Alimentarse a base de batidos de verduras y algas, merendar bayas de Goji, tomar la fruta antes de las comidas… Son solo algunas de las tendencias que han llegado a nuestra cultura alimentaria
El Bierzo noticias, por Olga F. Castro
Juan ha desterrado la leche de vaca de la dieta,en su lugar toma un licuado de soja porque dice que le sienta mejor, aunque no tiene un diagnóstico médico de intolerancia o alergia a la leche. Tampoco toma fruta al final de las comidas, solo entre horas, y no bebe agua durante las mismas. “Me apunto a todo lo que sale nuevo, aunque después de probarlo el 90% de las cosas no me gustan y las olvido”, explica.
Ese “todo lo que sale nuevo” hace referencia a las modas sobre nutrición saludable no siempre avaladas por estudios científicos; por ejemplo, las bayas de Goji, que hace tres años entraron con fuerza en la cesta de la compra de los españoles y que con el tiempo han ido bajando en popularidad. Este fruto originario de China se presentaba como el complemento alimenticio ideal, muy rico en antioxidantes y con propiedades para mejorar la salud e incluso aportar longevidad.
La realidad es que poseen nutrientes similares a las frutas que se cultivan en nuestro entorno, como los cítricos. Pero ¿por qué esta tendencia a probarlo todo? El dr. Ángel Gil, presidente de la Sociedad Española de Nutrición y catedrático de Bioquímica y Biología en la Universidad de Granada, cree que la razón hay que buscarla en las informaciones que llegan al consumidor a través de los medios de comunicación, sobre todo Internet, que no siempre están contrastadas por especialistas o avaladas por estudios científicos. “Al consumidor le es muy difícil discernir entre lo que tiene base científica y lo que no; la recomendación es que se consulte siempre la información en páginas web de sociedades científicas, universidades o instituciones de reconocido prestigio”, dice.
Algunas de estas modas dietéticas pueden ser perjudiciales para la salud, por eso el dr. Gil advierte de que ninguna dieta milagro puede nutrir adecuadamente:“El ser humano debe tomar de todo porque es omnívoro, lo aconsejable es llevar una dieta variada y no excesiva en cuanto a cantidad”.Con la ayuda de este experto,nos proponemos desentrañar qué hay de verdad y qué de mentira en las últimas modas que, a lo mejor, ya has incorporado a tu propia dieta.
Los más comunes
El interés por comer lo más saludable posible se ha convertido para muchos en una moda que cada año incorporanovedades; otros, los menos, las trasforman en rutinas e incluso en obsesiones.
Dieta a base de proteínas. Llegó desde Francia dela mano del archiconocido Pierre Dukan. Consiste básicamenteen perder peso adiecostade eliminar los hidratosde carbono (pan, cereales,pasta). Como todas las mono dietas conlleva riesgos: “Si se mantiene en el tiempo puede generar problemas graves de riñón o hígado. Dependemucho de cada individuo yde la cantidad de hidratos decarbono que se ingiera al día,por eso debe estar controladasiempre por un médico”,advierte el dr. Gil.
Comer a base de smoothies. Se trata de la última versión dietética, en estecaso importada de EE.UU.Los smoothies o zumos de verduras y frutas crudas se hanpuesto de moda entre las famosas de Hollywood que cuentancómo pierden peso a base de beber zumos naranjas, amarillos,rojos y, sobre todo, verdes. Pueden aceptarse como complementoa la dieta porque están elaborados a base de vegetalesque aportan vitaminas y minerales, pero la cosa cambiacuando se convierten en la base de la alimentación, ya que serestringe la ingesta de hidratos de carbono y de proteínas. Raquel Nogués, responsable de la Unidad de Nutrición del Centro Médico Teknon, en Barcelona, añade además dos inconvenientes: “Se reduce la calidad de la fibra de los vegetales porque se tritura mucho, lo cual no beneficia al tránsito intestinal; y se elimina la masticación, un acto importante para hacer bien la digestión”.
Bayas de Goji. Son unas frutas desecadas de color rojo intenso del tamaño de las pasas, muy ricas en antioxidantes,a las que se les atribuyen multitud de beneficios para la salud. “Contienen antioxidantes,pero no más que otros alimentos,como el aceite de oliva”,puntualiza el dr. Gil. Hasta aquí todo bien, si no fuera porque la Organización de Consumidores y Usuario (OCU)ha realizado un análisis de 10 muestras de este producto y ha encontrado que contienen niveles elevados de metales pesados y pesticidas.
Soja en lugar de leche. Muchas personas presentan intolerancia a la leche porque no digieren bien la lactosa, un azúcar presente en los lácteos,lo que da lugar a molestias intestinales. El preparado desoja está libre de lactosa porlo que suele recomendarsecuando existe un diagnóstico médico de intolerancia o alergiaa la leche de vaca. Si no se pertenece a este grupo, tal y comoaconseja el dr. Ángel Gil, no se debe eliminar este alimento de la dieta porque “la leche de vaca es más completa que el preparado de soja, salvo que éste haya sido enriquecido con nutrientes, ya que además de calcio y proteínas aporta vitaminas B, A, D y E y minerales como el fósforo, magnesio, cinc y selenio”, dice.
La fruta, antes de comer. No es una costumbre novedosa,ya se hacía en Francia en el siglo XVIII. La implantaciónde esta moda va asociadaal falso mito de que tomarla fruta antes de las comidasadelgaza. “Da igual tomarlaantes o después, las caloríasson las mismas –matiza ladra. Nogués–. Si se toma antesporque así se consiguenmejores digestiones es válido;lo que no es cierto es queadelgace”. En cuanto al hábito de tomarla entre horas para reducir el apetito, tiene un inconveniente,y es que puede olvidarse y nos quedamos sin un alimento valioso.
Todo light. “Una persona que no sufra sobrepeso u obesidad no debe tomar productos light”, así de contundente es ladra. Nogués. Según esta especialista,consumir productoslight de manera indiscriminadano aporta tan pocas caloríascomo parece y los que contienensorbitol pueden produciralteraciones intestinales. “Hay alimentos considerados light porque contienen gran cantidad de fibra, pero en contrapartida incluyen mucha grasa y azúcar. Los más recomendables para el sobrepeso son los hipocalóricos. Pero los ricos en fibra se recomiendan para el estreñimiento”, dice.
Falsos mitos: La preocupación por lucir un cuerpo esbelto, o por encontrar el bienestar físico a través dela alimentación, ha llevado a que se instalen en la dieta multitud de falsos mitos sobre los alimentos que ingerimos a diario. Álex Pérez, nutricionista del centro GO fit, señala algunos que podemos desterrardes de hoy mismo.
Las espinacas dan fuerza. A Popeye, puede ser. Al resto de los mortales nos aportan fibra, vitamina K, vitamina B9 y A,potasio, hierro y muy pocas calorías. El mito deque proporcionan energía ilimitada viene dado por el hierro que contienen, sin embargo, hay que saber que aportan una cantidad mínima de este mineral y, además,nuestro organismo lo absorbe poco por ser de origen vegetal.
El agua engorda si se toma durante las comidas. El agua contiene cero calorías, por lo que no engorda:da lo mismo tomarla antes,durante o después de comer. Lo que sí es cierto es que hay que ingerir dos litros de líquido al día. Mientras no contengan alcohol ni kilos de azúcar,todo líquido que ingieras te hidratará.
La sal engorda. Es una idea muycomún, perofalsa, porque lasal, en realidad,no genera grasacorporal. Loque favorecees la retenciónde líquidosen nuestroorganismo, lo cualaumenta el pesocorporal, de ahíla fama de queengorda. Perola solución es sencilla: reducirla ingesta de sal,lo que hace que eliminemos ese líquido que sobra.
Auténticas obsesiones: Cuando la moda se realiza a diario, ocupa mucho tiempo en los pensamientos y provoca angustia… “Es entonces cuando hablamos de patologías que requieren tratamiento”, asegura Montse del Castillo, psicóloga del Instituto de Trastornos Alimentarios,en Barcelona. Algunos de los trastornos que sedan con más frecuencia en relación con la alimentación son estos:
Ortorexia. Consiste en obsesionarse por comer sano. Las personas que la padecen cambian radicalmente su dieta y pueden acabar con deficiencias nutricionales. Según describe la psicóloga,“llegan a obsesionarse con la dieta y detalles como la procedencia de los alimentos y la forma de cocinarlos, se empeñan en que todo lo que consumen sea ecológico; incluso si tienen huerto pueden llegar a obsesionarse con el tipo de tierra”.
Permarexia. La padecen quienes se convierten en adictos a las dietas debido a su obsesión porno engordar. “Si una persona hace seis dieta sal año, es un caso para estudiar porque puede ser perjudicial”, advierte la psicóloga.
Potomanía. El hábito de beber agua a diario es saludable, pero ingerir más de tres litros y medio al día resulta nocivo. La obsesión por beber agua lleva a la hiperhidratación,un problema con consecuencias para el organismo: alteraciones renales, déficit de minerales, calambres e incluso convulsiones.
Síndrome del comedor nocturno. Picotear en mitad dela noche se relaciona con intentar aplacarla ansiedad. Es una patología si ocurre varias veces en la noche y deforma diaria durante unos meses.
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