Obesidad y sobrepeso en España en mayores de 18 años en 2020

Encuesta Europea de Salud 2020, datos ofrecidos por la Secretaría General de Salud Digital, Información e Innovación del SNS, Subdirección General de Información Sanitaria de España

Las valoraciones de las implicaciones del sobrepeso y la obesidad sobre la salud han concluido que ésta es un factor de riesgo para un amplio número de enfermedades y problemas de salud, incluyendo hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes del adulto, enfermedades coronarias, ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas.

La prevalencia de obesidad en adultos es de 16,01% en 2020, manteniéndose los elevados niveles alcanzados en 2009 (16,00%), 2011 (17,03%), 2014 (16,91%) y 2017 (17,43%), en la línea ascendente de los últimos 25 años (ENSE 1987-2020), algo más marcada en hombres que en mujeres.

Desde 1987, la obesidad en mujeres ha pasado de un 7,90% a un 15,54% en 2020. En hombres el ascenso ha sido mayor, pasando de un 6,90% en 1987 a un 16,50% en 2020. Respecto a 2017, se ha producido un descenso de 1pp en mujeres y 2pp en hombres.

En cuanto al sobrepeso (sin obesidad), la prevalencia se mantiene desde el 32,30% en 1987 al 37,60% en 2020. Las diferencias por sexo son muy marcadas en el caso del sobrepeso (44,90% en hombres y 30,56% en mujeres). En 2020, la prevalencia conjunta de obesidad y sobrepeso de la población adulta es de 53,60% (61,40% de los hombres y 46,10% de las mujeres).

En lo que se refiere a la población menor de edad (de 15 a 17 años), un 20,7 por ciento se encontraba por encima del peso considerado como normal.

En el caso de los menores (de 15 a 17 años) la obesidad afectó al 2,9 por ciento y el sobrepeso al 17,8 por ciento. En sentido contrario, el 2,1 por ciento de la población mayor de edad tenía peso insuficiente.

La ENSE y la EES recogen información del peso y la talla declarados por el individuo. Con esta información se calcula el Índice de Masa Corporal (IMC). IMC = peso declarado (en kg) / talla declarada (en metros al cuadrado m2 ). En adultos de 18 y más años, a partir de este índice, se define: -peso insuficiente (IMC < 18,5 kg/m2 ) -normopeso (18,5 kg/m2 > IMC < 25 kg/m2 ) -sobrepeso (25 kg/m2 > IMC < 30 kg/m2 ) -obesidad (IMC > 30 kg/m2 ).

La obesidad masculina aumenta en Japón

El número de hombres obesos está aumentando en Japón a pesar de que muchas de estas personas son conscientes de que pueden mejorar sus hábitos alimentarios y hacer ejercicio.

Nippon.com

La encuesta anual sobre salud y nutrición nacional en Japón, realizada por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, revela que la obesidad masculina ha continuado creciendo desde 2013. Los resultados de 2019 sugieren que el 33,0 % de los hombres tienen sobrepeso dado su índice de masa corporal promedio de 25 o más, 4,4 puntos superior al de 2013. El promedio de personas con sobrepeso era del 39,7 % entre los hombres de entre 40 y 49 años y del 39,2 % en aquellos de entre 50 y 59 años. En cuanto a las mujeres, el promedio total fue del 22,3 %, 2,0 puntos porcentuales más que en 2013. Hay una proporción menor de mujeres obesas en comparación con los hombres en todos los grupos de edad.

El porcentaje de hombres y mujeres que no mostraron interés o intención de mejorar sus hábitos alimenticios y de entrenamiento aumentó entre el 30 % y el 40 %. De acuerdo con las respuestas ofrecidas por los encuestados, lo que les impide con más frecuencia mejorar sus hábitos son responsabilidades como el trabajo, las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Algunos encuestados también confesaron que no había una razón en particular o simplemente afirmaron que era muy “fastidioso”.

sta encuesta se realiza cada año para evaluar el estilo de vida de la población de Japón. En 2019, 4.496 hogares fueron elegidos al azar y se recibieron respuestas válidas de 2.836 de ellos.

(Fotografía del encabezado© Pixta.)

La diabetes y la obesidad son responsables de casi 800.000 cánceres en todo el mundo

  • El sobrepeso es responsable del doble de cánceres que la diabetes, en torno al 3,9 por ciento de todos los casos de cáncer.
  • En los hombres, el cáncer más habitual causado por la diabetes y la obesidad es el de hígado y el de mama, en las mujeres.
20 minutos / Europa Press
Un estudio dirigido por el Imperial College London, en Reino Unido, encontró que casi el 6 por ciento de los nuevos casos de cáncer en 2012 fueron causados por los efectos combinados de la diabetes y el sobrepeso (índice de masa corporal -IMC- de más de 25 kg/m2) u obesidad (IMC de más de 30 kg/m2). Para los 12 tipos de cáncer estudiados, la diabetes y un IMC elevado combinados fueron responsables de casi 800.000 nuevos casos de cáncer.
Como factores de riesgo individuales, el sobrepeso es responsable del doble de cánceres que la diabetes: 544.300 casos se atribuyeron a un IMC elevado (equivalente al 3,9 por ciento de todos los cánceres) y 280.100 a la diabetes (equivalente al 2 por ciento), según los hallazgos del estudio, publicados en ‘The Lancet Diabetes & Endocrinology’.
Uno de cada cuatro casos de cáncer relacionado con la diabetes en 2012 (7. 000 casos) fue atribuible al aumento mundial de la diabetes entre 1980 y 2002. Algo menos de un tercio de los casos de cáncer vinculados con el peso en 2012 (174.000) se pueden achacar al aumento mundial el número de personas con sobrepeso y obesas durante el mismo periodo.
Los cánceres causados por la diabetes y el sobrepeso o la obesidad eran casi dos veces más frecuentes en mujeres que en hombres, y representan 496.700 y 295.900 casos de cáncer en general, respectivamente.
Los autores dicen que, si las tasas mundiales de diabetes y sobrepeso continúan creciendo, la proporción de cánceres atribuibles a los factores combinados se elevará más de un 30 por ciento en las mujeres y en un 20 por ciento en los hombres en 2035.
Cáncer de hígado y endometrio, principalmente
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores reunieron datos sobre 12 tipos de cáncer de 175 países en 2012. Combinaron esto con datos sobre un IMC alto y sobre la diabetes y emparejaron los conjuntos de datos por grupo de edad y sexo. Los dos factores representaron una cuarta parte de los cánceres de hígado y más de un tercio de todos los cánceres de endometrio en todo el mundo.
En los hombres, el cáncer de hígado fue el cáncer más común causado por la diabetes y el IMC alto, con 126.700 casos o el 42,8 por ciento de todos los cánceres causados por la diabetes y el IMC elevado. El cáncer colorrectal fue el segundo más común, cono 63.200 nuevos casos de cáncer o el 21,4 por ciento.
En las mujeres, el cáncer de mama fue el cáncer más común generado por la diabetes y el IMC alto, con 147.400 casos o el 29,7 por ciento de dichos cánceres. El cáncer de endometrio fue el segundo más común, con 121.700 nuevos casos de cáncer o el 24,5 por ciento.
La mayoría de los casos de cáncer se observaron en países occidentales de altos ingresos (38,2 por ciento, 303.000 de 792.600 casos), pero los mayores incrementos entre 1980 y 2002 se observaron en países de ingresos bajos y medios. El principal cáncer debido a la diabetes y el IMC alto en los países occidentales de altos ingresos fue el cáncer de mama, que representa el 23,8 por ciento de todos los cánceres atribuibles a estos riesgos. En el este y sudeste de Asia, el cáncer de hígado fue el 53,8 por ciento de los cánceres atribuibles a la diabetes y al alto IMC.
Las nuevas cifras destacan el importante papel de la diabetes en el cáncer en todo el mundo, especialmente en los países de bajos ingresos, donde las tasas de sobrepeso, la diabetes y los casos de cáncer están aumentando. «Aunque la obesidad se ha asociado con el cáncer durante algún tiempo, el vínculo entre la diabetes y el cáncer se ha establecido recientemente. Nuestro estudio muestra que la diabetes, ya sea sola o combinada con sobrepeso, es responsable de cientos de miles de casos de cáncer cada año en todo el mundo», apunta el autor principal del estudio, Jonathan Pearson-Stuttard, de la Escuela de Salud Pública de Imperial.

Los autores dicen que, aunque la razón del vínculo entre la diabetes y el cáncer todavía se está investigando, los niveles elevados de insulina o glucosa, la inflamación crónica y la alteración de las hormonas sexuales son potenciales factores. Dicen que las cifras resaltan la necesidad de políticas alimentarias efectivas para combatir el sobrepeso y la diabetes y para que los médicos sean conscientes del alto riesgo de cáncer que sufren las personas de todas las edades que tienen sobrepeso, diabetes o ambas cosas.
Pearson-Stuttard agrega: «Los esfuerzos clínicos y de salud pública deberían centrarse en identificar medidas eficaces de prevención, control y detección para alterar estructuralmente nuestro medio ambiente, como aumentar la disponibilidad y asequibilidad de alimentos saludables y reducir el consumo de alimentos no saludables. Es vital que se implementen políticas coordinadas para abordar los factores de riesgo compartidos y las complicaciones de las enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes.
«Las características distintivas de los pacientes con cáncer están evolucionando en todo el mundo. En el pasado, fumar era con mucho el principal factor de riesgo para el cáncer, pero ahora los profesionales de la salud también deben ser conscientes de que los pacientes con diabetes o con sobrepeso también tienen mayor riesgo de cáncer«, concluye este experto.

Cinco claves nutricionales para evitar la obesidad masculina

Noticias de Mallorca / Infosalus
fotonoticia_20161204073134_640El 52,7 por ciento de la población española de más de 18 años está por encima de su peso y más años presenta sobrepeso u obesidad, un problema que se da en mayor medida en hombres (60,7%) que entre las mujeres (44,7%) aunque no tenga la misma repercusión según un sexo u otro.

De hecho, desde el Instituto Médico para el Estudio de la Obesidad (IMEO) reconocen que, mientras que la obesidad femenina está despiadadamente juzgada y temida –e incluso en las redes sociales hasta circula el término «gordofobia» con este fin–, la obesidad masculina se sigue viéndose como «un mal menor» encriptado en términos exculpatorios, como ‘barriguita cervecera’ o ‘la curva de la felicidad’, que le ayudan a gozar de un mayor grado de aceptación social.

Eufemismos que se encargan de presentar la obesidad del varón dentro de un contexto social de lo más normal, porque los hombres beben más (alcohol), frecuentan restaurantes por motivos de trabajo, comen durante las reuniones, hacen vida social en bares y, al mismo tiempo, apenas se someten a dieta.

El problema, según el experto en nutrición y portavoz del IMEO, Rubén Bravo, es que «quitando importancia a un problema de salud no hace que se resuelva por sí solo», al tiempor que reconoce que los hombres que visitan sus consultas en busca de solución a su estado de obesidad es significativamente menor (21%) que el de mujeres (79%).

Aunque lo ideal es contar con un nutricionista que supervise nuestra alimentación, los expertos en nutrición de IMEO nos ofrecen cinco claves para seguir un patrón nutricional que haga posible evitar la obesidad masculina:

Aumentar los alimentos de origen vegetal y la fibra soluble (frutas, verduras, legumbres, avena) que ayudan a disminuir el colesterol.

Asegurar el aporte de calcio, vitamina D, vitamina K y magnesio, con el fin de mejorar la salud ósea. Aumentar el consumo de lácteos no enteros, pescados azules, verduras de hojas verdes o alimentos enriquecidos.

No olvidar los alimentos proteicos. Mejor la proteína vegetal (legumbres, los cereales, frutos secos). Las carnes que sean magras, sin grasa.

Reducir o moderar el consumo de alimentos grasos, sobre todo las grasas saturadas (por su incidencia en el riesgo cardiovascular) y aumentar el consumo de grasas poliinsaturadas, como los omega 3, que juegan un papel importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Los encontramos en principalmente en pescados azules, aceites vegetales, nueces, semillas, etc.

Recordar que el ejercicio físico reduce la pérdida de músculo, aumenta el gasto calórico y fortalece los huesos, a la vez que mejora la salud cardiovascular. Su práctica regular ayuda a evitar enfermedades y potencia el bienestar emocional.

¿Sabes qué es la pregorexia en el embarazo? Aquí te lo contamos

La pregorexia es un comportamiento muy preocupante en las embarazadas.

Imujer, por Alejandra Guerrero
peso-en-el-embarazo«Pregorexia» combina las palabras pregnacy (embarazo en inglés) y «anorexia». Describe a las mujeres que tienen miedo a aumentar de peso durante el embarazo, y por lo tanto no se nutren adecuadamente a sí mismas y a su bebé en desarrollo. Y aunque no es considerado todavía un diagnóstico médico, describe un comportamiento muy real y preocupante.

¿Comer más o comer menos durante el embarazo?

Hoy en día es casi un cumplido decirle a una mujer embarazada «¡Casi no parece que estuvieras embarazada!» Y aunque cada mujer sube una cantidad de peso diferente durante el embarazo, el aumento de peso es saludable.

No subir de peso lo suficiente durante el embarazo es peligroso: puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo y complicaciones de nacimiento, tales como prematuridad y bajo peso al nacer. Además, si se restringe la ingesta de alimentos durante el embarazo, el bebé no recibe los nutrientes adecuados que necesita para desarrollarse.

Y la restricción de alimentos durante el embarazo es contraria a la biología. Las mujeres con anorexia están ejerciendo un enorme control ante un impulso biológico natural, que es comer durante el embarazo. Y todos los trastornos alimentarios durante el embarazo son peligrosos, tanto para la madre como para el bebé.

Las mujeres más vulnerables de sufrir pregorexia

Las mujeres con antecedentes de trastornos alimentarios están particularmente en riesgo de sufrir de pregorexia durante el embarazo. Esto es especialmente cierto para las madres primerizas, que no están preparadas para lo que le va a suceder a su cuerpo. Algunas mujeres piensan que estarán bien al quedar embarazadas, pero cuando empiezan a ganar peso se desencadena una reacción que las pone de nuevo en el modo anoréxico.

Pero los trastornos alimenticios también pueden afectar a las futuras mamás que no los sufrieron en el pasado. Algunas de estas mujeres han mantenido un estrecho control de su peso corporal y figura durante toda su vida. Y cuando empiezan a subir de peso durante el embarazo desarrollan comportamientos poco saludables con los alimentos.

Las mujeres a menudo no hablan de sus trastornos alimenticios con su ginecólogo. Esto sería lo más saludable, ya que el médico las derivará a dietistas, psiquiatras y psicólogos que les brinden apoyo.

La buena noticia es que, a pesar de los desafíos que el embarazo puede traer, muchas mujeres con trastornos alimentarios lo utilizan como punto de inflexión para hacer cambios positivos para la salud de su bebé, que luego se extienden durante la lactancia y más allá, y pueden significar un futuro más saludable para la madre y el bebé.

Una Europa incapaz de frenar la obesidad

Basado en un informe de la OMS sobre 53 países.
El 23% de los menores de 11 años tiene sobrepeso u obesidad.

El Mundo, por María Valerio
foto by El MundoBebedores, fumadores, con un sobrepeso galopante y muy diferentes entre sí. Así podría definirse, a grandes trazos, la salud de los europeos según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que refleja un continente que aún circula a dos velocidades en materia de salud.

Los autores del informe reconocen que se han logrado importantísimos avances en la lucha contra la mortalidad prematura o el control de enfermedades infecciosas. Sin embargo, manifiestan su preocupación por el elevado peso que aún tiene el alcohol, el tabaco y el sobrepeso como factores de muerte prematura entre los europeos. Y como señala a EL MUNDO por teléfono Claudia Stein, especialista de la Oficina regional de la OMS en Europa, de seguir por esta senda «es posible que esos logros se pierdan y las futuras generaciones no vivan tanto como sus padres y abuelos».

«Somos el segundo continente con más obesos del mundo», explica Stein, «sólo superados por los americanos», subraya Stein desde Londres -donde se han dado a conocer los datos-, «y aquí se fuma y se bebe alcohol más que en ningún otro sitio en el mundo».

Respecto al sobrepeso, nada menos que seis de cada 10 europeos es obeso o tiene sobrepeso (concretamente el 59%), aunque en algunos países esta cifra llega hasta el 67% («y España está por encima de la media europea»). De hecho, la OMS recuerda que este problema se ha triplicado en algunos países europeos desde los años 80, lo que constituye un importante reto de salud público tanto por las consecuencias para estos individuos como para los sistemas sanitarios que tienen que atenderles.
Informe de la Oms sobre la obesidad en 53 paises

En este ranking de países europeos pasados de peso, España ocupa un preocupante noveno puesto (en un total de 53 que componen esta región europea), con un 60% de ciudadanos con sobrepeso y casi un 25% de obesos. «Es cierto que la dieta de los jóvenes ha cambiado [alejándose de los patrones mediterráneos], pero también falta promover la actividad física en los colegios», destaca la responsable de la División de Información e Innovación. Stein sitúa la responsabilidad a partes iguales en los gobiernos («se puede hacer más a nivel político»), la sociedad («hemos aceptado socialmente que unos kilos de más no importan») y la industria («con el etiquetado actual mucha gente no es consciente de las calorías que está consumiendo»).

El informe -que se realiza cada tres años-, destaca que el 20% de los varones y el 25% de las mujeres no realiza ningún tipo de actividad física, pese a los esfuerzos que se han llevado a cabo desde las autoridades para promover el ejercicio como una receta saludable.

Pero el problema no se circunscribe a los adultos, sino que han aumentado de manera importante los niños y adolescente con sobrepeso: Nada menos que un 23% en niños de hasta 11 años y un 16% entre los adolescentes de 15 años.

Que sólo el 35% de los países tenga medidas concretas para facilitar el acceso caminando a las escuelas o que sólo el 20% promueva el uso de la bicicleta como medio de transporte para los escolares no facilita la lucha contra esta lacra. También aquí España suspende, y se coloca como el sexto país europeo donde más niños y niñas tienen problemas con la báscula.

Europa es también el continente en el que más alcohol se consume de todo el planeta, con 11 litros por persona al año (en el caso de España, 9,8 litros). Además, el 30% de los ciudadanos es fumador, una cifra que ha descendido en los últimos años gracias a las políticas antitabaco implantadas -también aquí desigualmente- por algunos países.

«La tasa de tabaquismo en España está descendiendo, pero aún sigue por encima de la media europea», destaca también la doctora Stein que considera que «puede hacerse más». Y menciona, por ejemplo, la implantación de las cajetillas genéricas de tabaco, una medida a la que se ha opuesto España por ahora.

Los avances contra las enfermedades infecciosas o la reducción en la tasa de suicidios y accidentes de tráfico (sólo en Rusia han caído un 20% en 10 años) ha permitido mejorar considerablemente la esperanza de vida en los 53 países que componen la región europea de la OMS (aunque con una diferencia de 11 años entre los dos extremos de este ranking). Sin embargo, como advierte el estudio, es posible que las nuevas generaciones no sigan disfrutando de esta longevidad si no se toman medidas contra el alcohol, el tabaco y la obesidad.

7 riesgos de la drunkorexia

La drunkorexia es una práctica muy cerca de ser considerada como un nuevo trastorno alimenticio, por ello te presentamos a continuación algunos de los daños que genera a la salud de quienes la realizan.

Informe 21

drinkorexiaEl término drunkorexia se refiere a alguien que restringe las calorías de los alimentos en su dieta para hacerle lugar a las que provienen de las bebidas alcohólicas. Pese a los riesgos, se estima que 30% de las mujeres realiza esta práctica.
La drunkorexia deriva del miedo por aumentar de peso debido al alcohol y aunque es más frecuente en las mujeres universitarias, las de mayor edad y los hombres también son susceptibles, afirma la University of Texas (UT).

1. Daño cognitivo
Privar al cerebro de una nutrición adecuada y el consumo de grandes cantidades de alcohol puede causar problemas cognitivos como la dificultad para concentrarse o tomar decisiones, afirma Victoria Osborne, profesora de la University of Missouri-Columbia.

2. Pérdida del control
Beber con el estómago vacío hace que las personas se emborrachen más rápido, lo que a su vez deriva en la pérdida del control sobre el cuerpo aumentando el riesgo de sufrir graves accidentes, afirma la University of Texas.

3. Atracones de comida
Éstos son experimentados porque la persona está extremadamente hambrienta y es incapaz de controlar sus impulsos e ingesta de alimentos indica la UT. Cuando se hace de manera cotidiana se corre el riesgo de desarrollar bulimia.

4. Purgas
Es común que después de comer demasiado la culpa y el miedo por subir de peso aparezcan, por lo que la persona buscará deshacerse mediante el vómito de todos los excesos, afirma el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

5. Violencia
Osborne afirma que la drunkorexia incrementa el riesgo de que una persona sufra o infrinja violencia sobre las demás. Además también son propensos a llevar a cabo conductas sexuales peligrosas que dañen el resto de sus vidas.

6. Mal funcionamiento de los órganos
La reducción de la ingesta de calorías en los alimentos pone una persona en riesgo de no obtener los nutrientes necesarios para que cada uno de sus órganos funcione de manera correcta, señala la UT.

7. Daño hepático
Con la drunkorexia el hígado sufre más daños por el alcohol, especialmente en las mujeres debido a que aunque ingieran menos cantidad y durante un tiempo más corto que los hombres, su sangre absorbe entre 30 y 50% más de la sustancia, indica el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

¿Qué es mejor?
Los investigadores de la University of Texas indican que se puede consumir alcohol sin alterar el peso si se mantiene una dieta balanceada y se equilibran las calorías de los alimentos con los de las bebidas los días que éstas se consumen.
Además es importante elegir inteligentemente el alcohol que se consume. Muchas bebidas mezcladas y algunas cervezas son más altas en calorías que otras. Limitar la ingesta también es otra manera de disfrutar sin subir de peso.
Las mujeres en general tienen mayor riesgo de problemas de salud relacionados con el consumo excesivo de alcohol, debido a que metabolizan el líquido de manera diferente a los hombres, afirma la profesora Victoria Osborne.
Fuente: Salud 180

La obesidad causó 500.000 nuevos casos de cáncer en 2012

Los expertos calculan que una cuarta parte de estos casos podría haberse evitado al estar relacionados con el progresivo incremento en el índice de masa corporal 

ABC
obesidad y cancerPrevenir la obesidad puede ser una vía para prevenir el cáncer. En 2012, el sobrepeso, y la obesidad, parecen ser los responsables de 500.000 nuevos casos de cáncer en todo el mundo. Y, según un informe publicado en «The Lancet Oncology», el impacto del exceso de peso es mucho mayor en los países más desarrollados: casi dos tercios (64%) de los tipos de cáncer relacionados con la obesidad se producen en América del Norte y Europa.

A tenor de estos datos, los investigadores, dirigidos por Melina Arnold, de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), estiman que una cuarta parte de todos los cánceres relacionados con la obesidad en 2012 (118.000 casos) son atribuibles al aumento en el índice de masa corporal (IMC) que se ha producido en la población desde 1982. Es decir, aseguran, eran «evitables».

A partir de la información obtenida de una serie de bases de datos, incluyendo Globocan, sobre la incidencia de cáncer y mortalidad en 184 países, Arnold y sus colegas crearon un modelo para estimar la cantidad de cánceres asociados con el exceso de peso en los países y regiones de todo el mundo en 2012, y qué proporción podría ser atribuida al aumento del IMC desde 1982.

Pero en mujeres

Los resultados revelan que los cánceres relacionados con la obesidad es un problema muchos más grave para las mujeres que para los varones, en gran parte debido al cáncer de endometrio y de mama después de la menopausia. Así, en los varones, el exceso de peso fue responsable de 136.000 nuevos casos de cáncer en 2012, mientras que en las mujeres lo fue de 345.000 (1,9% y 5,4% respectivamente).

De los 345.000 cánceres en mujeres, casi 25.000 fueron de mama, endometrio y colon, mientras que en los hombres el cáncer de colon y el de riñón representaron más de dos tercios de todos los tumores asociados con la obesidad (cerca de 90.000 casos).

Y las cifras son peores cuanto más desarrollado es el país; así por ejemplo, en aquellas regiones con mayor índice de desarrollo humano (IDH) países, alrededor del 8% de los cánceres en las mujeres y el 3% en los hombres estaba asociado con el exceso de peso, en comparación con el 1,5% de los cánceres en las mujeres y del 0,3% en los hombres en los países con un IDH más bajo.

La peor parte se la lleva América del Norte: solo en esa región hubo 111.000 cánceres, casi una cuarta parte (23%), de todos los nuevos cánceres relacionados con la obesidad a nivel mundial. Mientras que África subsahariana fue la que menos contribuyó: 7.300 cánceres o 1,5%. Dentro de Europa, los países donde más casos se produjeron son los del este de Europa (66.000 cánceres).

Cada vez más obesos

La prevalencia mundial de obesidad en adultos se ha duplicado desde 1980. «Si esta tendencia continúa –señala Arnold-, aumentará la carga futura de cáncer, sobre todo en América del Sur y en el norte de África, donde se está observando los mayores incrementos en la tasa de obesidad en los últimos 30 años». En España se calcula 22,9% de la población adulta es obesa, según el índice de masa corporal (IMC), porcentaje que aumenta al 36% si se utiliza el perímetro de la cintura para definirla.

La epidemia del siglo XXI

 

Hormonas femeninas, posible causa de la alta tasa de obesidad en hombres occidentales

Científicos vinculan la exposición excesiva a estrógenos, por dieta y por contaminantes, con una feminización de los varones en la forma de ganar peso.

Investigadores de la Universidad de Adelaide, en Australia, sugieren que la alta tasa de obesidad entre los hombres occidentales podría estar relacionada con la exposición a sustancias -bastante comunes en nuestras sociedades- que contienen hormonas sexuales femeninas o estrógenos. Esto haría que los hombres ganasen peso de la misma forma que las mujeres, afirman los científicos.

Tendencias 21, Por Marta Lorenzo

estrógenos y obesidad en hombresUn desequilibrio provocado en hombres por hormonas sexuales femeninas en los países occidentales podría estar contribuyendo a los altos niveles de obesidad masculina de nuestras sociedades, sugiere una nueva investigación de la Universidad de Adelaide, en Australia.

En un artículo publicado en la revista en línea PLoS ONE, los investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad sugieren que la obesidad entre los hombres occidentales podría estar relacionada más concretamente con la exposición a sustancias que contienen estrógenos (hormona sexual femenina), sustancias que sobre todo se encuentran en las sociedades opulentas, como los productos de la soja o los plásticos.

Características del estudio

James Grantham, uno de los autores del estudio, y sus colaboradores compararon las tasas de obesidad entre hombres y mujeres de todo el mundo, con medidas tales como el Producto Interior Bruto, con el fin de determinar el impacto de la riqueza sobre la obesidad.

Así descubrieron que, si bien era corriente que las mujeres de los países en desarrollo tuvieran niveles de obesidad significativamente mayores que los hombres, en el mundo desarrollado el panorama era bastante diferente.

«El aumento de peso impulsado hormonalmente se da, en mucho mayor medida, en las mujeres que en los hombres. Esto resulta muy claro si se ven los índices de obesidad del mundo en desarrollo», explica Grantham en un comunicado de la Universidad de Adelaide.

«Sin embargo, en el mundo occidental (Estados Unidos, Europa y Australia) las tasas de obesidad entre hombres y mujeres están mucho más cercanas. En algunos países occidentales, la obesidad masculina es mayor que la obesidad femenina». «A pesar de la mala alimentación es, sin duda, la principal responsable de este hecho, creemos que hay más factores influyentes, además del alto consumo de calorías», asegura el investigador.

Otros efectos posibles

Grantham y el coautor del estudio, Maciej Henneberg, creen que en sociedades con una dieta de alto contenido en soja, como Estados Unidos, esto puede hacer que los varones se «feminicen», y que sus cuerpos imiten artificialmente la manera en que las mujeres ganan peso. Pero habría más.

«Una fuente bien establecida de xenoestrógeno (compuestos químicos que son agentes hormonales activos) es el polivinilo (más conocido como PVC). El uso de este producto está generalizado en la mayoría de los países ricos, y se halla desde en dispositivos médicos de plástico hasta en tubería para el agua«, e xplica Henneberg.

La presencia de estos materiales y de determinados alimentos podría estar provocando cambios micro-evolutivos en las sociedades occidentales, y también cambios en la testosterona y los estrógenos de los hombres. «Esto podría explicar ciertamente algunos efectos preocupantes, como la reducciones del conteo de esperma en los hombres de las naciones desarrolladas», sigue diciendo Henneberg.

Sin embargo, los científicos afirman que aún se necesitarán más investigaciones para determinar si verdaderamente factores ambientales podrían estar provocando una «feminización» de los hombres en el mundo occidental.

También peces feminizados

La feminización por exposición a factores ambientales, aunque sorprendente, parece no estar afectando solo a nuestra especie. En otro estudio de marzo de este mismo año, miembros del equipo de Biología Celular en Toxicología Ambiental de la Universidad del País Vasco/EHU descubrieron también indicios de «feminización», en este caso, en peces macho de los estuarios de Gernika, Arriluze, Santurtzi, Plentzia, Ondarroa, Deba y Pasaia.

Los primeros casos fueron datados entre 2007 y 2008, y se estableció que contaminantes que actúan como estrógenos serían los causantes de este fenómeno.

El origen de estos contaminantes de las aguas se encontraría en productos de uso común como plastificadores, pesticidas, píldoras anticonceptivas, fragancias y detergentes, entre otros. Todos ellos productos con los que conviven los humanos.

Referencia bibliográfica:

James P. Grantham, Maciej Henneberg. The Estrogen Hypothesis of Obesity. PLoS ONE (2014). DOI: 10.1371/journal.pone.0099776.

Los alimentos que previenen la depresión

Las frutas, cereales, legumbres, frutos secos, pescado y verduras, propios de la dieta mediterránea, puede reducir el riesgo entre un 40% y un 50%

Gonzalo Cruz, ABC

alimentos-previenen-depresion--644x362La obesidad mantiene una peligrosa relación con la depresión, ya que está demostrado que el exceso de peso se asocia con un mayor riesgo de sufrir cuadros depresivos y, a su vez, éstos se relacionan con una mayor probabilidad de desarrollar obesidad. Una correcta alimentación, basada en la dieta mediterránea, puede ser clave para prevenir la depresión.

«La dieta mediterránea podría tener un papel preponderante en la prevención de la depresión y abre una vía importante al conocimiento, con el objetivo de anticiparse a este grave problema de salud pública», asegura Miguel Ángel Martínez González, miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) que acaba de publicar un artículo en la revista médica BMC Medicine bajo el título «Dieta, ¿una nueva forma de prevenir la depresión?».

Precisamente un estudio reciente dirigido por el doctor Martínez González ha revelado que la dieta mediterránea no sólo protege de las enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer, sino que, además, puede reducir el riesgo de depresión entre un 40% y un 50%. ¿Los alimentos clave en la prevención? Frutas, cereales, legumbres, frutos secos, pescado y verduras.

«Mientras que el consumo de ácidos grasos trans, la comida rápida y los productos de bollería industrial se asocian con un mayor riesgo de depresión, el de ácidos grasos omega3 (procedentes del pescado) y el de aceite de oliva, por ejemplo, muestra asociaciones inversas, influyendo en la estructura de las membranas de las células nerviosas y mejorando el funcionamiento de la serotonina, un neurotransmisor implicado en la depresión», explica el especialista de la Seedo.

De los 10.000 voluntarios que participaron en esta investigación, en aquéllos que más se ajustaron al modelo alimentario tradicional del sur de Europa la incidencia de depresión tras cuatro años de seguimiento resultó considerablemente menor que en el resto, lo que sin duda redundó en su felicidad, ya que Martínez González recuerda que los cuadros depresivos son una de las principales causas de suicidio.

El riesgo de padecer depresión es un 55% mayor en las personas obesas, mientras que el riesgo de obesidad aumenta un 58% entre quienes tienen depresión. Teniendo en cuenta que el exceso de peso no es un trastorno psiquiátrico, muchos de los episodios depresivos que sufren las personas con obesidad se deben al hecho de que estar obesos les deprime. Esto es, la depresión es consecuencia de la obesidad, muchas veces debido a la presión social y casi siempre más profunda en el caso de las mujeres.

Buenos hábitos alimentarios para prevenir

Por su parte, las personas deprimidas sufren ansiedad, lo que a menudo causa un trastorno por atracón que se traduce en una necesidad imperiosa de comer hasta que el cuerpo no puede más. De hecho, está comprobado que algunas personas pueden ingerir más de 5.000 calorías en un atracón. Cuando ocurre esto las personas lo que buscan es sentirse saciadas, por lo que comen muchos hidratos de carbono, dándose en algunos casos una auténtica adicción a la comida con el fin de calmar la ansiedad, pudiendo derivar en obesidad.

En este punto el especialista de la Seedo recuerda que la depresión «puede conducir a hábitos dietéticos más pobres», lo que también está demostrado que deriva en un exceso de peso. De hecho, varios estudios indican que la incidencia de la obesidad es mayor en las clases más desfavorecidas porque comen menos carne y pescado, comen más grasas poco saludables y realizan menos deporte.

Mejorar la educación en los hábitos alimentarios es clave, ya que prevenir a tiempo es el mejor tratamiento. De hecho, la psicoterapia cognitivoconductual indicada para las personas obesas que sufren depresión se centra precisamente en aprender pautas alimenticias, además de mejorar la autoestima, desarrollar habilidades sociales, favorecer la motivación para bajar de peso y adquirir pautas para hacer ejercicio.

ADN triste y obeso

La Seedo también avala diferentes investigaciones previas sobre la existencia de un componente genético común a los trastornos del estado de ánimo y a la obesidad. Así, una de las más recientes, realizada por la Universidad de Granada, sostiene que el gen responsable del exceso de peso, el FTO, también es el responsable de la depresión.

Este trabajo, pionero a nivel mundial, indica que la depresión modifica el efecto del FTO sobre el índice de masa corporal de un individuo. Los resultados han sido confirmados en dos muestras independientes, una de ellas de unas 18.000 personas procedentes de 21 países de todo el mundo y de diferentes grupos étnicos.

En este punto, el doctor Martínez González destaca en su artículo que varios estudios también sugieren que la depresión parece compartir mecanismos comunes no sólo con la obesidad, sino también con las enfermedades cardiovasculares. «De hecho, hay varios factores de riesgo cardiovascular que son más frecuentes entre los pacientes con depresión», explica.