Adelgazar en poco tiempo: los peligros de las dietas milagro

Perder peso en poco tiempo y sin mucho esfuerzo. Ese es el objetivo de uno de cada cuatro españoles —según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)— y esa es la razón por la que las dietas milagro están proliferando.

Huffington Post, por Margarita Lázaro

perder peso en poco tiempoEn la actualidad existen alrededor de un centenar en el mercado. Algunas parecidas y otras muy diferentes pero todas con una cosa en común: resultan peligrosas para la salud. El doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Obesidad de la SEEN, advierte que «los milagros no existen» y que todas estas dietas «carecen de evidencia científica que las avale»: «Ha de quedar claro que estas dietas milagro son un riesgo para la salud y se pueden volver en contra del paciente por el efecto rebote». «Además el objetivo de un tratamiento dietético no puede ser solo la disminución del peso, también hay que llevar a cabo una reeducación alimentaria. La dieta es un proceso de aprendizaje», apunta Luis Alberto Zamora, nutricionista y vocal de comunicación de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (Addinma).

Desde la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética insisten en que debemos convencernos de que no hay ninguna fórmula mágica ni milagrosa que en poco tiempo nos haga conseguir una imagen muchas veces inalcanzable. Como señalan desde SEEDO, la única fórmula saludable y eficaz para perder peso es reducir la ingesta energética, sobre todo las grasas y grasas saturadas, y aumentar el volumen de actividad física. Así se evitarán las consecuencias negativas asociadas a las dietas milagro y que van desde diabetes hasta fallos renales o efecto yo-yo. Los especialistas en nutrición aseguran que no hay ninguna que se libre y nos detallan los peligros de las que más triunfan en el mercado.

A continuación analizamos algunas de las más populares centrándonos en qué prometen, en qué consisten y sus peligros.

Dieta 5:2 | Dieta 4:3 | Dieta de los puntos | Dieta Paleo | Dieta de los 17 días | Dieta Flash | Dieta sin gluten| Dieta de los potitos | Dieta Dukan | Dieta de las ocho horas| Nueva dieta Atkins

DIETA 5:2

Qué promete: Es una de las dietas más novedosas y una de las que triunfa actualmente entra las celebrities. Este sistema de adelgazamiento, recogido en el libro The fast diet del británico Michael Mosley, promete a sus seguidores que les ayudará a perder hasta seis kilos en un mes.

En qué consiste: De los siete días de la semana, cinco hay libertad para comer y las restricciones se reservan para los otros dos, que pueden ser no consecutivos. Los hombres reducirían las calorías a 600 mientras que las mujeres tendrían que dejarlas en 500. El principio básico para los días de ayuno es comer solo alimentos ricos en proteínas y fibra (carne, pescado y verduras) y evitar los carbohidratos refinados (pasta, arroz y patatas).

Los peligros: “El primer fallo es que a una persona que trata de perder peso no le puedes decir que durante cinco días puede comer lo que quiera. Ese todo lo que quieras puede ser ilimitado y alguien con sobrepeso u obesidad podría llegar a comerse un solomillo de 1,5 kg”, explica el experto en nutrición Rubén Bravo, del Instituto Médico Europeo de Obesidad (IMEO), quien defiende que en todas las dietas hay que limitar las cantidades. “Por otra lado comer durante dos días solo 500 o 600 calorías es una barbaridad. Todo lo que está por debajo de 800 calorías puede desencadenar graves riesgos para la salud empezando por bajadas de tensión o de azúcar”, señala. A esto se sumarían las consecuencias del exceso de consumo de proteínas que se produce durante los dos días de ayuno. “Pueden provocar problemas renales porque obligamos al riñón —encargado de que no se filtren las proteínas— a trabajar más, lo que le haría envejecer más rápido”, explica Luis Alberto Zamora. El efecto rebote está garantizado. “Los ayunos intermitentes están asociadas a respuestas metabólicas no deseadas y al incremento de la grasa corporal. El organismo está preparado para autorregular un exceso de energía (una comida muy copiosa un día) pero lo que no es capaz de entender es que le estemos dando 1500 calorías todos los días y de repente le demos 3000 y luego 500 o 600. Ahí es cuando va a tener problemas”, señala Giuseppe Russolillo, presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AED-N).

DIETA 4:3

Qué promete: Deshacerse de seis kilos en un mes perdiendo grasa y no músculo.

En qué consiste: Es una revisión de la 5:2. El sistema es parecido pero más restrictivo ya que en lugar cinco días de libertad total hay solo cuatro. Se trataría de comer un día todo lo que quieres y al día siguiente reducir las calorías a 500 (las mujeres) o a 600 (los hombres). Para ello, igual que en la 5:2, habría que centrarse en alimentos proteicos y evitar los hidratos de carbono.

Peligros: “Decir que se va a perder grasa y no músculo es erróneo. Además todas las pérdidas superiores a un kilo a la semana suponen una disminución de masa corporal”, explica Luis Alberto Zamora, nutricionista de Addinma. “Igual que la 5:2 tiene muchos puntos negativos pero habría que señalar los trastornos renales derivados del exceso de proteína, los riesgo de hipoglucemias o cetosis desencadenada por la restricción de hidratos de carbono y la ‘des-educación’ alimentaria ya que el mensaje que transmiten son ‘come todo lo que quieras, que luego lo solucionas con un par de días de purga’”, insiste Zamora quien enumera otros trastornos asociados como “estreñimiento, hinchazón abdominal o desequilibrio en el nivel de insulina”. Y sí, también tiene efecto rebote.

DIETA DE LOS PUNTOS

Qué promete: El presentador Jorge Javier Vázquez perdió cinco kilos (dos tallas menos) con El método entulínea de Weight Watchers (Editorial Planeta). Este sistema promete ayudar a adelgazar sin recuperar el peso perdido, sin pasar hambre y comiendo de todo.

En qué consiste: Se basa en un sistema de puntos llamado ProPoints. Estos se le asignan a los alimentos, dependiendo de sus proteínas, hidratos de carbono, fibras y grasas, y también a las personas. Cada uno tiene un saldo, según sus características físicas —edad, sexo, altura y peso— y actividad (para calcular los tuyos debes entrar aquí), para consumir diariamente y que pueden distribuir de la forma que quieran. Además cada uno tiene un capital extra semanal de 49 puntos para ocasiones especiales o cuando el hambre te pide más cantidad de determinado capricho.

Peligros: “El principal problema es la falta de educación alimentaria que sufre la persona que la sigue porque puede canjear los puntos a su gusto y sin seguir recomendaciones. De este modo podrían gastarlos todos comiendo aquello que más les gusta sin importarles si siguen una dieta equilibrada, variada y suficiente en nutrientes», explica el mismo Luis Alberto Zamora. Eso mismo señala Rubén Bravo y pone como ejemplo de menú bueno para la dieta y no para el individuo uno compuesto por café con leche entera (3 puntos), un croissant (9 puntos), un bocadillo de jamón y queso (8 puntos) y dos yogures naturales (4 puntos). “Los efectos negativos a corto, medio y largo plazo pueden ser de lo más variados: desde estreñimientos o diarreas, hasta hígados grasos, hipoglucemias, déficit de vitaminas y minerales con sintomatología o sin ella, etc”, añade Zamora. “Además puede conducir a una obsesión por la comida porque te pasas el día calculando”, agrega Bravo para el que este tipo de alimentación solo sería válida si la supervisa un especialista.

DIETA PALEO

Qué promete: Basada en el libro Las mujeres paleolíticas no engordan, de la nutricionista Esther Blum, garantiza que quienes la siguen conseguirán un cuerpo esbelto y saludable, como el de las mujeres de las cavernas, en menos de tiempo de lo que se imaginan.

En qué consiste: Existen en internet multitud de entradas que explican al detalle este método seguido por famosas como Natalie Portman, Uma Thurman, Jessica Biel o Beyoncé y que reduce al máximo el consumo de carbohidratos. La paleochic defiende seguir la dieta de nuestros antepasados de la Edad de Piedra basada en el consumo de plantas y animales. Se pueden comer proteínas, grasas, frutas, verduras y frutos secos y se limitan los carbohidratos. Quedarían prohibidos los alimentos procesados (harina, trigo, cereales, pastas y pan), el azúcar, los zumos y los refrescos. En días ‘especiales’ se puede tomar café, algún lácteo, alcohol, arroz integral y legumbres. En el blog paleostyleparatodos hay recetas, consejos y hasta tablas de ejercicios.

Peligros: “A priori puede parecer una dieta saludable sin embargo el prohibir los cereales no es positivo par la salud. Especialmente en el caso de los cereales integrales que previenen del sobrepeso u obesidad e incluso puede ayudar a combatirlo”, explica Russolillo. Para el presidente de la AEDN hay otro problema: “En la cáscara de los cereales es donde se encuentran unas sustancias llamadas fitoquímicos vegetales o compuestos bioactivos, también presentes en frutas, hortalizas y verduras, que previenen de numerosas patologías como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión arterial y también del cáncer”. A esto se sumarían los riesgos propios de las dietas hiperproteicas como la 4:3 y 5:2. ”Además se obvian cosas como que en el paleolítico la esperanza de vida era menor que actualmente, lo que puede ser causa y consecuencia de la alimentación; y el nivel de actividad física era muy superior al actual, motivo también que influye (y mucho) a la hora de perder o mantener el peso”, añade Luis Alberto Zamora para el que no hay evidencias científicas que sostenga esta dieta milagro.

DIETA DE LOS 17 DÍAS

Qué promete: El régimen del televisivo doctor Travis Stork ayuda a perder hasta 7 kilos en dos semanas.

En qué consiste: La dieta consta de cuatro ciclos de 17 días. Durante el primero (Accelerate) es cuando se pierde más peso y para ellos se deben consumir 1200 calorías diarias (se elimina el azúcar y se permite la ingesta de yogur griego, té verde, huevos, pescado, pollo, frutas frescas y verduras). En el segundo (Activate) se estimula la quema de grasa mientras se incorpora a la lista de alimentos permitidos mariscos, carnes magras, almidones naturales, legumbres y verduras con almidón. En el tercer ciclo (Achieve) se empiezan a introducir alimentos tradicionales y más variados como son aves, tocino de pavo, cereales ricos en fibra y pasta. Y por último, en el cuarto ciclo (Arrive), al que llegamos cuando alcanzamos el peso deseado, se permite comer nuestras comidas favoritas en fin de semana mientras que de lunes a viernes hay que seguir la dieta de la fase anterior.

Los peligros: Para Luis Alberto Zamora el gran problema es que se presenta como “otro milagro de adelgazamiento” que conlleva una “depleción del músculo, además de someter a un estrés metabólico al organismo”. Según este nutricionista, la dieta resulta demasiado restrictiva, especialmente en las primeras dos fases, “lo que ya nos indica la gran probabilidad de carencia de nutrientes y los efectos negativos que eso conlleva”. Hay que añadir también que no estimula una educación alimentaria para que la persona pueda no caer en los errores que le hicieron aumentar de peso.

DIETA FLASH

Qué promete: no está indicada para bajar solos unos kilitos, el autor de esta dieta y autor del libro homónimo, el doctor Manuel Jiménez Ucero, asegura que siguiéndola se pueden llegar a perder 10 kilos en un mes y hasta 30 en tres o cuatro.

En qué consiste: La idea general es reducir los hidratos de carbono al máximo y centrarse en el consumo de proteínas (se conoce con el nombre de régimen hiperproteinado), permitiendo a su vez la ingesta de verduras, legumbres, frutas y cereales integrales. “Hay que huir del pan y de todos los dulces. El volumen de grasa que tomamos al comer jamón es mínimo si lo comparamos con el de azúcares y harinas”, asegura el autor. Este sistema tiene tres fases: iniciación (dura mes y medio y durante ésta se produce la pérdida drástica de kilos. Se combinan batidos y zumos hiperproteícos con el consumo de proteínas vegetales, frutas, verduras y hortalizas. Los alimentos procesados quedan prohibidos, también la leche, la carne y los huevos), reeducación (se incluyen algunos de los alimentos prohibidos) y mantenimiento (para equilibrar el metabolismo y evitar el temido efecto rebote).

Los peligros: La AEDN asegura que es totalmente desaconsejable por ser una dieta “proteinada”, “sin fundamento científicos” y en la que es necesaria la compra de productos de adelgazamiento. “Es una dieta peligrosísima para la salud porque se reduce muchísimo el consumo de hidratos de carbono. Hay que pensar que el organismo solo funciona con éstos y cuando bajamos por debajo del 15 o 20 por ciento empieza a suponer un riesgo importante y cuando bajamos del 10 el organismo empieza a sintetizar cuerpos cetónicos para poder funcionar y al final estamos comprometiendo la sangre y los órganos principales como el riñón, el bazo, el corazón… y provocando efectos metabólicos no deseados”, explica su presente Giuseppe Russolillo. Entre los riesgos que se asocian a esta dieta se incluyen: debilidad, fracturas óseas, síndrome metabólico, daño renal y desórdenes gastrointestinales.

DIETA SIN GLUTEN

Qué promete: Este método que hace furor entre famosas como Lady Gaga, Victoria Beckham y Miley Cyrus ayuda a perder hasta tres kilos en nueve días.

En qué consiste: Se trata de seguir la alimentación de los celíacos (alimentos sin gluten o específicos para personas con esta intolerancia) pero sin serlo basándose en la creencia esta comida es light o baja en calorías, disminuye la hinchazón abdominal y es más saludables. Así quienes siguen esta dieta deben consumir carne, pescado, fruta, legumbres, verduras, tubérculos, lácteos, frutos secos, huevos, cereales sin gluten, aceites, mantequilla, azúcar…

Los peligros: Luis Alberto Zamora apunta que esta dieta se basa en una idea totalmente descabellada: los alimentos sin gluten no son menos calóricos, no son más saludables, ni tampoco disminuyen la hinchazón abdominal. Si se consigue adelgazar es porque al no haber tantas opciones para no celíacos, especialmente cuando salimos fuera de casa, se terminan restringiendo los alimentos. “Es una dieta buena para celíacos pero al resto de la gente el gluten no le hace ningún daño”, sentencia Rubén Bravo.

DIETA DE LOS POTITOS O BABY FOOD DIET

Qué promete: La actriz Jennifer Aniston asegura que este método le ahizo a perder 3 kilos a la semana.

En qué consiste: La dieta de los potitos, también seguida por Madonna, Shakira y Courteney Cox, consiste en alimentarse cada día con 14 potitos de bebés de distinto tipo (frutas, crema de cereales, purés de verduras…) y realizar una cena sólida con carne magra y verduras.

Los peligros: El nutricionista Luis Alberto Zamora asegura que uno de sus principales problemas es la monotonía: “Cuando se come todos los días lo mismo por un tiempo prolongado, el cuerpo empieza a rechazar ese alimento (como mecanismo de defensa para evitar una dieta carente de los nutrientes) y se prefiere no comer al hecho de volver a tomar más potitos”. A este déficit de nutrientes se deberían añadir efectos psicológicos como ansiedad o alteraciones de humor. “Además es muy poco sociable. Resulta muy difícil compaginarla con una vida social. Imagina que tus amigos están comiendo un solomillo y tú mientras tomando potitos”, señala Rubén Bravo para el que comer purés no proporciona ningún beneficio extra: “Tu cuerpo consume menos calorías para metabolizar el alimento porque al masticar también hacemos gasto calórico”. A todo ello hay que añadir que la recuperación del peso perdido está garantizada una vez que la abandonas, apunta Russolillo.

DIETA DUKAN

Qué promete: El supuesto doctor francés Pierre Dukan —el colegio médico francés lo expulsó el pasado mes de enero— asegura que quien sigue este método puede llegar a perder hasta 10 kilos en dos meses.

En qué consiste: El método Dukan se distribuye en cuatro fases: la primera es la hiperproteica durante la que se le atribuye el efecto inicial de mayor pérdida (fase de ataque sin carbohidratos y solo se consumen proteínas puras: de 3 a 5 kilos en 7 días), la segunda fase (de crucero, en la que se equilibran verduras y proteínas: se pierde menos peso), tercera fase (consolidación para prevenir el aumento de peso generado tras una pérdida brusca. Dura 10 días por kilo perdido) y cuarta fase (estabilización, se come lo que quiera todos los días menos uno que se sigue la regla de sólo proteíca)

Peligros: Giuseppe Russolillo lo tiene claro: la dieta Dukan es un fraude. «Las proteínas no ayudan a perder peso mientras que su consumo en exceso es peligroso porque puede producir fallos renales a la vez que incrementa el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular». Según este especialista, la dieta hace todo lo contrario a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) que insiste en que deberíamos «seguir una dieta rica en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, frutos secos, productos integrales y aceites de semilla y reducir el consumo de carnes, huevos, embutidos, quesos y pescados, siendo éstos los más recomendados del grupo».

DIETA OCHO HORAS

Qué promete: El lema es ‘mira los kilos desaparecer sin mirar lo que comes’ y asegura que ayuda a perder hasta cuatro kilos en una semana.

En qué consiste: Permite comer todo lo que quieran pero con una condición: las comidas se distribuyen durante 8 horas y después hay que hace 16 horas de ayuno, recomendando que la ingesta sea de 9 a 17 horas. Es recomendable empezar siguiéndola durante tres días para llegar a conseguir seguirla a diario. Aunque no se restringen alimentos sí se recomiendan algunos para que la dieta sea equilibrada.

Peligros: Es una dieta con efecto yo-yo garantizado. «Al pasar 16 horas sin comer le obligamos al organismo que se ponga en situación defensiva y así cuando llega el momento del desayuno se almacena grasa para aguantar el día», explica Rubén Bravo quien la define como la dieta perfecta para cambiar masa muscular por grasa. «Además si se sigue durante un periodo de tiempo prolongado puede producir trastornos endocrinos», añade Zamora.

NUEVA DIETA ATKINS

Qué promete: Asegura que ayuda a perder peso mientras garantiza a sus seguidores que no sufrirán bajones repentinos de energía y no tendrán sensación de estómago vacio.

En qué consiste: Es la nueva versión de la clásica dieta Atkins. Llegó al mercado para competir con la Dukan que le había robado cuota de mercado. Esta dieta tiene cuatro fases. En la primera se haría 3 comidas grandes al día (o 4-5 pequeñas) y reduciría el consumo de carbohidratos a 20 gramos diarios, de los cuales 12-15 tendrían que estar en verduras (aquí puedes mirar cuántos carbohidratos tiene cada producto). En esta fase se deben comer 115-175 gramos de proteínas por comida, sin necesidad de quitarle la grasa, y se permite el consumo de mantequilla, aceite de oliva, aceite de girasol, queso (menos requesón y ricota), aceitunas y aguacates. Hay además que tomar pastillas multivitaminadas y suplementos con omega 3. La segunda etapa se centra en aumentar los carbohidratos progresivamente (5 gramos a la semana) y así aumentar la variedad de comidas incorporando alimentos como nueves, semillas y moras. Durante la fase 3 (de mantenimiento previo) ya se pueden incorporar los carbohidratos integrales, el objetivo aquí es perder los últimos 4,5 kilos que nos sobran. Por último, en la fase 4 o de mantenimiento, se trata de estabilizarse en ese peso, 2,2 kilos arriba, 2,2 kilos abajo, utilizando para ello lo aprendido sobre nuestro metabolismo en la etapa anterior. Quien sigue esta dieta puede comprar barritas y batidos específicos (Daybreak, Advantage y Endulge) para hacer frente a los momentos de bajón.

Peligros: Luis Alberto Zamora señala que ésta es una dieta hiperproteica más que genera los mismos trastornos que otras como la antigua Atkins: «Se comenta que el doctor Atkins se murió a causa de seguir su propia dieta». EL nutricionista asegura que «es una dieta desequilibrada, que causa carencia de nutrientes, sobrecarga proteica del sistema renal y que, al igual que la dieta Dukan, está totalmente desaconsejada para personas con trastornos renales». Detrás hay un interés económico porque va a asociada con el consumo de productos específicos, «lo que también nos puede indicar el interés más económico que de salud». Rubén Bravo añade a estos peligros que puede provocar subidas de colesterol, ralentización del metabolismo, desnutrición, sustitución de la masa muscular por grasa y efecto rebote.

Lo que necesitas saber sobre la obesidad para luchar contra ella

El Huffington Post  |  Por Margarita Lázaro

Existe el Día Mundial contra la Obesidad (12 de noviembre), el Día Nacional de la Persona Obesa (14 de diciembre) y desde hace cinco años cada tercer sábado de mayo se celebra el Día Europeo de la Obesidad.

obesidad en EspañaEl aumento de la presencia de esta enfermedad en la sociedad es el causante de que hayan proliferado en el calendario las fechas destinadas a la concienciación ciudadana y a la lucha contra esta epidemia, como la califica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No es para menos porque las cifras son realmente alarmantes. Según esta organización, alrededor de 500 millones de personas en el mundo son obesos y unas 1.400 millones sufren sobrepeso. Estos datos no son muy diferentes a la realidad española. La última Encuesta Nacional de Salud (2011/2012) recogía que el 3,7% de la población (más de la mitad) sufre sobrepeso u obesidad: “De cada 100 adultos de 18 y más años, 17% padecen obesidad y 37 presentan sobrepeso. La obesidad ha aumentado del 7,4% al 17,0% en los últimos 25 años”.

En los menores los datos tampoco son mucho más alentadores. De cada diez niños y adolescentes españoles, de entre 2 y 17 años, dos tienen sobrepeso y uno sufre obesidad. En 2011 estas cifras superaban a las de Estados Unidos, país que acostumbramos a relacionar con altos índices de obesidad. «Y el problema de esto es que un 90% de los niños que hoy son obesos serán adultos obesos», señala el doctor Albert Lecube, coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Para luchar contra estos números los especialistas se han puesto en pie de guerra poniendo en marcha distintas iniciativas como la Estrategia NAOS (¡Come sano y muévete!) o el plan Mediterraneamos para concienciar a los menores de la importancia de la alimentación. “Los profesionales podemos informar de la situación e intentar aconsejar a la población pero es necesario que cada uno ponga de su parte”, añade Lecube. Y para decidirse a ello habría que conocer una serie de cosas.

CÓMO SABER SI ERES OBESO

Para poder luchar contra la obesidad lo primero es saber qué es exactamente. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término obeso como ”[persona] excesivamente gruesa” pero esto no resulta nada clarificador. Algo más clara es la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que apunta que “el sobrepeso y la obesidad son una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Para saber si realmente si perteneces a una u otra categoría o estás en el grupo denominado normopeso lo que debes hacer es calcular tu índice de masa corporal (IMC) a partir de tu peso y tu talla (Aquí tienes una calculadora online).

IMC= Peso en Kilos/ altura en metros al cuadrado

IMC
* Si después de calcularlo has comprobado que pasas de 25 no tienes por qué echarte las manos a la cabeza ni acudir inmediatamente al médico. «Es una utopía pensar que todo el mundo esté en la franja de normopeso», asegura Lecube. En caso de sobrepeso recomienda actuar con sentido común: «Controlar la alimentación y aumentar el ejercicio sin necesidad de ir al médico».

PERSPECTIVAS DE FUTURO: MÁS OBESOS EN 2030

Si actualmente uno de cada dos españoles (el 53,7% de la población) sufre sobrepeso u obesidad, no será mucho mejor en un futuro. La investigadora Laura Webber presentó recientemente durante el congreso EuroPrevent los datos de un informe en que constata que la tasa de obesidad y sobrepeso en hombres y mujeres aumentará en casi todos los países de Europa en 2030. La OMS señala que en 2015 habrá 15 millones de adultos en el mundo con sobrepeso, 100 millones más que en la actualidad.

“Las cifras son realmente de gran magnitud, sobre todo si sumamos las de sobrepeso y obesidad, y aunque es cierto que ahora crecen a menor ritmo que en años anteriores todavía seguimos haciéndolo”, señala Lecube. De 1980 a 2008 la prevalencia de obesidad en el mundo llegó casi a duplicarse y lo más alarmante es que ya no solo se relaciona con los países desarrollados. Según la OMS, los países en desarrollo están viviendo cerca de 35 millones de niños con sobrepeso, mientras que en los países desarrollados esa cifra es de 8 millones.

CONSUMIMOS DEMASIADAS CALORÍAS Y GASTAMOS MUY POCAS

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. Como explicaba la especialista en nutrición Marion Nestle en una entrevista publicada en la web de la OMS, «hay gran cantidad de datos que indican que las personas comen más que hace 30 años”. La Organización Mundial de la Salud recomienda que un adulto sano debe consumir de 2.000 a 2.500 calorías al día si es hombre y de 1.500 a 2.000 si es mujer. Sin embargo, un reciente informe señalaba que sobrepasamos esta cifra con creces. La media de consumo calórico por persona y día es de 3.437 calorías.

A esto se suma, como explican desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) que el modo de vida española “contempla mucha vida social, reuniones gastronómicas, picoteos y horarios de comer innecesariamente tardíos. La disminución de la actividad física en las últimas décadas y las altas dosis de estrés por la incertidumbre económica son factores que índice en el aumento de obesidad». En España, el 46,% de las mujeres y el 35,9% de los hombres se declaran sedentarios.

EL ESTRÉS COMO CAUSA

La mala alimentación y el sedentarismo no son las únicas causa de este aumento de la obesidad. Un reciente informe de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) recoge que el estrés es también determinante en el aumento de los índices de obesidad. De hecho un 33% de las personas obesas sufre esta enfermedad.

El doctor Lecbue apunta que el 40% de la población tiende a incrementar su ingesta calórica en situaciones de estrés. «Esos momentos favorecen la ingesta de alimentos que podrían denominarse de recompensa. Son aquellos más placenteros para nuestro paladar generalmente más ricos en grasos o más dulces, cuya ingesta favorece la aparición temporal del estado de obesidad», asegura el doctor Lecube quien recomienda mantener el estrés a raya para evitar la obesidad.

El especialista de SEEN señala a su vez que mientras que el estrés favorece la aparición de obesidad, el factor genético no es tan determinante. La excusa de que es hereditaria no vale en todos los casos: «Se calcula que un 35% de los casos de obesidad es genética y que el otro 65% es modificable».

CONSECUENCIAS DE LA OBESIDAD

Diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedad coronaria, artrosis y la aparición de algunos cánceres. Son algunas de las enfermedades que derivan de la aparición de la obesidad. Porque, como explica Lecube, «un obeso es un enfermo que con el tiempo desarrolla más enfermedades» y muchas de ellas pueden desencadenar en una muerte más temprana.

La OMS apunta que esta enfermedad es el quinto factor principal de defunción en el mundo (2,8 millones de personas adultas). «Además, el 44% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad”, sentencia.

Por qué estás tomando mucha más azúcar de la que crees

Huffington Post, por Margarita Lázaro

La Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere limitarnos el consumo de azúcar. En concreto recomienda no tomar más de 25 gramos al día, esto es, seis cucharadas pequeñas. Eso significa que un amante de lo dulce agotaría su cupo diario con dos cafés y un yogurt natural.

cafe con lecheLa cifra es baja, muy baja y el objetivo parece casi inalcanzable. Más todavía si tenemos en cuenta los datos de consumo actual. Según el estudio de energía y macronutrientes de 2011, la ingesta de azúcar en España es del 20% de las calorías totales de nuestra dieta diaria. Esto es cuatro veces más de lo que quiere recomendar la OMS (la propuesta está todavía pendiente de aprobación) y el doble de la cantidad recomendada en ese momento. «El problema es que llevamos una vida desastrosa y nos va a costar cambiarla», señala Irene Bretón, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición y miembro del Área de Nutrición de la SEEN.

La finalidad de esta medida es disminuir el riesgo de caries dental y reducir los altos índices de obesidad entre la población. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 37% de los españoles sufre sobrepreso y un 17% padece obesidad. «Siempre se ha relacionado esta enfermedad con la ingesta excesiva de grasa pero un exceso es un exceso, provenga de donde provenga», señala la nutricionista Vanesa León, miembro de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid, ADDINMA. Así es tan negativo pasarse con las grasas como con los hidratos de carbono o las proteínas. «El abuso de cualquiera de ellos se transforma finalmente en depósitos de grasa en el tejido adiposo, lo que conocemos como obesidad», explica. Esta enfermedad, cada vez más presente en la sociedad, va asociada a la aparición de enfermedades cardiovasculares, déficit de vitaminas del grupo B, accidentes cerebrovasculares, enfermedades de hígado graso y algunos tipos de cáncer.

Conocido el objetivo, toca saber cómo podríamos cumplir este saludable propósito. ¿A qué azúcares se refiere exactamente la OMS? ¿Se incluirían todos o hay alguno que queda fuera del saco? La nutricionista Vanesa León señala que existen excepciones: «Quedan excluidos de esta limitación los hidratos de carbono, azúcares de absorción lenta, y los contenidos en la fruta y los lácteos». Quedarían fuera pan, cereales, patatas, pastas, arroz, legumbres, lácteos y frutas.

Los afectados por la norma serían los azúcares libres. «Estos son los monosacáridos (glucosa y fructosa) o disacáridos (sacarosa o azúcar de mesa) añadidos, así como los azúcares naturalmente presentes en la miel, siropes, zumos de fruta y concentrados de fruta», señala Eduard Baladia, responsable de Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AED-N). También se incluiría el azúcar moreno, que goza de mejor fama que el blanco por tener nutrientes extras pero que no deja de ser un disacárido, señala Rubén Bravo, del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

LOS AZÚCARES ESCONDIDOS

panLa cuestión ahora es descubrir qué alimentos contienen esos azúcares y cuáles deberíamos suprimir o limitar. «Los refrescos, los caramelos y chucherías, la bollería y las galletas (incluidas chocolateadas y/o con mermelada) son los casos más claros, pero también deberían considerar los zumos de fruta (naturales o comerciales) o el binomio cacao soluble y cereales de desayuno (casi todos son muy azucarados)», señala Baladia.

Ahí no termina la lista. La tarea resulta mucho más complicada porque, como señala Bretón, «el azúcar está omnipresente». La encontramos en productos impensables como galletitas saladas, jamón york o el kétchup. Este ejemplo lo cita OMS para advertirnos de la cantidad de azúcar que está oculto en nuestra despensa. Una ración de esta salsa guarda 4 gramos.

patatas fritas«Lo primero que debemos hacer para descubrir si un alimento lleva o no azúcares de este tipo es leer bien el etiquetado nutricional. Si en él encontramos los términos glucosa, fructosa, sucrosa, sacarosa, jarabe de maíz, miel, maltosa o concentrado de zumos de frutas, sabemos que el alimento que tenemos delante sí contiene azúcar», señala León. Así encontremos grandes dosis en los cereales del desayuno, sobre todo los infantiles, el pan de molde, la salsa rosa, el cacao soluble y los refrescos azucarados.

Las OMS cita también este ejemplo. Una lata contiene alrededor de 35 gramos de azúcar, 10 más del índice diario permitido. Francesco Branca, director del área de Nutrición para la Salud y Desarrollo de la OMS, señala que un adulto puede tolerarlo esporádicamente pero el problema con los refrescos es que se consumen mucho (en cantidad) y con mucha frecuencia (a diario), incluso en el caso de los niños. Además son calorías añadidas. «Al tomar un refresco no dejas de tomar otro producto, sino que lo sumas», explica la doctora Bretón. No por beberse una lata de una bebida azucarada, comeremos menos que si acompañásemos el plato de un vaso agua.

ketchupSin embargo, por muy buenas que sean nuestras intenciones, cortar de raíz no es fácil. El azúcar genera adicción. Porque es capaz de levantar nuestro estado de ánimo y hacer que nos sintamos mucho mejor ya que estimula la segregación de serotonina, la llamada hormona de la felicidad. Ese rápido «subidón» anímico nos lleva a consumir en momentos en los que necesitamos consuelo o pensamos que merece un premio. El problema es que igual que llega, el subidón se va y nos hace sentir irritables, ansiosos y cansados. Para calmarlo volveríamos a consumir azúcar lo que nos hace entrar en un ciclo de atracones sucesivos.

CÓMO ELIMINAR EL CONSUMO DE AZÚCAR

¿Qué alternativa existe? No hay una solución infalible. Leyendo las etiquetas de los alimentos podemos limitar el consumo. Para Rubén Bravo eliminar el azúcar común sería una medida beneficiosa aunque no es fácil. «Nuestro paladar está acostumbrado al sabor dulce de los alimentos y nos parece impensable tomarnos un café sin azúcar pero deberíamos acostumbrarnos ya que nuestra salud nos lo agradecerá», añade Vanesa León.

La nutricionista señala que se puede seguir la metodología de las personas con diabetes tipo 2, que ven obligados a reducir su consumo de azúcares simples buscando alternativas y las más utilizadas son los edulcorantes acalóricos (aportan cero calorías) como el aspartamo, el ciclamato o la sacarina. «Es cierto que el consumo de estos edulcorantes artificiales está en constante revisión para establecer cuál debe ser la dosis adecuada y su efecto a largo plazo, pero hoy por hoy siguen siendo una buena alternativa», señala León. Otros no lo aconsejan por ser productos 100% químicos que pueden ser el origen de cánceres y pancreatitis.

Tampoco sería aconsejable el consumo de sorbitol o fructosa que aportan las mismas calorías del azúcar. Sí lo es la Stevia, considerada el edulcorante natural sin calorías por excelencia. «Su poder edulcorantes es unas 300 veces superior al del azúcar, por lo que no se necesitan grandes cantidades para dar sabor a los alimentos», señala León. Solo hay un problema: su ingesta diaria también está limitada. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria y Nutrición (EFSA) señala que debería ser de cuatro miligramos por kilo de peso corporal al día.

¿Cuánto engorda una copa?

Huffington Post, por Margarita Lázaro

CALORIAS-COPA«El alcohol engorda». Vale, pero ¿cuánto? Por muchas vueltas que le des a la lata de cerveza que guardas en la nevera no hay rastro de las calorías que aporta. Tampoco en la etiqueta de la botella de vino se indica nada parecido. Por no hablar de otras bebidas como el ron, el vodka o la ginebra.

Mientras en la caja de galletas sí encuentras todos esos datos, las bebidas alcohólicas están exentas de dar esta información. Ni siquiera la nueva normativa europea de etiquetado ha determinado si los nuevos envases deberán aportar datos nutricionales. Por ahora, la legislación solo obliga a indicar su graduación.

«Es verdad que la mayoría de la gente sabe que el alcohol engorda pero quizá no sabe en qué medida. Cada gramo de alcohol aporta ni más ni menos que 7 Kcal, valor muy por encima del que aportan los hidratos de carbono o las proteínas (4 Kcal/gramo) aunque inferior a las 9 Kcal/gramo en el caso de las grasas», aclara la nutricionista Vanesa León, miembro de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Madrid (Addinma).

Este elevado aporte calórico tiene una explicación. «La mayorías de las bebidas alcohólicas se obtienen de la fermentación de azúcar», explica Rubén Bravo, del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). Cuantos más azúcares tenga el producto a partir del que se obtiene la bebida, más graduación tendrá y por tanto más calorías aportará. «Esto significa que engordan más 100 ml de vodka que 100 ml de cerveza porque en cada mililitro de cerveza hay menos gramos de alcohol», continúa Bravo.

El principal problema es que las calorías del alcohol son vacías. «Este concepto se refiere a alimentos que aportan una cantidad importante de energía, pero muy pocos nutrientes o ninguno. Esto significa que la fuente de energía no es utilizable para el trabajo muscular», explica Vanesa León quien añade que «el alcohol requiere grandes cantidades de vitaminas del grupo B para su degradación y su consumo en exceso llevaría al organismo a un estado de déficit nutricional». Quedarían excluidos vino y cerveza «que sí aportan algunos nutrientes importantes para el organismo».

EL PELIGRO DE LAS COPAS

Queda claro que el alcohol tiene un importante aporte calórico, especialmente en el caso de las copas. Éstas suelen además consumirse en exceso porque de noche el subconsciente pierde fuerza y tendemos a descontrolar. El cuerpo nos pide azúcar y nosotros se lo damos en forma de alcohol. Así mientras llamamos atracón de pipas a comernos una bolsa de una sentada, nos parece normal tomarnos cinco copas en una noche. Y es verdad que las pipas son ricas en grasas pero «cinco copas aportan 1000 calorías», insiste Rubén Bravo quien matiza que además las grasas de la pipas son cardiosaludables.

Sí, has leído bien y sí, has hecho bien los cálculos. Una copa aporta aproximadamente 200 kcal. Piensa que el alcohol, ya de por sí calórico, se mezcla con refrescos altamente azucarados. Una sola lata excede en 15 gramos la cantidad de azúcar diaria recomendada por la OMS. «Si estas calorías no se queman en una hora y media o dos, la ingesta se almacena rápidamente en forma de grasa visceral, detrás de la pared abdominal», explica Bravo. «Es la grasa de la barriga dura, no el clásico michelín blandito». Ésta resulta poco estética y también es peligrosa ya que rodea los órganos vitales lo que implica un riesgo cardiovascular.

Más allá del aporte calórico, el exceso de alcohol produce otros daños en el organismo. Vanesa León insiste en que «lo que más preocupa no es que engorde sino su efecto tóxico y nocivo» por eso aplaude la que la cadena británica de supermercados Sainsbury haya decidido incluir los datos nutricionales en las botellas de vino como medida persuasiva para reducir el consumo de alcohol. Para ella habría que «dar información sobre qué significa un consumo responsable y la dosis diaria tolerada de ciertas bebidas». Porque no hay que ser radical y dejar de tomar un par de copas el fin de semana o un par de cervezas cuando el miércoles quedas con tus amigos para ver el partido de Champions: el organismo de un adulto sano tolera sin problema un consumo moderado. «La capacidad del hígado de degradar el alcohol puro es de 7,5 gramos por hora, el problema sería cuando esta cantidad es mayor porque el alcohol no metabolizado circula dentro de la sangre», explica Vanesa León.

¿Y cómo solucionamos el tema de las calorías? Rubén Bravo insiste en que no debemos seguir una dieta rigurosa al día siguiente, «lo que tenemos que hacer es ser constantes el resto de la semana». El especialista en nutrición recomienda realizar 35 minutos de actividad física diaria y no darnos una paliza de tres horas el día después. «Para reducir la grasa generada por el consumo de alcohol, lo más efectivo es practicar un ejercicio aeróbico moderado porque es cuando el uso de la grasa como fuente de energía es más alto», explica Bravo. Se trata de trabajar a un ritmo de 125-135 pulsaciones por minuto con actividades como la natación o el zumba. Siempre sin olvidarnos de que «lo mejor para no engordar es reducir el consumo».

cubataUn cubata
50 ml de ron + 200 ml de refresco de cola = 200 kilocalorías

Un gintonic
50 ml de ginebra + 200 ml de tónica = 190 kilocalorías

Un tercio
330 ml de cerveza = 148,5 kilocalorías

Un whisky con hielo
50 ml de whisky = 122 kilocalorías

Una copa de blanco
150 ml de vino tinto = 87,5 kilocalorías

Una copa de tinto
165 ml de vino = 72,5 kilocalorías

Un culín de sidra
150 ml de sidra = 63 kilocalorías

Una copa de champán
150 mililitros de champán = 56 kilocaloríasUn chupito de hierbas

25 ml de licor de hierbas = 55,5 kilocalorías