Etiquetados opacos, una traba para los enfermos

La información contenida en el etiquetado nutricional es un asunto que genera cada vez más atención en los consumidores, instados por organizaciones de salud a fijarse en lo que comen.

Correo Faremacéutico, por Claudia Preysler
«Al leer el etiquetado, hay que prestar atención a cuatro componentes fundamentales: kilocalorías, grasas, azúcares y sal». Esta es una de las diez recomendaciones que la Universidad de Navarra ofrece en su proyecto Por una comida sana, tú decides, elaborado por expertas de la Facultad de Farmacia y Nutrición. Sin embargo, conocer cuánto sodio o azúcar contienen los alimentos todavía es difícil. El pasado diciembre, el Ministerio de Salud empezó a aplicar la norma comunitaria 1169/2011, por la que se rige el etiquetado, que exige incluir, de manera obligatoria, la información nutricional y sustituir palabras como sodio por sal. Sin embargo, como asegura Ana Bermúdez, docente experta en Higiene Alimentaria del Ayuntamiento de Murcia, «todavía hay productos en los que no figura y aún no se ha aplicado ninguna sanción, pese a que las hay (…). España va un paso por detrás frente a Europa», señala.

Aditivos y porcentajes

La opacidad de las etiquetas es una preocupación persistente, en el que numerosas instituciones relacionadas con la alimentación siguen indiciendo y que genera muchas consultas en farmacia. Como destaca Aquilino García, vocal de Alimentación del Consejo General de COF, «buena parte de los consejos farmacéuticos de salud que se dan cada año en farmacia son de nutrición».

Más allá de la importancia que tiene para la salud conocer estos valores, las deficiencias en las etiquetas nutricionales supone un autenténtico problema para las personas que sufren alguna patología y deben moderar el consumo de algunas sustancias. Así lo han advertido sociedades como la de Nefrología (SEN), que el pasado octubre apeló a las organizaciones de consumidores para que exijan la incorporación del contenido en fósforo.

Alberto Ortiz, jefe del Servicio de Nefrología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, y miembro de la Junta Directiva de la SEN asegura a CF que «el paciente con una patología renal debería saber el contenido de sodio, potasio y fosfatos» que incluyen los alimentos. A juicio del experto, en especial, los fosfatos son «el gran problema», y parte de la población general no tiene conciencia de que toma más de los necesarios. «Hay estudios que confirman que contribuyen a un envejecimiento acelerado. Para alguien a quien no le funcionan bien los riñones es un problema, porque no tiene cómo eliminarlo», añade.

Ortiz subraya como dificultad añadida que el fosfato está en los aditivos alimentarios, y que, a veces, se camufla en nomenclaturas recogidas en la legislación europea. El especialista avisa de que está contenido encomponentes como el E-338, E-340 o E-341 que, por ejemplo, tienen las bebidas de cola (ver apoyo).

Más exigencias

Andrea Marqués, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad(Imeo), plantea la necesidad de que la legislación sea más exigente con el etiquetado, para que los pacientes con patologías e intolerancias sean capaces de entenderlo e interpretarlo. «Se podrían incluir especificaciones como las de evitar su consumo si padece de… , o de alto contenido en», propone Marqués, aunque añade que «las leyes de etiquetado son difíciles de cambiar».En este sentido, Pilar León, vocal de Alimentación y Nutrición del COF de Madrid, apunta que «algunas empresas se están planteando poner semáforos con luz roja en aquellos ingredientes que puedan provocar algún problema» (ver gráfico).

Marqués también advierte de la necesidad de estar atento a la publicidad engañosa. Es el caso de ciertos productos etiquetados como «naturales» , que no les exime de llevar aditivos y saborizantes. «Natural no significa casero ni artesano, simplemente que se refiere a que no hay una elaboración masiva», indica.

Especificar las cantidades es otro problema pendiente que señalan Marqués y Ortiz. Este último apunta que algunos productos indican el porcentaje de un ingrediente y nombran los que están contenidos, pero no especifican en qué cantidades, como es el caso de algunas carnes.

Por otra parte, León, recuerda que el etiquetado de los complementos nutricionales y medicamentos también merece un repaso, ya que muchas personas acuden a la farmacia a preguntar por su composición. «El problema reside cuando la intolerancia no es muy acusada; si el farmacéutico no avisa o pregunta a los usuarios, muchos no lo comentan. Aquí reside la importancia del consejo farmacéutico», recalca.

Cómo logró Japón tener uno de los índices de obesidad más bajos del mundo

BBC Mundo, por

_94956864_sushigettyLa lista de los 50 países del mundo con el índice de obesidad más bajo está poblada de naciones que luchan contra la pobreza, el hambre, la inseguridad o todo a la vez. Pero en el número 38, entre Mali y Zimbabwe, destaca un país que no encaja con el resto del cuadro: Japón.

Con sólo un 3,5% de obesidad entre la población adulta, Japón es, de lejos, la nación desarrollada con el índice más bajo.

Si se compara con otros miembros del G8, el grupo de países con las economías más industrializadas del planeta, las diferencias son enormes: Alemania, Francia e Italia tienen entre 21% y 22%, Reino Unido un 26% y casi en el otro extremo de la clasificación mundial está Estados Unidos, con un 33,6%.

El nivel de obesidad de Japón es tan bajo que el gobierno prefiere planificar sus políticas de acuerdo con el nivel de sobrepeso, para que los números sean más altos.

En BBC Mundo hablamos con Katrin Engelhardt, experta en nutrición para la región del Pacífico Occidental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre cómo Japón ha logrado mantener un nivel bajo de obesidad y sobrepeso en todas las edades de la población.

«Salud Japón 21»

_94956865_sumoreutersDetrás del «éxito japonés», destaca Engelhardt, hay un gobierno comprometido en sus políticas a mantener a raya el sobrepeso, invirtiendo recursos sustanciales en programas de nutrición y de educación para la salud pero también en leyes específicas.

Todas estas medidas forman parte de una campaña nacional para la promoción de la salud llamada Salud Japón 21.

Entre esas medidas, la experta en nutrición destaca dos leyes que han sido exitosas en frenar la obesidad.

La ley Shuku Iku, para la educación de los niños

_94956863_japoncomidaepa«Esta ley tiene un nombre bastante profundo«, explica Engelhardt. Shuku hace referencia a la comida, a la dieta y al comer e Iku hace referencia a la educación intelectual, moral y física.

El objetivo de esta norma es incrementar la información de los estudiantes sobre la cadena alimentaria, sobre la procedencia y la producción de los alimentos, y define la educación sobre nutrición desde los primeros años pre escolares hasta secundaria.

La ley Shuku Iku, vigente desde 2005, determina procesos como:

  • Los menús saludables en las escuelas.
  • La contratación de nutricionistas profesionales que además tienen titulación de profesores y dan clases específicas sobre alimentación.
  • La promoción de una cultura social alrededor de la comida: los niños ayudan a preparar y a repartir la comida en el colegio, cada día a la hora de comer transforman la clase en una suerte de restaurante, ayudan a poner la mesa, el mantel, se sirven unos a otros y comen juntos en la clase. Mantienen la idea de que «comer es un acto social», dice Engelhardt.

Además, explica la experta en nutrición, en Japón no hay tiendas ni máquinas expendedoras de comida dentro de los colegios así que los alumnos difícilmente puedan conseguir tentempiés que no son saludables, como papas fritas o refrescos azucarados.

La ley Metabo, para controlar el peso en adultos

_94954122_cinturamedicion2Otra legislación que Engelhardt destaca para explicar el éxito japonés es la ley Metabo (de metabolismo), que anima a los adultos entre 40 y 75 años a hacerse una medición anual del contorno de la cintura.

Según la OMS una circunferencia de mas de 94 para los hombres y de más de 80 para las mujeres conlleva un mayor riesgo de complicaciones metabólicas, como enfermedades cardiovasculares.

Estas mediciones las promueve la administración pública de salud pero también las empresas.

«Los empleadores tienen un día anual claramente identificado en el que todo su personal debe medirse la circunferencia de la cintura», explica la experta de la OMS.

Si las medidas no son saludables las empresas animan a los empleados a acudir a sesiones de ayuda y a hacer más ejercicio.

El objetivo de la ley es animar a los adultos a ser más conscientes de lo que es un peso saludable y a ser físicamente activos. En el marco de la Ley Metabo:

  • Las compañías promueven los descansos de los trabajadores para hacer ejercicio. Algunas compañías tienen gimnasios o canchas de badmington para que los empleados puedan hacer ejercicio fácilmente durante la hora del almuerzo o antes o después del trabajo.
  • Se anima a los empleados a acudir al trabajo caminando o en bicicleta y el gobierno promueve la seguridad de las vías para ciclistas para facilitar el ejercicio.

Comida tradicional y porciones pequeñas

_94954123_chefpreparandosushiPero además de las medidas legislativas, existen peculiaridades culturales que ayudan a los japoneses a mantener el peso a raya.

Igual que en otras sociedades asiáticas como Corea del Sur, -que también tiene un índice de obesidad muy bajo (4,6%), en Japón se le da mucha importancia a la comida tradicional.

«El énfasis se pone en la comida fresca, de producción local«, destaca Katrin Engelhardt.

Los japoneses están muy orgullosos de los pequeños terrenos y de las huertas suburbanas donde producen sus alimentos de manera natural.

«En algunas culturas asiáticas la comida siempre se ha considerado como algo casi medicinal», dice la experta en nutrición.

Además, destaca un factor cultural que también tiene su impacto: la predilección histórica por las porciones pequeñas.

«En Japón en los eventos familiares, en la cocina tradicional, se sirven muchos platos en porciones pequeñas, con muchos vegetales y con mucha comida fresca», explica Engelhardt.

Mientras que por ejemplo en las islas del pacífico que tienen los índices de obesidad más altos del mundo, Tonga, Palau, Nauru, Niue y Cook Islands (más del 40%), las porciones son gigantescas, y eso, además, se combina con un nivel de actividad extremadamente bajo.


¿CUÁLES SON LOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA CON EL ÍNDICE DE OBESIDAD MÁS BAJO?

1. Haití:6,7%

2. Honduras: 12,3%

3. Bolivia: 12,4%

4. Nicaragua: 12,6%

5. Guatemala:13,4%

¿CUÁLES SON LOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA CON EL ÍNDICE DE OBESIDAD MÁS ALTO?

1. Argentina: 26,7%

2. Chile: 24,8%

3. México: 23,7%

4. Uruguay: 23,5%

5. Venezuela:21,9%


Pueden consultar aquí las cifras globales de obesidad de la OMS.


Ortorexia: cuando comer sano se convierte en una enfermedad

El Mundo, por Isaac J. Martín

ortorexia trastorno alimentarioFue terminar los estudios de Bachillerato y cumplir la mayoría de edad cuando Yolanda, una joven de 25 años que prefiere no dar su nombre real, empezó a interesarse junto a su grupo de amigas por los llamados «alimentos sanos». Compaginarlo con una actividad física intensa en el gimnasio era la primera regla a cumplir.

Horas en el supermercado, revisar el dorso de cada producto con el fin de averiguar si iba incluida la etiqueta ecológica europea y examinar si cumplían los requisitos de cultivo sin pesticidas. Éstas eran las premisas que ocupaban un hueco pequeño de su nevera familiar. «Llegó un momento en el que sólo comía frutas, verduras y frutos secos», explica Yolanda tras llevar dos años en tratamiento en el Instituto Médico Europeo de la Obesidad.

Una vez que cumplió la segunda década, su obsesión cada día iba a más. «No quedaba con nadie ya que era incapaz de ir a tomar algo que no supiese de dónde provenía. No comía con aquellos utensilios que sabía que habían tocado comida contaminada. En ocasiones, me llevaba mi propio tupper si me obligaban a cenar fuera», cuenta esta joven licenciada en Administración y Dirección de Empresas.

Cuando Yolanda traspasó esta frontera de la realidad, sus padres pudieron percatarse pronto de que algo le ocurría. Las comidas familiares ya no eran lo mismo y encerrarse en casa los fines de semana se convirtió en el primer atisbo de desesperanza ante un problema al que no ponían nombre.

No era anorexia ni bulimia, como en un principio llegó a creerse su entorno familiar. Esa obsesión, hasta ahora bastante ignorada y que ni siquiera ella conocía, le dijeron que se llamaba ortorexia, término descrito por primera vez por el doctor Steven Bratman en 1997.

Este trastorno obsesivo-compulsivo que lleva al extremo la alimentación sana aún no está reconocido como trastorno de conducta alimentaria (TCA). Asimismo, dada la novedad de esta patología aún no se conocen datos oficiales de personas afectadas por ortorexia en España. Algunos especialistas en TCA lo cifran en un porcentaje bajo; sin embargo, muchos de estos expertos sitúan esta fijación como «subgénero» de la anorexia nerviosa.

Según explica a ZEN el director del departamento de nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, Rubén Bravo, «la cifra de ortoréxicos a nivel mundial va en aumento y sobre todo en sociedades de países desarrollados. Son personas con un perfil de clase media-alta que pueden permitirse comprar este tipo de productos«. A diferencia de la anorexia nerviosa o la bulimia, esta alteración se fija en la calidad de los alimentos y no en la cantidad.

Lo cierto es que el desconocimiento que existe ante esta preocupación enfermiza hacia la comida saludable hace que muchas personas sigan encerradas en sí mismas y antepongan la frase: «Yo como sano así que el problema no lo tengo yo, sino tú» a la realidad del problema, detalla el naturópata de IMEO.

Yolanda rememora cómo el círculo de amigas donde comenzó todo se ha dividido entre aquellas que han dejado de lado este empeño por la imagen perfecta y las que siguen aprisionadas entre los mitos de la alimentación sana y la desinformación.

Educación como terapia

Luis Alberto Zamora, dietista y nutricionista especialista en TCA, considera precisamente que esta obsesión viene dada por «el exceso de información que encuentran en distintos blogs o foros. Leen y analizan exhaustivamente los estudios relacionados con la alimentación y los dictámenes de la OMS».

El problema no viene porque coman sano, «eso es sólo la punta de un iceberg», puntualiza Luis, miembro de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Madrid, sino por «cómo cambian sus hábitos, cómo limitan su comportamiento y el sufrimiento por tener que seguir un patrón».

Yolanda enumera alguna que otra tienda de la capital donde acudía para informarse directamente sobre lo que no debía consumir. Veía esos lugares como puntos de reunión donde «la gente normal» compraba «alimentos puros». En esos espacios no se veía excluida socialmente. Era feliz. «De alguna manera, la sociedad de ahora favorece que una persona caiga en esta obsesión«, comenta Luis.

Para evitar que el mito se convierta en realidad, las personas que son tratadas como ortoréxicas deben pasar por un tratamiento psicológico y educativo bastante duro, tanto para el paciente como para el especialista. «Tienes que ser un buen conocedor y estar actualizado sobre todo el tema de la alimentación dado que van a rebatir toda tu información», agrega Rubén.

Por eso mismo, estos dos expertos consideran que la educación alimentaria en todas las edades es primordial para evitar este tipo de trastornos de conducta alimentaria. Es destacable que muchos diagnosticados de anorexia y bulimia creen que «han salido de la enfermedad» una vez que adoptan el hábito de comer únicamente sano. Se equivocan.

Aunque continúe con el tratamiento, Yolanda ya ha ampliado el hueco de su nevera e ingiere algunos productos que antes no tomaba, pese a que todavía rechace algunos de ellos. Su rutina intensiva en el gimnasio se ha reducido. Y lo más importante, es capaz de quedar con sus amigos y comer junto a sus padres.

Una tapa de ceviche con estrella Michelin: la receta original de Albert Adrià

En plena época de verano, os hacemos llegar desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad y con la colaboración del chef Albert Adrià, premiado con dos estrellas Michelin y actualmente al mando de Tickets bar de Barcelona unas sugerencias de tapas saludables que forman parte del menú del gastrobar para el año 2014.  Son unos bocados saludables que sepueden preparar en casa, con un aporte calórico razonable y además destacan por sus vurtudes nutricionales por excelencia.

«Gracias a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, aportados por el pargo y el aceite de oliva, podríamos decir que es una tapa cardioprotectora, perfecta para aquellas personas con problemas de colesterol o riesgo cardiovascular», apunta Rubén Bravo, esxperto en nutrición y gastronomía del IMEO.

Es un bocado rico en vitaminas y minerales. La vitamina A y los carotenos contribuyen a mejorar la vista y son potentes antioxidantes, precursores del sistema inmunitario. El perfil equilibrado entre sodio y potasio que posee esta tapa, contribuye al buen funcionamiento de nuestro metabolismo celular y control de la tensión arterial, aportando junto con el fósforo niveles óptimos de vitalidad tanto muscular como mental.

Albert Adrià, el chef al mando de Tickets, créditos foto Tickets

CEVICHE “EMPORDÀ” © TICKETS

Receta de autor, chef Albert Adrià

Una tapa
cardioprotectora y vigorizante


Calorías:
144 Kcal

 

 

INGREDIENTES PARA
4 PERSONAS
        ELABORACIÓN
Para limpiar y cortar el pescado
1 pargo de tamaño medio* en su defecto podemos utilizar lubina, pargo, dorada, pez limón o corvina
  1.  Escamar y filetear el pescado procurando dejar lo más entero posible el lomo quitando la piel.
  2. Cortar el lomo a la mitad longitudinalmente dividiéndolo en dos partes.
  3. Guardarlo herméticamente en la nevera.

Para la base de salsa de soja
140gr de agua mineral, 2 gr de hondashi, 10gr de azúcar, 50gr de salsa de soja, 2gr de alga kombu

 

 

  1.  Poner el agua, el azúcar y el hondashi en un cazo y llevar a ebullición.
  2. Retirar del fuego y añadir la soja y el alga kombu.
  3. Reservar en nevera 24 horas.

 


Para el aceite de azafrán
250 ml de aceite de oliva suave, 0,41 gr hebras de azafrán 

 

 

 

 

 

 

  1. Con la ayuda de un mortero majar las hebras ligeramente para liberar el aroma.
  2. Introducir el aceite en un cazo junto con el azafrán majado.
  3. Poner a calentar el cazo desde frío a temperatura suave.
  4. Dejar infusionar durante aproximadamente media hora hasta que el azafrán haya liberado todo su aroma.
  5. Retirar del fuego y reservar.

Para la xantana base
250gr de agua mineral, 3gr de xantana

 

 

 

  1.  Triturar la mitad del agua con la xantana hasta que esté bien diluido.
  2. Extraer el aire en la máquina de vacío y añadir el resto del agua.
  3. Dejar reposar un mínimo de 12 horas para que estabilice.
Para el jugo de tomate
2 kg de tomate de colgar maduros

 

 

  1.  Con la ayuda de un microplane, rallar el tomate.
  2. Pasar por un colador fino presionando con la ayuda de un cucharón.
  3. Reservar.

Para la salsa
650 gr de jugo de tomate rallado (elaboración anterior), 120 gr soja base (elaboración anterior), 15 gr aceite de azafrán (elaboración anterior), 20 gr mirin, 40 gr vinagre de arroz, 70 gr xantana base (elaboración anterior)

 

 

 

  1.  En un bol mezclar todos los ingredientes y mezclar con la ayuda de unas varillas.
  2. Reservar en nevera.

 

 

 

 

 

Para marinar el pescado
50gr de filete de pargo limpio, 5gr de sal fina

 

 

 

 

 

 

  1.  Disponer el pescado en una bandeja plana.
  2. Espolvorear la sal por ambos lados del pescado.
  3. Dejar marinar en espacio de 40 minutos.
  4. Pasado ese tiempo probar de sazón y retirar el exceso de sal bajo el grifo.
  5. Secar con papel absorbente.
  6. Con la ayuda de un chuchillo bien afilado cortar dados de 1 x 1 cm.
  7. Reservar dentro de un recipiente hermético en nevera.

Para el caviar de salsa de soja
100 g de tapioca, 1 l de soja 

 

  1.  Dentro de un bol poner la soja junto con la tapioca a hidratar por espacio de 3 horas.
  2. Reservar.

Para la cancha frita

50gr de maíz “chulpe”, 250ml de aceite de oliva suave, 0,4c/s sal fina, gel de silice

 

 

 

 

 

 

 

 

  1.  Poner el aceite en un cazo y calentar a fuego medio.
  2. Cuando está caliente añadir los granos de maíz.
  3. Tapar con una tapadera e ir moviendo el cazo con movimientos envolventes para que se vaya tostando uniformemente.
  4. Una vez tostado retirar del aceite y escurrir en papel absorbente.
  5. Cuando aún está caliente poner a punto de sal.
  6. Dejar enfriar y reservar en un recipiente hermético con gel de sílice.

Para la juliana de daikon
250gr daikon fresco, c/s agua mineral, c/s hielo

 

 

 

 

 

  1.  Con la ayuda de un pelador pelar el daikon hasta 0.6 cm.
  2. Seguidamente cortar trozos de 6 cm de largo.
  3. Cortar láminas de 0.2 cm de grosor con la ayuda de una máquina corta fiambre.
  4. Cortar las láminas en juliana de 0.2 cm de ancho.
  5. Reservar en agua y hielo.

Para lavar el codium
500 g de codium fresco, c/s agua mineral, c/s hielo

 

 

 

 

 

  1.  Dentro de un bol lavar el codium con agua y hielo para extraer la arena y las conchas.
  2. Con la ayuda de unas tijeras cortar las pintas más pequeñas con dos ramificaciones.
  3. Reservar en bol con agua y hielo
  4. Guardar el resto para otras elaboraciones.

Otros

Germinado de cilantro
Ibo Togarashi o filamento de guindilla
1und lima
c/s sal fina
c/s pimenta negra
c/s aceite de oliva virgen extra

ACABADO Y PRESENTACIÓN

ceviche de Tickets, una tapa cardioprotectora  En un bol poner 60gr de pargo, salpimentar y añadir el zumo de media lima.
Dejar macerar por espacio de 6 minutos.
En un plato hondo, poner el pargo macerado con un poco de volumen en el centro.
Disponer alrededor del pescado 6 granos de cancha y 6 puntas de codium.
Seguidamente, poner encima del pescado 2 cucharadas de caviar de soja y la juliana de daikon con volumen.
Decorar con 3 filamentos de guindilla y 6 germinados de cilantro alrededor del pescado.
Finalmente , añadir 100 ml de salsa alrededor del pescado y sazonar con unas gotas de aceite de oliva

Obesidad, futbol y alimentación: los mundiales de todo lo demás

WSJ

el mundial de futbol y la obesidadEn plena fiebre mundialista, los chicos de The Wall Street Journal decidieron hacer un ejercicio interesante para ilustrar algunos de los datos más sabidos y otros más bien desconocidos de este extraño lugar al que llamamos nuestro planeta. El ejercicio consistió en comparar a los países participantes del torneo en aspectos que van desde el peso medio de los equipos nacionales de futbol, pasando por cuestiones geográficas y sociales, hasta otros que respectan la salud, como la tasa de obesidad o el consumo de frutas y vegetales.
En el Mundial de Brasil, el país con equipo de futbol más pesado es Nigeria, con 79,6 kilos de media per cápita. México, a cambio, es el país con la selección más liviana con una media de 70,7 kilos por jugador. Sin embargo, la población de éste último resultaría semifinalista en un torneo de tasa de obesidad.
Estados Unidos tiene medalla de oro en esta disciplina, ya que el 33 % de la población americana adulta es considerada obesa.
EEUU también ganaría el primer lugar en Índice de masa corporal más alto, con 27,8 promedio del IMC por habitante. Los americanos, asimismo, son los mayores consumidores de azúcar en el mundo, con 569 kilocalorías per cápita por día y también tienen más establecimientos de McDonald’s per cápita, unos 4,48 locales por cada 100.000 personas.
El Mundial de Todo lo demásLa sorpresa en este peculiar mundial, organizado por el WSJ, ha sido Bélgica que resulta Bélgica el mayor consumidor de grasas animales, unos 432 kilocalorías per cápita por día.
Entre los países que se llevan «la palma de Oro» en términos de mayor consumo de alimentos saludables son Japón, como mayor consumidor de comida de mar (138 kilocalorías per cápita por día), Corea del Sur, como mayor consumidor de vegetales (179 kilocalorías per cápita por día) y… Ghana, como mayor consumidor de fruta (350 kilocalorías per cápita por día).
Aquí te dejamos algunas de estas comparaciones. Para conocerlas todas, visita el sitio de WSJ.

Tras el verano: dieta mediterrána y pesarse rutinariamente

MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS)

Tras los excesos alimenticios cometidos durante el verano, época propicia para el disfrute de la comida y también, por lo general, para la ingesta de alimentos con un alto contenido calórico, los expertos recomiendan seguir la dieta mediterránea y controlar el peso de manera rutinaria para prevenir su aumento.

   «En verano se tiende a consumir más carbohidratos y grasas por lo que, además del estrés que supone la vuelta al trabajo, las personas se suelen encontrar con unos kilos de más tras las vacaciones», ha explicado a Europa Press el presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Javier Salvador.

   Según el experto, para volver a la rutina alimentaria tras los excesos del verano «es imprescindible llevar un orden en las comidas, no comer entre horas y buscar el equilibrio de los alimentos que se ingieren, por lo que es aconsejable seguir la dieta mediterránea» y considera que «pesarse a si mismo es una medida de higiene sanitaria útil para todas las personas, incluso para aquellas que no tienen problemas con el peso».

CONSEJOS PARA RECUPERAR HÁBITOS ALIMENTARIOS SALUDABLES

   Algunos de los consejos a seguir para recuperar los hábitos alimentarios saludables son: ingerir alimentos que no tengan un alto poder calórico, incluir pocas grasas animales, consumir más carne roja que blanca, más pescado que carne y cocinar mejor a la plancha que con condimentos grasos. Además, Salvador recuerda que «hay que comer de todo» y afirma que «no hay alimentos malos, sino hábitos alimenticios inadecuados».

   El doctor considera la dieta mediterránea como una de las mejores herramientas para reducir el peso que se ha ganado durante el verano ya que «se ha demostrado científicamente la eficacia de esta dieta para prevenir no sólo el exceso de peso sino también los factores de riesgo cardiovasculares, diabetes, hipertensión e incluso se ha visto un efecto anticáncer».

   Salvador, endocrino en la Clínica Universidad de Navarra, añade que «todo esto ha de combinarse con actividad física cotidiana para que el balance calórico no sea positivo y no conlleve el acumulo de tejido adiposo excesivo y pueda derivar, por tanto, en obesidad».

   De igual manera, «el estrés favorece la ansiedad y la ingesta excesiva de alimentos, por lo general, de alto contenido calórico, por lo que es importante descansar bien por la noche porque así se favorece que el perfil hormonal no propenda a tener más apetito y a ahorrar gasto energético durante el día», aconseja.

EL DESAYUNO DE LOS NIÑOS

   Salvador hace especial hincapié en la dieta que deben seguir los niños durante el curso escolar y asegura que «el desayuno es lo más importante». Según el experto, «desayunar poco se asocia epidemiológicamente con una mayor tasa de obesidad» y asegura que «una de las amenazas para los niños es comer a deshoras».

   El médico también ha recordado que «la actividad física es igual de importante o más en los niños, por lo que tienen que tener tiempo para realizar ejercicio, si es al aire libre mucho mejor, a pesar de que se vive en una sociedad en la que los niños están presionados porque además del colegio tienen que hacer tareas de muy distintos tipos».

DIETA Y RENDIMIENTO INTELECTUAL

   Según ha explicado el endocrino, «la obesidad es un problema que no sólo tiene connotaciones biológicas, favorece diabetes, riesgo cardiovascular, apnea del sueño, el cáncer, hipertensión, etcétera, sino que también provoca alteraciones en el estado de ánimo».

   Existe una relación bilateral entre la obesidad y las patologías clínicas como los cuadros depresivos o la ansiedad, es decir, «las personas obesas tienden a desarrollar estas patologías que les pueden generar problemas en su entorno de trabajo, pero al tratarse de una enfermedad bilateral, las personas con patologías psiquiátricas propenden más a desarrollar obesidad», detalla el doctor.

   Asimismo, «la propia estigmatización que se hace en la sociedad de las personas con obesidad puede tener un impacto notable en el rendimiento intelectual y en el rendimiento escolar de los niños», concluye el experto.

¿Cuándo un desayuno es sostenible?

Cada vez cobra mayor importancia la sostenibilidad en el desarrollo de la agricultura y la ganadería mundial. Las familias y sobre todo los niños han de ser conscientes de la necesidad de contribuir a mejorar el planeta.

Los alimentos sostenibles son producidos a partir de métodos que respetan la tierra, a los trabajadores y a los propios alimentos, muchos de ellos poseen certificados que garantizan su calidad, como el Comercio Justo, alimentos con Denominación de Origen, el certificado de trato humanitario hacia los animales de granja, el de Océanos Sostenibles o el de envasados con recursos renovables.

Una de las cosas que pueden hacerse para fomentar una alimentación sostenible es el consumo de productos locales de estación, al hacerlo se evitan los daños ambientales que causa su transporte y conlleva tres ventajas principales:

Reducir la energía y emisiones de CO2 que se necesita para cultivar y transportar la los productos.
Evitar el coste extra que se paga por alimentos que son más escasos o vienen de diferentes partes del planeta.
Los productos de estación son más frescos y por tanto más nutritivos y suelen tener mejor sabor.

Escucha los consejos de Rubén Bravo, nutricionista y naturópata del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) respecto al desayuno sostenible.

Fuente: www.laformuladeldesayuno3s.com

Desayuno saludable infantil en Punto Radio

Los pequeños escolares del colegio Tolosa Latour de Vallecas de Madrid participan en este programa de Punto Radio donde cuentan cuál es su sensación al probar de prepararse su propio desayuno según la fórmula de los 3S. Se trata de los principales características de esta primera toma del día que ha de ser saludable, sostenible y social, según recalcan los especialistas del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) que han avalado el desayuno con su sello de calidad.

Pulsa play para escuchar el programa completo. 

A desayunar con la familia algo saludable y de la tierra

El Centro Comercial Luz del Tajo enseña a los más pequeños a desayunar de forma saludable para tener una vida sana

J. Monroy / Tribuna de Toledo

Nueve de cada diez niños de Castilla-La Mancha con edades comprendidas entre los seis y los doce años nunca desayunan, según afirma el Plan de Prevención de la Obesidad Infantil de 2010. Además, siete de cada diez no comen una ración diaria de verdura o ensalada, y tan sólo cuatro de cada diez ingieren una pieza de fruta al día. Como consecuencia, el 27,8 por ciento de los niños de la región padece sobrepeso u obesidad infantil, y algunos pequeños están desarrollando enfermedades relacionadas con la nutrición.
Para ayudar a superar estas estadísticas, el centro comercial Luz del Tajo puso ayer en marcha en Toledo un conjunto de once talleres, por los que pasarán hasta el próximo sábado 130 niños de la ciudad, que aprenderán a desayunar de forma completa y equilibrada. Según explicó durante su inauguración el naturópata Rubén Bravo, colaborador del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (Imeo), en un buen desayuno no pueden faltar lácteos, fruta o zumo natural y una proteína, en jamón u otro fiambre. Porque el aporte energético de la esta primera comida del día debe cubrir entre el 30 y el 35 por ciento de las necesidades del niño.

Desayuno 3S

El objetivo de Luz del Tajo es enseñar a los niños a preparar un desayuno 3S, que es a la vez sostenible, saludable y social. El subdirector del centro, Miguel Figueredo, explicaba ayer que con estos talleres busca responder a sus clientes en un ejercicio de responsabilidad. De ahí que les alerte sobre los peligros de la obesidad infantil.
Desde ayer hasta mañana, diversos colegios de la ciudad pasarán por estos talleres de desayuno 3S de Luz del Tajo. El fin de semana podrán participar los clientes del centro. Allí van a poder realizar recetas saludables y entretenidas, donde aprenderán lo que deben tomar a primera hora de la mañana para vivir mejor. Las tres ‘eses’ se traducen en una parte social, que se traduce en desayunar más despacio con la familia; otra sostenible, para tomar alimentos de la región; y otra saludable. Además, el proyecto cuenta con una página web para los padres, (formuladeldesayuno3s.com), donde tras una encuesta encontrarán consejos para dar a sus pequeños un sustento más saludable.

Alimentos cancerígenos

Según la Organización Mundial de la Salud, el 70% de los cánceres pueden ser prevenidos con simples cambios en la dieta y el estilo de vida

Algunos de los elementos cancerígenos contienen ingredientes aditivos alimentarios y productos químicos usados para mejorar el sabor o para prolongar la vida del producto en las estanterías. Entre estos tóxicos figura la acrilamida, una sustancia contaminante que está presente en alimentos de gran consumo diario, tales como las patatas fritas, productos de bollería, diversas clases de harinas y otros con alto grado de hidratos de carbono. La clave para evitar los alimentos que causan cáncer es saber que ingredientes son cancerígenos y asegurarnos de leer siempre las etiquetas para poder evitar el consumo de dichos ingredientes.

El Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) aconseja evitar los alimentos que contienen los siguientes ingredientes en las etiquetas: sirope de maíz (alto en fructosa), azúcar, sacarosa, harina blanqueada enriquecida, arroz blanco, pasta blanca, pan blanco, y otros alimentos “blancos”.

Los alimentos más comunes cancerígenos son:

1)      Las carnes procesadas y el bacon, por su contenido de nitrito de sodio y grasas saturadas. Aunque hoy en día el uso de refrigeración es mayormente lo que protege a los consumidores del botulismo y las bacterias, los fabricantes siguen añadiendo nitrito de sodio para hacer que la carne parezca rosada y fresca.

2)      Las Patatas fritas, ya que bloquean las arterias con grasas saturadas y transgénicas, y además contienen acrilamidas. Las acrilamidas no son añadidas a los alimentos, se crean durante el proceso de freír y según diversos estudios, causan cáncer.

3)      Papas, galletas saladas, cookies, por su contenido de harina blanca y azúcar, así como grasas transgénicas. Algunos fabricantes codifican estos ingredientes para engañar a los consumidores como esconden el Monosodio de Glutamato en el extracto de levadura, o trampeando con las porciones individuales, para poder decir que el alimento está libre de grasas transgénicas, incluso cuando sí las contiene.

4)      Donuts, por su contenido de aceites hidrogenados, harina blanca, azúcar y archilamidas. Como el cáncer necesita un nivel alto de azúcar y bajos niveles de oxígeno, una persona con mucha grasa en la barriga que no puede dejar de comer esas galletas y pastelitos llenos de grasas transgénicas (y con mucha harina blanca y azúcares simples), presenta el ambiente ideal para el desarrollo del cáncer.

5)      Perritos Calientes, también por su contenido de nitrito de sodio. Durante el proceso de digestión, el nitrito de sodio se convierte en nitrosamina y ahí es donde comienzan los problemas con el cáncer. La nitrosamina es un carcinógeno, pero como no es técnicamente un ingrediente, su presencia puede ser fácilmente pasada por alto en el envase.

Consejos para reducir el riesgo de cáncer :

  • Comer alimentos no procesados o industriales. 
  • Consumir alimentos que tengan omega 3 y otros ácidos grasos esenciales.
  • Comer muchas frutas y verduras con propiedades anti cancerígenas.
  • Hacer ejercicio regularmente, ya que los tumores no pueden prosperar en ambientes altamente oxigenados.
  • Mantener estables los niveles de azúcar, para no alimentar las células cancerígenas.
  • Consumir alimentos altos en vitamina C, un nutriente que impide la conversión del nitrito en nitrosamina y refuerza el sistema inmunitario.
  • Asegurarse de conseguir las cantidades adecuadas de la gran arma contra el cancer, la vitamina D, a través de la exposición controlada al sol (sobre 10 a 15 minutos cada día, si se tiene la piel clara, o hasta diez veces más si se tiene la piel oscura.)
  • Mantener un buen nivel de hidratación, para asegurarse de que el cuerpo se libera de las toxinas.
  • Evitar el tabaco y los cosméticos convencionales (asegurarse de que son de origen totalmente natural), ya que prácticamente todos contienen elementos químicos cancerígenos.