Dieta o entrenamiento: ¿qué es más importante en realidad?

En los gimnasios siempre nos solemos preguntar si es más importante entrenar o hacer una buena dieta, aunque no deberíamos tampoco obviar el descanso.

AS, por Javier Robledo Vico

Es una pregunta recurrente en los círculos del fitness: ¿qué es más importante, entrenar o nutrirnos correctamente? Obviamente, no podemos olvidar el descanso, que supone una de las tres grandes variables del crecimiento muscular y la salud.

Entrenamiento

Cuando se trata de perder peso, debemos asegurarnos de que estamos quemando más calorías de las que consumimos. En asociación con un plan de dieta saludable, es necesario estar haciendo suficiente actividad física para quemar una cantidad suficiente de calorías. Un régimen de entrenamiento adecuado nos ayudará mantener un peso saludable y es un elemento crucial para cambiar la forma y el tamaño de los músculos.

Nutrición

Si eres nuevo en la esfera de nutrición, dominarla es extremadamente importante. Una dieta deficiente interferirá con nuestro régimen de entrenamiento, y saber cambiar y adaptar lo que alimenta los músculos puede generar rápidos avances en la pérdida de grasa y la construcción muscular. Si, por ejemplo, estás acostumbrado a comer muchos alimentos procesados y azúcares refinados, o si te saltas las comidas e implementas un plan nutricional rico en proteínas, frutas y vegetales frescos y granos enteros, tu físico se transformará muy rápidamente. Hay una diferencia brutal en cuanto a la nutrición que sigamos y el cuerpo que queramos.

Como los sistemas nervioso y muscular de los principiantes del gimnasio no están acostumbrados a hacer ejercicio, casi cualquier programa de entrenamiento puede causar crecimiento muscular desarrollar nuestra fuerza. Sin embargo, para obtener los mejores resultados, una buena nutrición es primordial. Este es solo el caso de los novatos.

Cuando levantamos pesas, hay un aumento tanto en la síntesis de proteínas como en la descomposición de las éstas. Esencialmente, lo que esto significa es que los músculos están en un constante estado de renovación de proteínas. La única forma en que puede ocurrir el crecimiento muscular o hipertrofia es si la síntesis excede a la descomposición, o en otras palabras, si estamos generando más músculo de lo que estamos descomponiendo mediante el entrenamiento, y aquí la ingesta de proteína juega un papel fundamental. Si bien el entrenamiento es esencial para lograr el estímulo que nos hará crecer, hemos de asegurarnos de recargar combustible con los alimentos adecuados para reparar y reconstruir los músculos.

¿Cuál es el veredicto?

En definitiva, una buena nutrición es el elemento básico que necesitamos para mejorar las sesiones de entrenamiento y mejorar la calidad de éstos, y darle el toque definitivo al estímulo que logramos mediante el ejercicio.

Del mismo modo, no nos tonificaremos o aumentaremos el tamaño de los músculos sin la adición de un régimen de entrenamiento regular, compuesto por pesas y ejercicio aeróbico. No se entiende lo uno sin lo otro, aunque podríamos hablar de que en comparación con ir al gimnasio, la dieta supone al menos un 65% del trabajo.

Los 10 grandes errores que se cometen al tratar de reducir el colesterol ‘malo’

  • Muchos ignoran el azúcar en la dieta por pensar que no tiene nada que ver con el colesterol LDL.
  • Si se está tomando estatinas, mucho optan por saltarse los consejos médicos sobre la dieta.
  • Eliminar toda la grasa de la dieta tampoco es recomendable.
  • No realizar ejercicio es otro factor clave para que el colesterol no disminuya.

20 minutos/ Infosalus
colesterol maloAquellos que tratan de reducir el nivel de colesterol LDL (el conocido como ‘malo’) puede estar realizando un esfuerzo sin caer en la cuenta de otros errores que provocarán que dicho esfuerzo pueda ser en vano.

El doctor Pablo Pérez Martínez, especialista en Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Córdoba, miembro de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (enfermedad asociada a niveles muy elevados de colesterol LDL), explicaba recientemente en Infosalus varios de los errores que llevan a que un reducido número de pacientes cumplan o alcancen los objetivos deseados de colesterol, lo que han confirmado estudios recientes como el Codimet.

Los principales errores se resumen en los siguientes diez ejemplos:

Ignorar el azúcar en la dieta

Aunque el azúcar de la dieta tiene poca repercusión directa sobre los niveles de colesterol en la sangre, los alimentos ricos en azúcares simples suelen ser también ricos en grasas perjudiciales para la salud como son las grasas saturadas o trans. «Limitar el consumo de azúcares simples en la dieta indirectamente favorecerá que consumamos menos grasas perjudiciales», señala Pérez Martínez.

Centrarse sólo en el colesterol malo (LDL)

El colesterol es un componente graso de nuestro organismo y se encuentra repartido en varias fracciones. Una de ellas, el colesterol LDL, es la perjudicial ya que favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y se considera un factor de riesgo de la arteriosclerosis junto a la hipertensión, la diabetes mellitus y el consumo de tabaco. Por el contrario, el colesterol HDL es una fracción beneficiosa y reduce el riesgo de dichas enfermedades. El colesterol de nuestro organismo es producido en parte en el hígado y otra fracción procede de la dieta, por lo que evitando su absorción en el intestino se puede reducir el nivel de colesterol LDL en la sangre.

«No es suficiente con disminuir el consumo de alimentos ricos en colesterol en la dieta, pues parte del colesterol lo produce nuestro organismo. A la disminución del consumo de aquellos alimentos ricos en colesterol LDL hay que añadir el de aquellos ricos en grasas saturadas y trans que producirán un efecto perjudicial sobre la salud», apunta el especialista.

No seguir el plan médico

La barrera principal que argumentan los pacientes para abandonar el tratamiento suele ser la intolerancia a estos fármacos, aunque en la actualidad existen estatinas con menos efectos secundarios, más potentes y que precisan menos dosis para alcanzar los objetivos. «Sin embargo, la realidad es que las estatinas son fármacos seguros con pocos efectos secundarios», apunta Pérez Martínez, profesor de Medicina.

Otras barreras para su uso es la falta de respuesta a la estatinas por parte de algunos pacientes, lo que se denomina ‘hiporrespondedores’, aunque esto no depende directamente de ellos.

Comer de todo

La dieta es una herramienta eficaz para controlar el colesterol y siempre debe ser la primera medida a tener en cuenta. «Un ejemplo de ello es la dieta mediterránea, cuyo consumo se vincula a mayor longevidad, calidad de vida y menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, cáncer o deterioro cognitivo, a pesar de su elevado contenido en grasas, en contraste con las dietas recomendadas durante décadas por los nutricionistas anglosajones», aclara Pérez Martínez.

Se ha demostrado además que el consumo de una dieta mediterránea modula de forma positiva múltiples mecanismos como la inflamación, el estrés oxidativo, la hemostasia o la función endotelial. «Por tanto no es una estrategia inteligente el abandonarse a una dieta poco saludable a cambio de tomarse un medicamento para controlar el colesterol», concluye.

Eliminar toda la grasa de la dieta

«Se ha tardado varias décadas en demostrar con sólidas evidencias científicas, lo que ya sabíamos en los países mediterráneos y es que la grasa puede ser sana, si se consume con la moderación adecuada», explica Pérez Martínez.

Estos trabajos respaldan el nuevo paradigma de la dieta saludable, el de que moderando el consumo de calorías, lo importante no es la cantidad de grasa que consumimos sino su calidad. Los alimentos contienen una mezcla de los diferentes grasas, incluyendo las saturadas, las monoinsaturadas y las poliinsaturadas omega 6 y omega 3. De ellas se deben limitar especialmente las saturadas, porque aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Desconocer tus niveles de colesterol

La hipercolesterolemia o los niveles elevados de colesterol en sangre o la dislipemia es una enfermedad que «no duele». Esto influye en que el paciente muchas veces no sea consciente de la enfermedad que tiene y, lo que es más preocupante, del riesgo que tiene de sufrir una enfermedad cardiovascular.

«En este hecho el médico juega un papel fundamental para sensibilizar al paciente. Toda persona sana por encima de los 40 años si es hombre y de los 50 si es mujer, debería pasar por un análisis para controlar su colesterol. Si existen antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular o diabetes, o enfermedades concomitantes en esa persona se debe de adelantar dicho screening», aclara el especialista.

Culpar a los alimentos equivocados

El colesterol es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano necesaria para el normal funcionamiento del organismo. Una persona sana precisa consumir 250-300 mg al día. El efecto real que ejerce el colesterol procedente de la dieta, y en concreto del huevo, sobre los niveles de colesterol en la sangre es escaso y en gran parte está influenciado por factores individuales como la genética, el peso corporal o los hábitos de vida.

En cuanto a los lácteos, hoy se dispone de productos desnatados o semidesnatados que permiten que nos beneficiemos de su riqueza en calcio sin la limitación de sus potenciales perjuicios derivados de las grasas saturadas.

No realizar ejercicio

Tomar la medicación no exime de realizar ejercicio. El ejercicio físico tiene un efecto muy interesante sobre el colesterol y especialmente sobre el C-HDL o colesterol bueno. «Realizar ejercicio aeróbico entre tres y cinco veces por semana, adaptado a la situación biológica de la persona, permite aumentar los niveles de nuestro colesterol bueno, además de controlar nuestro peso, algo fundamental para controlar los triglicéridos y nuestros niveles de azúcar», apunta Pérez Martínez.

Pasar de una dieta milagro a otra

Además de seguir una dieta lo más ajustada posible a la mediterránea, desde el punto de vista práctico para controlar el colesterol LDL debemos reducir el consumo de grasa animal o saturada. Las dietas milagro para perder peso han demostrado que a la larga no son efectivas e incluso algunas de ellos son perjudiciales para la salud.

«Si queremos perder peso debemos personalizar a cada individuo, detectando dónde debemos incidir. Si existe un elevado consumo de grasa saturada, algo frecuente en el paciente obeso, se recomienda seleccionar carnes magras, aves sin piel, quesos bajos en grasa, leches y yogures desnatados, evitar alimentos fritos y consumir alimentos cocinados a la plancha, horno o al vapor», aclara el especialista.

Tomar las estatinas con zumo de pomelo

Las estatinas se absorben por vía oral, lo que hace muy importante la ingesta a la hora de la administración para alcanzar un adecuado efecto terapéutico. Muchas de sus interacciones residen en el citocromo P-450 que facilita su posible interacción con alimentos como el zumo de pomelo. Por tanto se debe evitar el consumo de estatinas y el zumo de pomelo.

Las dietas de 4 famosas: Gwyneth Paltrow, Jennifer Aniston, Britney Spears y Sharon Stone

Terra Mujer / Amalia Panea

El cuerpo que lucen las famosas sólo tiene dos secretos: dieta y ejercicio. Pero por dieta no nos referimos solamente a pasarse la vida a régimen sino a adoptar nuevos hábitos alimenticios. Dieta mediterránea, macrobiótica, de la Zona, vegetariana, basada en las proteínas… Con el asesoramiento adecuado, tú también puedes seguir un plan de este tipo. Además, te recomendamos el ejercicio que mejor combina con cada dieta.

Añade a tus nuevos hábitos alimenticios dosis de ejercicio y algunos tratamientos de belleza o salud, y estarás perfecta para las vacaciones de Semana Santa.

Gwyneth Paltrow: macrobiótico y bio

gwyneth-paltrow_by ForbsA sus 36 años, Gwyneth no aparenta más de 30 y es la mejor exponente de un estilo de vida saludable y ecológico. Entre sus hábitos de vida saludables están el ejercicio y seguir la dieta macrobiótica, de la que es auténtica fan.
En qué consiste. Esta dieta, creada por el japonés George Oshawa, se basa en equilibrio entre alimentos, entre ying (frutas, verduras, energía caliente) y yang (cereales integrales, energía fría). La carne está prohibida y el pescado se come de forma ocasional.
Cómo seguirla. Los alimentos que consumas deben ser ‘bio’. Prepara tus platos a base de cereales integrales (arroz, cebada, trigo, avena), ricos en proteínas y que combinan bien con verduras, legumbres y semillas; verduras (combina las de raíz y las de hoja verde en cada comida); legumbres (por su aminoácidos); y frutas de estación mejor que tropicales.
Evita. La dieta macrobiótica recomienda eliminar los lácteos, demasiado grasos (si los tomas, mejor los de cabra); la carne (a veces se puede tomar pollo y huevos ecológicos); azúcar, casi un veneno para los macrobióticos (sustitúyelo por siropes de cereales o frutas cocinadas); cafeína (nada de café, té negro o refrescos, sólo té verde e infusiones).
Deporte. La dieta macrobiótica es perfecta para quienes practican yoga, pilates, tai chi o body balance, disciplinas que buscan el equilibrio cuerpo-mente y requieren menos energía física.
Nos encanta. La clínica wellness Sha, en Altea, a cargo del naturalista japonés Michio Kushi, padre de la macrobiótica moderna. En este centro, único en España, podrás adelgazar y mejorar tu salud a base de cocina macrobiótica, medicina antiaging y terapias naturales como la hidroterapia de colon, tai chi, yoga y meditación. www.shawellnessclinic.com

Jennifer Aniston: siempre en zona

Jennifer Aniston recienteLa guapa actriz, una de las que más se cuida en Hollywood, es amante de la dieta de la Zona, del doctor Barry Sears. Tras años de programas de ejercicio y planes de alimentación, este método le permitió adelgazar siete kilos y rejuvenecer su imagen. Cindy Crawford, Sandra Bullock o Madonna también han seguido esta dieta.
En qué consiste. Su creador, Premio Nobel de Medicina, versiona la tradicional dieta mediterránea defendiendo una alimentación variada y equilibrada (30% de grasas insaturadas, 30% de proteínas y 40% de hidratos de carbono). El aceite de oliva es la estrella de una dieta en la que se reduce el consumo de hidratos como el pan.
Cómo seguirla. Debes hacer cinco comidas diarias sin que pasen más de cinco horas entre ellas para mantener estables tus niveles de insulina (esto evita picos de hambre y mantiene tu energía arriba). Según Barry Sears un plato en zona incluye: un tercio de proteínas bajas en grasa (calcula una cantidad similar a la palma de tu mano), y otros dos tercios de frutas y verduras aliñadas con unas gotas de aceite de oliva. Los hidratos de carbono estarían presentes a través de las verduras, frutas o legumbres.
Evita. Los hidratos de carbono rápidos (como azúcar refinada y bollería industrial) y controla su consumo general (pan, pasta, arroz). Reduce al máximo el consumo de carne roja, embutido y grasas saturadas.
Deporte. Puedes practicar el deporte que quieras, ya que si sigues esta dieta siempre tendrás energía disponible. Nuestra recomendación es apuntarte a un gimnasio y realizar entre dos y tres sesiones semanales de ejercicio aeróbico, dos de tonificación y una de cuerpo-mente.
Nos encanta. La web Enerzona, dedicada íntegramente a esta dieta y a su creador. www.enerzona.net

Britney Spears: dieta hipocalórica

britneyspearsLos constantes vaivenes de la cantante y sus etapas de euforia y depresión la obligan a recurrir a dietas bajas en calorías para volver a ponerse a punto. Incapaz de adoptar unos buenos hábitos alimenticios permanentes (de todos es sabida su afición a la comida basura), Britney necesita programas intensos y rápidos de dieta y ejercicio.
En qué consiste. Las dietas hipocalóricas se basan en la reducción de la ingesta de calorías (a unas 1.200 calorías diarias) pero buscando un equilibrio entre nutrientes y dando prioridad a las frutas y verduras.
Cómo seguirla. Haz cinco comidas diarias pero reduce las cantidades en todas ellas. Elimina la fast food, la bollería industrial y los alimentos grasos. Tus platos deben contener una gran cantidad de verduras, proteínas cocinadas al vapor o a la plancha, e hidratos de carbono de digestión lenta (legumbres, arroz y pasta integral). Entre horas, fruta, yogures o infusiones.
Evita. Reduce las cantidades de pan y de lácteos, y elimina el embutido, alcohol, los dulces, los zumos envasados, los snacks salados y los refrescos.
Deporte. Para potenciar los efectos de esta dieta procura hacer ejercicio aeróbico (footing, spinning, aeróbic, body combat) y combínalo con alguna actividad suave y relajante, como el stretching.
Nos encanta. El Instituto Médico Europeo de la Obesidad, donde te diseñan programas de adelgazamiento y ejercicio adaptados a tus necesidades, a tu forma física y a tu estado de salud. www.imeoobesidad.com

Sharon Stone: el código genético

sharon stoneLa medicina antienvejecimiento es el secreto de la eterna juventud de muchos famosos, como Rania de Jordania, Geena Davis y muchos millonarios anónimos. Dentro de la medicina antiaging son fundamentales los test genéticos, que también se emplean como herramienta para diseñar planes de adelgazamiento y contra la obesidad.
En qué consiste. En realizar un estudio molecular de los nueve genes implicados en la obesidad para determinar la incidencia genética en los problemas de sobrepeso. Cómo seguirla. Una vez hecho el test genético, se hace una dieta a medida según los resultados, se prescribe ejercicio y, si es necesario o hay un problema grave de sobrepeso, se prescribe farmacología.
Evita. Seguir dietas desequilibradas pobres en nutrientes o poco variadas, y saltarte comidas. Según Leticia B Carrera, responsable del Departamento de Nutrición de los centros Felicidad Carrera, los dos errores que se suelen cometer al intentar perder peso son: eliminar comidas, ya que sólo consigues tener más hambre en la siguiente y potencias los picos de insulina; e intentar adelgazar solo a base de ensaladas y fruta, lo que provoca la pérdida de masa muscular y deriva en un problema de flaccidez.
Nos encanta. El Departamento de Nutrición de los cetros Felicidad Carrera (www.felicidadcarrera.com), que trabaja con el Laboratorio de Genética Molecular.

La barriga envejece y resta felicidad

Las personas con mucha grasa abdominal presentan las alteraciones hormonales características de un envejecimiento prematuro junto con cambios del estado de ánimo

Foto y texto EFE / Madrid

Las personas con obesidad visceral o elevada acumulación de grasa abdominal presentan las alteraciones hormonales características de un envejecimiento prematuro junto con alteraciones del estado de ánimo, ha explicado hoy el doctor Rubén Bravo, especialista en nutrición y obesidad visceral. Este experto ha indicado que la grasa visceral aumenta la producción de la hormona del estrés, el cortisol, y reduce los niveles de endorfinas, que son las hormonas que facilitan la sensación de felicidad y bienestar.

Bravo, del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), ha comentado que el déficit de la dopamina en el organismo favorece la depresión, mientras que la disminución de serotonina eleva los niveles de ansiedad. Ambas carencias indican aumento de riesgo de infarto de corazón -3,4 veces mayor-, problemas de hipertensión, cáncer de próstata y colon, hipercolestoremia o una tendencia para desarrollar enfermedades degenerativas, como párkinson o demencia senil.

La grasa visceral elevada, que se acumula en el interior del abdomen alrededor de los órganos vitales, contiene un «alto riesgo» para la salud que se expresa en enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y algunos tipos de cáncer. Bravo ha explicado que un estilo de vida sedentario seguido por estrés, tabaco, grandes dosis de café y alcohol, además de una alimentación inadecuada, hace, entre otras cosas, que se acumule en el interior del abdomen, alrededor de los órganos vitales, una especie de grasa que no siempre está a la vista.

Más difícil de perder

«En el 82% de los hombres que acuden al Instituto Médico Europeo de la Obesidad, la principal grasa corporal es la visceral. Respecto las mujeres, este porcentaje asciende a un 34%, con una prevalencia de las que están en la edad de la menopausia, donde se observa esta migración de la grasa hacia el abdomen», ha subrayado. El doctor ha apostado por una medicina preventiva, porque los riesgos de salud relacionados con la grasa abdominal extra aumentan con la edad, a partir de los 35 años en los hombres y de los 55 años en las mujeres.

El especialista en Nutrición ha recordado que la grasa visceral se puede acumular rápidamente y es más difícil de perder que la subcutánea, ya que rodea los órganos internos y sirve como reserva de energía. Sin embargo, es posible eliminarla, consiguiendo una pérdida de medio kilo por semana, si se hace una dieta apropiada y se combina con ejercicios adecuados. «Muchos hombres se equivocan en pensar que haciendo abdominales, reducirán la grasa acumulada en la zona de la barriga, más bien sería un ejercicio contraproducente y hasta peligroso en casos extremos», ha explicado Bravo.

Ejercicio aeróbico

En la primera etapa hay que hacer un ejercicio mixto, aeróbico y anaeróbico moderado y, según el experto, «al subir cuestas, nadar o hacer un footing ligero al menos 30 minutos en la mayoría de los días de la semana, potenciamos la creación de masa muscular y facilitamos la quema de grasa visceral«. Estos ejercicios se pueden complementar con una dieta antiinflamatoria que ayuda a prevenir las enfermedades degenerativas y alivia el trabajo del páncreas, el intestino y el hígado graso.

Bravo ha apuntado que la grasa visceral es muy activa y genera un constante bombeo de sustancias tóxicas en el torrente sanguíneo, un proceso que conduce a la acumulación de ácidos grasos libres en el hígado y otros órganos, desequilibrando la regulación insulínica del organismo, el azúcar sanguíneo y el colesterol.

Publicado en ABC