Razones para no comer sopas de sobre

Las sopas de sobre deshidratadas son una opción rápida para cenar o comer en invierno pero, ¿sabemos realmente lo que comemos? Te contamos por qué no son nada saludables.

QUÉ, por Elsa Jiménez
sopasEl frío, la lluvia y el mal tiempo han llegado casi de improvisto a toda España, dejando atrás los calurosos meses de verano  que hemos vivido. Ya no apetecen ni helados, ni sentarse en una terracita a beber una cerveza fresquita, ahora lo mejor es quedarse en casa y prepararse una buena sopa, ¿verdad que sí?

El único problema llega cuando no tenemos tiempo para cocinar un buen caldo de verduras naturales y recurrimos a las de sobre preparadas, ya sean deshidratadas, caldos o cremas de distintos sabores. Pero, ¿son realmente saludables?

Muchas personas pueden pensar que son una comida completa, pues algunas llevan incluidas la pasta, y otras algunas verduras necesarias para el organismo, pero hay que mirar la etiqueta nutricional muy bien para saber si tienen un alto aporte calórico, en sal o llevan incluidas muchos aditivos artificiales. Hay muchas marcas que las comercializan, por lo que el experto en nutrición y presidente del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), Rubén Bravo, recomienda valorar la composición escrita de todas ellas para elegir cuál es más conveniente.

Caldos y sopas  hay de toda clase; pollo, carne o verduras, y cremas preparadas también. Pero, ¿qué opción es la mejor y más saludable?

Según el experto consultado, hay caldos sanos y otros no tanto, dependiendo de la marca, pero «sopas deshidratadas no. Son la peor opción». Los sobres que vienen en polvos para echarlos al agua hirviendo, junto con la pasta de estrellitas, fideos o lo que corresponda, no son la cena más adecuada si queremos llevar una vida sana y saludable. Te damos algunas razones para que no vuelvas a comprarlos.

Tienen mucha sal

Está claro que si vamos a consumir este tipo de comidas prefabricadas se debe escoger antes un sobre que ponga que es bajo en sal, así como en el caso de los caldos, pues el propio alimento y sus aditivos podrían llevarla ya en grandes cantidades. «Se deben elegir las que tengan 0% de sal añadido por los niños y también porque pueden provocar hipertensión, sobre todo si se consumen con mucha frecuencia», asegura Rubén Bravo.

Está claro que la sal  no es nada saludable para el organismo y no se puede abusar de un alimento que contiene  potenciadores de sabor y aditivos que la llevan por sí mismos.

Tienen añadidos artificiales

Bravo, experto en nutrición del IMEO, nos alerta sobre el peligro que tienen estas sopas de sobre que contienen muchos potenciadores de sabor, similares a las pastillas que se usan en algunas comidas, conocidas popularmente por el nombre de la marca ‘avecrem’.

«Contienen altos niveles calóricos y añadidos artificiales que también están en estas pastillas y no son nada recomendables para las comidas, ya que además de lo nada saludables que son, todas las comidas tendrán un sabor igual al final», explica. Además, este tipo de sopas de sobre deshidratadas son muy grasas precisamente por los potenciadores de sabor.

Otro de los componentes que deben evitarse al leer la etiqueta nutricional es la manteca de cerdo que se incluye en algunas de las marcas que elaboran este tipo de sopas. Contiene mucha grasa y no es adecuada para personas que pretenden perder peso.

No aportan los nutrientes necesarios

Hay muchas personas que toman este tipo de alimento a la hora de la comida o de la cena, pensando que es completamente sano y que con él se van a llenar la tripa, sin necesidad de comer más en un segundo plato. Pero esto no es realmente efectivo si se pretende adelgazar, ya que es importante comer un poco de todo y alimentarse de forma correcta durante todas las comidas del día.

Las sopas son  «mucho agua y potenciadores de sabor», dice el experto del IMEO, por lo que nuestro cuerpo no tendrá suficientes vitaminas y minerales para mantenerse equilibrado.

«Nunca deberían ser un sustituto de ningún otro plato, y mucho menos de verduras o de carnes», apunta Rubén Bravo, que después explica que sí pueden usarse «muy ocasionalmente» en forma de «apoyo».

Sopas de sobre VS caldos preparados

sopas y caldosMientras que las sopas de sobre  no son nada recomendables para tomarlas como comida o cena, los caldos preparados que venden algunas marcas de alimentos son mucho más sanos.  «Se pueden tomar un par de veces a la semana, pero siempre y cuando sean con 0% de sal añadida», explica Rubén Bravo.

El especialista del IMEO señala que en el mercado hay caldos»100% naturales»  que, aunque son mucho más caros, está comprobado que son más sanos siempre y cuando se escoja bien la marca después de mirar la etiqueta nutricional y la composición. Aunque su sabor nunca va a ser como el de un caldo casero preparado en casa, lo cierto es que son la mejor opción para añadir a nuestra comida, aunque Bravo enfatiza en que «siempre de apoyo, nunca como sustitución de otras comidas».

Los peligrosos caldos milagro para adelgazar, la última moda en las dietas

El peligro de las dietas ‘milagro’ es cada vez mayor por las modas que surgen en el mundo de la pérdida de peso. La nueva tendencia son los caldos prometedores y rápidos, con sus efectos negativos ignorados por muchos.
Qué
thumbEl tema de los kilos de más y la comida es uno de los más preocupantes en nuestra sociedad. Llega la Navidad  con esos langostinos y ese jamón serrano que nos vamos a comer en las múltiples cenas de la temporada. Nos trae de cabeza y cada vez son más las personas, sobre todo las mujeres, que se apuntan a la moda de las dietas, sobre todo a las‘milagrosas’, aunque lo de pasar hambre no le gusta a nadie.

Hay dietas muy locas y poco recomendadas entre los nutricionistas profesionales, por no decir demonizadas. No es para menos, la salud se resiente a medida que se pierde peso de manera poco saludable o rápida. Quienes optan por adelgazar mucho en muy pocos días ignoran los efectos adversos que pueden llegar a tener las prácticas que hagan a la hora de la comida.

Miles de webs  dan consejos para que se haga de forma sana, siguiendo una tabla de ejercicios y una dieta equilibrada con todos los alimentos que necesita el cuerpo humano. El peligro llega con las que comercializan los milagros, el negocio de los kilos que ‘sobran’.

Comer poco, mal, desprenderse de algunos alimentos básicos, como la pasta o el arroz, o incluir en exceso otros, son algunas de las cosas más comunes en las dietas que se ponen de moda. ¿Dónde está el beneficio? Resultados increíbles de manera inmediata, como si se tratara de un anuncio publicitario.

Un beneficio encubierto de peligrosos y desventajas para el organismo que puede afectar a nuestro día a día, tanto en secuelas fisiológicas como psicológicas. Adelgazar en tiempo récord puede tener efecto rebote y vernos, poco tiempo después, con más kilos  de los que teníamos antes de hacer el régimen. Y eso afecta, también, de forma directa a la salud mental.

LOS CALDOS ‘DEPURATIVOS’

La nueva moda en alza entre quienes quieren perder peso es hacerlo de forma más rápida, rica y engañosa a la vez. Los batidos, zumos y caldos son la nueva tendencia de ‘alimentarse’ y perder hasta dos kilos en apenas una semana. Algunos se venden como complemento alimenticio, otros como plato en solitario.

Se venden como ‘depurativos’, como eliminadores de toxinas, como baños naturales para dentro del organismo. Consisten en disminuir la retención de líquidos, una de las causas más comunes del aumento de peso, y se toman junto con las comidas, dos o tres vasos al día. Otros, los más alarmantes para los expertos, son la única comida de una persona durante un corto periodo de tiempo.

La gran parte se venden como combinaciones de frutas, verduras que contienen propiedades de descongestión del hígado, de pérdida de grasa corporal, y la consecuencia inevitable y deseada del peso.

El experto en nutrición del IMEO, Rubén Bravo, advierte continuamente a sus pacientes de los peligros que tienen estos caldos «irreales». «No nos podemos plantear perder grasa con esto porque no es real y los problemas que causan son diversos», afirma preocupado.

«Lo que en realidad disminuyen es el glucógeno muscular», explica Bravo cuando habla de estos caldos que los tacha de «barbaridades». Muchas webs se dedican a enseñar cómo cocinarlos en nuestra propia casa, a modo de receta y son como una sopa. Aunque estos no suponen tanto peligro como los preparados, el experto advierte de la mentira que se puede vender junto con ellos.

Aunque tomarlos dos o tres días no tienen efectos secundarios, según el nutricionista, también advierte de que «son parches, entran dentro de la categoría de dietas radicales y extremas. Crean problemas en el metabolismo que luego son los responsables, precisamente, del aumento de peso desmesurado en algunas personas». «Si no te alimentas bien, vas a engordar», asegura Bravo.

EL CALDO FAT FLUSH

El reconocido doctor y escritor de ‘bestsellers’, Mark Hyman, ha creado el llamado caldo ‘Fat Flush’, con el que se consigue adelgazar dos kilos en tres días. Una pócima mágica que consiste en tomar ácido graso omega 3 por las mañanas con tres puñados de nueces o semillas de calabaza para acompañar al desayuno. El batido que recomienda tomar con el desayuno lleva leche de almendras sin azúcar, media taza de almendras y una cucharada de mantequilla de almendras.

A la hora de la comida y la cena priman las proteínas y la fibra junto al preparado de cebolla, zanahorias, rábano, calabaza, col, nabo, apio, algas secas, repollo, jengibre, ajo y hongos shiitake. Tres o cuatro tazas de esto al día en las comidas para, además de perder peso, saciar el apetito y no picar entre horas.

Rubén Bravo ha escuchado hablar de esta dieta y no la ve eficaz, a pesar de señalar que en pocos días el efecto negativo es mínimo. «El efecto rebote de volver a coger los dos kilos se puede sumar a coger el doble», advierte.

«En estas dietas milagro no se habla de elementos básicos como el colesterol, la glucosa o de algunos alimentos necesarios en todos los platos, tipo el aceite de oliva o el arroz, que tiene hidratos de carbono», explica el nutricionista. La solución no son estos caldos y los milagros no existen.

LA RESACA NAVIDEÑA, LA MÁS PROPENSA A LAS DIETAS

Como bien decíamos al principio, los días posteriores a las comilonas de Navidad son los más propensos a practicar este tipo de regímenes. El aumento de peso puede ser considerable y muchos optan por lo más rápido para volver a caber en los vaqueros de hace un mes.

Rubén Bravo recomienda que, posterior termine la época navideña, comamos menos y hagamos ejercicio diario. Aunque parece ser algo muy básico, no cala hondo en las personas preocupadas por el peso. Si se quiere mantener la línea, no ganar kilos en un futuro y, en definitiva, estar sano por dentro y por fuera, «debemos desechar estas dietas extremadamente peligrosas», dice el experto del IMEO. Desechemos las grasas, los azúcares y que en nuestro plato nunca falte de nada.

 

Tomar o no café, ¿la vitamina peligrosa de la mañana?

El café es uno de los alimentos más consumidos del mundo, en todas sus modalidades y con diferentes mezclas. Amado por unos, odiado por otros, siempre está en el punto de mira del debate sobre si suprimirlo o no de nuestro día a día. Los expertos apuntan a que el problema es la cafeína.

QUÉ.es, por Elsa Jiménes
cafe-672xXx80Hay pequeños detalles que pueden llegar a hacer nuestra rutina más llevadera, sobre todo a los más madrugadores. Una acción tan simple como tomar un café por la mañana, en casa, leyendo el periódico, en la cafetería con los compañeros de trabajo o en frente del ordenador puede llegar a ser una rutina placentera e instaurada en nuestro día a día hasta tal punto que lo consideráramos como el respirar. Algo necesario.

Hablamos del café, o mejor dicho, de la cafeína.  Es una bebida que se puede tomar de diferentes maneras, solo, cortado con leche, y de la que existen diferentes tipos y sabores por todo el mundo. Todo un abanico de posibilidades que hacen del café una de las bebidas más consumidas y atractivas en el mundo. Sus orígenes se remontan a Etiopía y la península arábiga, y en la actualidad ha conquistado a gran parte de los habitantes del planeta Tierra. Nadie duda de que el café sea un estimulante  que ha conquistado todas las tazas mañaneras y de sobremesa de muchas personas. Pero realmente, ¿es necesario?

Se estima que sus semillas se cultivan en unos ochenta países del mundo, cuya producción permite llenar 2.250 tazas de café a diario, aproximadamente. Se han realizado diversos estudios sobre sus efectos beneficiosos y perjudiciales para la salud, para las dietas y para el metabolismo en general. Muchos señalan todo lo bueno que tienen, pero otros lo demonizan hasta el punto de recomendar suprimirlo de nuestra rutina. Una tarea realmente complicada que no todos están dispuestos a sufrir.

Está compuesto principalmente de agua y cafeína, una droga psicoactiva que acelera rápidamente el sistema nervioso y nos mantiene alerta. «Peligro en potencia instaurado en nuestros hábitos«. Con esta frase demoledora define el especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), Rubén Bravo, al café. Pertenece al grupo de los expertos que no aprueban el consumo de café, aunque recalca que una taza de vez en cuando, «siempre a primera hora de la mañana», no es mala.

Por otro lado, la dietista Beatriz Gómez Murillo apunta a que «depende de la persona, de si tiene problemas de retención de líquidos, hipertensión o toma tranquilizantes» el que el café pueda afectar más o menos, por lo que no ve nada malo en tomarse «una o dos tazas al día por la mañana o a mediodía».

EFECTOS REALES EN EL ORGANISMO

Bravo señala que los problemas que trae el consumo de cafeína son «a largo plazo», ya que genera cansancio, diabetes e incluso obesidad. «Tomarse un café produce un pico muy elevado de insulina, encargada de quemar los niveles de azúcar en sangre. Esto produce que nos sintamos eufóricos, creativos y con mayor retención cognitiva», explica.

Efectivamente, el café mejora varios aspectos de la función cerebral y aumenta la actividad de la memoria, el ánimo, los reflejos e, incluso, la alegría. Nos acelera, nos despierta y hace que nos sintamos mejor. Pero este efecto no suele ser muy duradero, sobre todo en los consumidores habituales.

«Si no lo toman nunca, les recomendamos que no lo hagan, sino una al día como máximo, siempre y cuando la persona no tenga problemas de insomnio o hipertensión», apunta la dietista Alba Esteve.

«Después de esta gran subida de la insulina, se produce un bajón que trae efectos muy adversos para el organismo, como el cansancio y el agotamiento físico y mental, así que vamos a por otro café, y otra vez vuelve a pasar lo mismo», explica Rubén Bravo. Otro de los beneficios a los que muchos estudios apuntan sobre el café es a su capacidad de hacer perder peso. Esto es cierto, efectivamente, pero entonces ¿por qué no se recomienda en muchas dietas?

Bravo señala que con la cafeína como tal «se pierde peso porque se quema el azúcar por el aumento de la insulina», esta es la hormona generada por el páncreas y encargada de trasportar la glucosa de las células de nuestro cuerpo para ser utilizada como energía. «La grasa no se quema y cuando bajan los niveles se produce el agotamiento, la falta de azúcar y las ganas de suplirlo comiendo dulces, chocolates o bollos», termina. El consumo en exceso nos puede hacer más golosos y esto es lo que realmente engorda.

Por otra parte, la nutricionista María del Mar Martínez Molina explica que la cafeína puede provocar problemas para conciliar el sueño, lo que produce que «el metabolismo no descanse y no queme calorías», razón por la que también se puede aumentar de peso considerablemente.

Lo mismo sucede con el . Rubén Bravo lo llama «el hermano pequeño de la cafeína», porque libera más moderadamente la sustancia, pero el efecto a larga plazo es el mismo.

Sin embargo, recalca que casi todos los estudios que se han realizado sobre el café apuntan a «efectos beneficiosos», como por ejemplo la prevención del desarrollo de enfermedades como el cáncer de colon, de mama, el Párkinson o el Alzheimer, pero, por supuesto, siempre que no tenga cafeína.

DESCAFEINADO, LO MEJOR PARA EL CUERPO

Tanto Rubén Bravo, como los demás especialistas consultados, apuntan a que las propiedades del café son infinitamente buenas para el cuerpo. Eso sí, siempre descafeinado. «El café por sí mismo es un alimento maravilloso», dice Bravo.

El café es un alimento que contiene una cantidad muy elevada de antioxidantes naturales que sirven para parar el envejecimiento celular y prevenir la aparición de enfermedades crónico degenerativas. Es capaz de proporcionar la cantidad necesaria en una dieta, siempre y cuando se tome con moderación. Tampoco tiene nada de calorías, por lo que el aporte vendrá del tipo de leche que se tome o de con qué acompañemos la taza.

Esta bebida, también señala Bravo, que es «una importante fuente de fibra», ayudando así a reducir el estreñimiento y contribuyendo a aportar la dosis necesaria que también trae como consecuencia el aumento de la vitalidad.

¿CON LECHE, SOLO, CON SACARINA?

En la variedad está el gusto y cada persona prefiere el café acompañado de una forma u otra, con o sin azúcar. La nutricionista Martínez Molina recomienda acompañarlo con leche para que pueda servir como desayuno. ¿Pero ésta hace que sea más flojo el efecto de la cafeína?

«No está comprobado que deteriore o aumente los peligros de tomarlo», asegura Bravo. «Es un aporte que no contrarresta ni aumenta ni los beneficios, ni la ansiedad que se genera pasadas las horas», añade. Pero cuando se trata de acompañarlo con leche, mejor que sea desnatada.

El sabor amargo del café no suele agradar a la mayoría de paladares, y a los que sí, se les mira raro. Por eso, muchos prefieren edulcorarlo con sacarina, ya que se supone que no engorda como lo hace el azúcar. Rubén Bravo alerta de este peligro y señala que es «tóxica, química y produce cáncer», por lo que recomienda la stevia, un edulcorante sustitutivo 100% natural.

Todos los expertos coinciden en que tomar café con moderación, en pequeñas dosis y sin cafeína puede ser un alimento complementario de los que necesitamos a diario por el mero hecho del placer del sabor, el olor y la rutina.