Los 10 grandes errores que se cometen al tratar de reducir el colesterol ‘malo’

  • Muchos ignoran el azúcar en la dieta por pensar que no tiene nada que ver con el colesterol LDL.
  • Si se está tomando estatinas, mucho optan por saltarse los consejos médicos sobre la dieta.
  • Eliminar toda la grasa de la dieta tampoco es recomendable.
  • No realizar ejercicio es otro factor clave para que el colesterol no disminuya.

20 minutos/ Infosalus
colesterol maloAquellos que tratan de reducir el nivel de colesterol LDL (el conocido como ‘malo’) puede estar realizando un esfuerzo sin caer en la cuenta de otros errores que provocarán que dicho esfuerzo pueda ser en vano.

El doctor Pablo Pérez Martínez, especialista en Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Córdoba, miembro de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (enfermedad asociada a niveles muy elevados de colesterol LDL), explicaba recientemente en Infosalus varios de los errores que llevan a que un reducido número de pacientes cumplan o alcancen los objetivos deseados de colesterol, lo que han confirmado estudios recientes como el Codimet.

Los principales errores se resumen en los siguientes diez ejemplos:

Ignorar el azúcar en la dieta

Aunque el azúcar de la dieta tiene poca repercusión directa sobre los niveles de colesterol en la sangre, los alimentos ricos en azúcares simples suelen ser también ricos en grasas perjudiciales para la salud como son las grasas saturadas o trans. «Limitar el consumo de azúcares simples en la dieta indirectamente favorecerá que consumamos menos grasas perjudiciales», señala Pérez Martínez.

Centrarse sólo en el colesterol malo (LDL)

El colesterol es un componente graso de nuestro organismo y se encuentra repartido en varias fracciones. Una de ellas, el colesterol LDL, es la perjudicial ya que favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y se considera un factor de riesgo de la arteriosclerosis junto a la hipertensión, la diabetes mellitus y el consumo de tabaco. Por el contrario, el colesterol HDL es una fracción beneficiosa y reduce el riesgo de dichas enfermedades. El colesterol de nuestro organismo es producido en parte en el hígado y otra fracción procede de la dieta, por lo que evitando su absorción en el intestino se puede reducir el nivel de colesterol LDL en la sangre.

«No es suficiente con disminuir el consumo de alimentos ricos en colesterol en la dieta, pues parte del colesterol lo produce nuestro organismo. A la disminución del consumo de aquellos alimentos ricos en colesterol LDL hay que añadir el de aquellos ricos en grasas saturadas y trans que producirán un efecto perjudicial sobre la salud», apunta el especialista.

No seguir el plan médico

La barrera principal que argumentan los pacientes para abandonar el tratamiento suele ser la intolerancia a estos fármacos, aunque en la actualidad existen estatinas con menos efectos secundarios, más potentes y que precisan menos dosis para alcanzar los objetivos. «Sin embargo, la realidad es que las estatinas son fármacos seguros con pocos efectos secundarios», apunta Pérez Martínez, profesor de Medicina.

Otras barreras para su uso es la falta de respuesta a la estatinas por parte de algunos pacientes, lo que se denomina ‘hiporrespondedores’, aunque esto no depende directamente de ellos.

Comer de todo

La dieta es una herramienta eficaz para controlar el colesterol y siempre debe ser la primera medida a tener en cuenta. «Un ejemplo de ello es la dieta mediterránea, cuyo consumo se vincula a mayor longevidad, calidad de vida y menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, cáncer o deterioro cognitivo, a pesar de su elevado contenido en grasas, en contraste con las dietas recomendadas durante décadas por los nutricionistas anglosajones», aclara Pérez Martínez.

Se ha demostrado además que el consumo de una dieta mediterránea modula de forma positiva múltiples mecanismos como la inflamación, el estrés oxidativo, la hemostasia o la función endotelial. «Por tanto no es una estrategia inteligente el abandonarse a una dieta poco saludable a cambio de tomarse un medicamento para controlar el colesterol», concluye.

Eliminar toda la grasa de la dieta

«Se ha tardado varias décadas en demostrar con sólidas evidencias científicas, lo que ya sabíamos en los países mediterráneos y es que la grasa puede ser sana, si se consume con la moderación adecuada», explica Pérez Martínez.

Estos trabajos respaldan el nuevo paradigma de la dieta saludable, el de que moderando el consumo de calorías, lo importante no es la cantidad de grasa que consumimos sino su calidad. Los alimentos contienen una mezcla de los diferentes grasas, incluyendo las saturadas, las monoinsaturadas y las poliinsaturadas omega 6 y omega 3. De ellas se deben limitar especialmente las saturadas, porque aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Desconocer tus niveles de colesterol

La hipercolesterolemia o los niveles elevados de colesterol en sangre o la dislipemia es una enfermedad que «no duele». Esto influye en que el paciente muchas veces no sea consciente de la enfermedad que tiene y, lo que es más preocupante, del riesgo que tiene de sufrir una enfermedad cardiovascular.

«En este hecho el médico juega un papel fundamental para sensibilizar al paciente. Toda persona sana por encima de los 40 años si es hombre y de los 50 si es mujer, debería pasar por un análisis para controlar su colesterol. Si existen antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular o diabetes, o enfermedades concomitantes en esa persona se debe de adelantar dicho screening», aclara el especialista.

Culpar a los alimentos equivocados

El colesterol es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano necesaria para el normal funcionamiento del organismo. Una persona sana precisa consumir 250-300 mg al día. El efecto real que ejerce el colesterol procedente de la dieta, y en concreto del huevo, sobre los niveles de colesterol en la sangre es escaso y en gran parte está influenciado por factores individuales como la genética, el peso corporal o los hábitos de vida.

En cuanto a los lácteos, hoy se dispone de productos desnatados o semidesnatados que permiten que nos beneficiemos de su riqueza en calcio sin la limitación de sus potenciales perjuicios derivados de las grasas saturadas.

No realizar ejercicio

Tomar la medicación no exime de realizar ejercicio. El ejercicio físico tiene un efecto muy interesante sobre el colesterol y especialmente sobre el C-HDL o colesterol bueno. «Realizar ejercicio aeróbico entre tres y cinco veces por semana, adaptado a la situación biológica de la persona, permite aumentar los niveles de nuestro colesterol bueno, además de controlar nuestro peso, algo fundamental para controlar los triglicéridos y nuestros niveles de azúcar», apunta Pérez Martínez.

Pasar de una dieta milagro a otra

Además de seguir una dieta lo más ajustada posible a la mediterránea, desde el punto de vista práctico para controlar el colesterol LDL debemos reducir el consumo de grasa animal o saturada. Las dietas milagro para perder peso han demostrado que a la larga no son efectivas e incluso algunas de ellos son perjudiciales para la salud.

«Si queremos perder peso debemos personalizar a cada individuo, detectando dónde debemos incidir. Si existe un elevado consumo de grasa saturada, algo frecuente en el paciente obeso, se recomienda seleccionar carnes magras, aves sin piel, quesos bajos en grasa, leches y yogures desnatados, evitar alimentos fritos y consumir alimentos cocinados a la plancha, horno o al vapor», aclara el especialista.

Tomar las estatinas con zumo de pomelo

Las estatinas se absorben por vía oral, lo que hace muy importante la ingesta a la hora de la administración para alcanzar un adecuado efecto terapéutico. Muchas de sus interacciones residen en el citocromo P-450 que facilita su posible interacción con alimentos como el zumo de pomelo. Por tanto se debe evitar el consumo de estatinas y el zumo de pomelo.

Las cosas que no te contaron de las grasas en el cuerpo

«No todas las grasas son iguales». El portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, Rubén Bravo, defiende el papel de este macronutriente en el organismo. ¿Sabes qué alimentos altos en grasa son beneficiosos y cuáles no?

El Mundo, Yo dona, por Galiana Legorburu
En una sociedad adicta a los productos fat free, es normal que, al oír la palabra ‘grasa’, salten las alarmas. Sin embargo, que un ingrediente aporte grasas no tiene por qué ser perjudicial ni para la salud ni para el peso. Más bien todo lo contrario. Según Bravo, hay que distinguir entre dos tipos: las ‘malas’, también llamadas saturadas o trans, y las ‘buenas’, que se conocen como monoinsaturadas y poliinsaturadas.

El problema radica en que se suele abusar de las menos saludables, mientras que el consumo de las más necesarias es deficitario. Es decir, que la dieta incluye más alimentos altos en grasa saturada, como las carnes grasas, los lácteosno todas las grasas son malas enteros o la piel de las aves, en vez de otros que sí contienen ácidos grasos esenciales. También hay que tener cuidado con las hidrogenadas o trans, que se forman con la solidificación de ciertos aceites vegetales y que se encuentran escondidas en margarinas, snacks y bollos industriales. Éstas son incluso más nocivas que las anteriores, ya que no solo elevan el colesterol malo, sino que reducen el bueno, favoreciendo la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Entonces, ¿qué alimentos se deben incluir en el menú para aumentar el consumo de las grasas ‘buenas’? Bravo mantiene que, en general, las que tienen origen vegetal, aunque también el pescado es una gran fuerte de grasa poliinsaturada rica en omega 3. En este sentido, el IMEO recomienda añadir a los platos en pequeñas proporciones productos como el aceite de oliva, las semillas y los frutos secos. Eso sí, también hay algunas excepciones que, aun teniendo el mismo origen, pertenecen al grupo de las saturadas, como el aceite de coco y de palma, causantes de la formación de colesterol.

Al contrario que las grasas saturadas y trans, las ‘buenas’ actúan como protectoras de la salud cardiovascular. Por ejemplo, el omega 3, presente en el pescado azul o las nueces, es un gran controlador de los niveles de colesterol total en sangre. Las poliinsaturadas y las monoinsaturadas, por su parte, aportan ácidos grasos y vitaminas liposolubles, es decir, aquellas que sí se almacenan en el cuerpo y que no son solubles en agua, por lo que solo se asimilan a través de la dieta, como la E. Su carencia, como explica Bravo, puede acarrear graves inconvenientes para la salud:

  1. Problemas en la vista y la agudeza visual
  2. Reducción de la absorción de calcio y el desarrollo óseo
  3. Alterar la coagulación sanguínea y el funcionamiento cardíaco
  4. Depresión asociada a la disminución de serotonina debido a un déficit hormonal
  5. Menor respuesta inmunitaria del organismo

Tapas saludables de autor con un notable en términos de nutrición

Un menú de tapas saludables elaboradas por Javier Muñoz-Calero, chef de Tartan Roof de Madrid, y evaluados por Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad

Un reportaje de Mar Villalobos, del programa Aquí tierra de TVE


«En verano, generalmente comemos menos cantidad de comida, pero esta cantidad que tomamos suele ser muy calórica», señala Rubén Bravo, portavoz del IMEO y da como ejemplo la tapa menos recomendada para los que tienen problemas de sobrepeso: patatas con alioli. Media ración de este aperitivo con el que solemos acompañar la cerveza podría llegar a unas 700 calorías, advierte el experto en nutrición.
Por este motivo, desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) os dejamos algunas sugerencias de tapas saludables, muy recomendables para el verano, elaborados con productos frescos, pescado, verduras y fruta.
Son fáciles de hacer incluso en casa y tienen una serie de ventajas en términos de salud: bajan el colesterol, nos hidratan, nos aportan hierro y, además, son una ayuda extra si tenemos osteoporosis.

SALPICON DE PULPO
Ingredientes: pulpo, vinagre arroz-sidra, pimiento verde, pimiento rojo, pimiento amarillo, cebolla morada, aceite de oliva virgen extra, limón, azúcar moreno, berros.
Según Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), se trata de «una tapa metabólica, porque corrige los niveles de colesterol y también de azúcar en la sangre y en este sentido es muy recomendada para diabéticos o para personas con el colesterol muy alto». Su aporte calórico no llega a 100 calorías.

TARTAR DE SALMÓN ENROLLADO EN LECHUGA
Ingredientes: salmón, aguacate, cebolleta, alcaparrón, limón, sal, aceite de oliva, lechuga o cogollo.
«Es una tapa ideal para personas que tienen colesterol alto, aporta grasas muy buenas, reduce el colesterol malo y aumenta el colesterol bueno. Aporta unas 150 calorías.

FRUTA PREPARADA
Ingredientes: frutos rojos, menta, limón, miel, arándanos, yogurt griego natural, pistacho.
Aporta menos de 60 calorías. Es un plato, muy rico en calcio y nos ayuda a prevenir la osteoporosis. Los piñones, en particular, tienen mucho hierro y ayudan a aquellas personas que tienen anemia.

En los últimos 25 años la obesidad en España ha aumentado del 7 al 17%

Fuente: Atrévete de Cadena Dial

Los datos de la Encuesta Nacional de Salud del mes de marzo 2013 hacen un pronóstico no muy esperanzador para los españoles. A pesar de que la mayoría (el 75%) percibe que su estado de salud es bueno o muy bueno, hay algunos datos muy preocupantes, como éste que los españoles estamos cada vez más obesos. Según la encuesta de cada 100 adultos, 17 padecen obesidad y 37 tienen sobrepeso. En cuanto a los niños, dos de cada 10 muestran sobrepeso y uno es obeso. Y esto no es solo –ni mucho menos– un problema estético, sino que acarrea otros muchos problemas.
Por esta razón hemos llamado a un especialista que nos diga qué podemos hacer para evitar caer en una situación de obesidad o sobrepeso.
Rubén Bravo es especialista en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). En esta edición del programa Atrévete de la Cadena Dial, el experto responde a las preguntas de Fran Blanco y María Lama, presentadores del programa, para reflexionar sobre estos preocupantes datos sobre la  obesidad en España.
A continuación os orecemos un resumen de la entrevista. Para escuchar el audio entero, pulsa play.

1.- En los últimos 25 años, la obesidad ha aumentado en España del 7 al 17%. ¿Cuáles son las causas de que cada vez haya más gente con problemas de peso?
RB: Principalmente el estrés y el estilo de vida, las presiones económicas y sociales, el sedentarismo… Comer fuera de casa –aunque ahora más en tupper -. Dedicamos poco tiempo para hacer la compra y consumimos mucha comida rápida, precocinada o preparada. Nos movemos menos y nuestro trabajo es más sedentario.

2.- ¿Dónde acaba el sobrepeso y empieza la obesidad? ¿Cómo lo podemos saber de forma orientativa?
RB:
Normalmente se utiliza el Índice de Masa Corporal, pero para no liarnos podemos resumir que cuando nos sobran unos 5 – 7 kilos, estaríamos en un sobrepeso y cuando nos sobren entre 14 y 17 kilos ya nos pasaríamos a obesidad.

3.- El sedentarismo, causa que tú has apuntado, es según la Encuesta Nacional de Salud, la principal causa de la obesidad y el sobrepeso, sobre todo en las mujeres (el 46% de las mujeres frente al 35% de los hombres). ¿Qué podemos hacer para que nuestra vida sea menos sedentaria?
RB:
El “city training” cada día: subir las escaleras del metro, de casa, del trabajo; bajarse una parada antes del bus; caminar todo lo posible nos ayudará a quemar la misma cantidad de calorías que 2 clases de spinning o incluso mejor, porque están más distribuidas.

4.- El porcentaje de obesidad en los niños (20%) es mayor incluso que en los adultos (17%). ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
RB:
Predicar con el ejemplo. Dedicarle más tiempo a las comidas. Darle más importancia al desayuno y procurar que éste combine proteína, leche semi, hidratos de rápida y lenta asimilación. Actualmente sólo el 9 por ciento de los niños españoles realiza un desayuno completo y esta primera comida es clave para
En los comedores escolares ya hay dietistas que regulan los menús para que los niños no ingieren más calorías vacías, sino que todo que coman les aporte los nutrientes necesarios.
En cuanto a las meriendas y cenas, es importantísimo planificarlas y no comer cualquier cosa que tengamos en la nevera.
Asimismo, quisiera recalcar sobre la importancia que tienen las actividades extraescolares. Aquí es deber de los padres hacer lo posible para que los niños no pasen la mayoría del tiempo sentados ante la pantalla.  Según se estima, los españoles menores de edad actualmente pasan entre 3 y 5 horas diarias mirando la televisión, jugando al ordenador o con la consola. A la larga, estos “ratos” de sedentarismo suman y, lo más probable, nos traerán problemas de sobrepeso u obesidad.

5.- ¿Qué otros problemas puede acarrear la obesidad infantil?
RB:
Desarrollar diabetes tipo 2, hipercolesterolemia, colesterol malo y un largo etcétera. Desarrollar todos los síntomas del síndrome metabólico (todas las enfermedades relacionadas con la obesidad) a edades tempranas. Además, este tipo de problemas suelen tener relación con trastornos alimenticios, de personalidad o sociales.

6.-  ¿Y si el problema ya es una realidad? Es decir, si ya tenemos un niño con obesidad o sobrepeso, ¿qué hacemos? ¿A dónde acudimos?
RB:
Deberíamos acudir a un especialista, no para que nos ponga a dieta, sino que nos realice unos pequeños cambios en la alimentación. Tenemos que tener en cuenta que, haciendo las cosas bien, un niño al que les sobran 10 kilos, podría perder de 2 a 3 kilos al mes, sea en unos 4 meses ya podría estar en su peso perfecto.
Habrá que reducir, también, las horas de inactividad física que los pequeños pasan sentados, porque la salud en temprana edad muchas veces es cuestión de hábitos saludables, como el buen comer y actividad física adecuada.

Consejos para proteger el corazón durante las Navidades

Fuente: Despierta Aragón de la Radio de Aragón

Esta Navidad puede ser más complicada para algunas personas, debido a la situación de incertidumbre que se vive por causa de la crisis económica. Tanto psicólogos, como médicos alertan que en estas fechas se eleva el riesgo para el corazón, aumentan el número de infartos de miocardio, se disparan los niveles de colesterol malo y la hipertensión. Son días que nuestra salud sufre algo más por los abusos que realizamos: mala alimentación, alcohol o exceso de alimentos altamente calóricos.

En este programa Despierta Aragón, de la Radio Aragón, intentamos remediar parte de estos problemas, sobretodo los que se refieren a la nutrición. Con la ayuda de Rubén Bravo, experto en nutrición y  portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), se detallan 5 pautas que nos ayudarán a proteger el corazón durante las Navidades, en los que destaca el papel de algunos alimentos con poder cardioprotector.

Para escuchar el audio entero, pulsa Play.

City Training: un estilo de vida saludable, ideal para la urbe

“En IMEO hemos ideado el término City Training pensando en las mujeres que no tienen la costumbre de hacer deporte, que no pisan el suelo de los gimnasios y las salas de fitness y que, debido a falta de tiempo o medios, se quedan al margen de todo tipo de actividad física y más que otra cosa, ejercen el sedentarismo”, explica Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) que, tras muchos años en consulta, ha podido comprobar la existencia de un rechazo general a la práctica deportiva en mujeres con problemas de obesidad. En este sentido, es muy importante que las pacientes comprendan que no es lo mismo hacer deporte –como hacer pesas, nadar, correr o jugar un partido de tenis–, que realizar alguna actividad física que requiera movimiento –como caminar, bailar o subir escaleras–. Cabe recordar que el término «actividad física» se refiere a cualquier movimiento corporal en que forman parte nuestros músculos y que tiene como consecuencia un gasto energético que se añade a nuestro metabolismo basal. 

A largo plazo, el estilo de vida predominantemente sedentario que llevamos difícilmente nos llevará a buen puerto. Según las estimaciones de la OMS, en 2030 unos 7 millones de personas perderán la vida a causa de enfermedades no transmisibles debido al sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad, siendo factores de riesgo comportamentales y físicos[1]. La actividad física, junto con un plan de nutrición adecuado, son la mejor forma de combatir el exceso de peso y la obesidad. 

Si dedicamos al menos 30 minutos todos los días a la práctica de alguna actividad física, que sí supone movimiento, pero no un esfuerzo excesivo, los efectos saludables no tardarán en manifestarse. Según un estudio[2], en las personas que ejercen regularmente actividad física mejora considerablemente la función respiratoria, baja el colesterol LDL y se reduce la grasa corporal. Paralelamente se observa una disminución de la ansiedad y aumenta la sensación de bienestar, gracias a la segregación de endorfinas. Todo esto favorece un mayor rendimiento, tanto en la vida profesional de la persona, como en la personal. En cambio, se ha demostrado que la ausencia de actividad física diaria guarda relación con el desarrollo, mantenimiento y agravamiento de enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, además acentúa el riesgo de sufrir cardiopatía isquémica, hipertensión arterial o accidentes cerebrovasculares.    

Nos movemos lo justo y lo mínimo, porque nos hemos mentalizado que el tiempo es dinero y todo vale en el esfuerzo de ahorrarlo. El coche y el metro son nuestro método de transporte habitual, de modo que tardamos el tiempo mínimo para llegar de casa al trabajo y viceversa sin sudar ni gota. El ascensor, los asientos y las escaleras mecánicas son otras de las facilidades que nos hacen “ir cómodos” en el trayecto. El ordenador y el teléfono móvil son las principales herramientas de que nos servimos en nuestro trabajo, pero también tiempo de ocio, porque nos permiten hacer un sinfín de tareas con el mínimo movimiento corporal posible. Piernas hinchadas, ojos rojizos, dolor de cabeza y alguna otra molestia debida a las malas posturas frente la pantalla son algunas de las enfermedades tecnológicas que se han instalado de forma natural en lo que es nuestra vida diaria. En este sentido, no nos debe extrañar que el 25% de los españoles mayores de 16 años sufran dolor lumbar o cervical[3]

“De nosotros depende cómo queremos disfrutar de la urbe, a través de la ventanilla del coche o a pleno pulmón, sincronizando nuestro tono cardíaco con el pulso de la gran ciudad con cada paso que damos”, reflexiona Sandra Pino, Preparadora Física del IMEO y Campeona de Bodyfitness de España en el 2009. Poniendo en práctica actividades de rutina como caminar, subir y bajar escaleras, ir en bici, bailar con la pareja o jugar al Wii Fit, podemos decir que estamos practicando City Training, donde y cuando nosotros queremos, además completamente gratis.

Si nos bajamos una parada del metro o el bus antesde llegar a nuestro destino, ya sea del trabajo o la casa,  y caminamos más bien rápido, por media hora habríamos quemado 230 calorías. Si hacemos este mínimo esfuerzo todos o casi todos los días de la semana, habríamos igualado o superado lo que sería el equivalente a dos sesiones de spinning de alta intensidad. Subir y bajar escaleras es un ejercicio aeróbico excelente, porque moviliza las grasas, aumenta el metabolismo y fortalece nuestro sistema cardiovascular. En tan solo media hora nos permite quemar cerca de 300 calorías, sin alterar nuestro ritmo cardíaco. Una vez cogido el ritmo, se podrían utilizar unas muñequeras de 250 gramos o medio kilito cada. Esto nos permitirá quemar más calorías, fortalecer el tríceps y movilizar el brazo.

La música inspira el movimiento y hace las rutinas más divertidas. Está demostrado que los bailes de salón mejoran la relación con la pareja. Porque la música, igual que el olor, puede penetrar en áreas del cerebro que el lenguaje por sí solo no alcanza. 

A  continuación adjuntamos algunos datos orientativos que nos sirven de comparación, ya que las calorías quemadas por una persona dependen de varios factores como su edad, IMC, sexo, condición climática y metabolismo entre otros.

Actividad cotidiana Calorías aprox. quemadas

en ½ hora

Actividad física/ deporte Calorías aprox. quemadas

en ½ hora

Dormir (la actividad más baja posible) 30 Bailes de salón lentos (vals, chachachá, tango)   105
Ver la tele 50 Jugar al Wii Fit en casa (hula-hoop, step dancing o zumba) 100-150
Conducir el coche 60 Bailes populares (country, polka, sardana) 160
Trabajar sentado 60 Aerobics (intensidad baja) o Fitness 180
Andar sin prisas (1.5-3 km/hora) 75 Bailes de salón rápidos (samba, rumba, salsa, batuca) 190
Cocinar 75 Bailar en discoteca (rápido) 225
Hacer tareas domésticas 75-130 Aerobics (intensidad alta) 245
Pescar 114 Nadar 290
Ir en bicicleta 150 Senderismo 270
Paseo rápido (4.8 km/hora) 150-230 Patinar sobre ruedas 315
Hacer jardinería 150-200 Correr 325
Bajar escaleras 210 Spinning alta intensidad 300-400
Andar muy rápido (7.5 km/hora) 200-250 Hacer footing 300-450
Subir escaleras 300-500 Artes marciales 360

 


[1] Según las Estadísticas Sanitarias Mundiales 2012 de la OMS.

[2] Varo J.J.; Martínez J.A.; Martínez-González M.A.; Beneficios de la actividad física y riesgos del sedentarismo.

[3] Según datos de la Encuesta Europea de Salud en España 2009, realizada por el Instituto Nacional de Estadística.