Consejos para una buena ‘rentrée’ tras los excesos del verano

Conoce los ocho hábitos que te harán controlar lo que comes

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foto Guetty imagesHelados, comidas copiosas de hotel, desajustes horarios. Sobrevivir al verano no es fácil y, por ello, con el inicio de curso son muchas las personas que deciden empezar una dieta para adelgazar los kilos ganados por los excesos del verano. Weight Watchers te da una serie de consejos para que estos buenos propósitos lleguen a buen puerto.

NO PASES HAMBRE

   Rotundamente no, no hay que pasar hambre. De hecho, las dietas muy restrictivas resultan desmotivadoras y el índice de fracaso es elevado. Lo que es necesario es que encontremos un equilibrio entre lo que ingerimos y el gasto energético que realizamos. Esto nos ayudará a cambiar hábitos como, por ejemplo, cocinar con técnicas más saludables: al vapor, al horno, planificar el menú semanal, realizar 4-5 comidas al día y comer variado. En entulínea no existen los alimentos prohibidos, sino que se aprende a realizar buenas elecciones alimentarias para no pasar hambre y adelgazar.  

OCHO HÁBITOS PARA MANTENER A LA VUELTA DE VERANO

 La clave para adelgazar está en ser conscientes de lo que comemos, gestionar nuestro entorno para poder controlar situaciones como comidas familiares o viajes, y empezar a establecer unas costumbres para que nos ayuden a adquirir buenos hábitos.  Algunos buenos hábitos que deberíamos incluir serían:

1. ANTES DE SALIR DE CASA ASEGÚRATE DE LLEVAR CONTIGO UN TENTEMPIÉ SALUDABLE

Desde entulínea, aconsejan llevar a mano un tentempié saludable, como una pieza de fruta, una barrita de cereales, un puñadito de frutos secos (tostados o al natural) para evitar así caer en las tentaciones que despierta el hambre hedonista que nos conduciría, por ejemplo, a comprar algo menos saludable, con más grasa y más calorías.

2. NO SALGAS DE CASA SIN DESAYUNAR

   Se ha demostrado que la prevalencia de sobrepeso es superior en aquellas personas que toman un desayuno escaso o lo omiten. El desayuno es la comida más importante del día,  es la primera ingesta tras 8-10 horas sin ingerir alimento, y nos debe aportar la energía necesaria para que nuestro organismo funcione con el máximo rendimiento. Además, empezar el día con un desayuno equilibrado que incluya un lácteo, un cereal y una fruta es la mejor garantía para no caer en las tentaciones. Si salimos de casa con el estómago vacío, lo más probable es que acabemos picando alimentos poco aconsejables (bollería o snacks calóricos) haciendo así malas elecciones alimentarias, otra situación que también abordan desde entulínea.

3. PLANIFICA LAS COMIDAS CON ANTELACIÓN

Planificar implica dos cosas importantes: detenernos a pensar qué vamos a comer para que nuestras comidas resulten equilibradas y, por otra parte, nos libra de improvisar. Las improvisaciones nos suelen llevar a elecciones rápidas y poco aconsejables como precocinados calóricos, por ejemplo.

4. HAZ LA COMPRA CON EL ESTÓMAGO LLENO

Está más que demostrado que comprar con el estómago vacío nos hace más vulnerables a las tentaciones que suscita en nosotros los alimentos calóricos y ricos en azúcares, grasa y sal, es decir, los alimentos que despiertan el hambre hedonista. Las empresas de alimentación lo saben, y nos lo ponen cada vez más difícil para caer en sus tentaciones alimentos con porciones más grandes, ofertas irresistibles, degustaciones culinarias. Por ello, desde entulínea aconsejan  ir a comprar sin tener hambre y, si es posible, con una lista de la compra para evitar improvisaciones.

5. SIÉNTATE A LA MESA PARA COMER

El sentarse en la mesa a comer es un buen hábito que muchos de nosotros hemos perdido. Si nos sentamos a la mesa en cualquiera de las comidas del día, estaremos dedicando la atención que necesita el hecho de comer. Es importante ser conscientes de que estamos comiendo y de qué estamos comiendo. Justamente, uno de los pilares de entulínea para controlar el hambre hedonista consiste en hacernos conscientes de lo que ingerimos para así realizar mejores elecciones alimentarias.

6. HAZ TUS COMIDAS SIN DISTRACCIONES

Es fundamental que dediquemos un tiempo suficiente a la comida. Y ello requiere que evitemos comer, por ejemplo, ante la pantalla del ordenador o de pie mientras realizamos otras tareas, por ejemplo. Comer de esta manera, hará que comamos más y, en consecuencia, no seremos realmente conscientes de qué estamos comiendo y tampoco de haber alcanzado el punto de saciedad, con lo que será más fácil que acabemos cayendo en tentaciones.

7. ESPERA SIEMPRE UNOS MINUTOS ENTRE PLATOS Y PIENSA SI TIENES MÁS HAMBRE

Antes de repetir plato, es importante que dejemos pasar un tiempo. Veinte minutos es el tiempo necesario para que nuestro estomago envíe las señales al cerebro que indica si estamos saciados o no. Si dejamos pasar unos minutos lo más probable es que se diluya este deseo de comer, que puede venir provocado por un impulso puramente por placer (hambre hedonista) como por ejemplo el tener delante la comida y recibir el impacto que despierta el impulso cerebral.

8. BEBE DE 1,5 A 2 LITROS DE LÍQUIDOS AL DÍA

El agua juega muchos papeles importantes en nuestro organismo. Es el componente principal de nuestro organismo. Mantener un buen estado de hidratación es vital y desde entulínea recomiendan beber de 1,5 a 2 litros de líquidos al día. A pesar de que el agua es el mejor recurso para saciar la sed, los zumos de frutas y verduras también son buenas elecciones.  Beber agua, además,  puede servirnos para controlar el impulso del hambre hedonista, al contribuir a sentirnos llenos.

Las personas muy delgadas podrían sufrir mareos si realizan el ayuno el Viernes Santo

  • La ingesta mínima en esta jornada de la Semana Santa debe ser de al menos 1.000 kilocalorías.
  • El ayuno puede provocar un déficit muy alto de kilocalorías.

Europa Press

Las personas muy delgadas podrían sufrir mareos y bajadas de tensión si realizan el ayuno el Viernes Santo, según ha explicado a Europa Press el experto en Nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) Rubén Bravo.

A pesar de que realizar el ayuno propio de la religión católica durante sólo un día hace «difícil» que provoque problemas en las personas, el experto sí considera que éste pueda repercutir en los devotos de bajo peso. Para él, éstas personas sí podrían padecer síntomas, como «problemas digestivos, dolores de cabeza o bajadas de azúcar».

La gente muy delgada «son personas de riesgo que, al reducir mucho la ingesta de alimentos, andarían en un déficit muy alto de kilocalorías al no tener reservas», continúa Bravo, que manifiesta que las personas con algo de sobrepeso si las conservan.

De cualquier forma, el experto señala que la clave es «estar muy hidratados», ya que un ayuno mal llevado y con falta de líquidos puede acarrear «pequeños desmayos» y hacer que no se tenga la suficiente energía. Además, si éste se va alargar en más de un día, como seguimiento de la cuaresma, apuesta por «ir a un especialista».

Actualmente, los católicos practicantes tienen tres opciones para realizar el ayuno, siendo la primera de ellas la consistente en «evitar la carne y las bebidas alcohólicas», explica. Las otras se basan en «hacer una sola comida al día y realizar una dieta líquida», eliminando ambas también los productos cárnicos y las bebidas espirituosas, sostiene.

Para ellas, Bravo aconseja el consumo de «frutas, verduras, pescados y lácteos», a lo que se puede añadir en la comida «legumbres como los purés de lentejas». Para el transcurrir de la jornada, subraya la importancia de los zumos de frutas, que regulan nos niveles de azúcares.

DEBEN ABSTENERSE DEL AYUNO CONTINUADO EMBARAZADAS E HIPERTENSOS

En cuanto a las personas que deben de abstenerse del ayuno continuado, el representante del IMEO señala a «diabéticos, mujeres embarazadas, hipertensos, mayores de 70 o 75 años y niños pequeños». Sin embargo, especifica que si los diabéticos siguen las pautas ofrecidas no deben tener problemas si deciden ayunar el Viernes Santo, ya que «es una dieta prevista «para que los niveles de glucosa en sangre sean estables».

Lo que sí reconoce es que ésta debe sufrir alguna medicación, pues se deben hacer «alguna pequeña ingesta más durante el día», sobre todo en los diabéticos tipo I. Lo que descarta es el consumo único de caldos o la realización de una única comida, ya que podría provocar «una bajada de glucosa».

Por otra parte, Bravo señala que durante el Viernes Santo se puede perder «un kilo o un kilo y un poco más». No obstante, considera que no es una pérdida «real o efectiva» en cuanto a pérdida de grasa, y es que se recupera «cuando se vuelva a recuperar el hábito normal de alimentación».

El experto, que manifiesta que la ingesta mínima debe ser de 1.000 kilocalorías, sostiene que el ayuno provoca «una limpieza orgánica», especialmente en el aparato digestivo y en el urinario. Así, expone que se somete a menos trabajo a los riñones, el hígado, el intestino y el estómago, además de que se ingieren alimentos «con menos toxinas».

Todo ello provoca una sensación de «ligereza, plenitud mental, relajación y meditación», a lo que se une «alcanzar una introspección y un análisis interior», afirma. Por todo ello, Bravo concluye que el ayuno ayuda «a bajar los niveles depresivos, de ansiedad y de estrés».