Tipos de actividad física y gasto calorico

Hilario, preparador físico

Consideraciones teóricas

A la hora de determinar por qué engordamos o adelgazamos, hemos de ir forzosamente a ver cuántas calorías ingerimos al día. Estas vienen dadas por la cantidad y calidad de los alimentos. Debemos establecer una relación entre lo que comemos y lo que gastamos para llegar al equilibrio.

Hemos de tener en cuenta que cada persona es diferente porque no gastamos todos las mismas calorías, esto depende de la actividad de cada uno y también de su organismo, muchas veces nos hemos preguntado por qué de dos personas que comen y trabajan de forma similar una engorda y la otra no, esto es debido al metabolismo basal, que consiste en la energía que consume cada persona para realizar sus funciones internas. Lo que nos encontramos habitualmente, es que el gasto calórico de alguien que tiene una actividad física fuerte es mucho mayor que el de una persona que trabaja sentado toda su jornada laboral, aunque realicen las mismas horas de trabajo.

Es importante conocer nuestro gasto calórico para comer conscientemente y sólo lo que necesita nuestro cuerpo, si ingerimos más calorías de las que necesitamos por nuestra constitución y desgaste físico, engordaremos. Si lo que queremos es perder peso, tendremos que disminuir el aporte de kilocalorías de nuestra dieta o aumentar la actividad física.

Factores que influyen en las diferencias entre personas

  • Influencias educacionales
  • Ejercicio físico
  • Fácil disponibilidad de abundante comida
  • Factores psicológicos que acompañan el hábito dietético (disminuir la tensión comiendo)
  • Factores genéticos
  • Sobrealimentación infantil

Hemos dicho que dependiendo de la actividad física que realicemos gastaremos más o menos energía. Existen tablas a través de las que podemos calcular el gasto energético dependiendo de nuestro peso la duración de la actividad que realicemos. Todos estos cálculos son aproximados y dependen de los factores diferenciales entre las personas que hemos citado anteriormente.

En el cálculo del gasto calórico utilizaremos la siguiente fórmula:

Cal aprox. quemadas = Actividad física x (Peso en Kg x 2,2) X Minutos de práctica

A pesar de estas fórmulas, para calcular el gasto calórico, también tenemos que tener en cuenta las condiciones físicas de cada persona, su edad y el sexo. Lo que quiere decir que una persona sin variar de peso, puede variar su gasto calórico dependiendo de las condiciones en que se encuentre. Hay situaciones en las que aún manteniendo el mismo peso, tenemos un metabolismo basal mayor, por ejemplo:

  • Edad: el gasto calórico es inversamente proporcional a la edad, es decir, cuanta más edad se tiene, menos gasto requiere el organismo.
  • Sexo: si hacemos la distinción entre sexos, la mujer tiene un gasto menor que el hombre.
  • Talla: la altura también influye, las personas más altas tienen un gasto más pequeño que las más bajas.
  • Situaciones especiales: en el caso de embarazo y periodo de lactancia en la mujer, situaciones de estrés, enfermedades o fiebre, el metabolismo basal aumenta.
  • Deporte: las personas que hacen deporte, tienen más masa muscular, y en consecuencia, se incrementa su gasto calórico.
  • Temperatura: incluso puede influir la temperatura ambiental, en el caso de ambientes cálidos puede bajar el metabolismo basal hasta un 10 %.

El siguiente cuadro muestra las calorías quemadas en media hora según la actividad física que realicemos. 

Actividad física Calorías quemadas en 30´
Aeróbic 0´0178
Baloncesto 0´0258
Bádminton 0´0125
Bolos 0´0108
Paseo rápido 0´0150
Bicicleta 0´0159
Bailar 0´0130
Conducir 0´0050
Pescar 0´0114
Hacer jardinería 0´0164
Jugar a golf 0´0108
Hockey 0´0249
Montar caballo 0´0255
Patinar sobre hielo 0´0314
Judo 0´0363
Montañerismo 0´0270
Remar 0´0378
Patinar sobre ruedas 0´0315
Correr 0´0325
Sentarse a la mesa de trabajo 0´0050
Esquiar 0´0252
Ir por las escaleras hacia abajo 0´0210
Ir por las escaleras hacia arriba 0´0356
Nadar 0´0250
Tenis 0´0261
Voleibol 0´093
Ver la tele 0´0050
Andar sin prisas (1.5-3 km/h) 0´0075
Andar sin prisas (4.8 km/h) 0´0120
Andar más rápido (6 km/h) 0´0180
Andar muy rápido (7.5 km/h) 0´0240

Supongamos que usted pesa 80 kilos y practica judo durante 45 minutos. ¿Cuántas calorías quemaría?

Cal aprox. quemadas = Actividad física x (Peso en Kg x 2,2) X Minutos de práctica

 Cal aprox. quemadas = 0,0363 x (85 x 2,2) X 45 = 305.46 cal

Le extraen un tumor de 28 kilos a una mujer que creían que tenía sobrepeso

Noticias de Navarra

Los médicos de la Clínica Universitaria de Dresde, en el este de Alemania, extrajeron un tumor de 28 kg del cuerpo de una paciente que, en un primer momento, fue diagnosticada de obesidad. El tumor, de bajo potencial maligno, medía 60 por 50 centímetros y estaba situado en un ovario de la paciente, quien había ganado peso de una manera espectacular. Su médico atribuyó este aumento de peso a una diabetes y a la falta de actividad física y le prescribió un tratamiento contra la obesidad. Cuando la paciente ya no podía prácticamente mantenerse en pie por el volumen del tumor, su hija insistió en pedir una segunda opinión y un escáner permitió hacer el diagnóstico correcto. La intervención, que duró siete horas, se desarrolló bien y la paciente, que perdió 40 kilos en la intervención, ya está recuperando el uso de sus piernas, según declaró un portavoz de la clínica.

Estadísticas obesidad 2009

Con el motivo del Día Mundial de la lucha contra la obesidad, que se celebrado el 12 de Noviembre, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) publica este resumen de las estadísticas y datos relevantes sobre la obesidad en España y en el mundo, correspondientes para el año 2009.

Los niveles de obesidad en Europa, según la Oficina Estadística de la UE, Eurostat

Personas con sobrepeso u obesidad (>15 años) VARONES MUJERES
1.Alemania2.Reino Unido3.Malta

4.Grecia

5.Austria

6.Hungría

7.España

8.Bélgica

9.Países Bajos

10.Rumania

11.Francia

12.Letonia

13.Estonia

66,866,265,6

61,4

59,4

58,4

57,1

47,7

47,3

45,8

44,5

44,0

42,7

53,056,650,3

47,3

28,9

47,7

41,3

36,2

37,2

38,1

30,4

46,3

45,4

– La obesidad, sumada a otros factores como la falta de ejercicio, el alcoholismo, la hipertensión, el tabaco, el colesterol alto y la falta de consumo de frutas y verduras también, contribuye a que la vida de una persona se acorte hasta cinco años. La combinación de estos aspectos es responsable del 75% de las enfermedades cardiovasculares, la causa principal de muerte por enfermedad en el mundo, según el informe “Riesgos Globales de la Salud” de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

– Cada año los españoles acumulan un promedio de 400 gramos más. Esa estimación reflejada en el estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition Study) explica una buena parte del problema de sobrepeso que padece medio mundo, incluidos los países con problemas de desnutrición, y la mitad de la población española. De cuatrocientos en cuatrocientos, se acaba sumando siete y ocho kilos más entre los 30 y los 50 años.

– El 42,3% de los pacientes fallecidos por gripe A padecía obesidad grave, según ha informado la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).

– En Francia se puso en marcha hace años un programa para frenar la obesidad infantil llamado Epode que implicaba toda la vida familiar, escolar y social de los pequeños. Se ha logrado que no progrese el aumento de peso en los municipios donde se ha activado el programa, fomentando el deporte y la dieta variada, además de estimular el paso a pie de forma habitual.

– La crisis acentúa la obesidad infantil por un aumento de alimentos basura. Pizzas, hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas y bollería industrial son productos más baratos y asequibles que otros recomendados en la dieta mediterránea. Expertos constatan un incremento en el consumo de estos productos entre los pequeños debido al recorte del gasto familiar y a la falta de suficiente tiempo para preparar la comida en familias en los que los dos padres trabajan fuera.

–    Según el Ministerio de Sanidad de España, más de la mitad de los adultos tiene problemas de peso; en los menores este porcentaje alcanza ya el 25%; Cifras exactas del INE: El 53,4% de la población adulta y el 27,6% de la población infantil presenta sobrepeso u obesidad.

–    El 60,6% de los adultos realiza ejercicio físico en su tiempo libre. INE

–    El 11,2% de la población (9,3% de los hombres y 13,0% de las mujeres) sigue una dieta o régimen especial, ello es debido principalmente a problemas de salud o mantenimiento de peso. INE

–    Los motivos de la no realización de todo el ejercicio físico deseable para la población adulta son la falta de fuerza de voluntad y también la falta de tiempo. INE

–    484 productos conforman el carro de la compra modelo de los españoles; El 48,4% de la población de 16 y más años manifiesta consumir bebidas alcohólicas habitualmente, siendo la cerveza la más consumida. Entre los productos más consumidos de primera necesidad son los lácteos y los dulces. INE

–    40% de los españoles quieren adelgazar. Fuente: Antonio Villarino, vicepresidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca; 2008).

–    Los que padecen de sobrepeso y obesidad experimentan más problemas sexuales que las personas sin problemas de sobrepeso.

Dietas hiperproteicas o proteinadas para adelgazar: innecesarias y arriesgadas. Dieta Dukan y método PronoKal® como ejemplo

Autores: Julio Basulto Marset, Maria Manera Bassols y Eduard Baladia Rodríguez

Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas. Barcelona. España. FMC. 2012;19(7)411-8. Trabajo íntegro publicado.

  • El libro No consigo adelgazar, basado en un método inventado por Pierre Dukan, ha ocupado los primeros puestos de ventas de «no ficción» en 2011. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad considera que dicho método es ineficaz, fraudulento, ilegal y arriesgado.
  • ¿Por qué las dietas proteinadas, que se autopresentan como un método eficaz para adelgazar, están desaconsejadas por el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, por la Organización de Consumidores y Usuarios y por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición?
  • Las dietas o métodos para adelgazar que cuentan con el reclamo de la palabra “proteína” pueden inducir a error al paciente con exceso de peso. No hay evidencias que señalen que la proteína tiene efectos positivos a medio-largo plazo en el control de peso.
  • La creencia popular (también arraigada entre no pocos profesionales sanitarios) de que la proteína es saciante y conserva la masa magra en la pérdida de peso no se sostiene en evidencias sólidas.
  • Es habitual perder peso de manera rápida mediante cambios drásticos y a menudo poco convencionales en la manera de alimentarse, lejos de una dieta saludable. Esto suele ser la norma, pero debería evitarse por ser arriesgado e ineficaz a medio-largo plazo.

 Ansia de proteína

 “A mi amada y cariñosa esposa Verónica, que en todo mo­mento me ha proporcionado un infalible alimento emocio­nal, intelectual, espiritual y bajo en hidratos de carbono”. Es la dedicatoria de La nueva revolución dietética del Dr. At­kins, uno de los libros más vendidos en relación con el con­trol de peso1. En 2004, aproximadamente 2 de cada 10 ame­ricanos había seguido la dieta Atkins2. El libro de este autor promueve una altísima ingesta de proteína (“done sus ali­mentos altos en hidratos de carbono a un comedor benéfico, y llene su nevera y su despensa con sus alimentos ricos en proteínas preferidos”) y asegura ser “el programa más pro­bado, efectivo y seguro para adelgazar y no volver a engor­dar” (sic). Atkins preconizó, desde 1970 hasta su muerte (en 2003, con un exceso de peso que desacreditaba sus categóri­cas afirmaciones), la ingesta de proteína como clave de la pérdida de peso. Algo que sigue de moda. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó en su libro El reto de la obesidad en la Región Europea de la OMS y estrategias de respuesta, publicado en 2007, que: “Las dietas ricas en pro­teína y pobres en carbohidratos son, actualmente, elecciones muy populares en lo que respecta a la pérdida de peso”. Aunque también afirmó que: “Su popularidad no se sostiene en las evidencias de su eficacia y de su seguridad a largo plazo”, que “no existen datos disponibles para evaluar la pérdida y el mantenimiento de peso a largo plazo”, y que “su perfil de seguridad tanto a corto como a largo plazo es con­fuso”3. ¿Por qué las dietas con la palabra proteína están de mo­da? ¿Acaso nos falta proteína? ¿Tomamos demasiados car­bohidratos? La ingesta de proteína en España cubre el 173% de las recomendaciones en varones de 20 a 39 años, y el 228% en mujeres de la misma edad4. Como las recomen­daciones de proteínas, a diferencia de las necesidades, se estiman al alza para evitar los posibles riesgos de su défi­cit5, nuestra ingesta proteica será sin lugar a dudas muy su­perior a las necesidades. Es cierto que no se ha establecido un límite superior de ingesta para las proteínas, pero tam­bién es cierto, tal y como señaló el Instituto de Medicina de Estados Unidos cuando estableció las ingestas dietéticas de referencia para proteínas (2005), que “eso no significa que no exista un potencial de efectos adversos resultante de in­gerir una alta cantidad de proteínas a partir de alimentos o suplementos”6. En España, los alimentos que más contribu­yen a nuestra ingesta proteica son los cárnicos y derivados7. En este sentido, mientras que la Sociedad Española de Nu­trición Comunitaria sugiere una ingesta media de carne de entre 43 y 71 g/día, nuestra ingesta real asciende a 179 g/día: del 252 al 416% de dichas recomendaciones7,8. Sin duda es recomendable, tal y como señalan Varela-Moreiras G et al, “disminuir la proporción de proteína animal en la ingesta proteica total”7. El antropólogo Marvin Harris hizo una de­liciosa reflexión en su libro Bueno para comer sobre nues­tra avidez de proteína al describir cómo una notificación del Gobierno polaco que restringía un 20% el suministro de carne generó en 1981 un alud de protestas que obligó al Go­bierno a declarar la ley marcial: “¿Por qué viven los polacos y otros pueblos de la Europa Oriental obsesionados por el espectro de unos mostradores sin rastro de jamón o de sal­chichas? […] ¿Es su dieta deficiente en calorías o proteínas? Según las últimas recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura/OMS, un varón adulto que pese 80 kilos necesita unos 60 gramos de proteínas por día. En 1980, los polacos obte­nían no ya 60, sino más de 100 gramos diarios […] las gen­tes se desesperan cuando escasea algo que muchos exper­tos en nutrición consideran un lujo y otros condenan cada vez más por estimarlo perjudicial para la salud”9. En cuan­to a los carbohidratos, nuestra ingesta cubre aproximada­mente el 41% de la energía de la dieta7, es decir, está por debajo de las recomendaciones establecidas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (45-60%)10 o la OMS (55-75%)11.

Dieta Dukan: fraudulenta, ilegal, ineficaz y peligrosa

Tal y como hemos visto, no parece existir un motivo para que nos ofusquemos en ingerir más proteínas y menos car­bohidratos (complejos, se entiende). Pero sí lo hacemos, so­bre todo si queremos perder peso. Es probable que por ello uno de los libros más vendidos en 2001 (no ficción) sea No consigo adelgazar, libro escrito por un autodenominado “ex­perto en nutrición” llamado Pierre Dukan, que promueve pa­ra adelgazar, entre otros sinsentidos (como chupar hielo o ducharse con agua fría), una altísima ingesta de cárnicos12. El más reciente Consenso para la prevención y el tratamien­to de la obesidad de la Federación Española de Sociedades de Alimentación, Nutrición y Dietética (FESNAD), que ha contado con la colaboración de la Agencia Española de Se­guridad Alimentaria y Nutrición, no sólo no avala la capaci­dad adelgazante de las proteínas, sino que señala claramente que “el elevado consumo de carne y productos cárnicos po­dría incrementar la ganancia de peso y el perímetro abdomi­nal (evidencia nivel 2+)”13. Un estudio no revisado en dicho Consenso, por su reciente aparición, también asocia la ma­yor ingesta de proteína animal con un incremento en el ries­go de ganancia de peso a largo plazo14. Sea como fuere, la dieta Dukan ha sido recientemente calificada como fraudu­lenta, ilegal e ineficaz para adelgazar y arriesgada para la sa­lud por parte de la Asociación Española de Dietistas-Nutri­cionistas en un documento refrendado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad15. Fraudulenta por­que cumple las características que definen a las llamadas dietas milagro. Ilegal porque incumple el Real Decreto 1907/1996, de 2 de agosto, que prohíbe cualquier clase de publicidad o promociones de productos, materiales, sustan­cias o métodos que sugieran propiedades específicas adelga­zantes o contra la obesidad que proporcionen seguridades de alivio o curación cierta, que utilicen el término “natural” co­mo característica vinculada a pretendidos efectos preventi­vos o terapéuticos, que atribuyan a determinadas formas, presentaciones o marcas de productos alimenticios de consu­mo ordinario concretas y específicas propiedades preventi­vas, terapéuticas o curativas, o que pretendan aportar testi­monios de profesionales sanitarios, de personas famosas o conocidas por el público o de pacientes reales o supuestos, como medio de inducción al consumo. Todo ello es publici­tado por el método Dukan. No sirve para adelgazar porque el único estudio publicado sobre este método revela que el 75% de sus seguidores recupera el peso perdido al cabo de dos años (lo que provoca, entre otros riesgos, una dificultad para perder peso con éxito). El fallo de la dieta causa, ade­más, un sentimiento de culpa en el 60% de las personas16. Y puede perjudicar a la salud porque el incremento en la inges­ta de proteínas de origen animal (por ejemplo, carne roja), algo que muy probablemente ocurre en los seguidores de es­te tipo de dietas, no sólo a corto plazo, sino también a medio o largo plazo, se asocia a un claro aumento en el riesgo de diabetes tipo 217,18 y de mortalidad total19-21, entre otros riesgos potenciales, tal y como se detalla más adelante.

Dietas proteinadas: innecesarias y arriesgadas. PronoKal® como ejemplo

Varias de estas características podrían aplicarse también a las dietas autodenominadas proteinadas. La acepción “dieta proteinada” no aparece definida en ningún tesauro, manual, guía o consenso de obesidad, razón por la que resulta espe­cialmente difícil analizar este tipo de dietas. No es de extra­ñar que la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición señale, al referirse a la dieta proteinada, que “no existe fun­damento científico para esta dieta”22. Un ejemplo de ellas es PronoKal®. Nos centraremos en ella porque es sobre la que más consultas recibimos por parte de los/las asociados/as de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas. El auto­denominado método PronoKal®, desaconsejado por la Orga­nización de Consumidores y Usuarios23 y por los firmantes de este artículo (Grupo de Revisión, Estudio y Posiciona­miento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionis­tas)24, asegura que, gracias a él y a sus productos “se pierde localmente donde más grasa se tiene” (tabla 1). Jamás he­mos tenido constancia de un método de pérdida de peso que ejerza semejante proeza, y no hemos hallado en la literatura especializada indicios de que ese efecto pueda ocurrir. En cualquier caso, la etapa de adelgazamiento del método Pro­noKal® (“cuya duración varía según el peso que se precisa perder” y en la que “se elimina hasta el 80% del sobrepeso gracias a la combinación de los productos PronoKal® con los alimentos permitidos”) se basa, tal y como recoge su pá­gina web25, en la ingesta del 100% de las necesidades (que no recomendaciones) de proteína, pero el 30,5, el 25 y el 8,5% de las necesidades (de nuevo conviene diferenciar este término de la palabra recomendaciones) de energía, carbohi­dratos y grasas, respectivamente. La cobertura del 25 y del 8,5% de las necesidades de carbohidratos y grasas, respecti­vamente, puede tener consecuencias nefastas sobre la sa­lud3,5,6,8,10,11,23,26,27. Aunque PronoKal® argumente que esta fase de restricción severa de los carbohidratos es corta (la duración, como se ha indicado anteriormente “varía según el peso que se precisa perder”), la realidad es que los pacientes acaban interpretando, según nuestra experiencia, que la pér­dida de peso pasa necesariamente por dicha restricción. Ello puede confundir a la población, tal y como reflejó un ensayo aleatorizado y controlado con 4.320 voluntarios que evaluó el efecto de las declaraciones tipo “bajo en carbohidratos” en las percepciones de los consumidores sobre la el índice de salud de productos alimentarios, y sobre su ayuda en el control de peso28. También se acaba interpretando, muy probablemente, que la pérdida de peso requiere un aumen­to en la ingesta proteica. Si bien PronoKal® no se autocla­sifica en su página web como dieta hiperproteica (es más, PronoKal® critica tales dietas porque “pueden llegar a so­brecargar el metabolismo”25), dicha empresa incluye en su sección “Noticias”, notas de prensa de diferentes medios de comunicación que hacen alusión a la alta ingesta protei­ca como clave del método PronoKal®, tal y como detalla la tabla 229.

PronoKal® propone perder peso rápidamente, algo no sólo desaconsejable30, sino que predispone al llamado efec­to yoyó o weight cycling, que a su vez incrementa el riesgo de mortalidad26,27. Se podría considerar fraudulenta, ya que promete eficacia en el control de peso corporal, “los pro­ductos PronoKal® te ayudarán a conseguir el peso que de­seas” (tabla 1), cuando ninguna de las bases de datos cientí­ficas españolas o internacionales (Elsevier, Excelenciaclinica.net, Guías de práctica clínica en el Sistema Nacional de Salud, Scielo, Scirus, ScienceDirect, clinicaltrials.gov, PubMed, etc.) contiene ensayos clínicos en humanos que hagan referencia al método PronoKal®. Numerosas afirma­ciones publicitadas por PronoKal® inflingen potencialmen­te la legislación, tal y como se detalla en la tabla 1. Y po­dría suponer un riesgo para la salud, además de por los riesgos comentados anteriormente sobre el hipotético exce­so de ingesta de proteínas (producido por la interpretación que hace la población, o los medios de comunicación [tabla 2] de este tipo de métodos: “A más proteína, más pérdida de peso”28), y además de por los riesgos asociados a la rápida pérdida de peso30, debido a que no existen datos que permi­tan concluir que dicho método cumple los preceptos esta­blecidos por los consensos nacionales o internacionales de tratamiento de la obesidad, como el reciente consenso FESNAD-Sociedad Española para el Estudio de la Obesi­dad (tabla 3)13. Las dietas muy bajas en calorías (es el caso de toda dieta que, como ocurre en la etapa de adelgazamiento del método PronoKal®, cubra solamente el 30,5% de las necesidades energéticas) se han asociado a muerte súbita por arritmia cardíaca, inflamación hepática, fibrosis portal y cálculos biliares26,27. El reciente consenso FESNAD-Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, mencio­nado anteriormente, coincide con este particular al señalar que “las dietas de muy bajo contenido calórico presentan un mayor riesgo de efectos adversos que las dietas de bajo contenido calórico (nivel de evidencia 1-)”. Acerca de su eficacia, dicho consenso indica que “a largo plazo (superior a un año), estas dietas no originan una mayor pérdida pon­deral que las dietas de bajo contenido calórico (nivel de evidencia 1+)”13. PronoKal® asegura que existe un control médico en el proceso, pero creemos que dicho control no tiene sentido si no se demuestra previamente una eficacia en la pérdida de peso, a largo plazo, que justifique los ries­gos detallados. En todo caso, una dieta muy baja en calo­rías se reserva (siempre bajo control médico) para pacientes con obesidad severa (índice de masa corporal superior a 35) y comorbilidades asociadas en que esté justificada la pérdi­da rápida de peso3, como en el preoperatorio de la cirugía bariátrica en los pacientes con esteatosis hepática y aumen­to del riesgo quirúrgico13. Así, consideramos injustificado el reclamo que aparece en la página web de Pronokal®, asegurando que dicho método es “el adecuado para co-rregir casos de un ligero sobrepeso hasta una obesidad severa”25. 

Las dietas autodenominadas proteinadas se suelen basar en la ingesta de preparados comerciales que sustituirán a la ingesta habitual durante un cierto período de tiempo. Noso­tros entendemos, en línea con la opinión del Comité de Nu­trición de la Asociación Americana del Corazón31 o del Sis­tema Nacional de Salud de Estados Unidos30, que los cambios drásticos en los patrones de alimentación no educan para mantener el peso perdido y pueden impedir, además, la adquisición gradual de los cambios en el comportamiento alimentario necesarios para el éxito a largo plazo en la pérdi­da de peso. Asimismo, suele existir una alta tasa de abando­no en los consumidores de este tipo de dietas, que podría re­flejar el aburrimiento y el cansancio de ingerir preparados comerciales32. Debemos focalizarnos en cambios a largo plazo en el estilo de vida de nuestros pacientes con obesi­dad, en vez de en enfoques rápidos y a corto plazo27. 

Proteína, saciedad y conservación de la masa magra

Uno de los reclamos más habituales de las dietas hiperpro­teicas es que la proteína es saciante. El libro No consigo adelgazar, mencionado anteriormente, indica: “Después de dos o tres días de una alimentación limitada a proteínas pu­ras, el hambre desaparece por completo”. Pese a que se ha sugerido que el mayor consumo de proteínas podría incre­mentar la saciedad a corto plazo y, por lo tanto disminuir, teóricamente, la ingesta energética33,34, numerosos estudios no sustentan esta hipótesis35-38. De hecho, la Autoridad Eu­ropea de Seguridad Alimentaria indica: “No se ha estableci­do una relación causa-efecto entre la ingesta dietética de proteína y un incremento sostenido en la saciedad que con­duzca a una reducción en la ingesta energética”39. Otro re­clamo es que conservan la masa magra. Si bien durante una dieta hipocalórica es recomendable que la ingesta proteica esté por encima de 1,05 g/kg para conservar la masa ma­gra13, esto es algo que se cumple sobradamente en práctica­mente todas las dietas hipocalóricas estándar40.

Riesgos de las dietas hiperproteicas o proteinadas

Las dietas hiperproteicas o proteinadas comparten una serie de riesgos potenciales: debilidad, riesgo de fractura ósea, ganancia de peso a largo plazo, síndrome metabólico, daño renal, desórdenes gastrointestinales, pérdida de la autoesti­ma, depresión y alteraciones en el comportamiento alimen­tario26,41-43. La Sociedad Española de Endocrinología y Nu­trición señala al respecto de la dieta proteinada que “es absolutamente desaconsejable”, ya que obliga al organismo “a consumir sus propias reservas, primero de glúcidos y más tarde de lípidos”, y porque “pueden aumentar peligro­samente los niveles de ácido úrico y creatinina (fallo re­nal)”22. La Organización de Consumidores y Usuarios opi­na de manera similar23. Sean hiperproteicas o proteinadas, estas dietas deben contraindicarse en niños o adolescentes, mujeres en edad fértil, embarazadas, lactantes, ancianos o personas que padezcan o con riesgo de padecer: alteracio­nes hormonales, psicológicas, renales, cardíacas, óseas o hepáticas8. Si son muy bajas en calorías (por ejemplo, la etapa de adelgazamiento del método PronoKal®), también deben contraindicarse en las situaciones descritas en la tabla 413.

Dieta Dukan y método PronoKal®: ¿válidos para el tratamiento de la obesidad?

Las solemnes afirmaciones de rigor y ciencia (método Pro­noKal®) o de eficacia garantizada en el control de peso cor­poral (dieta Dukan) deben ser contrastadas con las nueve condiciones que debe cumplir, según el más reciente consen­so FESNAD-Sociedad Española para el Estudio de la Obesi­dad, todo tratamiento dietético destinado a tratar la obe-sidad. Al hacerlo (tabla 3)13, apreciamos la ausencia de datos que permitan concluir que la dieta Dukan o el método PronoKal® se acomoden a dichas condiciones.

Reflexiones finales

La Alianza de Ciencias de los Alimentos y de la Nutrición (Food and Nutrition Science Alliance), que engloba 7 socie­dades profesionales científicas de Estados Unidos (Ameri­can College of Nutrition, American Dietetic Association, American Society for Clinical Nutrition, American Society for Parenteral and Enteral Nutrition, American Society of Nutritional Sciences, Institute of Food Technologists y So­ciety for Nutrition Education) enumera diez banderas rojas que permiten identificar a la junk science (ciencia basura) en relación con la nutrición humana y dietética. Deberíamos te­nerlas en mente siempre que se nos plantee cualquier méto­do, sistema o dieta que prometa pérdidas de peso rápidas, exitosas, garantizadas y sin riesgo alguno44,45:

1) Recomendaciones que prometen un éxito rápido.

2) Advertencias alarmistas de peligro sobre un determina­do producto (por ejemplo, “el pan engorda”) o régimen (por ejemplo, “la dieta occidental produce cáncer”).

3) Declaraciones que suenan demasiado buenas como para ser ciertas.

 4) Conclusiones simplistas extraídas de un estudio cientí­fico complejo.

 5) Recomendaciones basadas en un único estudio.

 6) Afirmaciones refutadas por organizaciones científicas de gran reputación.

 7) Listas de alimentos buenos y malos.

 8) Recomendaciones encaminadas a la venta de un pro­ducto.

 9) Recomendaciones basadas en estudios sin revisión por pares (peer reviewed).

 10) Recomendaciones a partir de estudios que ignoran di­ferencias entre individuos o grupos. 

También debemos tener presentes cuatro citas clarificadoras en relación con la prevención o el tratamiento de la obe­sidad. La primera es de la OMS. En el libro mencionado anteriormente, señala: “Las dietas ricas en carbohidratos desempeñan un papel central en el control del sobrepeso y de la obesidad”3. La segunda procede de las últimas guías dietéticas de Estados Unidos, que contaron con la asistencia de la Colaboración Cochrane46: “Existen evidencias sólidas y consistentes que señalan que cuando se controla la ingesta calórica, la proporción de macronutrientes de la dieta no está relacionada con la pérdida de peso”. Y las dos últimas provienen del reciente consenso de la FESNAD-SEEDO mencionado anteriormente: “En el tratamiento de la obesidad no se recomienda inducir cambios en la proporción de proteínas de la dieta (grado de recomendación A)”, y “las dietas con mayor contenido de hidratos de carbono complejos (≥ 50% del aporte energético total, aproximadamente) se asocian con índices de masa corporal más bajos en adultos sanos (nivel de evidencia 2+)”13.

Finalizamos con una última reflexión: el alimento emocional, intelectual y espiritual que proporcionó en todo momento Verónica a su marido (el Sr. Atkins) debería haber si­do, en nuestra opinión, “rico en hidratos de carbono complejos”.

 Conflicto de intereses

 Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de inte­reses.

 Agradecimientos

 Los autores agradecen los comentarios al manuscrito recibi­dos por parte de los dietistas-nutricionistas Pilar Amigó, Ol­ga Ayllón, Violeta Moizé, Juan Revenga y Giuseppe Russoli­llo, del investigador social Juanjo Cáceres, del médico especialista en farmacología clínica Alexis Rodríguez.

 Bibliografía 

1. Atkins RC. La nueva revolución dietética del Dr. Atkins. Barcelona: Zeta; 1992.

2. American Dietetic Association. Tracking America’s Dieting Habits and Brand Awareness. Ada Times. 2004;2:2.

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Tomar patatas chips durante el embarazo es tan perjudicial para el bebé ¡como fumar!

Te interesa, por Patricia Ruiz Ruescas

– Los bebés nacen con menos peso y menor tamaño de cráneo.

– El motivo es un contaminante, la acrilamida, que traspasa la placenta y tiene un efecto sobre el crecimiento fetal equivalente al de ser madre fumadora.

Se encuentra en los cereales del desayuno, en el pan, en el café, en las patatas fritas y en general en todos los alimentos en los que un hidrato de carbono se tuesta, fríe u hornea a muy altas temperaturas, pero sobre todo en las patatas chips. La acrilamida es un contaminante que traspasa la placenta y tiene un efecto sobre el crecimiento fetal equivalente al de ser madre fumadora, por lo que tomar una elevada cantidad de estos productos durante el embarazo puede ocasionar que el bebé nazca con menos peso y con un menor tamaño de cráneo.

Entre los recién nacidos más expuestos a la acrilamida y los que menos hay una diferencia de 100 gramos de promedio. No obstante, los autores de la investigación dirigida por el Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental de Barcelona y la Universidad de Estocolmo, en Suecia, y publicado en la revista Environmental Health Perspectives, hacen énfasis en que no se trata de no probar estos alimentos durante los nueve meses de gestación, sino de tomarlos de manera equilibrada, aunque sí aconsejan evitar aquellos que contienen más cantidad de este contaminante, como es el caso de las patatas chips, que tienen hasta 4.000 microgramos de acrilamida por kilo, mientras que los cereales rondan los 1.600 y el café, los mil.

Para llegar a estas conclusiones se realizó un estudio internacional sobre la dieta de 1.100 mujeres embarazadas y sus recién nacidos de Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España, y se halló este contaminante, que surge al freír hidratos de carbono a temperaturas muy elevadas, incorporado a la dieta normal de los europeos en la sangre de cordón umbilical. Las cifras más preocupantes se dieron en Reino Unido, donde las patatas chips son un producto común en la alimentación de sus habitantes.

La disminución de peso de los bebés puede llegar a los 132 gramos y la reducción del tamaño craneal a los 0,33 centímetros, lo que puede favorecer la aparición de enfermedades como la diabetes porque condiciona el desarrollo de varios procesos metabólicos según los investigadores.

Hasta hace una década se sabía que la acrilamida era un contaminante conocido como neurotóxico, que llegaba a las personas a través del tabaco o por vía aérea por exposición laboral durante la fabricación de plásticos y que era potencialmente cancerígeno. Ahora se ha detectado en la dieta habitual y en productos tan comunes como las patatas, el pan, las galletas, los cereales y el café.

Obesidad: Factor de riesgo que menos controlamos

Ella Hoy

Es, junto al tabaquismo o las tasas de lípidos, dos de los factores de riesgo que pueden alterar nuestra salud cardiovascular, y al que, sin embargo, no prestamos la debida atención. Médicos y especialistas en salud cardiovascular han repasado estos días las asignaturas pendientes en materia de prevención, coincidiendo con la celebración del congreso de la Sociedad Española de Cardiología, y la conclusión no deja lugar a dudas, la obesidad o los problemas de sobrepeso son los riesgos peor controlados.

Los problemas de sobrepeso no solo son la antesala de la obesidad, sino que constituyen uno de los factores que pueden poner en riesgo la salud de nuestro corazón junto al tabaquismo y los niveles de lípidos. No es el único, pero sí el que peor controlamos o al que, al menos y según corroboran los especialistas, prestamos menos atención. Conocemos la teoría, y pese a que la población se ha concienciado sobre la importancia de controlar, por ejemplo, el colesterol (habiendo logrado reducir la tasas en los últimos años) o el consumo de tabaco, no ha sucedido lo mismo con la obesidad, un problema que cada vez preocupa más porque las tasas de prevalencia entre la población siguen en tendencia ascendente. Y la obesidad, como recuerdan los especialistas, puede ser un factor de riesgo no solo de la salud de nuestro corazón, sino también de otras patologías. A esto hay que sumarle que la preocupación por la obesidad también radica es que un problema que no tiene nada que ver con la edad, de hecho los últimos datos hablan de un aumento severo entre la población infantil y juvenil.

Cuando los problemas de obesidad comienzan a aparecer desde edades tempranas, esto implica que seamos más vulnerables a padecer problemas a los que, en principio, no deberíamos estar expuestos desde la infancia o la adolescencia. De hecho, los médicos ya han venido alertando del aumento de los problemas cardiovasculares entre una población cada vez más joven.

Y junto a los problemas de obesidad, la falta de actividad física o sedentarismo, el cual los médicos ya han alertado que puede ser tan perjudicial para nuestra salud como el tabaco.

Los especialistas reunidos en el congreso de la Sociedad Española de Cardiología también han debatido sobre otros aspectos, como los tratamientos y los importantes avances obtenidos en los últimos años en la cirugía cardiovascular, como el abordaje de patologías como la estenosis aórtica con técnicas no invasivas y, por tanto, mucho menos agresivas.

Otro de los aspectos abordados en este congreso de enfermedades cardiovasculares, ha sido la importancia del denominado Registro Clarify, una iniciativa que permite conocer las características y el perfil del paciente de angina de pecho así como los tratamientos médicos. En su primer año de andadura, España ha aportado el 10% de todos los casos clínicos que se están siguiendo en este estudio de carácter internacional. Un estudio que cuenta con la participación de 33.000 pacientes diagnosticados de angina de pecho, de 45 países diferentes. Nuestro país ha sido el que más pacientes ha monitorizado y estudiado, 1.700, de los más de 500 padecieron muerte cardiovascular, ictus o infarto. Un dato a tener en cuenta, tal y como han desvelado los especialistas, es que este estudio ha arrojado que el 40% de los pacientes tratados con metabloqueantes o aspirina presentaban una frecuencia cardiaca superior a los 70 latidos/minuto, un indicador que no se considera bueno para la salud, todo lo contrario.

Este dato abre una nueva vía de investigación y estudio para los médicos y especialistas para seguir avanzando en la mejora de los tratamientos actuales, en concreto, de los pacientes de angina de pecho.

En qué consiste el By Pass Gástrico de IMEO

El By-Pass Gástrico consiste en una técnica mixta, restrictiva-malabsortiva. Se instaura un pequeño reservorio gástrico en la parte alta, dejando abandonado el resto del estómago, y se aplica una derivación de alimentos para que éstos no pasen por el primer tramo intestinal, provocando una eficaz malabsorción de nutrientes y por lo tanto de calorías.

  • Satisfacción con menos cantidad de alimento: El reservorio es de unos 25-30 cc que limita de manera sobresaliente la cantidad de comida que se ingiere.
  • Los alimentos ingeridos nos engordan menos: Gracias a la malabsorción producida por la derivación, muy útil en los primeros meses de reeducación alimenticia y de hábitos de vida, y posteriormente una ayuda crucial en el mantenimiento del peso saludable alcanzado.

El reservorio se conecta con un asa del intestino delgado que se desconecta del flujo normal de la bilis y los jugos gástricos y pancreáticos, disminuyendo considerablemente la absorción de los alimentos ingeridos, y en especial, la grasa. Este segmento desfuncionalizado puede ser más o menos largo en función del IMC del paciente.

Actualmente y gracias a la Microcirugía Laparoscópica es una técnica bariátrica más segura que hace unos años cuando se realizaba por vía abierta. La mortalidad se ha reducido a datos que rondan entre el 0,3% y el 1,3%, en IMEO por debajo del 0,3%.

El ByPass Gástrico aporta dos grandes beneficios, malabsorción de los alimentos, especialmente las grasas, y satisfacción con menos cantidad de alimentos. El paciente come menos, más despacio, y los alimentos ingeridos le engordan menos.

Ésta intervención quirúrgica es considerada por los Institutos Nacionales del Corazón de EEUU y por la Sociedad Americana de Cirugía Bariátrica como la cirugía más eficaz y con más continuidad para solucionar y/o ayudar frente al tratamiento de la obesidad.

El objetivo final, al igual que con cualquier cirugía de la obesidad, es inculcar en el paciente un cambio profundo de hábitos, a través de un sistema de ayuda quirúrgico, que sin él no podríamos conseguirlo a largo plazo. Y es por ello por lo que algunos pacientes ni con un ByPass consiguen solucionar su problema a largo plazo, porque el seguimiento semanal, constante y multidisciplinar en el Sistema Público no se realiza, siendo habitual las consultas cada 6 meses, al final los hábitos no se cambian y por lo tanto comenzamos a recuperar el peso de nuevo. En IMEO conocemos ésta carencia, y por lo tanto insistimos con creces en que a parte del ByPass se impliquen en el tratamiento de forma muy constante, un equipo de médicos, nutricionistas y psicólogos planificando una agenda de visitas y actividades que deberá seguir para conseguir el objetivo final perdurable de por vida:

Intervención y seguimiento

  • Las consultas de Nutrición que necesite el paciente, inicialmente suelen ser semanales.
  • Tratamiento Psicológico durante toda la duración del tratamiento, suelen ser consultas quincenales.
  • Intervención de Bypass Gástrico en un Hospital con todas las garantías, con todos los gastos incluidos (pruebas preoperatorias, consulta de preanestesia, honorarios médicos y quirúrgicos …).
  • Todos la revisiones con el Cirujano Bariátrico que necesite durante la duración del tratamiento.

Evaluación inicial y de seguimiento

  • 4 Analizador Intersticial EIS. Estado endocrino y emocional del paciente.
  • Analizador Corporal TANITA. Para evaluar no sólo el peso perdido, sino los niveles de grasa, agua, índice de tasa metabolica, retención de líquidos…
  • 1 Analítica específica de Bioquímica y Tiroides.
  • 2 Scanner Corporal iDEXA (Composición corporal segmentaria por Rx).
  • 1 Estudio de Intolerancias Alimenticias por Biorresonancia.
  • 15 Sesiones de Tratamiento de la ansiedad por Biorresonancia.

VENTAJAS

  • Buena para todo tipo de obesidades.
  • El By-Pass permite adaptar en la interven el grado de malabsorción dependiendo del IMC del paciente.
  • Analítica específica de Bioquímica y Tiroides.
  • Es más difícil de sabotear que otras intervenciones.
  • El índice de riesgo quirúrgico en la operación es inferior al 1,3% oficialmente, aunque en IMEO es un 0,3%.
  • La calidad de vida es mayor que en otras técnicas, ya que se puede ingerir todo tipo de alimentos.
  • Es reversible.
  • En EEUU y España es la técnica más empleada y tras 34 años ya se puede decir que los resultados son óptimos.
  • Al ser una técnica mixta su eficacia frente como sistema de ayuda para la pérdida de peso, la sitúa por encima del resto de técnicas bariátricas.
  • El paciente se sacia con menos cantidad y por otro lado los alimentos ingeridos le engordan menos, especialmente los grasos.

DESVENTAJAS

  • En comparación con el resto de técnicas, la desventaja principal radica en dejar abandonado gran parte del estómago, dificultando por lo tanto su diagnóstico..
  • Todas aquellas producidas por la malabsorción de los alimentos, principalmente por la carencia de Hierro y Vitamina B12.

Intervención realizada en centros hospitalarios de prestigio por nuestra Unidad de Cirugía de la Obesidad.
Para más información, diríjase al Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), llamando al 902 10 40 50 (desde España) o al +34 91 745 17 96, o escribiendo un correo al consultas@imeoobesidad.com.

Comer por la nariz: una dieta cara, peligrosa e ilegal

Astrid Garcia / Blogs Antena3
Sus resultados son inmediatos pero no permanentes. Comer exclusivamente a través de una sonda durante diez días para perder peso puede acarrear serias complicaciones y va en contra del Real Decreto 1901/2000, que limita esta práctica a enfermos con problemas para alimentarse de otra forma.

Después de cuatro meses de cañas, tapitas y helados, llegan los remordimientos. Hemos recuperado todo lo perdido durante la ‘operación bikini’ y, si no nos damos prisa, el turrón conseguirá conquistarnos antes de lograr quitarnos de encima los kilitos del verano.

Tras el fracaso comprobado de los regímenes proteicos, tipo Dukan, que terminan aburriendo por la falta de variedad de sus menús, los más impacientes se apuntan este otoño a la ya conocida como ‘dieta de la mochila’.

Promete una elevada pérdida de peso (unos diez kilos) en tan sólo diez días, con el único sacrificio de llevar contigo una mochila a todas partes. Como si estuvieras hospitalizado, la ingestión de calorías se realiza exclusivamente a través de una sonda nasal, que te aporta todos los nutrientes para un día (glúcidos, grasas, proteínas y vitaminas).

Quienes se han sometido a esta dieta aseguran que la sensación de apetito es inexistente, debido a que el cuerpo recibe alimento de manera constante. Sin embargo, no todo son maravillas.

Además de que no es apta para todos los bolsillos, pues supone un desembolso inicial de entre 3.000 y 5.000 euros, las asociaciones de nutricionistas advierten de que esta práctica puede ocasionar complicaciones, como la obstrucción de la sonda, deshidratación y diarreas, e incluso infecciones por contaminación bacteriana.

Debemos tener también en cuenta que la legislación española limita este modo de nutrición a pacientes que tengan problemas para «ingerir, digerir, absorber, metabolizar o excretar alimentos normales», algo que las clínicas que ofertan esta dieta se saltan por completo. La ingestión de calorías a través de una sonda se utiliza para enfermos en estado de coma, algunos casos de anorexia o para pacientes con cáncer, que reciben quimioterapia y tienen dificultades para comer. Nada que ver con un capricho estético.

No olvidemos además que, siempre que se pierde peso a gran velocidad, se recupera igual de rápido. ¿Cuántas veces estarías dispuesto a pasar por este proceso, con el correspondiente gasto de 5.000 euros? Probablemente, lo único que te lleves de esta experiencia serán unas cuantas estrías más.

El ejercicio y la alimentación ayuda a prevenir la obesidad y la diabetes en adolescentes

LA INSULINA Y LA LEPTINA, MÁS CONTROLADAS 

Europa Press
Una investigación internacional en la que han participado investigadores de las universidades de Zaragoza, Granada y la Politécnica de Madrid sugiere que la actividad física y unos hábitos alimenticios más saludables pueden ayudar a prevenir la obesidad y la diabetes, ya que permiten tener los niveles de insulina y leptina más controlados.

   La obesidad y las enfermedades asociadas a ella, como la diabetes, son un problema entre la población joven, de ahí que el proyecto europeo HELENA se haya centrado en estudiar hábitos de vida saludable que ayuden a paliar este problema.

Los investigadores han constatado que los adolescentes con mayores niveles de fuerza muscular y de actividad física tienen menores niveles de la hormona insulina y de resistencia a la misma, que son aspectos fundamentales para controlar la glucosa y prevenir la diabetes, según ha explicado al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) David Jiménez Pavón, de la Universidad de Zaragoza y antiguo miembro de la Universidad Politécnica de Madrid con la que colabora en estos trabajos.

Además, cuando los adolescentes practican más actividad física o tienen mejor estado de forma poseen niveles más controlados de otra hormona, la leptina, relacionada con el gasto energético y el control del apetito.

De las investigaciones también se concluye que no solo es importante el ejercicio, sino que los hábitos de alimentación pueden influir en los niveles de insulina, que aumenta en el caso de una mala elección de alimentos.

Estos resultados son de especial relevancia para adolescentes que en edad de crecimiento y asimilación de hábitos están aún en situación de modificar un estilo de vida no saludable por otro más activo cuyas consecuencias repercutirán en el resto de sus vidas.

Epidemia de obesidad por los refrescos

Tres nuevas investigaciones apoyan las medidas de control de consumo impuestas en Nueva York

ABC, por Rafael Ibarra

Las bebidas azucaradas están «bajo sospecha» desde hace tiempo. En algunas ciudades de EE.UU., como Nueva York, están en el punto de mira como uno de los desencadenantes de la pandemia de obesidad. Ahora, tres investigaciones que se publican en The New England Journal of Medicine (NEJM), aportan nuevos datos que engrosan la lista de evidencias científicas que las señalan como uno de los factores más influyentes en el incremento de la obesidad entre los niños, adolescentes y adultos. Dos de los estudios, en los que se analizan los efectos de un programa basado en la reducción de la ingesta de bebidas azucaradas, proporcionan una sólida base científica para reclamar un mayor control en el consumo de bebidas azucaradas para tratar de revertir esta epidemia.

La obesidad se ha convertido en uno de los mayores retos de la salud mundial para el siglo XXI. Su aumento entre los niños y adolescentes es particularmente alarmante, dado que está íntimamente relacionada con complicaciones cardiovasculares y el desarrollo de diabetes tipo 2. España es, a nuestro pesar, uno de los países con una tasa más elevada de obesidad infantil: un 19% de niños obesos frente al 16% de los EE.UU., un porcentaje que triplica al de hace 30 años. Además, casi un 39% de la población adulta tiene sobrepeso y un 14,5% obesidad.

Cambios en nutrición

Se sabe que uno de los factores más determinantes en esta epidemia han sido los cambios en la nutrición. Y se considera que el aumento del consumo de bebidas azucaradas es uno de principales factores: en EE.UU. se han convertido en el primer alimento de aporte calórico –en algunos casos el 15% de la ingesta de calorías diarias se hace a través del azúcar que contienen estas bebidas y se calcula que los adolescentes consumen una media de 375 kcal por cada bebida-. Además, según el artículo publicado en NEJM, las bebidas azucaradas son pobres en nutrientes y, a menudo, se asocian con el consumo de alimentos salados y comidas rápidas. Y, lo más preocupante, dice Sonia Caprio, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, es que se sabe que promueven enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedad coronaria.

Huella en el ADN

La publicación de estos tres nuevos trabajos parece señalar inequívocamente a los refrescos como uno de los culpables de esta epidemia. Uno de ellos, realizado en la Escuela de Salud Pública de Harvard, proporciona una fuerte evidencia de que existe una interacción entre la ingesta de bebidas azucaradas y una predisposición genética a la obesidad y al riesgo de obesidad. El informe afirma que aquellas personas con una mayor predisposición genética pueden ser más susceptibles a los efectos adversos de las bebidas azucaradas, un claro ejemplo de la interacción entre genes y medio ambiente.

En los otros dos trabajos se describen los efectos de un programa diseñado para reducir el consumo de bebidas azucaradas y sus consecuencias sobre el peso en grupos de niños con peso normal y adolescentes con sobrepeso y obesidad. El primero, realizado en la Faculty of Earth and Life Sciences de Amsterdam (Holanda), analizó a 641 niños con peso normal a los que se controló desde los 4 a los 11 años. Aunque el 26% de los participantes no completaron el estudio, una limitación importante del trabajo, no obstante, los resultados sugieren claramente que la sustitución de una bebida que contiene azúcar (104 Kcal.) por una bebida sin azúcar redujo significativamente el aumento de peso y la acumulación de grasa en los niños con un peso normal.

Reducir masa corporal

Por su parte, el ensayo de la New Balance Foundation Obesity Prevention Center (EE.UU.) asignó de forma aleatoria a 224 adolescentes con sobrepeso y/o obesidad a un programa en el que durante un año se sustituyeron las bebidas azucaradas por otras sin azúcar. Los datos mostraron que, aquellos que participaron en el programa, redujeron su índice de masa corporal.

En conjunto, los tres estudios sugieren que las calorías que aportan las bebidas azucaradas son importantes. Pero, no hay que olvidar, señalan, que no basta con una decisión política que limite el consumo de estas bebidas. La estrategia, dicen, debe ser global, y debe incluir otras líneas de actuación, como el fomento de la actividad física.