Business Insider, por Kamila Barca

- Las causas del cáncer son múltiples. Entre ellas se incluyen algunos factores modificables como el tabaco, la contaminación o la alimentación.
- Estos son los 12 tipos de cáncer que se han relacionado con una alimentación desequilibrada.
El 30% de los casos de cáncer están relacionados con malos hábitos alimenticios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ende, estos casos se podrían prever, apunta la OMS.
«La proporción alcanza el 70% para los cánceres del tracto gastrointestinal», aclara el organismo. «Mantener un peso saludable durante toda la vida puede ser una de las formas más importantes de protegerse contra el cáncer«.
En palabras del doctor Miguel Ángel Berenguer Francés, oncólogo médico y radioterapéutico, miembro de Doctoralia, la causa del cáncer es multifactorial y, si se entiende como una consecuencia de una inflamación crónica de las células durante un periodo de tiempo más o menos limitado, cualquier factor que pueda promover esta inflamación crónica influye en mayor o menor medida en su desarrollo.
«Estos factores pueden ser no modificables como la genética o modificables como el tabaco, la contaminación o la alimentación«, especifica.
Este último, según los datos de la OMS, es probablemente el segundo factor más importante por detrás del tabaquismo. De hecho, se estima que el 20% de las personas que consumen menos frutas tienen un 20% más de riesgo de cáncer de pulmón.
«Al final, llevar una mala alimentación ya no solo provoca alteración y enfermedades a largo plazo como el cáncer, la diabetes o infartos de miocardio, sino también a medio y corto plazo, como pueden ser alteraciones de memoria, menor rendimiento escolar, astenia o incluso insomnio«, advierte el doctor Berenguer.
No obstante, mejorar estos hábitos te ayudará a reducir el riesgo de padecer cáncer pero no son del todo preventivos. Otros factores podrían influir en su aparición, como se mencionaba con anterioridad.
El experto también señala que es importante diferenciar entre estar bien alimentado y estar correctamente nutrido.
«Tenemos la falsa creencia que estar bien alimentado es estar bien nutrido y, además, uno de nuestros marcadores para saber nuestra nutrición es una analítica en la que los parámetros que se visualizan pueden estar correctos, pero puede haber carencias nutricionales de ciertos aminoácidos o electrolitos que juegan un papel importante en el sistema inmune», ejemplifica.
Estos son los tipos de cáncer que se han relacionado con una alimentación desequilibrada.
Cáncer de endometrio

Mujer con la regla tumbada en el sofá. Getty
En mujeres, la evidencia científica advierte que, a medida que el índice de masa corporal (IMC) aumenta, crece el riesgo de sufrir cáncer de endometrio un 60%, según los datos de la Investigación prospectiva europea sobre el cáncer y la nutrición (EPIC) divulgada por la OMS.
«La ingesta alta de grasas saturadas y grasas monoinsaturadas se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de endometrio, mientras que la ingesta alta de fibra dietética se asocia con una disminución del riesgo», añaden los autores de un estudio publicado en International Journal of Cancer.
Cáncer de tiroides

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«Los compuestos en sí mismos no son cancerígenos, pero en el cuerpo se combinan con otras moléculas y pueden formar sustancias cancerígenas; al menos, son cancerígenas en algunos estudios con animales», explica a Eat This, Not That Howard Grossman, médico internista, sobre los alimentos procesados.
Según los datos de la investigación de EPIC anteriormente mencionados, el riesgo de sufrir cáncer de tiroides en hombres aumenta un 33% con un exceso en el IMC.
Cáncer colorrectal

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Las probabilidades de sufrir cáncer de colon y renal también podrían crecer en hombres un 25% por el descontrol en el IMC. En el caso de las mujeres, el riesgo aumenta a un 34% para el cáncer renal.
Las dietas bajas en granos integrales tienden a promover la inflamación y provocar un intestino no saludable en general, razón por la cual se asocian principalmente con el cáncer colorrectal.
Cáncer de cerebro

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«Los niveles altos de nitritos y nitratos, que se encuentran en las carnes procesadas, pueden aumentar el riesgo de gliomas (cáncer de cerebro)», advierte Grossman.
The Brain Tumor Charity en EEUU reconoce que una dieta equilibrada puede ayudar a mantener energías y fuerzas, así como a reducir el riesgo de desarrollo de la enfermedad o a recuperarse.
«Los vegetales y antioxidantes adecuados (como las vitaminas C y A) proporcionados con una dieta podrían tener un efecto protector», reconocen los autores de un estudio publicado en Nutrients.
Cáncer de próstata

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«La carne roja se ha relacionado con el cáncer colorrectal, de próstata y de páncreas», advierte el médico internista.
También se podría asociar al cáncer de próstata con un alto contenido de calcio. Según Popular Science, un mayor consumo de leche se ha asociado con una pequeña elevación en los niveles de un factor de crecimiento llamado IGF-1, que a su vez se asocia con un mayor riesgo de cáncer de próstata.
Cáncer de páncreas

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De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de varios cánceres, incluidos los de mama después de la menopausia, colon y recto, endometrio, esófago, páncreas, hígado y riñón, entre otros.
«Lograr y mantener un peso saludable es importante para reducir el riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes», señalan los expertos de la ACS, por sus siglas en inglés.
Cáncer bucal

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Un estudio de investigadores de la Universidad Tufts, EEUU, encontró que una mala alimentación se relacionó con el 38% de los casos de cáncer colorrectal y con casi el 26% de los cánceres de boca, faringe y laringe informados en 2015 en el país.
«El alto consumo de alcohol se ha relacionado con el cáncer bucal«, añade el doctor Grossman, quien también incluye en la lista al cáncer de esófago, de estómago, de mama, de hígado y de colon.
Cáncer de mama

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Un estudio publicado en European Journal of Cancer Prevention sugiere que limitar la ingesta de alimentos de alta densidad energética, el alcohol y el tabaco y reducir el consumo elevado de sal pueden ayudar a prevenir el cáncer de mama.
«Cuanto más alcohol beba, mayor será su riesgo de cáncer. Pero para algunos tipos de cáncer, sobre todo el cáncer de mama, consumir incluso pequeñas cantidades de alcohol puede aumentar el riesgo», advierte la ACS.
Cáncer de hígado

fizkes Getty Images
Limitar los alimentos procesados, las carnes rojas y los alimentos azucarados y llevar un consumo moderado de alcohol puede ayudar a prevenir muchos de los tipos de cáncer ya mencionados —el de hígado entre ellos—, en palabras del doctor Grossman.
Conforme a la relación establecida entre el estudio de la Universidad de Tufts (EEUU) y las cifras reales, la mala alimentación se vinculó a 1.000 casos de cáncer de hígado en 2015.
Cáncer de esófago

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Tal como se ha mencionado con anterioridad, una ingesta excesiva de alcohol puede provocar cáncer de esófago.
Además, la investigación de EPIC relacionó un aumento del IMC con un 50% de probabilidades de adenocarcinoma de esófago en hombres y mujeres.
Cáncer de estómago

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«Uno de los problemas que tenemos en nuestro día a día es la gran cantidad de ultraprocesados que se consumen desde la edad infantil y, teniendo en cuenta que las células de nuestro organismo tienen memoria, esto es una de las causas de la inflamación crónica que puede acabar provocando cáncer», advierte Berenguer.
La evidencia indica que reducir la sal y los alimentos en conserva puede reducir la incidencia de cáncer de estómago, según la OMS.
Cáncer de vesícula biliar

Pixabay
El cáncer de vesícula biliar también se asoció a un descontrolado índice de masa corporal en mujeres, con un 60% más de riesgo, en la investigación prospectiva europea sobre el cáncer y la nutrición (EPIC).
Este es un tipo de cáncer raro, pero fatal, para el que también se considera la obesidad un factor de riesgo.
Un estudio publicado en la European Journal of Cancer Prevention, que evalúa el posible papel de la dieta en la carcinogénesis de la vesícula biliar, halló un aumento en las probabilidades con el consumo de pimiento, carne de res, té, guindilla y cordero. Aunque los autores reconocen que la diferencia fue estadísticamente no significativa.
«En conclusión, los resultados del presente estudio muestran un efecto protector de las verduras y las frutas en la carcinogénesis de la vesícula biliar, pero la carne roja (de vacuno y de cordero) se asoció con un mayor riesgo de cáncer de vesícula biliar», explican.
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