y que sirve para monitorizar el crecimiento y el índice de masa corporal de los niños, así como para detectar los cambios.

El cualquier caso, la prevención siempre comienza en una serie de hábitos que no siempre se instalan en las familias con facilidad. «El manejo de un niño con sobrepeso requiere tiempo, motivación y perseverancia. Pero es una inversión que vale la pena hacer: dormir suficiente, disminuir el tiempo delante de las pantallas, mejorar la calidad y cantidad de los alimentos (hidratar con agua, comer al menos 5 piezas de frutas y verduras al día, y restringir los alimentos altos en azúcares y grasas ) de toda la familia, fomentar las actividades al aire libre, comer en familia, felicitarles cuando realizan avances… y los niños deben estar activos al menos 60 minutos por día», añade Pérez López.

Por último, hay una vertiente psicológica muy importante en una sociedad en que se da gran importancia a la imagen. Es habitual que se prejuzgue a las personas con obesidad. «Los niños con sobrepeso a menudo sufren burlas y comentarios negativos, y esto es particularmente dañino cuando proviene de otros miembros de la familia. Los niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad tienen una baja autoestima, y tienen mayor riesgo de trastornos de la conducta alimentaria y ansioso-depresivos. Por ello, hay que recordarles lo mucho que les amas, reforzar sus cualidades positivas, no tolerar bromas y evitar la crítica», concluye Pérez López.

Alerta en Reino Unido: la obesidad ha alcanzado niveles de récord

23 amputaciones por diabetes se llevan a cabo al día en Inglaterra, 4 de cada 5 podría haberse evitado con una vida más saludable y mayor atención médica.

As, por Laura Martín San Juan

La alerta es real desde hace años, pero viendo las cifras oficiales de amputaciones, el gobierno ha pedido ayuda y ha dado la voz de alarma: la obesidad está llegando a tales niveles que las amputaciones por diabetes empiezan a tener cifras de récord.

En 2016, se han amputado más 8.500 miembros, un dato que podría haberse evitado, según los expertos. El número es altísimo, máximo histórico concretamente. En 9 de cada 10 casos de amputaciones es por diabetes tipo 2, la vinculada a la obesidad y la inactividad.

Desde la asociación Diabetes UK abogan por intentar que la tasa se frene y llegue a bajar. No puede ser que dos de cada tres adultos tengan sobrepeso u obesidad. Perder los brazos o las piernas y quedarse ciego es algo ya habitual en la sociedad británica. Y no parece que nada pueda frenar esto.

En muchos casos, afirman desde la organización, 4 de 5 amputaciones podrían haberse evitado si hubieran tenido esos pacientes controles diarios. Una crítica a la sanidad británica desde varios colectivos estos días.

Uno de los controles que se puede hacer de manera sencilla es mirarse los pies cuando la situación ya ha llegado a un punto difícil, evitando así la aparición de heridas que no cierran y que éstas se infecten y puedan llevar a la amputación.

Para la organización caritativa NICE, a los mayores de 40 años se les debería ofrecer una revisión de su diabetes y controlar la dieta por sus médicos. Además, abogan por clases de nutrición saludable para quienes estén poniendo en peligro su salud, además clases donde puedan aprender a adelgazar.

Los niños con obesidad tienen un riesgo cuatro veces superior de desarrollar diabetes tipo 2

El 20% de los niños de nuestro país tiene sobrepeso y el 10% es obeso, por lo que es necesaria una mayor inversión en medidas para prevenir el desarrollo de la diabetes

ABC
Lejos de ser un problema meramente ‘estético’, la obesidad es una enfermedad muy grave y asociada al desarrollo de patologías potencialmente mortales como las cardiovasculares, la diabetes o el cáncer. Un aspecto muy a tener en cuenta no solo en los adultos, cuya prevalencia global de obesidad se ha duplicado en poco más de tres décadas hasta alcanzar el 13% –o lo que es lo mismo, más de 600 millones de personas–, sino sobre todo en los niños, que ya llevan arrastrando las consecuencias de esta enfermedad desde la infancia. De hecho, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del King’s College de Londres (Reino Unido) demuestra que, comparados con aquellos con índice de masa corporal (IMC) normal, los niños con obesidad tienen un riesgo hasta cuatro veces superior de desarrollar diabetes tipo 2 durante los primeros años de su etapa adulta.

Como explica Ali Abbasi, director de esta investigación publicada en la revista «Journal of the Endocrine Society», «dado el rápido aumento de la prevalencia de obesidad y sobrepeso, la cifra de niños y adultos jóvenes diagnosticados de diabetes ha crecido notablemente en Reino Unido desde el inicio de la década de los años 90. Y en este contexto, y comparados con sus homónimos con un peso normal, los niños con obesidad presentan un riesgo cuatro veces mayor de ser diagnosticados de diabetes a la edad de 25 años».

Epidemia creciente

Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales médicos, y muy especialmente los datos referidos al IMC y a las enfermedades metabólicas, de 369.362 menores británicos con edades comprendidas entre los 2 y los 15 años.

Los resultados mostraron que 654 de los niños y adolescentes participantes en el estudio habían sido diagnosticados de diabetes tipo 2 entre los años 1994 y 2013. Y lo que es más importante, que la tasa de niños que desarrollaron la enfermedad, de ‘solo’ seis nuevos casos por cada 100.00 niños entre los años 1994 y 1998, se elevó hasta los 33 nuevos casos por cada 100.000 infantes durante el periodo 2009-2013. Un incremento de la incidencia de diabetes que, simple y llanamente, se explica por el aumento de la prevalencia de obesidad en Reino Unido.

Como refiere Ali Abbasi, «la diabetes conlleva una enorme carga para la sociedad dado que la enfermedad es cada vez más común y más costosa de tratar. Las estimaciones actuales indican que uno de cada 11 adultos padece diabetes tipo 2, lo que supondría una cifra global cercana a los 415 millones de personas. Y dado que tanto la diabetes como la enfermedad se pueden prevenir desde los primeros años de vida, esperamos que nuestros resultados, conjuntamente con los alcanzados en otras investigaciones, motivarán al público y a los decisores políticos a implicarse e invertir en esfuerzos para la prevención de la diabetes».

Diabetes tipo 2, no tipo 1

Finalmente, los resultados también mostraron que 1.138 niños fueron diagnosticados de diabetes tipo 1 durante el periodo 1994-2013. Sin embargo, y contrariamente a lo sucedido en el caso de la diabetes tipo 2, los autores no hallaron ninguna relación entre la diabetes tipo 1 y la obesidad. Un resultado esperable dado que la diabetes tipo 1 es el resultado de una enfermedad autoinmune subyacente.

En definitiva, el exceso de peso aumenta, y mucho, el riesgo de que los niños acaben desarrollando diabetes tipo 2. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que, ya a día de hoy, hasta un 20% de los niños españoles presenta sobrepeso y un 10% es obeso.

La OMS relaciona la obesidad con ocho tipos de cáncer, cuyo vínculo con el sobrepeso no se conocía

Una revisión de más de mil estudios añade a la lista de riesgo de cáncer por sobrepeso la aparición de tumores en el estómago, el hígado, vesícula, páncreas, ovario y tiroides, así como meningioma y mieloma múltiple

ABC, por Nuria Ramírez de Castro

sobrepeso-kjAC--620x349@abcEl vínculo entre obesidad, sobrepeso y cáncer se conoce desde hace años. Los oncólogos llevan años advirtiendo de que el desarrollo de tumores tan comunes como el de mama o el de colon está directamente relacionado con la acumulación de grasa y los kilos de más de nuestro organismo. Hasta seis tipos de cáncer se habían relacionado con la obesidad. Ayer la Organización Mundial de la Salud añadió ocho nuevos tumores a esa lista negra tras revisar más de un millar de estudios. Su conclusión es que existe «suficiente evidencia» para afirmar que el exceso de peso está relacionado con la aparición de tumores digestivos como el cardias gástrico (zona de unión del esófago y el estómago), de hígado, vesícula y páncreas. También encontró evidencia en cánceres no relacionados con el tracto digestivo como son el cáncer de ovario, de tiroides, el meningioma (tumor cerebral benigno) y el mieloma múltiple, un cáncer de la sangre.

Esta concienzuda revisión la ha elaborado la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), una institución dependiente de la Organización Mundial de la Salud que trabaja en prevención del cáncer. Sus estudios, como el que hizo recientemente sobre el riego de la carne roja, no suelen pasar desapercibidos.

Ahora la IARC ha encontrado «suficiente evidencia científica» para culpar a la grasa corporal y a los kilos de más de la aparición de estos tumores y mantiene otros que ya se conocían como el de mama en mujeres que han superado la menopausia, de colon, esófago, riñón, útero y endometrio. No solo indica su papel como promotor, sino que asegura que hay datos suficientes para afirmar que eliminar el exceso de grasa corporal es un factor protector frente al cáncer.

El informe, sin embargo, pone en duda de que la ausencia de grasa reduzca el riesgo de morir por cáncer de próstata, cáncer de mama masculino o linfoma de las células B grandes. No lo descarta por completo, aunque indica que «hay una evidencia limitada».

El análisis ha sido elaborado por una veintena de expertos internacionales independientes que han revisado más de un millar de estudios que incluían análisis del comportamiento de varias generaciones, experimentos con animales e investigaciones en pacientes reales.

¿Y en los niños?

El grupo de trabajo revisó igualmente las informaciones científicas disponibles sobre la obesidad de niños, adolescentes y jóvenes hasta 25 años para determinar si también elevaba su riesgo al llegar a la edad adulta.

La respuesta fue afirmativa. Encontró que para algunos cánceres como el de colon y el de hígado, la asociación entre sobrepeso y cáncer era similar a la observada para los adultos.

Factor reductor del riesgo

La agencia de la OMS también confirma que las dietas con restricción de calorías disminuyen el riesgo de cáncer. «Uno de los aspectos más llamativos de este informe es que se reconoce que mantener un peso correcto es un factor reductor del riesgo de cáncer», opina Pedro Pérez Segura, coordinador del grupo de prevención de la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom).

Desde esta sociedad científica se lleva tiempo trabajando en este círculo pernicioso de obesidad y cáncer. «Sabemos que los kilos de más y la grasa favorecen la aparición de tumores pero también la curación de las personas que ya están diagnosticadas. Los pacientes obesos tienen una peor tolerancia a los tratamientos oncológicos y más posibilidades de recaer o de sufrir un segundo tumor», indica este oncólogo.

Cortar a la mitad el cáncer en el mundo

Importa la grasa corporal, especialmente que se acumula en el tronco, y los kilos de más. «Sin tabaco y sin sobrepeso podríamos reducir en un 45% el cáncer en el mundo».

El director del IARC, Christopher Wild, cree que este nuevo informe debe animar a la población a «encontrar formas efectivas, tanto a nivel individual como social» para aplicar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto a los hábitos alimentarios y al ejercicio físico si se quiere combatir el cáncer y otras enfermedades no contagiosas.

De la misma opinión es Bèatrice Lauby-Secretan, autora principal del trabajo: «Nuestra evaluación refuerza los beneficios de mantener un peso saludable para reducir el riesgo de varios tipos de cáncer».

EEUU: aumentan los niveles de obesidad en jóvenes y mujeres

Se ha avanzado en la lucha contra la obesidad, pero las investigaciones más recientes indican que aún queda mucho por hacer para evitar que esta enfermedad se convierta en una epidemia mundial

Univision.com

75Aunque algo se ha avanzado en la lucha contra la obesidad, los niveles en jóvenes y mujeres siguen aumentando. Al menos esa es la conclusión de dos estudios publicados este martes en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).

«Se necesitan soluciones más inmediatas. El énfasis tiene que estar en la prevención, aunque la evidencia diga que las campañas de educación de los gobiernos locales y las asociaciones profesionales en escuelas y programas comunitarios hasta ahora no han tenido un gran éxito», escribieron en la editorial los doctores Jody W. Zylke y Howard Bauchner.

En el primero de los estudios Cynthia L. Ogden, Ph.D., del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades investigó junto a otros colegas las tendencias en la prevalencia de la obesidad y la obesidad extrema en niños y adolescentes de edades entre 2 y 19 años, usando datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES). 

Obesidad en niños y jóvenes (2013-2014)
El estudio analizó información de 40,780 niños y adolescentes.

obesidad EEUU 1

Tras analizar información de 40,780 niños y adolescentes, concluyeron que la obesidad ha disminuido entre los niños de 2 años a 5 años, se ha estabilizado en los niños de 6 a 11 años y ha aumentado en los adolescentes de 12 a 19 años de edad. Este último grupo aumentó de 10.5% entre 1988-1994 y 20.6% entre 2013-2014.

Las cifras globales del estudio muestran que, en el período más reciente (2011-2014), 17% de los niños y adolescentes presentaron obesidad y 5.8% obesidad extrema.

Obesidad en hombres y mujeres (2013-2014)
El estudio analizó información de 2,638 hombres y 2,817 mujeres.
Obesidad en EEUU, fuente JAMA

El segundo estudio analizó a 2,638 adultos e indica que la obesidad entre 2013- 2014 afectó a 35% de los hombres y 40% de las mujeres y, entre 2005 y 2014, hubo un aumento en la prevalencia entre las mujeres, pero no en los hombres.

Una epidemia en puertas

Los hallazgos de estos nuevos estudios concuerdan con las cifras reveladas en una investigación a escala global publicada en abril en la revista científica británitca The Lancet. La población mundial pasó de tener 105 millones de personas obesas a 641 millones, en solo cuatro décadas, y de mantenerse la tendencia, para el año 2025 la quinta parte de la población del planeta será obesa.

«Durante los últimos 40 años, hemos pasado de un mundo en el que la prevalencia del peso bajo fue más del doble que el de la obesidad, a uno en el que hay más gente obesa», explicó el autor principal del estudio, el profesor Majid Ezzati de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres. La investigación, cuya muestra incluye a individuos de casi 200 países, analiza las tendencias a nivel mundial y regional del Índice de Masa Corporal (IMC) en adultos mayores de 18 años, entre 1975 y 2014.

To GO WITH AFP STORY by JAVIER TOVAR - Solange de Goncalves, 38, speaks with AFP at her house in Sao Goncalo, Niteroi, 35km north of Rio de Janeiro, Brazil on August 28, 2012. Solange dropped from 138 kilograms of weight to 123 kilograms in 50 days, after an operation to reduce the size of her stomach from 1,2 liters to 30 mililiters of capacity.                    AFP PHOTO/VANDERLEI ALMEIDA        (Photo credit should read VANDERLEI ALMEIDA/AFP/GettyImages)
To GO WITH AFP STORY by JAVIER TOVAR – Solange de Goncalves, 38, speaks with AFP at her house in Sao Goncalo, Niteroi, 35km north of Rio de Janeiro, Brazil on August 28, 2012. Solange dropped from 138 kilograms of weight to 123 kilograms in 50 days, after an operation to reduce the size of her stomach from 1,2 liters to 30 mililiters of capacity. AFP PHOTO/VANDERLEI ALMEIDA (Photo credit should read VANDERLEI ALMEIDA/AFP/GettyImages)

«El número de personas en todo el mundo cuyo peso supone una seria amenaza para su salud es mayor que nunca antes», afirmó el profesor.

La proporción de hombres obesos se ha triplicado, pasando de 3.2% a 10.8%, y la de mujeres se ha duplicado, de 6.4% a 14.9%. La obesidad mórbida –cuando el peso interfiere con funciones físicas básicas, como respirar o caminar- también ha aumentado y hoy afecta a alrededor del 1% de los hombres y 2% de las mujeres, lo que es igual a decir que unos 55 millones de adultos son obesos mórbidos.

Otro de los puntos que precisa la investigación es la ubicación geográfica. Casi una quinta parte de los adultos obesos del mundo (118 millones) vive en sólo seis países de habla inglesa y altos ingresos: Australia, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos. Más de un cuarto de las personas con obesidad severa del mundo (50 millones) también vive en estos países.

Enfadarse mucho es malo para la salud del corazón

Fit Activity/ Oki Diario, por I. García
discutir-640x360Estar de mal humor, mostrar una actitud hostil o permanecer siempre con una sensación de enfado, rabia o desconfianza son algunos de los estados que más pueden incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Así lo asegura la Sociedad Española de Hipertensión-Lida Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial. Por lo tanto, se puede decir que enfadarse mucho es malo para la salud del corazón.

Esta tendencia a sufrir patologías relacionadas con el corazón también es común entre aquellas personas que evitan relacionarse con los demás y que experimentan emociones negativas, sobre todo cuando ya padecen una enfermedad cardiovascular. El riesgo de padecer estas dolencias también se ven acentuadas con ciertos factores psicosociales, como es el estrés, carecer de respaldo social, un estatus socioeconómico bajo o la ansiedad. Desde la Sociedad Española de Hipertensión los definen como trabas para mejorar el estilo de vida de estas personas.El presidente de esta organización, Julián Segura, reconoce que la mayoría de estos aspectos de naturaleza psicosocial no se dan por separado, ya que se agrupan casi siempre en los mismos individuos.

En todo esto también desempeña un papel importante los hábitos de vida. Las personas que presentan un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular a consecuencia de los factores antes detallados, también cuentan con un estilo de vida poco aconsejable, con poco ejercicio, alimentación poco equilibrada y consumo de alcohol y tabaco. Tampoco es que sigan al pie de la letra las recomendaciones que les hacen llegar los profesionales.

En el caso de los pacientes con riesgo de sufrir patologías cardiovasculares, la prevención ocupa una labor fundamental. Con unos hábitos adecuados de salud se puede retrasar la aparición de la hipertensión en los pacientes, reduciéndose además la cantidad de medicamentos en personas con hipertensión.

Para reducir la presión arterial y conseguir un estilo de vida saludable lo aconsejable sería reducir la ingesta de sal, aumentar el consumo de verduras, frutas y alimentos bajos en grasa y ricos en ácidos grasos insaturados, practicar ejercicio físico con regularidad, reducir y controlar el peso, eliminar el tabaco y el alcohol, y en el caso de beber, procurar que se trate de bebidas fermentadas como la cerveza o el vino.

En lo que se refiere a las dietas, los expertos aconsejan evitar aquellas “generalizadas que cuantifican el consumo de calorías” y seguir los consejos personalizados de los profesionales sanitarios. A todo ello se le debe sumar la práctica de ejercicio con regularidad. No hace falta correr o practicar un deporte con cierta intensidad para aprovechar los beneficios de la actividad física, ya que sería suficiente con caminar. En definitiva se trata de llevar una vida lo más activa posible, en donde haya aficiones que precisen de un cierto esfuerzo, como pueda ser tener una mascota, la fotografía, además de incorporar una serie de rutinas como subir escaleras en lugar de coger el ascensor, acudir a trabajar en bicicleta o a pie y no en coche.

Para dejar de ser sedentario lo aconsejable seria hacer al día unos 10.000 pasos.