10 alimentos para tu cerebro

El cerebro, como cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, necesita un suministro diario de nutrientes que son vitales para su buen funcionamiento, así como para poder sostener una estructura que se renueva incesantemente. ¿Dónde encontrarlos?

Tribuna Ávila, Infosalus
cerebro_detailSegún explica a Infosalus Santi Ávalos, cocinero y autor de ‘Alimenta tu cerebro’ (RBA, 2014), la cocina mediterránea está entre las más apreciadas del mundo, no solo por sus delicias gastronómicas, sino por las grandes propiedades salutíferas de sus materias primas. «El cerebro necesita antioxidantes, vitaminas como la C o la E y fibra, unos nutrientes que son muy fáciles de recibir en una dieta como la nuestra, donde abundan las frutas, las hortalizas o las legumbres», comenta el cocinero.

En relación a si la dieta mediterránea es tan beneficiosa para el cerebro como para el corazón Ávalos apunta que al igual que el corazón, el cerebro necesita de un sistema circulatorio fluido, lo que se consigue con unas grasas de calidad como las que nos proporcionan los pescados azules, el aceite de oliva y las semillas.

El autor explica además que el cerebro consume en su funcionamiento una gran cantidad de energía, en forma de glucosa, que debe recibir de los alimentos ricos en hidratos de carbono, y las sinapsis de sus neuronas se realizan gracias a unos neurotransmisores que se sintetizan a partir de proteínas de calidad.

«Cuando llevamos una alimentación rica en esos nutrientes, el cerebro recibe a tiempo esa energía que necesita, dispone de la materia prima para realizar las sinapsis, y se siente protegido a través de los antioxidantes».

Así, añade Ávalos, no solo se pueden prevenir muchos trastornos mentales sino que es posible incrementar el rendimiento de nuestro cerebro y retrasar su envejecimiento.

NUTRIENTES QUE AYUDAN A L CEREBRO

«Lo primero que el cerebro necesita es glucosa, que debe recibir de una manera constante ya que apenas tiene reservas. Esto significa que los mejores alimentos para suministrársela son los que contienen hidratos de carbono complejos, como los cereales, por que pasan al torrente sanguíneo de manera progresiva», aclara Ávalos.

Según señala el autor, el cerebro también necesita proteínas de calidad, ricas en aminoácidos esenciales y muy asimilables, para producir los neurotransmisores, y cierto tipo de grasas, como los omega 3 o los fosfolípidos, aunque todas sean necesarias en un equilibrio.

En cuanto a los micronutrientes, son especialmente importantes para la salud cerebral las vitaminas B6, C, E y el ácido fólico, minerales como el magnesio, y en el apartado de los oligoelementos el zinc, el hierro, y el yodo.

Ávalos ofrece una lista de los 10 alimentos que constituyen por sí mismos fórmulas magistrales para la mente en la que explica por qué son beneficiosas para el cerebro:

1- MANZANA

Especialmente por su riqueza en pectina, que es un tipo de fibra soluble, que tiene la virtud de proteger al cerebro del exceso de colesterol y de metales neurotóxicos como el mercurio, el plomo o el cadmio. Esta misma fibra favorece el equilibrio de la flora intestinal, el lugar donde se gesta la salud general de todo nuestro organismo, incluido nuestro órgano pensante.

2- QUINOA

Por su riqueza en ciertos ácidos grasos, pero sobre todo por su alto contenido en aminoácidos esenciales, que son vitales para la producción de los neurotransmisores. Este alimento también contiene minerales que son importantes para el cerebro como el hierro, el magnesio o el fósforo. Por otra parte, la quinoa tiene un bajo índice glucémico, lo que significa que aporta glucosa de manera lenta y progresiva, una virtud positiva de cara a un buen rendimiento mental.

3- SÉSAMO

Este alimento es interesante para el cerebro por su contenido en ácidos grasos, que se encuentran en una relación que facilita el control del colesterol y los triglicéridos. También es una de las mejores fuentes de lecitina que mejora la circulación sanguínea y forma parte de la estructura neuronal del cerebro. Además, estas semillas son una auténtica mina de minerales, especialmente de magnesio y fósforo, pero también de selenio, que protege a las células nerviosas de los daños oxidativas provocados por los radicales libres. Aporta vitamina E en cantidades importantes.

4- GRANADA

La granada es un gran neuroprotector, pues se trata de uno de los alimentos con mayor poder antioxidante que se conocen. Su gran riqueza en pigmentos naturales es una de las razones de esta propiedad, pero también por su contenido en otros polifenoles, que además, fortalecen los pequeños capilares que riegan el cerebro. También contiene pectina y vitamina C en cantidades importantes.

5- NUECES

Es interesante por sus ácidos grasos esenciales, como el omega, que entre otras muchas propiedades, contribuyen a asegurar un buen flujo sanguíneo en el cerebro. Las nueces estimulan la producción de neurotransmisores, y aportan lecitina y micronutrientes importantes para las funciones cognitivas como el fósforo, el hierro, el magnesio.

6- HUEVO

El huevo es una fuente de proteínas de primerísima calidad, y esto es bueno para facilitar la sinapsis de nuestras neuronas cerebrales. Es rico en lecitina y aporta vitamina B12, una vitamina muy escasa en el reino vegetal, pero necesaria para el buen mantenimiento del sistema nervioso y la formación de los glóbulos rojos, necesarios para la oxigenación del cerebro.

7- TÉ VERDE

El té verde es interesante en una dieta neuroprotectora por su contenido en polifenoles, pero sobre todo gracias a un flavonoide (galato de epigalocatequina). El té verde nos puede ayudar a dejar el café, una bebida que en exceso puede llegar a ser neurotóxica, porque es un estimulante intelectual que nos mantiene alerta, pero no excita. Parece ser que bajo sus efectos nos concentramos mejor y es más fácil recordar datos. Ayuda a evitar los picos de glucemia.

8- AGUACATE

Este alimento es muy rico en grasas insaturadas, sobre todo del omega 9 que es necesario para el crecimiento y la buena comunicación entre las neuronas. La función que cumple este ácido graso es especialmente importantes durante el periodo en el que hay un mayor desarrollo del cerebro, en la fase prenatal, por lo que es importante que las mujeres embarazadas incluyan el aguacate en su dieta. También es rico en vitaminas A y C.

9- ALGAS

Las algas en general son alimentos extraordinarios porque concentran muchos nutrientes, como proteínas de alto valor biológico, y todos los minerales que necesitamos en unas proporciones óptimas para ser asimilados. Algunas algas aportan mucho hierro, que facilita la oxigenación del cerebro, junto con la vitamina C, que ayuda a integrarlo en el cuerpo. El ácido algínico de algunas algas es muy eficaz para eliminar sustancias potencialmente peligrosas para nuestro cerebro.

10- PESCADO

El pescado, además de ser una buena fuente de proteínas y aminoácidos de calidad, aporta hierro del tipo hemo que es muy asimilable. Pero sobre todo, porque nos suministran ácidos grasos de la serie omega 3, ya transformados en sus formas más activas (EPA y DHA), que cumplen funciones muy importantes para el corazón, pero también para el cerebro, como regular la tensión arterial, mejorar la circulación y producir vasodilatación.

Polémico vídeo contra la obesidad

Las imágenes muestran cómo la influencia de los padres puede llevar a una vida de alimentación poco saludable y tener resultados potencialmente fatales

La Vanguardia

Imagen-del-video-RebobinarUn vídeo impactante «Rebobinar el Futuro – Detener el ciclo«, publicado por la organización Children’s Healthcare of Atlanta (CHA) para concienciar sobre el problema de la obesidad, que cada vez más aumenta en los Estados Unidos y en muchos países desarrollados, vehicula un mensaje fuerte: Si no se interrumpe el ciclo de los malos hábitos alimentarios, el peligro de acabar en una cama de hospital es muy alto.

El vídeo muestra cómo la influencia de los padres puede llevar a una vida de alimentación poco saludable y, en última instancia, tener resultados potencialmente fatales. Con las imágenes se vuelve atrás en el tiempo desde el momento en que Jim llega al hospital después de sufrir un ataque al corazón a la edad de 32 años. El vídeo, tomado desde el punto de vista de Jim, que pesa casi 140 kilogramos, muestra a los médicos que le inspeccionan mientras que él yace en la cama de un hospital, luchando por respirar.

«¿Cómo demonios se puede llegar a eso? Se pregunta uno de los médicos, antes de empezar la serie de flashback que descubren como “una mala decisión puede llevar a la peor de las consecuencias”. El vídeo muestra a Jim en varias etapas de su vida comiendo alimentos poco saludables, delante de la televisión o jugando con vídeojuegos. La intención de los autores es la de sensibilizar a los padres para que inculquen hábitos saludables en sus hijos ya desde una edad temprana.

La polémica

El video, que fue publicado en YouTube por CHA en septiembre del año pasado, ha ganado la atención en los últimos días después de que haber sido ampliamente compartido en las redes sociales. Sin embargo, algunos expertos en obesidad han expresado su preocupación por las tácticas de «shock». El médico investigador de la obesidad Ted Kyle dijo al respecto: “Si quieres llamar la atención sobre tu campaña, entonces este es un vídeo muy útil. Si lo que quieres es tener un efecto útil contra de la obesidad infantil, estigmatizar no ayuda”. Según el investigador, de hecho, estudios han demostrado que avergonzar y estigmatizar a las personas no es una forma eficaz de alterar sus comportamientos.

«Debemos tomarnos en serio la obesidad»

El científico español, José Ordovás alerta sobre los efectos de esta pandemia que afecta a los países ricos.

Expansión, por Emelia Viaña

A2-48523421.jpgMientras que en los países pobres el hambre causa miles de muertes todos los años y afecta a 842 millones de personas, en las zonas ricas del planeta hay más de 1.400 millones de adultos y 40 millones de niños que tienen sobrepeso. Dos problemas médicos que no resultan sencillos de tratar. Uno de los científicos que estudia la pandemia del siglo XXI en los países desarrollados es José Ordovás (Zaragoza, 1956). Sus investigaciones parten de la genética porque «los genes son una bola de cristal con la que podemos leer nuestro futuro».

En su opinión, la obesidad «es un problema mayor, que debemos afrontar muy seriamente si queremos vivir más años y con más calidad. Es algo que me preocupa y no nos estamos preparando adecuadamente para los efectos que va a tener en los próximos años».

Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts en Estados Unidos, donde casi el 80% de la población tiene sobrepeso, es poco partidario de suprimir alimentos o nutrientes para adelgazar. Su truco para mantenerse bien es «de todo en plato de postre, como aconsejaba mi maestro Francisco Grande Covián». Ordovás cree que estamos demasiado «expuestos a productos o dietas milagro, que se basan sólo en restricciones y no tienen en cuenta los placeres de la vida» y que lo mejor «es llevar una dieta equilibrada y saludable sin hacer excesos«. Prácticamente «todos los alimentos han sido vistos como buenos o malos en algún momento de la historia de la nutrición. Por culpa de ello, nos hemos alejado del modelo mediterráneo al que nos deberíamos adherir», explica.

Este investigador cree que «hay una gran preocupación por la obesidad», pero que no se está haciendo lo suficiente. «Los individuos tenemos que tomar decisiones apropiadas para comer de una manera sensata y llevar a cabo una vida sana para prevenir la obesidad y no simplemente dejarse llevar. Las instituciones tienen que promover y facilitar esos estilos de vida saludables para toda la población y hacerlo de una manera inteligente y no solamente basada en la penalización», como se está haciendo en Estados Unidos con algunos alimentos a los que se les impone una tasa o impuesto por sus efectos negativos sobre la nutrición.

Por otra parte, no es sólo cuestión de comer de todo y en poca cantidad. Hay otros factores que influyen en los altos índices de obesidad, como «el sedentarismo o el estrés», sobre los que tampoco se está actuando, y la genética, que «será unos de los pilares de la medicina del futuro». La posibilidad de «identificar los mecanismos moleculares por los cuales una persona llega al sobrepeso permitirá proporcionar soluciones más racionales, personalizadas y con base científica».

Las investigaciones de Ordovás se basan en dos campos. Por un lado, la nutrigenómica, que es «la manera en la que los alimentos y los nutrientes interaccionan con nuestros genes»; y por otro, la nutrigenética, «que se refiere a cómo cada uno de nosotros, debido a nuestras diferencias genéticas, interaccionamos con los alimentos». En definitiva, «de lo que se trata es de que sepamos cómo se relacionan los alimentos con nuestros genes y así recibir la nutrición más adecuada. Conocerse a uno mismo es el mejor camino para una vida sana. La prevención es la mejor medicina».

La ciencia en España

Ordovás, que admira «la profesionalidad, el pragmatismo, la visión a largo plazo, la continuidad de objetivos, el saber lo que esperar, la masa crítica de investigadores y la colaboración» que hay en Estados Unidos, cree que «en España se debería separar la ciencia de la política» e insiste en que «la ciencia es un compromiso a largo plazo». «Cuando todo se mide en periodos de cuatro años no hay manera de establecer un curso mantenido que es el que lleva al progreso. Hemos ido dando bandazos que nos han llevado a no avanzar e incluso en ocasiones al gran peligro de zozobrar».

Ordovás lleva desde 1982 trabajando fuera de España y sólo hace colaboraciones puntuales con algunas investigaciones nacionales. La situación de la ciencia en aquella época «no era boyante» y realizó estancias posdoctorales en Harvard y el MIT, para después incorporarse al centro en el que hoy trabaja. Para él, no es importante «dónde se hace la investigación porque vivimos en un mundo global», pero sabe que a España no volverá de forma permanente. «Hay destellos en este sector que espero que se conviertan en fuegos artificiales permanentes, pero no es el momento».

Tartare de tomate: la receta light de Albert Adrià

Se estima que de media los españoles consumen entre 1 y 5 tapas por persona y tapeo. Esta cantidad se dispara durante el fin de semana a 10 tapas por cabeza cuando se acude con amigos o en familia. El tiempo que pasamos de tapas y cañas ronda desde los treinta minutos hasta las dos horas, coincidiendo con los horarios de comida o cena.

«No hay que tener miedo a la tapa», apostilla el experto en nutrición Rubén Bravo, experto en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). Si seleccionamos bien, su aporte calórico puede ser relativamente bajo –entre 30 y 150 Kcal/unidad–, y puede servirnos para “matar nuestro apetito” antes de comer. Pero eso sí, debemos recordar que el consumo calórico recomendado al día para las mujeres oscila los 1500Kcal., mientras que para los hombres ronda los 2000Kcal.

A continuación, ofrecemos la receta original de Albert Adrià de una tapa light, ideal para este verano, poniendo especial hincapié en su riqueza nutricional y su beneficio para nuestro cuerpo, mente y estado de ánimo: tartare de tomate.

TARTARE DE TOMATE © TICKETS
La tapa para los que están a dieta y buscan la eterna juventud
tartar tomate de Tickets, una tapa antioxidante y diurética
Calorías: 33 Kcal
Ingredientes: Tomate y láminas de pan.
Condimentos y aliños: Albahaca, aceite de oliva virgen extra, orégano, salsa de chile habanero, mostaza de Dijon, pimienta negra, salsa Worcestershire.

Propiedades destacadas por los expertos en nutrición de IMEO:

• 33Kcal cargadas de antioxidantes y beneficios como la prevención del cáncer por su aporte en vitamina C, E y carotenos.

• Perfecta para los que están a dieta, pues aporta una gran sensación de saciedad, nos ayuda a ir mejor al baño y posee propiedades diuréticas contra la retención de líquidos y, por supuesto, de un aporte calórico muy bajo.

INGREDIENTES
4 PERSONAS
          ELABORACIÓN
Para los dados de tomate
350 g de tomate  
 

Para el tartar de tomate

200 g de tomate a dados (elaboración anterior)

25 g de Néctar de tomate (Travol)

12 g de mostaza de Dijón

8 gr de salsa Worcestershire (perrins)

3 g de salsa Hp

3 de sal fina

0´3 gr de orégano seco

3 g de albahaca picada

0´7 g de salsa de chile habanero

  1. Pelar los tomates y filetearlos.
  2. Escurrir los tomates y desechar el jugo.
  3. Picar la pulpa en dados de 2 mm, sin que sea un puré y dejarlo reposar encima de un colador para que pierda el exceso de agua.
  4. Conseguiremos 200 gr de dados de tomate escurrido.

 

 

  1. Mezclar todos los ingredientes menos el tomate.
  2. Añadir el tomate a la mezcla anterior, mover suavemente sin que se trituren los dados y dejar escurrir en un colador durante una hora.
  3. Corregir de sal si fuera necesario y reservar tapado en el frigorífico.

 

 

 

 

* es muy importante probar el tartar cada vez que se
realiza ya que el tomate es tan artesanal que no
siempre tienen la misma acidez o dulzor.

 

Para las laminas de pan
20 laminas de pan (Gutiattu)  
  1. Extender las láminas de pan entre dos rejillas de horno.
  2. Hornear a 150 º durante 6 minutos hasta que estén doradas por ambos lados.
  3. Dejarlas enfriar y guardarlas en un taper hermético.
Otros
15 g de aceite de oliva virgen extra
5 g de alcaparras
12 germinados (Sakura mix)4 hojas de albahacac/s de pimienta negra

ACABADO Y PRESENTACIÓN

  1.  Disponer 50 gr de tartar de tomate en el centro de un plato, y extenderlo de forma circular con un diámetro de 16 cm.
  2. Dar dos vueltas con el molinillo de pimienta sobre el tartar.
  3. Poner un hilo de aceite de oliva virgen extra alrededor del tartare.
  4. Disponer 3 alcaparras y sobre estas disponemos dos hojas de germinado de sakura morada y una hoja de germinado de sakura verde.
  5. Cortar una hoja de albahaca en tiras finas y disponer bien repartida por toda la parte superior del tartar

 

La mitad de los españoles que quieren adelgazar dedican 150 euros mensuales, según estudio de la OCU

La mayoría de los que logran perder peso acaban recuperándolo

EFE, El Periódico

Barcelona 24.11.2011 Uno de tres sufre sobrepeso Fotografia Albert Bertran.Más de la mitad de las personas que quieren adelgazar (el 55%) gasta una media de 150 euros mensuales en hacerlo y la inmensa mayoría de los españoles (el 94% de las mujeres y el 88 % de los hombres) ha intentado adelgazar en algún momento de su vida.

Estos son algunos de los resultados de una encuesta realizada por la Unión de Consumidores y Usuarios (OCU) a más de 2.000 personas entre 18 y 64 años para analizar cómo valoran su salud y peso, qué hacen para adelgazar y el coste y la satisfacción con diferentes métodos.

Según la encuesta, el 73% de las mujeres y el 54 % de los hombres tienen más peso del que les gustaría.

La OCU recuerda que el sobrepeso y la obesidad en España afectan ya a casi la mitad de la población.

Las cifras oficiales revelan que el 54% de adultos y el 28% de los menores tiene sobrepeso u obesidad, unos datos que el estudio Aladino (elaborado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) eleva al 45 % de los escolares de entre 6 y 9 años.

La OCU califica esta situación de «sumamente preocupante», y recuerda que el sobrepeso y la obesidad incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o degenerativas de los huesos, diabetes y diferentes tipos de cáncer.

Además, según refleja la encuesta, la obesidad y el sobrepeso también se relacionan con una peor salud psicológica y emocional.

El 90% de los encuestados ha intentado adelgazar «por sentirse bien consigo mismo».

Un 30% adujo problemas de salud o consejo médico, un 18 % lo hizo por insistencia de un amigo o un familiar; un 17 % para mejorar su aspecto ante el verano o para una ocasión concreta; un 16 % para mejorar la vida social; un 10 % por consejo de su pareja y un 9 % por mejorar su carrera profesional.

Los métodos utilizados para reducir peso «fueron variopintos», según la OCU.

Así, el 31 % de los encuestados solo incrementó la actividad física, un 26 % aumentó el número de comidas al día, un 14% hizo dieta y actividad física, un 13% solo hizo dieta, un 11% se sometió a algún método en una clínica de adelgazamiento, un 10% lo hizo a base de suplementos dietéticos.

Y solo un 0,20 % se sometió a cirugía, método que únicamente está indicado para los casos de obesidad más graves.

Según la encuesta, cuando el método elegido fue una dieta, el 43 % hizo una que le recomendó un amigo o familiar.

Respecto al coste, dependiendo del método utilizado, un 45 % de los encuestados asegura que no gastó ninguna cantidad y el resto, 151 euros de media.

Uno de los aspectos negativos de los intentos por adelgazar fueron los efectos adversos: sensación continua de hambre, mal humor, tristeza y debilidad.

Sobre los resultados algo más de la mitad consiguió deshacerse de un 30% o más de su exceso de peso pero, con el paso del tiempo, la mayoría acaba recuperando parte o la totalidad de lo perdido.

De hecho es muy común haber realizado varios intentos por adelgazar a lo largo de la vida, lo que convierte este proceso en algo cíclico.

La OCU recuerda que la pérdida de peso segura y duradera solo se consigue con un cambio permanente de hábitos.

Para ello, recuerda la importancia de acudir a un endocrino, utilizar sólo medicamentos prescritos por un médico e incrementar la actividad física.

La obsesión por ‘comer sano’ también es un trastorno

El Universal | Diario.mx

comida sanaVivimos en una sociedad en la que desgraciadamente, los estereotipos son lo que nos rigen… Que si eres flaco, que si eres alto o si eres gordito… y precisamente “cánones de belleza” son los que nos llevan a preocuparnos por cómo somos y cómo nos ve la sociedad.

Hoy en día existen muchos trastornos que tienen que ver, precisamente con el sentirse bien, desde la bulimia y la anorexia, la obesidad y hasta la vigorexia; sin embargo, y por si eso fuera poco, recientemente esta obsesión por verse bien se ha convertido en un nuevo trastorno alimenticio: la ortorexia.

Según información de Fundación UNAM, la ortorexia se define como una obsesión por mejorar el estado de salud a través de la alimentación; la palabra proviene del griego “ortos” que significa recto y correcto y “orexis” que significa apetito. La Asociación Suiza para la Alimentación ha afirmado que esta nueva ola de obsesión está alcanzado proporciones de cuidado.

Éste trastorno comienza como un “inocente” intento de comer de manera saludable, sin embargo, con el paso de los días, el ortoréxico se vuelve cada vez más exigente y obsesivo sobre qué come, cuándo come y cómo come.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la ortorexia afecta, hoy en día, al 28% de la población de los países occidentales, principalmente a adolescentes y a mujeres. Y según ha explicado el nutricionista y naturópata del Instituto Médico de la Obesidad (IMEO), Rubén Bravo, su prevalencia «podría ir en aumento» en los próximos años, ya que la sociedad actual «tiende a los extremos» y las personas o se cuidan en exceso o no se cuidan nada «y tienden a la autodestrucción con la comida como ocurre con la obesidad».

¿Cuáles son los síntomas?

El principal síntoma es que siempre se encuentran preocupados por los alimentos, pasan horas del día pensando, planificando y preparando sus comidas; siguen reglar estrictas en cuanto a la comida y eliminan por completo ciertos alimentos, como el azúcar refinado o el aceite hidrogenado.

A diferencia de las demás personas con algún trastorno de la alimentación, los ortoréxico se enorgullecen de su alimentación y lo comentan sin ningún problema, además menosprecian a los que no siguen reglas dietéticas.

¿Existen algunas complicaciones?

Como todos los trastornos alimenticios, la ortorexia también tiene sus complicaciones, comenzando por excluir a la persona de sus actividades de interés y, con el tiempo se puede convertir en un trastorno muy grave, causando problemas como:

* Superioridad. Uno de los efectos secundarios es el sentimiento de superioridad. Como el individuo tiene una norma auto impuesta a comer bien, puro y sano, la persona se reconoce a sí misma superior a las demás. Y esto también afecta a las relaciones familiares, después de que todo lo demás se vuelva menos importante que una dieta llamada saludable.

* Pérdida de peso. Una selección limitada de alimentos y dejar de lado todas las otras variantes de alimentos conduce a la restricción de la ingesta de calorías que conduce a la pérdida de peso.

* Desnutrición. Con una dieta restringida, la persona desarrolla una alimentación muy selectiva, lo que finalmente resulta en una alimentación limitada y en desnutrición y por lo tanto causando malnutrición.

La obesidad materna modula las funciones digestivas de sus hijos

Europa Press
obesidad maternaLa obesidad materna conduce a marcados cambios en la composición de la microflora gastrointestinal y la función gastrointestinal de su descendencia, según conlcuye un estudio realizado con roedores que se presentará en la Reunión Anual de la Sociedad para el Estudio del Comportamiento Alimenticio (SSIB, por sus siglas en inglés). La microflora gastrointestinal consiste en múltiples especies de microorganismos que viven en el tracto digestivo de los animales y ayudan a la digestión.

Se sospecha que un desequilibrio en la microflora de un individuo contribuye al desarrollo y la persistencia de la obesidad. Un aumento en Firmicutes o Endobacterias frente a Bacteriodetes es una marca de la obesidad y está vinculado a un incremento de la permeabilidad gastrointestinal, la inflamación sistémica y el aumento de peso.

Los resultados de este nuevo estudio muestran que la microflora «obesa» se puede pasar de una madre a su descendencia. En roedores, las crías de madres obesas exhibieron un aumento de Firmicutes frente a Bacteriodetes y un incremento en la permeabilidad gastrointestinal, lo que sugiere que hay factores no genéticos que podrían transmitirse de la madre a los hijos para elevar la susceptibilidad a la obesidad.

Hoy en día alrededor del 30 por ciento de las mujeres que se quedan embarazadas son obesas y sus hijos tienen más riesgo de obesidad y trastornos metabólicos asociados. «Modular la composición de la microflora es bastante fácil y no invasivo y puede ser benficioso para estos niños», apuntan los investigadores, que continuarán estos trabajos para analizar si puede ser una opción de tratamiento viable y promover la salud de la descendencia.

7 explicaciones de por qué comemos sin tener hambre

En forma salud 180, por Dayana Alvino Lara

7_cosas_de_por_que_comes_cuando_no_tienes_hambreLa manera más importante que tenemos para mantener al cuerpo con vida es alimentándonos, lo que además obedece a una necesidad biológica. Pero hay ocasiones en que puedes comer aunque no sientas hambre real, porque tu mente la confunde con otros factores.

De acuerdo con Paul Lattimore, experto en conducta alimentaria de la Universidad John Moores, Liverpool, las personas que están a dieta por tiempos largos comen más en situaciones de estrés.

Están tan acostumbrados a no hacer caso de su cuerpo que ignoran o malinterpretan las señales relacionadas con la lucha o la huida (del hambre y alimentos)”

Disfrazados de hambre

El organismo enfrenta cada día diversas situaciones que son compensadas por la comida, casos en las que el hambre verdadera es reemplazada por motivantes que alteran los procesos de alimentación, estos son algunos de ellos.

1. Por imitación. Un estudio conjunto de la Duke University, University of British Columbia y Arizona State University, afirma que las personas tienden a comer “copiando” lo que a las demás les funciona para mantenerse delgado. Aunque esa comida no satisfaga su hambre real.

2. Por acompañar la convivencia o una reunión social. Cuando existe una reunión amistosa, se tiende a comer ante la sola presencia de comida, porque la “ocasión” lo requiere.

Susan Roberts, profesor de nutrición de la Tufts University, Boston, si estás lleno cuando llegas a la reunión es mucho más fácil evitar comer en exceso o sólo por convivencia.

3. Publicidad comercial. La Yale University indica por medio de un estudio que las personas que se encuentran frente al televisor en constante bombardeo de anuncios de comida, tienden a sentir inspiración para comer, no necesariamente lo que vieron, por lo general cualquier cosa a su alcance.

4. Por falta de sueño y no dormir bien. Los investigadores de la University of Southern California indican que dormir pocas horas provoca que el organismo genere una menor producción de la hormona leptina y mayor de grelina.

Lo anterior manda señales en todo el cuerpo de poco nivel de energía, lo que motiva al organismo a mayor ingesta de alimentos durante el día.

5. Por aburrimiento. Para Rubén Bravo, experto en nutrición y vocero del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), éste es un factor detonante, junto con el estrés y la depresión, de la llamada “hambre psicológica”; no proviene del estómago (necesidad real) sino de la mente que intenta calmar.

6. Problemas de hidratación. De acuerdo con Carlos Correa, coachig de vida y creador del Instituto Integral de Transformación personal, apunta que los síntomas de la deshidratación son muy similares a los de sentir hambre, lo que lleva a pensar que se necesitan alimentos para aumentar la energía, pero en realidad es agua lo que el organismo pide.

7. Estímulos verbales. Un estudio de la University of Illinois in Champaign, por medio de un experimento, concluye que las personas que están expuestas a mensajes relacionados con ejercicio o deporte, tienden a tener sensación de hambre e incluso consumen más calorías.

Si te descubres constantemente con alimentos en la boca, pon atención en si alguno de estos factores te está afectando para comer aunque no sientas hambre, solo de esa manera podrás tomar acciones y evitar que este hábito te lleve a padecer problemas de obesidad.