¿Cuánto engorda el alcohol?

 Acabamos con la duda que os reconcome todos los fines de semana cuando tomáis una copa

Reista GQ / por David López Palomo

Seguramente algún fin de semana, mientras bebías una copa de terraceo, te has preguntado: «¿Cuánto engorda el ron-cola que me estoy bebiendo?». De hecho, es muy probable que alguno de tus amigos listillos se haya lanzado a sentar cátedra sobre la relación entre el consumo de alcohol y la grasa que acumulamos: «Cené cerveza durante un mes y perdí siete kilos». Cuidado.

Pues bien, para que nadie se lleve a engaño, le hemos pedido a Rubén Bravo (especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad) que nos explique cuál es la bebida que más calorías tiene, cómo afecta a nuestro cuerpo y de qué manera se puede eliminar lo acumulado durante la noche del sábado.

Empecemos pues por lo primero: lo que más engorda son los licores dulces (383 kcal), seguidos del whisky y el ron (244 kcal ambos); el coñac (243 kcal), el aguardiente (222 kcal), el vino blanco (85 kcal), el rosado (74 kcal) y por último el tinto y el cava (65 kcal ambos). Un escalón por debajo estarían la cerveza, el vino seco y la sidra, que son las que menos alcohol tienen y por tanto menos calorías aportan (todos los datos corresponden a consumos de 100 ml). Para que os hagáis una idea el cuerpo necesita entre 2.000 y 2.500 calorías al día (no confundir con Kcal).

Explicado esto, la otra gran pregunta que cabe hacerse es: ¿por qué engorda tanto? Pues bien, el alcohol, por su alto valor calórico,nos hace recibir muchísima energía de golpe. Una energía que, según explica Rubén Bravo, «si no quemamos en las horas próximas a la ingesta se almacena rápidamente en forma de grasa. A esto hay que añadirle que las espirituosas normalmente se mezclan con bebidas carbonatadas que contienen gas y azucar; y además por la noche, que, para más INRI, es cuando nuestro cuerpo necesita menos energía.”.

Por menorizando el tema de los refrescos, una Coca-Cola o una Fanta tienen unas 110 calorías por cada 100 ml. Es decir, mucho más que el vino rosado o el blanco, pero menos que el whisky o el ron. «El problema de muchas de estas bebidas, entre las que se incluyen las light y las zero, es que muchas llevan cafeína, teína o taurina, que obligan a crear insulina; y por lo tanto aceleran en un 32% la velocidad en que el hidrato se convierte en grasa», ratifica el nutricionista del Instituto Médico Europeo de Obesidad (IMEO).

Además, este tipo de grasas son muy perjudiciales para el cuerpo humano. Rubén Bravo las denomina grasa visceral: «Son de alto riesgo para la salud porque generan un continuó bombeo de sustancias tóxicas en el torrente sanguíneo, lo que se traduce en que pueden provocar enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, colesterol e incluso algunos tipos de cáncer».

En última instancia y siempre con precaución, la única forma de eliminarlas es haciendo deporte. Para acabar con este tipo de grasas que rodean a los órganos internos del cuerpo deberíamos llevar una dieta adecuada y hacer ejercicio (subir cuestas, nadar o correr) al menos cuatro días a la semana.

Para acabar, acabemos con una cita resumen de Bravo que sirva para ser recordada a la hora de beber: «Consume alcohol con moderación, despacio, disfrutando e intentando no mezclarlo con bebidas que contengan demasiada azúcar». Palabra de un nutricionista.

Rubén Bravo de IMEO en ABC radio: Cómo comer en verano de forma saludable

La pregunta que se hacen muchos veraneantes hoy es qué y cómo comer en los días de tantísima calor en verano. Por un lado están las vacaciones y los placeres –entre ellos el de comer—que no queremos renunciar, por otro lado está la conciencia que nos indica “que no todo vale”, si queremos seguir teniendo un cuerpo en su punto de peso saludable.
En este programa Queremos hablar de ABC Radio, Rubén Bravo, especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) nos revela el secreto de disfrutar de una buena comida en un chiringuito, sin que esto nos pase factura en materia de sobrepeso.

“La cerveza es una excelente proteína, pero no hay que abusar de las cantidades, ni mucho menos acompañarla con tapas elaboradas a base de pan y mayonesa”, explica el especialista.  Una copa de tinto por la noche va bien, ya que entre otras cosas nos desestresa, son sólo algunos de los consejos nutricionales que podemos poner de inmediato en práctica para disfrutar de lo que nos queda de verano.

Para escuchar las dos partes del programa, pulsa PLAY.

¿Es saludable la tapa?

¿Son buenas las tapas? ¿Sabemos cuántos calorías aportan? En este programa los reporteros de +Gente de TVE se han propuesto averiguar qué hay detrás de esta costumbre española, llevándose de tapas por Madrid Rubén Bravo, especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Cuenta la historia que durante su visita en el Cádiz, Alfonso XIII pidió un vino de Jerez. Para que no entrara arena en su copa el mesonero la tapó con una loncha de jamón. ¿Desde entonces quién no acompaña con una tapa este hábito tan castizo? No hay que tener miedo a la tapa, ya que su aporte calórico es mínimo -suelen variar entre 50 y 100 calorías por unidad-, siempre y cuando controlamos las cantidades, coinciden los especialistas. En el caso de las mujeres el consumo calórico es entre 1300 y 1400 Kilocalorías, mientras en el caso de los hombres este mismo varía entre 1500 y 1800 Kcal.

Las tapas de verduras frescas y mariscos son la mejor opción, ya que nos aportan nutrientes necesarios y son ricos en Omega 3. A diferencia, se recomienda evitar las tapas de pan y mayonesa o los fritos. Si nos tendríamos que guiar por alguna regla general, sería «utilizar los hidratos de carbono en la cerveza y el vino tinto y las proteínas en las tapas», recomienda Bravo.

Por el día es mejor acompañas la tapa con cerveza, ya que nos abre el apetito y por la noche es mejor tomar la tapa con una copa de vino tinto. La cerveza natural es preferible ante las marcas comerciales, ya que aporta más nutrientes. Si tomamos una bebida y 3,4 tapas habremos comido o llegaremos con menos hambre a la comida principal.

Fuente: + Gente, TVE

Hamburguesas de laboratorio

La primera ración de carne sintética costará 250.000 euros, según sus creadores

Fuentes: la Sexta / El Público 

La primera hamburguesa sintética preparada en la asepsia de un laboratorio estará lista este otoño, según el investigador holandés Mark Post. El equipo de este experto de la Universidad de Maastricht (Holanda) es uno de los más adelantados en crear filetes, salchichas y hamburguesas sintéticas a base de células madre que estarían libres de infecciones, añadidos indeseables y emisiones de CO2 asociadas a la ganadería actual. Desde hace unos años, la carne de probeta es uno de los productos más esperados por los grupos animalistas, hasta el punto que uno de ellos (PETA) ofrece un millón de dólares al grupo que logre la primera pechuga de pollo artificial.

«En octubre tendremos una prueba de concepto para demostrar que podemos hacer un producto con aspecto, textura y sabor a carne y que ha sido desarrollado con métodos in vitro, a base de células madre», ha explicado Post durante el congreso de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, que se celebró hasta ayer en Vancouver (Canadá).

Por ahora, las hamburguesas de Post no dan ni para un canapé. Se trata de tiras blanquecinas de unos dos centímetros de largo hechas con células de músculo de vaca. Post no las ha probado, pero sí lo hizo un periodista de la televisión rusa que dijo que el plato era «masticable e insípido», según explicó el investigador a Nature. Post quiere ahora mezclar sus hilillos de vacuno con grasa y sangre para hacerlos más apetecibles y voluminosos. Sus estudios, que han sido financiados por el Gobierno holandés y la marca de salchichas Stegeman, van dirigidos a crear filetes artificiales que, de media, necesitarían un 40% menos de gasto que el bistec corriente. Por el momento se trata sólo de un sueño, ya que la primera hamburguesa de Post habrá costado 250.000 euros.

«Veo complicado que pueda crearla en octubre, pero supongo que usando por ejemplo un 15% de carne y el resto grasa y agua no sería una idea tan loca», explica a este diario Manuel Salmerón-Sánchez, subdirector del Centro de Biomateriales e Ingeniería Tisular de la Universidad Politécnica de Valencia. Salmerón-Sánchez explica que las técnicas que usa Post son muy parecidas a las que usan otros investigadores que intentan generar cartílago, músculo y otros tejidos humanos para curar enfermedades. La de la carne sintética se trata de «una aplicación más inmediata y que podría llegar a ser competitiva», detalla el investigador. «Yo me comería esta hamburguesa más tranquilo que la de una vaca actual», asegura.

Los errores más comunes a la hora de hacer deporte, cuando el objetivo es adelgazar

Después del verano, como ya es costumbre, estamos presenciando un fenómeno social: una exagerada migración hacia los gimnasios, donde mucha gente se machaca para adelgazar, en la mayoría de los casos sin resultado. Tras fracasar en el intento, muchos se preguntan qué hacen de mal y por qué, pese los esfuerzos, el sobrepeso y la obesidad permanece.

Ángel Nogueira, especialista en nutrición humana y dietética del Instituto Médico Europeo de la Obesidad ha pasado 17 años de su vida laboral literalmente en los gimnasios, trabajando como monitor y entrenador personal. Con su profesional ayuda, intentamos entender por qué a veces  machacarse en el gimnasio no da resultados.

– ¿Cuáles son los errores más comunes a la hora de realizar actividades deportivas cometidas por personas con sobrepeso u obesidad?

El ejercicio físico con todos sus beneficios y adaptaciones fisiológicas es algo que se adquiere con el tiempo, es decir, para que haya una adaptación con la consiguiente mejora, se debe realizar con frecuencia. El ejercicio es más efectivo cuando se practica poco tiempo al día, muchas veces a la semana, que mucho tiempo 1 vez a la semana.

El error más común por excelencia es intentar hacer en dos días lo que no se hecho en mucho tiempo, en años, e incluso nunca. Antes y después del verano o navidades, las  personas que han cogido algunos kilos de más, ponen su organismo a prueba con el fin de retroceder hasta su peso ideal o adelgazar. Como en un mes no se consiguen los objetivos, se abandona la práctica deportiva. Se suele empezar con muchas ganas, practicando de forma intensa o a un nivel no apropiado. Un leve trauma, lesión muscular o simplemente agujetas, son otros de los motivos para abandonar.

– ¿Cómo aumenta el riesgo de traumas en proporción de la obesidad? ¿Cuáles son los puntos más débiles del cuerpo, si se padece obesidad?

A la hora de hacer deporte, lo más importante es proteger el sistema cardiorespiratorio y el articular. Cuando se utilizan máquinas del gimnasio –cinta de correr, stepper, bicicleta elíptica o de spinning–, hay que tener en cuenta que la frecuencia cardiaca incrementa proporcionalmente a la intensidad del esfuerzo, hasta alcanzar su nivel máximo. Una persona con sobrepeso suele tener ya de por si una frecuencia cardiaca en reposo bastante elevada, con lo cual si se comienza con ejercicios muy intensos, se podría elevar dicha frecuencia a valores peligrosos. Como ocurre con la frecuencia cardíaca, los pulmones –además de todos los músculos que ayudan en la respiración como, por ejemplo, el diafragma– deberán trabajar a mayor velocidad conforme aumenta la intensidad del ejercicio. Su “trabajo” se verá dificultado, si hay un porcentaje elevado de grasa, lo que llevará a que se produzca el cansancio más rápido, flatos, respiración ruidosa, falta de aliento y sensación de pesadez en el pecho.

Igual de importante es proteger las articulaciones y sus estructuras como tendones y ligamentos, así como los músculos. El tren inferior, que es el que sostiene la gran parte del peso corporal, suele ser el más perjudicado cuando se trata de un peso importante.

– ¿Qué tipo de ejercicios son los más adecuados para personas con un alto índice de sobrepeso? ¿Y para personas con obesidad?

Para ambos casos es recomendable un ejercicio cardiovascular que se mueva dentro de intensidades suaves y moderadas, por ejemplo comenzar con caminatas e ir aumentando la intensidad trotando.

Con el fin de proteger las articulaciones, sobre todo las del tren inferior (rodillas y tobillos), las personas con problemas de sobrepeso u obesidad deberían comenzar con intensidades cardiovasculares más suaves como caminatas o trotes, ejercicios en el agua que “reduce” de forma natural el peso corporal, o ir tornando circuitos en maquinas cardiovasculares y de tonificación muscular.

– ¿En qué tipo de ejercicios o deportes se queman más calorías?

Como no estamos hablando de deportistas, sino de personas no deportistas, si hablamos de ejercicios en gimnasios: clases colectivas como el spinning, aerobox, aeróbic, step o clases de tonificación muscular tipo body tonic. En la vida cotidiana se queman más calorías subiendo escaleras o corriendo al aire libre.

La práctica deportiva tiene que tener una estructura muy bien definida: un calentamiento (mínimo 5 minutos, máximo 10), una sesión (dependerá del tiempo del que se disponga) y unos estiramientos (mínimo 10 minutos). Una persona que empieza y nunca ha hecho deporte de forma sistemática debería empezar muy suave al principio y no exceder los 15 min la primera vez, sin llegar a intensidades elevadas. Aquí lo principal es ser constante y acudir al gimnasio entre 3 y 4 veces por semana, aumentando cada día con 2 o 3 minutos el tiempo. A las dos semanas, el principiante podría probar con una clase colectiva (siempre realizándola con la mínima intensidad) o un circuito en maquinas de tonificación. También es importante dar al cuerpo un descanso como mínimo de dos días seguidos, por ejemplo, el fin de semana.

– ¿Cuándo es mejor tomar el agua: antes, mientras o después del ejercicio? ¿Podemos sustituir el agua con otro tipo de bebidas, como son la coca-cola, el red-bull o el té frío?

Los líquidos hay que reponerlos antes de que nos entre la sensación de sed, en el caso contrario ya hay un cierto grado de deshidratación. Podemos tomar líquidos antes, durante y después de la práctica deportiva, en pequeñas tomas o sorbos y nunca a temperaturas extremas (en este caso muy fríos). Hay que tener cuidado con el exceso de agua con el fin de evitar pérdidas de electrolitos y minerales, siendo una opción interesante las bebidas isotónicas que además de agua contienen minerales en cantidades significativas. También suelen incluir en su composición glucosa u otros hidratos de carbono (fructosa o dextrinas) que ayudan a la reposición del glucógeno (reservas de glucosa en músculo e hígado). Este proceso es muy importante, ya que cuando caen dichas reservas, aparece la sensación de cansancio, dificultad para “arrancar”, etc., además ayuda a mantener la normoglucemia (valores normales de glucosa en sangre).

El único problema que pueden tener las bebidas gaseosas son la molestias que puede ocasionar su contenido en gas, de hecho, el contenido en hidratos de carbono suele ser bastante similar al de las bebidas isotónicas.

– ¿Qué comidas deberíamos evitar de consumir una vez terminado el ejercicio?

Lo ideal es llevar una dieta equilibrada, para hacernos una idea, las necesidades de un deportista no difieren mucho de las de una persona no deportista. Lo ideal es consumir todos los grupos de alimentos. Frutas y verduras intentando que sean lo más variados posibles, si se producen calambres musculares, puede ser indicativo de una deficiencia del potasio, tomando protagonismo el plátano, aunque habría que consumirlo con moderación. Cereales integrales y legumbres, ricos en carbohidratos complejos. Grasas y aceites vegetales, sobre todo el aceite de oliva virgen extra. Pescados y carnes blancas (aves). Limitar el consumo de carne roja por la carga en grasa saturada que contiene.

Habría que evitar el consumo de azúcar, cereales y harinas refinados. Alcohol, grasas saturadas, aceites hidrogenados. Las técnicas culinarias que sean cocidos, al vapor, horno, evitando fritos, rebozados y empanados.

Perder grasa y no masa muscular en la menopausia

Al igual que el hombre empieza a coger kilos a partir de los 35 años, a la mujer le viene todo este deterioro de golpe a partir de los 40-45 años de edad. El sistema endocrino empieza a disminuir en algunas de sus glándulas generando hipofunción en alguna de las hormonas, como la betina por ejemplo, que controla nuestro gasto metabólico, o como puede ser la hormona de crecimiento, donde empieza a disminuir la masa muscular. En esta etapa, los estrógenos y la proligesterona disminuyen en la mujer, por lo tanto la tendencia de acumular grasa se empieza a notar cada vez más. El Instituto Médico Europeo de la Obesidad de Madrid tiene la ciencia y la tecnología más moderna que existe en el mundo para tratar la obesidad, independientemente de su origen y escala. En este programa de +Vivir, Manuel Torreiglesias y Rubén Bravo del IMEO discuten sobre este problema que afecta a las mujeres en la edad de la menopausia. Para seguir el testimonio, ver el video.

Muchas mujeres experimentan un rápido aumento de peso durante la menopausia o la menopausia adelantada. “A partir de los 40, la mujer empieza a perder de su masa muscular, que es nuestra beta de oro que hay que mantener en cualquier edad porque impide que el metabolismo disminuya”, señala el especialista del IMEO. Por esta razón, hay que hacer una dieta orientada a mantener esta masa muscular que se sirva de más proteínas y reduzca determinados hidratos de carbono. Se desaconseja realizar dietas milagrosas y se recomienda acudir a un nutricionista especializado en menopausia. Para más información, ver el video.

Una de las tecnologías más precisas a la hora de analisar el estado corporal de la mujer durante la menopausia es el sistema conocido popularmente como Tanita. De hecho, se trata de un sistema de bioelectroimpedancia que permite desglosar el peso total de la persona en masa grasa, líquidos corporales y masa muscular. “Mediante este aparato, podemos asegurarnos que una mujer en estado de menopausia pierda peso de los depósitos de grasa y no de su masa muscular”, recalca Alicia Gordillo, Doctora en Biología Molecular de IMEO. Además de Tanita, en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad recurrimos a otras pruebas complementarias, que nos permiten conocer más datos de la paciente en menopausia: el estado metabólico, el estado hormonal, si tiene sofocos o cansancio, los niveles de neurotrasmisores, etc. Para conocer las pruebas, ver el video.

Durante la menopausia, el cuerpo femenino experimenta una serie de cambios hormonales, reducción de la masa muscular, tendencia de coger peso, deterioro óseo, sofoco, dificultad a la hora de dormir, ansiedad, depresión, etc. “Por esta razón, en IMEO intentamos a dar un tratamiento global a la mujer que está en la edad de la menopausia”, indica el especialista del centro. Para más información, ver el video.