Escabeches caseros: qué son y qué beneficios esconden

CuidatePlus, por Isabel Gallardo Ponce

Los escabeches caseros son una opción para añadir a alimentación equilibrada

La Real Academia de la Lengua Española define los escabeches como “salsa o adobo que se hace con aceite frito, vino o vinagre, hojas de laurel y otros ingredientes, para conservar y hacer sabrosos los pescados y otros alimentos”. El abanico es amplio y se pueden escabechar verduras –coliflor, berenjenas, brócoli, calabacín, zanahorias, cebollas, pimientos, puerro o champiñones-, aves -pollo o pavo-conejo, carnes de caza -perdiz, codorniz-, mariscos -mejillones, berberechos…-, pescados –atún, sardinas, boquerones, truchas, caballa, calamares…-, legumbres, setas y hasta frutas.

Aunque parece que el escabeche es una forma de preparación típicamente española, existe documentación de su uso ya hace varios siglos en la cocina persa y árabe. En su origen se realizaba como una forma de conservar los alimentos para su consumo posterior, ya que no existían neveras ni otros métodos de conservación en frío. En sus inicios se utilizaba sobre todo “con los pescados para poder llevar este alimento a zonas en las que no había mar. Se buscaban métodos de conservación como el aceite, la sal o la desecación. El escabeche comienza como una mezcla de varias técnicas”, explica a CuídatePlus Elena Pérez Montero, nutricionista del Hospital Quirónsalud Madrid.

La técnica consiste en crear un medio ácido compuesto por ácido acético -se encuentra en el vinagre-, además de añadirle aceite, especias y/o hortalizas en el cual el alimento se cuece, adereza y conserva. También se puede elaborar con vino. Paula Urones Cuesta, del grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), añade que aunque normalmente contienen aceite a veces la cantidad puede ser muy pequeña y utilizarse sólo para marcar el alimento. 

El aceite -preferiblemente de oliva virgen extra- no sólo ayuda a sellar el alimento, sino que también ayuda a potenciar los sabores, el olor, la textura y su conservación.

Según Sonia Peinado, dietista nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), “este medio ácido que creamos produce la desnaturalización parcial de las proteínas y esto, contribuye a dar ese olor y textura especial que ha hecho que el escabeche se use no únicamente como método de conservación, sino por sus características organolépticas distintivas”. 

Beneficios para la salud de los escabeches

El hecho de que sea saludable o no dependerá de los ingredientes que incorpore el escabeche y de la cantidad de aceite utilizada. “Cuanto más ingredientes naturales, más saludables son. El escabeche permite todo tipo de combinaciones, más allá de pescados o mariscos”, y puede realizarse con otras carnes, como el conejo, el pavo o las codornices”, explica Pérez Montero.

En este sentido Katherine García Malpartida, del Área de Trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, recomienda, en general, consumir los alimentos frescos, debido a que con el escabeche se añade aceite, vinagre y sal a los alimentos: “Hay que tener en cuenta que, al añadir sal en el proceso del escabechado, la cantidad de sodio que se incorpora al alimento es mucho mayor que al natural”. Si los alimentos que se escabechan tienen un contenido bajo en grasas es necesario añadirle aceite, con esa mezcla de agua, vino o vinagre, permite que no sean tan calóricas. En ello coincide Urones, quien añade que combinarlos de forma adecuada hace que sean muy interesantes desde un punto de vista nutricional. “El ácido acético tiene un papel en el metabolismo celular que permite convertir las grasas e hidratos de carbono en moléculas de energía; esto nos ayuda a eliminar la grasa acumulada en el cuerpo además de mejorar el funcionamiento del hígado, páncreas y glándula tiroidea”.

Los escabeches pueden formar parte de una alimentación equilibrada y como parte de la dieta mediterránea por el tipo de alimentos que utiliza o conserva. Eso sí, siempre hay que tener en cuenta nuestras necesidades nutricionales y el resto de alimento que consumimos para que la alimentación sea variada e incluya verduras, frutas, legumbres, pescado, frutos secos y carnes blancas, atendiendo a cuántas veces a la semana hemos de consumir cada grupo de alimentos. Urones da como ejemplo un plato con escabeche y muy mediterráneo: atún escabechado con ensalada de tomate y cuscús. 

Como contrapunto, Peinado explica que “no podemos decir de forma  general que los escabeches son saludables, ya que dependerá de factores como las cantidades utilizadas y los días de consumo. Sin embargo, esto tampoco quiere decir que su consumo sea perjudicial, sólo que parece lógico consumirlo de forma moderada o elegir, si decidimos comprarlos, según el etiquetado, aquellos que tengan menor proporción de aditivos”. 

Una opción razonable de consumo, dice García, es tomarlos una vez cada dos semanas, «aunque las personas que tengan restricción de calorías o de sal no deberían consumir estos productos». 

Especias a añadir en un escabeche

El laurel es una de las especias más utilizadas y uno de los ingredientes estrella del escabeche, pero también se pueden añadir pimienta -de cualquier tipo-, aunque habitualmente en grano, o pimentón, sin olvidar las cabezas de ajo. Todas ellas mejoran el sabor del plato final. “Esta mezcla de especias en un medio ácido -con esa base de vinagre- también ayudan a mejorar la digestión porque ablandan las características de los alimentos -ya sean verduras, pescados con alto contenido o graso, que se caracteriza por tener una carne más dura-. Cuando un plato tiene varios componentes, se tiende a comer menos cantidad porque se paladea más”, explica Pérez Montero.

¿Se mantienen los nutrientes en el escabeche?

Cualquier proceso de cocinado conlleva la pérdida de una parte de nutrientes. Pero el recubrimiento con el aceite y el añadido del vinagre ayuda a mantener las propiedades porque “los ácidos del vinagre tienen un cierto efecto conservante que van a hacer que muchas de las vitaminas se mantengan”. No obstante, como el proceso de escabechado se hace a fuego lento y durante un tiempo algo lento permiten mantener los nutrientes. Además, el hecho de tomarlos en frío hace que no calentarlos no incremente esa pérdida nutricional.

¿Qué tipos de escabeche existen? 

Pérez explica que el tipo de escabeche depende del alimento que predomine, ya sea vegetal, carne o pescado. Otro tipo de clasificación depende de su duración: larga, media o corta. “Antiguamente se sellaba el alimento con una harina. Cuantos más ingredientes intervienen en el proceso, esto hace que la duración sea más corta”. 

En cuanto al proceso de cocinado, Urones destaca que la más tradicional, y presente en muchos libros de cocina clásicos, “es aquella que lleva dos partes de aceite, una de vinagre y una de vino blanco”.

Además para elaborar un escabeche en casa pueden aplicarse tres métodos. Urones recuerda que dependiendo de la opción elegida, los tiempos de conservación serán diferentes siendo el primero el que más tiempo conserva el alimento: 

  • Cocinar el escabeche y el alimento por separado para mezclarlo en frío.
  • Mezclar el escabeche y el alimento cuando están templados.
  • Cocinarlos juntos.

¿En conserva o hechos en casa?

Hay multitud de conservas de escabeche disponibles en el mercado y siempre son una buena opción. Lo que sí que hay que tener en cuenta a la hora de comprarlos es si son de buena calidad y para eso hay que fijarse en el etiquetado. Y, sobre todo, según Peinado en el contenido de sal, aceite, azúcar u otros aditivos.

“Los escabeches caseros son una técnica sabrosa que vamos a consumir a corto plazo. Normalmente los elaboramos más por el sabor que por la conservación, ya que no solemos comprar grandes cantidades ni tener la necesidad de recurrir al escabeche para que no se estropeen”, dice Pérez Montero. De hecho, cuando hacemos esto el congelado es una manera más fácil para su almacenamiento.

Además, el hecho de hacer el escabeche en casa asegura que no contienen aditivos ni conservantes. Pero cuando llega el momento de consumirlo, ¿qué hacemos con el caldo que lo acompaña? Urones aconseja escurrirlo y utilizar esa salsa para, por ejemplo, “aliñar ensaladas o utilizarlo para otras elaboraciones”. En esa misma línea, García recuerda que «en el caldo se encuentra gran parte del vinagre, del aceite y de la sal del escabechado, por lo que, aunque no es dañino, si queremos reducir las calorías y la sal del producto sería recomendable descartarlo». 

Precauciones al escabechar en casa

Hacer el escabeche en casa permite controlar las cantidades del agente sellador (aceite), de conservador (sal) y de estabilizante (hierbas). No obstante, Peinado recuerda que es esencial asegurar “que los recipientes a usar estén correctamente esterilizados y posteriormente sellados al vacío”. 

Además, hay que tener cuidado con que los alimentos que vamos a utilizar estén en perfectas condiciones y adecuadamente lavados, ya que “el principal riesgo de las conservas caseras es el crecimiento bacteriano, como puede ocurrir con Clostridium botulinum, una bacteria que se multiplica en ambientes sin oxígeno y que genera una toxina que provoca botulismo. Esta bacteria sólo se elimina a temperaturas superiores a partir de los 100 ºC y durante 20 minutos como mínimo”.

En el caso de que queramos realizar un escabeche de pescado es muy importante congelar previamente el producto a temperaturas de -18ºC durante 72 horas para evitar la toxiinfección por Anisakis, “que soporta la la acción del vinagre durante períodos de incluso meses, y que requeriría además del tratamiento con vinagre, un tratamiento térmico posterior”.

¿Hay alimentos tóxicos?

CuidatePlus, por Isabel Gallardo Ponce

Una alimentación equilibrada es básica para mantener una buena salud. Pero al planear nuestros menús para la semana, algo que permite huir de picoteos poco saludables, también hay que prestar atención a alimentos que pueden resultar tóxicos. En realidad no se trata de que los alimentos sean tóxicos en sí mismos si no a que una mala conservación o la proliferación de microorganismos puedan provocar una toxicidad. 

Toxiinfección e intoxicación alimentaria

Para entenderlo hay que diferenciar entre dos términos que pueden parecer sinónimos pero que no lo son: toxiinfección o infección alimentaria e intoxicación alimentaria. Según Inmaculada Luengo, nutricionista dietista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, una toxiinfección se produce al ingerir alimentos sobre los cuales han proliferado microorganismos, que al entrar en contacto con el tracto digestivo continúan su ciclo vital, desarrollándose y provocando síntomas digestivos. “Por otro lado, una intoxicación alimentaria se produce cuando se consumen alimentos donde el microorganismo ya ha realizado parte de su ciclo vital liberando toxinas”. 

De esta forma, la contaminación de un alimento puede ser física -producida en restos de envases, en residuos…-, química -por productos desinfectantes, aditivos o metales- o biológica. “Los agentes biológicos pueden causar efectos adversos para la salud. Sin embargo, no necesariamente pueden suponer un riesgo para el consumidor, ya que hay microorganismos patógenos y no patógenos, como pueden ser las bacterias lácticas productoras de fermentaciones beneficiosas como las que se producen en el yogur”. 

Toxicidad de tubérculos como la patata o la yuca

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), “los glicoalcaloides son un grupo de compuestos que contienen nitrógeno que se producen naturalmente en varias especies de plantas cultivadas y ornamentales de la familia Solanaceae. Entre las solanáceas se incluyen verduras como las patatas, los tomates, las berenjenas y los pimientos”

La solanina, un glicoalcaloide presente en este tubérculo, es la responsable de que pueda aparecer en la patata, con mayor frecuencia que en el resto de verduras, “una sustancia tóxica como mecanismo de defensa para evitar el ataque de depredadores, insectos y parásitos”, dice Luengo. 

Este contenido de glicoalcaloides, según Miguel Civera, endocrinólogo del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, varía en función de la variedad de la patata, la madurez y su conservación. Además, la cáscara contiene una mayor cantidad de estos glicoalcaloides. “Las condiciones de almacenamiento, especialmente la luz y la temperatura, son responsables directos de un aumento de solanina, siendo la tasa de formación de glicoalcaloides en oscuridad solo alrededor del 20% de la tasa de formación de las patatas expuestas a la luz”, explica Civera. 

Para inactivar la aparición de los glicoalcaloides de la patata, desde la Aecosan se aconseja cocinarlas a temperaturas de 170ºC o superiores. Civera añade que “pelar, hervir o freír pueden reducir el contenido de glicoalcaloides en los alimentos. Por ejemplo, pelar las patatas puede reducir el contenido entre un 25 y 75%, hervir en agua entre un 5 y un 65% y freír en aceite entre 20 y 90%”. 

¿Qué síntomas puede producir el consumo de estos glicoalcaloides?

Consumir estos glicoalcaloides presentes en la patata sin cocinarlos a las temperaturas recomendadas pueden producir, según la Aecosan y la Autoridad Europea de Salud Alimentaria (EFSA):

  • Síntomas gastrointestinales, como diarrea, vómitos y dolor abdominal si se consumen más de 1 mg/kg de peso corporal o más. 
  • Apatía, confusión, debilidad, alteraciones de la visión, pulso rápido y débil y presión arterial baja. Estos signos pueden producirse de forma secundaria a la deshidratación producida por los síntomas gastrointestinales. 
  • En los casos graves puede aparecer parálisis, insuficiencia respiratoria, insuficiencia cardiaca y muerte. La dosis de 3-6 mg/kg de glicoalcaloides por peso corporal se consideran potencialmente letales.

Toxicidad de las setas y consejos para su recolección

El otoño es el momento más adecuado para el consumo de setas y, para los más atrevidos, para su recolección. Sin embargo, aunque es un alimento con alto contenido en fibra y contiene otros beneficios para la salud, hay que asegurarse de que son comestibles y de que no son tóxicas y, por ende, venenosas. Desde la Aecosan han elaborado el documento Consejos para la recolección y el autoconsumo de setas silvestres, para aquéllos que recogen setas para el consumo doméstico privado. Lo más importante para ello es la prudencia y por ello explican: “No recolectes setas si no tienes la seguridad de que son comestibles. Si tienes dudas, no las consumas hasta consultar con un experto que sepa reconocerlas. Este consejo puede salvarte la vida”. 

Asimismo, el documento también aconseja no recogerlas en zonas que puedan estar contaminadas, como las ciudades, las cunetas de las carreteras, las áreas industriales o agrícolas, jardines o zonas próximas a vertederos. También aconsejan cortar el ejemplar por su base con un cuchillo o navaja y llevarlas limpias a casa. Si hay dudas sobre la identificación de alguna seta lo más sensato y prudente es envolverla en papel de aluminio y mantenerla separada del resto hasta poder consultar con un experto. 

Las setas recogidas no deben transportarse en bolsas de plástico sino en cestas de mimbre u otros contenedores con agujeros. Además, no deben recogerse jóvenes ni muy maduras ni tras abundantes lluvias o heladas. 

“La toxicidad en las setas se produce por micotoxinas (mohos) que crecen en condiciones adecuadas de temperaturas y humedad. Las micotoxinas como son aflotoxinas u ocratoxina A, crecen en alimentos como los cereales, granos de café, frutos secos -como el anacardo-, etc. La importancia patológica reside en que su consumo en determinadas concentraciones puede ser cancerígeno y producir alteraciones en el hígado, los riñones u otros órganos”, añade Luengo. 

No obstante, en el caso de que se produzca una intoxicación, cuyos síntomas varían en función de la especie, estos pueden aparecer a los pocos minutos de la ingesta o a lo largo de varias horas o días tras la ingestión. La mayoría de las intoxicaciones pueden producir cuadros gastrointestinales -vómitos, diarrea y dolor abdominal- pero también puede aparecer sudoración, mareo, vértigo, agitación, alucinaciones, lagrimeo o enrojecimiento de la piel. En el caso de que aparezcan tras el consumo de setas conviene acudir al médico y presentar una muestra de las setas ingeridas. 

Toxicidad por pescado contaminado con mercurio

El consumo de pescado tiene grandes beneficios para la salud, ya que es una fuente de proteínas de alto valor, pero también incluye yodo, seleniocalciovitaminas DAE, B6 y B12 y ácidos grasos Omega-3.  Su consumo es seguro y saludable pero hay que tener en cuenta que el mercurio liberado en el medioambiente y presente en mares y ríos puede producir en los pescados y mariscos un proceso llamado bioacumulación. Este fenómeno hace que los peces depredadores, de mayor tamaño, acumulen mayores concentraciones de este metal pesado en forma de metilmercurio al alimentarse de los más pequeños, como parte de la cadena trófica. Por eso ya desde 2019 el Ministerio de Sanidad recomienda evitar el consumo de especies con alto contenido en mercurio -pez espada o emperador, atún rojo, tiburón y lucio- a mujeres embarazadas o que planean estarlo, a mujeres en lactancia y a los niños hasta los 10 años. Esta ingesta deberá, además, estar limitada a 120 gramos al mes en niños entre 10 y 14 años. 

Se aconseja al resto de la población un consumo de todas las especies entre 3 y 4 raciones de pescado semanales procurando variar entre pescados blancos y azules. En el caso de las mujeres embarazadas y de los niños hasta los 14 años se aplica la misma recomendación con la salvedad de las especies con mayor contenido de mercurio. 

Según Luengo, el metilmercurio puede afectar al sistema nervioso e inmunitario, al aparato digestivo, a la piel, a los pulmones, a los riñones y a los ojos. “En embarazadas puede producir efectos teratogénicos en el feto y daños neurológicos ya que es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica”.

Botulismo

El botulismo está causado por la bacteria Clostridium botulium, que se encuentra en el suelo y aguas contaminadas no tratadas. Según Luengo, “producen esporas que sobreviven en alimentos mal conservados donde generan una toxina. Se encuentran sobre todo en conservas caseras”. 

Por eso, si queremos realizar conservas en el domicilio se deben realizar medidas preventivas, como calentar las conservas previamente a 80ºC durante al menos 20 minutos. Conviene realizar “la limpieza, el tratamiento térmico y el cierre hermético de los envases que vamos a emplear, así como utilizar alimentos como el ajo, especias, hierbas o aceite de oliva virgen extra para impedir la proliferación bacteriana”. 

Aunque, según Civera, la incidencia del botulismo en España es baja, la Aecosan recomienda “a los consumidores desechar consevas -caseras e industriales- que presenten abombamiento, óxido, pérdidas de líquido u olores anómalos”.

Los síntomas que puede provocar la toxina que produce la bacteria Clostridium botulium son cólicos abdominales, dificultad para respirar, visión doble, náuseas, vómitos y debilidad.

Ante el riesgo de Covid-19 conviene aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitamina D

Está Pasando , Telemadrid

Rubén Bravo, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) nos explica en este programa de Está Pasando de Telemadrid cómo aumentar la ingesta en el menú de alimentos ricos en vitamina D para elevar las defensas ante posibles contagios por coronavirus.

Aconseja incluir en el desayuno leche entera o enriquecida con vitamina D y Calcio, una rebanada de pan con salmón ahumado y aguacate.

En media mañana podemos tomar frutos secos y un yogur.

A la hora de comer se recomienda hacer un revuelto con setas o champiñones, ambos ricos en vitamina D.

A media tarde, una rebanada de pan con queso fresco.

En la cena, pescado como arenque, salmón, atún o mariscos. Y no olvidar tomar 30 minutos el sol, imprescindible para la formación de la tan necesaria vitamina D.

10 alimentos que te ahorrarán un resfriado

La prevención empieza en la cesta de la compra: si la llenas con los alimentos adecuados, tu organismo saldrá fortalecido y a punto para el frío.

Cuerpo mente, por Martina Ferrer


La energía del otoño es la adecuada para tonificar la energía defensiva del organismo, activar la inmunidad, desintoxicar el intestino grueso y repoblar su microbiota, purificar los pulmones y realizar ejercicios de respiración.

Según lo que comamos el sistema inmunitario tendrá más capacidad para prevenir los resfriados. Necesitamos alimentos tibios y calientes, y toca disminuir la cantidad de crudos. También necesitamos alimentos que hidraten las mucosas y que refuercen el sistema defensivo, como por ejemplo las setas.

Debemos evitar los productos que sobrecarguen el sistema digestivo y la función hepática. Azúcares, procesados con aditivos, sal en exceso y de mala calidad, alcohol y estimulantes no favorecen la prevención ni el tratamiento de los catarros.

Tanto en otoño, como en primavera, es un buen momento para hacer una depuración o ayuno, para dar descanso al sistema digestivo, favorecer la eliminación de los excesos veraniegos y recuperar la vitalidad.
10 alimentos para prevenir los resfriados

Además de los alimentos que enumeramos más abajo, en otoño-invierno consume a diario alimentos probióticos como chucrut, kéfir, kombucha, miso o tamari. La combinación de oligoelementos como el cobre y el zinc es ideal para la prevención de resfriados.

1. Pera, hidratan las mucosas

Encontramos peras todo el año y son ideales para hidratar las mucosas.

Según la medicina tradicional china (MTC), las peras tienen afinidad con los pulmones y los intestinos, los lubrifican.

Toma una pera día sí, día no.

2. Coliflor, eficaz y versátil

Es una de las verduras que más ayuda a la prevención de resfriados, y muy rica en minerales y agua.

Además, es ligeramente dulce y se puede cocinar de muchas maneras.

Disfrútala 2 veces cada semana.

3. Setas variadas, a diario en otoño

Son la alegría gastronómica del otoño, y si las introducimos en nuestra alimentación estos meses, tonificaremos el sistema inmunitario y nos fortaleceremos.

Durante la temporada de setas, consume las diferentes variedades

4. Cebolla, ayuda para los antibióticos

Destaca por sus propiedades antibióticas. No es un sustituto, pero si la introduces en tu día a día, haces menos probable la necesidad de estos medicamentos.

Además lubrifica y tonifica el sistema respiratorio y los pulmones.

Toma hasta 2 cebollas al día.

5. Jengibre, prevención y tratamiento de los resfriados

De sabor ligeramente picante, nos ayuda a mejorar la digestión y calienta el organismo porque moviliza la energía.

Es adecuado tanto para la prevención de resfriados como para su tratamiento.

Consúmelo a diario, tanto en infusión como en aliños para la ensalada.

6. Kuzu, descubre su poder

Esta raíz seca de origen oriental es un milagro de la naturaleza.

Es uno de los mejores alimentos que podemos incluir en la dieta para cuidar nuestros intestinos y tonificar nuestro sistema inmunitario.

Incorpora 1 cucharadita al día.

7. Mandarinas, repleta de vitamina C

Son frutas ricas en vitamina C, una vitamina conocida por su acción positiva en el sistema inmunitario.

Toma 2 mandarinas 4 veces a la semana.

Además de comernos su pulpa, podemos hacer infusiones con la piel y una ramita de canela.

8. Ajo, saca el frío de tu organismo

Uno de los alimentos con más actividad antibiótica, antimicótica y antivírica.

Según la MTC, moviliza la energía, calienta y saca el frío del organismo.

Para aprovechar mejor sus propiedades, debemos consumirlo crudo y machacado. Consume de ½ a 2 al día.

9. Tomillo para combatir las infecciones

Esta planta tonifica el sistema inmunitario y previene las infecciones por virus. Es un poderoso antibacteriano, reduce la fiebre, calma la tos y favorece la expulsión del exceso de moco.

Se puede tomar también en infusión, una al día.

10. Nabo, hidratante y prebiótico

Su riqueza en agua lo hace un alimento ideal para hidratar.

Además, su aporte de fibra actúa como prebiótico para la flora intestinal.

Consúmelo a diario en cremas, rallado…

Cinco recetas Paleo saludables

El Mundo / Recetas originales del libro ‘Dieta Paleo Moderna’

ENSALADA DE SANDÍA

Ingredientes. Para la ensalada:

2 pepinos pequeños cortados en cuartos
300 gr. de sandía cortada en cuadraditos
1 puñado de hojas verdes: lechuga, espinacas crudas, canonigos… etc.
1 puñado de anacardos crudos

Para la vinagreta:

Unas 4 cucharadas de vinagre de manzana
Unas 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
7-8 hojas de menta fresca

Preparación

En una sartén antiadherente, coloca los anacardos a fuego medio y tuéstalos un poquito.
Para hacer la vinagreta, pica las hojas de menta y mézclalas con el aceite y el vinagre. Déjalo reposar.
Coloca las hojas verdes, previamente lavadas en el fondo de una ensaladera.
Lava, pela y corta los pepinos en cuartos. Ponlos en la ensaladera.
Corta la sandía en cubitos y añádelos junto al pepino.
6. Por último, vierte la vinagreta sobre la ensalada y remueve bien.

CREMA DE CALABAZA Y MANZANA

Ingredientes

350 gr. de calabaza
175 gr. de manzana (alguna que sea dulce)
1 cebolla chalota
Aceite de oliva virgen extra
* Sal al gusto

Preparación

Quita la piel de la calabaza y córtala en cuadrados
Ponla en una olla y tápala. Cuece en agua durante 10-15 minutos hasta que esté blandita al pincharla con un tenedor.
Mientras, pon un poco de aceite de oliva en una sartén a fuego lento.
Pica la cebolla en tiras finas y ponlas en la sartén hasta que esté casi transparente. Añade entonces la manzana, ya pelada y cortada en cuadraditos. Remueve para mezclarlas
Cocina la manzana y la cebolla durante 3-5 minutos
Saca la calabaza cocinada y ponlas en un procesador de alimentos o batidora junto con la cebolla y la manzana.
Bate hasta que no queden brumos.
Se puede añadir un poco de caldo de la cocción para que quede más líquida la sopa.

ENSALADA DE GAMBAS Y AGUACATE

Ingredientes. Para las gambas:

200 – 300 gr. de gambas o langostinos
(previamente cocidos)
1 cucharada de pimentón dulce
1 cucharada de pimentón picante
1 diente de ajo
1 cayena
Sal y pimienta al gusto.
Aceite de oliva virgen extra o aceite de coco

Para la ensalada:

Un puñado de espinacas/canónigos crudos
200 gr. de tomate cherry
2 aguacates
2 -3 cucharadas zumo de limón
2-3 cucharadas de leche de coco
8-10 espárragos

Preparación

En una sartén, ponemos un poco de aceite de oliva a fuego lento.
Cuando esté caliente el aceite, añadimos los espárragos con un poco de sal marina y cocinamos hasta que se doren por todos lados.
Retiramos los espárragos y añadimos el ajo, cortado en láminas y la cayena.
Cuando esté doradito el ajo, añadimos las gambas y removemos con el ajo y cayena.
Cocinamos las gambas hasta que cojan color, unos 5 minutos.
Añadimos el pimentón dulce y el picante y cocinamos unos minutos más.
En un plato, repartimos las espinacas y los espárragos.
Cortamos los aguacates en cuadraditos y añadimos al plato junto con las gambas.
Regamos cada plato con 1 cucharada de limón, 1 cucharada de aceite de oliva, una cucharada de aceite de coco y removemos. Y listo para servir.

TERNERA AL ‘FOIE’ CON SALSA DE SETAS

Ingredientes

6-8 escalopines de ternera.
6-8 cucharadas de ‘foie’ de pato (asegúrate de que sus ingredientes sean sólo ‘foie’, sal y pimienta)
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra (o aceite de coco)

Salsa de setas
1/2 taza de setas ya cortadas en trocitos
1/2 taza de leche de coco (o nata)
1 pizca de sal
1 pizca de pimienta negra
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra (o aceite de coco)

Preparación

1. En primer lugar, prepararemos la salsa de setas.
2. En una sartén a fuego medio, ponemos una cucharada de aceite de oliva.
3. Troceamos las setas, y las añadimos a la sartén. Las removemos un poco para que se empapen un poco con el aceite de oliva y añadimos una pizca de sal y pimienta.
4. Dejamos que se doren las setas durante 5 minutos y añadimos la leche de coco. Bajamos el fuego al mínimo y dejamos calentar durante otros 5 minutos para que la leche de coco tome el sabor de las setas.
5. Ponemos la mezcla de setas y leche de coco en un vaso y batimos la mezcla hasta que no queden trozos grandes de setas.
6. Reservamos mientras cocinamos el resto de los ingredientes.
7. Calentamos una sartén limpia a fuego medio con una cucharada de aceite.
8. Cuando esté caliente la superficie ponemos la ternera. Aquí ya dependerá de cómo te guste la ternera: vuelta y vuelta, muy hecha…
9. Una vez hecha la ternera, bajamos el fuego al mínimo y aprovechamos el calor que queda en la superficie de la sartén para calentar el ‘foie’.

MOUSSE DE ALBARICOQUE Y COCO

Ingredientes

300 gr. de albaricoques
2 cucharadas de azúcar de coco, eritritol o xilitol (al gusto)
2 hojas de gelatina neutra
50 ml. de agua a temperatura ambiente
50 ml. de leche de coco cremosa (opcional)

Preparación

Coloca las hojas de gelatina neutra en un plato con agua fría y deja hidratar unos 10 minutos.
Lava bien los albaricoques y deshuésalos.
Colócalos en un procesador de alimentos junto con los 50 ml. de agua y bate hasta que no queden trozos visibles.
En una olla pequeña, coloca los albaricoques con el edulcorante y calienta a fuego medio,
Remueve despacio hasta que parezca que va a entrar en ebullición.
Apaga la olla del fuego y añade la gelatina.
Remueve bien para que se mezcle y deja reposar para que se enfríe a temperatura ambiente.
Después transfiere a los vasos en los que lo vayas a servir y reserva en la nevera.
Acompaña cada vasito con leche de coco (o nata o yogurt, si tomas lácteos).

Alimentos que nunca debes comer por la noche para no engordar

Noticias24

alimentosdelanoc544gSegún diversos estudios, el momento en que realizamos nuestras comidas es determinante a la hora de perder o ganar peso y la cena es la comida más delicada. Comer por la noche en abundancia está relacionado de manera inequívoca con la producción de grasa, el sobrepeso y la obesidad.

Aprende qué no debes hacer para no engordar

Alimentos con los que ser precavidos

Hay ciertos alimentos que debemos tratar de evitar a la hora de la cena, pues son especialmente calóricos o indigestos: no sólo nos harán engordar, además resultan tan pesados que no podremos conciliar el sueño en condiciones. Para elegir los alimentos de una cena perfecta no basta con usar el sentido común. Como es lógico, hay que evitar en la medida de lo posible cualquier alimento pesado, frito o grasiento, y las bebidas carbonatadas o con cafeína, pero hay otras comidas muy poco recomendables para la cena sobre las que no prestamos atención.

Bocadillos

Muchas personas toman bocadillos para cenar pensando que es una comida ligera. Por supuesto, todo depende del contenido del bocadillo en cuestión pero, en cualquier caso, nunca es recomendable comer demasiado pan para cenar, algo que es inevitable si tiramos de este tipo de comidas. Hay gente que es especialmente sensible a la ingesta de carbohidratos, no los asimilan correctamente y, si se consumen en exceso, se acumulan en forma de triglicéridos en el tejido adiposo.

Ensaladas con lechuga

Aunque parezca mentira, la lechuga es un alimento bastante indigesto. Tiene un alto contenido en fibra insoluble y puede hacer que tengamos gases e hinchazón abdominal por la noche. Mucha gente toma ensaladas por la noche, y no hay razón para no hacerlo, pero es preferible apostar por ensaladas de tomate o camperas. También son recomendables las ensaladas mixtas, con algo de proteína, que ayudarán a saciarnos y no tener la tentación de picar por la noche. En cualquier caso, depende de cada persona. Hay a quien no le sienta mal este vegetal y puede seguir consumiéndolo, pero si tras tomar tu ensalada siente molestias, plantéate que la culpa es de la lechuga. Otros vegetales ricos en fibra, como el apio, también deben dejarse de lado en la cena, pues ralentizan la digestión.

Ajo y cebolla

Estas dos hortalizas, tan habituales en nuestros guisos, pueden arruinar nuestra cena, sobre todo si se consumen crudas. Son alimentos que producen sensación de quemazón en el estómago y resultan muy indigestos en la cena. También es aconsejable evitar, por la misma razón, todo tipo de comidas picantes.

Pasta, arroz y pizzas

Por la misma razón que es recomendable evitar los bocadillos debemos hacer lo propio con la pasta y el arroz. No es cierto que tengamos que eliminar todo tipo de hidratos de carbono de nuestras cenas, pero es preferible primar los hidratos complejos de los vegetales y verduras sobre los procedentes de la pasta y el arroz. El gran problema de tomar arroz o pasta para cenar es que, además, solemos consumir grandes cantidades, ingiriendo muchas más calorías de las recomendadas. Si se toman en raciones pequeñas no constituyen ningún problema, pues son alimentos muy fácilmente digeribles, pero es difícil no excederse.

Setas

Las setas son un alimento muy completo pero que debe consumirse en pequeñas cantidades, sobre todo si las tomamos por la noche. Por definición las setas son indigestas, pues contienen macromoléculas costosas de procesar para el estómago humano. No ocurre nada por añadir unas láminas de champiñón a nuestra ensalada, o hacer un pequeño revuelto de níscalos, pero en ningún caso debemos darnos un festín de setas silvestres por la noche: lo más probable es que no paremos de dar vueltas en la cama.

¿Y después de cenar?

Si bien debemos cenar poco, eligiendo alimentos que no resulten pesados, no debemos reducir la cena a la mínima expresión. Una cena liviana no tiene por qué ser escasa. Lo mejor es que la cena sea ligera, pero suficiente en cantidad. Si cenamos demasiado poco nos puede volver a entrar hambre al poco de haber cenado o, lo que es peor, podemos despertarnos en mitad de la noche para ir a la nevera.

Evita los resfriados: seis alimentos que tienes que incluir en tu dieta este otoño

No solo de zumo de naranja vive tu sistema inmunitario. Hay otras cosas que puedes comer esta temporada que van a subir tus defensas para que no te enteres de la gripe cuando llegue el invierno

Vanitatis, por Amor Saez
Con el cambio de estación, el descenso de las temperaturas y de las horas de luz, también cambian las necesidades fisiológicas. Afortunadamente la naturaleza te provee de auténticos alimentos-medicamento para regular la temperatura, prevenir resfriados, depresiones y llenarte de energía.

1. Setas

setasSon ricas en proteínas de alto valor biológico y minerales, como hierro, fósforo y potasio, por lo que son excelentes para estimular la actividad nerviosa y cerebral, y luchar contra la anemia. Además, son bajas en sodio y, por tanto, ideales para personas con la tensión alta, y poseen cero calorías y puedes comerlas sin engordar.

Protegen tu sistema inmunológico porque suponen “una protección natural contra los resfriados y afecciones catarrales propias de la época”, según el Dr. Ata Pouramini, experto en nutrición y quiropráctica y autor del libro ‘Tú eres tu medicina’, de la editorial Vivirbooks.

2. Remolacha

remolachasSobre todo, la variedad roja es muy rica en flavonoides y un potente alimento anticancerígeno. También contiene altas cantidades de hierro y ácido fólico, por lo que combate la anemia y garantiza la buena salud de la piel, el cabello y las uñas. Y aumenta la producción de la hormona dopamina que previene el mal humor y los síntomas depresivos. “Es un cosmético antiedad natural, gracias a sus niveles de vitamina E, que es antioxidante».

«Además, su gran aporte en fibra y sus propiedades desengrasantes le convierten en un excelente alimento detox que ayuda a la limpieza total de nuestras arterias e intestinos”, según el experto.

3. Huevo

huevosContiene proteína libre de grasas de muy alto valor biológico, aminoácidos esenciales para el organismo y su grasa es de fácil digestión. Además, es una excelente fuente de hierro, fósforo, potasio y magnesio, vitaminas A, del grupo B, E, ácido fólico y carotenoides.

«Con su consumo puedes potenciar la síntesis de serotonina -por su riqueza en magnesio y vitaminas del grupo B-, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, la llamada hormona de la felicidad”, asegura Leticia Carrera, farmacéutica y bioquímica.

4. Bonito

bonito“Los ácidos grasos presentes en el pescado azul, como el bonito, están considerados un excelente antidepresivo natural. Además, es rico en vitaminas B3 y B12, por lo que también ayuda a cuidarse contra los virus catarrales y favorece la producción de hierro”, según el Dr. Pouramini.

Por su riqueza en ácidos grasos omega 3 ayuda a rebajar los niveles de colesterol alto, y a prevenir afecciones cardíacas y de las articulaciones. Y su alto contenido en yodo y magnesio le convierten en fundamental para el buen funcionamiento de la glándula tiroides y de los músculos, nervios e intestinos.

5. Plátano

platano“Aporta azúcar extra, pero también serotonina, melatonina, potasio y magnesio, por lo que da energía a nuestro organismo rápidamente, y es ideal en casos de agotamiento y fatiga”, según el experto. También es rico en tres vitaminas antioxidantes -A, C y E-, ligeramente laxante, remineralizante y diurético.

Regula el sistema nervioso y ayuda a aliviar la ansiedad y la irritabilidad.

6. Chocolate (con un mínimo de 70% de cacao)

Rico en flavonoides y antioxidantes, protege nuestras células del daño causado por los radicales libres -moléculas inestables de oxígeno responsables del envejecimiento y algunas enfermedades-. También contiene ácido palmítico y ácido esteárico, que estimulan la actividad neuronal en las regiones del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa, y así su consumo puede hacerte sentir más feliz y mejorar tu estado de ánimo.

“Es bueno para estimular y generar endorfinas porque contiene feniletilamina y magnesio, que devuelve la euforia y el buen humor”, según Leticia.