Por qué la obesidad es factor de riesgo en el 80% de los pacientes graves de Covid-19

El Economista

  • Es el principal factor de mal pronóstico en la infección por Covid-19
  • Además, solo el 50,9% de las personas afirma saber esta realidad
  • Es una enfermedad inductora de un estado favorecedor de trombosis

Un estudio realizado por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) revela que esta afección es un factor de riesgo para sufrir una hospitalización por Covid-19. «El 80% de lo pacientes que tuvieron formas graves de la infección por Covid-19, que precisaron intubación, ventilación mecánica en la UVI y/o fallecieron eran obesos», explica la doctora Monereo, Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

La también secretaria de la organización subraya que la «obesidad es el principal factor de mal pronóstico en la infección por Covid-19». Además, el estudio llevado a cabo por la SEEDO ha evaluado el conocimiento de la población sobre el peor pronóstico que tienen las personas obesas con Covid-19. Como informa el doctor Albert Lecube, «solo el 50,9% de las personas encuestadas afirma saber o haber escuchado que el exceso de peso puede ser un factor de mal pronóstico si desarrolla la Covid-19».

Este desconocimiento, además, asciende hasta el 67,3% de los encuestados más jóvenes (entre 18 y 24 años), se sitúa en el 70,7% de las personas que han ganado más de 3 kg durante el confinamiento y alcanza su máximo en el 80,5% de las personas sin ingresos. Por todo ello, afirma el presidente de SEEDO, «el riesgo que supone el exceso de peso en la Covid-19 debe ser difundido como medida preventiva que ayude a combatir la ganancia ponderal en nuestra sociedad».

Por qué la obesidad es un factor de riesgo de sufrir Covid-19 grave

La conclusión del trabajo de SEEDO va en sintonía con otros trabajos. Así, las conclusiones de un artículo de revisión publicado por especialistas de la Clínica Universidad de Navarra en la revista científica European Journal of Internal Medicine revela tambiénque los pacientes con obesidad presentan un mayor riesgo de contraer una covid-19 más grave y con ella crece también el riesgo de mortalidad.

En este estudio de casos reales los autores concluyeron que, a los pocos meses de iniciarse la pandemia, «ya existía evidencia sobrada del mayor riesgo que tienen los pacientes con obesidad de desarrollar una Covid-19 grave, así como de morir como consecuencia de la infección».

En cuanto a los cinco aspectos fundamentales implicados en la obesidad, se ha revisado la obesidad como enfermedad inductora de un estado favorecedor de trombosis, teniendo en cuenta que «los fenómenos pro trombóticos son una fuente importante de complicaciones en la covid», advierte el especialista. Además, la obesidad provoca un estado pro inflamatorio y una alteración hormonal, cuyo efecto final también induce inflamación.

Y al respecto apunta que los pacientes con covid-19 mueren, «no por el virus en sí mismo, sino por la alteración de la respuesta inmune que causa una respuesta hiperinflamatoria» que es, a su vez, responsable de la insuficiencia respiratoria que padecen los pacientes con covid grave, y «en un paciente con obesidad, con un estado inflamatorio ya existente, esa alteración inflamatoria de la covid es más fácil que se produzca».

La obesidad no fue una afección que priorizase en el plan de vacunación

Estas evidencias llevaron a la SEEDO y otras organizaciones a pedir que los pacientes obsesos fueran incluidos en el grupo de personas con enfermedades de riesgo, con el objetivo de que se priorizasen en la estrategia de vacunación. Sin embargo, nunca formaron parte de la lista, que se conforma de las siguientes afecciones. 

1. Trasplante de progenitores hematopoyéticos (alo y autotrasplante) en los últimos 2 años, o más de 50 años y/o menos del 80% de índice Karnofsky, independientemente del tiempo desde el trasplante. Unos 20.000 pacientes

2. Trasplante de órgano sólido (pulmonar, renal, pancreáticos, cardíaco, hepático, intestina) y en lista de espera para trasplante de órgano sólido. Unos 60.000 pacientes.

3. Tratamiento sustitutivo renal (hemodiálisis y diálisis peritoneal). 28.736 pacientes

4. Enfermedad oncohematológica en los últimos 5 años o no controlada y/o neutropenia severa (menos de 500 neutrófilos/mm3) independientemente del tiempo desde el diagnóstico. Unos 64.000 pacientes

5. Cáncer de órgano sólido: incluye los cánceres sólidos en tratamiento con quimioterapia citotóxica, de órgano sólido metastásico, pacientes que reciben radioterapia por tumores de localización torácica con riesgo de neumonitis (tumor esófago, radioterapia sobre metástasis pulmonares, etc). Unos 170.000 pacientes

6. Inmunodeficiencias primarias: todas excluyendo el déficit de IgA y el defecto de formación de anticuerpos. Unos 3.000 pacientes

7. Infección con VIH y con menos200 cel/ml (analítica de los últimos 6 meses). Unos 10.600 personas

8. Síndrome de Down con 40 o más años de edad (nacidos en 1981 o antes). Unos 10.000 personas

Piden priorizar la vacunación contra la COVID en personas obesas: su riesgo de mortalidad es un 48% mayor

RTVE

Las personas que sufren obesidad tienen en torno a un 48% más de riesgo de mortalidad frente a la COVID-19 que quienes cuentan con un peso adecuado, según una estimación de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, cuyos expertos piden a las autoridades sanitarias priorizar a este colectivo dentro del plan de vacunación contra el coronavirus.

«Las personas con obesidad tienen alto riesgo de sufrir el COVID-19 de forma grave. Deben ser consideradas como grupo de riesgo y, por lo tanto, tras sanitarios y personas mayores, deberían ser un grupo prioritario para recibir la vacuna frente al coronavirus una vez que esté disponible», ha subrayado la secretaria general de la SEEDO, Susana Monereo, durante una rueda de prensa ofrecida para presentar los resultados de un estudio sobre el impacto de la pandemia en la obesidad.

Del mismo modo se ha pronunciado el presidente de la SEEN, Javier Escalada, quien ha señalado que las personas con obesidad tienen un 46% más riesgo de contagiarse de COVID-19, un 113% más de riesgo de hospitalización, un 78% más de ingresar en la UCI y entre un 30% y un 200% más de complicaciones a la hora de superar la enfermedad que los pacientes con coronavirus y un peso normal.La obesidad, un riesgo añadido a los pacientes con coronavirusLa obesidad, un riesgo añadido a los pacientes con coronavirus

Mayor riesgo de hospitalización y de ingreso en UCI

El análisis parte de unos datos globales muy negativos: el 22% de los adultos y el 19% de los niños y jóvenes españoles son obesos. A partir de ahí, la situación vivida como consecuencia de la expansión del coronavirus no ha hecho más que empeorar los casos ya diagnosticados y aumentar las posibilidades de desarrollo de esa enfermedad crónica en quienes no la padecían, ya que aproximadamente un 49,8% de la población general, dicen los expertos, aumentó de peso durante los primeros meses del confinamiento domiciliario. La mayoría (86,6%), entre uno y tres kilos.

El paciente que ya contaba con un exceso de peso es el que más ha empeorado en estas circunstancias y ese aumento puede ser crucial cuando se contrae el coronavirus, ya que hay «un mayor riesgo de ingreso hospitalario, una peor evolución en hospital, un mayor riesgo de ingreso en la UCI y de necesidad de respiración mecánica y, lo que es más importante, de mortalidad», subraya el doctor Javier Escalada. 

A pesar de que no hay datos específicos que vinculen la obesidad con la mortalidad por coronavirus en España, los especialistas se basan en 75 estudios internacionales para afirmar que las personas obesas tienen un 48% más de riesgo de fallecer tras contraer la COVID-19. El incremento, precisan, es «mucho más llamativo» en pacientes de menor edad. 

Respecto al porcentaje de personas obesas que requieren de hospitalización, el jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, Diego Bellido, explica que hay pocos datos porque no se dispone del peso de todos los pacientes, pero el único registro que hay en España refleja que «más del 20% de personas que ingresan por COVID son obesos». No obstante, Bellido cree que «los datos están claramente infravalorados. La percepción del profesional es mucho más alta de lo que realmente se comunica».

El tejido adiposo, un «reservorio» del virus

Por su parte, la doctora del grupo de trabajo de obesidad de la SEEN Ana de Holanda sostiene que «los mecanismos por los que la obesidad se asocia a un peor pronóstico del COVID-19 son múltiples» y apunta a los procesos inflamatorios y al elevado riesgo de trombos como algunas de las causas principales del empeoramiento.

Además, la obesidad también está asociada a un mayor riesgo de contagio debido a que quienes la sufren «tienen mayor cantidad de receptores del coronavirus», añade.Estos pacientes ya cuentan con una inflamación de base que, al confluir con la COVID, se potencia aún más. Asimismo, «la respuesta inmunitaria de los pacientes con obesidad es deficiente» y el tejido adiposo funciona como «un reservorio del virus».

Por todo ello, los especialistas de la SEEDO y la SEEN piden que, junto a las tres medidas «clásicas» de defensa frente al coronavirus –distancia de seguridad, higiene y mascarilla– se difunda un mensaje que apele a «la necesidad de mantener un peso saludable o de no ganar peso»

También recalcan la importancia de priorizar a las personas con obesidad dentro del plan de vacunación por ser, en palabras del endocrinólogo Albert Lecube, «un colectivo de altísimo riesgo que no puede quedar relegado en el tiempo».

Lo que este especialista sugiere es que, tras la vacunación a las personas de mayor edad y a los profesionales sanitarios, sea el turno de quienes sufren obesidad. «Las obesidades moderadas o graves es necesario avanzarlas a las primeras campañas de vacunación», señala Lecube, que propone establecer como «punto de corte» un índice de masa corporal por encima del 35

El 98% de profesionales cree que sus pacientes han empeorado

Por otra parte, y con motivo del Día de la Lucha contra la Obesidad, la SEEDO y la SEEN han llevado a cabo entre sus socios una encuesta para evaluar el impacto de la segunda ola de la pandemia de coronavirus en la obesidad, de la que se desprende que el 88% de los profesionales encuestados entienden que la obesidad no es una enfermedad ‘benigna’, «como parece considerarse desde las autoridades sanitarias y por parte de una gran mayoría de la población general.

«A pesar de ser un problema de salud creciente, que tiene un impacto muy negativo en la morbimortalidad y, aún mayor entre las personas afectadas por la Covid-19, está quedando relegada la atención a las personas con obesidad», ha dicho el doctor Lecube.

Además, el 98% de los profesionales que tratan pacientes con obesidad opina que la pandemia y el confinamiento han repercutido negativamente sobre la obesidad y sus complicaciones –los pacientes han aumentado de peso y están peor–, la mayoría de los encuestados (71%) entienden que la principal causa está en el deterioro de los hábitos de vida saludables y, especialmente, la falta de ejercicio (percepción que coincide con los datos del estudio SEEDO en población general).

«Solo un 2,4% de los profesionales sanitarios dedicados a la obesidad piensan que los han pacientes obesos han podido mantener el tratamiento que tenían prescrito (dieta, ejercicio y/o fármacos)», ha argumentado la doctora Monereo.

Asimismo, se apunta al desánimo producido por la pandemia (51%) como principal factor implicado en esta tendencia, aunque también ha influido los problemas de conexión con sus médicos o la obtención de recetas. Se constata, igualmente, un aumento de complicaciones en las personas con obesidad.

También, un 38% de los profesionales han detectado en los pacientes trastornos de la conducta alimentaria y un 39% empeoramiento o aparición de enfermedad metabólica, como diabetes o dislipemia. También, aunque en menor escala, se han elevado (un 16%) los problemas osteomusculares, respiratorios y el reflujo gastroesofágico.

En cuanto a los tratamientos con cirugía bariátrica, las personas con obesidad han sido uno de los colectivos más perjudicados por la anulación o retraso de operaciones pendientes. Solo un 12% de los profesionales reportan que los programas de cirugía bariátrica se han mantenido en sus centros.

El 90% de las personas con diabetes tipo 2 tienen obesidad

Canal Diabetes

La presidenta de la Sociedad Española de Diabetes (SED), Anna Novials, ha señalado
 que nueve de cada diez personas con diabetes tipo 2 tiene sobrepeso u obesidad, por lo que reclama que la obesidad sea considerada una enfermedad.

“En personas con sobrepeso u obesidad, el consumo de alimentos ricos en carbohidratos genera una sobrecarga de trabajo para el páncreas, lo que produce su debilitamiento y, en última instancia, una escasez de insulina. Esto deriva en hiperglucemia crónica y, por lo tanto, en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Y precisamente la diabetes representa un mayor riesgo de desencadenar enfermedades cardiovasculares”, ha explicado la presidenta de la SED durante el 7o Congreso de Diabesidad, que cuenta con el apoyo de Novo Nordisk, y está organizado por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y la propia SED.

En el encuentro, que pretende poner en conocimiento de todos los profesionales implicados en su abordaje los últimos avances en fisiopatología, diagnóstico y tratamiento de la diabesidad, así como debatir sobre diferentes interrogantes, la especialista ha recordado que obesidad y la diabetes son “una peligrosa combinación desencadenante de numerosas patologías”.

En este contexto, la presidenta de la SEEN, Irene Bretón, ha insistido en que la obesidad es una enfermedad que “no siempre se considera como tal o no se reconoce su importancia, tanto en las administraciones como por parte de la ciudadanía”. “No se ve como una enfermedad devastadora, que aumenta el riesgo de mortalidad y da lugar a múltiples complicaciones, además de un deterioro evidente de la calidad de vida. Hay estudios que observan que las personas con formas graves de obesidad pueden perder entre 10 y 12 años de vida”, ha recalcado.

Asimismo, el presidente de la SEEDO, Francisco Tinahones, ha llamado la atenciónvez es más frecuente en la población infantil y juvenil”. “Estamos viendo adolescentes obesos con diabetes tipo 2, algo impensable hace años”, ha alertado.

Estas tres sociedades coinciden es en que “es necesario considerar a la obesidad como una enfermedad y que cuente con un abordaje integral mediante la prevención y el tratamiento”.

Entre las complicaciones en las que puede derivar la obesidad se encuentran las de origen cardiovascular. “Por eso, es importante prevenirla y con ello el desarrollo de diabetes tipo 2, la cual también incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular”, ha afirmado la doctora Anna Novials. En concreto, las personas con diabetes tipo 2 tienen hasta tres veces más riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular que las personas sin diabetes, ha señalado.
“Esto se debe a que la diabetes es una enfermedad metabólica que tiene una relación directa con la enfermedad cardiovascular lo que convierte a esta, la enfermedad cardiovascular, en la principal causa de muerte de las personas con diabetes. Es decir, la obesidad no es un problema estético. La misma empeora la calidad de vida y provoca numerosas patologías, entre ellas la diabetes”, ha reiterado el doctor Tinahones.

En cuanto a los hábitos nutricionales, la doctora Irene Bretón ha pedido que “hay que aprender a comer mejor, no es sólo cuestión de comer menos”. “Tenemos que adaptar las calorías que ingerimos a lo que vamos a gastar y mejorar la calidad nutricional de nuestra alimentación, en base a la dieta mediterránea. Es el patrón dietético que ofrece más beneficios cardiovasculares y por lo tanto es especialmente recomendable para esta población con tanto riesgo cardiovascular. Pero siempre estableciendo objetivos individualizados”, ha incidido, puntualizando que el ejercicio físico “también es muy importante”.

El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer depresión

Los especialistas destacan la importancia de una buena alimentación para prevenir estados depresivos y proponen a la dieta mediterránea como la alternativa más recomendable
El Dia
la dieta meditarránea favorece la saludEl riesgo de padecer depresión es un 55% mayor en las personas obesas, mientras que el riesgo de obesidad aumenta en un 58% entre quienes tienen depresión, según datos que aporta la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Esta entidad señala que muchos de los episodios depresivos que sufren personas con obesidad se deben a que su exceso de peso les deprime.
Por su parte, las personas deprimidas sufren ansiedad, que a menudo se traduce en una necesidad imperiosa de comer. De hecho, algunas pueden ingerir más de 5.000 calorías en un atracón, subraya. La SEEDO explica que estas personas “buscan sentirse saciadas, por lo que comen muchos hidratos de carbono. En algunos casos, se produce una auténtica adicción a la comida con el fin de calmar la ansiedad, lo que puede derivar en obesidad”.

Esta organización pone de relieve la importancia de la nutrición en la prevención primaria de la depresión y defiende la dieta mediterránea como el patrón alimentario más recomendable. “La dieta mediterránea podría tener un papel preponderante en la prevención de la depresión”, sostiene Miguel Angel Martínez-González, miembro de la SEEDO. La dieta mediterránea se caracteriza por la abundancia de alimentos de origen vegetal como el pan, la pasta, el arroz, las verduras, las hortalizas, las legumbres, las frutas y los frutos secos. Además, se emplea el aceite de oliva como fuente principal de grasa; se da un consumo moderado de pescado, mariscos, aves de corral, productos lácteos y huevos; comprende, asimismo, la ingesta de pequeñas cantidades de carnes rojas y un aporte diario de vino, consumido generalmente durante las comidas, indica la Fundación Dieta Mediterránea.

Según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno mental frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. “Es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye, de forma muy importante, a la carga mundial de morbilidad”, añade. La OMS recalca que la depresión es distinta a las variaciones habituales del estado de ánimo y a las respuestas emocionales breves ante los problemas de la vida cotidiana. “Puede convertirse en un problema de salud serio, causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio”, destaca este organismo. Asimismo, la OMS precisa que la depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. A su vez, esta patología “puede generar más estrés y disfunción, empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión”, puntualiza.
Por su parte, el doctor Martínez-González recuerda que la depresión “puede conducir a hábitos dietéticos más pobres” lo que puede acabar derivando en un exceso de peso. “En este sentido, varios estudios indican que la incidencia de la obesidad es mayor en las clases más desfavorecidas porque comen menos carne y pescado, ingieren más cantidad de grasas poco saludables y realizan menos deporte”, refleja la SEEDO. De ahí la importancia de mejorar la educación en lo que a hábitos alimentarios se refiere pues, según indica esta entidad, “la prevención es el mejor tratamiento”.
No en vano, la psicoterapia cognitivo-conductual indicada para las personas obesas que sufren depresión se centra en enseñar pautas alimenticias, además de en mejorar la autoestima, ayudar a desarrollar habilidades sociales, favorecer la motivación para bajar de peso y dotarles de pautas para hacer ejercicio.

Más de la mitad de los trabajadores en España sufre obesidad o sobrepeso

La prevalencia es mayor entre los trabajadores varones de categorías manuales frente a los profesionales de tipo intelectual

ABC

trabajadores-sobrepesoMás del 50% de la población laboral en activo de nuestro país presenta sobrepeso u obesidad, según el estudio «Alta prevalencia de obesidad en una población laboral en España». Este análisis epidemiológico ha sido elaborado por la Sociedad de Prevención de Ibermutuamur y Lilly, en colaboración con el doctor Albert Goday, jefe de Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar de Barcelona y vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) a partir de una muestra de 1.336.055 chequeos médicos a trabajadores observados entre los años 2004 y 2007.

De acuerdo a los datos obtenidos en el estudio, la prevalencia de la obesidad en los trabajadores es mayor en hombres que en mujeres y se presenta en mayor medida entre los trabajadores de categorías manuales frente a los profesionales de tipo intelectual. En paralelo, el estudio concluye que la prevalencia de sobrepeso es también mayor en hombres que en mujeres y menor entre los trabajadores intelectuales frente a los que desempeñan una actividad manual.

Durante los cuatro años de estudio, la prevalencia de obesidad mostró además un aumento progresivo y paralelo en los trabajadores de ambas categorías. «Este incremento constante demanda promover programas de prevención temprana, tratamientos específicos, así como invertir en educación para reducir las fortísimas tasas de sobrepeso que asolan nuestro país. Este estudio proporciona una evidencia sólida sobre la magnitud del incremento de la obesidad en la población activa en España. Queda pendiente determinar sus causas», argumenta el doctor Goday.

«Debido a la estrecha relación entre obesidad y otras enfermedades tales como la diabetes tipo 2, hipertensión y dislipidemia, este estudio aportaría información adicional sobre la posible causa del incremento de la prevalencia de estas patologías en la población laboral activa, con el consecuente impacto socioeconómico en nuestro país», explica el doctor Jesús Reviriego, gerente médico de Lilly Diabetes España y coautor del estudio.

Abundantes son las investigaciones que establecen una estrecha relación entre el nivel de estudios de la población y el sobrepeso, demostrando la conexión inversamente proporcional entre ambas variables. «A menudo las personas con estudios están más capacitadas para cubrir mejor sus necesidades nutricionales escogiendo alimentos saludables en detrimento de aquellos que resultan perjudiciales para su salud», comenta el doctor Goday.

Pero la obesidad y el sobrepeso no sólo se asocian a un bajo nivel educativo, sino también, y de forma muy importante, al acelerado ritmo de vida de las sociedades actuales, según explica el doctor Goday «mientras que el nivel educativo de las clases sociales bajas, habitualmente, no les permite tener una cultura alimentaria adecuada, en las clases sociales altas es el ritmo de vida y la gran oferta de comidas preparadas que se consumen por falta de tiempo, lo que suele motivar el incremento del sobrepeso y la obesidad».

Partiendo de estas circunstancias, debemos saber que, tal y como asegura el vicepresidente de la SEEDO, «la estrategia más importante para prevenir la obesidad pasa por la modificación del estilo de vida desde edades tempranas; hábitos saludables que apuntan tanto a una alimentación sana y equilibrada, a la práctica de ejercicio físico, como a unos ritmos circadianos que aseguren un correcto balance energético». Se trata, por tanto, de disponer de una correcta educación alimentaria, una de las muchas parcelas que componen la educación integral y que contribuye a la promoción de la salud.

Nutricionistas alertan del riesgo del aumento de las raciones de alimentos

EFE/ El Norte de Castilla

Endocrinos y nutricionistas han alertado de que el aumento de las raciones y del contenido calórico y la falta de planificación detectada en los últimos supone un riesgo para la salud de los ciudadanos, al incrementar el índice de obesidad.

Por ello, la Sociedad Españolas para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y la de Endocrinología y Nutrición (SEEN) han diseñado «el plato ideal» con el objetivo de disminuir la obesidad y controlar el peso de los españoles.
Con motivo de la víspera del Día Nacional de la Persona Obesa se ha presentado esta guía de alimentos en la que se establecen las comidas y las cantidades adecuadas que se deben consumir y los alimentos que sólo deben tomarse de forma excepcional.
La doctora Irene Breton, miembro de la SEEN, ha señalado que la concienciación de la sociedad es fundamental, ya que «durante los últimos años ha aumentado el tamaño de las raciones, el contenido calórico y la falta de planificación».
«El plato ideal», campaña que tiene el propósito de llegar a la población con imágenes sencillas, recomienda el consumo de al menos dos raciones de verduras y hortalizas al día, tres piezas de fruta, y un 25 por ciento de cereales, legumbres y hortalizas del total de los alimentos consumidos en un día.
Tanto la SEEN como SEEDO recomiendan también un consumo moderado de carne, menos de seis veces a la semana, un mínimo de cuatro comidas con pescado, dos o tres con legumbres y de cuatro a seis huevos por semana para tener una dieta equilibrada.
El vicepresidente de SEEDO, Alberto Goday, ha explicado que las raciones de carne suelen ser superiores a las que se deberían ingerir, mientras que sería deseable comer más pescado, verdura y fruta.
La doctora Bretón, miembro de la SEEN, ha explicado que aunque la sociedad española no tenga el mismo nivel adquisitivo de hace unos años «hay alternativas para comer sano y barato con alimentos como el pollo o las legumbres»
«El consumo de huevos es una buena opción, son baratos y accesibles y buenos para equilibrar dietas para personas que no tengan que controlar el colesterol», ha señalado el vicepresidente de SEEDO, Alberto Goday.
Bretón también ha destacado que la planificación y distribuir los alimentos a lo largo del día es fundamental para hacer una buena dieta.
Respecto a la llegada de la navidad, Goday ha destacado que «se pueden hacer excepciones. Lo importante es lo que se come la mayor parte de los días del año, igual que no pasa nada por comer cinco días de más en Navidades, tampoco sirve para nada hacer diez días de dieta.»
Sin embargo, en una nota de prensa, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha explicado que a pesar de las excepciones de alimentos consumidos en Navidad para controlar el peso y el riesgo cardiovascular, se debe comer de forma adecuada los días no festivos y reducir las grasas malas, entre otras medidas. EFE

Estadísticas obesidad 2009

Con el motivo del Día Mundial de la lucha contra la obesidad, que se celebrado el 12 de Noviembre, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) publica este resumen de las estadísticas y datos relevantes sobre la obesidad en España y en el mundo, correspondientes para el año 2009.

Los niveles de obesidad en Europa, según la Oficina Estadística de la UE, Eurostat

Personas con sobrepeso u obesidad (>15 años) VARONES MUJERES
1.Alemania2.Reino Unido3.Malta

4.Grecia

5.Austria

6.Hungría

7.España

8.Bélgica

9.Países Bajos

10.Rumania

11.Francia

12.Letonia

13.Estonia

66,866,265,6

61,4

59,4

58,4

57,1

47,7

47,3

45,8

44,5

44,0

42,7

53,056,650,3

47,3

28,9

47,7

41,3

36,2

37,2

38,1

30,4

46,3

45,4

– La obesidad, sumada a otros factores como la falta de ejercicio, el alcoholismo, la hipertensión, el tabaco, el colesterol alto y la falta de consumo de frutas y verduras también, contribuye a que la vida de una persona se acorte hasta cinco años. La combinación de estos aspectos es responsable del 75% de las enfermedades cardiovasculares, la causa principal de muerte por enfermedad en el mundo, según el informe “Riesgos Globales de la Salud” de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

– Cada año los españoles acumulan un promedio de 400 gramos más. Esa estimación reflejada en el estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition Study) explica una buena parte del problema de sobrepeso que padece medio mundo, incluidos los países con problemas de desnutrición, y la mitad de la población española. De cuatrocientos en cuatrocientos, se acaba sumando siete y ocho kilos más entre los 30 y los 50 años.

– El 42,3% de los pacientes fallecidos por gripe A padecía obesidad grave, según ha informado la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).

– En Francia se puso en marcha hace años un programa para frenar la obesidad infantil llamado Epode que implicaba toda la vida familiar, escolar y social de los pequeños. Se ha logrado que no progrese el aumento de peso en los municipios donde se ha activado el programa, fomentando el deporte y la dieta variada, además de estimular el paso a pie de forma habitual.

– La crisis acentúa la obesidad infantil por un aumento de alimentos basura. Pizzas, hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas y bollería industrial son productos más baratos y asequibles que otros recomendados en la dieta mediterránea. Expertos constatan un incremento en el consumo de estos productos entre los pequeños debido al recorte del gasto familiar y a la falta de suficiente tiempo para preparar la comida en familias en los que los dos padres trabajan fuera.

–    Según el Ministerio de Sanidad de España, más de la mitad de los adultos tiene problemas de peso; en los menores este porcentaje alcanza ya el 25%; Cifras exactas del INE: El 53,4% de la población adulta y el 27,6% de la población infantil presenta sobrepeso u obesidad.

–    El 60,6% de los adultos realiza ejercicio físico en su tiempo libre. INE

–    El 11,2% de la población (9,3% de los hombres y 13,0% de las mujeres) sigue una dieta o régimen especial, ello es debido principalmente a problemas de salud o mantenimiento de peso. INE

–    Los motivos de la no realización de todo el ejercicio físico deseable para la población adulta son la falta de fuerza de voluntad y también la falta de tiempo. INE

–    484 productos conforman el carro de la compra modelo de los españoles; El 48,4% de la población de 16 y más años manifiesta consumir bebidas alcohólicas habitualmente, siendo la cerveza la más consumida. Entre los productos más consumidos de primera necesidad son los lácteos y los dulces. INE

–    40% de los españoles quieren adelgazar. Fuente: Antonio Villarino, vicepresidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca; 2008).

–    Los que padecen de sobrepeso y obesidad experimentan más problemas sexuales que las personas sin problemas de sobrepeso.