Tripa plana: cómo conseguirla sin hacer abdominales a diario

No beber líquido durante la comida, tomar proteínas antes de acostarte, dormir bien y reducir la sal y el azúcar se convierten en estrategias que funcionan según los expertos

Telva, por Clara Sánchez de Ron

Existen muchos mitos en torno a cómo conseguir una tripa plana como una tabla, algunos que puedes practicar a diario como ya te contábamos anteriormente y otros que puedes seguir religiosamente todos los días o aquellos en los que sientas esta zona más hinchada. Te damos seis trucos que seguro te funcionan para un vientre plano de la mano de los expertos y sin que te supongan un esfuerzo extra de ejercicios abdominales ni de tiempo.
Porque reconozcámoslo, la paciencia y resistencia para disolver la grasa de nuestro vientre a veces se evapora antes de que veamos los resultados esperados. Sin embargo, nos hemos puesto en contacto con siete expertos para analizar los mejores hábitos para perezosas que puedes adoptar para poner fin a la grasa abdominal (sin trabajar demasiado ni acabar exhausta).

NO BEBAS AGUA NI LÍQUIDO CON LA COMIDA

Aunque parece un mito, no beber agua durante la comida mejora el estado de tu estómago. «Es correcto beber agua durante las comidas para aliviar la sed pero es cierto que grandes cantidades de agua mientras comemos potencian la distensión abdominal aumentando éste de volumen. El cambio estético es mínimo (2-3 cm) pero la persona se siente hinchada e incómoda», nos asegura Itziar Digón, experta en nutrición y mindful eating.

«Durante la comida, nunca jamás se debe beber agua porque los jugos gástricos durante la digestión necesitan ser para ser efectivos estar muy concentrados y tienen que nadar entre el agua o el líquido y tienen que trabajar el doble porque están digiriendo la comida y sobre todo, tomar agua del tiempo en lugar de agua fría», nos cuenta la nutricionista Patricia Pérez .

Porque aunque es importante mantenerse hidratada durante todo el día, no bebas durante la comida para mantener tu digestión sin problemas ni obstáculos y un vientre plano y sin molestias.

TOMA PROTEÍNAS JUSTO ANTES DE ACOSTARTE

Las proteínas son claves a la hora de que el abdomen se mantenga en su sitio a la hora de cenar porque deben ser el aporte principal que realicemos en nuestro organismo mientras dormimos, ya que son las que ayudan a la recuperación y reestructuración de nuestro organismo sin aportar exceso de calorías y energía. «Si, además, queremos adelgazar o tener un vientre plano, deberíamos centrarnos en pescados (como el salmón y la merluza), pollo o pavo, purés de verduras, y alguna receta como tortilla francesa o huevo duro que aporta las proteínas y los nutrientes del huevo sin añadir la grasa del huevo frito», nos cuenta Mar Mira, de la Clinica Mira + Cueto.

Otro de los menús para una tripa plana a la hora de cenar nos lo da la doctora Mª Ángeles López Marín, nutricionista y Directora del Centro Médico Rusiñol: un emperador a la plancha con unos espárragos verdes rehogados con aceite de oliva y ajo y un yogurt desnatado natural que puedes endulzar con sacarina.

Además está demostrado que la cena con proteínas antes de acostarte aumenta tu metabolismo a la mañana siguiente y a ayuda a reparar tu cuerpo más efectivamente mientras duermes.

COME PROTEÍNAS CUANDO TE LEVANTES

De la misma manera en que debes terminar tu día con proteínas para ayudar a tu cuerpo a recuperarse durante la noche, empieza el día de la misma forma con un desayuno rico en proteínas para acelerar tu metabolismo aún más y ganar energía. Se ha demostrado que la proteína es termogénica, lo que significa que te hace quemar grasa. Encender el motor para quemar grasa a primera hora de la mañana mantiene tu metabolismo activo durante el resto del día.

Andrea Marqués, nutricionista y dietista del IMEO recomienda un desayuno compuesto por una bebida vegetal sin azúcar añadido o lácteo semidesnatado y dos tostadas de centeno con aceite de oliva, tomate y jamón serrano.

BEBER INFUSIONES DE JENGIBRE Y DE HIERBAS DIURÉTICAS

El jengibre es la estrella y es un excelente remedio para aliviar las digestiones.«Sólo tienes que añadir dos rodajitas de este rizoma, una de naranja y una de limón en una taza y aplastar muy bien con una cucharilla. Sobre ello, verter agua muy caliente y agregar una cucharadita de miel, una infusión perfecta para tomar después de comer», señala el doctor Gonzalo Guerra Flecha, especialista en digestivo y fundador del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas. ¿El motivo? La miel es un prebiótico que viene muy bien a nuestra flora intestinal y la infusión es un depurante del hígado que favorece la digestión y es antioxidante, además de anticolesterol.

TOMA MÁS ALIMENTOS PROBIÓTICOS

Di siempre sí a los yogures y al kéfir o la kombucha y otros alimentos fermentados porque «estos probióticos son unos excelentes reguladores del tránsito intestinal, reducen la sensación de hinchazón y su ingesta ayuda a prevenir y disminuir la incidencia de enfermedades infecciosas gastrointestinales. «Además, durante y después de un tratamiento con antibióticos, previenen la aparición de diarreas asociadas al uso de medicamentos», apunta el doctor Gonzalo Guerra Flecha, especialista en digestivo y fundador del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.

MANTÉN A RAYA CIERTOS ALIMENTOS CON MUCHA SAL, AZÚCAR Y QUE CAUSAN HINCHAZÓN

A menudo no somos conscientes de la sal que consumimos, la mayoría procedente de alimentos procesados o de condimentos. «Para reducir el consumo de sal elige productos con menor contenido en sodio, reduce el consumo de aperitivos salados y evita añadir sal o salsas saladas como la soja a la hora de cocinar», recomienda el doctor Rubén Bravo, portavoz del IMEO y experto en nutrición.

A la hora de comer, un truco sencillo es no poner sal en la mesa o sustituirla por especias para dar más sabor a los platos, incluso puedes añadirles verduras con fibra salteadas, que te ayudarán a incrementar el consumo de potasio.

DUERME MÁS Y MEJOR

El truco no menos importante para mantener tu tripa a raya es dormir a pierna suelta y a veces, si no notas que pierdas grasa abdominal puede ser por este motivo. Y es que un estudio de la Universidad de Chicago ha demostrado que mientras se hace dieta o se quiere perder grasa abdominal , dormir 8,5 horas seguidas por la noche hace que se pierda más cantidad de grasa.

Dormir poco o mal hace que aumenten los niveles de grelina, una hormona que estimula el hambre, y disminuye los de leptina, que indica al cuerpo satisfacción al comer. Por lo tanto, la falta de un sueño adecuado lleva a desear comidas con más cantidad de grasa y carbohidratos. También aumenta el cansancio del día a día, por lo que además de acabar comiendo más y peor, también se tiende a hacer menos ejercicio.

NO COMAS A TODAS HORAS

Si eres de las que desde el momento en que te despiertas hasta que te vas a la cama estás comiendo o ingiriendo más calorías de la cuenta, aumentarás tu grasa abdominal. Si deseas perderla, intenta un ayuno intermitente como recomienda el experto en nutrición y fitness, Edgar Barrionuevo. Un ejemplo de ello es comer durante ocho horas durante el día y ayunar durante las otras 16 horas para permitir a tu cuerpo utilizar las reservas de grasa para perder tripa.

Te cuidas, pero te sobran kilos: aquí puede estar la razón (y no lo sabías)

Los errores que cometes

Mujer.es, por Piluca Santos

– Que te sobre algo de peso no es preocupante, el problema surge cuando se va acumulando. Y no, no desaparece por arte de magia.
– Rubén Bravo, experto en el tema y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, nos da algunos consejos para lograrlo.
BasculaNo comes entre horas, intentes ir andando a todos los sitios, subes las escaleras a pie con esfuerzo y sin quejarte, pero aún así la báscula no baja. Tener unos kilos de más no es preocupante, el problema surge cuando ese peso se va acumulando con el paso de los años y, sí, no desaparecen por arte de magia. ¡Por mucho que lo desees y te encomiendes a Zeus!

La OMS prevé que en tan solo 15 años 7 millones de personas perderán la vida a causa de enfermedades no transmisibles, debido a factores de riesgo comportamentales y físicos como el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad. Las previsiones para la próxima década son devastadoras: dos de cada tres personas serán obesas.

«Las personas severamente obesas viven 10 años menos que las que tienen un peso normal y que cada 15 kilos extras aumentan el riesgo de muerte temprana en un 30 por ciento», señala Rubén Bravo, experto en el tema y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad.

Los cuatro errores que cometes:

1. Los alimentos tramposos

¿Sueles leer la etiqueta con la información nutricional de cada producto que entra en vuestra cesta de compra? Si te fijas,casi todo contiene azúcar. Por ejemplo, una loncha de pavo de 0% grasa tiene 0,5 gr de azúcar, igual que una tostada de pan; 100 gramos de salchichas de pavo 1,8gr; un yogur desnatado, 4gr; 45gr de cereales, 14gr; una barra de chocolate infantil de 100gr contiene 55gr de azúcar…

Según la OMS consumimos más azúcar de lo que debemos, que no debe aportar más del 10% de las calorías diarias, es decir, 50gr para los adultos y hasta 37gr para los niños, aunque por el bien de la salud, los expertos recomiendan no sobrepasar los 25gr. «Esta cantidad equivale a 6 cucharaditas de azúcar contenidas en una lata de refresco endulzado», apunta Bravo. Los alimentos envasados son trampa.

2. Moverse poco, trabajar demasiado, cenar tarde…

«No se trata de un concepto abstracto, sino de la suma de una serie de hábitos o condiciones que, a la larga conducen a obesidad», apunta el experto. En España, además, tenemos el inconveniente de una jornada laboral muy poco saludable -con horarios partidos de 9 a 14 y de 15 a 20 horas- y cenas muy tardías que difícilmente encajan en un estilo de vida saludable.

Es un error pensar que la obesidad es cosa de amas de casa o personas en el paro. Un estudio epidemiológico apunta que más de la mitad de los trabajadores del estado español sufren sobrepeso u obesidad. Está demostrado que jornadas laborales excesivamente largas fomentan la depresión, el estrés y el mal dormir, además de aumentar el 60% el riesgo de sufrir un padecimiento cardiaco.

Dormir menos de 7 horas o tener sueño de poca calidad es otro factor que tiene relación directa con la obesidad. Por un lado, afecta los niveles de energía a lo largo del día, incide en la falta de ganas para hacer ejercicio y nos induce a comer ciertos alimentos, como café, dulces o hidratos de carbono, porque nos proporcionan energía rápida, aunque temporal. Por otro lado, la falta de sueño relentece el metabolismo y aumenta los niveles de ghrelina, hormona que no sólo estimula el apetito, sino que también favorece la acumulación de lípidos en forma de grasa visceral, aquella que se sitúa en la zona abdominal y tiene más riesgo cardiovascular.

«Debemos apostar por realizar cambios que nos permitan llevar una vida saludable, con una alimentación adecuada y actividad física diaria -preferiblemente por la mañana, porque el ejercicio a primera hora activa el metabolismo y ayuda a quemar más calorías a lo largo de la jornada-; esto nos ayudará a lograr un bienestar emocional sin ansiedad, ni estrés», resume Bravo. La actividad física recomendada por la OMS para adultos de 18 a 64 años es entre 2,5 horas y 5 horas semanales (ejercicios aeróbicos, de intensidad moderada).

3. Hacer dieta sin ayuda de un profesional  

Cuando hay un problema de salud tenemos que acudir a un profesional porque solo así evitaremos el temido efecto rebote. «Con la ayuda de la tecnología médica podemos determinar con precisión las hormonas del paciente, su estado emocional, sus hábitos alimenticios, su metabolismo basal y hasta sus polimorfismos genéticos, es decir las mutaciones en los genes relacionados con obesidad, todo esto nos permite proponer recomendaciones dietéticas adecuadas a cada individuo», nos recuerda el doctor.

4. No cocinar por pereza y comer fuera

Cuanto menos elaborado esté un producto, más sano es y, por lo tanto, menos calorías tendrá. Si comes fuera, aunque intentes escoger lo más ligero del menú, siempre será más graso que lo que te puedas preparar el casa, lo mismo ocurre con los alimentos preparados que venden en los supermercados, con conservantes y a veces también colorantes, no suelen contener aceite de buena calidad.

Ranking de las diez bebidas más nutritivas y menos calóricas de IMEO

El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) publica un ranking de las bebidas más saludables para disfrutar del verano sin temor a los kilos de más.

te con hielo y limon1.  Te con hielo y una rajita de limón
Es una opción saludable y muy refrescante acalórica que aporta las propiedades antioxidantes y todos los compuestos beneficiosos del té verde.

200 ml/ vaso  0 Kcal.

zumo de tomate2.  Zumo de tomate comercial
Es una bebida baja en calorías en la que encontramos vitaminas con importantes funciones anticancerígenas, como los taninos y, además nos ayuda a proteger nuestra piel del sol por su contenido en carotenos.

200 ml/ vaso 28 Kcal.

clara con cerveza3.  Clara con gaseosa
Podemos rebajar las calorías de nuestra cerveza combinándola con gaseosa, un refresco acalórico. A la vez obtenemos todos los beneficios del consumo moderado de cerveza, bebida diurética, rica en potasio, vitaminas del grupo B y antioxidante.

175 ml/ caña  32,1 Kcal.

clara4.  Clara con limón
Nos aporta las mismas calorías por 100 gr que una cerveza, siendo su composición en azúcares simples más elevada. Con efecto refrescante, ideal para terrazas en los meses de calor. Consumirlo con moderación.

175 ml/ caña 77,1 Kcal.

Vin 0135.  Vino tinto
El vino tinto es una bebida cuyo consumo moderado tiene efectos muy beneficiosos para nuestra salud cardiovascular, además de favorecer el descanso, si se toma en la cena.

125 ml/ copa  88,37 Kcal.

tónica6.  Tónica
Aunque no es una bebida baja en calorías, es refrescante y por su composición favorece la digestión. Hay que tomarla con moderación, ya que su aporte energético es elevado.

250ml/ vaso 92 Kcal.

zumo de melocotón7.  Zumo de melocotón comercial
Rica en azúcares y no tanto en vitaminas y minerales, a pesar de la creencia de ser una de las opciones más saludables. En caso de optar por un zumo elegir el zumo natural.

200 ml/ vaso 94,2 Kcal.

cola8.  Bebida de cola
Bebida con alto poder refrescante e hidratante, mejora nuestra atención ante un largo viaje por su contenido de cafeína. Pero ¡ojo con las calorías!

250 ml/ vaso 108,5 Kcal.

gin tonic9.  Gin tonic
Últimamente el consumo de gin tonic ha ganado muchos adeptos. Es el combinado menos calórico, aunque hemos de dejar su consumo para ocasiones especiales ya que su graduación y calorías son elevadas.

250 ml/ vaso 184,1 Kcal.

ron con coca cola10.  Ron con cola
Sus más de 200 calorías por consumición hacen de él uno de los combinados más calóricos. Su alto consumo puede arruinar nuestros esfuerzos de cuidar la línea, ¡cuidado!

250ml/ vaso 204 Kcal.