Siete comidas con bastante grasa que te ayudan a perder peso

¿Estás harto de eliminar de tu dieta todos los alimentos que te gustan para poder adelgazar? Basta ya: aquí tienes algunos ‘snacks’ deliciosamente grasos con los que no te meterás ni un gramo más

El Confidencial
siete-comidas-con-bastante-grasa-que-te-ayudan-a-perder-pesoPicar entre horas es el gran enemigo de nuestra dieta. Cada vez que acudimos a la nevera o la máquina de ‘vending’ –en un momento dado, todos acabamos cayendo–, nos metemos en el cuerpo unas cuantas calorías de más absolutamente innecesarias. Lo entendemos, estás haciendo dieta y tienes hambre, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de los ‘snacks’ suelen estar entre los alimentos menos saludables de la pirámide alimenticia (aunque obvies mirar directamente la información nutricional que hay en sus bolsas y envoltorios, lo pone).

‘¿Entonces qué hago para saciar el apetito?’, dirás. Lo primero, no ponerte dramático ni obsesionarte con que estás hambriento; lo segundo, probar con alguno de estos aperitivos que te quitarán de un plumazo el hambre y evitarán que te metas una caloría de más.

Eso sí, por muy sanos y sabrosos que sean tampoco te puedes comer toneladas. Sus efectos nunca serán similares a los de zamparte varios dulces de bollería industrial, pero funcionarán mucho mejor si los consumes con cabeza: procura que tus aperitivos nunca superen las 200 calorías por ración, acompáñalos con agua en lugar de con un refresco e intenta llevártelos a la boca después de haber hecho algo de ejercicio. ¡Buen apetito!

Queso: prueba con el mozzarella
Si eres un aficionado al queso, no te vengas arriba que tampoco puedes picar trozos y trozos sin que tu cintura se resienta. Sin embargo, si comemos pequeñas porciones y las ponemos como acompañamiento en una ensalada o en una brocheta con un par de tomates ‘cherry’, estaremos picando algo entre horas sin llevar al colapso nuestro plan de adelgazamiento. Especialmente si optamos por una ración de queso mozzarela fresco que, además de ser bajo en calorías, estudios recientes han demostrado que su capacidad para saciar nuestro apetito es mucho mayor que la de otras variedades.

Nueces
Además de reducir el riesgo de infarto y otras enfermedades cardiovasculares, las nueces son un aperitivo excepcional cuando el objetivo es perder peso. Llenas de fibra y de grasas saludables, un reciente estudio publicado en ‘The American Journal of Clinical Nutrition’ demostró que las nueces, gracias a la gran cantidad de ácidos omega-3 que contienen, pueden acelerar el metabolismo ayudando al cuerpo a descomponer la grasa almacenada para usarla como energía. Ante su ausencia, otros frutos secos como las almendras, los anacardos o los cacahuetes, pueden ser una alternativa ideal.

Aceitunas
Los ácidos grasos monoinsaturados, además de ser un gran aliado para satisfacer los antojos salados, son famosos por ayudar a reducir el peso corporal. Si tiene que venirte a la cabeza algún alimento rico en los susodichos, piensa en las aceitunas. Piscolabis ideal en casa o en el bar de la esquina, contienen también un poco de grasa, lo que erradica el hambre y nos ayuda a aguantar saciados hasta la hora de comer o cenar.

Los sabores más intensos hacen trabajar más duro a nuestro paladar por lo que nos sentimos satisfechos al consumir menores cantidades de los mismos

‘¿Pero no tienen muchísimas calorías?’, preguntarás contrariado. No. Olvídate del mito porque no es para tanto. Según datos del estudio del Instituto de la Grasa del CSIC realizado en 2006, las aceitunas verdes tienen unas 154 calorías por cada 100 gramos y las negras unas pocas menos, alrededor de 140 por cada 100 gramos.

Yogur
Hace ya algún tiempo que los científicos han desmitificado que el yogur desnatado es mejor que el normal para perder peso. La grasa natural de los yogures tiene un poder saciante mucho más alta, lo que, a diferencia de lo que ocurre con los bajos en grasas y descremados, evitará que nos entre un hambre atroz a las pocas horas de habernos merendado uno. Procura no añadirles azucar y buscar la combinación de sabores añadiéndole, por ejemplo, los mencionados frutos secos o un poco de fruta fresca.

Chocolate negro
Cuando estamos bajos de ánimo un buen chute de azúcar nos anima, y qué mejor forma de disfrutarlo si encima sabemos que apenas nos estamos metiendo calorías. Entra en juego la opción del chocolate puro o negro que, como han remarcado diferentes estudios, no sólo no engorda sino que además, consumido con moderación y acompañado de un estilo de vida saludable, ayuda a reducir el índice de masa corporal.

Procura que tus aperitivos nunca superen las 200 calorías por ración, acompáñalos con agua e intenta comerlos después de haber hecho algo de ejercicio

Además, una investigación publicada en la revista ‘Flavour’ determinó que es uno de los mejores ‘snacks’ para saciar el hambre porque los alimentos con sabores más intensos hacen trabajar más duro a nuestro paladar por lo que nos sentimos satisfechos al consumir menores cantidades de los mismos.

Guacamole
No nos cansamos de elogiar este superalimento. Y no es para menos. Repleto de grasas saludables, el aguacate es capaz de mantenernos saciados hasta cinco horas. Lo mejor de todo, es alto en grasa pero apenas tiene calorías, poco más de 130 por cada 100 gramos. Sólo con un poco de limón y sal ya está delicioso, pero si queremos disfrutarlo a lo grande en su plato estrella por excelencia, el guacamole, evita comértelo a cucharadas con nachos, patatas fritas o regañás. Unas ramitas de apio o zanahoria serán la cuchara ideal para acompañar nuestro grasoso pero saludable ‘snack’.

Batidos
Si te da pereza ponerte a pelar fruta o te parece realmente aburrido comerte una manzana fresca para merendar, prueba a preparar un buen batido en el que combines varios ingredientes ricos en nutrientes y con algo de grasas saludables –como por ejemplo coco fresco o un poco de aceite de coco– para mantenerte saciado más tiempo. Te puede servir incluso como reemplazo de una comida o cena.

Qué debemos saber sobre la alimentación saludable

Autor: Rubén Bravo
Naturópata, experto universitario en nutrición y gastronomía del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO)

la dieta meditarránea favorece la saludUna alimentación saludable debe basarse en una alimentación natural que cumple los siguientes requisitos:

  • Que escoja alimentos frescos y sin procesar en la medida de lo posible.
  • Que sea equilibrada, aportando las necesidades diarias, tanto en macronutrientes como en micronutrientes.
  • Que respete las formas tradicionales y vanguardistas de cocinar, evitando el uso del microondas, el abuso de las grasas saturadas y las harinas refinadas.
  • Que incorpore medidas preventivas alimentarias para reducir el riesgo de posibles enfermedades en el futuro y retardar el envejecimiento.
  • Que sea adaptada a las características personales de cada individuo teniendo en cuenta su edad, composición corporal, actividad física, enfermedades, tendencia genética, intolerancias alimentarias, gustos culinarios, ritmo de vida y equilibrio emocional.
  • Que se ajuste al Biorritmo Humano, aportando alimentos más energéticos (hidratos de carbono) en el periodo diurno de actividad, y más estructurales (proteínas y grasas saludables) en el periodo nocturno de reparación.

¿Qué pautas debemos seguir para llevar una correcta y adecuada alimentación?

La primera recomendación es acudir a un especialista para que nos elabore un plan de alimentación que cumpla con los requisitos marcados anteriormente, tenemos que comprender que la alimentación es el pilar más fuerte que sostendrá nuestra calidad de vida y salud a lo largo de nuestra vida, por lo que bien merece la pena darle la importancia que realmente tiene, buscando los consejos e indicaciones de un experto. Las directrices que yo daría serían:

  • Beber entre 2 litros y 2,5 litros de agua diariamente.
  • Tomar entre 5 y 7 raciones de fruta y verdura al día, seleccionándolas en su forma fresca y natural, evitando los envasados.
  • Elegir siempre alimentos integrales.
  • Comer la fruta con la piel y evitar los zumos envasados.
  • Tomar entre 0,9grs y 1,5grs de proteínas magras por kilo de peso. La variación dependerá de si se realiza actividad física, y si es así qué actividad se hace, siendo 0,9grs para las personas sedentarias y 1,5grs para los que realizan un deporte intenso.
  • Evitar el azúcar, los endulzantes o aquellos alimentos que los contengan.
  • Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo.
  • Entre una y dos copas de vino tinto diarias en comidas diferentes.
  • En el grupo de los embutidos elegir entre el jamón york, pavo o jamón serrano/ibérico magro, siempre en su modalidad “al corte”, desechando los envasados.
  • De 3 a 6 nueces diarias.
  • De 2 a 3 cucharadas soperas de aceite de oliva extra al día.
  • Evitar alimentos precocinados y excesivamente procesados.
  • Tomar ternera 2 veces por semana y pescado o marisco 4 veces por semana.
  • Tomar 1 o 2 veces por semana legumbre.
  • Planificar las comidas y la lista de la compra, evitar la improvisación.
  • Elegir alimentos naturales.
  • Realizar la compra una vez a la semana.
  • No cocinar en exceso los alimentos. Evitar el microondas.
  • Tomar 2 onzas de chocolate negro +70% al día repartidas en merienda y cena.
  • Evitar los fritos y los empanados.
  • Tomar 2 raciones de lácteos desnatados al día.
  • Realizar 5 comidas al día, 3 principales y 2 tentempiés.
  • Comer despacio.
  • No abusar de las bebidas alcohólicas.
  • En todas las comidas diarias combinar siempre una proteína + un hidrato de carbono (integral, fruta o verdura) + 1 grasa saludable.

¿Cuáles son las principales diferencias entre alimentos ‘procesados’ y naturales?

Desde el punto de vista de la Naturopatía los alimentos naturales son aquellos que:

  • No han sido sometidos a productos químicos ni artificiales como pesticidas, fertilizantes, piensos, colorantes, conservantes…
  • Se han obtenido respetando los ciclos biológicos estacionales y la actividad biológica del suelo, respetando la sostenibilidad del sistema agroalimentario.

Los alimentos procesados serían todos aquellos que no son naturales, donde ya sea en su producción, elaboración o envasado, se les ha añadido cualquier tipo de sustancia externa inherente al propio alimento tal y como lo encontramos en la naturaleza; o bien no se han respetado los ciclos naturales y el entorno natural con fines económicos y productivos.

Diferencia principal entre frescos y congelados

Los alimentos frescos son aquellos que por sus características naturales conservan sus cualidades aptas para el consumo durante menos de 30 días o bien requieren condiciones de temperatura controlada, tanto en el comercio como a la hora de transportarlos.

Los alimentos congelados son los que son sometidos a un proceso de congelación especialmente diseñado para preservar su integridad y calidad y para reducir, en todo lo posible, las alteraciones físicas, bioquímicas y microbiológicas, tanto durante la fase de congelación como en su conservación.

Alternativas de comidas saludables de rápida preparación

Con un poco de creatividad podemos prepararnos platos fríos en no más de 2 o 3 minutos. Aquí os dejamos algunas ideas, todas ellas compuestas por una mayoría de alimentos frescos y naturales:

  • Sandwich “tumaca», compuesto por pan integral de centeno, un tomate cortado en rodajas, un chorrito de aceite de oliva y jamón Serrano o ibérico magro (retirándole la grasa).
  • Ensalada mixta crujiente, configurada con 3 puñados de brotes verdes, un tomate, media cebolla, 100grs de taquitos de jamón york bajo en grasa, 2 biscotes de pan integral desmenuzados, una cucharada sopera de aceite de oliva, una pizca de sal, unas gotas de mostaza y un chorrito de vinagre de Módena.
  • Ensalada agridulce de Burgos. Base de lechuga fresca iceberg, con un tomate cortado en rodajas, en la parte superior incorporar una pieza de 150grs de queso fresco 0% de burgos. Coronar con 2 nueces y aliñar con aceite de oliva extra, un chorrito de vinagre de Módena, y un chorrito de miel ecológica de romero.

Platos precocinados como por ejemplo albóndigas, lasañas o tortilla de patata, ¿son sanos?

Todos los platos y alimentos que hemos considerado menos saludables, ya sea por su composición o por su elaboración, podemos tomarlos perfectamente de forma esporádica sin superar nunca una ración semanal y tomarlas en la hora del almuerzo y no en la cena.

Tenemos que llevar un estilo de vida saludable y basar la mayoría de nuestra alimentación en recomendaciones sanas y equilibradas, pero no debemos volvernos ortoréxicos y obsesionarnos en exceso con estos planteamientos.

¿Cuáles son los mejores métodos de cocción?

Es necesario conocer la forma en la que vamos a cocinar un alimento, ya que variará la calidad nutricional de nuestra comida.

Podemos destacar como técnicas culinarias más saludables: horno, papillote, vapor, hervido, plancha, brasa y salteado.

  • Horno: La preparación al horno apenas precisa el uso de aceite. Además, dentro del horno podemos preparar papillote, según esta técnica los alimentos se cuecen en su propio jugo al estar totalmente envueltos en papel de aluminio que mantiene una mayor jugosidad.

Estas preparaciones son adecuadas en general para todo el mundo, especialmente para aquellas personas que siguen pautas nutricionales de control de peso.

  • Vapor: A diferencia del hervido, los alimentos al vapor no se cuecen en agua sino con el vapor que ésta despide. Es importante tapar bien la olla para evitar perder el vapor de agua y procurar que el agua no toque el alimento.

De esta forma se logra mantener mejor las propiedades de los alimentos, se conserva el color y sabor de los alimentos. Se puede aromatizar el agua con especias, hierbas y condimentos para conseguiremos un toque diferente. No precisan grasas añadidas.

  • Hervido: Resulta una cocción práctica y rápida si se utiliza olla a presión. El inconveniente es la pérdida de nutrientes que se quedan en el agua. Se perderán principalmente minerales y vitaminas hidrosolubles del grupo B. Para minimizar dichas pérdidas se aconseja introducir las piezas cuando el agua hierva y poco troceadas. También es importante no utilizar gran cantidad de agua y tapar la olla durante la cocción.

El tipo de cocción no añade calorías al alimento. El agua de hervir con nutrientes que han perdido los alimentos se puede reutilizar para elaboración de purés, sopas, etc.

  • Plancha: Método por el cual no es necesario añadir aceite a los alimentos o bien muy poca cantidad. Si aplicamos una pizca de aceite de oliva sobre el alimento evitamos su oxidación.
  • Brasa: Se puede realizar sin aceites o grasas añadidas. En ocasiones se cubren los alimentos para evitar que sufran daños por quemaduras, especialmente las hortalizas.

La brasa nos transmite, además del sabor del alimento, también el aroma a leña e incluso a humo.

  • Salteado: Se caracteriza por ser una cocción rápida de alimentos troceados en pequeñas porciones y añadiendo algo de aceite. Siempre es preferible que utilicemos aceite de oliva, por su resistencia al calor y por sus características nutritivas.

Por el contrario, los guisos, fritos, sofritos, estofados y microondas serían las técnicas culinarias menos saludables.

  • Guisos y Estofados: Preparaciones a fuego lento en las que se suelen añadir grasas procedentes de aceites, mantecas, carnes grasas o embutidos.
  • Fritos y sofritos: Se caracterizan por la utilización cantidades considerables de aceite. Esto provocará un incremento del valor calórico de los alimentos que cocinemos. Para evitar una pérdida nutricional del plato es aconsejable utilizar aceite de oliva, ya que soporta bien las altas temperaturas e intentar no reutilizarlo porque puede contener sustancias nocivas.
  • Microondas: Los microondas son una forma de energía electromagnética. Cada microondas contiene un magnetrón, un tubo en el cual electrones son afectados por campos magnéticos y eléctricos de tal manera que se efectúen muy pequeñas ondas de radiación de aproximadamente 2450 MHz.

Esta radiación del microondas interactúa con las moléculas del alimento. Todas las ondas de energía cambian la polaridad de positivo a negativo en cada ciclo. En el uso del microondas, esto sucede millones de veces en cada segundo. Las moléculas de los alimentos, especialmente las del agua tienen un efecto de cambios positivos y negativos. Toda esta agitación crea fricción molecular la cual produce calor. Esta forma inusual de calor también puede generar daño substancial a las moléculas causando que se destruyan o deformen, reduciendo su biodisponibilidad o disminuyendo su valor proteico.

¿Hasta qué punto influyen en la calidad de la comida los utensilios que se utilizan para cocinar?

Las diferentes normativas, tanto españolas como europeas, regulan con bastante precisión los materiales aptos para cocinar, su diseño y su fabricación para proteger a los alimentos de la toxicidad que estos pudieran transmitir en el proceso de cocinarlos o emplatarlos.

Resaltamos algunos de estos materiales y las precauciones que debemos tomar:

  • Aluminio. Presente tanto en el papel alumínico y en utensilios como sartenes o fondos de difusores, y prohibido en la mayoría de los países desarrollados por su alta toxicidad cerebral. Al ser un buen conductor de calor y un metal ligero, se venden los utensilios de aluminio anodizado o sellados con materiales inocuos para evitar la contaminación. Con estos tratamientos se pueden utilizar sin problema.
  • Utensilios esmaltados. Sobre todo en cazuelas metálicas o de barro. El peligro viene cuando estos utensilios se desgastan o golpean, pues el alimento quedaría expuesto al material que hay en la base. Es muy importante cerciorarnos de que de ninguna manera contienen plomo, ni en el esmaltado ni en su material principal, pues la intoxicación por plomo suele ser lenta y crónica, afectando principalmente al sistema digestivo y a los procesos intelectuales y de la conducta.
  • Acero inoxidable 18/10. Compuesto por 18 partes de níquel y 10 de cromo, es muy estable en contacto con los alimentos, pero si está dañado o desgastado, podría transmitir estos metales pesados a la comida. Los aceros más aconsejables, serían el acero quirúrgico (T304) pues no es poroso, y el acero japonés por ser una aleación de altísima calidad exento de cromo y níquel.
  • “Teflón” o PFTE Polifluorotetraetileno. Comúnmente conocido también como “antiadherente” en los utensilios para cocinar.

El APFO o ácido perfluorooctanoico es un ingrediente crucial para fabricar el teflón. Al ser calentadas a temperaturas muy altas, las ollas y sartenes liberan partículas tóxicas. Por ello hay que apostar por alternativas de teflón más resistentes que mantienen la superficie perfectamente sellada para que no se volaticen con las altas temperaturas.

La empresa que inventó el PFTE fue DuPont en 1938. Varias declaraciones sostienen que esta empresa conocía los efectos nocivos del APFO desde 1961 y que ocultaba información sobre su toxicidad. Es en el 2010 cuando la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU obligó a las compañías que lo fabrican, a reducir en un 95% su emisiones de APFO, y a erradicar su rastro de todos los utensilios de cocina.

¿De qué manera repercute todo esto en la salud de las personas?

Las diferentes técnicas culinarias que apliquemos a los alimentos y los utensilios que utilicemos en la elaboración de los platos, van a determinar buena parte de la calidad de nuestra alimentación: cantidad y tipo de grasas ingeridas, aporte de vitaminas y minerales, calidad de la proteína cocinada, toxicidad y posibles enfermedades a medio y largo plazo… Por esta razón debemos escoger en la medida de lo posible las técnicas más saludables e invertir en utensilios de cocina de alta calidad, sustituyéndolos cuando éstos comiencen a desgastarse o deteriorarse.

Las grasas saturadas no aumentan el riesgo cardiovascular, según estudio

  • El consumo de grasas ‘trans’ se asocia con un aumento del 34% de la mortalidad por cualquier causa, según datos de un estudio realizado por investigadores de la Universidad McMaster, en Canadá.
  • También suponen un riesgo importante cardiovascular, como éste de «sufrir un accidente coronario o elevar los niveles de colesterol», recalca Estefanía Ramo, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Investigadores canadienses han descubierto que las grasas saturadas no se asocian a un mayor riesgo de muerte, enfermedad cardiaca, ictus o diabetes tipo 2, según los resultados de un estudio que, sin embargo, corrobora como las grasas ‘trans’ si pueden asociarse a un mayor riesgo cardiovascular.

El trabajo, cuyos resultados publica la revista ‘British Medical Journal’, confirma así los estudios previos que apuntaban que las grasas ‘trans’ pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, pero en cambio sugiere una revisión de las recomendaciones nutricionales para las grasas saturadas.

«Durante años se ha recomendado a todo el mundo que limiten el consumo de grasas. Las grasas ‘trans’ no tienen beneficios para la salud y suponen un riesgo importante para la enfermedad cardiovascular, pero en el caso de las grasas saturadas queda menos claro«, ha explicado Russell de Souza, profesor de Epidemiología Clínica y Bioestadística en la Facultad de Medicina Michael G. DeGroote.

Actualmente, se aconseja que estas grasas no superen el 10% de las calorías ingeridas a diario con la dieta, mientras que el de grasas ‘trans’ no sea de más del 1%, con el objetivo de reducir el riesgo de enfermedad coronaria y accidentes cerebrovasculares.

Las grasas saturadas provienen principalmente de productos de origen animal, como la mantequilla, la leche de vaca, la carne, el salmón y las yemas de huevo, y algunos productos vegetales como aceites de chocolate y palma. Por su parte, las grasas ‘trans’ se producen principalmente de forma industrial, a partir de aceites vegetales (un proceso conocido como hidrogenación) para su uso en margarina, bollería y productos envasados.

Para tratar de aclarar el riesgo cardiovascular asociado a ambas, De Souza y su equipo analizaron los resultados de diferentes estudios observacionales que analizaban su consumo con diferentes indicadores de salud entre la población adulta.

No es malo, pero tampoco reduce el riesgo

De este modo, no encontraron ninguna relación clara entre una mayor ingesta de grasas saturadas y un aumento de mortalidad por cualquier causa y una mayor incidencia de enfermedad coronaria, enfermedad cardiovascular, ictus isquémico y diabetes tipo 2. En cambio, no quedó claro si podía asociarse a una mayor mortalidad por enfermedad coronaria, así como tampoco encontraron que una dieta rica en grasas saturadas se asociara a un menor riesgo cardiovascular.

Asimismo, el consumo de grasas ‘trans’ sí se asoció con un aumento del 34% de la mortalidad por cualquier causa, un riesgo un 28% mayor de mortalidad por enfermedad coronaria y un aumento del 21% en el riesgo de enfermedad coronaria. No se observó una asociación clara con el ictus, mientras que el único factor que no pudo confirmarse fue su asociación con la diabetes tipo 2, por falta de estudios consistentes.

Los investigadores señalan que los resultados se basan en estudios observacionales, por lo que no ofrece conclusiones definitivas sobre una posible relación causa-efecto. No obstante, han precisado, «confirma las conclusiones de cinco revisiones sistemáticas previas sobre los efectos de las grasas saturadas y ‘trans’ en las enfermedades del corazón».

Fuentes: Europa Press, Noticias Castilla la Mancha Tv

Alternativas saludables de comidas para llevar

Los expertos en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad recomiendan optar por alternativas saludables de comidas a la hora de preparar la mochila, la nevera portátil o la barbacoa

El éxodo de personas que abandonan las grandes urbes en el mes de agosto ya es historia. Los que se quedan en la ciudad, por obligaciones laborales o falta de presupuesto, suelen disfrutar de unas mini vacaciones, aprovechando los fines de semana largos para realizar alguna otra escapada en familia o con los amigos. Independientemente de cuál sea su pasatiempo y destino preferido –senderismo, ciclismo, camping, playa, turismo rural o paseo urbano–, queda pendiente una importante labor: preparar la comida para llevar para el resto del día. Con el fin de facilitar a las familias en la tarea y poniendo hincapié en el valor nutricional y las calorías moderadas, los expertos en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) ofrecen algunas ideas y alternativas saludables en formato mochila, nevera portátil y barbacoa.

“Queremos animar a las personas a cuidar su línea también en verano y mostrarles que dejar atrás algunas viejas costumbres puede ser sólo de beneficio para su salud y peso”, apunta Rubén Bravo, naturopata experto en nutrición y portavoz del IMEO. Todos podemos permitirnos de vez en cuando algún capricho como aliciente para el paladar. Pero si queremos que en septiembre no se nos haga cuesta arriba la vuelta a la rutina, lo más sensato sería dejar de lado el bocata de media barra de pan con tortilla de patata, queso o embutido, la bolsa de patatas chips de sabores adictivos, los elaborados industriales de harinas refinadas y grasas hidrogenadas o saturadas, las bebidas azucaradas o éstas con alcohol de un aporte calórico elevado.

A continuación presentamos en detalle la propuesta de los expertos del IMEO de alimentos de alto valor biológico y nutricional que no se estropean al calor, no rebosan de grasas, sal y azúcares innecesarios, que son bajos en calorías y que son sencillas de elaborar para que podamos llevarlos a la playa, a la montaña o al camping.

Comidas para llevar en formato mochila

Bocadillos saludables para llevar“Lo ideal es utilizar alimentos ligeros, bajos en calorías, que no fermenten y no requieran nevera, en tamaño individual, como son el bocadillo y la comida en fiambrera”, sugiere Rubén Bravo. La cantidad y el tipo variarán en función de la actividad física que se va a realizar a lo largo del día.

Ideas para bocadillos

Un bocadillo ideal sería aquel que combina un hidrato de carbono integral, una grasa saludable y una proteína de alto valor biológico. Los hidratos de carbono integrales consumidos al día se han de ajustar aproximadamente al 50 por ciento de las calorías totales ingeridas. De estos hidratos de carbono habría que escoger entre las frutas y verduras de bajo índice glucémico y los cereales integrales. “Desde IMEO recomendamos utilizar el pan de centeno integral como base, pues contiene hasta 100 veces más cantidad de micronutrientes que los panes blancos elaborados de harinas refinadas”, argumenta Bravo.

bocadillo de pan de centeno integralSi se realiza una actividad ligera tendríamos suficiente con una rebanada, tipo ‘bikini’. Si realizamos alguna actividad física de intensidad moderada, podemos tomar 2 rebanadas o el equivalente de un sándwich completo. Le añadimos un chorrito de aceite de oliva virgen extra, tomate en rodajas o triturado y lonchas de jamón serrano magro, quitándole la grasa, o bien ibérico de bellota o cebo.

Otra configuración combinaría lechuga, tomate, aceite y queso fresco 0% o jamón de pavo bajo en grasas.

Platos para fiambrera saludables

platos saludables para llevar en la fiambreraLos platos de fiambrera son perfectos para llevar en la mochila y consumirlos a la hora de comer. Se pueden preparar en casa, utilizando productos que puedan aguantar 24h fuera de la nevera.

Proteína + hidrato de carbono integral

Si se realiza una actividad física moderada-alta, podemos combinar proteína con hidrato de carbono integral. Son mucho más saciantes, debido a su mayor contenido en fibra, de 2 a 6 veces mayor que en las versiones incompletas, y aportan mucho más minerales, vitaminas y oligoelementos. Previenen el estreñimiento, ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y reducir el colesterol.

Un ejemplo es el arroz integral con pollo al curry, sustituyendo la nata montada por queso batido 0%.

La lasaña con carne picada, tomate y pasta integral también es una excelente opción.

Proteína + verdura

Si nos espera un día tranquilo con poca actividad física, mejor combinar la proteína con verdura, como por ejemplo berenjena rellena con carne picada o pimientos asados con atún.

Ensaladas completas

Si se quiere apostar por la ensalada, llevarla sin aliñar o montarla antes de comer. Podemos combinar brotes verdes, zanahoria rallada, lechuga y tomate, entre otros, con marisco cocido, filete de pollo, una lata de atún o taquitos de jamón york.

No es aconsejable añadir huevo por el posible riesgo de toxiinfeciones alimentarias y Salmonella. El aliño se añade 10 minutos antes de comer.

También sería una buena opción llevar la ensalada campera, sustituyendo la patata por boniato que es un tubérculo de índice glucémico más bajo.

Extras y suplementos energizates

En caso de una actividad física alta (senderismo, montañismo, ciclismo…) nos vendría bien disponer de alimentos para reforzar los músculos y neutralizar las agujetas. Desde IMEO recomiendan dejar de lado las barritas de cereales y productos prefabricados, priorizando opciones más naturales y saludables, como chocolate negro, frutos secos, pipas sin sal, kiwi o plátano, que nos ayudarán con la reposición de minerales.

Alivian las agujetas el agua con limón con una pizca de azúcar moreno y una banana, que además nos ayudará a evitar los calambres por su alto contenido de potasio.

Alimentos para llevar en formato nevera de playa o bolsa térmica

En el verano nos apetecen friasOpciones saludables y muy adecuadas para familias con niños:

– bebidas y preparados congelados bajos en calorías, como limonadas caseras de frutas, infusiones frías, smoothies y helados lights (con queso batido desnatado, chocolate negro, azúcar moreno o estevia, frutas frescas de temporada…);

– cerveza 0%, pues el alcohol también deshidrata y podría causar mareos en los días de mucho calor;

– zumo de zanahoria o jugo de tomate;

– agua en abundantes cantidades;

– frutas de un aporte calórico bajo o moderado, como cerezas, melocotón, manzana o nectarinas (la sandía, el melón y el plátano tomarlas con moderación);

– galletas caseras configuradas con aceite de oliva y harinas integrales;

– chips caseros de láminas de boniato horneadas como consumo ocasional entre las comidas.

Alimentos para llevar en formato barbacoa o cocina al aire libre

barbacoa saludableSuelen ser platos para compartir en familia o con los amigos. La regla básica es priorizar todo tipo de carnes y pescados magros, evitando chorizos, salchichas, butifarras y pancetas. Mejor prepararlas a la parrilla con verdura de guarnición.

Ideas de alimentos saludables ideales para la parrilla

– brochetas de pollo y verdura;

– solomillos con parrillada de verduras;

– sardinas o pulpo a la plancha con salpicón de cebolla y pimientos;

– para postre frutas a la plancha por su toque dulce natural caramelizado (consumo ocasional).

A partir de las seis de la tarde comienza la fase de regeneración y la disposición del organismo se orienta al descanso, centrándose en la reparación celular y la optimización del sistema inmunitario, siendo la demanda energética menor. Por esta razón es preferible evitar los platos pesados en la cena y optar por picoteo saludable como jamón ibérico, sardinas, berberechos, sepia, pulpo, una tortilla francesa… Si se hace barbacoa, mejor cocinar pescado que carnes más pesadas y grasas.

La fruta se puede comer de muchas maneras… ¡también a la plancha!

La fruta a la plancha comienza a llegar a muchos restaurantes, ya que es una buena manera de convertir las frutas de temporada en entrantes y combinarlas con múltiples ingredientes.
Nutricionalmente, a nivel de composición de micronutrientes es mejor comer la fruta cruda, apunta Rubén Bravo del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

Comemos la fruta de todas las maneras: antes o después de comer, entre comidas, en zumos, como plato único, como acompañamiento, en ensaladas, cremas, batidos. A menudo tenemos dudas sobre si estamos haciendo lo correcto, dadas las múltiples teorías sobre en qué momento del día es conveniente comer la fruta para aprovechar todos sus nutrientes y que nos engorde menos. Y lo que suele suceder es que no consideramos cocinar la fruta a la plancha, algo que está empezando a ponerse de moda y que ya encontramos en las cartas de numerosos restaurantes. ¿Por qué no preparar, por ejemplo, dos rodajas de sandía a la plancha y disponerlas como si fuesen un sandwich, rellenas de queso de cabra y de frutos secos? ¿Por qué no abrir la comida con unos melocotones a la plancha y un buen vino blanco?

¿Qué ocurre cuando cocinamos las frutas a la plancha? En líneas generales, las planchas y las parrillas siempre sientan estupendamente a las frutas, ya que intensifican su sabor, al evaporarse buena parte del agua que contienen. Además, al aplicar calor a la fruta se carameliza naturalmente el azúcar que contienen. Es una técnica, pues, que puede aplicarse a cualquier fruta, sin excepción: plátanos, piña, melocotón, fresas, sandía, melón, manzanas, pomelo… cualquier fruta es susceptible de pasar por una parrilla y convertirse en un entrante excelente.

En realidad, preparar la fruta a la plancha no tiene más secreto que conseguir una temperatura óptima y prestar atención para que las piezas no se nos quemen. Sin embargo, si seguimos estos consejos el resultado será óptimo.

– Nunca está de mas colocar una capa de papel de aluminio en la parrilla de brasas para evitar que las frutas se queden pegadas, o incluso se caigan entre los huecos.

– Es conveniente cocinar las frutas con la piel, que luego retiraremos, y no cortar trozos excesivamente pequeños. En el caso de plátanos o melocotones, lo recomendable es cortarlos por la mitad.

– Antes de cocinar las frutas, hay que macerar la parrilla con una pizca de mantequilla o aceite de oliva.

– ¿Y si maceras antes las frutas con una pizca de ron, por ejemplo? Sin pasarse, claro, va a dar un sabor inconfundible a nuestras creaciones.

– Si no somos amantes del alcohol también podemos macerar las frutas con zumos diversos o añadirles todo tipo de complementos, como especias al gusto.

– Una buena idea para presentar frutas a la plancha es como entrante, en brochetas, aunque hay quien las prefiere de postre.

Fuentes: Cocinatis.com, Castilla la Mancha Tv

Alimentos que nos ayudan a entrar en calor sin descuidar la línea

Los expertos en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad ofrecen 10 consejos para combatir el frío y cuidar la línea

Alimentos que nos ayudan a entrar en calor_bajaLa caída generalizada de las temperaturas en invierno, agudizada por la reciente ola de frío que congeló la Península Ibérica, hizo que los expertos en nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) se planteen una pregunta: ¿Irrumpe el frío en nuestros hábitos alimenticios a la hora de cuidarnos?

Diferentes estudios[1] apuntan que consumimos más calorías mientras más expuestos al frío estamos[2]. Pese a ello, no se da un gasto calórico importante, porque contrarrestamos dichos efectos con medidas para entrar en calor: pasamos menos tiempo fuera, nos abrigados más y hacemos buen uso de la calefacción. Según Rubén Bravo, portavoz del IMEO y experto en nutrición, «el frío exige a nuestro cuerpo un esfuerzo extra para mantener una temperatura constante alrededor de los 37ºC, teniendo que activar los mecanismos de la termogénesis para generar calor interno y contrarestar de ésta manera el descenso de la temperatura que marca el exterior».

«Dado que los alimentos que ingerimos suelen consumir en diferentes procesos digestivos casi el 15 por ciento de la energía consumida, en época de frío el cuerpo nos pide más alimentos calientes y energéticos que ayudan a mantener la temperatura corporal constante, aumentan nuestras defensas y son una valiosa herramienta para combatir los resfriados», argumenta Bravo.

No obstante, los platos de puchero y potajes hipercalóricos –que son lo que más se consume en estas fechas– esconden cierto riesgo de engordar y no siempre son la mejor opción. Por esta razón, los especialistas en nutrición del IMEO han marcado diez puntos, en forma de consejos prácticos, que nos ayudarán a entrar en calor, sin descuidar la línea.

Para no desviarse de los hábitos saludables, desde IMEO recomiendan basar el menú de cada día en un 50% de hidratos de carbono, en un 30% de grasas saludables y en un 20% de proteínas sobre las calorías totales diarias.

La comida caliente y la práctica regular de ejercicio físico son una forma natural del organismo humano para entrar en calor y, además, ayudan para alejar por un tiempo la sensación de hambre.
lubina con esparragos y arroz_baja

10 consejos prácticos que nos ayudan a entrar en calor en el invierno sin descuidar la línea

1. Añadir a las sopas, caldos, cremas y purés abundante cantidad de vegetales y hortalizas. Los caldos nos hidratan y ayudan al organismo a mantener la temperatura corporal adecuada. Los ingredientes indispensables para combatir el frío son: cebolla, ajo, jengibre, alcachofas, acelgas, espárragos, espinacas, zanahoria, lentejas, arroz, puerro, apio, calabacín, calabaza, berenjena, entre otros. La sopa Juliana y el caldo de verduras depurativo son la opción menos calórica.

Se desaconseja «potenciar el sabor» del plato añadiendo patatas, pastillas colorantes, quesos o nata, porque aportan calorías extras. Si se tiene mucha hambre, es mejor consumir las verduras en parrillada o rehogadas, por su efecto saciante.

2. Tomar a diario cebolla, ajo y jengibre para reforzar las defensas. Sus efectos antibióticos, antioxidntes y antiinflamatorios los convierten gran aliado contra los resfriados.

3. Servirse de súper especias como el comino, tomillo y pimienta. Además de ser un buen condimento, tienen pronunciadas propiedades antigripales. La pimienta de Cayena en sopas y guisos, por ejemplo, aumenta ligeramente el metabolismo, estimulando el uso de las grasas como fuente de energía.

4. En comida y cena priorizar las grasas saludables y omega-3 que se encuentran sobre todo en el pescado azul (sardinas, lubina, besugo).

«Hay que tener especial cuidado con las grasas, si queremos cuidar la línea: aunque son nuestra principal «gasolina» tenemos que limitar su consumo al 30 por ciento de las calorías totales diarias, que es el equivalente de cuatro cucharas soperas de aceite de oliva virgen», recalca Rubén Bravo.

5. Legumbres e hidratos de carbono, en su justa medida. Se trata de alimentos que nos suministran energía de forma rápida y son indispensables para una alimentación equilibrada, pero también esconden riesgo, si se toman en cantidades desmesuradas. Las legumbres (lentejas, guisantes, garbanzos, judías) hay que tomarlas un par a la semana. En cuanto al consumo de pastas, patatas, arroz y cereales, si es un plato principal completo, se aconseja comerlo una vez a la semana como excepción. «En el caso contrario se pueden utilizar pequeñas cantidades como guarnición todos los días», explica Bravo.

6. Las proteínas deben constituir un 20 por ciento de las calorías totales diarias. La carne, el pescado, los huevos y los lácteos son alimentos indispensables para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y, además, ayudan a fortalecer el sistema inmunitario.

7. Comenzar el día con un café o té y a la tarde-noche tomar infusiones. Además de hidratar y dejarnos con buen sabor en la boca, estas bebidas calientes de tradición milenaria ejercen efectos terapeúticos sobre nuestro organismo y estado de ánimo si se usan correctamente. Pueden relajarnos (extracto de menta-poleo, pasionaria, valeriana o lúpulo), activar el metabolismo y contribuir a la pérdida de peso (te verde, rojo, rooibos) o mejorar la digestión (infusiones con manzanilla, hinojo o comino). Además, ayudan a combatir los resfriados, alivian el dolor de garganta y la congestión nasal.

En cuanto a las bebidas estimulantes como café y té, los expertos en nutrición advierten que no hay que abusar de ellas, porque puede provocar nerviosismo, insomnio o estados de ansiedad. «Hoy en día sabemos que se trata de la misma molécula, con la diferencia que los polifenoles presentes en gran cantidad en el té ralentizan el ritmo de absorción de la cafeína, con lo cual su efecto es más lento pero más duradero en el té», explica Bravo.

8. Aumentar las raciones de fruta en invierno, sobre todo de cítricos y temporada con altas dosis de vitamina C. Son el remedio natural por excelencia para prevenir los resfriados y reducir sus síntomas.

Es preferible comer la pieza entera, con piel o pulpa, que contiene entre 60 y 70 porcientos de sus apreciados nutrientes. De esta manera nos saciaremos antes que tomando un zumo que contiene tres veces más frutas y mucho más calorías.

9. Incluir en el menú ansiolíticos naturales como el chocolate negro o semillas de griffonia. Durante el invierno tenemos días más cortos y disfrutamos de menos horas de luz solar. Esto contribuye a que disminuyan nuestros niveles de serotonina, hormona del bienestar, y que a su vez sintamos más necesidad de comer para oprimir los ataques de ansiedad y depresión.

Un truco para aumentar nuestros niveles de serotonina sería añadir al aliño de la ensalada semillas de griffonia, una planta africana que contribuye a reducir los estados ansioso y depresivos sin afectar al funcionamiento del cerebro ni crear adicción.

El chocolate caliente conviene prepararlo en casa con leche desnatada y una onza de chocolate negro puro.

10. Al ser posible, hacer deporte en el exterior. Cuando se realicen ejercicios aeróbicos y el deportista está en movimiento constante, se queman más calorías al aire libre y en un ambiente frío que en un gimnasio o ambientes climatizados. Eso sí, hay que tomar medidas para no coger algún resfriado, como utilizar ropa para absorber la humedad, proteger debidamente los vías respiratorias y no dejar que el sudor se enfríe.

Estudios realizados con habitantes de países con climas más fríos han demostrado que correr al aire libre en el invierno resulta saludable, ya que mejora el estado de ánimo de quienes lo practican y disminuye el riesgo de desarrollar el denominado “trastorno afectivo estacional”.

[1] Dauncey MJ. Influence of mild cold on 24 h energy expenditure, resting metabolism and diet-induced thermogenesis. Br J Nutr. 1981 Mar;45(2):257-67.

[2] A.M.J. van Ooijen, W.D. van Marken Lichtenbelt, A.A. van Steenhoven, K.R. Westerterp. Seasonal changes in metabolic and temperature responses to cold air in humans. Physiology & Behavior 82 (2004) 545–553.

 

Día Mundial de la Tapa con una receta light de Albert Adrià: pimientos rojos asados

Según los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) esta tapa premiada con Estrella Michelin –su aturo es el famoso chef Albert Adrià de Tickets bar– es ideal para paliar el insomnio, la ansiedad y la anemia, de sólo 31 Kcal por ración.

Pimientos rojos de Tickets, una tapa light contra la ansiedad«Su alto contenido en vitamina C no sólo nos ayuda a mantener nuestras defensas fuertes, sino que también favorece la absorción del hierro, para combatir o prevenir la anemia», indica Rubén Bravo, experto en nutrición del IMEO.
Sus niveles de vitamina B6 y magnesio potenciarán nuestro control del estrés y regularán nuestro sistema nervioso. Favorece el descanso y el sueño profundo, hecho que hace esta tapa especialmente recomendada en las cenas.
Con el motivo del Dia Mundial de la Tapa que se celebra el próximo 29 de septiembre, Albert Adrià, hermano de Ferrán Adrià y chef al mando del célebre gastrobar  Tickets de Barcelona,  nos invita a preparar esta rica tapa en casa.
Tomen nota de la receta:

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS 

Para hacer los pimientos

1000 gr de pimiento rojo

c/s de sal fina marina

c/s de pimienta negra molida

 

 

 

 

 

 

             ELABORACIÓN

  1. Limpiar los pimientos en agua, y asarlos en el Josper por todos los lados hasta que la piel esté quemada.
  2. Ponerlos en una bandeja gastronorm y mantenerlos tapados unos 30 minutos.
  3. Pelar los pimientos recuperando todo el jugo interior que guardaremos colado. Reservar.
  4. Desechar el tallo y las pepitas.
  5. Extender los pimientos en una bandeja de horno con papel sulfurizado, poner a punto de sal y pimienta negra recién molida y cocer 25-35 min más a 130 ºC.
  6. Cortar los pimientos cocidos en tiras de 0,5 cm de ancho y 7 cm de largo
  7. Reservar en un recipiente hermético con aceite de oliva virgen extra

 

Para hacer el jugo de pimento asado:Jugo de pimiento rojo asado (obtenido en uno de los pasos de la elaboración anterior)c/s de sal finac/s azúcarAceite de oliva virgen extra

 

 

 

  1. Disponer en un cacillo de tamaño adecuado el jugo de   pimientos obtenido en la elaboración anterior
  2. Añadir un poco de sal y azúcar y reducir a fuego lento.
  3. Una vez que lo tenemos a punto, disponer una pequeña
  4. cantidad en un biberón, añadir un 20% de aceite de oliva virgen extra del total del jugo, poner a punto de sal, reservar.

 

 

Otros:c/s Sal gris de Guerande
 ACABADO Y PRESENTACIÓN

  1. Disponer en un plato unos 40gr de tiras de pimientos asados.
  2. En la parte central de cada tira de pimiento pondremos un punto de sal gris.
  3. Napar con el jugo pimiento asado y una vuelta del molinillo de pimienta.
  4. Servir a temperatura ambiente

9 alimentos que deberías evitar

A continuación se detalla el por qué de los los 9 alimentos prohibidos en la dieta.

1. Tomates enlatados

Muchas marcas líderes de alimentos enlatados contienen BPA – un químico tóxico vinculado con anormalidades reproductivas, efectos neurológicos, aumento del riesgo de cáncer de mama y de próstata, diabetes, enfermedades del corazón y otros problemas serios de salud. Según las pruebas del Cosumer Reports sólo un par de porciones de comida enlatada puede exceder los límites seguros de exposición diaria en los niños.

La alta acidez – una característica prominente de los tomates – hace que el BPA se filtre en los alimentos. Para evitar esta sustancia química peligrosa, evite los alimentos enlatados por completo y consuma frutas y vegetales frescos, o en su lugar, compre marcas que utilicen envases de vidrio -especialmente con alimentos ácidos como el tomate.

2. Carnes Procesadas “Embutidos”

alimentnos a evitarLos embutidos se hacen típicamente de carnes de animales que recibieron hormonas de crecimiento, antibióticos y otros medicamentos veterinarios. Estas carnes también contienen típicamente nitrito de sodio y otros aromas y colorantes químicos. Este tipo de carnes procesadas debe evitarse por completo, ya que las carnes procesadas aumentan el riesgo de cáncer, y ninguna cantidad de carne procesada es «segura». Las carnes de animales alimentados con pastura y orgánicas, o salmón capturado en estado salvaje, son opciones más saludables.

3. Margarina

Hay una gran variedad de componentes insalubres en las margarinas y otros impostores de la mantequilla, incluyendo grasas trans, radicales libres, emulsionantes y conservantes, hexano y otros disolventes tóxicos. La mantequilla de leche cruda, hecha de leche de vacas alimentadas con pastura, es benéfica y rica en ácido linoleico conjugado (CLA por sus siglas en ingles), el cual es conocido por ayudar a combatir el cáncer y la diabetes.

4. Aceites Vegetales

Los aceites vegetales son altamente procesados y cuando se consumen en grandes cantidades, distorsionan el importante índice de grasas omega-6 y omega-3. Los aceites vegetales pueden oxidar el colesterol bueno, convirtiéndolo en colesterol malo. El aceite de coco es su mejor opción para cocinar, ya que no es susceptible al daño por el calentamiento. También es una de las grasas más singulares y benéficas para su cuerpo. El aceite de oliva se daña fácilmente por el calentamiento, mejor viértalo sobre ensaladas sólo si es extra virgen de primera presión en frío.

5. Palomitas en Microondas

Las bolsas de palomitas de maíz de microondas están llenas de PFOA (sustancias perfluoroalquiladas) ya que al ser calentadas los compuestos se filtran en las palomitas de maíz. Estas sustancias químicas son parte de un creciente grupo de químicos, conocidos por perturbar el sistema endocrino y afectar a las hormonas sexuales. La EPA ha nombrado a los PFC’s «probables cancerígenos» y ha establecido que los PFOA «poseen riesgos de desarrollo y reproducción en los seres humanos.»

6. Patatas no orgánicas y otros productos frescos, conocidos por su alta contaminación de plaguicidas

Su mejor opción es comprar únicamente frutas y vegetales orgánicos, ya que los agroquímicos sintéticos no son permitidos bajo las normas orgánicas de la USDA. Dicho esto, no todas las frutas y vegetales cultivados convencionalmente son sometidos a la misma cantidad de carga de plaguicidas. Las frutas y vegetales con mayor carga de plaguicidas, los cuales se deben comprar o cultivar orgánicamente, incluyen las manzanas, los pepinos, las espinacas, col rizada y las patatas.

7. Sal de Mesa

La «sal de mesa» regular y la sal que incluyen los alimentos procesados no es la misma sal que su cuerpo realmente necesita. La sal de mesa contiene químicos como el ferrocianuro, aluminosilicato y yodo agregado, mientras que la sal natural contiene muchos minerales de origen natural, como el silicio, fósforo y vanadio. La sal más pura es la sal del Himalaya, la cual contiene alrededor de 84 minerales que su cuerpo necesita.

8. Proteína aislada de soja y otros productos de soja fermentados

La mayoría de la soya cultivada en los Estados Unidos es de cultivos transgénicos o genéticamente modificados (GM por sus siglas en inglés) para ser «Roundup Ready». El ingrediente activo en el Roundup es glifosato, que altera la función celular y puede inducir a muchas de nuestras enfermedades modernas, incluyendo el autismo. La soya sin fermentar también se ha relacionado con la desnutrición, trastornos digestivos, ruptura del sistema inmune, disfunción tiroidea, deterioro cognitivo, trastornos reproductivos e infertilidad, incluso cáncer y enfermedades del corazón. La única soya con beneficios para la salud es la soya orgánica debidamente fermentada, es la única manera en que sus propiedades benéficas están disponibles para su sistema digestivo.

9. Endulzantes Artificiales

Los endulzantes artificiales como el aspartame pueden estimular el apetito, aumentar los deseos por carbohidratos, y estimular el almacenamiento de grasa y aumento de peso. El metanol formado en el aspartame puede causar estragos con las proteínas sensibles y el ADN en su cuerpo, ya que los seres humanos no tienen el mecanismo de protección que permite que el metanol se convierta en ácido fórmico inofensivo. La prueba toxicológica en animales es un modelo erróneo, ya que los animales si tienen este mecanismo de protección, mientras que los humanos no, por lo que los resultados no se aplican plenamente a las personas.
Fuente: Agritotal

EE.UU. y la pizza: radiografía de una historia de amor

BBC

En un día cualquiera más de 40 millones de estadounidenses consumen pizza. Este pan plano horneado, normalmente redondo, aderezado con salsa, queso y otros condimentos es considerado como la comida más popular del mundo, y definitivamente una de las preferidas en Estados Unidos.

pizzaTanta es la afición al plato que el Departamento de Agricultura de EE.UU. publicó esta semana un informe sobre el consumo de pizza. No por nada es considerado por especialistas del estudio como un «contribuyente de nutrientes de importancia pública».

Pero, ¿el hecho que sea tan popular, lo hace importante?

El estudio sólo ofrece datos que son independientes de los juicios de valor sobre el consumo de este alimento, muchas veces calificado como «basura». Y deja las reflexiones para el consumidor… y los especialistas.

No se puede ignorar

Para el presidente de la Asociación de Dietistas de España, Giuseppe Russolillo -quien no participó en la investigación- lo primero que hay que dejar claro es la definición de este plato. Mientras que en gran parte de Italia se trata de un producto artesanal, en EE.UU. está relacionado a la llamada comida rápida.

De acuerdo con el reporte, el 13% de la población en EE.UU. -de 2 años en adelante- consume pizza cualquier día. Una tendencia que aumenta a un 22% cuando la muestra se concentra en niños y adolescentes entre los 6 y los 19 años.

Y si hablamos de adultos, son los hombres quienes consumen más pizza que las mujeres.

Estos hábitos también varían entre grupos étnicos. Los blancos no-hispanos (un 16% de ellos) son quienes más comen este alimento introducido en territorio estadounidense a principios del siglo XX.

Mientras que cerca del 14% de los negros no-hispanos y los hispanos -respectivamente- consumen al menos un trozo en un día cualquiera.

«Esto nos indica la forma de alimentación en Estados Unidos, que podría ser una de las causas por las que lo sitúan entre los países con mayor índice de obesidad», le explica a BBC Mundo Rubén Bravo, supervisor del Departamento de Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), en España.

Russolillo, que coincide con Bravo, agrega que esta es la razón por la cual la pizza no debería consumirse más de dos o tres veces al mes. «No debe formar parte de la dieta habitual, mucho menos en los niños, pues es aquí donde hay que promocionar el consumo saludable y variado de integrales, vegetales y frutas».

Fuente de energía

Los especialistas que realizaron el informe determinaron que la pizza contribuye al 6% de la ingesta total de energía en niños y el 4% para adultos.

En el día que se consume, la pizza es fuente de aproximadamente el 27% de la energía total entre todos los consumidores.

La ingesta media de energía de la pizza es de 538 kilocalorías para los niños y 744 kilocalorías para los adultos.

«El problema no es la pizza, sino el abuso de la pizza, es un alimento muy calórico», comenta Rubén Bravo, quien tampoco estuvo involucrado en el informe.

«Pero lo mismo ocurriría con un bocadillo (o sándwich). Estamos tomando harinas refinadas con grasas que no son beneficiosas para la salud».

¿Tiene nutrientes?

pizza_464x261_reutersLa pizza es un gran contribuyente de nutrientes en la dieta estadounidense, pues ofrece altos porcentajes de la ingesta total diaria de proteína, grasas, grasas saturadas, fibra, calcio y licopeno.

De acuerdo con el informe, este alimento representa un tercio de la ingesta total de calcio en un día y más de la mitad de licopeno, un micronutriente que -según varios estudios- es beneficioso para la salud.

Además, el plato es fuente de sodio, tanto en niños como adultos.

Pero para el especialista Bravo, el problema está en que si bien se pueden hacer pizzas sanas en casa, lo más probable es que sean industriales, con un alto contenido de hidratos de carbono y grasas saturadas.

«Tiene harinas refinadas, no integrales, y sabemos que el abuso de ellas contribuyen a la obesidad, aumentan el colesterol y con el tiempo tienen tendencia a elevar los niveles de azúcar en la sangre».

No obstante, Bravo concede que, como cereal, aporta nutrientes y micronutrientes que también son válidos.

«Si hablamos de una pizza casera, entonces podría estar incluida en la dieta una vez a la semana», explica Russolillo, quien deja claro que tampoco se trata de promocionar este producto, cuando hay otros alimentos más importantes como las hortalizas.

Estrella de la noche

El problema no es el qué, sino el cómo.

La pizza, si se hace de forma casera, eliminando muchos de los ingredientes industrializados con altos contenidos de grasas, sales y preservativos, puede ser una buena fuente de nutrición. Aunque el mayor problema está en la hora en que se ingiere.

Para el 44% de los niños, este consumo ocurre a la hora del almuerzo, y el 42% en la cena. Pero los adultos la prefieren en la noche, con un 59%.

Sólo el 28% de las personas mayores de 20 años elige este plato en el almuerzo.

«Por los últimos estudios relacionados con el biorritmo del cuerpo, y con el ciclo circadiano del día y noche, sabemos que por la noche el consumo abundante de hidratos de carbono, con grasas saturadas tiene más tendencia a que se acumulen en forma de grasa corporal», señala Bravo.

Esto quiere decir, según el experto, que estos nutrientes a largo plazo pueden estar contribuyendo con la obesidad.

«También hace que la digestión sea pesada, y haya una carencia de sueño, producida por una cena demasiado fuerte», agrega.

Así que no es lo mismo comer esa pizza al mediodía que por la noche.

Pero, ¿cómo hacer de la pizza un aliado para la nutrición?

«Lo primero es no comerla en la noche», responde Bravo. Lo segundo sería utilizar ingredientes bajos en grasas.

Por su parte Russolillo considera que el mensaje debe ser consumir pizza «con prudencia y moderación».

Los 12 aditivos más perjudiciales de alimentos que comemos todos los días

Las familias consumen diversos alimentos empacados y procesados durante el día. Son convenientemente portables y permanecen frescos por mucho tiempo (gracias a los conservadores)

glutamato
Los aditivos que ponen en los alimentos procesados para hacer que se vean y sepan mejor, incluyen grandes cantidades de sal, grasas, azúcar, por decir algunos que se puedan pronunciar. Estos aditivos, sin embargo, tienen un precio que incluye efectos secundarios, alergias, cinturas agrandadas, disminución en la absorción de los minerales y vitaminas, cáncer, esclerosis múltiple y más.

Abajo está la lista de los 12 aditivos más perjudiciales que hay. No tienen ningún orden en particular.

1. Endulzantes artificiales: Los endulzantes artificiales son una combinación de químicos que existen para hacer más dulces los alimentos sin las calorías del azúcar. La mayoría de los endulzantes artificiales tienen efectos secundarios y el desglose químico en el cuerpo puede ser tóxico. Adicionalmente, en combinación con otros aditivos como los colorantes artificiales, estos endulzantes tienen un efecto más potente en las células del sistema nervioso y la función de los neurotransmisores. Los endulzantes artificiales están ligados a más de 90 efectos secundarios.

2. Azúcar refinada: La gente en Estados Unidos consume de 150 a 175 libras de azúcar por año. En otras palabras la gente está consumiendo media taza de azúcar al día y la mayoría ni siquiera se da cuenta. Debido a su naturaleza adictiva y al hecho de que se puede encontrar virtualmente todos los alimentos procesados, (excepto los que dicen) “libre de azúcar”, nosotros “subsistimos” en azúcar. El gran consumo de azúcar y su correspondiente efecto en la elevación del nivel de insulina causan sobrepeso, hinchazón, fatiga, artritis, migrañas, bajo funcionamiento inmunológico, obesidad, caries, y enfermedades cardiovasculares. También interrumpe la absorción de los nutrientes, provoca osteoporosis, depresión, síntomas premenstruales y estrés.

3. Glutamato monosódico (MSG): MSG es una excitotoxina usada para extraer el sabor en los alimentos. Las excitotoxinas son toxinas que se unen a ciertos receptores (Ej., ciertos receptores glutamatos). De acuerdo con Dr. Russell Blaylock, un autor y neurocirujano, las excitotoxinas pueden causar que las neuronas más sensibles mueran. Algunas personas experimentan otros efectos secundarios como jaquecas, piel irritada, somnolencia, y problemas respiratorios, digestivos, circulatorios y coronarios.

4. Colorantes artificiales: Los colorantes artificiales son químicos sintéticos que no ocurren en la naturaleza. Muchos son derivados del alquitrán de hulla y pueden contener hasta 10 partes por millón de arsénico y aun así ser reconocidos como seguros por la FDA. Los colorantes artificiales pueden causar reacciones alérgicas e hiperactividad y déficit de atención en los niños, también pueden contribuir a desórdenes de la vista y de aprendizaje o causar daño nervioso.

5. BHA y BHT: BHA y BHT bloquean el proceso de “arranciamento” del aceite. Estos aditivos afectan el sueño y el apetito y están asociados con daño renal y hepático, pérdida del cabello, problemas de comportamiento, cáncer, anormalidades fetales y retardo en el crecimiento.

6. Nitrato y Nitrito de Sodio: El Nitrato y Nitrito de Sodio son conservadores que se añades a productos alimenticios procesados. Estos componentes se transforman en agentes causantes de cáncer en el estómago llamados nitrosaminos. Notables efectos secundarios incluyen jaquecas, nauseas, vomito y mareos.

7. Cafeína: La Cafeína es un estimulante adictivo que se encuentra en gaseosas, chicle, pastillas dietéticas y analgésicos; el café, el té y la cocoa la contienen de manera natural. La Cafeína causa excreción del calcio de los huesos, que lleva a la osteoporosis e incrementa la infertilidad.

8. Olestra (Olean): La Olestra es un sustituto de grasa libre de calorías usado como ingrediente en snacks y botanas. Inhibe la absorción de algunas vitaminas y otros nutrientes. También puede causar diarrea y goteo anal.

9. Aceite Vegetal Brominado (BVO): El Aceite Vegetal Brominado es utilizado para mantener en suspensión los aceites saborizados en las gaseosas. Se almacena como grasa en el cuerpo y con el tiempo se puede acumular. Este aditivo interfiere en la función reproductiva y defectos de nacimiento. Ha sido vetado en 100 países.

10. Aceite Vegetal Parcialmente Hidrogenado: El aceite vegetal parcialmente hidrogenado es fabricado al hacer reaccionar aceite vegetal con hidrógeno. Cuando esto ocurre, el nivel de aceites poliinsaturados (grasa buena) se reduce y se forman grasas trans. Están asociados con enfermedades cardíacas, cáncer de mama y colon, arterioesclerosis y colesterol elevado.

11. Pesticidas: Cada año se añaden más de 2 billones de libras de pesticidas a nuestra fuente alimenticia. Esto es 10 libras por persona por año. Muchos pesticidas utilizados en el mundo son cancerígenos. La acumulación de pesticidas en el organismo reduce nuestra habilidad para resistir organismos infecciosos, daña la fertilidad y contribuye a pérdidas de embarazos y defectos de nacimiento. Además de que reduce el contenido vitamínico de los productos.

12. Organismos Genéticamente Modificados (GMOs): GMOs son plantas o animales a los que se les modificó el ADN. En USA, la mayoría del maíz, frijol de soya, algodón y cultivos de canola están genéticamente modificados y una o más de estas se encuentran en casi todos los alimentos procesados. No ha sido comprobado que los GMOs sean seguros y algunos estudios muestran que disminuyen la inmunidad a las enfermedades en plantas y humanos, pueden causar resistencia a los antibióticos y pueden tener un impacto negativo en las funciones genéticas. Las plantas que han sido genéticamente modificadas para resistir enfermedades, pesticidas e insecticidas pueden disminuir la necesidad de usar estos fuertes químicos en un principio, pero a la larga pueden construir una resistencia y por ello requerir mayores cantidades de químicos que al principio. Es muy pronto para concluir los efectos; no se cuenta con evidencia a largo plazo todavía.

Fuentes: Mamanatural.com.mx / Informe21