Acaba con los problemas de peso y el estrés con este Diagnóstico y Tratamiento de la Ansiedad

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¿Comes sin hambre? ¿Se te cae mucho el pelo? ¿Te cuesta conciliar el sueño? Gana calidad de vida con este tratamiento que ahora puedes conseguir por tan solo 89 euros, con un 84% de descuento ahorrando 451 euros (el precio completo sin la promoción es de 540 euros).  Oferta válida hasta el 6 de febrero del año 2013.

¿Dónde? En pleno centro de Madrid, en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), c/ Rodríguez San Pedro 21. Tle.: 902 10 40 50,  91 745 19 76.   

¿En qué consiste? El tratamiento consiste en 6 sesiones donde combinan biomoléculas de ozono y biorresonancia para ayudarte a controlar tu ansiedad y estrés.

¿Para quién está indicado? Es recomendado para personas con problemas de insomnio, trastornos de ansiedad y/o estrés, sensación de nerviosismo y cansancio y problemas de obesidad o sobrepeso. 

El estrés y la ansiedad tienen un gran desgaste psicológico en nuestro organismo, que no sólo repercute en nosotros mentalmente y emocionalmente, sino también físicamente. Con este plan de 540€ por sólo 89€, te planteamos un estudio donde analizarán tu actividad emocional para que un especialista te explique al detalle los resultados y te realice una serie de recomendaciones naturales para mejorar tu equilibrio emocional. No necesita de extracción de sangre.

Condiciones

– El plan incluye un diagnostico y tratamiento de la ansiedad (6 sesiones, 45 min aprox/sesión).
– El tratamiento consta de: estudio de actividad cerebral/emocional por electroimpedancia Sistémica EIS, 3 sesiones de Biomoléculas de Ozono (Ozonithy), 3 sesiones de control de la Ansiedad por Biorresonancia MedTronick y una consulta con un especialista en Homeopatía y Suplementación Ortomolecular.
– Horario: de lunes a jueves de 11h a 20h. Viernes de 11h a 13h. Cerrado por vacaciones del 13 al 19 de Agosto.
– Compra máximo 1 plan para ti y regala tantos como quieras.
– Caducidad del plan: 6 de febrero de 2013.

¿Cómo comprar el plan? Desde este link de Lets Bonus:
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Los niños obesos tendrán a los 30 años patologías propias de los ancianos

Noticia de Agencia EFE – 12/11/2009

La obesidad infantil está adelantando a los treinta años patologías que antes eran propias de los ancianos, una situación que, según los expertos, debería hacer reaccionar a todos los agentes que intervienen en la alimentación de los niños, porque éste es un problema social que no sólo atañe a los padres.

El Día Mundial contra la Obesidad, que se celebra este jueves, coincide con el debate social abierto en España por la retirada de la tutela a los padres de un menor de nueve años que pesa 70 kilos.

La doctora Elisa Blázquez, especializada en Nutrición Humana y Dietética del Instituto Europeo de la Obesidad, ha declarado a EFE que aunque los padres son los principales responsables de trasmitir hábitos saludables a sus hijos, no depende sólo de ellos el poner fin al sobrepeso que afecta a casi el 28 por ciento de los niños españoles y a más de la mitad de los adultos.

«Sin lugar a dudas el entorno familiar es imprescindible cuando hablamos de una correcta educación nutricional, pero no debemos olvidar que un niño pasa más de la mitad del día en el colegio», ha comentado.

En un mundo industrializado, ha proseguido, es difícil controlar todo aquello que el niño va a observar y aprender en los medios, y un padre o tutor tampoco puede aislar al menor de su entorno.

Por esta razón, ha hecho hincapié en que debería existir una reglamentación «mucho más poderosa» que controle toda la información engañosa que los niños reciben cada día sobre materia nutricional.

Además de la muerte, el sobrepeso propicia enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, el exceso de colesterol, los infartos cerebrales, los problemas cardiacos y el cáncer.

Alicia Gordillo, doctora en Ciencias Biológicas y especialista en Nutrición y Obesidad, ha apuntado que en una persona obesa, más especialmente si lo ha sido desde la infancia, aumenta por tres la probabilidad de desarrollar cáncer de colón; por cuatro, artritis; por cinco, un problema cardiaco y, por ocho, diabetes del tipo II.

Otras dolencias derivadas del exceso de peso serían la artritis y los problemas respiratorios, ha apuntado Gordillo, quien ha recordado que el 42,3 por ciento de los fallecidos por gripe A padecía obesidad grave.

Sin olvidar que uno de cada doce españoles muere por causa del exceso de peso, la doctora ha destacado que se estima que la obesidad puede acortar la vida hasta diez años.

El porcentaje de la obesidad infantil ha aumentado un 35 por ciento en la última década, un porcentaje alarmante que no se justifica por una posible predisposición genética.

Hoy en día los niños pasan más horas del día viendo la televisión, y los juegos que más les gustan son en soporte audiovisual. Según datos del INE, un 17 por ciento de los niños y un 21,9 por ciento de las niñas no hacen ejercicio en su tiempo libre.

Además, existe un consumo excesivo de alimentos manufacturados -comida rápida, golosinas, refrescos y bollería industrial- que están al alcance de los menores por su bajo coste y fácil acceso en los centros comerciales, zonas de ocio y los colegios.

A este abuso de alimentos poco saludables se suma la falta de un patrón de consumo organizado, dado que una gran cantidad de niños no desayunan, están acostumbrados a picotear y no comen en familia.

La nutricionista ha resaltado que «en el mundo en el que vivimos y en el que viven nuestros hijos las prohibiciones son difíciles y pueden incluso ser un arma de doble filo y generar rebeldía».

Blázquez ha incidido en que para que un niño adquiera unos valores determinados es determinante que viva en un entorno en el que tenga la capacidad de experimentar qué es una vida saludable.

Los pequeños tienen que recibir un mensaje coherente: «si una madre dice a su hijo que tiene que comer verdura y ella nunca la prueba, el niño no comprenderá por qué el sí la debe tomar y ella no».

Ha explicado que los menores con problemas de peso suelen tener un patrón de estilo de vida mal estructurado, que, a menudo, viene condicionado por unos malos hábitos de los padres.

En otras ocasiones, menos frecuentes, los progenitores pueden llevar un estilo de vida saludable pero no se hacen responsables de la educación nutricional de sus hijos, dejándoles comer a su antojo y poniendo a su alcance todo aquello que más les agrada.

«A menudo son niños que han tenido siempre lo que han querido, con falta de madurez e incapacidad de tomar decisiones por sí mismos», ha lamentado.

Esta elevada permisividad de sus tutores, ha sentenciado la experta, les lleva a tener una baja autoestima e incluso una falta de percepción de la realidad.

Noticia de Agencia EFE, 12 de Noviembre 2009, Madrid

Educa tu hijo a comer bien

«Muchas veces, son los padres que necesitan recibir educación sobre los alimentos», asegura Carmen Arribas, coordinadora de obesidad infantil del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), ya que «a menudo preguntan a sus hijos qué quieren comer, en vez de elegir ellos cual va a ser su comida, o sustituyen la fruta por un zumo envasado, o se pasan en las meriendas blandas, los cereales azucarados y los lácteos». Las prácticas alimentarias que se llevan a cabo en el colegio también juegan un papel importante. Si estas fuesen impropias (menú escolar, maquinas dispensadoras de comestibles, etc), los padres deberían actuar y proponer cambios a la institución con el fin de modificarlas.
Escuchar la entrevista en La tarde en vivo de Radio 5.

Educar a comer empieza desde el colegio y en casa

· Según una encuesta realizada por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad, los niños en edad preescolar son los que más atraídos se sienten por la comida basura, la tele y los videojuegos.

· Un dato aliviador es que en verano los niños son más activos físicamente y pasan más tiempo jugando al aire libre.

En plena época de verano que para muchas familias coincide con el período vacacional, un equipo de nutricionistas del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ha visitado escolares de Madrid para “medir” hasta qué punto los más pequeños conocen las bases de tener una comida sana. El encuentro, que reunió especialistas del centro, educadores y monitores deportivos se celebró durante la semana pasada en el campamento urbano Trotacosmos II, organizado por la asociación ABE Cirilo y Metodio y subvencionado por la Consejería de Empleo, Mujer e Inmigración de la Comunidad de Madrid.

Durante la jornada, que transcurrió con juegos lúdicos al aire libre, un taller de nutrición infantil y degustación de un menú avalado por IMEO, se realizó una encuesta sobre aquellos hábitos de los niños que guardan relación con la comida, las actividades físicas y las alternativas de ocio menos saludable.

En el estudio participaron 55 niños, entre 4 y 11 años de edad. Se les realizaron 4 sencillas preguntas: cuántas horas el niño dedica su tiempo ante la pantalla, cuántas horas pasa jugando en la calle o haciendo actividades deportivas, cuántas raciones de frutas y verduras come al día, si consume y con qué frecuencia bollos, chucherías, pizza, hamburguesas, patatas fritas, chocolate o refrescos.

La mayor parte de los niños que han participado en la encuesta son de edad preescolar y tienen entre 4 y 6 años. De este grupo, compuesto por 30 menores, 16 son chicas y 14 chicos. El resto de los niños, 25 en total, tienen entre 7 y 11 años de edad, predominando levemente las chicas (15) ante los chicos (10).

Los datos de la encuesta revelan que los menores pasan una media de 2 horas y 13 minutos al día frente el ordenador, viendo televisión o jugando con la videoconsola. Los padres deberían de tener especial cuidado con este tipo de actividades que puedan resultar adictivas y conducir en un futuro a obesidad. “Por esta razón, la tele, el ordenador y los videojuegos ocupan el ápice de la pirámide de actividades que un niño podría practicar sólo de forma ocasional, sin superar las dos horas semanales”, resume Rubén Bravo, especialista en nutrición infantil.

Según los resultados, los más pequeños, de entre 4 y 6 años de edad, son los que más atraídos se sienten por estas actividades. En sus respuestas, 1/3 parte de ellos indican que pasan 4 – 5 horas a diario ante la pantalla. Es un momento clave en la educación de los hijos, cuando se crean los saludables hábitos. “Los padres tendrían que implicar más a sus hijos en actividades tan sencillas, como ayudar en casa, hacer la compra, sacar el perro, utilizar las escaleras en vez del ascensor, organizar excursiones en bici o paseos en el parque”, insiste Bravo.

Un dato aliviador es que en época de verano, cuando no van a la escuela,  los menores son más activos físicamente y dedican más tiempo a jugar con sus amigos en la calle, hacer deportes o actividades en grupo (una media de 2 horas y 46 minutos al día).

Según la encuesta, la toma diaria de frutas y verduras de los niños ronda entre 2 y 3 raciones. Los que más se acercan al número ideal (5), recomendado por nutricionistas,  tienen entre 7 y 11 años de edad y una base de cultura nutricional.

Lo que respecta las comidas poco saludables –bollería industrial, golosinas, pizza, hamburguesa, chips, chocolate y refrescos–, todos los niños reconocen tenerlas a su alcance y consumirlas entre una y dos veces al día. Los que más pecan en este sentido, son de nuevo los más pequeños, en edad preescolar que sienten un especial atractivo hacia este tipo de comida. “El consumo de estos alimentos debe limitarse a  dos veces por semana –recuerdan del IMEO–, siendo tolerados de forma ocasional y no utilizados como premio de buena conducta”. Los padres a menudo se equivocan a la hora de preparar el desayuno y la merienda para sus pequeños. Los errores más comunes se cometen al sustituir la fruta por zumos envasados, abusar de cereales azucarados o chocolateados en el desayuno, montar meriendas blandas con pan de molde y bollería. 

Para que un niño crezca sano, no deben faltar en su menú diario:

·  5 raciones de fruta, verduras u hortalizas
·  4 raciones de cereales, pan, pasta, arroz, legumbres o patatas
·  2 raciones de pescado, huevos, carnes o lácteos
·  2 raciones de grasas saludables como frutos secos o aceite de oliva