La obesidad y la ingesta energética aumentan al mismo tiempo en los países ricos

Entre 1980 y 2013, la proporción de adultos a nivel mundial con sobrepeso ha pasado del 28,8 al 36,9% en los hombres y del 29,8 al 38% en las mujeres

ABC, Europa Press
obesity--644x362La obesidad está aumentando en muchos países al mismo paso que se incrementa el suministro de energía de los alimentos, según un estudio publicado en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El estudio, realizado por expertos con base en Nueva Zelanda y EE.UU., analizó los aumentos en el suministro de energía de los alimentos y la obesidad en 69 países (24 de altos ingresos, 27 de ingresos medios y 18 de bajos ingresos), reveló que tanto el peso del cuerpo de peso como el suministro de energía de los alimentos han aumentado en 56 (81 por ciento) de ellos entre 1971 y 2010.

En 45 países (65%), el incremento de calorías disponibles era suficiente o más que suficiente para explicar el aumento concurrente en el peso corporal. Sabemos que hay otros factores que han cambiado a lo largo de estas décadas, como el aumento de la urbanización, la dependencia del automóvil y las ocupaciones sedentarias, que también contribuyen a la epidemia mundial de obesida», dice Stefanie Vandevijvere, de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda.

«Sin embargo, nuestro estudio muestra que el exceso de calorías disponibles es un factor probable de consumo excesivo de esas calorías y puede explicar fácilmente el aumento de peso que se ve en la mayoría de los países», argumenta esta experta.

Más calorías por personas

Los aumentos medios en el suministro de energía alimentaria variaban según el país y algunos de estos niveles eran sorprendentemente altos. Por ejemplo, en Canadá, el suministro de energía alimentaria se incrementó en 559 calorías por persona por día entre 1971 y 2008, en Estados Unidos y Fiji, 768 y 550 calorías, respectivamente, en un periodo de tiempo similar.

Estos aumentos fueron muy superiores a lo que se requería para explicar el incremento de peso experimentado por cada país, lo que sugiere que los desperdicios de alimentos también se han elevado sustancialmente. «Gran parte del aumento de las calorías disponibles durante décadas ha venido de alimentos ultraprocesados, que son muy apetecibles, relativamente baratos y ampliamente publicitados, por lo que el consumo excesivo de calorías es muy fácil», afirma Vandevijvere.

El estudio es importante porque proporciona más evidencia de que los gobiernos deben implementar políticas para el suministro de alimentos más saludables y, a su vez, reducir la obesidad, que es un factor de riesgo para muchos problemas de salud, como la diabetes, enfermedades del corazón, derrames cerebrales y algunos tipos de cáncer.

Entre 1980 y 2013, la proporción de adultos a nivel mundial con sobrepeso -es decir, aquellos con un IMC de 25 kg/m2 o más- pasó del 28,8 al 36,9% en los hombres y del 29,8 al 38% en las mujeres. Una persona con un IMC de 30 o más se considera obesa.

 

Por fin una dieta para adelgazar basada en el jamón y en el vino tinto

Se acabó pasar hambre y privaciones para adelgazar. Una dieta adaptada a la sociedad actual hace posible perder peso de forma saludable y disfrutar de ricos manjares como el jamón ibérico o el vino tinto

ABC, por Ana García
jamon-vino-imeoCon la llegada del mes de abril y el buen tiempo, también llega el momento de empezar con la conocida «operación bikini» y buscar la dieta perfecta para ponernos en forma y poder lucir «tipo» de cara al verano. Y dieta siempre ha sido sinónimo de pasar hambre y sufrimiento. Lo primero de lo que podíamos olvidarnos era de las bebidas alcohólicas y los productos derivados del cerdo. Hasta ahora.

Rubén Bravo, naturópata experto en Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), ha elaborado una dieta basada en el jamón ibérico y el vino tinto «buena para el paladar y buena para el corazón», que permite perder entre 4 y 6 kilos en 4 semanas, dependiendo de la composición corporal, sexo y la actividad física de la persona pero lo más importante es «que van a comer variado y que todos los días van a tomar vino y jamón».

La idea surgió porque, con el día a día de ver pacientes «te das cuenta de que muchos de ellos y, sobre todo, en nuestra sociedad que se sale a comer o a tomar algo para celebrar cualquier cosa», la gente necesita una dieta con la que no tenga «la sensación de estar a dieta» y procedió a desarrollar una dieta que «no fuera estricta, que se pudiera hacer tanto fuera como dentro de casa, que estuviera llena de platos deliciosos y que, a la vez, permitiera bajar de peso, fuera equilibrada y buena para la salud».

Las bondades del vino tinto y el jamón ibérico

Tomados con moderación y dentro de una tabla de alimentos compatibles, el jamón ibérico y el vino tinto son dos productos que, más allá de su sabor, tienen otras muchas cualidades beneficiosas para el corazón por su efecto cardiovascular «previenen enfermedades y favorecen que los factores de medición de algunas enfermedades mejores», destaca Rubén Bravo.

El vino tinto «puede reducir considerablemente el riesgo de enfermedad coronaria, arterioesclerosis, Alzheimer o demencia senil», además de su «capacidad de retrasar el envejecimiento celular del organismo», por lo que durante miles de años se le ha atribuido los efectos de elixir de larga vida. El consumo moderado de vino junto con alimentos produce una «ligera disminución de la presión arterial y del sistema nervioso central» lo que acaba produciendo cierta sensación de somnolencia y relajación, «muy indicada en aquellas personas con insomnio o exceso de estrés».

Además el vino favorece que comamos más despacio porque «normalmente se degusta más que, por ejemplo, una cerveza que se bebe más rápido y no se saborea tanto».

El tinto es mejor que el vino blanco porque «sus propiedades saludables son superiores» y que le son conferidas al utilizar la piel en el proceso de elaboración del tinto, donde se encuentran los taninos y los antioxidantes.

Según algunos estudios, 9 de cada 10 españoles acostumbran a comer jamón ibérico en el hogar. Los momentos de consumo más habituales para este producto son el aperitivo y la cena, ya que suele asociarse a un entorno distendido. Unas cuantas lonchas al día de este producto son la «fuente perfecta de hierro y vitaminas del grupo B», tan necesarias para el «correcto funcionamiento del sistema nervioso, el cerebro y para mantener la masa muscular».

Según los estudios del profesor José E. Campillo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura, comer diariamente 120 gramos de jamón diariamente «disminuye significativamente el colesterol y los triglicéridos» gracias a su bajo contenido en grasas saturadas, un alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y una tasa de colesterol inferior a la de carnes magras como la del pollo o el pavo o la de algunos pescados como la merluza o el bacalao.

El jamón de bellota es la mejor opción entre los ibéricos, ya que es un alimento bajo en grasas insaludables, con un complejo vitamínico muy elevado y con un 50% más de proteínas de alta biodisponibilidad que el resto de carnes frescas.

Una dieta que se adapta al estilo de vida actual

Según la Federación Española del Vino y un estudio monográfico sobre carne y embutidos del Ministerio de Medio Ambiente, un español consume una media de 3,2 kilogramos y de jamón y 21 litros de vino al año por lo que prohibir la ingesta de estos alimentos, tan presentes en los actos sociales, acaba llevando al «rechazo de la dieta», a dejarla antes de tiempo o, incluso, a un posterior -y nada deseado- «efecto rebote».

En cambio, asegura Bravo, «si se sigue un régimen que gusta y no aburre donde la comida es variada y destaca por su sabor, textura, aspecto, olor» y, sobre todo, que nos permite «disfrutar de nuestra vida social, es mucho más probable que ésta se lleve a cabo con éxito». Según el especialista, la intención era adaptar la dieta al «estilo de vida actual en la ciudad», donde se sale mucho a comer fuera, se llega con pocas ganar de cocinar por la noche a casa o se come demasiado rápido «por eso son pequeños platitos por la noche pero muy variados y con muchas opciones».

Cada alimento está elegido y puesto en diferentes momentos del día para «corregir determinados comportamientos que hemos detectado en los habitantes de las ciudades que les generan problemas de peso, de sueño, estrés, humor…».

¿En qué consiste?

Pero lo más importante ¿en qué consiste esta dieta «delicatessen»? «Lo rico no tiene porqué engordar», desvela Bravo a ABC.es.

Lo que intentan demostrar con esta dieta es que . Todos los días incluye vino tinto y jamón ibérico, junto a una gran variedad de alimentos nacionales preparados en su mayoría de manera tradicional. Además, se hace diferenciación entre los menús de los días de la semana y los fines de semana porque «los pacientes nos piden platos más sabrosos y más ricos para poder disfrutar el fin de semana».

El experto del IMEO recomienda seguir ese refrán español que tan bien se adapta a las últimas tendencias de la bionutrición: «desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un méndigo». Esto se explica porque el «metabolismo empieza a activarse a partir de las 5 o 6 de la mañana» y a partir de las 5-6 de la tarde el cuerpo empieza a «desactivarse» por eso concentran los alimentos que «aportan más energía -hidratos de carbono y ciertas grasas- en el primer periodo del día» y alimentos que aportan menos energía pero que tienen un «mayor poder estructural en cuanto el sistema inmunitario» por la noche lo que da vitalidad por el día y el descanso por la noche.

El desayuno incluye pan y jamón (hasta dos lonchas), fruta (excepto el plátano, el mango y el melón porque son las que tiene más calorias). El café se debe tomar sólo o con leche desnatada. Aunque los deportistas pueden añadir una tortilla francesa de un huevo y las claras de otros dos.

En la comida destacan las verduras cocinadas de forma variada acompañadas de un plato principal consistente en pescado o carne de ave o de ternera o incluso carne magra de cerdo al horno o a la plancha. Una vez a la semana, se puede disfrutar de un guiso como el cocido o la fabada pero desgrasada.

En la cena no puede faltar un tazón de caldo de pollo, de verduras o de puchero y dos lonchas de jamón ibérico además de un poco de carne o pescado, entre 80 y 150 gramos y de postre una onza de chocolate negro puro. ¿Qué mejor forma de terminar la primera semana de la dieta con un platito de pulpo a la gallega, acompañado de jamón y un tazón de caldo de verduras?

No conviene olvidarse de tomar un tentempié a media mañana y media tarde. A media mañana basta con una pieza de fruta y un par de nueces mientras que, por la tarde, se puede incluir un café descafeinado (solo o con leche desnatada) o una infusión, un yogur desnatado y un par de nueces. Sin embargo, los deportistas deben realizar una merienda más consistente en la que incluyan un yogur desnatado, un biscote integral con tomate triturado y dos lonchas de jamón, además de un par de nueces.

El pan queda limitado al desayuno y se puede beber agua sin límite. El patrón de consumo de vino tinto en esta dieta -hipocalórica, rica en frutas, verduras y proteínas saludables- es de una copa de 150 ml. en el caso de las mujeres y 2 copas en el caso de los hombres repartidas en dos comidas. Si bien advierte que «al tratarse de una bebida alcohólica», su consumo queda «expresamente prohibido» si hay que conducir o manejar maquinaria pesada» así como para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y menores de 18 años.

Finalmente Bravo señala que, a la hora de elegir una dieta u otra hay que fijarse en «más factores que la pérdida de peso» y «que no excluyan ningún grupo de alimentos», como la dieta Dukan con la que se pierde peso muy rápido al principio -luego no tanto- pero es «poco social porque no puedes tomar muchas cosas, produce dolores de cabeza, estreñimiento y tiene un enorme efecto rebote…». A largo plazo se puede llegar a perder «lo mismo o más y de forma más estable» con una «dieta equilibrada, social y saludable que con una dieta desequilibrada que, a largo plazo, va a empeorar nuestra analítica».

El bebé más obesod de Colombia pesa 20 kilos con tan solo 8 meses de vida

La fundación «Gorditos de Corazón» lo ha «rescatado» para someterlo a un tratamiento de adelgazamiento
ABC
santiago mendoza pesa 20 kilos con tan solo 8 meses de vidaSantiago Mendoza es el bebé más obeso de Colombia, y ya se encuentra «a dieta» gracias a la «Operación Rescate» emprendida por la fundación «Gorditos de Corazón», que se encargará de seguir unas pautas saludables de alimentación con el fin de evitar problemas de salud al pequeño, que pesa 20 kilos con tan solo ocho meses de edad.

Miembros de esta fundación están prestando apoyo al niño y a su familia, y para ello lo han «rescatado» en la localidad de Valledupar, y lo han trasladado junto a su madre a la Capital, donde ya ha comenzado a recibir tratamiento médico.

La madre de Santiago, Eunice Fandiño, ha reconocido su responsabilidad en el sobrepeso de su hijo, ya que «intentaba complacer al bebé con comida cada vez que lloraba. Si él lloraba yo le daba el pecho y leche de tarro».

Tras enterarse de las condiciones físicas de Santiago, la fundación «Gorditos de Corazón» se trasladó el pasado domingo hasta la localidad donde reside junto a su familia y trasladaron al bebé y a su madre a Bogotá, donde Santiago será atendido en la clínica «La Colina».

Un equipo de especialistas será el encargado de prestarle una atención integral desde cuatro especialidades, pediatría, endocrinología, cirugía baríatica y nutrición, con el objetivo de prevenir traumas mayores y garantizarle un futuro saludable.

Este apoyo hace parte del programa de responsabilidad social que ofrece la clínica «La Colina» que busca también llamar la atención de las entidades públicas y privadas «para que protejan la salud de los niños y en este caso la de Santiago», afirmó el doctor César Guevara, responsable de cirugía del centro sanitario.

El pequeño iniciará un tratamiento integral «de cuerpo mente y emociones, que le salve la vida y le devuelva el peso saludable», aseguran desde la fundación «Gorditos de Corazón». Santiago, con más de 20 kilos de peso a sus ocho meses de edad, duplica en peso a su hermano mayor de tres años .

A su corta edad el pequeño presenta ya síntomas de comedor compulsivo, apetito desmedido y ansiedad por la comida, lo cual ha sido el detonante de su gran obesidad y las enfermedades de alto riesgo que está empezando a padecer.

Desde la clínica destacan que la intervención psicoterapéutica que le brindará la fundación «Gorditos de Corazón» al bebé y su familia serán de vital importancia en la recuperación del menor.

A menor nivel educativo, más obesidad

 

  • Un informe muestra que las universitarias la padecen cuatro veces menos
  • La prevalencia ha aumentado un 3,8% en una década en España

ABC, por Elena G. Sevillano

1386966996_698197_1386967430_noticia_normalLas diferencias socioeconómicas —la renta, el nivel de estudios…— explican muchas de las desigualdades en salud de la población española. A menos ingresos, mayor prevalencia de, por ejemplo, dolencias como la diabetes. En el caso de la obesidad, considerada uno de los principales factores de riesgo de varias enfermedades crónicas, el nivel de estudios genera una brecha aparentemente insalvable. La incidencia de la obesidad —definida como una proporción de grasa que supere un 25% y un 33% de la masa corporal total en hombres y mujeres, respectivamente— en mujeres con estudios primarios es cuatro veces superior a la de aquellas con estudios universitarios.

Así lo concluye un informe del Ministerio de Sanidad, recién publicado, que ha estudiado la información obtenida en las encuestas nacionales de salud realizadas entre 2001 y 2012 para sacar conclusiones sobre los factores de riesgo de las enfermedades crónicas. En esta década, la frecuencia de la obesidad en la población adulta aumentó en un 3,8% (un 2% en mujeres y un 5,7% en hombres). Si en mujeres el nivel de estudios determina hasta cuatro veces más incidencia, en los hombres la brecha se reduce: solo el doble.

“Los estudios muestran que la calidad de la dieta de las personas con menor nivel educativo es también menor. Suele contener más grasas perjudiciales”, explica Miquel Porta, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del Imim. “También sabemos que una parte de la epidemia de obesidad no se debe a que la gente haga poca actividad física —el paradigma del exceso de ingesta de energía comparado con el gasto de energía—; varios investigadores trabajan ahora en hipótesis preocupantes: obesógenos ambientales, sustancias químicas que contribuyen a la acumulación de grasa y que también se encuentran en mayor medida en las dietas de menos calidad”.

La obesidad está considerada como uno de los principales factores de riesgo de distintas enfermedades crónicas y problemas de salud, como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, enfermedad coronaria y cerebrovascular y algunos tipos de cáncer. Según las estimaciones que menciona el informe, la obesidad explica el 80% de los casos de diabetes del adulto, el 55% de los de hipertensión arterial y el 35% de los casos de enfermedad coronaria. Un estudio de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid publicado en la European Journal of Clinical Nutrition en 2003 calculó que, en Europa, al menos una de cada 13 muertes podría estar asociada a la obesidad.

El informe de Sanidad repasa el resto de factores de riesgo de enfermedad crónica. Más del 40% de la población adulta española (39% en hombres y 49,9% en mujeres) se declaró inactiva en su tiempo libre. Y una vez más, las personas con nivel de estudios más bajo declararon que no realizaban actividad física en una proporción un 60% superior que aquellos con nivel más elevado. En la mayoría de comunidades autónomas, sin embargo, la prevalencia de inactividad física ha descendido en la última década.

Ocurre algo similar con el porcentaje de fumadores: eran el 34,5% en 2001 y para 2011/12 ya se habían reducido al 27,1%. En hombres, la tendencia descendente se observó en todos los grupos de edad. En mujeres, se observó en aquellas con una edad inferior a los 45 años, ya que en las mujeres de 45 a 64 años la tendencia en el porcentaje de fumadores fue ascendente.

El porcentaje de consumidores de alcohol en cantidades que suponen un riesgo crónico para la salud también desciende: era 4,1% en 2003 y 1,2% en 2011/12. Por sexos, las mujeres bebedoras de riesgo pasaron del 1,5% en 2003 a 0,3% en 2011/12, mientras que en hombres esos porcentajes fueron 6,9% y 2,1%, respectivamente.

En consumo insuficiente de frutas también han mejorado ligeramente las estadísticas: del 30,5% en 2011 al 28,6% pasada una década.

¿Por qué el ejercicio físico es bueno para el cerebro?

ABC blog / Pilar Quijada
cerebro-corredorQue el ejercicio físico es bueno también para el cerebro no es nuevo (ver el ejercicio es el mejor antidepresivo). Actividades como caminar a paso ligero, hacer bicicleta estática, bailar, nadar, subir escaleras o incluso fregar los suelos son ejemplos de ejercicios de resistencia que se sabe que además de mantener en forma el corazón, los pulmones, el sistema circulatorio y mejorar la aptitud física general también son beneficiosos para una buena salud del cerebro.

Está comprobado que estas actividades físicas retrasan o previenen muchas de las enfermedades asociadas con la edad, como la diabetes y la enfermedad cardiaca y también mejoran la capacidad cognitiva, sobre todo en personas mayores y en aquellas con patologías como depresión, epilepsia, ictus, alzhéimer o párkinson. Además se sabe que el ejercicio favorece la formación de neuronas nuevas en el hipocampo. Lo que no estaba claro hasta ahora era cómo mover los músculos repercute de forma tan positiva sobre el cerebro.

Un trabajo publicado la pasada semana en la revista Cell Metabolism parece haber hallado la solución. Liderada por Bruce Spielgelman, la investigación ha encontrado una proteína llamada irisina, recientemente descubierta, que se produce en el músculo durante el ejercicio de resistencia, y que parece tener un también un papel importante en los efectos beneficiosos sobre el cerebro.

La irisina se relacionaba hasta ahora con el metabolismo energético y en concreto con la transformación de la grasa blanca en parda, un proceso que consume calorías, lo que convierte a esta proteína en una clara candidata para el desarrollo de fármacos para adelgazar. Pero el equipo de Spielgelman ha visto que también aumenta en el cerebro de ratones cuando  practican ejercicio y concretamente en el hipocampo, una estructura fundamental en los procesos de aprendizaje y memoria.

Además al aumentar artificialmente los niveles de irisina en la sangre de los roedores lograron activar genes implicados en el aprendizaje y la memoria. Un hallazgo que puede ser útil para diseñar fármacos que utilicen esta molécula inducida por el ejercicio y que actúen como protectores frente a las enfermedades neurodegenerativas y para mejorar el declive cognitivo asociado al envejecimiento.

Puzle completado

En este puzzle ejercicio/salud cerebral había ya algunas piezas colocadas. Una de ellas era el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), con probados efectos neuroprotectores, que se produce en varias regiones del cerebro cuando se hace ejercicio, y en especial en el hipocampo, como demostró una investigación de la Universidad de California. Además, se ha visto que las personas que tienen una mutación en el gen del BDNF, que resulta en una menor producción de este factor, tienen menor tamaño en algunas estructuras del cerebro, problemas de memoria y mayor tendencia a la ansiedad y la depresión.

Este Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro es importante para la supervivencia de las neuronas, así como para la formación de dendritas y sinapsis. Además es fundamental en la plasticidad sináptica (capacidad de modificar la comunicación entre neuronas en respuesta a las demandas del entorno), la función del hipocampo y el aprendizaje.

Según el trabajo de Spiegelman, la irisina sería el eslabón perdido en esa cadena entre el ejercicio y los beneficios para el cerebro mediados por el BDNF. Pero a el gen de la irisina está regulado por otra proteína (PGC1 alfa) que aumenta con el ejercicio. Inicialmente se descubrió en el músculo esquelético, donde es el principal mediador de los efectos beneficiosos del ejercicio. Pero después se ha visto que en el cerebro no es menos importante y que su ausencia se asocia con la neurodegeneración. En definitiva, esta proteína, PGC1 alfa, aumentaría los niveles de iridina en respuesta al ejercicio de resistencia, que a su vez actuaría sobre el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), responsable último de los beneficios sobre el cerebro.

“Nuestros resultados indican que la irisina controla una vía neuroprotectora muy importante en el cerebro”, señala Spielgelman. El siguiente paso en su investigación, asegura, se dirige a conseguir una forma estable de la proteína irisina que pueda administrarse en modelos de ratón para comprobar si puede potenciar la capacidad natural del cerebro para luchar contra la neurodegeneración.
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El ejercicio de resistencia estimula la expresión del gen de la irisina (Fndc5) a través del complejo de transcripción PGC1-alfa/Err-alfa. El aumento de la expresión del gen Fndc5 estimula a su vez al gen del BDNF, un regulador maestro de la supervivencia celular, diferenciación y plasticidad en el cerebro. Así se logra una mejora en la función cognitiva, el aprendizaje y la memoria, que son los beneficios que el ejercicio produce sobre el cerebro.

Los alimentos que previenen la depresión

Las frutas, cereales, legumbres, frutos secos, pescado y verduras, propios de la dieta mediterránea, puede reducir el riesgo entre un 40% y un 50%

Gonzalo Cruz, ABC

alimentos-previenen-depresion--644x362La obesidad mantiene una peligrosa relación con la depresión, ya que está demostrado que el exceso de peso se asocia con un mayor riesgo de sufrir cuadros depresivos y, a su vez, éstos se relacionan con una mayor probabilidad de desarrollar obesidad. Una correcta alimentación, basada en la dieta mediterránea, puede ser clave para prevenir la depresión.

«La dieta mediterránea podría tener un papel preponderante en la prevención de la depresión y abre una vía importante al conocimiento, con el objetivo de anticiparse a este grave problema de salud pública», asegura Miguel Ángel Martínez González, miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) que acaba de publicar un artículo en la revista médica BMC Medicine bajo el título «Dieta, ¿una nueva forma de prevenir la depresión?».

Precisamente un estudio reciente dirigido por el doctor Martínez González ha revelado que la dieta mediterránea no sólo protege de las enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer, sino que, además, puede reducir el riesgo de depresión entre un 40% y un 50%. ¿Los alimentos clave en la prevención? Frutas, cereales, legumbres, frutos secos, pescado y verduras.

«Mientras que el consumo de ácidos grasos trans, la comida rápida y los productos de bollería industrial se asocian con un mayor riesgo de depresión, el de ácidos grasos omega3 (procedentes del pescado) y el de aceite de oliva, por ejemplo, muestra asociaciones inversas, influyendo en la estructura de las membranas de las células nerviosas y mejorando el funcionamiento de la serotonina, un neurotransmisor implicado en la depresión», explica el especialista de la Seedo.

De los 10.000 voluntarios que participaron en esta investigación, en aquéllos que más se ajustaron al modelo alimentario tradicional del sur de Europa la incidencia de depresión tras cuatro años de seguimiento resultó considerablemente menor que en el resto, lo que sin duda redundó en su felicidad, ya que Martínez González recuerda que los cuadros depresivos son una de las principales causas de suicidio.

El riesgo de padecer depresión es un 55% mayor en las personas obesas, mientras que el riesgo de obesidad aumenta un 58% entre quienes tienen depresión. Teniendo en cuenta que el exceso de peso no es un trastorno psiquiátrico, muchos de los episodios depresivos que sufren las personas con obesidad se deben al hecho de que estar obesos les deprime. Esto es, la depresión es consecuencia de la obesidad, muchas veces debido a la presión social y casi siempre más profunda en el caso de las mujeres.

Buenos hábitos alimentarios para prevenir

Por su parte, las personas deprimidas sufren ansiedad, lo que a menudo causa un trastorno por atracón que se traduce en una necesidad imperiosa de comer hasta que el cuerpo no puede más. De hecho, está comprobado que algunas personas pueden ingerir más de 5.000 calorías en un atracón. Cuando ocurre esto las personas lo que buscan es sentirse saciadas, por lo que comen muchos hidratos de carbono, dándose en algunos casos una auténtica adicción a la comida con el fin de calmar la ansiedad, pudiendo derivar en obesidad.

En este punto el especialista de la Seedo recuerda que la depresión «puede conducir a hábitos dietéticos más pobres», lo que también está demostrado que deriva en un exceso de peso. De hecho, varios estudios indican que la incidencia de la obesidad es mayor en las clases más desfavorecidas porque comen menos carne y pescado, comen más grasas poco saludables y realizan menos deporte.

Mejorar la educación en los hábitos alimentarios es clave, ya que prevenir a tiempo es el mejor tratamiento. De hecho, la psicoterapia cognitivoconductual indicada para las personas obesas que sufren depresión se centra precisamente en aprender pautas alimenticias, además de mejorar la autoestima, desarrollar habilidades sociales, favorecer la motivación para bajar de peso y adquirir pautas para hacer ejercicio.

ADN triste y obeso

La Seedo también avala diferentes investigaciones previas sobre la existencia de un componente genético común a los trastornos del estado de ánimo y a la obesidad. Así, una de las más recientes, realizada por la Universidad de Granada, sostiene que el gen responsable del exceso de peso, el FTO, también es el responsable de la depresión.

Este trabajo, pionero a nivel mundial, indica que la depresión modifica el efecto del FTO sobre el índice de masa corporal de un individuo. Los resultados han sido confirmados en dos muestras independientes, una de ellas de unas 18.000 personas procedentes de 21 países de todo el mundo y de diferentes grupos étnicos.

En este punto, el doctor Martínez González destaca en su artículo que varios estudios también sugieren que la depresión parece compartir mecanismos comunes no sólo con la obesidad, sino también con las enfermedades cardiovasculares. «De hecho, hay varios factores de riesgo cardiovascular que son más frecuentes entre los pacientes con depresión», explica.

La diabetes entra en el «top ten» de enfermedades con más mortalidad

Los problemas cardiovasculares y las enfermedades respiratorias vuelven a liderar la lista de la Organización Mundial de la Salud

N. RAMÍREZ DE CASTRO, ABC

glucometro, foto AbcNo hay muchas sorpresas en el ranking que la Organización Mundial de la Salud (OMS) elabora cada año con las principales causas de muerte en el mundo. Los ataques al corazón, hemorragias e infartos cerebrales lideran un año más el listado, como responsables de 17 millones muertes en 2011 (últimos datos disponibles). También las enfermedades crónicas (cáncer, enfermedades respiratorias, cardiovasculares…) vuelven a superar a las de origen infeccioso. Y la diarrea, el sida y los accidentes de tráfico se mantienen entre las causas más probables de fallecimiento. Pero, por primera vez, la OMS ha incluido la diabetes en este trágico «top ten».

Esta enfermedad silenciosa aparece en el puesto número ocho de la lista de los diez grandes «asesinos» con 1,4 millones de víctimas. Su entrada en el ranking desplaza a la tuberculosis que desciende hasta el número quince. Pese al descenso, la tuberculosis se cobra un millón de muertes anuales, una cifra «inaceptable», según la organización sanitaria de Naciones Unidas.

La obesidad, como culpable

La diabetes aparece como una de las mayores causas de mortalidad, aunque en su lugar también podría haber sido la obesidad. El exceso de peso es el factor de riesgo más poderoso para la aparición de la diabetes más común, la de tipo 2 hasta el punto de que se empieza a acuñar un nuevo concepto el de «diabesidad».

Existen dos tipos de diabetes, la de tipo 1 cuyo origen no está muy claro y debuta en la infancia o juventud y la denominada tipo 2 o del adulto, relacionada con malos hábitos saludables. Esta última es la responsable de que la diabetes aparezca en la nueva revisión de la OMS porque a ella se atribuyen el 95 por ciento de todos los casos de diabetes en el mundo.

La diabetes no mata, pero sí lo hacen sus complicaciones. Hay personas que se pasan años con la glucosa disparada en su sangre sin síntomas. A largo plazo, la enfermedad daña el corazón y los riñones, la visión, produce lesiones nerviosas y daños en la piel. «La cifra de muertes probablemente sea más abultada que la que reconoce la OMSy muchos de los fallecimientos por diabetes estén escondidos en la mortalidad por problemas cardiovasculares y renales», explica Esteban Jódar, jefe de Endocrinología del Hospital Quirón de Madrid.

Infecciones, en países con menos recursos

Otra constante en el informe es la diferencia entre países ricos y pobres. Siete de cada diez muertes se producen entre personas de más de 70 años en los países ricos y sólo uno de cada cien en niños de menos de 15 años. La estadística cambia en las zonas menos favorecidas donde 4 de cada 10 vidas perdidas pertenecen a menores. La mayoría de estas muertes se debe a problemas infecciosos: sida, enfermedades diarréicas,malaria y tuberculosis.

En los países pobres, las complicaciones derivadas de un parto prematuro también son las responsables de la mayor mortalidad de los recién nacidos. En este sentido, la OMS pone de relieve que de los 6,9 millones de niños que murieron antes de cumplir los cinco años en 2011 casi todos (99%) fueran de países de bajos y medianos ingresos.

Tabaco y accidentes de tráfico

El humo de los cigarrillos está detrás de 1 de cada 10 fallecimientos en el mundo y participa en el desarrollo de las patologías más mortales: enfermedad cardiovascular, la EPOC o el cáncer de pulmón. Las lesiones por accidente de tráfico siguen siendo la causa más frecuente, casi 3.500 vidas perdidas cada día, unos 700 más que en el año 2000.

La dieta mediterránea anula el riesgo genético de sufrir un ictus

ABC, por N. Ramírez de Castro

Una investigación española con 7.000 pacientes confirma el efecto de la dieta tradicional por encima de la nutrición baja en grasa

dieta-mediterranea, Sociedad Española de NutriciónCuanto más se estudia la dieta mediterránea, más bondades se encuentra en su ingesta diaria. La última, su capacidad para neutralizar el riesgo genético de sufrir un ictus (infarto o hemorragia cerebral). Un equipo de investigadores españoles del CIBER de Nutrición y Obesidad, en colaboración con la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, han demostrado la capacidad preventiva de nuestra forma de alimentación tradicional, incluso por encima de una dieta baja en grasa. La combinación mágica de aceite de oliva, pescado, legumbres y frutos secos «compensó totalmente la mala influencia genética», explica José Ordovás, director de la investigación y profesor de Nutrición de la Universidad de Tufts.

Las personas con dos copias de una variante genética relacionada también con la diabetes tipo 2 (el gen TCF7L2) multiplican por tres el riesgo de tener un accidente cerebrovascular. Pero al final del estudio se vio que los que seguían la dieta mediterránea tenían el mismo peligro que los que no tenían ese riesgo genético.

Reducir el consumo de grasa no basta

El estudio, que se publica en la revista médica «Diabetes Care», supone un importante avance para la nutrigenómica, la ciencia que estudia la relación entre la genética y la alimentación y su impacto en la salud. La investigación se basa en el estudio de 7.000 voluntarios españoles. Todos ellos forman parte de un estudio más amplio llamado Predimed para el estudio de la dieta mediterránea. Los participantes fueron divididos en dos grupos, unos seguían las pautas de la dieta mediterránea y otros se limitaban a seguir una dieta baja en grasa. Los resultados fueron muy diferentes en el grupo que no siguió la dieta mediterránea. Los factores de riesgo cardiovasculares (colestrol total, triglicéridos, lipoproteínas de baja densidad…) fueron mayores en las personas que seguían la dieta baja en grasa. Y las personas con riesgo genético tenían casi tres veces más probabilidades de padecer un derrame cerebral que las personas sin la variante del gen.

Efectos positivos en todas las personas

¿Por qué no basta con reducir el consumo de grasa para mantener en forma el corazón? Ordovás lo explica: «Las dietas bajas en grasa, van bien para unos, no ofrecen beneficios para otros y pueden ser contraproducente para algunos. Sin embargo la dieta mediterránea parece ser que va bien para unos y mejor para otros. Esto es lo que demuestra este estudio sobre la genética del TCF7L2». A su juicio, los beneficios se extraen sobre todo del aceite de oliva y de los frutos secos por su un alto poder anti-inflamatorio y antioxidante.

Para conseguir los efectos positivos de la comida tradicional, no es necesario seguirla a rajatabla, sino mantener el estilo mediterráneo. «Comer en el contexto de la tradición, esa es la mejor receta», señala el director del estudio.

Las dietas más populares de 2012, según Google

la modelo Miranda KerrLa dieta de cetona de frambuesa, el método Pink, la dieta de Adriana Lima o la de Miranda Kerr, son algunas de las dietas más famosas según el buscador

Mujer hoy, ABC.es

La dieta de Michael Phelps

El nadador que posee más medallas olímpicas en el mundo se jactaba de hacer una dieta de 12.000 calorías diarias para poder mantener su alto rendimiento. Mientras entrenaba para los Juegos Olímpicos de Pekin, su desayuno incluía tres sándwiches de huevo frito, una tortilla francesa, un tazón de sémola, tostadas francesas y tres magdalenas. La comida y la cena se componían de medio kilo de pasta en cada una, con una pizza entera. Todo bañado con bebidas energéticas y batidos. Cualquier nutricionista se llevaría las manos a la cabeza, pero Phelps necesitaba las calorías para poder dar la talla en los duros entrenamientos de cinco horas seis días a la semana, que lo hacían quemar esas calorías a un ritmo superior al promedio de un adulto de su edad. Y aunque en los juegos de Londres, Phelps moderó sus excesos y redujo su desayuno a un tazón de avena, una tortilla francesa, fruta y un café, la gente no olvida su majestuoso régimen de 12.000 calorías que lo convirtieron en el atleta con más medallas en unos juegos olímpicos.

Argumento: 12.000 calorías por día

¿Es para ti? Probablemente no, a menos que seas capaz de quemar hasta 10.000 calorías en un día, un ritmo que solo pueden mantener los atletas de élite cuando están entrenando a un ritmo de cinco horas diarias.

Dieta Beyond

Es un régimen libre de gluten que se compone de alimentos con un índice glicérico bajo, o alimentos que no causen un pico de glucosa en la sangre. Los seguidores de esta dieta están organizados en una comunidad on line que dirige la nutricionista Isabel de Los Ríos, una de las cofundadoras de la dieta. En el grupo se les mantiene motivados y educados para seguir el régimen pero no se cuentan calorías, sino que se concentran en servirse raciones de comida muy moderadas.

Argumento: Para de hacer dieta. Empieza a comer

¿Es para ti? Sus principios están basado en la ciencia de la nutrición. En lugar de poner el foco en las calorías consumidas, se concentran en comer de un modo más saludable, lo cual puede ayudar a perder peso sin tener la sensación de que estás pasando hambre.

La dieta de cetona de frambuesa

El célebre cirujano cardiovascular turco norteamericano Mehmet Oz dijo que la cetona de frambuesa era “un milagro metido en una botella para quemar la grasa. Esto fue suficiente para que las farmacias de Estados Unidos se llenaran de botes de unas píldoras dulzonas. Hasta el momento la evidencia de sus propiedades para quemar la grasa vienen de experimentos con animales realizados en Japón y Korea. Los animales sometidos a una dieta rica en grasas no ganaban peso gracias a la acción de la cetona de frambuesa sobre la hormona que evita acumular grasas en el organismo. Aunque muchos expertos son escépticos ante tanto optimismo, las píldoras parecen tener el éxito asegurado. Las investigaciones japonesas muestras que la cetona de frambuesa evita la caída del cabello en los hombres y dan a las mujeres una apariencia más juvenil.

Argumento: Quemar las grasas

¿Es para ti? Los estudios de la píldora en población obesa o con sobrepeso aún no están terminados, por lo que es difícil dar una respuesta definitiva. Por otra parte, la frambuesa es una fuente rica de antioxidantes, por lo que siempre se podrán obtener otros beneficios de estos suplementos, independiente de perder peso.

El método PINK

Power (poder), Intensity (intensidad), Nutrition (Nutrición) and Cardio con K, esto significa las siglas pink, además del color rosa en inglés que indican que es un método para mujeres, que promueve la pérdida de peso mediante planes saludables de comida y entrenamientos de alta intensidad. El programa viene acompañado con una guía de nutrición y DVDs con los entrenamientos. Se permite comer, sobre todo, proteínas sin procesar, vegetales y frutas, un par de copas a la semana y se intenta evitar a toda costa los azúcares refinados y los alimentos procesados. El Dr. Phil (McGraw), muy famoso en Estados Unidos por su programa de televisión se ha proclamado fan de esta dieta.

Argumento: Perder peso rápidamente para ser más sexy y saludable

¿Es para ti? Depende. La dieta promueve una alimentación saludable y mucho ejercicio físico, lo cual es una receta bastante segura para perder peso. Algunas etapas de la dieta son más restrictivas que otras. Además las dietas rápidas suelen tener un efecto rebote.

La dieta de Adriana Lima

La modelo brasileña Adriana Lima desfiló en el desfile de Victoria Secret a solo seis semana de haber tenido un hijo. Según ella misma dijo a la CBS, éste fue el desafío más grande de toda su vida. Lima contó que siguió los consejos de una nutricionista que después de pesar su masa muscular y medir la retención de líquido de su cuerpo, le recomendó beber un galón (casi cuatro litros) de agua al día. Nueve días antes del desfile, la modelo dejo de comer alimentos sólidos y empezó a alimentarse con batidos de proteínas. Dos días antes, dejó de beber los cuatro litros de agua y comenzó a beber las cantidades habituales de agua, y doce horas antes del desfile dejó de beber del todo. Además, para ganar masa muscular entrenaba dos horas diarias.

Argumento: Perder peso en poco tiempo, cuando no queda más remedio

¿Es para ti? Sobrevivir a base de líquidos no solo es difícil, también es una pérdida de peso difícil de mantener por mucho tiempo.

La psoriasis se asocia con un mayor riesgo de obesidad infantil

ABC

La psoriasis en niños está asociada a un mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, independientemente de la severidad de la enfermedad cutánea, según las conclusiones de un estudio de la Universidad de Northwestern, en Chicago (EE.UU.), realizado con niños de nueve países y publicado en Archives of Dermatology. Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel y, ocasionalmente, de las articulaciones, que sigue un curso crónico, con exacerbaciones y remisiones, sin ser contagiosa.

En el estudio los investigadores de la Universidad de Chicago examinaron la asociación entre el exceso de adiposidad (índice de masa corporal [IMC] percentil) y la adiposidad central (percentil de la circunferencia de la cintura y el cociente cintura-altura) con la severidad de la psoriasis pediátrica en un estudio multicéntrico, transversal, de 409 niños con psoriasis y 205 niños control de nueve países entre 2009 y 2011.

El exceso de adiposidad corporal (IMC = percentil 85) se produjo en el 37,9 por ciento de los niños con psoriasis frente a un 20,5 por ciento de los niños del grupo control pero no difieren en severidad de la psoriasis. La circunferencia de la cintura por encima del percentil 90 se produjo en el 9,3 por ciento de los niños en el grupo de control, 14 por ciento en el grupo de la psoriasis leve y el 21,2 por ciento en el grupo de psoriasis grave, internacionalmente.

Además, el índice cintura-altura fue significativamente mayor en los niños con psoriasis (0,48 por ciento) frente a aquellos en el grupo control (0,46 por ciento) pero no vario mucho en relación a la severidad de la psoriasis.

«En conclusión, los niños con psoriasis, independientemente de la gravedad, son más propensos a tener sobrepeso u obesidad y por lo tanto están en mayor riesgo de complicaciones relacionadas con el exceso de adiposidad», escriben los autores.